Complejo de Don Juan

Complejo de Don Juan
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Complejo de Don Juan. Se manifiesta en hombres que presentan una personalidad con cierto tipo de comportamiento encaminado a seducir a cuanta mujer encuentran . Este comportamiento es de dominio hacia el sexo femenino y son hombres que tratan de probar su virilidad y atractivo, sin temor a las consecuencias.

Que los caracteriza

Es un tipo de hombre que toma a la mujer como una presa de caza. Hay tres elementos que lo caracterizan: la seducción, el engaño, la huida. Don Juan tiene una compulsión a seducir. Como todo adicto, es esclavo de la cantidad. Pocas mujeres no hacen a un Don Juan. Dice Leporello en la famosa ópera de Mozart: Don Juan es desafío, es burla y desprecio a la mujer que una vez conseguida es abandonada. Don Juan huye de la mujer conquistada, como el asesino de la escena del crimen. Se ha visto a Don Juan como un terrorista del amor y de la familia. Sin embargo, hay en él una fantasía de redención en el amor. Es el engarce que opera efectivamente en la fantasía amorosa de la mujer, la clave de su señuelo.

Puntos de vista

Hipersexualidad y promiscuidad sexual pueden verse asociadas a menudo con el donjuanismo, pero este último es una anomalía mucho más compleja sobre la que se han dado varias interpretaciones.

Rank interpretaba el donjuanismo como un constante intento de encontrar la mujer ideal.

Guiora lo relacionaba con el complejo de Edipo: el «donjuán» buscaría continuamente relaciones maternales con otras mujeres.

Marañón entendía que Don Juan tenía una gran dificultad para establecer relaciones amorosas francas, profundas y duraderas con las mujeres que conquistaba, por un cierto fondo de homosexualidad, en contraposición con Amiel, que evita consumar sexualmente sus conquistas por miedo a que se rompa la imagen idealizada que tiene de la mujer.

Luisada y Poltard estudiaron un buen número de casos de donjuanismo y vieron que muchos obedecían a una personalidad histérica. No encontró en sus casos de donjuanismo hipersexualidad, impotencia sexual sin causa orgánica y falta de emociones en las relaciones sexuales con las personas del sexo opuesto, con lo que vio que en muchos de sus casos, el donjuanismo se debía más bien a un esfuerzo para probarse a sí mismos en este terreno.

El donjuanismo puede tener varios orígenes, y puede haber diversos tipos de donjuanes. Pero en términos globales, se puede decir que generalmente el clásico Don Juan es una persona inmadura, luego este comportamineto es muy frecuente durante la adolescencia, y obedece a un afán por conocer al sexo opuesto e incluso por conocer la sexualidad en sí misma. Las sucesivas conquistas pueden constituir una fuente de autoafirmación, ya que servirían para mantener o incrementar el juicio del propio valor. Para este hombre ser querido o aceptado en el terreno afectivo o meramente sexual por otras personas se interpreta como que uno es portador de una serie de valores. Incluso a veces se recurre a conductas de este tipo para confirmar que todavía se es joven o atractivo. Detrás de este tipo de comportamientos se esconde siempre un fondo de inseguridad en sí mismo, y patrones de personalidad de tipo neurótico o narcisista. Se trata de una anomalía en cuanto que no se pretende entablar una relación afectiva franca y duradera, no se quiere, pues, a esa persona, sino que ésta se convierte en un objeto capaz de proporcionar un incremento de la autoestima.

En las personalidades muy inmaduras, es frecuente que al lograr la conquista amorosa, ésta pierde automáticamente su valor, precisamente porque se viven como una posesión y no como una relación entre dos en la que no se posee a nadie, sino que se basa fundamentalmente en dar y compartir. Tienen generalmente una gran dificultad para entregarse realmente en sus relaciones afectivas. Muchas veces se comportan durante las mismas de forma teatral, como si representasen un papel de una obra de teatro (histrionismo), lo que es extraordinariamente frecuente entre las personalidades histéricas y narcisistas. Estos mismos patrones se pueden aplicar al campo del donjuanismo entre personas homosexuales o bisexuales. Los sicólogos dicen que es un síndrome infantil. El límite justo: entre la seducción y la necesidad de presumir de que se seduce. El problema de don Juan es que presume de sus conquistas, un caballero disfruta de ellas en silencio. Seducir es un arte, presumir un complejo.

Historia

Este tipo de comportamiento o complejo en el individuo ha sido motivo de inspiración para muchos escritores, actores y compositores, que han creado muchas versiones del personaje Don Juan, interpretando y llevado a la escena. La leyenda de Don Juan surgió en Europa durante la edad media. En el primer tratamiento literario formal de la historia, El burlador de Sevilla y convidado de piedra (1630) de Tirso de Molina, el promiscuo don Juan seduce a la hija de don Gonzalo, jefe militar de Sevilla. Después de matar al militar, acude a su sepulcro e invita cínicamente a la estatua funeraria de su víctima a una cena. La estatua recobra vida, asiste al banquete y le devuelve la invitación. De nuevo ante el sepulcro, la estatua atrapa a don Juan y le arroja al infierno.

Hacia 1657, unos actores ambulantes italianos escenificaron la leyenda en Francia en forma de pantomima que, más tarde, sería dramatizada por varios dramaturgos franceses como Molière, que escribió Don Juan o el convidado de piedra, estrenada en 1665. Durante el siglo XVIII Goldoni retomó el tema en su Juan Tenorio o el libertino castigado (1734) y Mozart compuso con este libreto una de las mejores óperas de todos los tiempos Don Giovanni (1787). El siglo XIX, con el romanticismo, cambió el tratamiento del personaje. Hasta ese momento don Juan siempre acaba castigado por sus pecados en el infierno; el romanticismo, que se sentía atraído por personajes rebeldes y amantes de la libertad, se sintió fascinado por esta figura, analiza su satanismo y teoriza sobre si el seductor, que encarna el mal, se siente culpable o no, y si puede salvarse.

Lord Byron compuso entre 1819 y 1824 el poema Don Juan; Prosper Mérimée lo presenta con dos personalidades encontradas en Las almas del purgatorio o los dos don Juan (1834) pero es el español José Zorrilla en 1844 el que realiza la versión más moderna de la leyenda y transforma al personaje fanfarrón incrédulo en un héroe simpático que acaba en brazos de su amada, unque sea en la otra vida. De hecho, el tema parecía agotado pero el siglo XX siguió analizando al personaje por medio de cocienzudos ensayos como los de Gregorio Marañón, Américo Castro o Ramón Menéndez Pidal, y retomando el tema literario y presentándolo localmente los hermanos Machado con Don Juan de Mañara, o como un chulo de barrio, Ramón Pérez de Ayala en Tigre Juan. Incluso el cine en los últimos años de la mano de Gonzalo Suárez lo ha presentado como un hombre atrapado por el destino cuya condena es vivir en Don Juan de los infiernos.

Fuentes