Colonización griega

A partir del siglo VIII a. n. e. comienza una fase de gran desarrollo de las ciudades griegas. Como consecuencia, se inicia la expansión colonial por el Mediterráneo, que dará lugar a la difusión de la cultura helénica en este ámbito geográfico.

Causas de la fundación de las colonias

La fundación de las colonias griegas fue el resultado de los enfrentamientos civiles y la superpoblación existente en esos territorios, que con la aprobación de las propias ciudades el proceso fue liderado por jefes nombrados por ellas. Una colonia fue considerada políticamente independiente de su metrópolis y libre de cualquier control. La única conexión entre ellas fue la del sentimiento filial y la de los vínculos religiosos. Casi todas las ciudades griegas coloniales se construyeron en la costa y el emplazamiento seleccionado contenía habitualmente una colina lo bastante elevada para acoger una acrópolis.

Clasificación de la colonias

Las colonias griegas pueden clasificarse en cuatro grupos:

Colonias en Asia Menor y sus islas

Las colonias griegas más antiguas fueron las fundadas en la costa occidental de Asia Menor. Se dividieron en tres grandes grupos denominados según la etnia griega con la que se declaraban afines:

La mayoría de estas colonias se fundaron como consecuencia de los cambios que provocó en la población griega la ocupación del Peloponeso por los dorios. Las ciudades jónicas se caracterizaron desde muy pronto por su carácter emprendedor en el comercio y pronto se manifestaron superiores en riqueza y poder a sus vecinas eolias y dorias. Las más florecientes entre las ciudades jónicas fueron Mileto y Éfeso. La literatura griega tuvo su origen en las ciudades eolias y jónicas de Asia Menor. Homero nació en Esmirna. La poesía lírica floreció en la isla de Lesbos, donde nacieron Safo y Alceo.

Las ciudades jónicas fueron también cuna de las escuelas filosóficas más antiguas de Grecia. Tales, que fundó la escuela filosófica jónica, nació en Mileto. Halicarnaso fue una de las ciudades dóricas más importantes: de allí era Heródoto, aunque escribió en dialecto jónico.

Colonias en Italia y Sicilia

El primer asentamiento griego en Italia fue Cumas, en la Campania, situada cerca del Cabo de Miseno en el mar Tirreno. Se dice que fue una fundación conjunta de la eolia Cime Asia y de Calcis Eubea y que antes se creía que había sido fundada en el 1050 a. n. e., pero que hoy se sabe que fue fundada en el 750 a. n. e.

Cumas fue durante mucho tiempo la ciudad más floreciente de la Campania. Hasta su decadencia en el siglo V a. n. e. no cobró importancia Capua.

El asentamiento griego más antiguo en Sicilia fue fundado en el 735 a. n. e.. La fertilidad extraordinaria de su tierra atrajo pronto a numerosos colonos de diversas zonas de Grecia y sobre la costa siciliana proliferó una sucesión de ciudades florecientes. Siracusa y Agrigento se convirtieron en las más poderosas. La primera de ellas fue fundada por los corintios en el 734 a. n. e.. En el momento de máxima prosperidad tenía una población de 500 000 habitantes y la rodeaba una muralla de unos 30 km de perímetro. Su grandeza pertenece a un periodo posterior de la historia de Grecia.

Las colonias griegas en Italia meridional empezaron a ser fundadas aproximadamente en la misma época que las de Sicilia. Acabaron por bordear toda la costa sur en el espacio que va de Cumas en el mar Tirreno hasta Tarento en el otro Jónico. Superaron incluso en número a las de Sicilia y llegaron a ser tan abundantes y florecientes que el sur de Italia recibió el nombre de Magna Grecia.

Dos de las más antiguas y prósperas colonias fueron Síbaris y Crotona, situadas en el Golfo de Tarento, y de origen aqueo. Síbaris fue fundada en el 720 a. n. e. y Crotona en el 709 a. n. e. Vivieron en armonía durante dos siglos hasta su fatal enfrentamiento en el 510 a. n. e., que acabó con la ruina de Síbaris.

Sibaris y Crotona, fueron dos de las más florecientes ciudades de la Hélade. Particularmente Síbaris alcanzó un grado de opulencia tan extraordinario y sus habitantes eran tan famosos por su amor al lujo, su molicie y su libertinaje que el nombre de sibarita se ha usado habitualmente en tiempos antiguos y modernos para denominar a un devoto de los placeres.

Crotona era la principal sede de la filosofía pitagórica. Pitágoras era oriundo de Samos, pero emigró a Crotona, donde encontró el éxito más prodigioso en la difusión de sus puntos de vista. Fundó una suerte de hermandad religiosa sólidamente unida por unos votos sagrados. Sus miembros creían en la transmigración de las almas y toda su formación tenía como objeto hacerlos moderados y abnegados. Las doctrinas de Pitágoras se difundieron por otras muchas ciudades de la Magna Grecia.

Los asentamientos griegos más importantes del sur de Italia fueron los de Locri, Regio y Tarento.

Locri fue fundada por los locrios de la metrópolis en el 683 a. n. e.. Las leyes de esta ciudad fueron redactadas por uno de sus ciudadanos, llamado Zaleuco. Los locrios fueron tan reacios a introducir cambios en ellas que cualquiera que propusiera una nueva ley tenía que aparecer ante la asamblea popular con una cuerda alrededor del cuello, que era apretada inmediatamente si no lograba persuadir a sus conciuddanos de la necesidad del cambio.

Regio, situada en el estrecho de Mesina, frenta a Sicilia, fue colonizada por los calcidios, pero recibió un gran contingente de mesenios que se asentaron allí tras el fin de la guerra mesénica. Anaxilas, tirano de Regio hacia el 500 a. n. e., era de origen mesenio. Se apoderó de la siciliana Zancla, en la costa al otro lado del estrecho, y cambió su nombre por el de Mesana, que todavía lleva (Mesina).

Tarento era una colonia de Esparta fundada hacia el 706 a. n. e.. Tras la destrucción de Síbaris, fue la ciudad más poderosa y floreciente de la Magna Grecia y siguió disfrutando de gran prosperidad hasta que fue sometida por los romanos. Aunque su origen era espartano, no mantenía las formas de vida de la metrópolis y sus ciudadanos eran conocidos tiempo después por su afición al lujo y el placer.

Colonias en Galia e Hispania

Los asentamientos griegos en los lejanos territorios de la Galia e Hispania no fueron numerosos. El más reconocido fue Massalia, la actual Marsella, fundada por los jonios de Focea hacia el 600 a. n. e. Los masaliotas fundaron en lo que hoy es Sant Martí d Empúries, Gerona, la colonia de Ampurias (antigua Emporion). Desde Ampurias se fundaron factorías en el Mediterráneo español, como Rhode, hoy Roses (Gerona), Hemeroscopeion en Denia, Alicante, AkraLeuké (Alicante) y Mainake, cerca de Málaga.

Colonias en el norte de África

Los colonos griegos también ocuparon la costa septentrional de África, entre los territorios de Cartago y Egipto. La ciudad de Cirene fue fundada hacia el 630 a. n. e.. Fue colonia de [Tera]], una isla del Egeo que era a su vez colonia de Esparta. El emplazamiento de Cirene fue bien escogido. Se situó al borde de una sucesión de colinas, a diez millas del Mediterráneo, del que tenía una buena vista. Las colinas descendían en terrazas hasta el puerto de la ciudad, en el que se emplazaba una población llamada Apollonia. El clima era muy saludable y el suelo se distinguía por su enorme fertilidad. Cirene, con esas ventajas, creció rápidamente en riqueza y poder. Atestiguan su grandeza los inmensos restos que señalan su solar despoblado. Cirene instaló varias colonias en el territorio limítrofe. La más importante de ellas fue Barca, fundada hacia el 560 a. n. e..

Hubo varias colonias griegas situadas en el lado este del mar Jónico, en el Epiro y en su vecindad. La más rica y poderosa de ellas fue la isla de Corcira, llamada hoy Corfú. La fundaron los corintios hacia el 700 a. n. e. y como consecuencia de su actividad comercial, pronto se convirtió en una terrible rival de su metrópolis. En consecuencia, pronto estalló una guerra entre ambas ciudades. La más antigua batalla naval que se recuerda fue la que se produjo entre sus flotas en el 664 a. n. e.. Las discrepancias entre las metrópolis y sus colonias aparecen frecuentemente mencionadas en la historia de Grecia y fueron una de las causas inmediatas de la guerra del Peloponeso. A pesar de sus desavenencias, se unieron en la fundación de cuatro colonias en la misma línea de costa: Lefkas, Anactorio, Apolonia y Epidamno.

Colonias en Macedonia y Tracia

Las colonias en Macedonia y Tracia se extendieron a lo largo de toda la costa del Egeo, el Helesponto y la Propóntide (Dardanelos, Mar de Mármara y Bósforo) y el Ponto Euxino Mar Negro, desde las fronteras de Tracia hasta la desembocadura del Danubio. Solo daremos una ojeada a las más importantes de ellas. Las colonias de la costa de Macedonia fueron fundadas principalmente por Calcis y Eretría en Eubea. La península Calcídica, con sus tres lenguas de tierra que entran en el mar, quedó cubierta por sus asentamientos. Su nombre derivó de la primitiva ciudad. Parece probable que los corintios asentaran unas pocas colonias en esta costa, de las que la más merecedora de mención es Potidea, en el estrecho istmo de Pallene.

De las colonias de Tracia las más florecientes fueron Selimbria y Bizancio, fundadas las dos por los megarenses, que desde un momento muy antiguo aparecen como un pueblo marinero emprendedor.

Fuentes