San Elías de Enna

San Elías de Enna
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Día celebración17 de agosto
País o región de origenEnna,Italia
Venerado enIglesia católica

San Elías el Joven, que fue monje según las reglas de los Padres Orientales, y después de haber sufrido mucho por parte de los sarracenos a causa de la fe, con una fortaleza de ánimo invencible llevó una vida rigurosa de oración y austeridad, tanto en Calabria como en Sicilia.

Vida aventurera

Nació en Enna, hacia el año 829, con el nombre de Juan, que cambió por Elías al hacerse monje. Fue un asceta greco-siciliano de vida aventurera, marcada por la rigidez propia del monaquismo ítalo-griego del Medioevo bizantino. La suya fue una vida itinerante, llena de aventuras, viajes a pie, fundaciones de monasterios, y milagros. Fue obligado a abandonar su ciudad de Enna (la antigua Henna), asediada por los sarracenos, quienes la conquistaron en el año 859.

Esclavo y peregrino

Elías cae en sus manos y es vendido como esclavo en África. Liberado en seguida, se pone a predicar el Evangelio a riesgo de su propia vida. Obligado a huir, se refugió en Palestina, donde recibió el hábito monástico del patriarca de Jerusalén. Estuvo tres años en un monasterio del Sinaí, de donde pasó a Alejandría, después a Persia, a Antioquía, y finalmente a África. Después de que Siracusa cayó en manos de los árabes (878), Elías, que había retornado a Sicilia, fue a Palermo para volver a ver a su vieja madre; de allí pasó a Taormina, donde se asoció al monje Daniel, que se volvió compañero de sus peregrinaciones y émulo de su virtud.

Labor realizada

Atravesado el Estrecho, fue a Calabria, donde hacia el año 880 fundó el monasterio de Salinas, cerca de Reggio Calabria, que luego tomó su nombre. Amenazado por las incursiones de los sarracenos, se vio obligado a alejarse, primero a Patrasso, en Grecia, y luego a Santa Cristina, en el Aspromonte. El infatigable monje fue de peregrino a Roma, y a su retorno fundó el monasterio de Aulinas (900-901), en el monte que tomó su nombre, en Palmi. La fama de su maravillosa actividad, predicación y de los numerosos milagros llegó incluso hasta Oriente, por lo que él emperador León VI el Filósofo (866-911) lo invitó a Constantinopla.

Muerte

Una vez más el ya anciano Elías se puso en viaje, pero no llegó a destino: llegado a tesalónica, la antigua Salónica, en Macedonia, se enfermó, y allí murió el 17 de agosto del 904. Su cuerpo fue transportado por el fiel monje Daniel hasta Aulinas en Palmi, y según su deseo, fue enterrado en la iglesia del monasterio, que como ya se ha dicho, tomó su nombre, al cual dos siglos más tarde se unió el de San Filerete, otro monje greco-siciliano. Recibió culto público hasta fines del siglo XVIII, es decir, mientras estuvo en pie el edificio del monasterio, derribado en esa época. Una reliquia suya se venera en Galatro (Reggio Calabria), donde también existía un monasterio griego titulado con su nombre. Su nombre continúa unido al Monte San Elías, hoy meta turística muy frecuentada y sobre el cual se alza un oratorio en su honor.

Fuente

https://www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_2910