Museo Nacional de Escultura (Valladolid)

Museo Nacional de Escultura
Información sobre la plantilla
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Información geográfica
PaísBandera de España España
CiudadPlantilla:Geodatos Valladolid
Información general
InauguraciónCreado en 1842 como Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid. Elevado a la categoría de Museo Nacional de Escultura en 1933. Reinaugurado el 18 de septiembre de 2009 tras su última restauración.
TipoMuseo Estatal
ColeccionesEscultura y pintura española de los siglos XIII a XIX y muestras de otras escuelas europeas.
Obras1.226 pinturas, 1.548 esculturas, artes decorativas y fragmentos arquitectónicos.
Superficie2.328 m²
Administrador(a)Ministerio de Cultura
Director(a)María Bolaños Atienza
Información visitantes
DirecciónC/ Cadenas de San Gregorio, 1 y 2, 47011, Valladolid.
Sitio webmuseoescultura.mcu.es

El Museo Nacional de Escultura . uno de los más antiguos, fue fundado en 1842 con obras de arte procedentes de los conventos desamortizados. Ubicado en varios edificios de gran valor, en el corazón histórico de la ciudad, conforma uno de los espacios urbanos culturales más singulares.

Historia

El Museo Nacional de Escultura es uno de los museos españoles más antiguos: fue fundado en octubre de 1842 como Museo Provincial de Bellas Artes. Situado en varios edificios emblemáticos del centro histórico de valladolid reúne una colección de intensa personalidad formada por esculturas cuyo origen va desde la edad media hasta inicio del siglo XIX, con obras de arte procedentes de los conventos, suprimidos en 1836 por el régimen liberal, tal como sucedió en los países europeos cercanos, y que fueron instaladas en el Palacio de Santa Cruz de Valladolid, su primera sede.
Este museo provincial recibió en 1933 la categoría de Museo Nacional de Escultura a iniciativa de la II República. Debido a la calidad de los fondos y para resaltar la riqueza de sus tallas de madera, se han venido acrecentado con donaciones y legados de particulares, depósitos y sobre todo con compras por el Estado de esculturas, y también de pinturas. Hoy se cuenta entre los museos europeos más originales. El historiador de la escultura española Ricardo de Orueta, Director General de Bellas Artes, quien instaló la colección en una nueva sede: el Colegio de San Gregorio.
En los años 90 emprendió una política de expansión, rehabilitaciones arquitectónicas y crecimiento de sus fondos escultóricos, partiendo del Palacio de Villena, adquirido en 1986, que se halla situado frente al Colegio. En 1998, se inició la restauración del Palacio, que concluyó pronto. En 2009 se llevó a cabo una rehabilitación arquitectónica de la sede principal y la modernización de los equipamientos del Colegio de San Gregorio y en 2011, con la incorporación integral de las colecciones del Museo Nacional de Reproducciones Artísticas, fundado a finales del siglo XIX. Los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, encargados de ella, recibieron el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales de 2007.
Debido al valor singular de este edificio, a su significado histórico y a su cercanía con buena parte de los fondos que custodiaba, en julio de 2008 pasó a denominarse Museo Nacional Colegio de San Gregorio. Sin embargo, con la redistribución de los Museos nacionales, a finales de 2011, ha recuperado de nuevo su nombre Museo Nacional de Escultura tras lograr una importante ampliación de fondos: los modelos escultóricos del pasado antiguo, del Museo Nacional de Reproducciones Artísticas, cuyo ideal era tanto ampliar la perspectiva escultórica, como hacer que los fondos de copias en yeso de obras clásicas cumpliesen con una función social y cultural en la formación artística.

Reforma y reapertura

Los años del asentamiento democrático, en la década de los ochenta, dieron un impulso renovador a los museos en España, con la creación de un Ministerio de Cultura, la Ley de Patrimonio Histórico Español y el Reglamento de Museos de Titularidad Estatal. En este contexto, el Estado afrontó una reforma integral del Museo, centrada en la adquisición de inmuebles, una creciente dotación de recursos y equipamientos técnicos, la difusión educativa y la mejora de las infraestructuras. El cambio se inició en 1982 con la reversión al Ministerio de Cultura del Palacio de Villena y la puesta en marcha en 1990 del Plan Director que contemplaba la rehabilitación de dicho Palacio por el arquitecto F. Rodríguez Partearroyo (concluida en 1998). Ello permitió dotar al Museo de una sede bien equipada donde exponer la colección mientras se afrontaba la rehabilitación del Colegio de San Gregorio, que fue encomendada al equipo de arquitectos Nieto y Sobejano. La obra, iniciada en 2001 y concluida en 2006, recibió el Premio Nacional de Conservación y Restauración de Bienes Culturales en 2007. El edificio del Colegio de San Gregorio es, tras la rehabilitación y la modernización de sus equipamientos finalizada en el año 2009, una de las dos sedes de la exposición permanente del Museo, concretamente de su colección histórica, formada por obras de los grandes maestros españoles de la escultura en madera policromada, pertenecientes a los siglos XV a XVIII y destinada a cumplir una función devocional o litúrgica. En el 2011 el Ministerio de Cultura inició la reforma de la Casa del Sol en su anexo de la iglesia de San Benito el Viejo, para exponer los fondos de copias de los siglos XIX y XX procedentes del extinguido Museo Nacional de Reproducciones Artísticas de Madrid. Esta ampliación duplicó el volumen del Museo (de 3.000 a 6.000 obras de arte) y redefinió su propio concepto. Consciente de la necesidad de adaptarse a las demandas sociales, el Museo ha destinado una tercera sede, el Palacio de Villena, a exposiciones temporales, actividades educativas y programas públicos. En él se ubican la biblioteca, el archivo, los talleres de fotografía y restauración, el Belén napolitano del siglo XVIII y el salón de actos.

Misión

El Museo es un lugar privilegiado de conocimiento y disfrute de la escultura, gracias a la originalidad de sus colecciones artísticas, que hacen de él uno de los primeros museos europeos en su género.
Dichas colecciones están formadas por dos núcleos principales: las obras de género religioso en madera policromada (siglo XIII a XVIII) y el conjunto de copias (siglos XIX y XX), procedente del extinguido Museo Nacional de Reproducciones Artísticas.
Asimismo, el Museo aspira a conocer y difundir la personalidad de su principal sede, el Colegio de San Gregorio, suma de su mérito arquitectónico y de su protagonismo en la historia de la cultura religiosa española.

Políticas

El Museo propone como líneas directrices de su actuación las siguientes:

  • Aprovechar el potencial que ofrece su originalidad diferencial, para fomentar en los ciudadanos el disfrute estético, la comprensión cultural y el pensamiento crítico. Para ello, se esforzará en hacer interesantes sus colecciones, su investigación, sus exposiciones temporales y sus programas culturales, con eficacia e imaginación, y sin renunciar a la calidad.
  • Desarrollar una lectura crítica e innovadora de sus colecciones, trascendiendo su carácter local e histórico para proyectarlo sobre un universo cultural más amplio y profundizar en el diálogo entre acervo tradicional y sensibilidad contemporánea.
  • Promover las relaciones nacionales e internacionales con otros museos, centros de investigación y especialistas en el campo de la escultura.
  • Ahondar en el conocimiento de la memoria del Museo y sus sedes, destacando el papel desarrollado por el Colegio de San Gregorio en la construcción de la vida espiritual, cultural y política de la España del siglo de Oro, de manera que las gentes de hoy encuentren en el Museo un lugar en el que aprender a interpretar su pasado.

Colección

Una colección de intensa personalidad. Aunque las colecciones abarcan desde la Baja Edad Media hasta el siglo XX, carecen de toda pretensión enciclopédica. Dos grandes y muy singulares conjuntos, distintos en origen, función y naturaleza (de más de 3.000 piezas cada uno) componen los fondos del Museo. La Edad de Oro de la escultura española. Por una parte, la colección histórica que dio origen al Museo, formada por escultura de tema religioso realizada durante los siglos XV a XVIII. Destaca por la calidad artística y la originalidad técnica, por su patetismo emocional en tanto que imágenes sagradas; y, finalmente, por su valor como documento de la vida espiritual, cultural y política de la [[España[[ de la Era Moderna. Las esculturas, talladas en madera y policromadas, ofrecen un amplio repertorio: figuras aisladas, relieves, sepulcros, sillerías y retablos así como un Belén napolitano con más de seiscientas figuras y accesorios. A ello se añaden los artesonados de madera, originales del edificio o adquiridos como piezas de colección.Los artistas de referencia son grandes maestros activos en Castilla entre los siglos XVI y XVIII: Alejo de Vahía, Alonso Berruguete, Felipe Bigarny, Pompeo Leoni, Juan de Juni o Gregorio Fernández. A ellos empezaron a añadirse desde 1933 esculturas de distintas escuelas y talleres españoles, con obras de Pedro de Mena, Martínez Montañés, Alonso Cano, Carmona o Salzillo. El segundo conjunto ha llegado al Museo recientemente, en 2011, tras haberse confiado al Museo la colección del Museo Nacional de Reproducciones Artísticas, fundado en 1877. Se trata de una colección que, por su calidad, abundancia y antigüedad, está valorada como una de las mejores de Europa. En distintos soportes yesos y bronce, sobre todo, pero también litografías, pintura sobre barro, galvanoplastias o fotografía, ofrece un panorama de la evolución del gusto europeo, de los ideales de la tradición museística y de las técnicas de reproducción practicados desde milenios, pero ampliados en la era contemporánea, la de las grandes invenciones en la reproductibilidad técnica. Contiene réplicas de esculturas y artes suntuarias de las grandes civilizaciones orientales, de la Antigüedad clásica, de la estatuaria española y europea medieval, renacentista, barroco y neoclásica, así como de conjuntos arquitectónicos de distintos periodos. A pesar de su especialización en la escultura, la presencia de la pintura en la colección es significativa, con obras de maestros como Pedro Berruguete, Jorge Inglés, Pedro Machuca, Antonio Moro, Rubens, Zurbarán, Ribalta o Luis Meléndez, que favorece una mejor comprensión de la cultura artística española. Hay, además, interesantes ejemplares de artes aplicadas y mobiliario, propias de un período en el que las fronteras entre las Bellas Artes y las Artes aplicadas no estaban delimitadas.

Sedes

El Museo se ha visto obligado progresivamente a aumentar sus espacios. Al inicial Colegio de San Gregorio se añadió el Palacio de Villena, situado enfrente, y después el complejo del Palacio del Conde de Gondomar, separado por del Colegio de San Gregorio por un jardín e integrado por el propio palacio y su capilla, la Iglesia de San Benito el Viejo.

Colegio de San Gregorio

El Colegio de San Gregorio, fue fundado a finales del siglo XV por el dominico Alonso de Burgos, personaje muy vinculado a los Reyes Católicos, como centro de estudios teológicos de la orden dominica, en un momento de reformas espirituales y políticas en todo Europa. Aquí se formaron los teólogos, místicos, juristas o inquisidores Bartolomé de las Casas, Bartolomé Carranza, Luis de Granada, Melchor Cano o Francisco de Vitoria que fundaron universidades y obispados en América, asesoraron a los reyes en su gobierno y definieron la posición española en el Concilio de Trento. En el Colegio se celebraron debates de gran trascendencia como el que trató acerca de la conveniencia o no de la lectura de las obras de Erasmo en España, o la conocida como Controversia de Valladolid en la que, a petición de Carlos V, se discutió sobre los derechos de los pueblos indígenas de América. En el siglo XVIII con la llegada de los vientos ilustrados y la oposición de los Borbones al poder ideológico de las instituciones colegiales, el Colegio de San Gregorio fue perdiendo la influencia y el esplendor intelectual de los primeros tiempos. El siglo XIX marca el final de la institución, con la ocupación de las tropas napoleónicas y la exclaustración de Mendizábal en 1835. Hasta que en 1933 se convierte en sede del Museo, el edificio se siguió utilizando otorgándole los usos más dispares: presidio, Instituto de Bachillerato, Escuela de Derecho, Escuela Normal de maestros o cochera de tranvías. A pesar de ello la construcción no perdió, en lo esencial, su estructura formal. El Colegio de San Gregorio fue construido en los años finales del siglo XV y se encuadra dentro de una arquitectura híbrida que caracterizó esas décadas de transición entre dos universos, el medieval y el moderno. Destaca por encima de todo, el preciosismo de la copiosa ornamentación de su portada, que se presenta, en medio del paramento liso, como un tapiz independiente, en cuyo desvarío decorativo se enredan figuras contemporáneas, santos y pontífices, alegorías, seres grotescos, hombres salvajes, el Árbol de la vida y del saber, y una repetida emblemática del poder. Encargada por Alonso de Burgos, como el resto del edificio, fue concluida hacia 1499. El autor pudo ser Gil de Siloé, un artista de procedencia nórdica que colaboró en éste y otros proyectos con la familia de los Colonia. Siloé conocía bien la tradición del Atswerk, las arquitecturas vegetales típicas de Centroeuropa. En el interior, el conjunto ha conservado básicamente su estructura de origen. El acceso se realiza a través del llamado Patio de Estudios, que evoca la sobriedad clásica de un atrio romano. El clímax interior está dominado por el gran patio central de planta cuadrada y dos alturas, cuya riqueza en el trabajo plateresco constituye un tesoro de la arquitectura del periodo de los Reyes Católicos. La escalera que une ambas plantas se desarrolla en amplios tramos y presenta en su caja una abundante decoración que exhibe el gusto ecléctico de un arte de transición, en el que se mezclan la tracería gótica del balaustre, el almohadillado renacentista de los muros y el artesonado mudéjar. A las crujías de ambos pisos se abrían las estancias que servían de refectorio, salón de grados, biblioteca, sala de mapas, sala capitular, celdas de los colegiales y salas para «ejercicios literarios domésticos, a puerta cerrada». Al Colegio estaba asociada una gran capilla, realizada en 1490 por Juan Guas y Juan de Talavera. A los pies, Simón de Colonia añadió nueve años después una sacristía.

Palacio de Villena

El Palacio de Villena es una resistencia aristocrática construida para D. Antonio Velasco y Rojas a mediados del siglo XVI y situada frente al Colegio de San Gregorio. Tras sucesivas herencias, la propiedad del edificio recayó en la esposa del marqués de Villena en el siglo XVIII (motivo por el que se conoce la casa con ese título) y posteriormente, en los duques del Infantado, el marqués de Casa Pombo o los marqueses de Alonso Pesquera, quienes la vendieron finalmente al Estado en 1919. Desde entonces y hasta 1982 el palacio sirvió de sede al Gobierno Civil. El edificio presenta una gran similitud en su patio y escalera principal con otra obra realizada también en Valladolid por el arquitecto Francisco de Salamanca, el Palacio Butrón. La escalera es de grandes proporciones y conserva tanto el artesonado primitivo como la cantería enteramente labrada, destacando el espléndido arco de entrada. Los torreones de los ángulos no pertenecen a la traza original del edificio, sino que fueron encargo del marqués de Casa Pombo a finales del siglo XIX, quizás con la intención de emular otros palacios vecinos. A él se debe también la transformación neorrenacentista de la fachada, reordenando los vanos y colocando sobre ellos frontones triangulares y curvos. El interior conserva el magnífico patio de dos pisos de arquerías en tres de sus lados (como es habitual en los palacios vallisoletanos), con arcos de medio punto soportados por columnas lisas de capiteles jónicos, que le aportan una gran elegancia.

Casa del Sol e iglesia de San Benito

la Casa del Sol es un palacio del siglo XVI, obra de Sancho Díaz de Leguizamo, que destaca a comienzos del XVII por la personalidad influyente de su nuevo propietario, el Conde de Gondomar, embajador de Felipe III en Inglaterra (conocido como el «Maquiavelo español»), erudito y bibliófilo, poseedor de una de las bibliotecas más notables en la época. La residencia integró desde el siglo XVI la iglesia de San Benito el Viejo como capilla familiar. De hecho, gracias a la documentación que lo describe, se sabe que la cripta fue un lugar emblemático por su decoración, encargo de Gondomar a los pintores Pedro Díez Minaya y su hijo Diego Valentín Díaz. En el siglo XIX el conjunto abandonó su carácter de residencia privada y pasó a desempeñar otras funciones hasta que fue adquirido por el Estado en 1999 para integrarlo en el proyecto de ampliación del Museo. En el año 2011, la iglesia de San Benito el Viejo fue rehabilitada con el fin de adecuarla a su nueva función museística, como sede de la colección de copias de la Antigüedad Clásica, realizadas en los siglos XIX y XX por los mejores talleres de su tiempo. Pintada de blanco, como exigían los puristas del Renacimiento italiano, conserva el aire de una iglesia clásica, plenamente acorde con las obras expuestas en su diáfano espacio.


Fuente