Néstor Leonelo Carbonell

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Néstor Leonelo Carbonell
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Capitán
NombreNéstor Leonelo Carbonell Figueroa
Participó enGuerra de los Diez Años

Nacimiento22 de mayo de 1846
Sancti Spíritus, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento8 de noviembre de 1923
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteCedió a dos operaciones de los riñones.
CónyugeBonifacia Malta Cuéllar
HijosEligio Carbonell y Malta
PadresEligio Carbonell Rodríguez
María de la Encarnación Figueroa Marín

Néstor Leonelo Carbonell Figueroa (Sancti Spíritus, 22 de mayo de 1846 - La Habana, 8 de noviembre de 1923). Capitán del Ejército Libertador cubano y periodista destacado. Combatiente de la Guerra de los Diez Años, conspirador durante la Tregua Fecunda y estrecho colaborador de José Martí en la emigración.Fue un importante historiador de las guerras por la independencia del pueblo cubano.

Datos biográficos

Sus inicios

Néstor Leonelo Carbonell Figueroa, nació en la Ciudad de Sancti Spíritus el 22 de mayo de 1846.Recibió en su hogar los ideales patrióticos de su padre Eligio Carbonell Rodríguez, un separatista convencido y María de la Encarnación Figueroa Marín, mujer de altas virtudes morales e intelectuales, de amplia cultura y talento literario, ella se había nutrido de las ideas de los escritores franceses y españoles. El 28 de noviembre de 1866 contrajo matrimonio con Bonifacia Malta Cuéllar, trasladándose a vivir en la finca Meloncitos en las cercanías de El Jíbaro. Inmediatamente que llegó a esta zona comenzó a conspirar contra el régimen colonial español.

Trayectoria revolucionaria

Guerra de los Diez Años

El 6 de febrero de 1869 con 50 hombres de caballería los hermanos Carbonell Figueroa, se levantaron en armas en la finca Meloncitos, poniendo en pie de lucha a todo el antiguo partido de El Jíbaro. Con 47 hombres bajo el mando de Gaspar, el 22 de mayo de 1869, es atacada y tomada la guarnición de El Jíbaro ocasionando al enemigo 9 muertos, 2 prisioneros, se ocupan 33 rifles y abundantes pertrechos. Posteriormente de este hecho los Carbonell Figueroa se incorporan en el norte de Sancti Spíritus a las fuerzas del general Honorato del Castillo.

Néstor L Carbonell Figueroa, tomó parte en el asalto a Tunas de Bayamo el 16 de agosto de 1869 bajo el mando del General en Jefe del Ejército Libertador de Cuba Manuel de Quesada, quien lo asciende a Capitán por su arrojo ante el enemigo.

En Las Villas participó en los reñidos y sangrientos combates de los ingenios San José, San Agustín y San Antonio. Paso de Cataño, Santa Elena, Guasimal, Santa Teresa, Atollaosa y Meloncitos.

En mayo de 1875 Carbonell Figueroa y sus hombres estaban sitiados por las fuerzas españolas en los montes de Chorrera Brava, sin municiones, alimentos y varios enfermos acordaron deponer las armas. Al ser hechos prisioneros para el fuerte de chorrera Brava fueron conducidos en camillas porque ninguno podía valerse por sus propios pies. En Sancti Spíritus en un juicio sumarísimo es condenado a la pena de muerte por fusilamiento y no estando de acuerdo realiza una apelación. El tribunal militar le cambió entonces la condena por deportación de la región espirituana a Santa Isabel de las Lajas en Cienfuegos. En el propio año 1875 es hecho prisionero de nuevo, acusado de continuar conspirando contra el régimen colonial español y cuando era trasladado para La Habana escapa del tren militar en Jovellanos, ocultándose 3 meses en Cárdenas. Posteriormente se traslada para La Habana donde ejerce como maestro. El 6 de diciembre de 1878 en Calabazar, provincia de La Habana contrajo matrimonio con Eloisa Rivero.

Exilio

De septiembre a diciembre de 1879 fue emigrado en Jacmel Haití, manteniendo una intensa actividad revolucionaria a favor de la Independencia de Cuba. En 1880 regresa de nuevo a la patria. Tras vivir algunos años en Cuba, en el poblado de Alquízar, a donde había regresado luego del fracaso de Maceo por incorporarse a la Guerra Chiquita, sus opiniones enfrentadas al gobierno colonial y a los jerarcas del autonomismo le obligaron a retomar el camino de la emigración en 1888. Se radicó en Cayo Hueso, donde fundó una escuela, a la vez que escribía para la prensa local y para otros medios de La Habana y México. Desde allí se opuso con firmeza a los intentos revolucionarios de llevar la guerra a Cuba, los cuales consideraba prematuros y que condujeron finalmente a la expedición de Manuel García, quien sería reconocido después como el bandido más célebre de la historia de Cuba.

Sus criterios disgustaron bastante los emigrados cubanos en Cayo Hueso, y el funcionamiento de la escuela fue bloqueado por lo que tuvo que cerrarla. En esas circunstancias se vio obligado a abandonar Cayo Hueso para radicarse en Tampa, donde llegó casi sin recursos en compañía de su esposa y ocho hijos (tres del matrimonio anterior y cinco con Eloísa), y profundamente dolido porque los cubanos de Cayo Hueso habían puesto en duda su patriotismo.

Un amigo le brindó ayuda para que abriera una escuela que le permitiera ganarse el sustento. En Tampa entró en contacto con José Dolores Poyo y Ramón Rivero Rivero y fue tesorero del Club Revolucionario, además de fundar el Periódico La Contienda y una librería donde se realizaban igualmente tertulias literarias y patrióticas.

En 1891 ya existía en Tampa el Club Independiente, el Liceo Cubano y la Liga Patriótica Cubana. El 10 de mayo de 1891 se reunieron en el Liceo varios patriotas entre los que se encontraba Néstor Leonelo. El objetivo era fundar en Tampa un club revolucionario, cuyo fin fundamental sería recaudar fondos para reanudar la guerra de independencia en Cuba. Carbonell fue nombrado presidente y se determinó llamar a la entidad Club Ignacio Agramonte. Colaboración con Martí.

La organización se dio a la tarea de recaudar fondos para la independencia. Surgió la idea de organizar una velada artístico – literaria para recabar fondos. Un importante miembro del Club, que había escuchado a José Martí en Filadelfia propuso que este fuera convidado para participar como orador. La invitación de Carbonell y la aceptación de Martí fueron decisivas para que se creara el Partido Revolucionario Cubano.

Carbonell recibió a Martí en la madrugada del 26 de noviembre de 1891. Aquel mismo día el convidado almorzó en la casa de Néstor Leonelo, quien poseía una gran memoria, y narró detalles de la guerra a la vez que reproducía fragmentos de discursos de Carlos Manuel de Céspedes.

Por la noche en el Liceo Cubano, Néstor Leonelo pronunció las palabras iniciales de la velada y de presentación de Martí. Después intervino Ramón Rivero y poco después Martí pronunció su memorable discurso Con todos y para el bien de todos, con el cual llamaba a la unidad y la lucha contra España.

Al día siguiente, el 27 de noviembre, de nuevo en casa de Néstor Leonelo, ambos abordaron detalles relacionados con la creación futura del Partido Revolucionario Cubano. De esa conversación surgió una nueva invitación a Martí, esta vez para que hablara en el acto organizado por la Liga Patriótica Cubana con motivo del vigésimo aniversario del fusilamiento de los Ocho estudiantes de Medicina.

La cita fue en la misma sede del Liceo. Rivero, junto a Martí y Carbonell abrieron la velada. Esa Noche José Martí pronunció otro de sus discursos más importantes, Los pinos nuevos, donde aclaró los puntos más importantes de su política. Tras la intervención de Martí, esa misma noche, en el escritorio de Néstor Leonelo, Martí redactó los documentos relacionados con el futuro Partido.

El día 28 de noviembre, día de la partida de Martí, se realizó un brindis de despedida en el propio Liceo y se leyeron las Resoluciones redactadas por José Martí, y que fueron un paso decisivo para fundar el Partido Revolucionario Cubano. La emigración de Tampa quedaba prácticamente unificada.

Todas las veces que Martí estuvo en Tampa entre noviembre de 1891 y octubre de 1894 contactó con Néstor Leonelo para abordar detalles de la preparación de la guerra y encomendarle determinadas tareas. Cuando se acercaba el momento de reiniciar la contienda Carbonell se preparó para marchar a la guerra, pero Martí lo desautorizó y le ordenó permanecer en Tampa cumpliendo tareas del Partido.

En 1897 visita a Honduras con su hijo Eligio Carbonell Malta para buscar apoyo y recursos para la gesta del 95. El 31 de diciembre de 1898 regresa a Cuba.

Relación con Martí

En la etapa de la Tregua Fecunda fue Néstor Leonelo una figura distinguida de la Revolución en La Florida. El 10 de mayo de 1891, fundó el club Ignacio Agramonte, en Ibor City, Tampa y era uno de los integrantes de La Convención Cubana, el más poderoso de los clubes cubanos en el exilio. De Néstor Leonelo partió la iniciativa de invitar a Martí – a través de Enrique Trujillo -para visitar Tampa, en octubre de 1891 y a él remitió Martí tres importantes comunicaciones relacionadas con su viaje. En una de ellas le dice:

De lejos he leído su corazón, y desde acá he visto también el mucho oro de su alma viril, donde corren parejas la ternura con la luz. Y digo que acepto jubiloso el convite de esa Tampa cubana, porque sufro del afán de ver reunidos a mis compatriotas.

Lleno de esperanzas y con el alma henchida de gozo inició Martí este viaje y al llegar a Tampa, el 26 de noviembre, sus sueños se tornaron realidad, encontrándose con una entusiasta multitud que le esperaba, encabezada por la directiva, en pleno, del Club Ignacio Agramonte. Esa noche, en el Liceo Cubano, de Ibor City, Néstor Leonelo presentó a Martí ante la aguerrida comunidad de emigrados de esa localidad. En aquellas circunstancias, el Apóstol pronunció su trascendental discurso Con todos y para el bien de todos, donde expuso las peculiaridades de la república futura y aseguró a aquella masa obrera que la primera ley de la república sería el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.


Al siguiente día, Néstor Leonelo condujo a Martí a la velada conmemorativa por el 20 Aniversario del fusilamiento de los estudiantes de medicina, efectuada también en el Liceo Cubano, donde el Apóstol pronunció el no menos afamado discurso Los Pinos Nuevos. En ese ambiente revolucionario, el Maestro elaboró, con un grupo selecto de patriotas tampeños, las famosas Resoluciones, leídas por Ramón Rivero en el acto de despedida del día 28 y aprobadas allí por la masa de emigrados revolucionarios, pasando a convertirse en el embrión de las futuras Bases del Partido Revolucionario Cubano.

A partir de aquel viaje histórico de Martí a Tampa, Néstor Leonelo lo secundó en su proyecto revolucionario y fue uno de sus colaboradores en los preparativos de la Guerra Necesaria, llegando a publicar artículos en el periódico Patria. Por su prestigio revolucionario fue electo, el 8 de abril de 1891, como Presidente del Cuerpo de Consejo del Partido Revolucionario Cubano en Tampa.

También con sus recuerdos de la guerra ayudaba Néstor Leonelo a Martí. Así, en el libro de Serafín Los Poetas de la Guerra, el Maestro destaca que: De Las Villas sabe mucho Néstor Carbonell, y él cuenta el porte noble de Miguel Gerónimo y su verso doloroso, y la melancolía y enfermedad del pulcro y tierno Hurtado (...) En aquel viaje a La Florida, El Delegado compartió con el joven Eligio Carbonell y Malta (Sancti Spíritus, 9 de septiembre de 1867 – La Habana, 5 de agosto de 1899), primogénito de Néstor Leonelo y miembro activo del Club Ignacio Agramonte, donde fungía como Secretario.

Eligio no solo atendió a Martí durante su estancia en Tampa, apareciendo, junto a él, en una de las fotografías que se le hicieran en aquella solemne ocasión -, sino que formó parte de la pequeña guardia tampeña que lo acompañó, un mes después, en su primera visita a Cayo Hueso ([[25 de diciembre de 1891, al 6 de enero de 1892). Durante ese viaje al Cayo, Eligio tuvo el honor de participar, en representación del Club Ignacio Agramonte, en la famosa Reunión del Hotel Duval, el 4 de enero de 1892, donde fueron presentadas por Martí las Bases y los Estatutos Secretos del Partido Revolucionario Cubano, siendo analizadas y aprobadas por los representantes de las principales agrupaciones de revolucionarios cubanos en La Florida.

De Eligio a Martí se conoce una misiva, enviada desde Jacksonville, el 4 de julio de 1892 , pero, por la carta que le enviara Martí, fechada en New York, el 10 de enero de 1892, se aprecia que hubo cartas de Eligio desde este mes. Enfermo del pulmón y herido en el alma por la carta ofensiva e injusta de Enrique Collazo y otros, Martí le agradece a Eligio su defensa inmediata, junto a Néstor Leonelo Carbonell y otros cubanos de Tampa. A este joven diría el Maestro:

Pocas criaturas conozco de un corazón tan límpido como el de Ud, y no quisiera yo mejor fortuna que la de tener siempre su juicio y su afecto a mi lado.

En prueba de su afecto imperecedero, El Maestro le envió como recuerdo, desde New York, una foto suya con la siguiente dedicatoria:

A Eligio Carbonell-
Que pasa por el mundo con alma de hermano, y tiene uno en un hombre que solo ama la virtud, su
José Martí.
Tampa, 7 julio, 1892

República Neocolonial

Sepelio de Néstor Carbonell

Durante la República Neocolonial mantuvo uno actitud firme y antimperialista. Como periodista denunció los males de esta época histórica. En la vida pública se preocupó por los problemas de la agricultura, el derecho de la mujer, la educación, la familia.

Al concluir la Guerra del 95 manifestó su desacuerdo con la Intervención norteamericana, la disolución del Partido Revolucionario Cubano, llevada a cabo por su Delegado, Tomás Estrada Palma y la imposición de la Enmienda Platt.

Regresó a Cuba en diciembre de 1898 con sus hijos Néstor y Eligio. Se encontró en medio de una gran pobreza y sólo obtuvo con dificultades la plaza de conserje en el Instituto de La Habana. Posteriormente escribió para el diario La Lucha e impartió algunas clases. Fue miembro de la Junta Organizadora de la Biblioteca y Museos Nacionales de la Isla de Cuba, que integraban reconocidos intelectuales de la época, entre ellos: Diego Tamayo, Vidal Morales, Manuel Sanguily, Raimundo Cabrera, José Dolores Poyo, Enrique José Varona y Aurelia Castillo de González. Luego Recibiría el cargo de Segundo Jefe del Archivo Nacional, pero sería cesanteado al oponerse a la reelección del presidente Tomás Estrada Palma en 1906.

Durante el gobierno de José Miguel Gómez fue nombrado Jefe de Sección en la Secretaría de Gobernación y luego ocupó la Jefatura del Archivo de la Presidencia de la República.

Cuando el presidente Mario García Menocal dio la brava electoral para reelegirse Carbonell estuvo entre aquellos que se opusieron; pero a diferencia de Tomás Estrada Palma, Menocal lo respetó en su cargo.

En reconocimiento a sus servicios a Cuba, el Congreso de la República aprobó en 1920 una pensión para Néstor Leonelo, que sólo pudo disfrutar unos tres años, después de trabajar hasta avanzada edad.

Muerte

Su salud cedió a dos operaciones de los riñones y murió en La Habana, el 8 de noviembre de 1923. Su fallecimiento fue noticia nacional. Todos en Cuba somos dolientes dijo entonces Enrique José Varona.

Opiniones

Los Carbonell, hombres que honraron a la patria y la sirvieron, no solo con la pluma, sino con la acción, en el menester ciudadano.[1]

"Fue Néstor Carbonell uno de los primeros cubanos que en aquellos apocalípticos días se lanzaron a la guerra, abandonando no solamente los halagos que le brindaba su cuantiosa fortuna, si no también las dulces tentadoras caricias de un hogar caldeado por el amor de una esposa en cuya frente aún no se había marchitado los azahares de la primicia nupcial, y tuvo el envidiable privilegio de regar con la sangre generosa de sus venas los campos, por siempre memorable, de la civil contienda". [2]

Referencias

Fuentes

  • Ferrer Carbonell, Oscar: Néstor Leonelo Carbonell: Como el grito del Águila. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 2005.
  • Ferrer Carbonell, Oscar y Pérez Jiménez, Reinaldo: Néstor Leonelo Carbonell. Espirituano de acción y pensamiento. En Siga la Marcha. Revista de Historia y Patrimonio. No 19 de 2007.