Tarascos

Tarascos
Información sobre la plantilla
15,4 KB
Concepto:Comunidad indígena. Vida, ocupación y tradición de “Los Tarascos”

Tarascos. La cultura tarasca o purépecha es una cultura precolombina de México que floreció principalmente en la región oriental del estado de Michoacán.

Territorio que ocupaban los tarascos

Integraban el territorio del actual Estado mexicano Michoacán, gran parte de Jalisco y Nayarit y la parte norte Guerrero, Tzintzuntzán, capital de los tarascos se encontraban a orillas del lago Pátzcuaro era la residencia veraniega de los gobernantes tarascos. Para las construcciones arquitectónicas de Tzintzuntzán son característicos los llamados yacates: pirámides escalonadas de base circular construidas con grandes bloques de lava volcánica sin disolución alguna de cemento.

Surgimiento del Estado de los tarascos

Hasta el año 1200 de n.e. en ese territorio sobresalían centros como Apatzingan, Zacapa y Cojumatlán. El territorio de Michoacán estaba poblado por tribus de la familia nahua que mantenían relaciones culturales con Jalisco, Nayarit y Colima. Parte de estas tribus pobló los territorios que circundan el lago Pátzcuaro, que aproximadamente en el año 1200 fueron invadidos por los nahua y los chichimecas. La población local fue asimilada por los invasores y sobre ésta base surgió la cultura conocida bajo el nombre de tarasca. Así fue como surgió el Estado Tarasco.

Clasificación de la lengua tarasca

Algunos investigadores la destacan como lengua independiente que no guarda ningún parentesco genético con las demás lenguas de Mesoamérica. Piña Chan considera que el tarasco posee elementos análogos con la lengua de Perú y, es más asevera que existe cierta semejanza estilística entre las cerámicas tarasca y peruana. Se presenta dos hipótesis que explican dicha semejanza: los partidarios de una de ellas consideran que la influencia llegó del lado de la costa del Pacífico entre los años 200 y 700 de n.e. Los partidarios de la otra hipótesis suponen que la vigorosa influencia de Mesoamérica llegó hasta las más alejadas culturas de América del Sur.

Ocupaciones de los tarascos

En vista de que ellos habitaban en las cercanías de un lago, la pesca era considerada como una importante ocupación, a la par de la pesca los tarascos se dedicaban a la recolección, la caza y a la agricultura. Las labores agrícolas eran efectuadas en forma colectiva, las tierras se dividían en patrimonios del gobernante supremo, de los sacerdotes, de los guerreros y de los pequeños gobernantes. Gran maestría alcanzaron los artesanos. Se destacaban los artífices que se dedicaban a hacer tocados y adornos de plumas.

Los artesanos tarascos trabajaban hábilmente el metal usando diferentes técnicas para el labrado de el oro, la plata y el cobre. Los joyeros pulían con exquisito gusto tanto piedras comunes como preciosas o semipreciosas: cristal de roca, pirita, turquesa, amatista y otras. La cerámica que se conservó testimonia la gran calidad de los alfareros tarascos. Las hermosas telas de los tejedores eran utilizadas en la elaboración de diferentes artículos.

Organización social del Estado Tarasco

El gobernante supremo era irecha o casonquí que personificaba el poder del Dios Curicaveri. El poder político y administrativo eran ejercidos por éste con ayuda de un séquito de ayudantes – consejeros: para problemas estatales, de dirección del pueblo, conducción de las guerras, recolección de tributos, reglamentación de la caza y la pesca, trabajos agrícolas. También había tesoreros, embajadores, mercaderes. El sacerdote principal y el jefe militar gozaban de gran poder en el Estado. La organización social se distinguía por su rigurosa estratificación. Los tarascos crearon un poderoso Estado centralizado que poseía gran fuerza política y capaz de enfrentar a cualquier enemigo. Ni siquiera el poderoso Estado azteca pudo invadir el territorio tarasco.

Tipo de creencias

Siendo politeístas, los tarascos rendían culto al Dios del Sol, al Dios del Fuego, al Dios de la caza y la pesca. Cueravaperi-Diosa de la vida y la muerte y Curicaveri- Dios del Fuego, enviado del sol, eran considerados como deidades supremas. En concordancia con las nociones cosmogónicas tarascas, el universo estaba formado por tres esferas dispuestas una sobre la otra y cada una orientada según los puntos cardinales con un centro único. Según la tradición existente entre los pueblos de Mesoamérica a cada punto cardinal le correspondía un color divino. Los tarascos consideraban que en el Norte se encontraba el Dios Amarillo de la Fertilidad; en el Sur, el Dios Negro del Sol, que descendía al poblado de los muertos; en el Este, el Dios Rojo del Mar y en el Oeste, el Dios [[Blanco del Viento.

Fuente

  • Revista “América Latina” No. 5 / 86. Editorial Progreso Moscú.