Noel Fernández

Noel Fernández
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Fue uno de los líderes más destacados del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en Camagüey. Se desempeñó como Jefe de Acción y Sabotaje de esa ciudad y fue el protagonista de numerosas y las más importantes acciones clandestinas.
NombreNoel Fernández Pérez
Nacimiento26 de septiembre de 1936
Pueblo de Aguilar, Vertientes, Camagüey, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento30 de octubre de 1958
Camagüey, Cuba
Causa de la muerteHerida de arma de fuego
ResidenciaCiudad de Camagüey
NacionalidadCubana
Otros nombresJuan (alias para despistar a la policía)
CiudadaníaCubana
OcupaciónComercializador
Conocido porJefe de acción y sabotaje del M-26-7 en Camagüey
PredecesorPedro Lester Delgado
Partido políticoMovimiento Revolucionario 26 de Julio
PadresJosé Ramón y Emma

Noel Fernández Pérez. Fue uno de los líderes más destacados del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en Camagüey. En la práctica se desempeñó como Jefe de Acción y Sabotaje del municipio Camagüey y fue el protagonista de numerosas y las más importantes acciones clandestinas. Incendio de ómnibus y trenes, sabotajes en centro recreativos, ocupación de armas a miembros de las fuerzas armadas de la dictadura, incendio de la Audiencia Provincial y asalto al carro celular para el rescate de compañeros prisioneros del régimen. En el intento de incendiar la Planta Eléctrica de la ciudad de Camagüey cae mortalmente herido por un disparo escapado a un compañero de lucha.

Síntesis biográfica

Nació el 26 de septiembre de 1936, en Aguilar, un poblado en la línea del ferrocarril de Santa Cruz del Sur a Vertientes —prácticamente la única vía de comunicación— en el macizo cañero de la Vertientes Camagüey Sugar Company, dueña del Central Vertientes, actual Central Panamá. Una zona de grandes penurias económica-sociales para la mayoría de la población como era típico en lugares similares del país, fundamentalmente en el tiempo muerto.

Noel no sufrió estas necesidades pues su padre era maestro de la panadería —con un buen salario— y su mamá realizaba costuras en el barrio.

“Era un niño rubio, de ojos claros, sonrosado y hermoso, sano, tranquilo, de pocas palabras, pero de carácter fuerte y decidido…”[1]

Siendo niño recorría la zona a caballo vendiendo dulces. Realizó todo lo que hacían los niños de pueblos como Aguilar pero sentía preferencia por la pelota.

Inició los estudios primarios en Aguilar donde sus padres le costearon clases de inglés, mecanografía y taquigrafía y los continuó en la Escuela Episcopal de San Pablo, en Vertientes, pero, después de un año la situación económica de sus padres le impedía pagar los $ 10.00 del colegio y regresó a Aguilar para continuar a caballo vendiendo dulces. En mayo de 1953 la familia se trasladó definitivamente a la ciudad de Camagüey; alquilan una casa, pero al no poder pagar los $ 30.00 de alquiler tienen que abandonarla y se mudan para otra en la calle Palomino en el reparto Simoní.

Un tío logra colocar a Noel —así se decía cuando se hacía gestión para conseguir un puesto de trabajo— de ayudante en un camión; después pasa a chofer. Ahora puede costearse los gastos para continuar estudios nocturnos; con 18 años matricula —pagando $ 10.00 mensuales— en la escuela primaria superior.[2] Al concluir esta, se presenta en 1954 y 1955 a exámenes de admisión a la Escuela Profesional de Comercio de Camagüey pero desaprueba. No desiste, comienza a preparase en una academia —pagando $ 20.00 mensuales— para presentarse a la nueva convocatoria; ahora logra aprobar los exámenes. En el curso 1956-57 ingresa en el curso pre-comercial y continúa su trabajo habitual.

Sus conocidos, amigos y compañeros de luchas, lo describen como un joven alto, delgado pero de anchas espaldas, copiosa cabellera castaña y ojos de color claro no bien definido. Su mirada recta y franca se correspondía con su carácter serio que infundía respeto. Le atraían las fiestas, el baile y disfrazarse en los carnavales. Era presumido y cuidadoso en el vestir a pesar de su origen humilde; un hombre atento y cordial que tenía en cuenta los detalles y con su apuesta figura e infinita delicadez pudo tener varias novias porque, además, fue muy enamorado y correspondido.

Lucha revolucionaria

Desde el año 56 se inicia en la vida política, pertenece a la Juventud Ortodoxa y a principios de 1957 se incorpora al Movimiento Revolucionario 26 de Julio. Las actividades revolucionarias cada día son mayores y tiempo después abandona los estudios, la Patria llamaba a sus hijos y por Noel no iba a esperar. Inicialmente cumple tareas de venta de bonos, participa en manifestaciones y otras acciones menores y después pasa a otras más importantes como sabotajes a lugares públicos para demostrar la fuerza del movimiento 26 de Julio. Su elevado afecto por los padres y hermanos le pesa en la decisión de arriesgar la vida, pero no lo detiene; ellos son ortodoxos y aunque temen, colaboran en ocasiones con el joven revolucionario. Su padre oculta armas, sirve de enlace y fue detenido en una ocasión por cuatro días; además, la casa fue registrada varias veces, y después de septiembre de 1958 la madre y hermana fueron detenidas también.

Junto a otros compañeros quema un ómnibus local en horas de la noche en la esquina de las calles 6 y 10 en el reparto Vista Hermosa y otro en Algarrobo; coloca de un petardo en una guagua en la avenida Van Horne del reparto La Zambrana en la ciudad de Camagüey. Puso una bandera del M-26-7 en lo alto de la Iglesia de La Caridad y otra noche coloca una bomba en el club nocturno Morocco —actual Caribe— y cuando el sereno disparaba al aire, monta tranquilamente en una guagua que pasaba en esos momentos; ya en la casa, pero, como la bomba no había explotado, se dispone a cambiarse de ropa para no ser reconocido por el sereno y regresar al lugar, es en ese momento cuando se sintió la explosión. El hecho tuvo gran repercusión en la ciudad. No era justo que mientras había cubanos muertos, en prisión o combatiendo contra la injusticia y por la libertad, otros se divirtieran indiferentes ante la crisis por la falta de libertades abolidas por la dictadura.

A fines de 1957 el Movimiento 26 de Julio orienta incrementar la lucha durante el fin de año pues en la situación que está la Patria, no hay razones para celebrar. En una sola semana, Noel desarma en la calle a nueve policías y pistola en mano disuelve varias fiestas en casa de familias o clubes nocturnos. Participa en la quema del cabaret La Bolerita en la avenida Finlay y el Club Gallístico en la calle Sociedad Patriótica (hoy Academia Provincial de Boxeo).

El 31 de diciembre de 1957, en horas de la tarde, el jefe de acción y sabotaje del Movimiento en el municipio Camagüey, Pedro Lester Delgado le entrega a Noel ocho bombas, que no contenían metralla para evitar las víctimas civiles, para hacerlas explotar en la ciudad. Noel distribuye unas y se responsabiliza, junto a Osvaldo Marrero, con poner las otras en la calle Domingo Puente, en el Casino Campestre y en el callejón del Ángel. Es la noche que otro comando revolucionario es detectado por las fuerzas del régimen y en un encuentro armado mueren los revolucionarios Rodolfo Ramírez Esquivel y Domingo López Loyola mientras Lester y Alfredo Sarduy Valdés son detenidos. A partir de esta fecha, Noel asume en la práctica el cargo jefe de acción y sabotaje del M-26-7 en el municipio Camagüey; su valor personal se pondría a prueba a cada momento.

Jefe, en la práctica, de acción y sabotaje del 26-7 en el municipio Camagüey

Evitar que el régimen condenara aproximadamente a 47 revolucionarios presos y acusados de conspiración, posesión de armas, sabotajes, actividades comunistas y otros artificios legales, es un objetivo del Movimiento y de Noel en particular mediante la destrucción de los expedientes judiciales —con las pruebas reunidas por la policía y fiscalía para presentar en los juicios— que se encontraban en la Audiencia Provincial de la calle Cisneros donde hoy se encuentra el Tribunal Popular Provincial.

El plan es tomar la Audiencia con un comando de acción y prenderle fuego a los cientos o miles de expedientes. El domingo 2 de marzo de 1958, a las 2.00 pm., Noel, los hermanos Rolando y Osvaldo Marrero y Roberto Ollet, penetran en la Audiencia por la puerta de la cochera que da a la calle Hermanos Agüero; con pañuelos en el rostro se dirigen a la vivienda del Aguacil que está en el patio del inmueble; encuentran a su hijo Pedro Rodríguez González con un visitante que detienen en el acto y mientras uno los custodia, los demás localizan a otros dos trabajadores que se encontraban en el interior del edificio de la Audiencia, lo detienen y conducen junto a los primeros.

Regresan al edifico, específicamente a la Secretaría de la Audiencia, y prenden fuego a un gran número de expedientes de causas que se encontraban en el lugar e inmediatamente regresan al patio para retirarse por donde entraron; antes de salir Noel le expresa a los detenidos:

- ¡El Movimiento 26 de Julio sigue su marcha!

Toman la calle y sin contratiempo se alejan del lugar. Al día siguiente, el periódico EL Camagüeyano publicó la noticia del suceso.

La Secretaría de la Audiencia de Camagüey parecía haber sufrido los efectos de un intenso bombardeo… Numerosos empleados se dedican a la tarea de hurgar entre las cenizas y muebles destruidos en busca de documentos propios de la administración de justicia, así como piezas de convicción.[3] Curiosamente, los expedientes de los revolucionarios acusados no estaban en la Secretaría y quedaron intactos en la oficina del Presidente del Tribunal.[4]

La práctica revolucionaria de Noel, demostrada con la disposición y valentía en las acciones realizadas, fue aval para que el Movimiento le encomendara la organización y jefatura de una milicia armada para la huelga que se preparaba en 1958; en su casa, con la ayuda del padre José Ramón, se llenan planillas a los comprometidos. En el mes de marzo, con el objetivo de obtener lo necesario para la huelga, junto a otros compañeros, visita en nombre del M-26-7 a los propietarios de varias peleterías de la ciudad demandándole la entrega de botas para los combatientes. El plan del día de la huelga comprendía hostigar a la policía y cerrar calles; pero el 9 de abril no se dispusieron de las armas que debían “llegar” y se cancelan las acciones. Alrededor de 20 hombres reunidos en la casa de Noel, tienen que desmovilizarse.

Después de la huelga, por una declaración de un detenido, la policía identifica a Noel como jefe de un grupo de acción y posesión de armas por lo que se refugia en el poblado de Aguilar mientras su persecución se agudiza; constantemente lo buscan y varias veces registran la casa; unos días después es detectado en su pueblo natal pero avisado de que se preparaba su detención huye y se oculta en una finca por mes y medio; en esos días realiza varios sabotajes a vehículos de la arrocera Cadenas y del Central Santa Martha después Cándido González.

Por sus actividades revolucionarias es acusado y Noel es citado a juicio, él confía que las autoridades no tienen prueba y su suegro, que es capitán del Ejército, hace gestiones para que no fuera condenado, aunque le exige a cambio que abandone la lucha; el combatiente regresa a la ciudad y como su vida corre peligro, el mismo Capitán lo conduce a la Audiencia; solo le imponen una multa de $ 42.00 que pagaron sus padres y una prima.[5]

Para simular tranquilidad se incorpora al antiguo trabajo; pero su lucha no merma. Por indicaciones del Movimiento, establece contactos con el grupo de alzados en la Sierra de Cubitas y les hace llegar armas —quizás algunas de las que personalmente, con otros combatientes, arrebató a custodios y policías—, mercancías y medicinas y trasladó compañeros a las inmediaciones de la Sierra Maestra para su incorporación al Ejército Rebelde; para esta última tarea, en una ocasión, se había alquilado un auto en La Habana y cuando Noel regresa a Camagüey, el padre se encarga de conducir el auto hasta la ciudad de Ciego de Ávila y abandonarlo ahí para despistar a las autoridades.

La Dirección Provincial del M-26-7 designa a Noel jefe de acción y sabotaje del municipio Camagüey y le entrega un auto para su labor. Para él, una misión importante era liberar a Léster Delgado y otros revolucionarios recluidos en la Cárcel de Camagüey en espera el juicio. Haciéndose pasar como primo de Lester lo visita varias veces en la prisión para coordinar un plan de fuga durante el recorrido que los conduciría desde la cárcel hasta la Audiencia Provincial donde se efectuaría el juicio. Noel es el principal organizador de la audaz acción que su éxito depende de la sorpresa, sincronización, rapidez de los movimientos y, fundamentalmente, valentía y ecuanimidad de cada uno de los participantes.

El rescate de los revolucionarios, más conocido como asalto al carro celular, se realiza en horas del mediodía del 16 de septiembre de 1958 en la esquina de las calles Francisquito y Rosario; a pesar de la muerte de un compañero, fue un triunfo por realizarse en el centro de la Ciudad y a pocas cuadras de la Estación de Policía de la calle Avellaneda. Es considerada la acción más audaz de la lucha clandestina en la ciudad de Camagüey; su protagonista el jefe de acción y sabotaje del municipio homónimo fue Noel Fernández.[6]

Aunque el régimen anunciaba a los medios que capturarían a los comunistas autores de hecho y el ejército y la policía, como parte de las medidas de seguridad, realizaba la más grande movilización de tropas en la ciudad durante la dictadura y las sirenas de los autos policiales sugerían, sicológicamente, abandonar las calles previendo una represalia, los combatientes no se amedrantaron.

Solo unos días después, el 20 de septiembre, Noel fue protagonista de otro hecho que evidencia su valentía. Cuando salía con otro compañero de una cafetería en la calle 25 de Julio, próxima a la casa donde se ocultaba, le dan el alto desde un carro policial; los revolucionarios se echan a correr y cuando les comienzan a disparar, Noel se cubre detrás de un poste de la electricidad y dispara contra el carro dos cargadores de la pistola 45 pues es más útil perecer luchando que caer prisionero. La respuesta permite la fuga del otro compañero desarmado; como la persecución ahora la hacen los policías con más cautela, Noel llega a una casa, se identifica como miembro del 26 de Julio y puede escapar por el patio saltando varias tapias hasta que en otra casa le prestan una bicicleta para retirarse.

El valiente enfrentamiento narrado anteriormente sirve para justificar su incomodidad cuando una acción se incumplía o salía mal por la actitud de los combatientes; frenéticamente les decía:

—¡No la cumplieron, porque ustedes cogen la pistola (y cogía la pistola con la punta de los dedos hacia abajo) así como a un ratoncito al que le tienen miedo![7]

El 13 de enero de 1959 la bicicleta que le facilitaron para huir le fue devuelta a su dueño; Noel había dejado la dirección de la casa y la indicación correspondiente para su devolución cuando la situación lo permitiera. En esa ocasión, al parecer la policía estuvo tan cerca de Noel que puede identificar al revolucionario que los mantiene en desvelo. El 21 de septiembre de 1958 el régimen circula el siguiente mensaje:

"Ayer esta Jefatura cir. [circuló] a Noel Fernández Pérez, blanco, de 21 años de edad, hijo de José Ramón y Enma Pérez, alto, delgado…”[8]

Ahora es más difícil la vida del combatiente, la persecución se incrementa y Noel se refugia en la calle San Clemente nº 55 altos, la casa de Orlando y Ovelvia González su novia. Aquí recibe del Movimiento, una pistola con el grabado en oro y plata de la bandera y el emblema del M-26-7 y el nombre de Noel Fernández; un reconocimiento a sus méritos.

Para evadir la persecución policial —con órdenes de eliminarlo— se tiñe el pelo de rubio, usa espejuelos oscuros, camisa de mangas largas para cubrir un lunar que tenía en cerca de la mano en el brazo izquierdo y se hace llamar Juan pues las acciones no pueden mermar aunque se corra peligro. En octubre el Movimiento le prohíbe salir a la calle, pero su audacia no le permite obedecer. El día 24 dirige la intercepción de un coche motor ferroviario de la ruta Camagüey-Ciego de Ávila en el chucho de Güarina; los combatientes ordenan a los pasajeros y la tripulación bajar para prenderle fuego y echarlo a andar de retorno a la ciudad hasta los Talleres Ferroviarios en Garrido.

Sus antiguos compañeros lo identifican como protagonista de otras acciones revolucionarias como un tren descarrilado cerca del elevado de Ignacio en la línea central cerca de Bidot, la colocación de una bandera del M-26-7 en lo alto de la Iglesia de La Caridad y la disolución —pistola en manos— de varias fiestas en casa de familias y clubes nocturnos.

Cuando la dictadura convoca a elecciones para el 3 de noviembre de 1958 con el objetivo de cubrir con un manto democrático al régimen, los revolucionarios se disponen a sabotear las elecciones. Noel proyecta dejar la ciudad y parte de la provincia sin electricidad mediante el incendio de la Planta Eléctrica ubicada en la entonces calle Estrada Palma y hoy Ignacio Agramonte (en el actual Recinto Ferial). El plan era, a las 6.00 am. interceptar el tren que por un ramal ferroviario abastecía de petróleo a la Planta, someter a la tripulación, incendiarlo y con una bomba en su interior, lanzarlo contra la Planta para volarla.

Como pasaban los días y la acción no se ejecutaba Noel se dispuso llevarla a cabo personalmente, selecciona a Roberto Coello y Ernesto Suárez (después abandonó la Revolución). La noche del 29 de octubre ajusta los detalles del plan en la casa de Ovelvia, en la calle San Clemente; esta trata de disuadirlo para que no participe por el peligro que corría y le suplica, pero Noel no desiste y la consuela diciéndole:

—No te preocupes, mañana a las 7 estoy desayunando aquí como un general. Tú serás la primera en enterarte.[9]

El 30 de octubre de 1958, próximo a la farsa electoral, Noel sale antes de las 5.00 am. para encontrarse con Ernesto y Coello; entre chistes y buchitos de café ultiman detalles de la acción que parece fácil y parten hacía el reparto Saratoga. Cuando el tren llega al crucero de Saratoga y disminuye la velocidad en el chucho de la actual Avenida Ignacio Agramonte, los combatientes avanzan hacía el tren; Ernesto debe dominar al retranquero mientras Coello por la escalerilla de la derecha y Noel por la de la izquierda abordarían la locomotora; este último es el primero en ascender y le explica al maquinista que pretenden volar la planta, el hombre se opone y argumenta que el tren cargado y con una granada sin espoleta en la cabina, al chocar y estallar volaría medio barrio.

Noel le dice al compañero:

—Robert sube…

Muerte

Al subir Coello con la pistola montada en la mano derecha, observa que el maquinista hace un ademán —bajando las manos— para coger algo, piensa que es un arma y al apresurarse a subir choca la pistola con el pasamano o baranda de hierro y se le escapa un disparo que —algunos dicen que de rebote— hiere mortalmente en la cabeza a Noel.

El maquinista le dice a Cuello:

- “… ¡su compañero está herido!...”[10]

Coello sube y comprueba el hecho por lo que se retira inmediatamente; también lo hace Ernesto Suárez.

El cuerpo de Noel queda en el lugar, la policía acude de inmediato y traslada al herido al Hospital de Emergencia en la calle Cisneros, donde actualmente está Higiene y Epidemiología Provincial y la Clínica Estomatológica Pino 3. Unas horas después fallece el revolucionario.

El régimen trata de hacer lo que no pudo mientras el combatiente vivió, no permite a los familiares y amigos que lo velen y procede a enterrarlo en una fosa común sin autopsia y acta de defunción. Después pretenden que los médicos forenses hagan el documento legal y ante la negación vuelven al cementerio, desentierran el cadáver para que los galenos realicen la autopsia. La bala le había penetrado por la cabeza haciéndole una explosión en el cráneo que le provocó dos orificios al salir. Burlando la vigilancia, el día 2 de noviembre aparece en su tumba una ofrenda floral

“A Noel de sus compañeros del M-26-7”.

El despliegue policial y el tiroteo que protagoniza la policía dentro del Cementerio, no amedrenta a los buenos cubanos que rinden homenaje a quien, entre los que combatieron al tirano Batista, fue el más audaz de los revolucionarios camagüeyanos.

Bibliografía pasiva

  • Coello Huerta, Roberto: “Quién era Noel Fernández Pérez?” Artículo inédito en ACRC Camagüey. Cortesía de Ángel Peláez Geijo.
  • Cruz Palenzuela, María Delys: “Aquel extraordinario joven llamado Noel” Adelante, 31 de octubre 1999.
  • Pérez Salas, Antonio y Luna Marrero, Francisco: “Noel Fernández Pérez. En el XXX aniversario de su caída”. En Departamento de Orientación Revolucionaria del PCC Camagüey: revista Las Clavellinas, 1/88 enero-abril. p. 33-34.
  • Rodríguez González, Josefa y Lobaina Rodríguez, Olga: “Noel Fernández Pérez, su lucha revolucionaria”. Trabajo de Diploma. Instituto Superior Pedagógico de Camagüey José Martí. 1989. Archivo personal de Francisco Luna Marrero.
  • Sección de Investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC Camagüey: Síntesis biográficas de mártires camagüeyanos 1953-1967. Fábrica de Impresos Comerciales Camagüey. s/f. p. 54-56.

Referencias

Fuentes

  • Rondón Laurencio, Daris. Acciones del comando revolucionario dirigido por Noel Fernández. Publicado el 2 de marzo de 2021. Disponible en:Oficina del historiador de la Ciudad de Camagüey. Consultado el 6 de noviembre de 2021.
  • Muñoz Gutiérrez, Ricardo. Biografía de Noel Fernández. Disponible en:Filial de la Unión de Historiadores de Cuba en Camagüey. Consultado el 6 de noviembre de 2021.
  • Fernández Madruga, Yang. Evocan legado de Noel Fernández en Camagüey. Publicado el 30 de octubre de 2020. Disponible en:Periódico Adelante. Consultado el 6 de noviembre de 2021.
  • Atiánzar Rivero, Enrique. Recordarán la caída de Noel Fernández. Disponible en:Diario Granma. Consultado el 6 de noviembre de 2021.