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Libro de Daniel
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El Libro de Daniel, es un libro bíblico del Antiguo Testamento que forma parte de los libros proféticos. Fue escrito probablemente entre el 540 a.n.e y el 530 a.n.e Narra la historia de un profeta llamado Daniel que fue deportado a Babilonia durante su juventud, e dentifica al mismo como su autor en Daniel 7:1, 9:2, 10:2. Jesús de Nazaret también menciona a Daniel como su autor en Mateo 24:15
Los capítulos 7 al 12 del libro de Daniel presentan visiones de carácter apocalíptico, un estilo literario poco común en el resto del Antiguo Testamento. Esta forma de literatura, caracterizada por imágenes simbólicas y profecías concernientes al futuro, se resalta en Daniel por su complejidad y por los abundantes detalles sobre reinos venideros y figuras proféticas. Entre sus elementos centrales se encuentran referencias a la resurrección de los muertos, al juicio final de Dios y a su soberanía absoluta sobre el mundo. El libro de Daniel es considerado el mayor exponente de la literatura apocalíptica dentro del canon hebreo, aunque también pueden encontrarse manifestaciones de este estilo con menor potencia, en los capítulos 24 al 27 del libro de Isaías y en los capítulos 9 al 14 del libro de Zacarías.[1] [2]
Sumario
[ocultar]- 1 Ubicación
- 2 Contexto histórico del libro
- 3 Contenido
- 4 Pasajes griegos
- 5 Paralelismos y similitudes con otros escritos religiosos
- 6 El libro de Daniel en el Nuevo Testamento
- 7 El libro de Daniel en las religiones
- 8 Historicidad
- 9 Autoría
- 10 Fecha de composición
- 11 Manuscritos
- 12 Principales versículos
- 13 Enlaces Relacionados
- 14 Referencias
- 15 Fuentes
Ubicación
Es un libro bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo, que en las biblias cristianas se ubica entre los libros de Ezequiel y Oseas.
Es el sexto de los libros proféticos y se lo incluye por los cristianos entre los Profetas Mayores de los cuales es el cuarto, luego de Isaías, Jeremías y Ezequiel.
En el judaísmo, el libro de Daniel no se encuentra en la catogoría de Los Profetas (Nevi'im) sino en Los Escritos (Ketuvim). La razón es que, en el judaísmo, los «profetas» son aquellos cuya misión principal fue guiar al pueblo de Israel y advertirles de sus pecados, como Isaías o Jeremías. Daniel, aunque recibió visiones y revelaciones, no tuvo ese papel de liderazgo profético ni fue enviado para corregir al pueblo de Israel de forma directa como un mensajero o un portavoz de Dios del mismo modo que los profetas ya mencionados. [3]
Contexto histórico del libro
Propósito de la escritura
Cerca del 605 a.n.e, Nabucodonosor, rey de Babilonia había conquistado a Judá y deportado a muchos de sus habitantes a Babilonia incluido a Daniel quien sirvió en la corte real de Nabucodonosor y varios gobernantes que siguieron a Nabucodonosor. El Libro de Daniel registra las acciones, profecías, y visiones de ese profeta.
Existe cierta controversia en torno a la datación del libro. Es común que los estudiosos lo sitúen en el siglo II a.n.e.,[4] principalmente porque las profecías de los capítulos 7 al 11 parecen anticipar eventos de la revuelta macabea y otros sucesos históricos con un nivel de detalle mucho mayor que otras profecías de la Biblia hebrea —esto se nota especialmente en el capítulo 11—. Sumado al estilo apocalíptico, esto ha llevado a varios especialistas a pensar que el autor podría estar describiendo hechos pasados como si fueran profecías futuras escritas en un tiempo anterior al suyo, una técnica conocida como vaticinium ex eventu. Además, el tono apocalíptico podría tener como objetivo brindar esperanza al pueblo judío durante las persecuciones seleúcidas. Como resultado, otra datación estimada del libro es aproximadamente el año 164 a.n.e.[5][6] Esta tesis es muy antigua; el primer testimonio registrado de ella proviene de un filósofo opuesto al cristianismo en el siglo III a.N.E., llamado Porfirio.
Idioma original
El libro de Daniel es el único de la Biblia que fue escrito en tres idiomas: hebreo, arameo y griego. Daniel 1:1 – 2:4a y Daniel 8:1 – 12:13 fueron escritos en hebreo, mientras que Daniel 2:4b – 7:28 se escribió originalmente en arameo. Además, en la Septuaginta (la versión griega del Antiguo Testamento) se encuentran los capítulos 13-14 en griego y versículos adicionales en Daniel 3:24-90. La razón por la que el libro fue escrito en dos idiomas principales es que el hebreo era el idioma de los judíos y era más adecuado para las secciones que tratan sobre visiones y profecías dirigidas al pueblo de Israel (capítulos 1 y 8-12). El arameo, por otro lado, era la lengua franca y diplomática del Imperio Persa y Babilonio, por lo que las secciones que abordan los reyes y los asuntos internacionales (capítulos 2-7) están escritas en arameo para alcanzar una audiencia más amplia.
No todos los hebraístas están de acuerdo con que el libro haya sido escrito originalmente en dos idiomas. Muchos sugieren que el hebreo utilizado en el libro de Daniel parece ser una traducción de una versión original en arameo, la cual se ha perdido con el tiempo. Esta es la postura de la obra The Oxford Bible Commentary. [7]
Contenido
Capítulos 1-6
El Libro de Daniel puede ser dividido en dos secciones, los capítulos 1-6 y las visiones de Daniel en los capítulos 7-12. El capítulo 1 describe la conquista de Jerusalén por los babilonios. Junto con muchos otros, Daniel y sus tres amigos fueron deportados a Babilonia en su adolescencia. El rey asignó para ellos una ración diaria cada día de los manjares del rey y del vino que él bebía, y para criarlos (educarlos) por tres años, y al final de ellos se presentarían ante el rey. Daniel rechazó los manjares del rey, y optó por legumbres (Daniel 1:1-16). El término usado aquí es patbag, y se refiere simlemente a porciones de comida enviadas por el rey a amigos de la corona y es un prestamo del persa, no hay razones para pensar que necesariamente deba ser entendido como un plato de carne. No se sabe por qué Daniel y sus amigos rechazaron la comida del rey, pero lo más probable es que haya sido por seguir las leyes dietéticas judías. Luego de esto, Dios le dio a Daniel y sus amigos sabiduría y conocimiento. Daniel también recibió entendimiento en visiones y sueños. Al final del entrenamiento, el rey los encontró diez veces más sabios que todos los sabios de Babilonia (Daniel 1:17-21).
El segundo capítulo registran a Nabucodonosor teniendo un sueño que solo Daniel podría entender correctamente. El sueño de Nabucodonosor sobre una gran estatua, representaba el reino que se levantaría en el futuro. En el capítulo 3,Nabucodonosor hizo una gran estatua de sí mismo y forzó a todos a adorarla. Sadrac, Mesac y Abed-nego se rehusaron, por lo que fueron arrojados a un horno de fuego y luego fueron librados milagrosamente por Dios.
En el cuarto capítulo, Nabucodonosor fue juzgado por Dios por su soberbia, pero después fue restaurado, una vez que reconoció y admitió la soberanía de Dios.
Daniel capítulo 5 ocurre durante la noche, cerca de la caída de Babilonia, que ocurrió el 12 o el 13 de octubre del año 539 a.n.e. Por lo tanto, el banquete se celebró el 11 o el 12 de octubre de 539 a.n.e. [8]Se registra el mal uso que hizo Belsasar de Babilonia de los objetos tomados del templo de Jerusalén; y como respuesta, recibió un mensaje de Dios, escrito en la pared. Solo Daniel pudo interpretar la escritura, un mensaje del juicio venidero de Dios. Cuando Daniel decifra la escritura en la pared, se le otorga un puesto alto en el reino, pero sin embargo, esa misma noche, Belsasar es asesinado y los medopersas conquistan Babilonia. (Daniel 5:30). Los historiadores Jenofonte y Heródoto coinciden con el libro de Daniel en que Babilonia fue tomada por sorpresa, durante un banquete, y además Jenofonte menciona que, cuando Babilonia cayó, el rey Nabonido y su hijo, gobernaban la ciudad. Jenofonte registró que Belsasar fue asesinado, [8][9]aunque ni Jenofonte ni ningún otro historiador lo llegó a mencionar por nombre.
En el capítulo 6, Daniel, ya bajo el reinado de Darío, el rey decidió nombrar a 120 sátrapas para que gobernaran su reino. Aunque las satrapías eran la división administrativa principal del Imperio persa —y su número solía variar entre 20 y 31—, en este caso, el término probablemente se refiere a funcionarios de menor rango.[10] Darío colocó a Daniel en una posición de alto rango por encima de ellos, lo que provocó celos entre los demás gobernadores. Los otros funcionarios, celosos, buscaron una forma de acusarlo y logran hacer que el rey firme un decreto para prohibir orar a cualquier ser que no sea él mismo. Daniel, fiel a su fe, sigue orando a Dios y es arrestado. Lo lanzan al foso de los leones, pero Dios lo protege y no le hace daño. Al final, el rey Darío ordena que los enemigos de Daniel sean lanzados al foso (Daniel 6:24), y la ley de Dios es proclamada en todo el reino (Daniel 6:26-8).
Profecías
Los sueños de Nabucodonosor
Este capítulo describe el sueño de Nabucodonosor, que Daniel los interpreta como tres proximos reinos. Estos reinos lo son Media-Persia, Grecia, y el cuarto, que lo es Roma.[11] O alternativamente, Media, Persia y Grecia.
Daniel 4 describe el sueño de Nabucodonosor, donde ve un árbol gigante que es cortado, pero sus raíces quedan. Daniel interpreta el sueño como un aviso de que el rey será humillado y perderá su reino por un tiempo debido a su orgullo. Tras ser transformado en un ser como un animal, Nabucodonosor se arrepiente, y Dios lo restaura a su trono, reconociendo su soberanía.
La visión de las bestias de Daniel 7
En el capítulo 7, Daniel tuvo un sueño con visiones acerca de cuatro bestias, que según el ángel, representaban cuatro grandes imperios. Las tres primeras bestias representaban al imperio de Babilonia, al Imperio Aqueménida, y al griego. La identificación de la última bestia es más controvertida. Las interpretaciones principales son las siguientes:
- Que representa al Imperio Romano y el cuerno pequeño es el general Tito Flavio o su padre Vespasiano Flavio, o incluso algunos futuristas aceptan a la cuarta bestia como Roma pero creen que el cuerno pequeño es un futuro anticristo.
- Que representa a alguna nación futura y el cuerno pequeño es el anticristo.
- Que representa al Imperio Seléucida o y el cuerno pequeño es Antíoco IV Epífanes.
Según el texto, Daniel tuvo esta visión en el primer año de Belsasar . Probablemente este primer año se refiera al primer año de su corregencia, cuando Nabonido estableció su residencia real en Teima en el 552 antes de nuestra era. Como una nota tangencial de interés, se conserva un texto de sueño de Nabonido de su primer año, en el que se predice que Ciro conquistaría a los medos.
La visión del carnero y el cabrío
En Daniel capítulo 8, dos años después de recibir la revelación sobre los cuatro imperios, Daniel tiene otra visión. En esta ocasión, ve un carnero y un macho cabrío, que como explica el ángel Gabriel, representan a los reyes de Media y Persia, y al rey del Imperio Macedónico, respectivamente, quien eventualmente conquistaría estos reinos (nota: en hebreo la región de Macedonia y Grecia era conocidas como Javán). Como el ángel lo explicó, el cabrío es el Imperio Macedonio conquistando al Imperio Aqueménida. El cabrío engrandeciendose (Daniel 8:8) es el imperio de Alejandro expandiéndose rápidamente, los cuatro cuernos son los cuatro imperios en los que se dividió el Imperio Macedonio, que serían el Reino de Macedonia, el Reino de Tracia y Asia Menor, el Imperio Seléucida y el Reino Ptolemaico. Y el cuerno pequeño que sale luego, probablemente sea Antíoco IV Epífanes y el príncipe de príncipes Dios. En cuanto a las 2300 tardes y mañanas, que abarcan el tiempo desde la profanación del templo hasta su restauración, es interesante observar que si se dejara de ofrecer un sacrificio por día (lo que implica 2 sacrificios por día, como era la práctica), el total sería de 1.150 días (aproximadamente 3 años y 2 meses). Antíoco IV Epífanes instituyó sacrificios a sus dioses en el templo el 12 de Quislev (diciembre) del año 167 a.N.E, aunque ya había suspendido los ritos judíos antes de esa fecha (según 1 Macabeos 1:44–51). La fecha exacta de la proclamación y su implementación no se conoce con certeza. La rededicación del templo, después de las secuelas de la revuelta macabea, se realizó tres años después, el 25 de Quislev en 164. Daniel 8:25 dice que el cuerno pequeño 'será quebrantado, aunque no por mano humana'. ¿Cuándo comienza el período, con la prohibición de los sacrificios a finales del año 167 o antes, con la destitución de Onías III del sumo sacerdocio en el año 171 como afirma Seow[12]? ¿Y cuándo termina, con la reconsagración del sumo sacerdocio en el año 164 o en el año 163, cuando murió Antíoco? O, contrariamente a ambas interpretaciones literalistas, ¿es simbólico el número? No podemos estar seguros de nada.[13] Por último, según Daniel 8:25 el cuerno moriría 'quebrantado, aunque no por mano humana'. Curiosamente, Antíoco, según 2 Macabeos 9:5-28, tras haber saqueado y profanado el Templo, se vio afligido por una enfermedad física de gran intensidad. Sus síntomas incluían dolores insoportables, y su cuerpo fue atacado por llagas y úlceras.
Las setenta semanas de Daniel
Extraído del artículo principal: las setenta semanas de Daniel
En el capítulo 9 Daniel recibe la famosa profecía de las setenta semanas de años, que los cristianos interpretan con Jesús. Habla de un lider que destruirá o profanará el templo (Daniel 9:26-27).
Ciertas traducciones deciden traducir el los versículos de las setenta semanas como 'un ungido' en vez de 'el mesías, ya que la palabra en hebreo lo es Mashiach (מָשִׁיחַ) y significa literalmente ungido. De este modo, habría dos ungidos en el texto. El primer ungido podría ser Ciro. En cuanto al segundo ungido, casi todos los estudiosos concuerdan con debe ser Onias III. Onias III se destacó en una época crítica en la que las influencias helenísticas amenazaban con alterar las tradiciones sagradas del Templo. Fervientemente comprometido con preservar el culto ancestral, se negó a sucumbir a las presiones políticas y culturales que pretendían reformar el sacerdocio para ajustarlo a modelos extranjeros, lo que le granjeó tanto el apoyo de los fieles como la enemistad de poderosos intereses. Esta firmeza lo convirtió, en cierto sentido, en un obstáculo insalvable para quienes buscaban una transformación radical, y finalmente, las tensiones derivaron en su asesinato violento. Su trágico destino no solo significó la pérdida de un sacerdote profundamente consagrado, sino que también simbolizó, para algunos intérpretes de Daniel, la interrupción abrupta de una legítima línea sacerdotal, cumpliendo así la imagen del 'ungido cortado' que marcaría un antes y un después en la historia del Templo de Jerusalén.
Según George Athas, las primeras 7 semanas transcurren desde el año 587 a.N.E. hasta el año 538 a.N.E.. Luego, las 62 semanas, es decir, los 434 años, se comienzan a contar desde el año 605 a.N.E. y terminan en el año 171 a.N.E. Al comienzo de la semana 70, es decir, hacia 171/170 a.N.E., Onias III (el segundo ungido 'cortado') es asesinado 'más no por sí. A la mitad de la semana 70, es decir, hacia el año 167 a.N.E., Antíoco IV Epífanes profana el templo colocando un altar de Zeus, es decir, 'hace cesar el sacrificio' (Daniel 9:27) y pone la abominación desoladora en él. Al final de la semana 70, hacia 164/163 a.N.E., muere Antíoco IV Epífanes en guerra. 'Y sobre el wing de las abominaciones vendrá el desolador; hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.' Los Macabeos toman Jerusalén y rededican el templo.[14]
La interpretación más extendida en círculos cristianos sostiene que el inicio de las setenta semanas de Daniel comienza con el decreto de Artajerjes registrado en Nehemías 2. Según Harold W. Hoehner, este decreto fue emitido en el año 444 a. n. e. Hoehner también argumenta que Jesús murió en el año 33, por lo que según sus cálculos su entrada triunfal en Jerusalén habría ocurrido el 10 de Nisán, es decir, el 30 de marzo del año 33, de acuerdo con sus cálculos. Jesús murió unos días después, el viernes 3 de abril de ese mismo año. Hoehner basa sus cálculos en la noción de que los años proféticos supuestamente son de 360 días (llegó a esa conclusión en base a pasajes de Daniel y Apocalipsis). Si se cuentan 483 años proféticos (69 semanas de años) desde el decreto de Artajerjes dado en nehemías 2, se llega precisamente al año 33, y Según Hoehner, con otros métodos suyos, esta cronología se cumple con exactitud hasta el día en que Jesús hizo su entrada triunfal en Jerusalén un 30 de marzo. [15]
El enfoque dispensacional interpreta la sexagésima novena semana como terminada antes de la crucifixión de Cristo, dejando la septuagésima semana, que corresponde a la era actual, como un 'paréntesis' grande que se cumplirá durante la gran tribulación. Por otro lado, la perspectiva conservadora o tradicional sostiene que la septuagésima semana comenzó con el bautismo de Jesús, y que se divide en dos períodos de tres años y medio. La muerte de Cristo, según este enfoque, hizo que los sacrificios cesaran, tal como se menciona en Daniel 9:27.[16]
Los preteristas pueden variar en sus perspectivas, pero eligen el decreto de Artajerjes dado a Esdras en el 457 a.N.E. Si estamos en el año 457 a.N.E. y le restamos 483 años, caemos en el año 27 N.E., que fue cuando Jesús comenzó su ministerio. (Nota: no existe el año 0). Los preteristas prestan atención a las palabras en el versículo 25, que dicen que 'se volverá a edificar la plaza y el muro, en tiempos angustiosos'. Según los preteristas, estos tiempos angustiosos solo se manifiestan cuando el rey Artajerjes I da la orden de construir los muros, porque en el libro de Nehemías había antagonistas que intentaron arruinar el plan de los judaitas. Los preteristas interpretan el texto de 'se quitará la vida al Mesías, mas no por sí' como una referencia al sacrificio de Jesús por la humanidad. Los preteristas totales interpretan al príncipe que ha de venir (Daniel 9:26-27) como el general Tito viniendo a destruir Jerusalén en el año 70. Mientras que los preteristas parciales creen que ese príncipe se refiere al mismo Jesús. Los preteristas parciales creen que cuando el texto dice 'hará cesar el sacrificio a la mitad de la semana', se refiere a la crucifixión de Jesús que según ellos detuvo el uso de sacrificios como expiación.
No todos los eruditos cristianos consideran que las setenta semanas de Daniel sean una profecía referida a Jesús de Nazaret. John H. Walton, por ejemplo, sostiene que el hecho de que las setenta semanas no sean mencionadas explícitamente en el Nuevo Testamento es un claro indicio de que los apóstoles no las interpretaban de ese modo. [17]
Las setenta semanas de daniel guardan paralelismos con otros escritos apócrifos. Las 70 semanas de Daniel es un texto similar al Apocalipsis se las semanas de Enoc, en 1 Enoc 93, donde el punto de inflexión de la historia se produce al final de la séptima semana. En el Apocalipsis de los Animales (1 Enoc 83-90), Israel está sujeto a setenta pastores. El Rollo de Melquisedec de Qumrán (11QMelch) presenta un esquema de diez jubileos o 490 años, y en este contexto el contexto en Levítico es evidente. El esquema de las setenta semanas también es explícito en el Pesher sobre los Períodos (4Q180 y 181) de Qumrán (J. T. Milik, Los Libros de Enoc [Oxford: Oxford University Press, 1976] 249-53). [18]
LAS VISIONES FINALES DE DANIEL
Daniel capítulo 10 habla de un príncipe de Persia contra el que batalló un ángel (posiblemente Gabriel). No hay casi información sobre este príncipe de Persia, en líneas generales, se suele interpretar como un demonio; esta interpretación se respalda con el hecho de que en la literatura de Qumrán también se use el título de «príncipe» para referirse a ángeles importantes. Podría ser también alguna alegoría para describir la caída del imperio medopersa.
Parece ser que la idea de que las naciones tienen a sus propios ángeles ya estaba implícita en otros textos del Tanaj como Deuteronomio 32:8-9.[19]Este pasaje dice lo siguiente:
'Cuando el Altísimo repartió a las naciones su herencia, cuando separó a los hijos de los hombres, estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Dios. Porque la porción de Yahweh es su pueblo; Jacob es la parte de su heredad'.
Nota sobre este texto: Los textos masoréticos (Siglo VI n.e.),pero un manuscrito perteneciente a los rollos del mar muerto y la traducción Septuaginta (realizada en el siglo III a.n.e.) ponen 'hijos de Dios'.
En el capítulo 11, Daniel tuvo su visión final. Daniel 11:2 parece hacer referencia a Jerjes I;[20] el 'rey valiente' de Daniel 11:3 es Alejandro Magno; y Daniel 11:4 se refiere a la división de su imperio en cuatro regiones. Los versículos 5-20 describen con precisión los eventos ocurridos durante los conflictos entre los reinos de los seléucidas y los ptolemeos. A partir del versículo 21, el capítulo comienza a relatar las crónicas de Antíoco IV Epífanes.[21] Sin embargo, la batalla final entre los seléucidas y egipcios profetizada en Daniel 11:40-45 nunca tuvo lugar con él, y no murió en Judea sino en Persia. Por esto, muchos intérpretes de Daniel consideran que esta sección (quizás ya desde el verso 36) hace referencia a un futuro mucho más distante.[22] Los cristianos suelen relacionarlo con el anticristo. [21] Alternativamente, algunos investigadores sostienen que estos versículos podrían referirse a eventos futuros, o estar resumiendo las dos primeras campañas egipcias de Antíoco (en lugar de anunciar una tercera), y que el 'fin' mencionado en Daniel 11:45 no se refiere necesariamente a su muerte física, sino al final de su persecución y al declive del dominio seléucida.[23] Por último, la conclusión de muchos estudiosos sobre el análisis de esta insconsistencia es que el autor del texto estaba escribiendo hechos históricos en vez de profetizarlos, pero no tenía conocimiento acerca de la muerte de Antíoco en diciembre de 164 a.n.e., por lo que el libro debió haber sido finalizado poco antes de ese evento, o al menos antes de que la noticia llegara a Judea.[24][25]
Daniel 12 profetiza sobre el fin de los tiempos, destacando la resurrección de los muertos, en la que el arcángel Miguel se levantará. Los justos serán resucitados para la vida eterna, mientras que los malvados serán resucitados para enfrentar «humillación y vergüenza eterna.» La interpretación del levantamiento mencionado de este pasaje varía mucho, los judíos generalmente lo entender como una metáfora sobre la liberación de la opresión de los seléucidas en el año 164 a.N.E., mientras que los cristianso generalmente creen que la profecía habla de una resurección literal y falta por cumplirse, comenzando ya desde Daniel 11:36-45.
Hay quienes creen que 'humillación y vergüenza eterna' es una referencia al infierno,[26] aunque esta interpretación es debatida.[27]
Pasajes griegos
El libro de Daniel se encuentra en dos versiones principales. La más corta es la que se conserva en la Biblia hebrea y en las traducciones utilizadas por las iglesias protestantes. En cambio, las Biblias católicas y la Septuaginta incluyen tres pasajes adicionales, conocidos como deuterocanónicos, que enriquecen el relato con detalles sobre la vida de Daniel y pasajes de carácter poético.
Los pasajes en cuestión son estos:
- La oración de Azarías y el Cántico de los Tres Jóvenes, en Daniel 3:24-30.
- La Historia de Susana, en Daniel 13. Una historia que la tradición judía conocía y que aparece en el Josipón.
- La Historia de Bel y el Dragón, en Daniel 14.
Algo curioso de estos pasajes es que la traducción de Teodoción identifican al enigmático personaje de Darío el Medo con el rey Astiages de Media (Daniel 14:1).
Nota: La traducción original de la Septuaginta no mencionaba a Astiages, pero con el tiempo, las traducciones griegas del Antiguo Testamento comenzaron a incorporar la versión de Teodoción, que sí lo mencionaba. [28]
No está claro si fueron escritos originalmente en griego, hebreo o incluso en arameo, es muy probable que el idioma original haya sido el griego, pero el hebreo también es posible.
La traducción de Daniel en la Septuaginta se llevó a cabo en la segunda mitad del siglo II a.n.e., y es probable que las adiciones griegas hayan sido incorporadas al texto hebreo en ese mismo período. [29]
Paralelismos y similitudes con otros escritos religiosos
Antiguo Testamento
Los profetas Isaías, Amos y Ezequiel tuvieron visiones con símbolos y figuras al igual que Daniel, y especialmente Zacarías. Zacarías y Daniel presentan unas cuantas similitudes clave en sus símbolos. Ambas incluyen cuernos como símbolos de poder: Zacarías ve cuatro cuernos que representan los reinos que han dispersado a Israel (Zacarías 1:18-21), mientras que Daniel ve un carnero con dos cuernos y un chivo con un cuerno grande, representando a los imperios de Media, Persia y Grecia (Daniel 8:1-27). A ambos profetas Dios les dió visiones con animales para describir poderes terrenales, en el caso de Zacarías, él ve cuatro caballos que simbolizan espíritus que recorren la tierra (Zacarías 6:1-8), y Daniel ve cuatro animales que representan imperios sucesivos (Daniel 7). Finalmente, tanto Zacarías como Daniel reciben la interpretación de un ángel que les explica los símbolos y el futuro, mostrando la intervención divina en la historia y el juicio final sobre los reinos del mundo. Junto con Daniel, en los libros de Isaías,, Malaquías Miqueas, Ezequiel y Zacarías, entre otros, se anticipa el reinado de Dios sobre toda la tierra. En el caso de Zacarías es el capítulo 14, Daniel en Daniel 7:13-14 ve un «Hijo del Hombre» que recibe un reino eterno (Daniel 7:13-14).
El personaje de Daniel en este libro tiene algunos paralelismos con José de Egipto. Ambos sirvieron a un rey pagano por obligación, ambos eran sabios y sabían interpretar sueños, y ambos hicieron que un rey reconozca el poder del Dios de Israel.
No faltan tampoco las semejanzas encontradas con la literatura intertestamentaria, por ejemplo, Daniel 4 usa el término «vigilante», un término común en esa literatura para referirse a los ángeles caídos, sobre todo en el libro de Henoc, aunque en este caso en Daniel tienen un significado diferente. Es interesante pensar que la palabra usada aquí para vigilantes es un préstamo del acadio Además, el Apocalipsis de las semanas de Henoc (escrito probablemente entre el 110 y el 60 a.n.e.) guarda paralelismos con las 70 semanas de Daniel.
Nuevo Testamento
Las visiones del Juan de Patmos que escribió en el libro de Apocalipsis tienen presentes muchos elementos del libro de Daniel, que funcionan como una continuación del libro.[30]
Tanto en Daniel 7 como en Apocalipsis 13 se describen bestias que simbolizan imperios o poderes mundiales, con características similares: múltiples cabezas, cuernos y una actitud blasfema contra Dios. En Daniel 7:8 se menciona un cuerno pequeño que habla con arrogancia y persigue a los santos, figura que se refleja en Apocalipsis 13:5-7, donde una bestia profiere blasfemias y hace guerra contra los santos. Daniel 7:25 habla de cambiar los tiempos y la ley, mientras que Apocalipsis 12:17 resalta a los que guardan los mandamientos de Dios, reforzando la tensión entre el poder maligno y los fieles. Daniel 2 presenta una estatua compuesta de diferentes materiales que representa la sucesión de reinos humanos, y Apocalipsis retoma esta secuencia con alusiones a Babilonia, Persia, Grecia y Roma, revelando una continuidad profética. El juicio celestial de Daniel 7:9-10, donde se abren los libros y el Anciano de días se sienta en juicio, tiene su paralelo en Apocalipsis 20:11-12, donde también se abren libros para juzgar a los muertos según sus obras. Daniel 12:1-3 habla de la resurrección de muchos y del resplandor de los justos, mientras que Apocalipsis 20 y 21 muestran la segunda resurrección y la recompensa eterna para los santos en la Nueva Jerusalén. Finalmente, la famosa frase de Daniel «un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo» es usada en Apocalipsis 12:14.
Entre muchas otras conexiones que se podrían señalar, sobra decir que el estilo de las visiones de Juan de Patmos es el mismo que el de las que recibió Daniel.
Otras religiones
Daniel 2:19 usa la expresión «Dios de los cielos». En documentos persas, esta era una designación común para Ahura Mazda.
El concepto de un árbol cósmico como lo es el capítulo cuatro se encuentra en el centro del mundo, es una imagen frecuente en las antiguas culturas del Cercano Oriente. Este símbolo también aparece en el capítulo 31 de Ezequiel, donde las raíces del árbol se nutren de un océano subterráneo y su copa se fusiona con las nubes, creando una conexión entre los cielos, la tierra y el inframundo (o el reino de los muertos). En el Mito de Erra e Ishum, Marduk menciona un árbol llamado meshu, cuyas raíces se extienden hacia las profundidades a través de los océanos para llegar al mundo de los muertos, mientras que su copa supera los cielos. En la epopeya sumeria de Lugalbanda y Enmerkar, un árbol conocido como el "árbol águila" cumple una función similar. El simbolismo del árbol sagrado también se encuentra en diversos contextos asirios. En ocasiones, se le conoce como el árbol de la vida, y algunos incluso lo asocian con el árbol cósmico. A menudo, este árbol está acompañado por animales, figuras humanas o divinas. Un disco alado suele situarse sobre él, ocupando un lugar central. El rey, en muchas representaciones, es visto como la manifestación humana de este árbol, que se cree refleja el orden divino del universo. Sin embargo, no existen textos explicativos específicos que detallen su significado exacto.
En el capítulo 7, Yahveh es llamado «El Anciano de Días». En la mitología cananea, el padre del panteón durante la edad de bronce era un Dios anciano llamado EL, a quien se le conocía con el título de «el señor de los años». En el Mito de Anzu, el anciano es una diosa, Mami, cuyo hijo derrota al monstruo (Anzu) y se le otorga dominio. Hay muchas otras similitudes entre el mito de Anzu y la visión de Daniel. [31]
Por último, un oráculo profético conservado en tablillas cuneiformes llamado Profecía dinástica supuestamente predice el auge y la caída de dinastías e imperios desde la conquista de Babilonia a Asiria hasta la conquista por parte de los griegos de manera detallada, con un estilo que a cualquiera le recuerda a Daniel 11, ya que no menciona a los reyes por nombre pero sí profetiza con detalle hechos históricos.[32]
El libro de Daniel en el Nuevo Testamento
Según los evangelios, Jesús interpretó esta profecía como referida al Mesías y a su persona, al respecto en el evangelio de Mateo 24:30 se le atribuye esta sentencia: "Y entonces se mostrará la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentaran todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre que vendrá sobre las nubes de los cielos, con gran poder y gloria". En emismo libro (24:15) también se hace referencia a la "abominable desolación" de Daniel 9:27. En el relato paralelo en Lucas 21 esta abominación se interpreta como los ejércitos rodeando Jerusalén en el primer siglo de nuestra era.
Los cristianos varian en sus interpretaciones sobre estos pasajes del nuevo Testamento. La mayoría cree que la abominación desoladora del libro de Daniel tuvo o tendrá más de un cumplimiento. [33][34]
Curiosamente, Flavio Josefo, también relaciono la abominación desoladora con la guerra Judeo-Rroomana.
El libro de Daniel en las religiones
Cristianismo evangélico
En las historias del horno de fuego y de Daniel en el foso de los leones, se puede precisar una referencia profética de la salvación provista por Cristo. Los tres hombres declaran que Dios es un Dios que salva, y quien puede librarlos del horno de fuego (Daniel 3:17). De la misma forma, al enviar a Jesús a morir por nuestros pecados, Dios ha provisto un escape de la condenación (1 Pedro 3:18). En el caso de Daniel, Dios envió un ángel para cerrar las bocas de los leones y salvó a DanieI de la muerte. Jesucristo es la provisión de los peligros del pecado que amenazan con consumirnos.
La visión de Daniel del final de los tiempos representa al Mesías de Israel, por quien muchos serán limpios y purificados (Daniel 12:10). Él es nuestra justificación (1 Pedro 5:21) por quien nuestros pecados, a través de Su sangre, serán lavados y seremos tan blancos como la nieve (Isaías 1:18).
Los cristianos evangélicos interpretan la profecía de las 70 semanas de Daniel 9 como una referencia al Mesías, Jesús de Nazaret. Según su interpretación, las 69 primeras semanas de años (equivalentes a 483 años) corresponden al período que va desde el decreto del rey Artajerjes a Esdras, en el año 457 a.n.e., hasta la llegada del Mesías. Al restar los 483 años de este punto de partida, se llega aproximadamente al año 27 n.e., momento en que Jesús comenzó su ministerio.
Testigos de Jehová
Testigos de Jehová tienen un profundo respeto por el libro. Creen que muchos de los eventos descritos en Daniel, como la visión de las bestias en el capítulo cuatro y la profecía de los setenta semanas en el capítulo 9, se refieren a sucesos que se han cumplido a lo largo de la historia o se están cumpliendo, incluyendo el establecimiento del Reino de Dios y el juicio final. Ellos ven en la figura de «la abominación desoladora» mencionada en Daniel 9, 11 y 12 como una referencia a la destrucción del templo en el 70 así como lo dice Jesús en Mateo 24:15 y en el paralelo Lucas 21:20, pero también la ven con un doble cumplimiento, siendo además una referencia a la opresión religiosa y política que ocurre antes de la instauración del Reino de Dios.[35]Creen que la cuarta bestia de Daniel lo es Roma y consideran sobre los 10 cuerno que 'puesto que el número diez a menudo se emplea en la Biblia como símbolo de plenitud, los 'diez cuernos' de la cuarta bestia representan a todos los reinos que surgieron a raíz de la desintegración de Roma'. Ahora, el cuerno pequeño que aparece después y derriba a tres de los anteriores es interpretado como la potencia mundial angloamericana, es decir, la alianza entre Gran Bretaña y Estados Unidos. Este cuerno "pequeño" se convierte en una potencia mundial, especialmente después de humillar a tres reyes: España, los Países Bajos y Francia. Así, Gran Bretaña se erige como el mayor imperio colonial y comercial del planeta. [36]
Catolicismo
En términos generales, el libro de Daniel, dentro de la tradición católica, suele ser considerado como una obra pseudoepigráfica, es decir, atribuida a un autor distinto del real, y sus puntos de vista no siempre coinciden con la de las confesiones protestantes. Esta diferencia se refleja en los comentarios anexos de las biblias católicas. Por ejemplo, la Biblia de Nuestro Pueblo incluye la siguiente nota explicativa sobre el libro:
'El libro está compuesto durante la persecución de Antíoco IV (175-164 a.C.), después del 167 a.C. y algo antes de su muerte. Por la persecución religiosa y las rivalidades internas, los judíos atraviesan una grave crisis. El autor quiere infundirles ánimo y esperanza: lo hace con un personaje ficticio y aureolado, en un género literario nuevo, el apocalíptico. Algunos piensan que los capítulos 1–6 fueron escritos al final del período persa o al comienzo del helenista, o sea en la segunda mitad del s. IV a.C. Las adiciones griegas, por su carácter ficticio o fantástico, no permiten una datación probable'.[37]
La edición de la web bibliacatolica.com.ar comenta lo siguiente:
'El libro que lleva el nombre de DANIEL fue escrito hacia el 165 a. C., cuando el rey Antíoco IVEpífanes pretendió helenizar por la fuerza al Pueblo judío, obligándolo a abandonar la Ley deMoisés y a practicar el culto pagano difundido en todo el Imperio seléucida. Su autor vivió entiempos de la insurrección de los Macabeos. Pero, a diferencia de estos, él no apela a laresistencia armada contra el opresor extranjero, sino que espera y anuncia una intervenciónextraordinaria del Señor, que es capaz de salvar a su Pueblo incluso de la muerte.Con toda propiedad, este Libro puede ser llamado el "Apocalipsis" del Antiguo Testamento.Como el que figura al final del Nuevo Testamento, también el Apocalipsis de Daniel contieneuna interpretación religiosa de la historia universal y un mensaje de esperanza para el Pueblode Dios perseguido a causa de su fe. Además, ambos Libros tienen la misma forma deexpresión literaria -el estilo "apocalíptico", muy difundido en el Judaísmo a partir del siglo ll a.C.- cuyo rasgo más notorio es la profusión de imágenes sorprendentes, de alegorías casisiempre enigmáticas y de visiones simbólicas'.[38]
Judaísmo
Los puntos de vista acerca del profeta Daniel en el judaísmo varían. La mayoría de los judíos no lo clasifican como un profeta del mismo modo que con Jeremías o Isaías, en lugar de ello, es más bien considerado un visionario,y algunos judíos, hasta datan el libro en el segundo siglo antes de nuestra era.
Islam
Los musulmanes generalmente consideran a Daniel como un profeta, a pesar de no ser aludido en el Corán directamente. Hay varias tradiciones islámicas relacionadas con él; algunos relatos islámicos sugieren que Daniel profetizó la llegada del profeta Muhammad. Por ejemplo, se le atribuye haber dicho: 'Las flechas partirán de arcos y las flechas se teñirán de sangre por tu orden, oh Muhammad'.[39]
Algunos musulmanes interpretan el quinto reino de Daniel 2 como el Islam.[40]
Historicidad
La historicidad y autoría del libro es objeto de debate.
Algunos sucesos del libro de Daniel han podido ser corroborado por la historia y la arqueología, como la existencia y fecha exacta de la muerte de Belsasar de Babilonia en el año 539 a.n.e. durante la caída de Babilonia. Antes de 1853, ninguna fuente mencionaba a Belsasar de Babilonia por nombre. El libro llama a Belsasar hijo de Nabucodonosor y no hijo de su verdadero padre, Nabonido, además de que Belsasar, aunque fue corregente, nunca llegó a ser llamado rey del imperio como tal. El libro Nabonidus and Belshazzar (de R. P. Dougherty, 1929) razona que es probable que la madre de Belsasar fuera Nitocris, una hija de Nabucodonosor (II). En tal caso, este hubiera sido el abuelo de Belsasar.. En idiomas antiguos, tanto como el hebreo o el arameo, no existen las palabras abuelo o nieto, por lo tanto, hijo de puede significar 'nieto de' y 'descendiente de'.[41] Pero lo más importante es que el relato alude a Nabonido; en Daniel capítulo 5 Belsasar , en su desesperación, ofreció el tercer lugar del reino al que lograra descifrar aquellas palabras (Daniel 5:7). De la oferta del 'tercer lugar' es posible deducir que el primer y el segundo lugar ya se hallaban ocupados por Nabonido y por su hijo Belsasar.[42]
En el capítulo número tres, se relata la historia de los tres jóvenes que fueron arrojados a un horno de fuego. Arqueólogos han desenterrado una carta babilónica de esta misma época que hace referencia a este despiadado método de ejecución.[43] También, Shea informa que los nombres de los tres amigos de Daniel podrían haber sido descubiertos en una lista contemporánea de 50 funcionarios babilónicos. [44]Aunque Collins rechazó esta identificación. [45]
Existen diversos relatos o detalles de los cuales, en la actualidad, no se dispone de evidencia concreta y que, por lo tanto, son cuestionados. Un ejemplo de esto se encuentra en el capítulo 6, donde el gobernante Darío prohíbe la oración a otros dioses durante un período de treinta días. Posteriormente, Darío se arrepiente, pero no puede revocar el decreto. Fuera de la Biblia, no se ha encontrado evidencia de que la ley de los medos y persas no pudiera ser abrogada, ni de la existencia de dicho decreto de 30 días, al menos hasta ahora.
Daniel menciona a un tal 'Darío el medo', el cual parece aludir a Darío el grande, lo cuál de ser el caso sería un gran problema cronológico, pues este Darío comenzó su reinado décadas luego del año 539 a.n.e.. Tampoco hay evidencia arqueológica de un tal Darío el medo en el tiempo y lugar asignado por el libro de Daniel. En el ámbito teológico, varios exégetas sugieren que 'Darío' podría haber sido un nombre de trono en lugar de un nombre personal, lo que ha llevado a especulaciones sobre su posible identificación con Ciro II[46]o con Ciáxares, hijo de Astiages, un personaje histórico mencionado por el historiador griego Jenofonte[47][48][49] La teoría que equipara a este Darío con Ciáxares II es ampliamente aceptada en algunos círculos evangélicos y es la postura oficial de la enciclopedia Conservapedia,[50] pero es ampliamente es cuestionada por muchos estudiosos, principalmente porque, para empezar, otros historiadores antiguos, como Heródoto, presentan datos contradictorios respecto a la narración de Jenofonte, lo que genera dudas sobre la veracidad de Ciáxares II como figura histórica real. Cabe señalar, además, que Jenofonte nunca afirmó que Ciáxares II hubiese gobernado sobre el territorio de Babilonia. [51] Además de Ciáxares II, se han propuesto otras identificaciones para este Darío: un general persa llamado Ugbaru (nota: hay dos Ugbarus que pueden ser confundidos), el rey Astiages de Media, Cambises II, entre otros.[50][52][53][54][55][56][57][58]Aunque estas últimas identificaciones (salvo quizá la de Ciro) generalmente son rechazadas generalmente por la mayoría de los historiadores modernos.[59][51][60] Por último, la obra Perspicacia para comprender las Escrituras defiende que Darío el Medo fue una figura histórica real, aunque totalmente desconocida fuera del relato bíblico, y que no podemos identificarlo con certeza en la historia secular. [61] Según Encyclopædia Iranica (la fuente más prestigiosa sobre historia persa) lo más probable o verosimil a nivel histórico es que Darío el Medo haya sido otro título para Ciro II. [62]
En Daniel 4 se dice que Nabucodonosor experimentó zoantropía por 'siete tiempos', aunque el texto no lo especifíca, estos siete tiempos generalmente son entendidos como años. Si es la interpretación hermenéuticamente correcta, entonces habría problemas, ya que la historia parece apuntar a que el reinado de Nabucodonosor nunca se vio interrumpido por tanto tiempo y no hay evidencia de dicha condición suya. Hay eruditos que sugieren otras interpretaciones, por ejemplo, la obra Comentario del contexto cultural de la Biblia: Antiguo Testamento en la página 836 dice lo siguiente:
'No debe suponerse que la condición dura siete años. Resulta interesante aquí la palabra aramea «tiempos». La palabra equivalente en acadio significa períodos específicos. y puede referirse a etapas de una enfermedad o a secuencias periódicas. Cuando se presentaban augurios, a menudo tenían un tiempo determinado en el que sus efectos podían cumplirse. Algunos "tiempos". (como las fases de la Luna, o días favorables) podían ocurrir mensualmente. Otros ocurrían en forma anual. Aun otros, como los equinoccios o solsticios, ocurrían un par de veces por año'.
No obstante, otros intérpretes opinan que sí deben ser tomados como 7 años debido a que en un texto apócrifo llamado la 'La oración de Nabonido' los roles de Nabucodonosor y Nabonido son cambiados en este capítulo, y parecería hacer referencia a la estancia de Nabonido en Taima, en teoría, supuestamente el texto apócrifo provendría de una tradición de un texto anterior al texto protocanónico de Daniel 4 en donde originalmente Nabonido habría padecido de una enfermedad por unos años. En todo caso, en cualquier interpretación, lo que es claro es que esos siete tiempos duraron lo suficiente para que su cabello creciera como plumas de águila y sus uñas como garras de aves (Daniel 4:33).
Se han señalado posibles insconsistencias y anacronismos en el texto, el uso de caldeos como astrólogos podría ser anacrónico, ya que este término se comenzó a usar más en períodos helenísticos, o también podría serlo la forma de escribir el nombre de Nabucodonosor en hebreo,[63] Daniel 1:1 afirma que Nabucodonosor asedió Jerusalén en el tercer año del reinado de Joacim, lo que parecería contradecir el testimonio del profeta Jeremías quién escribió que Nabucodonosor asedió la ciudad el cuarto año de su reinado. Hay varias palabras de origen persa en el libro y tres griegas.
No obstante, varios eruditos sostienen que la obra fue escrita por el propio Daniel en el siglo VI a.n.e. y aseveran que no hay contradicciones ni anacronismos en el texto.[64][65][66][67]
Autoría
En los capítulos 7-12, el libro deja claro que el autor es el mismo Daniel. En versículos como Daniel 9:1 y Daniel 10:2, el autor se expresa en primera persona, identificándose como testigo directo de los eventos descritos. Además, en Daniel 7:1, el texto establece explícitamente a Daniel como el redactor de las visiones:
Daniel 7:1 declara lo siguiente:
'En el primer año de Belsasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones en su cabeza, mientras estaba en su cama. Entonces escribió el sueño, relatando lo principal del asunto'.
Aún así, en la actualidad, una considerable parte de los exégetas confesionales sostiene la hipótesis de que los capítulos 1 al 6 del libro de Daniel no fueron redactados por el propio Daniel, sino que es probable que hayan sido escritos por un hagiógrafo anónimo en una época muy posterior.[68] Los fundamentos de esta postura son los siguientes:
- Daniel 1-6 no habla en primera persona ni tampoco nunca le atribuye el texto al profeta.
- En Daniel 9:1 Darío el Medo es presentado como un personaje nuevo cuando se supone que ya había aparecido en relatos anteriores.
- Obligatoriamente al menos una parte de Daniel 1-6 fue escrito después de la conquista por los persas (Daniel 1:21)
- Están escritos en gran parte en idioma arameo.
De ser correcta esta teoría, entonces probablemente el compilador/redactor final haya traducido el capítulo 7. Esta postura es muy antigua. Los teólgos Spinoza e Isaac Newton, por ejemplo, la propusieron hace ya cientos de años.[69] Quizá este segundo autor vivía en Babilonia
Por parte de la erudición secular, se considera que la obra es pseudoepigráfica.
Fecha de composición
La mayoría de estudiosos considera que la fecha de composición del libro es el siglo II a.n.e., aunque ven probable que algunas partes del mismo sean mucho más antiguas.[5] A continuación, se detallan los métodos de datación del libro, que pueden concluir tanto como evidencia a favor de una datación tardía como en evidencia a favor de una datación temprana.
Teología
Algunos defienden la idea que la teología del libro de Daniel está más desarrollada en comparación con otros libros del Tanaj. Un ejemplo de ello sería el concepto del cielo, que se presenta de manera más elaborada.
Varios ángeles en este libro tienen nombres, algo característico de la literatura intertestamentaria. En Daniel 12:2 se declara: 'Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna y otros para vergüenza y confusión perpetua'. Muchos intérpretes interpretan 'vergüenza y confusión perpetua' como una referencia explícita al infierno, es decir, un castigo en el juicio final, aunque esta interpretación es controvertida.[27] El concepto de un tormento eterno no se encuentra en otros libros del Tanaj. Daniel 10 menciona al 'príncipe de Persia', generalmente interpretado como un espíritu maligno. Hasta ese momento, no hay otra referencia explícita a espíritus malignos en el Antiguo Testamento; sin embargo, la noción de demonios se convierte en un tema recurrente en la literatura abrahámica posterior al período veterotestamentario.
Por último, el libro de Daniel hace uso de la apocaliptica, que es inusual en el Tanaj, y se hizo más popular entre el siglo III a.n.e. al siglo II n.e. Los ejemplos más similares a ello en la Biblia hebrea misma serían Zacarías 9-14 e Isaías 24-27.
Testimonios de su autenticidad
- Daniel es mencionado en el Libro de Ezequiel (Ezequiel 14:14, 20; 28:3).
- Según el historiador judío Flavio Josefo, en su obra Antiguedades de los judíos (Libro 11, Capítulo 8, Sección 5), Alejandro Magno al llegar a Jerusalén visitó a los sacerdotes judíos, y estos le habrían mostrado un fragmento del Libro de Daniel, y Alejandro habría comprendido que dicho libro lo estaría profetizando, sin embargo, la mayoría de los historiadores consideran que dicha visita es legendaria.
- En los evangelios, Jesús de Nazaret le atribuye al mismo Daniel la autoría del libro que lleva su nombre (Mateo 24:15).
Se ha objetado el uso de la mención de Daniel en Ezequiel como evidencia de que el libro de Daniel fue escrito en el siglo II a.e.c., argumentando que Ezequiel podría estar refiriéndose a "Danel", un personaje de la mitología ugarítica y no al Daniel bíblico. Aparte de esta debatida alusión en Ezequiel, no existen hay testimonios sobre Daniel en escritos anteriores al siglo II a.n.e. El Libro de la Sabiduría de Ben Sirá, que data aproximadamente de 180 a.n.e., hace referencia a casi todos los libros del canon bíblico hebreo, con la excepción de algunos pocos, entre ellos Daniel. Esto ha llevado a algunos eruditos a sugerir que su autor probablemente no conocía el libro. Por último, el libro se encuentra en el canon de los Ketuvim (escritos), en lugar de los los Nevi'im (profetas), cuya compilación se cree fue cerrada alrededor del año 200 a.n.e. Esto también ha sido interpretado como una indicación de que el libro de Daniel fue reconocido como parte de la literatura sagrada en un período posterior al cierre del canon de los profetas. Sin embargo, se cita a Daniel en algunos Oráculos Sibilinos comúnmente datados alrededor del 140 a.n.e.,[70] también el autor de 1 Macabeos (libro datado entre 134-104 a.n.e.) lo cita (1 Macabeos 2:60). En Qumrán se han encontrado ocho manuscritos de Daniel, dos de los cuales datan del siglo II a.n.e., el 4Q114 se fecha con total seguridad hacia el año 125 a.n.e.[71] Además, las adiciones y traducciones griegas del libro se realizaron durante la segunda mitad del siglo II a.n.e., y el famoso rollo de Melquisedec (11Q13), datado de finales del siglo II a.n.e., también menciona a Daniel, específicamente a la profecía del capítulo 9. Históricamente se ha argumentado en favor de su autenticidad que todos estos datos indican que el libro ya era muy popular hacia la segunda mitad de ese siglo y que sería poco probable que hubiera alcanzado tal respeto si fuera compuesto apenas unas pocas décadas antes.[72]
Análisis linguístico
No se han presentado grandes objeciones a la datación del libro desde el punto de vista lingüístico. La mayoría de las críticas provienen del campo de la exégesis bíblica, aunque sí han existido algunas observaciones lingüísticas. Por ejemplo, la presencia de palabras griegas en el libro de Daniel ha sido utilizada para cuestionar su fecha de redacción. En Daniel 3:5, se emplea el término griego kitharis (κίθαρις) en lugar del correspondiente arameo, lo cual ha sido interpretado por algunos estudiosos como indicio de una composición más tardía que la tradicionalmente aceptada, aunque esta postura es debatida.[73]
Estudios hechos por académicos confesionales concluyen en que el hebreo de Daniel se diferencia al hebreo en los rollos del mar muerto o el usado alrededor de esa época en general.[74][75][76] y que el arameo usado quizá podría coincidir con uno en el período persa temprano,[11] [77][76]aunque también muchos otros estudiosos difieren con estas posturas. [78][79][80] Según Seow, el arameo del libro de Daniel no parece corresponder al del período persa temprano, sino que se asemeja más al arameo usado finalizando el período persa o al arameo usado duante el período helenístico temprano, aunque anterior al 200 a.n.e.[79]
Según Collins, uno de los principales expertos en el estudio del libro de Daniel, el hebreo y el arameo de Daniel parecen ser tardíos, pero que una datación del libro únicamente en base al análisis linguístico del mismo no es posible de manera totalmente definitiva. [80]
El erudito Shalom Paul investigó y descubrió que, de hecho, varias expresiones del libro de Daniel son similares a otras usadas en relatos folkloricos babilonios y que el libro hace un notable uso de préstamos acadios, más que otros.[81] En sus palabras, 'El libro de Daniel, aunque escrito y compilado en una fecha muy tardía (Daniel 1-6 data del período helenístico y los capítulos 7-12 de la víspera de la revuelta macabea), presenta notables huellas lingüísticas, filológicas y tipológicas mesopotámicas'.
Manuscritos
Se han encontrado muchos manuscritos y variantes apócrifas del libro de Daniel entre los Rollos del Mar Muerto. Los más antiguos, 4Q116 y 4Q114, han sido datados en el II a.n.e., el 4Q114 contiene fragmentos de Daniel 10 y Daniel 11, y se data con total seguridad hacia el año 125 a. n. e. aproximadamente. [71] En teoría, si el libro fue terminado en el 164 a. n. e., este manuscrito distaría en 39 años a su fecha de redacción. Lamentablemente, los únicos manuscritos de un libro profético hallados en Qumrán y que podrían ser datados en el siglo III a. n. e. corresponden a dos fragmentos del libro de Jeremías.
Los masoretas preservaron el texto hebreo-arameo de Daniel por siglos, y el libro se encuentra copiado en su totalidad en códices como el Códice de Leningrado. Tanto el texto masorético como los de Qumrán de Daniel tienen presente su naturaleza bilingüe.
En cuanto a los manuscritos griegos, un papiro llamado Papiro 967 ha sido fechado en los siglo II y III n.e. y contiene la historia de Susanna en el baño (Dan 13) y sigue la historia de Bel y el dragón (Dan 14).[82] El libro de Daniel también se encuentra en el Códice Vaticano, el Códice Marchaliano, entre muchos otros. Adicionalmente, el erudito J. T. Milik afirmó haber encontrado en Qumrán un manuscrito arameo dividido en tres partes (4Q551) que probablemente contenía la historia de Susana, pero su propuesta de identificación no fue apliamente aceptada por la mayoría de académicos. [83]
Principales versículos
El libro también contiene pasajes destacados, aquí se presentan algunos: [84]
Daniel 1:19-20, 'Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino.'
Daniel 2:31, 'Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.'
Daniel 3:17-18, 'He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado'.
Daniel 4:34-35, 'Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?'.
Daniel 9:25-27, 'Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador'.
Daniel 12:4 'Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará'
Daniel 12:13 'Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.'.
Enlaces Relacionados
- Visión de Daniel. Obra artística de Willem Drost
Referencias
- Volver arriba ↑ [1]
- Volver arriba ↑ P. R. DAVIES. (2007). Daniel. En: The Oxford Bible Commentary. Pág. 563. Oxford University Press.
- Volver arriba ↑ Yehuda Shurpin. (2012). ¿Por qué el libro de Daniel no es parte de los profetas?.
- Volver arriba ↑ Encyclopedia Britannica sobre el libro de Daniel: [2]
- ↑ Saltar a: 5,0 5,1 Encyclopædia Iranica sobre el libro de Daniel: [3]
- Volver arriba ↑ Tawny Holm (2019, Octubre 30). Book of Daniel. Oxford Research Encyclopedia of Religion.
- Volver arriba ↑ 'No está claro si el libro se escribió originalmente en un solo idioma y fue parcialmente traducido; de ser así, es más probable que el arameo sea el original, ya que los capítulos 2-7 parecen contener las partes más antiguas del libro. Sin embargo, ninguna explicación de esta curiosa característica ha sido aceptada de forma generalizada.' Sobre el capítulo 11, P. R. Davies dice: 'Esta sección final está en hebreo deficiente y podría representar una traducción bastante deficiente de un original arameo. Varias dificultades de interpretación podrían deberse a errores de traducción' Davies. (2007). Daniel. Págs. 563, 569.
- ↑ Saltar a: 8,0 8,1 'Según las cuentas del Biblia y Jenofonte, Belsasar celebró una última gran fiesta en la que vio una mano escribiendo en una pared las siguientes palabras en arameo: “mene, mene, tekel, upharsin. .” El profeta Daniel, interpretando la letra de la pared como el juicio de Dios sobre el rey, predijo el inminente destrucción de la ciudad. Belsasar murió después de que Babilonia cayera en manos del general persa Gobyras sin resistencia el 12 de octubre de 539, y probablemente ante el rey persa Ciro II entró a la ciudad 17 días después'. The Editors of Encyclopaedia Britannica. (2025). Belshazzar. Encyclopedia Britannica.
- Volver arriba ↑ 'es de notar que Herodoto (Historia, 1, 191) y Jenofonte (Cyropedia, VII, 5, 1530) coinciden en afirmar que la toma de Babilonia se realizó por sorpresa, mientras sus defensores celebraban un banquete. Jenofonte añade que los asaltantes, al mando de Gobrias y Gadatas, mataron al rey y a sus acompañantes. En realidad, Nabonid estaba en Sippar, de donde huyó, siendo apresado días después de haber entrado Ciro en esta ciudad el 14 de Tishri (septiembreoctubre) sin resistencia. El 16 del mismo mes entraba también, sin combatir, en Babilonia Gubaru (o Ugbaru = Gobrias), gobernador de Gutium, al frente de las tropas de Ciro (539 a. C.). Éste lo hacía poco después, el 3 de íllarjesivan (octubrenoviembre), «como un amigo» entre el júbilo y las aclamaciones de los «magníficos habitantes de Babilonia». Pero el testimonio de Jenofonte puede coincidir con el de Daniel y referirse a B., que hacía las veces de rey en Babilonia.' [4]
- Volver arriba ↑ [5] Pág. 277.
- ↑ Saltar a: 11,0 11,1 Armstrong Institute Staff. (2023). Can We Trust the Book of Daniel?.
- Volver arriba ↑ Choon Leong Seow. (2003). Daniel. Pág. 125. Westminster John Knox Pres
- Volver arriba ↑ Tremper Longman III. (1999). The NIV Application Commentary: Daniel. Pág. 207.
- Volver arriba ↑ [6]
- Volver arriba ↑ [7]
- Volver arriba ↑ [8] Págs. 682-683.
- Volver arriba ↑ 'Llegados a este punto, sólo puedo ofrecer algunas de las conclusiones que he adoptado provisionalmente. Sostengo que las setenta semanas de Daniel sí pertenecen al «fin» en el marco temporal del libro de Daniel, que se aborda plenamente en el contexto del siglo II a.C. del libro. Es defendible considerar a los ungidos como los sacerdotes Josué y Onías III, que sirven de indicadores en una cronografía judía. La septuagésima semana en este punto de vista sería la persecución de Antíoco IV Epífanes, y el final es el fin del dominio seléucida. Por último, vuelvo al hecho de que ni Jesús ni los Evangelistas ni Pablo conectan nunca los puntos entre Jesús y las setenta semanas, y podrían haberlo hecho cualquier número de veces. Si Jesús fuese el ungido que fue cortado, ¿por qué el Nuevo Testamento nunca hace esa observación? Si el 490 nos conduce a él, eso sería significativo para los escritores de los Evangelios deseosos de mostrar cómo Jesús cumplió la profecía. Cuando los cálculos son sólo nuestros, debemos considerar hasta qué punto deben ocupar un lugar central en nuestra interpretación. La historia está plagada de teorías (o cultos) fracasados que confiaron demasiado en las predicciones escatológicas basadas en Daniel 9.' [9]Págs. 166-167.
- Volver arriba ↑ John J Collins. (1984) Daniel : with an introduction to apocalyptic literature. Pág. 92. Wm. B. Eerdmans Publishing.
- Volver arriba ↑ Davies. (2007). Daniel. Pág. 569.
- Volver arriba ↑ Davies. (2007). Daniel. Págs. 569
- ↑ Saltar a: 21,0 21,1 [10]
- Volver arriba ↑ 'Hay varias señales que apuntan a una intención más amplia. (1) El lenguaje adquiere un carácter trascendental. Como lo expresa Clifford (quien no nos sigue en la asignación de un significado escatológico a estos versículos), aquí encontramos un lenguaje mítico y cósmico, es decir, un lenguaje que nos eleva por encima de la actividad mundana y terrenal. 18 (2) Tenemos el lenguaje del “tiempo del fin” (v. 40). Esto nos lleva al límite de la historia, que, por supuesto, no se alcanzó en la época de Antíoco Epífanes, a pesar de lo terrible que fue su reinado. (3) Finalmente, sabemos que los versículos 40-45 simplemente no funcionan cuando se aplican a la vida y muerte de Antíoco Epífanes. Antíoco no extendió su poder sobre muchos países; Egipto no escapará (v. 42). Tampoco murió cuando plantó sus tiendas reales entre los mares, en el hermoso monte santo (v. 45).' Longman III. (1999). The NIV Application Commentary: Daniel. Págs. 280-283.
- Volver arriba ↑ 'Es habitual que los intérpretes consideren que Daniel 11:40-45 no se cumplió en el siglo II y que, por tanto, apunta a un periodo futuro y al anticristo. Alternativamente, se puede argumentar de forma convincente que esos versículos resumen las dos primeras campañas egipcias (en lugar de sugerir una tercera) y que el «final» al que se hace referencia (Dan. 11:45) no es la muerte de Antíoco IV Epífanes, sino el fin de su opresión y del dominio del Imperio seléucida, que estuvo marcado por la victoria judía en la batalla de Emaús (entre Jerusalén y el mar). Análisis detallado ofrecido en Aubrey E. Buster y John H. Walton, The Book of Daniel, New International Commentary on the Old Testament (Grand Rapids, MI: Eerdmans, de próxima aparición).' John H. Walton. (2024). El mundo perdido de los profetas: profecía del Antiguo Testamento y literatura apocalíptica en contexto antiguo. Nota al pie de página 175. Publicaciones Kenigma.
- Volver arriba ↑ [11]
- Volver arriba ↑ 'Simplemente resume el relato anterior. El relato del final de la carrera de Antíoco (vv. 40-5) no se corresponde con el curso real de los acontecimientos. «En el tiempo del fin» (v. 40) parece indicar lo que para los autores aún está por venir. Prevé un ataque del «rey del sur» (Egipto), con una enorme represalia. El «rey del norte» entrará en la «tierra hermosa» (Judá, v. 41), y aunque los enemigos tradicionales de Judá se salvarán, extenderá su poder a Egipto y más allá (vv. 42-3), pero los informes de problemas provenientes del norte y del este lo obligarán, furioso, a retroceder. Tras establecer su campamento de guerra en Judá, entre el Mediterráneo y Jerusalén (v. 45), encontrará su fin. De hecho, Antíoco murió en campaña en Persia y no conquistó Egipto. Basándose en este pasaje, los eruditos sitúan la composición de Daniel entre 167, cuando se erigió la abominación desoladora y 163, cuando la muerte de Antíoco debió ser conocida en Jerusalén.' Davies. (2007). Daniel. Págs. 569-570.
- Volver arriba ↑ 'El terror del infierno nunca termina. No hay una dichosa aniquilación después de algún periodo de castigo. Este pasaje niega la doctrina que se levanta dentro de la iglesia: un aniquilamiento modificado que enseña que los pecadores injustificados son enviados al Infierno, y que sufrirán tormentos por un momento, pero después su ser perecen por la eternidad. ii. Apocalipsis 20:10 también describe un castigo eterno para el Diablo y el Anticristo. “No hay ni una manera posible en el lenguaje Griego para declarar de una manera tan enfática el castigo eterno de los perdidos que aquí, al mencionar tanto de día y de noche, y la expresión ‘para siempre jamás,’ literalmente ‘por los siglos de los siglos.’? (Walvoord)iii. Lógicamente que el Infierno debe ser eterno, debido a que es el lugar donde los seres imperfectos deben de pagar una penalidad continua por sus pecados, debido a que ni siquiera pueden hacer un pago perfecto. El El principio detrás del sacrificio del Antiguo Testamento nos recuerda que un pago imperfecto por los pecados debe ser un pago continuo por los pecados.' [12]
- ↑ Saltar a: 27,0 27,1 Joseph Dear. (2017). Daniel 12:2 Does Not Teach Eternal Torment.
- Volver arriba ↑ 'Bel y el Dragón, al igual que Susana y Daniel, se conserva en dos versiones: la griega antigua y la de Teodoción (...) en la traducción de Teodoción, la historia se fecha en la época de Ciro, el sucesor persa de Astiages'. [13]. Pág. 1023-1024.
- Volver arriba ↑ [14]
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- Volver arriba ↑ John H. Walton. (2002). The Anzu Myth as Relevant Background for Daniel 7? En: The Book of Daniel Composition and Reception, vol 1. Págs. 69-90
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- Volver arriba ↑ [17]Págs. 107-108.
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- Volver arriba ↑ [21] Pág. 1340.
- Volver arriba ↑ [22] Pag. 1793.
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- Volver arriba ↑ 'Daniel es un profeta célebre entre los musulmanes como intérprete de sueños. Aunque no se le menciona ni en el Corán ni en las Tradiciones (Hadices), en el Qaşaşu 'l-Ambiya (pág. 231) se relata que, durante el reinado de Bukhtu Naşşar (Nabucodonosor), fue encarcelado. Mientras estaba en prisión, el rey tuvo un sueño que olvidó por completo. Al enterarse de que Daniel era capaz de interpretar sueños, lo mandó a buscar. Cuando Daniel se presentó ante el rey, se negó a postrarse, diciendo que solo es lícito postrarse ante el Señor Todopoderoso. Por esto, casi pierde la vida, pero se le perdonó con la condición de interpretar el sueño del rey. El sueño consistía en un gran ídolo: su cabeza era de oro, la parte superior del torso de plata, la inferior de cobre, las piernas de hierro y los pies de barro. De pronto, una piedra cayó del cielo sobre el ídolo, lo pulverizó por completo y mezcló todas las sustancias, que luego el viento dispersó en todas direcciones. Sin embargo, la piedra creció poco a poco hasta cubrir toda la tierra. Según Daniel, el ídolo representaba distintas naciones: el oro simbolizaba el reino de Nabucodonosor, la plata el reino de su hijo, el cobre a los romanos, el hierro a los persas, y el barro a la tribu de Zauzán, de la cual descenderían los reyes de Persia y Roma. La gran piedra representaba una religión que se extendería por toda la tierra en el Último Día.' Patrick Hughes. (1995). A dictionary of Islam. Pág. 69. Asian Educational Services.
- Volver arriba ↑ D.J. Wiseman. (1992) Babylonia 605–539 B.C.. En: The Cambridge Ancient History: III Part 2: The Assyrian and Babylonian Empires and Other States of the Near East, from the Eighth to the Sixth Centuries B.C.. Pág. 244. Cambridge University Press.
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- Volver arriba ↑ [25]Págs. 37-50.
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- Volver arriba ↑ 'En 1957, presenté como hipótesis de trabajo la posibilidad de que Darío el Medo se identificara con Ciro el rey persa. La base de la hipótesis es que Daniel 6:28 puede traducirse como «Daniel prosperó en el reinado de Darío, incluso (es decir, o i.e.) el reinado de Ciro el Persa». Este uso de la construcción aposicional o explicativa hebrea «wa„w» se reconoce desde hace tiempo en Crónicas 5:26 («Así que el Dios de Israel despertó el espíritu de Pul, rey de Asiria, incluso el espíritu de Tiglat-pileser, rey de Asiria») y en otros lugares.' D.J. Wiseman. (1965). Some Historical Problems in the Book of Daniel. En: Notes on Some Problems in the Book of Daniel. Págs. 9-18. Tyndale Press.
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- Volver arriba ↑ Artículo en español: [26]
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- ↑ Saltar a: 50,0 50,1 Artículo de Conservapedia: [28]
- ↑ Saltar a: 51,0 51,1 'Ninguno de estos relatos relativos a Ciáxares II cuenta con corroboración de fuentes primarias o de cualquier otra fuente anterior a la época de Jenofonte. Estos detalles particulares de este romance histórico parecen ficticios. Aun así, si existió un Ciáxares II, Jenofonte es el testigo más cercano y único de su existencia y acciones. Desde Jenofonte, el único testigo de Ciáxares II y sus acciones no se encuentra en ningún lugar de Babilonia. No se lo describe como rey de Babilonia o el reino caldeo descrito como separado de su posesión, por lo tanto Ciáxares II, no puede ser considerado Darío el Medo' [29] Págs. 63-64
- Volver arriba ↑ [30]
- Volver arriba ↑ [31]
- Volver arriba ↑ [32]Nota 1.
- Volver arriba ↑ [33]Pág. 219.
- Volver arriba ↑ [34]
- Volver arriba ↑ [35]
- Volver arriba ↑ [36]Pág. 114
- Volver arriba ↑ 'A pesar de los ingeniosos intentos de algunos estudiosos por identificarlo con algún otro personaje histórico, eso es un error. Darío fue un nombre que llevaron varios reyes de Persia. No es un nombre medo. Sí existió un imperio medo, que Ciro incorporó a su propio reino persa (podríamos hablar con precisión de un imperio medo-persa). En el esquema de los cuatro reinos del libro de Daniel, Media aparece entre Babilonia y Persia, lo cual es cronológicamente correcto. Pero los medos nunca gobernaron Babilonia, y la ciudad pasó directamente de Belsasar a Ciro. Por lo tanto, esta mención no proviene de alguien contemporáneo a los hechos, ni siquiera de un historiador fiable. Pero eso realmente no importa; el punto que se quiere destacar es que el único Reino divino ha sido transferido por su dueño de un rey y una nación a otra, y lo único que Darío tiene que hacer es "recibirlo”' Davies. (2007). Daniel. Pág. 566.
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- Volver arriba ↑ Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. (1988). Darío. En: Perspicacia para comprender las Escrituras (Vol. 2).
- Volver arriba ↑ 'Otros eruditos han propuesto que el versículo 6:28 debe interpretarse como una referencia no a Darío y Ciro sino a Darío como un nombre de trono para Ciro (Wiseman, p. 15); la edad de sesenta y dos años ciertamente encajaría con los hechos conocidos sobre la vida de Ciro. D. J. Wiseman (págs. 12-14) ha sugerido además que todos los nombres de los reyes aqueménidas eran nombres de trono, por lo que estaban expuestos a confusión en las mentes de los súbditos que vivían lejos de la corte. Como los nombres de los reyes aqueménidas se perdieron más tarde, incluso en la tradición persa, no sorprende que en una zona alejada de Persia los nombres y acontecimientos del período aqueménida se informaran incorrectamente. Por supuesto, no reconocer la distinción entre medo y persa se encuentra en otros textos y no era inusual. Por tanto, la confusión puede atribuirse a la naturaleza popular del Libro de Daniel y su distancia en el tiempo con respecto al período de los primeros reyes aqueménidas. La misma confusión acerca de Darío el Medo persistió en fuentes árabes y siríacas.' El artículo completo: [38]
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- ↑ Saltar a: 80,0 80,1 'Es dudoso que se pueda trazar una línea divisoria firme entre el arameo de Daniel y el de Qumrán. La biblioteca de Qumrán conservó diversos documentos que ilustran una fase de transición en el idioma. Aunque documentos individuales como el Génesis Apócrifo pueden ser algo posteriores a Daniel, sería arriesgado intentar una datación relativa a 1 Enoc o al Tárgum de Job por razones lingüísticas, especialmente en vista de las variaciones entre el Qumrán. Fragmentos de Daniel y el MT. Incluso el lenguaje del Apócrifo del Génesis tiene muchos paralelismos con Daniel. En resumen, el arameo de Daniel parece ser posterior al de los papiros de Samaria, aunque aún no atestigua muchos de los desarrollos encontrados en los Rollos del Mar Muerto. La probabilidad, por lo tanto, favorece una fecha en el período helenístico temprano para las porciones arameas de Daniel, aunque no es posible una datación precisa por razones lingüísticas. No se puede establecer fechas relativas para los diferentes capítulos del Daniel arameo por razones lingüísticas.' Collins. (1994). Daniel: A Commentary on the Book of Daniel. Págs. 17-25
- Volver arriba ↑ Shalom Paul. (2002). The Mesopotamian Babylonian Background of Daniel 1-6 En: The Book of Daniel Composition and Reception, vol 1. Págs. 55-68.
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Fuentes
Principal bibliografía utilizada
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- Tremper Longman III. (1999). The NIV Application Commentary: Daniel. ISBN 978-0310206088.