Francisco Rafael Argilagos Guinferrer

Francisco Argilagos Guinferrer
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Primer médico internacionalista cubano.
NombreFrancisco Rafael Argilagos Guinferrer
Nacimiento4 de septiembre de 1838
Puerto Príncipe, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento9 de noviembre de 1908
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
TítuloMédico cirujano y oculista

Francisco Rafael Argilagos Guinferrer. Graduado de médico en París, médico cirujano del Hospital Oftálmico San Vicente de Paul, Francia. Primer oftalmólogo mambí e inventor del filtro de luz aneritra para la oftalmoscopia. Fue escritor y filósofo, fundó y dirigió más de 50 periódicos. Participó activamente en la guerra de 1868 como combatiente y médico.

Síntesis biográfica

Infancia y juventud

Nació en Puerto Príncipe (Camagüey) el 4 de septiembre de 1838. Segundo hijo de Don Juan Argilagos Millet y de Doña María Soledad Ginferrer de Socarrás. Abuelos paternos: Don Antonio Argilagos y Doña Margarita Millet. Abuelos maternos: Don Esteban Ginferrer y Doña Josefa de Socarrás.

Entre los años 1851 y 1852 Argilagos fue discípulo de José de la Luz y Caballero en el Colegio “El Salvador”, La Habana, lo cual fue significativo para aquel alumno pues años después escribiría en su colección de retratos, bajo el de don Pepe: “Fue profesor mío”.

Casi niño fue enviado a Paris donde realizó el Bachillerato en Ciencias y Letras en 1855, en el Instituto Genty. En 1860 se graduó de doctor en Medicina, Cirugía y Oftalmología en la Facultad de Medicina en Paris.

Trayectoria revolucionaria

A su regreso a la Isla comenzó a trabajar como médico en Camagüey en 1865 y después se trasladó a Santiago de Cuba, donde trascendió por sus curas rápidas y operaciones felices. Más, en las altas esferas, Francisco no era bien visto. Se le consideraba un “trastornador de las instituciones legales”, porque sentaba a su mesa a los esclavos y agasajaba a músicos mulatos y negros. Por esos hechos y sus críticas a la metrópoli hasta se le solicitó al gobernador de la Isla deportarlo. La pretensión no fue aprobada, pero él decidió viajar a Nueva York para conspirar a favor de la independencia de Cuba, práctica que continuó en suelo patrio.

Al volver a Cuba se incorporó a la actividad revolucionaria, abogando por la independencia de la Isla.

La Guerra de 1868

El 10 de octubre de 1868 se trasladó a la isla británica de Nassau para unirse al general Manuel de Quesada, donde coordinó la primera expedición armada para apoyar la revolución, el Galvanic.

A su regreso de Nassau trataron de asesinarlo en el Hotel Inglaterra. Escapó, pero en Ciego de Ávila lo detuvieron y pasó la noche preso. De ese suceso ha llegado hasta nuestros días el autorretrato que pintó con un pie atrapado en el cepo.

Se alzó en Las Clavellinas y combatió unido a su set de cirugía. Combatió al lado de Quesada, Agramonte, Manuel Bosa, Augusto Arango, Vicente García. Estuvo en los campos victoriosos de Bonilla, el Culeco, Arenillas, la toma de Las Tunas, Arroyo Blanco, San Jerónimo, Las Guásimas, Palo Seco.

Argilagos se casó en la manigua con Mercedes Loret de Mola, hija de grandes patriotas también. Por su valentía y coraje obtuvo el grado de Coronel y Médico Cirujano del Estado Mayor en Jefe del Ejército Libertador. Donó toda su fortuna a la causa revolucionaria. En fecha no precisada aún cayó prisionero de los españoles y salvó la vida de puro milagro porque los propios soldados enemigos lo reconocieron como el médico que después del combate curaba a los heridos de ambos ejércitos.

No tenía más alternativa que huir y buscó refugió en la isla Saint Thomas. En ese lugar editó un periódico bilingüe y logró que se derogara la ley que impedía a los médicos de otras nacionalidades ejercer en las islas danesas.

De vuelta a su provincia natal

En 1887 realizó labores sociales. Ganó varios premios como escritor e inventor. Por ejemplo, tiene un libro sobre el queso camagüeyano tipo Patagrás, cuyo manuscrito se encuentra todavía en el Archivo Provincial de Historia de Santiago de Cuba.

Al iniciarse la guerra de 1895, ya viejo, solicitó la incorporación a la lucha de tres de sus once hijos: Franklin, Arturo y Roberto y prometió que después iría él mismo a llevar otro trío de herederos. Mientras, creó clubes revolucionarios y el Partido Revolucionario Cubano en Barranquilla.

Al terminar la dominación española regresó a la patria, en desacuerdo con la intervención norteamericana, escribió en la prensa en contra de esa situación. El doctor Joaquín Castillo Duany lo situó como médico del Hospital Civil de Santiago de Cuba y allí trabajaron juntos. Cuando este enfermó, Francisco Argilagos lo sustituyó al frente de la institución.

Al morir su amigo Joaquín, Tomás Estrada Palma situó a otro director en el hospital. Argilagos combatió al presidente cubano desde La República por su entreguismo a los Estados Unidos. Escribió un artículo contra la Enmienda Platt y las bases navales y lo dejaron cesante.

Ocupó entonces el puesto de médico forense en Camagüey, Sibanicú y Cascorro, donde un colega celoso lo acusó de no tener sus títulos de médico y era verdad que no los tenía en ese momento. El gobierno camagüeyano le impidió ejercer y tuvo que aceptar una plaza de escribiente en la aduana de Manzanillo.

Al enterarse Carlos J. Finlay —en ese momento jefe nacional de Sanidad— de la injusticia cometida contra el viejo oftalmólogo mambí, se dedicó a rescatar su figura, oficializar su reconocimiento como médico y lo ubicó al frente de la sanidad del Caney.

Muerte

Murió el 9 de noviembre de 1908, en Santiago de Cuba. Fueron sus amigos quienes ayudaron a enterrarlo porque la familia no tenía tierra ni dinero para darle sepultura. Sus restos descansan en el Cementerio Santa Ifigenia.

Patrimonio cultural

El patrimonio cultural de Argilagos incluye además de las obras relacionadas con la medicina, cinco literarias, dos sobre agricultura y zootecnia, 11 americanistas, y otras muchas de contenido político recogidas en 3 volúmenes.

Entre los años 1860 y 1861 publicó en Europa 12 trabajos científicos acerca de nuevas tecnologías que desarrolló y trató de incluir en la práctica médica. Uno de los textos se titula Sobre un nuevo método de corregir la enojosa influencia que ejerce la luz sobre los ojos sometidos al examen con el oftalmoscopio. Este lo revela como el introductor de la cromofondoscopía y en especial, de la luz aneritra, o lente para suprimir los rayos de luz roja del espectro.

El científico propuso modificar la coloración amarilla o roja de la luz de la lámpara de combustión usada en el oftalmoscopio (inventado diez años antes por Hermann Ludwig Ferdinand von Helmholtz mediante un lente de óxido de uranio de tinte verde claro. Su introducción facilitó realizar los exámenes oculares, pues evitaba el deslumbramiento, irritaba menos los ojos y permitía observar por más tiempo al paciente y hasta con luz intensa. Ese filtro es muy útil para precisar vasos y hemorragias. Hoy acompaña a todo tipo de oftalmoscopio y su empleo se ha generalizado más después que el neurooftalmólogo norteamericano Wiffiam Hoyt lo “redescubriera” y lo pusiera de moda en la especialidad. Pero estos artículos de Argilagos no son muy conocidos, al parecer, porque la primicia en el uso de la luz aneritra se le adjudica a Etienne Ginestous, en Italia, en 1911.

La invención surgió poco después de que Argilagos terminó sus estudios de médico-cirujano en la Facultad de Medicina de París, en 1860, junto a su hermano Rafael Argilagos, quien llegó a ser general de brigada en la guerra de 1868. En esa ciudad europea Francisco hizo, además, estudios de oftalmología.

En el propio año de 1861 también diseñó un instrumento para medir el diámetro antero posterior del ojo, que tiende a aumentar en determinadas enfermedades oftalmológicas. En esa época, con muy corta edad y por oposición, él obtuvo la plaza de cirujano jefe del hospital San Vicente de Paul en Francia y dirigió un dispensario y una clínica especializados en París. Formó parte del centenar de especialistas que fundó la Sociedad Universal de Oftalmología en 1861 y fue su primer secretario.

Enlaces externos

Fuentes

  • Historiadores Patriotas de la Guerra de Independencia que descansan en Santa Ifigenia.
  • Revista Bohemia 5 de diciembre del 2008, Artículo de Ciencia y Tecnología, a cargo de Bárbara Avendaño.
  • Palabras tomadas de la doctora en Ciencias Médicas Rosaralis Santiesteban Freixas.
  • Calcagno, Francisco. Diccionario biográfico cubano; compendio hasta 1878: New York:Impr. y Librería de N. Ponce de León, 1878.