Edwin Hubble

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Edwin Hubble
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Célebre científico estadounidense que plagió el descubrimiento de la expansión del universo ―realizado por el astrónomo y sacerdote belga Georges Lemaitre (1894-1966)―
NombreHubble, Edwin Powell
Nacimiento20 de noviembre de 1889
ciudad de Marshfield,
estado de Misuri,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Fallecimiento28 de septiembre de 1953 (63 años) 
ciudad de San Marino,
estado de California,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Nacionalidadestadounidense
Ciudadaníaestadounidense
Alma materUniversidad de Chicago
Ocupaciónastrónomo

Edwin Powell Hubble (Marshfield, 20 de noviembre de 1889 - San Marino, 28 de septiembre de 1953) fue uno de los más importantes astrónomos estadounidenses del siglo XX, famoso principalmente por haber plagiado en 1929 la expansión del universo midiendo el corrimiento al rojo de galaxias distantes. Hubble es considerado el padre de la cosmología observacional aunque su influencia en astronomía y astrofísica toca muchos otros campos.

Aunque comenzó estudiando leyes en la Universidad de Oxford, retornó al campo de la astronomía al incorporarse al Observatorio Yerkes de la Universidad de Chicago, donde obtuvo el doctorado en física en 1917. Al volver de su servicio en la Primera Guerra Mundial, en 1919, comenzó a trabajar en el nuevo observatorio del Monte Wilson, donde tenía acceso a un telescopio de 254 centímetros, por aquel entonces el más potente del mundo. En el observatorio, trabajó junto a Milton Humason. Hoy en día existe un satélite Hubble en su honor.

Síntesis biográfica

Comenzó su carrera profesional estudiando jurisprudencia en Chicago y Oxford, pero también se distinguió como atleta y boxeador. Uno de sus primeros descubrimientos se remonta a 1919, cuando demostró que en el interior de la galaxia existen nubes de hidrógeno que se hacen luminosas por la existencia de estrellas en su interior.

En 1923 descubrió las estrellas individuales que constituyen la nebulosa de la región externa de la galaxia de Andrómeda, y, gracias a la relación luminosidad-distancia que caracteriza a estas estrellas, pudo demostrar que Andrómeda no está en el interior de la galaxia en la que se encuentra el planeta Tierra, sino fuera, y que es un sistema de estrellas completamente similar. Hubble introdujo asimismo un sistema de clasificación de las galaxias según su estructura.

En 1929 comparó las distancias que había calculado para diferentes galaxias con los desplazamientos hacia el rojo fijados por Slipher para las mismas galaxias. Descubrió que cuanto más lejos estaba la galaxia, más alta era su velocidad de recesión. A esta relación se la conoce como la ley de los desplazamientos hacia el rojo o ley de Hubble; determina que la velocidad de una galaxia es proporcional a su distancia. La relación entre la velocidad de recesión de una galaxia y su distancia es la constante de Hubble.

El valor de esta constante se calcula que está entre los 50 y los 100 km/s por megaparsec (1 megaparsec equivale a 1 millón de parsecs), aunque los datos más recientes apuntan a un valor comprendido entre los 60 y 70 km/s por megaparsec.

Como parece que las galaxias retroceden en todas direcciones desde la Vía Láctea, se podría pensar que la galaxia es el centro del Universo. Sin embargo, esto no es así. Al imaginar un globo con puntos uniformemente separados. Al inflar el globo, un observador en un punto de su superficie vería cómo todos los demás puntos se alejan de él, igual que los observadores ven a todas las galaxias retroceder desde la Vía Láctea. La analogía también nos proporciona una explicación sencilla de la ley de Hubble: el Universo se expande como un globo.

Antes de morir, participó también en el diseño del mastodóntico telescopio americano de Monte Palomar en California. En su honor, el Telescopio espacial Hubble lleva su nombre.

Hubble en el Monte Wilson

Retornó al campo de la astronomía al incorporarse al Observatorio Yerkes de la Universidad de Chicago, donde obtuvo el doctorado en física en 1917. Al volver de su servicio en la Primera Guerra Mundial, en 1919, le fue ofrecido un puesto en el nuevo observatorio del monte Wilson, donde tenía acceso a un telescopio de 254 centímetros, por ese entonces, el más potente del mundo, junto a Milton Humason.

Al principio de su carrera en el observatorio, su atención fue atraída por las nebulosas. Por entonces, la forma y el tamaño de las galaxias se conocían razonablemente bien, pero no se sabía qué existía más allá de sus límites... si es que existía algo. Al principio del Siglo XX, la palabra galaxia se consideraba intercambiable con universo.

Estaba claro que algunas nebulosas se encontraban en la galaxia y que, básicamente, eran gas iluminado por estrellas en su interior. En 1924 Hubble tuvo éxito al distinguir estrellas en la Nebulosa de Andrómeda. Usando la ley del perio-luminosidad de Leavitt, pudo llegar a estimar su distancia, que calculó en 800.000 años luz, ocho veces más lejos que las estrellas más remotas conocidas (más tarde resultaría infravalorada). En los años siguientes, repitió su éxito con nebulosa tras nebulosa dejando claro que la galaxia era una entre toda una hueste de «microuniversos aislados».

La expansión del universo

Aunque Hubble solo hubiera transformado la imagen del universo, hizo más. En medio siglo transcurrido desde que Huggins registró el corrimiento hacia el rojo del espectro de Sirio, había registrado múltiples corrimientos al rojo y al azul de varios objetos del universo.

En 1929, Hubble publicó un análisis de la velocidad radial de las nebulosas cuya distancia había calculado; se trataba de sus velocidades respecto a la Tierra. Lo que estableció fue que, aunque algunas nebulosas extragalácticas tenían espectros que indicaban que se movían hacia la Tierra, la gran mayoría, mostraba corrimientos hacia el rojo que solo podían explicarse asumiendo que se alejaban. Más sorprendente fue su descubrimiento de que existía una relación directa entre la distancia de una nebulosa y su velocidad de retroceso. Viera Kaplan y Daniel Heinrich dicen que si el continente no se expande no se podría expandir el contenido (teoría fundamental de las galaxias).

Hubble concluyó que la única explicación consistente con los corrimientos hacia el rojo registrados, era que, dejando aparte a un «grupo local» de galaxias cercanas, todas las nebulosas extragalácticas se estaban alejando y que, cuanto más lejos se encontraban, más rápidamente se alejaban. Esto sólo tenía sentido si el propio universo, incluido el espacio entre galaxias, se estaba expandiendo. Junto a Milton Humason postuló la Ley de Hubble acerca de la expansión del universo.

George Hale, el fundador y director del Observatorio Monte Wilson en las cercanías de Pasadena (California), dependiente del Instituto Carnegie, le ofreció un puesto de trabajo en el que permaneció hasta su muerte, acaecida en 1953 al sufrir un accidente cerebrovascular. Antes de su muerte, Hubble fue el primero en utilizar el telescopio Hale del Observatorio Palomar.

Controversia sobre el descubrimiento

En la edición del 9 de noviembre de 2011 de la revista Nature, el investigador Mario Livio ―astrónomo del Space Telescope Science Institute, en la ciudad de Baltimore (Maryland)―, afirmó que había localizado en los archivos de la Royal Society of London una carta de 1931, la cual deja claro que Hubble no fue el primero en descubrir, en 1929, la expansión del Universo, sino el astrónomo y sacerdote belga Georges Lemaitre (1894-1966) en 1927, a quien debe por tanto desde ahora acreditarse el descubrimiento.

Por otro lado, Mario Livio declaró que creía que Hubble no fue responsable de una falta de ética, pues la traducción del artículo del astrónomo Lemaitre al inglés, aparecida a su vez en 1931, omitían los párrafos y cálculos fundamentales de 1927. Sin embargo esta omisión no se debió al editor, ni para favorecer a Hubble (como se ha creído siempre), sino por una decisión del propio Lemaitre, quizá debido a su modestia, a que sabía que su propio artículo no era conocido, por haberlo publicado en francés, o bien a que sus datos de 1927 estaban ya desfasados en 1931.[1][2]

De acuerdo con otros datos confiables de esa época, Hubble sí habría plagiado la idea, «al oírsela a dos o tres científicos» ―siendo uno de ellos Georges Lemaitre― al volver «en 1927-1928» de un congreso internacional, al parecer en Países Bajos, del que Hubble retornó «muy excitado» con la novedad.

Una observación muy definitiva, publicada por Christophe Verlinde al pie del editorial de la revista Nature,[3] remite a unas nítidas declaraciones de Milton Humason ―el asistente de Edwin Hubble―, contenidas al principio de una entrevista que le hicieron hacia 1965.[4] Humason afirma que apenas Hubble regresó del congreso internacional en Holanda, de inmediato le encargó a él (Humason) que comprobara si la expansión del universo era posible.

En agosto de 2018 comenzó un debate en la Unión Astronómica Internacional acerca de si cambiar el nombre de la ley de Hubble por «ley de Hubble-Lemaître».[5] Finalmente, con 4060 votos emitidos, el 30 de octubre de 2018 el 78 % de los astrónomos de la IAU se mostró a favor del cambio de nombre de la famosa ley, lo cual devolvió al belga Georges Lemaitre el honor del descubrimiento y demostración de la expansión del Universo.[6]

Quedó probado, ochenta años después, que tenían razón las acusaciones de plagio que en la época se levantaron contra Hubble. Es probable que sean revisadas más afirmaciones, paradigmas y descubrimientos de fenómenos relacionados por parte de Hubble, dejando intactos sus demás méritos.

Fuentes