Movimiento guiterista en Holguín
| Movimiento guiterista en Holguín | |
|---|---|
Tarja en la casa donde Antonio Guiteras estableció el Cuartel Nacional de la Unión Revolucionaria en Holguín | |
| Operacional | Década de 1930 |
| Liderado por | Antonio Guiteras |
| Objetivos | Derrocamiento de la tiranía de Gerardo Machado |
| Ideología | nacionalista |
Movimiento guiterista en Holguín. Movimiento revolucionario, nacionalista y antiimperialista de la década de 1930, que tenía como objetivo derrocar la tiranía de Gerardo Machado. En Holguín tuvo una consolidada repercusión, pues llegó a contar hasta con un inmueble que fue su cuartel general.
Sumario
Contexto nacional en que surge el movimiento guiterista
Nacida la República Neocolonial, luego de la imposición de la Enmienda Platt, se alzaron voces nacionalistas contra los intentos de norteamericanizar la sociedad cubana. Estas primeras voces se hacen sin lograr atraerse a la mayoría de la población. Pero poco a poco las fuerzas de la nación se pondrán en movimiento para su erupción en la década de 1930, independientes de los intereses de los caudillos políticos que lo habían tenido adormecidas por más de veinte años.[1] La frustración de la República Martiana y el predominio norteamericano en la política cubana y en particular, el control económico que ejercieron las transnacionales en la región, hicieron que algunas voces representativas de sectores importantes de la población holguinera se levantaran contra esta situación reinante.
Los señalamientos antiyanquis antes de la década de 1920 en la localidad, se producen dentro de exmambises quienes buscaban el desarrollo independiente del país sin el tutelaje norteamericanos. Este es el caso de José (Pepe) Torres que desde su periódico La Opinión se enfrentó a la injerencia yanqui y al traspaso de las riquezas nacionales a ellos.[2]
Al instaurarse la tiranía de Gerardo Machado la lucha antimperialista, alcanzó en la década de 1930 los niveles más altos, por la maduración de la situación revolucionaria y la toma de conciencia nacional. La corriente reaccionaria, mantenedora de la ideología plattista, predominante en el país, al igual que en Holguín, sufrió los embates de la Revolución del 30, perdiendo su poder político desde el mismo día de la caída de la tiranía, para recuperarlo a partir del golpe contrarevolucionario ejecutado por Fulgencio Batista con el apoyo de la embajada norteamericana en 1934. Aunque retornó al poder, esta no tuvo el dominio con que contó antes de la Revolución tanto a nivel nacional como en la localidad. La convulsión que trajo aparejado la revolución hizo imposible que su dominio se mantuviera invulnerable.
La corriente del pensamiento que primero se estructuró en oposición a la reaccionaria en el contexto local fue la nacionalista al impulso de la lucha del estudiantado de la Universidad de La Habana contra la prórroga de poderes. Al igual que en la Universidad, los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza crean su Directorio Estudiantil como Delegación del ya existente en La Habana.
Antecedentes del movimiento
Los estudiantes representaron la tendencia nacional reformista que se mantuvo en constante enfrentamiento a la dictadura, pero fue incapaz de presentar una firme plataforma política, por no contar con líderes de la talla de los que conformaron la tendencia nacional revolucionaria. La fundación de la organización clandestina antimachadista Los Carbonarios, marcó el momento de definición en Holguín de la vertiente nacional revolucionaria que supo definir su posición con respecto al problema que limitaba la consolidación de la nación cubana, no solo en cuanto a enfrentarse a la dictadura, sino en tener una posición opuesta a la injerencia yanqui.
En febrero de 1930, se publica el folleto titulado “Los luchadores por el mejoramiento del hombre en América Latina”, donde se resume la ideología de la organización, y de la corriente Nacional Revolucionaria que representa. El programa es la manifestación de las capas medias de la población donde se mueve la ideología de la pequeña burguesía urbana y de los campesinos que claman por la solución de sus problemas ante los terratenientes y las transnacionales extranjeras. Es el reclamo de los sectores medios por subsistir ante la monopolización del agro y la industria, en esto se basa su oposición al imperialismo, al latifundio, a los trusts y su solidaridad con los oprimidos. En síntesis, es un programa democrático revolucionario avanzado que coincide con el del Partido Comunista en su labor práctica en el municipio.
En el programa se manifiestan concepciones políticas que hacen muy variadas las objeciones al imperialismo y a los males que aquejaban a la república. Se entrecruzan ideas de José Martí, Carlos Marx y Lenin con las de los iluministas franceses: Voltaire, Montesquieu, entre otros. Se hace una crítica al imperialismo desde la izquierda pequeña burguesa, tratando de interpretar la realidad para transformarla desde una óptica materialista sobre un programa de visión idealista de dicha realidad.
En el programa se dice que la desgracia mayor de Cuba es la dependencia que tenia de los Estados Unidos, llevando a “obedecer sus dictados con la particularidad de que ellos están satisfechos y nosotros hambrientos”; para recalcar “no atacamos al pueblo norteamericano; él casi es tan víctima como nosotros”.[3]
Surgimiento y desarrollo del movimiento
Este grupo insurreccional se unirá posteriormente al movimiento que preparaba Antonio Guiteras, luego de alejarse de la oposición burguesa a raíz del fracaso de la acción insurreccional de 1931. El camino insurreccional y antiimperialista de Los Carbonarios encontrará cabida en Unión Revolucionaria (U.R), dejando de ser por otro lado, una organización local para convertirse en un organismo de mayor amplitud de connotación nacional. Al incorporarse a U.R crecieron las acciones insurreccionales a lo largo de toda la actual provincia de Holguín y comenzó la preparación del levantamiento de los seguidores de Guiteras, donde estuvo incluida la región nororiental de Oriente. Este plan se concretó en el alzamiento de San Luis y las acciones que se llevaron a cabo en Santiago de Cuba, Las Tunas y Holguín aunque sin cumplirse los objetivos deseados. En este último lugar se constituyeron guerrillas de poca duración en el Valle de Mayabe, ceca de la ciudad holguinera, y en Báguano.
A mediados de mayo, Guiteras se trasladó a Holguín donde permaneció hasta el fin de la tiranía; convirtiéndose esta ciudad en el centro desde donde se dirigieron las actividades de U.R.[4]
Dentro de la gama de opositoras a Machado, provenientes de diferentes capas de la sociedad holguinera, con excepción del proletariado, no se ha encontrado ninguna que defina su posición ante el acuciante problema que representaba el imperialismo yanqui. Organizaciones como el DEU o Unión Nacionalista no definen en su programa ni en su actuación se concreta su postura a tomar. Aunque ésta última organización en el programa del Comité Gestor de la Asociación Unión Nacionalista (Holguín) plantea la oposición al latifundio, los bancos extranjeros y solicitan la socialización de las industrias y el comercio. Esto se debió a la existencia de un sector o grupo de izquierda que formaron parte de este Comité, lo que hace que este programa sea mucho más radical que el presentado por la Dirección Nacional de Unión Nacionalista al tener una proyección política más cercana a los intereses populares. Aun así, los Nacionalistas Holguineros fueron incapaces de definir, con su práctica y su actuación política una postura de apoyo a la nación cubana en su enfrentamiento al imperialismo.[5]
El Partido Comunista fue la otra organización que define en su programa la lucha antiimperialista, además de su oposición a la burguesía y por la defensa de las clases populares. La aparición del Partido en la ciudad se produce alrededor de febrero de 1931. El trabajo del Partido en la localidad se encaminó a lograr organizar a las masas obreras y campesinas, en este último se destacó el trabajo para crear las Ligas Campesinas (1933) constituidas para luchar por mejoras del precio de sus productos. En su lucha antimachadista acercan a los comunistas, representantes de la corriente proletaria, a la nacional revolucionaria, con quienes colaboraron en esta lucha, pero fue imposible la unidad adecuada entre ellas, aún cuando ambas estaban interesadas en cambios radicales de la sociedad cubana. El acercamiento logrado entre ellos en la localidad fructificó en acciones conjuntas contra la dictadura, pero estas colaboraciones se frenan luego de la caída del machadato. Aunque en los primeros días se fortaleció esta, haciendo crisis con la muerte de Felipe Fuentes, fundador del PCC en Holguín, al ser acusado Guiteras como causante de su muerte y al llegar a la dirección del partido de militantes que no comprendieron, a diferencia de Felipe Fuentes, la necesidad de la colaboración con los comunistas. Ellos siguieron las orientaciones emanadas de la Dirección Nacional del partido que tanto daño le hizo a la Revolución del 30 al considerar como justa la concepción de la Internacional Comunista de lucha de clase contra clase, esbozada en el VI Congreso de esa organización.
En la lucha contra Machado los elementos opositores se van radicalizando y esta radicalización va aparejado a la definición de la postura ante el imperialismo norteamericano. El Directorio Estudiantil Universitario holguinero se fraccionó cuando sus dos corrientes fundamentales, en que se dividía se enfrentan; una definía que la lucha no sólo era contra la dictadura sino también antiimperialistas y la otra, era de la opinión que la lucha era solo antimachadista. Del enfrentamiento de estas dos tendencias surgirá posteriormente (1932) el Ala Izquierda Estudiantil holguinera.[6]
La dictadura Machadista cae el 12 de agosto de 1933, bajo los embates del pueblo, en especial, por la acción de los obreros en huelga y de los sectores medios antimachadistas. Los días posteriores a la caída del machadato se caracterizaron por la inexistencia de un poder real, si bien el mando se mantenía en el ejercito del gobierno derrotado, dejado por Carlos Manuel de Céspedes presidente impuesto por los Estados Unidos. Con la eliminación de Machado de la presidencia no se le puso fin a la lucha de los sectores radicales por encausar a la revolución por verdaderos derroteros ante las maniobras de la reacción por mantener en sus manos las riendas del país.
En los días y meses que siguieron a la caída de la de la dictadura, sirvieron para que los sectores populares trataran de llevar a vías de hecho sus programas políticos. Fueron momentos de tanteos, de pactos- formales o no-, de conciliaciones y de ahondamiento de discrepancias que en muchos casos separaron a los sectores comprometidos con la Revolución y la Nación cubana.
Por encima de las fuerzas tendientes a mantener las estructuras del gobierno recién derrocado, los seguidores de Guiteras en la región, imponen en agosto, luego de tomar el poder en la ciudad, un conjunto de medidas revolucionarias encaminadas a eliminar la influencia de los machadistas en el poder y en particular, se toma una, repartir tierras a familias campesinas, atacando con ello al principal mal del campo, el latifundio. Aún cuando esta primeras reparticiones estaban restringidas solo a las tierras en desuso por los latifundistas cubanos y extranjeros.[7]
Estos repartos se hacen en las tierras del central Cacocum incautado. Otras de las medidas fue la constitución de la Guardia Cívica, como un cuerpo de vigilancia y seguridad compuesto por elementos del pueblo con el objetivo de mantener el orden. La primera medida tomada por esta organización fue la destitución de cargos administrativos a renombrados machadistas. Además se intervino el Alambique de Holguín de propiedad de Machado y dos holguineros, valorado en más de un millón de pesos, así como la fábrica de vino de Tomás Torralba y Machado. Estas incautaciones, en el municipio, marcan un momento importante que será superada solamente con las nacionalizaciones hechas luego del 1º de enero de 1959.
Los seguidores de Guiteras consideraban que la revolución no se estaba llevando a cabo; solo la libertad del pueblo había comenzado a balbucear luego del 12 de agosto. Esta situación los llevó a continuar la lucha insurreccional, ahora contra el gobierno de Carlos Manuel de Céspedes. En la renuncia al cargo de jefe de la Guardia Cívica de uno de los principales líderes de Unión Revolucionaria en Holguín, este reconocía que Cuba seguía siendo una semicolonia yanqui, donde todas las riquezas habían pasado a manos extranjeras. Señalaba que era imprescindible “la independencia económica para fundar sobre ella un estado soberano”; consideraba que había que acabar con los empréstitos, el latifundio, los fraudes y las reelecciones que agobiaban a la república y finalizaba viendo la necesidad de “dar inicio a una política socialista”.[8]
El golpe del 4 de septiembre, realizado por militares de baja graduación, contra el gobierno impuesto por la embajada norteamericana, imposibilito la ejecución por parte de las fuerzas de Unión Revolucionaria para tomar Bayamo y con las armas allí confiscadas iniciar una lucha de guerrillas en la Sierra Maestra. A raíz del golpe se constituyó el Comité Ejecutivo Revolucionario integrado por las mismas fuerzas ejecutoras de la asonada. Este Comité se caracterizó por poseer una izquierda muy fuerte, representada por los seguidores de Guiteras y en particular, por la presencia de Luis Felipe Masferrer. El ala conservadora esta integrada por el ABC, radical.
La unidad precaria que existió dentro del Comité duró sólo ocho días. El 12 de agosto es acusado Carlos Dominicis, abecedario radical, quien había llegado al puesto de alcalde con el apoyo de los revolucionarios de pequeña y mediana burguesía, de estar representando solo, desde su puesto, a los abecedarios y de proteger a los viejos y tachados políticos liberales. Este tuvo el respaldo del Comité mientras supo representar a la izquierda dentro del ABC, transitoriamente lo sustituyo el teniente del ejercito Armelio Sierra González quien cedió el puesto a Luis Felipe.
Las organizaciones proletarias mantuvieron una posición independiente con respectos a los sectores revolucionarios de la clase media. Al producirse el golpe de los soldados, clases y sargentos, siguiendo orientaciones de las instancias superiores, el partido de los comunistas en el municipio y sus organizaciones afines, repudiaron los hechos, con la adhesión al manifiesto del Comité Distrital de Oriente, donde se decía que este era una “(...) nueva manifestación del imperialismo..” por lo que se debía continuar la lucha por la verdadera revolución a través de la formación de Soviet de obreros, campesinos y soldados, “para sustituir definitivamente a los órganos del gobierno burgués latifundista- imperialista”.[9] Este hecho sirve para apreciar con mayor nitidez las diferencias de las posiciones que asumirán los sectores de la clase media y los representantes de los obreros, aún cuando los dos están interesados en llevar a cabo cambios que afectaran los intereses de la oligarquía cubana en contubernio con el imperialismo norteamericano.[10]
Período de gobierno de Luis Felipe Masferrer en Holguín
En medio de una profunda lucha de clases, el 16 de noviembre, asumió la alcaldía de Holguín, Luis Felipe Masferrer, guíen con solo 24 años de edad, lideraba la corriente nacional revolucionaria en la localidad. A la toma de posesión se presentó portando una gorra militar, rompiendo así con la tradición de presentarse en traje o en guayabera; sabía que los momentos eran revolución y su actuación estaría a la altura de esos instantes. Las actuaciones inmediatas del flamante alcalde estuvieron dirigidas a perfeccionar los mecanismos de dominación de los sectores populares en el municipio. Así se destacó en toda su dimensión su labor a favor del pueblo y contra la dominación del imperialismo y sus lacayos nacionales.
A pocos días de la toma de posesión acordaba regular las tarifas a pagar por los usuarios de teléfonos y electricidad, constituía unas de las medidas más radicales tomada por alcalde alguno. Esta medida se dirigió hacia una de las compañía norteamericana más odiada en la ciudad por su política monopolista y abusiva manifestada a lo largo de toda la república neocolonial.
En alocución impresa al pueblo holguinero, Masferrer, señalaba que rompía “con el caudillismo de barrio y la politiquería de Asamblea” y recalcaba su convicción de encontrar la política en las “masas y no en las asambleas”; comprendiendo que en esos momentos se estaba “sacudiendo briosamente el yugo imperialista yanqui, el cual en todas las épocas ha sido el fantasma de nuestros políticos”. Para él la subordinación de nuestros políticos al imperialismo era la sumisión de los voluntarios a la metrópolis española y concluía, “nosotros nos pondremos frente a frente a ese poder. Tenemos que formarnos economía propia a costa de cualquier sacrificio. Frente a nosotros está el porvenir y en nuestras manos el presente. Servir de puente salvador a este enorme abismo es nuestra tarea”.[11]
La defensa a ultranza de la economía nacional constituyó lo principal ante las apetencias del imperialismo norteamericano. Se reconoció con capacidad para interpretar los intereses del pueblo.
La postura de defensa del pueblo holguinero del joven alcalde agudizó la lucha de clase en el municipio. Los sectores populares, exceptuando los aliados a los comunistas, se aliaron a Masferrer, mientras la burguesía temiendo la acción del amo del norte, se expresan por mediatizar el proceso revolucionario.[12]
Al producirse la caída del gobierno de los Cien Días, el nuevo presidente de la república Carlos Mendieta sostuvo una reunión con los alcaldes del país para pedirle su colaboración. Entre los opuestos a las nuevas autoridades estuvo el Masferrer quien no cedió a ninguna presión. La respuesta negativa dada al presidente de facto le costó el cargo que ostentaba. El 19 de enero de 1934 fue sustituido por resolución presidencial.
La lucha de este revolucionario continuó a través de las organizaciones creadas por Guiteras, T.N.T y La Joven Cuba, para enfrentar al imperialismo y sus lacayos internos. Masferrer sobrevivió a Guiteras, para morir el 3 de junio de 1936, en circunstancias no esclarecidas, al aparecer ahorcado en un hotel de Nuevo Laredo, en los momentos que se disponía a traer la expedición que Joven Cuba preparaba desde México y que le había costado la muerte a Guiteras. Con anterioridad, Masferrer, había tratado de llevar a México una expedición desde Santiago de Cuba, en la goleta “Libertad”, para traer la insurrección a la Isla y ejecutar la toma de Bayamo para iniciar la lucha en las montañas de la Sierra Maestra como lo había previsto el máximo líder nacionalista. Ambas acciones fracasaron.
Luis Felipe fue el alma y líder de los intereses de la clase media holguinera que entroncaba con los de los campesinos y obreros; fue el hijo legítimo de esa clase que se debatía en constante lucha por la supervivencia ante los embates del capitalismo. Su postura antimperialistas nació del conocimiento de la necesidad de efectuar cambios de fondo de la sociedad cubana, donde se incluía el enfrentamiento a la injerencia extranjera. Para él solo se podía resolver el problema cubano con la solución de la contradicción nación- imperialismo norteamericano. Constituyó para Masferrer, como lo fue para Guiteras, lo principal en la lucha por la mejoría del pueblo cubano.
Luis Felipe significó la continuación de la lucha revolucionaria después del deceso de Guiteras, fue el continuador del pensamiento y la acción progresista, nacionalista, antimperialista y socialista. Con su muerte terminó el proceso revolucionario en Holguín, como la muerte de Guiteras puso fin a la Revolución del 30 en Cuba. Después de su fallecimiento, la vertiente nacional revolucionaria careció en Holguín de un líder de la talla de Luis Felipe Masferrer que pudiera aglutinar y dirigir al pueblo en su empeño de una república soberana.
En la lucha de los años treinta no se dio la unidad de los sectores comprometidos con la nación en su búsquedas de las cambios necesarios del momento, en especial entre los representantes de las clases media y los del proletariado; los dos plantearon la necesidad de la transformación estructural de la sociedad neocolonial y por su puesto, en esa lucha el enfrentamiento al enemigo más fuerte que evitaba la consolidación de la nación el imperialismo yanqui; pero al no lograrse la unidad entre ellos se evitó encausar la sociedad por el camino de los cambios.
Las enseñanzas emanadas de la Revolución del 30, sirvieron para cimentar en el campo teórico y práctico, la necesidad de la unidad de las fuerzas progresistas.
Referencias bibliográficas
- ↑ En las primeras décadas del siglo xx los sectores nacionalistas tuvieron como principales portavoces a Manuel Sanguily, Juan Gualberto Gómez y Salvador Cisnero Betancourt, quienes se enfrentaron al establecimiento de la Enmienda Platt y el robo de nuestras tierras por las compañías norteamericanas.
- ↑ Dentro de grupos españoles locales se manifestaron oposición a la expansión norteamericana en la región al llevarlos a la ruina económica.
- ↑ Rafael Masferrer. Los luchadores por el mejoramiento del hombre en América Latina pp 1- 21. Además Hernel Pérez Concepción. El movimiento guiterista holguinero. pp 30- 32.
- ↑ Unión Revolucionaria extendió su influencia fuera de la provincia de Oriente.
- ↑ Recorte de prensa s-f. S-l. En Hernel Pérez Concepción. Documentos para la historia de la Revolución del 30 en Holguín (inédito). pp 30-34.
- ↑ En una reunión que sostuvieron los miembros del D.E.U, uno de sus miembro Emilio “Millo” Ochoa saboteó la misma para evitar el pronunciamiento antiyanqui. Este hecho provocó que Felipe Fuentes, dirigente del Partido Comunista y antiguo miembro del D.E.U de la Universidad de la Habana, se separa del movimiento estudiantil que hasta ese momento se mantenía formando parte.
- ↑ Hernel Pérez Concepción. Documentos para la historia de la Revolución del 30 en Holguín. pp 59- 64.
- ↑ Archivo Nacional de Cuba. Fondo Donativos y Remisiones. Legajo 307 no. 25.
- ↑ Ibídem. Legajo 307 no. 27.
- ↑ Hernel Pérez Concepción. Documentos ...pp. 94- 100.
- ↑ A.N.C. Ibídem legajo 307 no. 33.
- ↑ La burguesía holguinera temió la reacción del imperialismo norteamericano, así lo deja bien claro cuando uno de sus representantes en el bisemanario La Justicia, 4 de noviembre de 1933, al considerar que “gobernar no es revolucionar... Nuestro país enfrenta muchos peligros; nos hemos buscado gratuitamente la enemistad del gobierno americano. Se nos tiene aislado como elementos atacados por la peste”. Terminaba preguntándose: “¿Hemos adelantado algo con la caída del tirano? ¿Hacia dónde nos conduce este nuevo gobierno?”. Se refería al gobierno llamado de los Cien Días donde se destacaba Antonio Guiteras con el conjunto de medidas progresistas tomadas desde su cargo de Secretario de Gobernación.
Fuentes
- Fuente: M. Sc. Hernel Perez Concepcion. Historiador holguinero. Premio Provincial de Historia.
- Cabrera, Olga. Antonio. Guiteras: su pensamiento revolucionario. La Habana, editorial de Ciencias Sociales. 1974.
- Pérez Concepción, Hernel. El movimiento guiterista holguinero. Holguín, Ediciones Holguín.1999.
- ______: Documentos para la historia de la Revolución del 30 en Holguín (inédito).
- Tabares del Real, José. José A Guiteras. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales. 1972.
- Periódicos: El Eco de Holguín, La Justicia (Holguín), La Lucha(Holguín), El Heraldo de Holguín
- Archivo Nacional de Cuba. Fondo Donativos y Remisiones.
- Instituto de Historia de Cuba. Archivo Vilaseca.
- Archivo provincial de Historia. Holguín.
- Museo Provincial de Historia. La Periquera. Holguín.

