La edad de la inocencia
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La edad de la Inocencia. La novela de 1920 galardonada con el Premio Pulitzer que escribiera Edith Warthon sobre la sociedad neoyorkina de finales del siglo XIX, y que fue llevada a la pantalla. Un exquisito y crítico panorama articulado a través de un amor frustrado.
Sinopsis
En Nueva York, 1870, las apariencias, el linaje familiar y la riqueza mueven los hilos de la alta sociedad de la época. Newland Archer es un prometedor abogado que suspira en secreto por llevar una vida más emocionante de la que lleva. Newland está resignado a conformarse con una vida tranquila junto a su prometida May Welland, una joven adorable pero totalmente convencional. Pero cuando la condesa Olenska, la rebelde prima de May, vuelve a Nueva York precedida por los escándalos de su vida amorosa, Newland lo arriesga todo ante la oportunidad de vivir un amor verdadero.
Descripción
Encontramos un retrato de la clase alta a finales del siglo XIX en que abundan las celebraciones y una triángulo amoroso en que el protagonista masculino se encuentra atrapado entre dos mujeres, su prometida, la dulce May, y la prima de esta, la Condesa Olenska, que ha vuelto de Italia tras separarse de su marido. Sin embargo el director que se encargó de la dirección y adaptación de la misma no fue otro que Martin Scorsese, el cual seguiría sorprendiendo tras su remake de “El Cabo del Miedo”.
Al contrario de lo que parece, “La Edad de la Inocencia” no es la típica historia de amor imposible entre dos personajes debido al compromiso de uno de ellos, sino el cruel retrato de la alta sociedad neoyorquina de finales del XIX, donde la hipocresía hace gala en cada reunión social que se presenta. El trío protagonista refleja muy bien la ideología de la época, representando cada uno de ellos un rasgo de la sociedad que los rodea.
Newland Archer es un joven abogado descendiente de una ilustre dinastía. Como la mayoría de sus contemporáneos e iguales Archer esconde tras su imagen de hombre distinguido un pensamiento crítico hacia las normas establecidas que nunca saca a la luz, guardándoselo para él. La llegada de la Condesa Olenska justo en el momento en que se da a conocer su compromiso con May lo pondrá en una situación incomoda, en que sus sentimientos se verán enfrentados y tendrá que decidir si seguir las normas y casarse con May o romperlas declarando el amor que siente por la recién llegada, con la que intentará por todos los medios tener una aventura. La tortura que invade a Archer lo lleva incluso a tener pensamientos maléficos (observemos ese momento frente a May en que su mirada transmite ideas poco benévolas), pero finalmente acaba siendo lo que todos los hombres de su época, un hipócrita más.
La Condesa Olenska acaba de regresar de Italia, donde ha abandonado a su esposo, el Conde Olenski. Esta acción hace que la mujer encuentre justo lo contrario de lo que esperaba, enemigos. Y es que la separación conyugal no estaba bien vista en esa época, ni menos en el Nueva York de finales del XIX, marcada aún por las costumbres inglesas, con lo que Olenska se convierte en diana de todos los chismorreos entre las damas y caballeros. La señora intentará hacer oídos sordos y vivir según sus principios, que no son otros que ser una mujer libre, lo cual llegara a serlo por completo si consigue la nulidad matrimonial.
Así pues Olenska representa alguien diferente, que tiene bien claro qué quiere y lo dice sin ningún reparo, es un reflejo de lo que será la mujer moderna. Desgraciadamente vencerá la sociedad y Olenska solamente podrá estar con Archer como amante, cosa que no permitirá dé ninguna manera aunque su corazón se contraponga a ello. Finalmente decide rendirse y acatar las normas regresando a Italia junto a su esposo. May es la joven prometida de Archer. Cándida e inocente, ignora las malas artes conversacionales que esconden los festejos sociales. O eso parece. Tras su imagen de niña buena descubrimos una mente tan manipuladora como la de todas las señoras de alta cuna. Una vez se case con Archer sacará a relucir su inteligencia oculta impidiendo que su marido se marche al revelarle una noticia que lo atará a ella para siempre, formando un matrimonio formalmente perfecto.
Premios
- 1993: Oscar: Mejor vestuario. 5 nominaciones
- 1993: Globo de Oro: Mejor actriz secundaria (Winona Ryder). 4 nominaciones
- 1993: BAFTA: Mejor actriz secundaria (Miriam Margolyes). 4 nominaciones
- 1993: 2 premios National Board of Review: Director (Martin Scorsese), actriz secundaria (Winona Ryder)