José Joaquín Castillo Duany

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José Joaquín Castillo Duany
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General de Brigada
NombreJosé Joaquín Castillo Duany
LealtadEjército Libertador Bandera de Cuba Cuba
Participó enGuerra Necesaria

Nacimiento15 de mayo de 1858
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento21 de noviembre de 1902
París, Bandera de Francia Francia
Otros empleosMédico, Expedicionario

José Joaquín Castillo Duany. Dr. Joaquín Castillo Duany. (1858-1902) General de Brigada. Segundo Jefe Superior del Cuerpo de Sanidad del Ejército Libertador. Guerra de 1895-1898.

Pasó parte de su vida fuera de su país, primero por sus estudios en un lugar totalmente desconocido para él y donde se gradúo como profesional de la medicina, viajó por Estados Unidos, atravesó la Siberia Rusa, Alaska, y otros lugares muy frío, conoció los horrores de un clima muy distinto al de su país, cuando se enrola en una expedición al Ártico, donde además de frío, sufrió de hambre, decide regresar a su patria para emprender la lucha contra la opresión española y después de estar un tiempo en la isla el general Antonio Maceo lo envía a una misión muy importante fuera de su patria. [1]

Síntesis biográfica

Nació en Santiago de Cuba, Oriente, el 15 de mayo de 1858. Hermano del General de División Demetrio Castillo Duany. Sirvió como médico en la Marina de Guerra de los Estados Unidos, etapa en la cual participó en una expedición científica en el Océano Glacial Ártico, lo que le permitió adquirir experiencia en cuestiones navales.

Ya en Cuba, prestó su colaboración en la fallida conspiración conocida como la Paz del Manganeso, en 1890. Ingresó en el Ejército Libertador el 1 de julio de 1895, y se incorporó el día 4, en El Caney, al Regimiento Prado (después al Regimiento de Infantería Baconao, 1 Brigada 2 División 1 Cuerpo), bajo las órdenes del Coronel Victoriano Garzón.

Pocos días más tarde fue trasladado para el Estado Mayor del Mayor General José Maceo. Después del combate de Peralejo, el 13 de julio de 1895 pasó al Estado Mayor del Mayor General Antonio Maceo, quien lo nombró jefe de Sanidad del 1 Cuerpo, aquí resultó electo delegado a la Asamblea Constituyente de Jimaguayú el 13 de septiembre de 1895, donde lo nombraron subsecretario de Hacienda del Consejo de Gobierno, cargo al cual renunció para continuar prestando servicios directamente a las tropas.

Al organizarse la columna invasora, en los primeros días de octubre de 1895, fue designado su jefe de Sanidad y el 24 de noviembre de 1895, jefe del Cuerpo de Sanidad del Ejército Libertador, el cual ocupó por poco tiempo por tener que salir hacia República Dominicana para procurar la ayuda del presidente de este país.

Simultáneamente, el presidente Salvador Cisneros Betancourt le encomendó continuar rumbo a Nueva York, donde debía entregar unos documentos al delegado Tomás Estrada Palma y ponerse a su disposición. Allí fue nombrado subdelegado general de la revolución, cargo desde el cuál prestó valiosísimo servicios al Departamento de Expediciones.

Infancia y juventud

Nace en Santiago de Cuba, el 1 de mayo de 1858. Se graduó como médico cirujano en la Universidad de Pensilvania en 1880 y ese mismo año se presentó a una convocatoria de la Marina de Guerra norteamericana que buscaba cubrir veinte plazas de médico. Más de cien profesionales respondieron al aviso e hicieron los exámenes correspondientes, pero el cubano estuvo entre los primeros seleccionados.

Otras etapas importantes de su vida

Un cubano radicado en Estados Unidos llegó al Polo Norte en una expedición de salvamento, en 1881. Aunque su incorporación a aquella gesta fue voluntaria, prestaba sus servicio como médico en la Marina. A su regreso, en 1882, se le aclamó en California como a un héroe y fue objeto de numerosos honores y reconocimientos.

En esa época, el Polo Norte se consideraba una aventura para marinos y científicos, pero era necesario estudiar las vías seguras de navegación en los alrededores del Ártico y el sentido de las corrientes polares. El medio era impredecible por lo desconocido, adverso, hostil y por la crudeza del clima. Nada de eso fue obstáculo para que el explorador, Geógrafo y Geólogo sueco Adolf Erik Nordenskjöld se dejara ganar por la empresa. Fue el primero.

En julio de 1878, zarpó de Noruega, a bordo del buque Vega, con la idea de bojear el Océano Ártico por las vías del noreste. Pero cuando se acercaba al Estrecho de Bering, el barco fue atrapado por los hielos y permaneció inmóvil hasta julio del 1879, cuando el deshielo lo liberó y pudo arribar a Alaska.

La falta de información sobre la expedición del Vega, de la que se hacían los peores pronósticos, hizo que James Gordon Bennett, figura notable del periodismo norteamericano y propietario del diario New York Herald, facilitó su barco Jeannette para buscar y rescatar a los hombres perdidos y el barco zarpa de San Francisco, California, el 8 de julio, y, al pasar el estrecho de Behring, su tripulación conoció que Nordenskjöld y los suyos estaban con vida. Fue entonces que George De Long, que capitaneaba el barco de Bennett, decidió marchar más al norte hacer el viaje polar en sentido contrario.

El senado aprobó la suma de 175 000 dólares para rescatar a sus hombres si era posible. Cuatro expediciones de socorro se debían organizar con ese dinero, se prepararon trineos que permitiera acercarse a aquellas zonas, donde los esquimales pudieran brindar información sobre los desaparecidos. José Joaquín Castillo Duany salió en una de esas expediciones,en el vapor Rodgers el que viajaría al Ártico, para el cubano era una tarea difícil que no estaba acostumbrado a las bajas temperaturas de los polos.

El 6 de septiembre, ocurre el lamentable desastre, el Jeannette quedó aprisionado en los hielos. Los vientos y la corriente lo llevaron a la deriva hacia la zona ártica de congelación permanente. Allí estuvo durante 21 meses hasta que, comprimido, terminó hundiéndose, el 23 de junio de 1881, a 150 millas del río Lena, al norte de la Siberia Rusa.

El Rodgers salió de San Francisco el 16 de junio de 1881. Fue incansable la búsqueda por bahías y tierras heladas. Recorrió varias estaciones polares sin hallar indicio alguno del Jeannette. Luego de rastrear Alaska, el barco tomó rumbo a la Siberia. Cerca del río Lena una explosión accidental incendió el Rodgers y sus treinta y cinco tripulantes quedaron a la deriva en el inhóspito territorio polar ruso. Supieron al fin que los hombres que buscaban habían muerto congelados.

A los expedicionarios del Rodgers no les esperaba una suerte mejor. Lucharon durante dieciséis meses contra la adversidad, pero la mayoría murió de frío y hambre. José Joaquín Castillo Duany aprovechó la dramática experiencia en su convivencia con los habitantes del Ártico para hacer algunos apuntes científicos, que más tarde publicaría en un libro titulado Los hábitos y la higiene de los esquimales.

Castillo Duany y dos compañeros más fueron los únicos que sobrevivieron de los treinta y cinco expedicionarios. Atravesaron la Siberia rusa llegaron a la Península de Kamchatka, cruzaron el estrecho de Behring y arribaron al poblado de Sitka, en Alaska. Su próxima escala sería San Francisco, de donde habían partido. Nadie los esperaba. Cuando se supo la noticia, los tres hombres fueron recibidos como héroes.

Vida revolucionaria

En 1883, ya casado, vuelve a Santiago de Cuba, y comienza a trabajar como médico y empieza conspirar contra España. En julio de 1890, el general Antonio Maceo visita la ciudad, y Castillo Duany prepara un banquete en su honor, al que asisten las más notables figuras del independentismo en la región. En voz baja se reiteran los brindis por Cuba libre y los asistentes acuerdan respaldar los planes insurreccionales de Maceo. José Joaquín Castillo Duany se comprometió, a formar barricadas y batirse en las calles.

Aquel movimiento, que pasó a la historia con el nombre Del Manganeso, y aunque sus planes fueron frustrado fue el primer paso a un sentimiento de admiración y simpatía entre Maceo y el médico explorador. Cuando en 1892 José Martí funda en Estados Unidos el Partido Revolucionario Cubano, Castillo Duany viaja a Nueva York y recibe órdenes directas del Apóstol de la Independencia de Cuba. Será en su ciudad natal uno de los pilares de la guerra que se prepara y que estalla el 24 de febrero de 1895. El 1 de julio, Castillo Duany en el campo de batalla. Combate, bajo las órdenes Antonio Maceo. Como delegado de la región oriental de la Isla asiste a la Asamblea Constituyente de Jimaguayú y el gobierno de la República en Armas lo designa subsecretario de Hacienda pero Castillo Duany renunciando al cargo acompaña a Maceo en la Invasión a Occidente ya que era un hombre de acciones, en esta etapa ya había alcanzado el grado de general de brigada y es jefe de Sanidad del Ejército Libertador.

Por órdenes de Maceo debe salir al exterior, el general le da la misión de entrevistarse con el presidente Hereaux, así como con otros políticos y militares que simpatizan con la independencia cubana en Santo Domingo su apoyo es muy pobre. Pasa después a Estados Unidos y en Nueva York se le designa subdelegado del Partido Revolucionario Cubano y asesor de su Departamento de Expediciones. Envía hombres y pertrechos bélicos a la Isla, con éxito, y no es extraño que venga él mismo a bordo de alguna de aquellas frágiles embarcaciones utilizadas para el trasiego de armas y combatientes. Sobre esto escribió su biógrafo González Barrios «Navegó seguro Castillo Duany, desafiando esta vez no la inhóspita soledad de los mares del Norte, sino las fuertes corrientes del Golfo de México y un mar infestado de barcos de guerra españoles a la caza de alguna expedición mambisa.

La organización de esas expediciones le cuesta persecución y cárcel en Estados Unidos. Pero por otra parte se gana la admiración y el respeto de sus compatriotas. Sobre él se escribía.”Va y vuelve, tenaz, sin darse cuenta de que hace algo maravilloso. Como si fuera un sajón de raza, apenas sonríe; suele enrojecer por algún elogio vivo, y su modestia, que pasa de raya tal vez, le ha conquistado todas las simpatías y ya le ha ceñido el laurel del César en todos los corazones cubanos”

En otra de sus misiones logra desembarcar por la playa de Boca Ciega, a pocos kilómetros al este de la capital, lo que fue considerado fue una proeza en las mismas narices de los españoles. Nadie había jamás pensado se metiera una expedición por la Vuelta Abajo y, después de entregada a Maceo, volver por otras, fracasar dos veces en aguas americanas... y al fin poner la segunda en la misma Habana a la luz de la farola del El Morro y al alcance de los cañones de los castillos, su valor solo podía ser comparado con una fortaleza.

El 25 de mayo de 1898 regresa a Cuba. Vino en el vapor Florida, que trae a unos trescientos combatientes. La Guerra de Independencia se acerca a su fin ya que los Estados Unidos había declarado la guerra a España y decide intervenir y para librar según ellos a los cubanos de la opresión española. José Joaquín Castillo Duany recibe órdenes de asegurar el desembarco del ejército interventor, junto a su hermano Demetrio Castillo y a la vanguardia de sus tropas garantizan la invasión estadounidense por la playa de Daiquirí, el ataque al poblado de Siboney y la toma de la loma de San Juan. Pero, Castillo Duany se mostró muy decepcionado, fue uno de los primeros en percatarse de la humillación a que los norteamericanos sometían al aguerrido y heroico Ejército Libertador. Lograron derrotar a España pero el ejército norteamericano había ocupados lugar.

José Joaquín asumió la dirección del Hospital Civil de Santiago de Cuba. Más de diez mil santiagueros lo eligieron como delegado a la Asamblea que redactaría la Constitución de 1901, pero no aceptó y siguió trabajando como médico.

Muerte

José Joaquín se sentía muy enfermo y quebrantado, fue entonces que viajó a París con la firme esperanza de recuperarse, en ese lugar había pasado parte de su infancia y juventud, pero no logró sobreponerse y fallece el 21 de noviembre de 1902, en París, Francia. En su honor se crea en Santiago de Cuba el 13 de enero de 1959 el Hospital Militar del territorio sur del Ejército Oriental que lleva su nombre, el que luego de remodelaciones, queda totalmente inauguro el 7 de enero de 1963 por el comandante Raúl Castro.

Expediciones armadas conducidas hacia Cuba

Ascensos

Fue ascendido a Coronel el 4 de julio de 1895; a General de Brigada el 24 de noviembre de 1895; a Delegado por Oriente a la Asamblea Constituyente, en 1901.

Referencia

  1. Martínez Arango, Felipe: Próceres de Santiago de Cuba, La Habana, 1946.

Fuentes