Bueycito (Buey Arriba)

Localidad Bueycito
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Localidad de Cuba
EntidadLocalidad
 • PaísBandera de Cuba Cuba
 • ProvinciaGranma
 • MunicipioBuey Arriba
 • Fundación1514
Población 
 • Total1145 hab.

Bueycito. Localidad situada en el municipio de Buey Arriba, provincia de Granma, Cuba. Barrio ubicado en la parte llana de Buey Arriba y que fuera en la etapa colonial y neocolonial la cabecera del territorio. Actualmente constituye el núcleo del Consejo Popular de este nombre, y está electrificado por el Sistema Electroenergético Nacional (SEN). Posee una población de 1145 habitantes.

Ubicación

Este asentamiento limita por el Este con Curía, por el Norte con Sainicú y Tínima, y por el Sur y el Oeste con el río Buey.

Historia

Sus tierras fértiles dieron vida a los aborígenes que se instalaron en las riberas del Buey, fundamentalmente en Tínima y Palmarito, donde fomentaron producciones de yuca y tabaco, y se hicieron expertos en el trabajo de la cerámica, como lo demuestran las piezas encontradas al noroeste del poblado, en El Cerro de Los Copales.

El nombre de Bueycito nació a partir de la existencia del río Buey, que rugía muy fuerte en sus riadas por las alturas cercanas a la Sierra Maestra, y conocidas como Buey Arriba, y que disminuían sus ruidos a su paso por las orillas del antiguo corral de Bueycito, fomentado por los hispanos como una dependencia del Hato de Valenzuela, desde 1514, y conocida como Buey Abajo.

Quiso la providencia que las crecidas del Yao afectaran reiteradamente a Valenzuela, lo que obligó a los dueños a trasladar para Bueycito su sede colonial, convirtiéndose, en 1838, en la cabeza del Partido.

La presencia hispana en Bueycito fue muy fuerte, así como el surgimiento de los criollos como el célebre literato José Antonio Saco, quien poseyó 11 fincas en este Partido. También fue notoria la presencia del acaudalado patricio Francisco Vicente Aguilera Tamayo y de Carlos Manuel de Céspedes, quienes vivieron en la parte baja y alta del Buey, antes de 1868.

Además las tierras fértiles del Partido de Bueycito dieron vida a los mambises, sobre todo a los hombres de Antonio Maceo que en 1869 atacaron Tínima y Palmarito, a los de Aguilera y Modesto Díaz Álvarez, que pelearon el 6 de abril de 1869 contra una columna española en La Angostura, y a los que el 25 de noviembre de 1873, bajo el mando de Calixto García Iñiguez y Antonio Maceo, atacaron, tomaron y quemaron el cuartel español de Bueycito.

También es importante señalar que los veteranos de la Guerra de 1868 y de la Guerra Chiquita, y sus vástagos , se incorporaron el 24 de febrero de 1895, en Mogote, a la Guerra de 1895 que organizó Martí, y que atacaron al cuartel de Bueycito el 26 de febrero de 1895, esta vez a las órdenes de Esteban Tamayo Tamayo, y que posteriormente pelearon junto a Maceo, el 13 de julio de 1895, en Peralejo, y junto a Calixto García Iñiguez y Jesús Sablón Moreno (Rabí), en los llanos de Bueycito, en 1896, hasta que el 28 de abril de 1898 el poblado fue libre del coloniaje español.

La misión imperial del teniente Andrea Summer Rowan

A finales de mayo de 1898, llegó al territorio cubano, por la ensenada de Mora, aledaña a las estribaciones del Pico Turquino, el teniente Andrea Summer Rowan portando cautelosamente un mensaje de parte del Presidente de Estados Unidos, William Mckinley para el mayor general Calixto García Iñiguez.

La ruta que siguió el teniente Rowan, desde su partida de Washington hasta el cumplimiento de su misión en la legendaria ciudad de Bayamo, es como sigue: de Washington salió sin muchas averiguaciones y llegó a Jamaica, en este lugar se puso en contacto con laJunta Revolucionaria y obtuvo la documentación necesaria, para presentarse ante el general Calixto García.

Desde Jamaica con la ayuda de los revolucionarios, desembarcó en la ensenada de Mora, cerca del Pico Turquino, en la Sierra Maestra, para llegar al campamento distrital del mayor general Salvador Hernández Ríos, Jefe de la División de Manzanillo, quien tenía su Cuartel General, en El Chino, lugar situado entre Vicana y Manzanillo.

Allí el general Hernández Ríos preparó una escolta comandada por el teniente de caballería, Eugenio Leopoldo Fernández Barrot quien dominaba el inglés, y al otro día el general Hernández Ríos ordenó la partida de su escolta, en busca del general García, a quien suponían en la zona de Contramaestre.

La escolta, pasando por la Caridad de Almagro, penetró por la parte suroeste al antiguo barrio de Bueycito, actual municipio de Buey Arriba, por caminos casi intransitables; pero el estado de cansancio de las bestias y el estropeo natural del teniente Rowan, obligó a los expedicionarios a formar un campamento improvisado en plena manigua, desistiendo del proyecto primitivo de reunirse en una sola con el general García. Y fue el territorio de Buey Arriba donde descansó.

El extranjero recién llegado, a su paso por los parajes de este maravilloso territorio del actual municipio de Buey Arriba, un tanto silencioso por cumplir con éxito su misión suprema, no dejo de mirar con sus ojos de águila imperial, las ventajas que tierras vírgenes como las que pisoteaba, les podía ofrecer a sus intereses expansionistas, no obstante, a pesar de todas las ideas que perturbaba en su cerebro de trampolín de sus presidentes, la noche del 30-4-1898 pasó con alguna tranquilidad para el teniente Rowan.

Al llegar el nuevo día, el grupo descendió por las pendiente escabrosas de las cerros y lomas de Bueycito, es decir, por el suroeste de la parte alta del río Buey, lugar que hoy se conoce como “El Olimpo”, “San Antonio” y otros, donde no era extraño encontrarse docenas de caseríos, fomentados por los libertadores que habían abandonado el llano, cuando la inhumana y criminalísima reconcentración del sanguinario General Weyler que los obligaba a constate migraciones, la que se extendía desde el mismo Bueycito hasta lo más intrincado de la Sierra Maestra.

Teniendo en cuenta las pequeñas unidades poblacionales que existían en la Sierra Maestra, a menudo los expedicionarios, se encontraran con los campesino y fue como caminando a ratos un poco silencioso, por el camino que venía de Bayamo, en la zona cercana a Peralejo, la presencia de algunos campesinos, puso en movimiento al pequeño grupo, ellos traían a sus hogares la grata noticia de que el General Calixto García había ocupado la ciudad de Bayamo, lo que le sirvió de brújula, para que ese mismo día 1ro de mayo de 1898 se produjera el encuentro entre el teniente Rowan y el general.

Para esa época el General Calixto García, mordió el anzuelo y hasta honores se le rindió al “afamado héroe”, quien se presentó a favor de la independencia, y el general mambí designa a otro de sus generales, a Enrique Collazo al frente de una embajada que envió a los Estados Unidos con el “distinguido” Rowan para tratar el asunto y su tropa ayudaría a la norteamericana a derrotar la fuerte plaza de Santiago de Cuba. Mientras García peleaba en Santiago de Cuba, las tropas que operaban en ese territorio se mantenían en estado de alerta y aún en los últimos momentos de la guerra, atacaron en Babatuaba a una fuerte columna española el día 26-7- 1898.

Esta columna estaba dirigida por el General Escario y de segundo a Puig Romañón, los que al desembarcar en Manzanillo tenían como propósito apoyar a los suyos que se batían contra la tropa de García y los americanos en Santiago, pero la travesía no le fue bien, pues los insurrectos lo huir a marcha forzada desde el mismo Babatuaba, hasta el Almirante, para estos tiempos se ignoraban los verdaderos intereses del imperialismo yanqui, la que se declaró al no dejar pasar las tropas insurrectas, luego de hacer rendir los españoles en Santiago de Cuba.

El control económico y político de Cuba por el imperialismo norteamericano. Su repercusión en Buey Arriba

Con el Tratado de París del 10-12-1898 se puso fin a la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana, pero los cubanos sólo cambiaron de amo porque los norteños ocuparon militarmente a la isla y se decidieron a lograr tener en sus manos el control económico y político de Cuba.

¿Cómo lo lograron?

En primer lugar haciendo una “pacificación” de las zonas que, como Buey Arriba, durante la guerra se mantuvieron como un foco de amplía rebeldía a través del licenciamiento de sus mambises. En segundo lugar se implantó una forma de gobierno corrupta que respondía a los intereses del imperio. En tercer lugar se acudió a la existencia, como en nuestro territorio, de una abundante fuerza de trabajo sin empleo que se vendía en el nuevo mercado a un precio muy barato.

El subdesarrollo de las fuerzas productivas fue el mejor aliado del amo norteño para guiar las riquezas de Cuba y por ende las de este suelo, donde la penetración del capital de Norteamérica comenzó con la apropiación barata de las mejores tierras para el desarrollo de la ganadería.

Pero al saberse dueño de las tierras se extendieron a otros renglones económicos, no sin antes conocer las posibilidades del barrio, lo que se evidencia cuando un oficial de la inteligencia norteamericana le escribió al señor alcalde municipal de Bayamo lo siguiente:
“Cuartel de Marina, Mzllo, Cuba” Nov. 25, 1907.
Señor Alcalde Municipal.

Señor: Tengo el honor de rogar a Ud. me suministre alguna información acerca del barrio de Bueycito, que se desea en La Habana lo más pronto posible.1ro. Los límites del barrio.2do. Población estimada.3ro. Principales industrias. 4to. Vista geográfica del barrio: nombres de poblados, villas y su localización (nombre de caminos o ríos en los que están situados y sus distancias en dirección del pueblo de Bueycito).

El número de habitantes en cada pueblo; los números de casas de madera, de ladrillo, de piedra; número de tiendas y escuelas en cada pueblo.
Si esta información puede ser obtenida y enviada a mí en la fecha más rápida, lo apreciaría mucho.

Gracias y queda de Ud. muy respetuosamente P. C. Perrey. 2do teniente del Cuerpo de Marina de EU. Oficial de inteligencia”.

La solicitud del mencionado oficial al señor alcalde municipal de Bayamo, constituye el pedido de una fotografía por escrito del barrio de Bueycito. A todas las condiciones que se mencionan, que de hecho eran propicias para los intereses del capitalismo, se le adicionan algunas denuncias mineras a finales del siglo pasado y los inicios del presente, los que se mantienen como reservas de un mercado hasta que la entrada en una confrontación mundial les abrió el apetito a las compañías norteamericanas que comienzan su explotación.También es necesario señalar que a finales del Siglo XIX e inicios del XX y con la ocupación norteamericana del territorio, los abundantes árboles maderables centenarios cercanos a Bueycito, fueron utilizados en la reconstrucción de las casas más antiguas y de los comercios que fueron afectados por la Guerra de 1895 y en la construcción de nuevas viviendas, y que la presencia de los veteranos del Ejército Libertador cuando iban a cobrar su chequera a Bueycito, se hacía sentir, sobre todo la del teniente coronel Amador de Jesús del Socorro Liens Cabrera, y la del capitán Juan Núñez Martínez, que habían sido invasores junto a Maceo.

La situación política de Bueycito

El territorio en 1899, continuaba siendo un barrio dentro de la jurisdicción de Bayamo, dirigido a partir de entonces por un alcalde “elegido” como resultado de la lucha de diferentes partidos, el “Liberal” y el “Conservador”, que desde sus incipientes formas de manifestarse, lograron hacerse fuertes en el territorio político, aunque los 2 constituyen un modo de enseñarse la demagogia, la explotación, el entreguismo y todas las secuelas que engendró el capitalismo, como el amo y señor de Cuba en las nuevas condiciones históricas.

Para la aplicación de lo jurídico, es decir, para garantizar el cumplimiento de las leyes comienzan a crearse los juzgados, por Ley del Registro Civil aprobada el 1ro de enero de 1885, en los términos de barrio y el día 4 de julio de 1899, se instituyó el del barrio de Bueycito, contando además con otros funcionarios, el ejército de la dictadura (Guardia Rural), las cárceles, etc., para la represión.

El primer juez de término de barrio fue Florencio Terga Reyna y alternó con Estaban Tamayo – Saco hasta 1923 en que entró Juan Luis Vega Ramírez Escalona. El primer secretario fue Estaban Roa León y le sucedieron Joaquín Pacheco, Miguel Acuña Nápoles, Las Alsina, Juan Luis Vega Tamayo Céspedes, hasta que en 1923 entró Santos Rodríguez Guerra.

El cargo de alcalde como “hombre providencial” que haría mover este engranaje, fue muy inestable al iniciarse la Neocolonia y el primero, tal vez designado por la falta de una “democracia burguesa” en medio de aquella incertidumbre, lo fue, Joaquín Silva Estrada y le suceden en el puesto, Manuel Montero Arias, Blas Alsina Mestre, Luis Leal Figueredo, Enrique Fallé Sánchez, hasta que en 1923 entró Juan Luis Vega Ramírez Escalona.

Esta nueva estructura mantenía como autoridad en los poblados o caseríos al llamado concejal, el que con características similares a los superiores, era toda demagogia y politiquería. Al iniciarse la etapa neocolonial en 1899, el barrio de Bueycito tenía 1590 habitantes, lo que significa un aumento de 837, en comparación con 1877, lo que evidencia en alguna medida, cual serían las posibilidades que les reservaban los amos, al recibir un país con una economía destrozada por las crisis y la guerra.

El desarrollo del comercio en Buey Arriba

El incremento constante de la población demandaba de la “estabilización” por lo menos del comercio para demostrar “propiedad” y esto no había que exigírselo mucho a la gente que buscaba fortuna, por lo que el viejo comercio se “revitaliza” y dentro de él, las tiendas de los comerciantes españoles Candelario Pérez, Juan Luis Vega Álvarez Barjacoba y Antonio Alonso, los que pasaron a inicio de siglo a José Álvarez Brizuela (hijo) y a Pedro Olivé Milán, que se hizo cargo de los dos restantes.

Para estos tiempos se abren nuevas tiendas, como la de Pedro Rubio y Alfredo Pérez, la de Miguel Jordán o infinidad de cantinuchos más. En el caso de la parte alta del río Buey solo existía la cantina llamada “La tenaza”, de un tal Alejandro Rosales, el que era como un intermediario entre la cabecera del barrio del bario (Bueycito) y la sierra y no alcanza mayor desarrollo hasta finales de la década del 20 y los inicios del 30.

No obstante, la crisis de 1929 afectó los alimentos de la sociedad y dentro de ella, no se escapó el comercio, todo lo que se evidenció con la caída de los precios, pagándole muy barata las producciones adicionales a los hombres del campo, por ejemplo: el quintal de malangas se le pagaba a 30 centavos, el de fríjol a $1.50, el de ñame a 20 centavos, el de maíz a solo 10 centavos, el plátano a 30 centavos el ciento, la naranja a 20 centavos, la piña, el zapote y otras frutas no valían nada.

El café era a $ 3.00 el quintal en cáscara y bien cosechado y a $ 3.50 en cambio de mercancías o por cuentas en “vales” que los cosechadores tenían como deuda con los comerciantes. Como es notable, el precio de los productos era relativamente abaratado, lo que encarecía la vida de los hombres y mujeres del campo, quienes endeudados sin límites, apenas tenían dinero para comprar lo imprescindible en las tiendas que se abarrotaban. Los salarios eran abusivos, reducidos a 20,30 y 40 centavos diarios, cuando se encontraban los empleos.

El surgimiento de Minas de Bueycito le fue quitando liderazgo a Bueycito

Aparejado al desarrollo de la 1ra Guerra Mundial, y dada la demanda que para aquellos tiempos se hacían de los minerales para la industria de guerra y teniendo en cuenta que en este territorio ya había algunas denuncias de la existencia de manganeso e incluso desde el siglo pasado, son dentro de otros, los factores que le permiten al imperio penetrar directamente sus capitales en otras ramas de la economía y comenzar a robar directamente el preciado mineral, dejándole a sus verdaderos dueños encargados de extraerlos, algunas partículas que se le pegaban en sus carnes y en las mugrientas ropas que vestían.

La primera compañía norteamericana que penetró fue la conocida por Sum Belomé Company, la que inicialmente explotó el buscado mineral en unas 13 áreas, de las que se recuerdan Oviedo, Manuel, Rosario, Limones, Los chivos, Vicente, Segundo Villa, La Piedra y otras. La mencionada compañía en demostración de “prosperidad” creó una vía de ferrocarril estrecha, entre “Las Minas de Sum” y Julia.

También construyeron entre 1921- 1926 una planta de beneficio con el fin de enriquecer el mineral. La fuerza de trabajo que emplearon los propietarios al inicio, eran en su mayoría españoles, los que por una razón de idioma y otros factores le dieron mayor posibilidad de intercambio con los pobladores de la zona, convirtiéndose en verdaderos maestros de la técnica de la minería, para compartir juntos aquel explotador de sistemas.

Las excavaciones se hacían por cuneta propia, es decir, cavar y abrir perforaciones de decenas de “pies” de profundidad para ver si tenían la suerte de encontrar manganeso y si no lo lograban, irían a otro pozo y todo esto sin derecho a cobrar nada, porque lo que se pagaba era el producto y a muy bajo precio, a unos 15 ó 20 centavos la lata de manganeso.

La ausencia de seguridad social, de salud, de educación, de alimentos y todos sus derechos, incluyendo el derecho a la vida que era arriesgada desde el amanecer hasta el anochecer en aquellos pozos, era lo que compartían los hombres de este territorio en sus casas insaludables con sus mujeres, con sus hijos y demás familiares.

Esto no impidió en nada a que una fuerza laboral flotante en otras partes del territorio de la antigua provincia de Oriente, migraran en busca de trabajo hacia la parte alta del río Buey, llamada por unos “Minas de Sum” ó “Minas de Bueycito” por otros Buey Arriba que es el nombre más antiguo que se conoce en la historia de este territorio.

El desarrollo de la caficultura en Minas de Bueycito

Hacía mucho tiempo que la parte alta de este río, es decir, Buey Arriba estaba poblada, pero es lógico que se incrementara una mayor escala, con la aparición de la minería en este período y luego con la caficultura en la década del 20, aunque la etapa minera en los años 40, es la que le dio el “golpe de gracia” a Bueycito como cabecera, concentrándose la unidad poblacional en la parte alta de este territorio.

La etapa minera que inició la Conpañia Sum Belomé Company se paralizó por completo con la crisis que se inicia en 1929 y como se demostrará posteriormente, una gran parte de los obreros de la minería, pasaron a la caficultura como recogedores de café y en la limpia, la siembra, los que tenían un mayor grado de politización y por tanto, los primeros en lanzarse a las luchas junto al campesinado.

La entrada de las Minas de Bueycito en la palestra de la historia como cabecera de barrio, empezó con la instalación en la parte alta del Buey, actualmente conocida por Buey Arriba, de algunos cantinuchos y bodegas que reemplazaban el comercio de quien fuera su fundador, Alejandro Rosales. Junto con ellos se construyó una tienda de ropa en la que se vendían también zapatos, cristales y perfumes, una zapatería, dos herrerías, varias carnicerías, un cine rústico, varias “fondas”, un taller artesanal de aparejos para los mulos, un centro de acopio y beneficio de café y cacao, lo que propició la penetración de pobladores de las zonas de Vueltarriba hacia las montañas de Minas de Bueycito.

La producción de café en el territorio data del siglo pasado y se recuerda como sus primeros cosechadores al francés Bernardo Liens en el “Rosario” y el cubano Esteban Nieto en la zona de El Macío, ellos también producían miel de abeja, cera y sogas de majagua; pero el mayor florecimiento de la caficultura fue a inicios del presente siglo.

Alrededor de 1923 vino de Palma Soriano, un tal Luis Medina Hugot, representante de la firma comercial “Garcés y Fuentes” acaparadores de café y cacao. La primera tarea fue la de comprar todas las tierras en venta que existían, las que dadas las reglas de compra al “por mayor”, fueron baratas, es decir a unos 20 ó 22 veces más caras a 400 pesos al contado y a 450 a plazos.

Hubo una gran mayoría de campesinos que su fortuna acumulada solo le dio para adquirir pequeñas parcelas, pero hubo también latifundistas que compraron grandes extensiones de tierra, los que por no contar con un fuerte capital, se decidieron por implantar otro método de explotación, el colonato.

Estos pequeños capitalistas entendieron que era más beneficioso a sus intereses, mantener el colonato sumiso a diferentes contratos mediante los que se estipulaba que el campesino, luego de hacer grandes o pequeños desmontes y fomentar las plantaciones sin ayuda de nadie, estaban en la obligación de entregar las tierras a sus dueños a los tres años y pasar a fomentar otro lote, luego de recoger el llamado rapiñeo.

Al finalizar se le indemnizaban al campesino con $ 75.00 por caró (0.10 caballería). Otros propietarios pensaron que era más provechoso para sus intereses no indemnizar esas tierras y dejar al campesino en las plantaciones, convirtiéndolo en su partidario y bajo esta condición les obligaban a pagar como impuesto, el 40 o el 50% de sus producciones, libres de todo tipo de gastos. En condiciones infrahumanas y bajo los más humillantes métodos de explotación, con características semifeudales, se desarrollaba en esta etapa la caficultura.

Junto a las familias campesinas se fue desarrollando la clase proletaria, la que solo contaba con su fuerza de trabajo, quedaba la penosa situación por la que atravesaban, se veían obligados a vender su fuerza a los señores capitalistas a un precio demasiado bajo y es un ejemplo evidente el pago de la lata de café recogida a solo 5 centavos.

A pesar de todas aquellas impedimentas, no faltaron migraciones poblacionales de todas partes de la antigua provincia de Oriente, pero con un grado mayor se reflejan los procedentes de Palma Soriano, San Ramón de Guaninao, Filé ySan Luis, que eran zonas con alguna tradición cafetalera, por lo que vieron la posibilidad de materializar sus aspiraciones en un territorio que a lo sumo, solo le trajo mayor empobrecimiento, aunque hubo algunos de los de mayor riqueza que incrementaron sus fortunas.

La dirección migracional continúa hacia la parte alta del río Buey, por lo que Bueycito continuaba perdiendo su importancia como cabecera de barrio y sumergía en un estancamiento que paulatinamente lo convertían en punto de transito entre las ciudades de Bayamo y Manzanillo y entre estos y el nuevo poblado de Minas de Bueycito.

Para el año 1931 este territorio había alcanzado una población de 7217 habitantes, lo que representaba un doble del crecimiento en comparación con el año 1919, donde solo se alcanzaba la cifra de 3462 habitantes. Las causas de ese notable crecimiento poblacional estaban dadas por las migraciones en busca de trabajo al iniciarse la explotación minera, aparejado a la Primera Guerra Mundial y al desarrollo de la caficultura a partir de 1923, con la entrada de la firma comercial “Garcés y Puentes”.

El liderazgo de Lalo Veloz Chávez permitió la creación de dos escuelas primarias y el surgimiento del cine en los años 50, además del desarrollo de fiestas tradicionales, actividades deportivas y culturales. Es de resaltar la fuerza que tuvo la comunidad intramontana de California, que llegó a competir en desarrollo con la cabecera del municipio.

El abandono de los politiqueros neocoloniales se arraigó también en Bueycito, que aunque fue perdiendo su liderazgo económico sí mantenía el político, y donde los campesinos y colonos, que vivían en sus alrededores se unieron discretamente a la prédica del Partido Socialista Popular que fomentaron los líderes de la célula de La Angostura, fundamentalmente la del valeroso Formelio Núñez, y que contribuyó posteriormente a la fundación en 1955 del Movimiento 26 de Julio por la heroína María Luisa Roca Alsina.

La maestra Adosinda Alsina Álvarez fue quien más se destacó en la instrucción y educación de sus humildes estudiantes, y la existencia de una Sociedad Espiritista en La Angostura, desde 1919, fue otro de los elementos para el fomento cultural de todos los pobladores de Bueycito y de sus cercanías, a la par que las celebraciones de la Fiesta de La Caridad en Palmarito, el 8 de septiembre , y de la Candelaria, el 2 de febrero, en la cabecera poblacional, constituían a la disipación y alegría de los habitantes de la llanuras como de la Sierra.

La unidad del Movimiento 26 de Julio, liderado en Bueycito por María Luisa Roca Alsina, y que dirigía en todo Buey Arriba, Armando Olivé Álvarez, fue el que facilitó al Che Guevara su exitosa acción en el ataque al cuartel de Bueycito, el 1 de agosto de 1957, y en el apoyo posterior al Ejército Rebelde, tanto en la logística como en el envío de los mensajes más comprometedores.

Es la Revolución quien cambia a Bueycito notablemente y transforma el otrora cuartel de la Guardia Rural en una bella escuela, donde también inserta un museo, y nombrada, como merecido tributo, Adosinda Alsina Álvarez.

Posteriormente se construyen cientos de viviendas, varias escuelas, una policlínica y varios CMF (Consultorio del Médico de la Familia), además de crear varias cooperativas destacadas en la producción de tomate, tabaco, yuca, boniato, etc., y de un Combinado dedicado al trabajo artesanal.

Características

El relieve es casi totalmente llano; el clima es agradable por la influencia de los vientos provenientes del río Buey y por la abundante vegetación que rodea al caserío principal y a sus zonas aledañas.

Desarrollo económico

Las principales actividades agrícolas son la producción de plátano, tomate, tabaco, yuca, boniato, etc., que hacen de Bueycito un punto de referencia en la agricultura de Buey Arriba.

Agricultura

Esta está basada principalmente en la producción de plátano, tomate, tabaco, yuca, boniato.

Desarrollo social

Trabajan en esta localidad un promotor cultural, varios maestros, varios médicos y enfermeras y del personal paramédico, varios trabajadores sociales, un promotor del INDER. Habitan en esta zona varios miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.

Educación

En el sector de la educación hay una escuela primaria " Adosinda Alsina Álvarez ", donde se imparte el programa Educa a tu Hijo, se crean círculos de interés de medio ambiente, rehabilitación y de medicina verde, más el aula que está ubicada en el Museo de Bueycito.

Deporte y Cultura

Las actividades recreativas se efectúan en la escuela, y en la plaza cercana al Museo de Bueycito, predominando las actividades del Inder y los juegos pasivos como el ajedrez, dominó, damas, barajas, ula ula, además se proyectan películas infantiles, videos musicales, documentales. Hay un grupo de mujeres creadoras y de aficionados a la música.

Salud

Está representada por la policlínica y la presencia de varios médicos y enfermera, además de tres fisioterapeutas.

Véase tambíen.

Fuentes

  • Testimonios del historiador Ledesme Garcés Rosales.