Ángel Silvestre Díaz Morales

Ángel Silvestre Díaz Morales
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Datos personales
Nombre completoÁngel Silvestre Díaz Morales
Nacimiento1951
Caimito, Artemisa,Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
OcupaciónArtista plástico
Datos artísticos
ÁreaArtes Plásticas
Obras notablesUn tambor para Massaguer, Y el amor

Ángel Silvestre Díaz Morales. Artista plástico artemiseño, diseñador, ilustrador y destacado promotor cultural. Fundador del evento Botella al mar, como parte del Festival Internacional de Poesía de La Habana, amén de sus febriles colaboraciones con el Proyecto imagen.

Síntesis biográfica

Nació en el año 1951 en Caimito, Artemisa, Cuba. Conocido sencillamente como "Silvestre". De formación casi autodidacta, alegre, enamoradizo y querido hombre de su pueblo. Comenzó sus primeros pasos en el mundo de las artes visuales durante su infancia en la localidad de Guayabal, bajo la tutela de quien fuera su primer profesor, el excelente y escasamente conocido pintor y escultor Ricardo Gómez Amador. Poco después, en la adolescencia y juventud, estudió dibujo técnico y arquitectónico, de donde le viene ese convincente dominio del espacio, entre otras especialidades menos acordes al arte, pero enriquecedoras de su experiencia personal.

Autodidacta, condición que él se adjudica, porque, además de los estudios mencionados, hay que subrayar su admisión, en 1975, en la muy selectiva Academia de Artes Plásticas de San Alejandro, donde fue avezado alumno hasta que dos años después, en 1977, el deber patriótico fue más fuerte que el personal deseo de satisfacer su gran pasión por el arte: entonces se marchó a cumplir misión como combatiente internacionalista en Angola.

A través de sus lienzos y cartulinas reímos y también reflexionamos, con imágenes emergidas de la pincelada libre y picaresca, de la contagiosa armonía de las manchas, las líneas y los colores, muchas veces apuntalados con textos muy bien seleccionados. Su creación pictórica insta al espectador a olvidar, por un instante, los tabúes morales, la intolerancia y el temor de vernos reflejados en alguna que otra pieza de quien, en deshonra de su milenario y casto nombre, más tiene de diablo que de ángel.

Fuente