Friedrich von Schiller

Friedrich Schiller
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Poeta y dramaturgo alemán
NombreSchiller, Johann Christoph Friedrich
Nacimiento10 de noviembre de 1759
Marbach am Nektar,
provincia de Württemberg,
Sacro Imperio Romano Germánico
Fallecimiento9 de mayo de 1805 (45 años)
Weimar,
país de Turingia,
Sacro Imperio Romano Germánico
Causa de la muerteneumonía provocada por la tuberculosis
Ocupacióndramaturgo, poeta, filósofo e historiador
Títuloen 1802 recibió un título nobiliario y empezó a apellidarse Von Schiller
Obras destacadasLos bandidos
Cábala y amor
Wallenstein
La doncella de Orleáns
Guillermo Tell

Friedrich von Schiller (provincia de Württemberg, 10 de noviembre de 1759 - Weimar, 9 de mayo de 1805) fue un dramaturgo, poeta, filósofo e historiador alemán.

Se lo considera el mayor dramaturgo de la literatura alemana. Fue además poeta, filósofo e historiador.

Síntesis biográfica

Era hijo de un cirujano militar. Estudió en la escuela militar y posteriormente cursó derecho y medicina. A la vez que realizaba sus carreras, se dedicaba a la literatura.

Admirador del dramaturgo Wolfgang Goethe (1749-1832), diez años mayor que él, se inspiró en él para su obra maestra, Wallenstein (1799), drama histórico ambientado en la guerra de los Treinta Años (1618-1648). Sus obras reflejan gran optimismo e idealismo moral.

Hijo de un cirujano militar, de pequeño, Schiller enfermó de malaria, y aunque sobrevivió, arrastró secuelas toda su existencia, que se agudizaron con una larga enfermedad sufrida entre 1791 y 1793.

A los trece años Schiller fue inscrito en la Academia Militar del duque, el Karleschule, aunque lo que él deseaba era estudiar Teología. Más tarde, estudió leyes y luego Medicina y cumplidos los 21 lo destinaron a un regimiento en Stuttgart.

Sin tener en cuenta las prohibiciones de la disciplina militar, empezó a interesarse por la literatura protorromántica del estilo alemán romántico Sturm und Drang (‘tormenta e ímpetu’) y, en 1781, estrenó su primera pieza teatral, Los bandidos, drama antiautoritario que le supuso la deposición del cargo de cirujano mayor y la prohibición de escribir obras que pudieran atentar contra el orden social.

Obligado a abandonar Stuttgart, se dirigió primero a Mannheim (1782), en cuyo Teatro Nacional representó obras de contenido republicano que ensalzaban la libertad y la fuerza de espíritu; más tarde, por temor a nuevas represalias, se trasladó a Leipzig. Durante este período de vida errante, fundó una revista y trabó amistad con una dama influyente, Charlotte von Kalb, que le brindó su protección.

Finalmente, se desplazó a Dresde, y se hospedó en casa del jurista Körner, admirador suyo, quien lo encaminó hacia una ideología y una estética menos exaltadas. Bajo esta influencia acabó su Don Carlos (1787), obra que marca la frontera entre su primera etapa revolucionaria y clasicista, caracterizada, sin embargo, por un clasicismo más próximo a William Shakespeare que a la cultura grecolatina.

En 1787 se dirigió a Weimar con el ánimo de conocer al poeta y escritor Christoph Martin Wieland (1733-1813), al historiador Johann Gottfried Herder (1744-1803) y al dramaturgo, novelista, poeta y naturalista Wolfgang Goethe (1749-1832). Se dedicó entonces a la investigación histórica, y en 1789 obtuvo la cátedra de historia en la Universidad de Jena (que después de la breve República de Weimar [1918-1933] recibió el nombre de Universidad Friedrich Schiller). Escribió algunos trabajos en los que expuso su concepción idealista de la historia, así como los poemas filosóficos Los dioses de Grecia (1788) y Los artistas (1789).

En 1790 se casó con Charlotte von Lengefeld, y un año más tarde obtuvo una pensión del duque de Holstein-Augustenburg, gracias a la cual pudo dedicarse al estudio de Kant, en cuya filosofía se refugió de las consecuencias reales de la Revolución francesa, que con tanto ardor había defendido teóricamente. Fruto del estudio de la filosofía kantiana, publicó algunos tratados estéticos en los que, a su ideal de perfección moral, unió la busqueda de la belleza, según él, los dos valores que, asumidos individualmente, determinan los progresos y las transformaciones de la sociedad.

Dejando de lado sus investigaciones históricas y filosóficas, en 1794 fundó la revista Die Horen e inició una fructífera colaboración con Goethe. Su amistad se consolidó tras fijar su residencia en Weimar (1799), cuando ya habían fundado (1797) otra revista, Musen Almanach (‘almanaque de las musas’), en la que también colaboraba Wilhelm von Humboldt. En ella, Schiller y Goethe publicaron en colaboración la colección de epigramas Xenias (1797) y, un año más tarde, cada uno de ellos publicó por separado sus Baladas, inspiradas principalmente en la Antigüedad y la Edad Media.

Schiller dedicó los últimos años de su vida al teatro, el género en el que más refulgió su talento. En 1804 vio la luz la más popular de sus obras, Guillermo Tell, en la cual el amor y la glorificación de la libertad, ideal constante en el escritor, se manifiestan de la forma más armoniosa y eficaz.

Aportes importantes

La obra de Schiller es muy extensa y en ella destaca el estudio del factor psicológico ya que le interesaba mucho la reacción de las gentes en momentos críticos de sus vidas más que la aparatosidad del argumento en sí, y aparte de las obras de teatro, entre las que se cuenta la ya citada Los Bandidos junto con Cábala y amor, Wallenstein, María Estuardo, La doncella de Orleáns, Guillermo Tell, la única que tuvo un final feliz.

Según la crítica, su obra más lograda es la trilogía en verso Wallenstein (1776-1799), un drama en el cual los acontecimientos históricos adquieren una dimensión ideológica en los personajes que los protagonizan.

Escribió poesía, incluyéndose en ésta la Oda a la alegría a la que puso música Beethoven, convirtiéndola en una inmortal sinfonía, ensayos, y tratados de estética, también historia, como, por ejemplo la de La Sucesión de los Países Bajos, que le otorgaría una justa fama de erudito.

Las teorías de Innmanuel Kant influyeron mucho en él, y su amor por la libertad del individuo le hizo aplaudir los comienzos de la Revolución francesa (1789-1799), que más tarde ―vista la violencia con que el pueblo se vengaba de sus explotadores y verdugos― repudió, mas sólo en la forma en que se había llevado a cabo, no en la esencia de la idea que prometía libertad, igualdad y fraternidad, opinando que el pueblo no estaba aún maduro para hacer realidad tales ideales.

En 1802, recibió un título nobiliario.

Fallecimiento

En 1805, Schiller estaba trabajando su tragedia más ambiciosa, Demetrio, sobre el hijo de Iván el Terrible, y que parecía preludiar un cambio de orientación en su obra. Su deficitaria salud le había ido debilitando lentamente; lo que no le impidió el que los últimos años de su vida fueran en verdad prolíficos.

Falleció en su casa de Weimar el 9 de mayo de 1805, a los 45 años, a causa de una neumonía aguda, presumiblemente provocada por la tuberculosis.

Ferdinand Jagemann dibujó a Schiller en su lecho de muerte. Johann Christian Ludwig Klauer fabricó su máscara mortuoria.

La autopsia fue realizada por Wilhelm Ernst Christian Huschke y Gottfried von Herder. El análisis reveló que el pulmón izquierdo de Schiller estaba completamente destruido. Los riñones también se habían casi desintegrado. El músculo cardíaco se había degenerado, y el bazo y la vesícula biliar estaban muy agrandados.

La noche del 12 de mayo de 1805, Friedrich Schiller fue enterrado en el cementerio de la iglesia de San Jacobo de Weimar.

Schiller dejó interrumpida una brillante carrera, pero sus obras perduran, y puede decirse que algunas de ellas, todavía están vigentes debido al mensaje que trasmiten.

Obras

  • 1781: Los bandidos
  • 1783: Intrigas y amor
  • 1787: Don Carlos
  • 1795: Cartas sobre la educación estética del hombre
  • 1796: De la poesía ingenua y sentimental
  • 1796: El ideal y la vida
  • 1798: El campamento de Wallenstein
  • 1799: Wallenstein
  • 1799: Los Piccolomini
  • 1800: La muerte de Wallenstein
  • 1800: María Estuardo
  • 1800: La canción de la campana
  • 1801: La doncella de Orleans
  • 1803: La novia de Messina
  • 1804: Guillermo Tell

Fuentes