Orquesta Típica de la ENA

Orquesta Típica de la ENA
Información sobre la plantilla
Agrupación musical
Datos generales
País:Cuba
Información artística
Director:Adalberto Alvarez

Orquesta Típica de la ENA. Esta orquesta también denominada Charanga de la Escuela Nacional de Arte fue fundada en 1969 e integrada en su totalidad por los becarios estudiantes de música de la Escuela Nacional de Arte en La Habana. Su desintegración ocurrió aproximadamente en 1971, como consecuencia de la graduación y posterior inserción en la vida profesional de sus miembros. El objetivo de dicha agrupación era la autoestimulación y la experimentación con elementos extraídos de la tradición del bailable cubano y los clásicos euro-occidentales que se estudiaban en los programas de dicha escuela.

Formato

Esta agrupación, aunque era denominada La Típica por todos sus integrantes y por los que la conocieron, no tenía propiamente el formato de una orquesta típica (constituida básicamente con los llamados instrumentos llamados de viento-metal) sino el de una charanga francesa -con formato extendido-.

Presentaciones

Sus primeras presentaciones fueron en esa misma escuela, después en el Museo de Bellas Artes, en los Conservatorios Amadeo Roldán y Alejandro García Caturla, y principalmente en actividades oficiales como graduaciones y otras. La importancia de esta apenas conocida agrupación, a pesar de su existencia efímera se asienta en que sus integrantes, en su mayoría, devendrían figuras reconocidas de la música cubana.

Repertorio

Su repertorio, de alrededor de 12 ó 13 piezas, no difería del de las orquestas charangueras de la época pero en una línea progresiva, próxima a lo que tiempo más tarde se conocería como la vertiente de fusión y en ello influyeron las inquietudes creativas personales de sus miembros junto al alto nivel técnico musical de sus arreglistas e intérpretes, y sobre todo, al fértil ambiente experimental que se respiraba por esa época en dicha escuela (aún cuando no todos los profesores veían con “buenos ojos” este tipo de práctica musical).

Influencias

No obstante, los jóvenes que la integraron desde sus inicios, estaban en condiciones de nutrirse de interinfluencias de todo tipo, tanto dentro del ámbito popular nacional como del internacional, así como de asimilar el legado de los compositores, directores y promotores cubanos históricos establecidos y a la vez el de los considerados vanguardistas de aquel momento. Entre los del primer grupo se puede mencionar a Edgardo Martín y Nilo Rodríguez, aunque además es necesario señalar el apoyo y los consejos ocasionales brindados a la orquesta, tanto por este último compositor como el director de orquesta [[Rafael Somavilla, al promotor [[Medardo Montero -director de la Empresa de Grabaciones Ediciones Musicales (EGREM) por aquel entonces-, y sobre todo, por Orestes Urfé, bajista, profesor de la ENA y de varias generaciones. Dentro de los considerados vanguardistas estaban Juan Blanco, Leo Brouwer, Carlos Fariñas, Manuel Duchesne Cuzán y Harold Gramatges, casi todos profesores de la escuela, además de ciertos especialistas que en determinado momento integraron el claustro oficial, entre el que se contaba Federico Smith (Análisis Musical e Historia de la Música), Sergio Fernández Barroso (Contrapunto), Roberto Valera (Armonía, Composición e Introducción a las Técnicas del siglo XX) y profesores como José María Bidot y María Antonieta Henríquez (Apreciación Musical e Historia de la Música), Enrique Bellver y Alfredo Diez Nieto (Armonía), Dolores Torres (Contrapunto y Fuga), y Carmen Valdés (Apreciación Musical e Historia de la Música). Otro miembro de ese claustro, Danilo Orozco que impartía Acústica Musical, Seminarios de Sesiones Analíticas de Música Contemporánea y Teoría Histórica de la Armonía, fue quien coyunturalmente estuvo más unido a ellos, lo que le permitió asesorarlos en detalles como -qué tipo de afinación debía emplearse en determinado estilo y la influencia de esta en la expresión musical, amén de vertientes en la música cubana y otros aspectos de la cultura musical en general-. Con respecto a lo anterior, es recordada entre los estudiantes de música de aquellos tiempos, la anécdota -narrada por el propio Orozco- acerca de ciertas aplicaciones de estas enseñanzas, cuando por un imprevisto durante una grabación con clavecín y cuerdas, este profesor orientó la manera de digitar las cuerdas -en plena ejecución- para compensar las diferencias de afinación entre las cuerdas y el temperamento del clavecín, especialmente respecto al estilo de la pieza que se ejecutaba en el momento. Por esa asesoría cercana, el Dr. Orozco (1944-2013) conservó las 5 ó 6 grabaciones informales que realizó esta orquesta en la EGREM, además de otras pocas en vivo, alguna de las cuales se han podido escuchar en eventos como el Coloquio de la VI Feria Internacional Cuba Disco 2002 y el III Coloquio Internacional de Musicología Premio Casa de las Américas 2003, donde el citado doctor las ha utilizado para ilustrar sus conferencias.

Arreglos

Los arreglos estaban a cargo de casi todo el colectivo: Adalberto Alvarez (director y segunda voz), Andrés Alén (piano), Joaquín Betancourt (violín), Jorge Hernández (viola) y Rolando Fernández (violoncello) y eran escritos para dos flautas que las ejecutaban José Luis Cortés, “El Tosco” y Jorge Campos, “Fu Manchú” quienes también arreglaban.

Otros integrantes

Los demás integrantes eran Rafael Almazán (guitarra-bajo), Lázaro E. Cruz (voz prima y trompeta), Alejandro Ferreira y José A. Pérez Fuentes (violines), José Antonio Abreu (bongó), Calixto Oviedo o Luis Llorca (batería con timbal), Rodolfo Valdés Terry o Ernesto Couto (tumbadora) y para algunos arreglos intervenían en el oboe Jorge Rivero y en el fagot Juan Vega (que cuando no, intercambiaba la ejecución del güiro con el propio Adalberto).

Grabaciones

En algunas grabaciones son perceptibles los contactos con la música barroca -estilo que comenzó a tener una marcada presencia en la música popular internacional de esa época- como los del arreglo a la canción trovadoresca Longina de Manuel Corona, que para esa orquesta Andrés Alén realizó entrelazando la tradición charanguera -muy permeada del bolero-cha, en un despliegue de elementos concomitantes y “fusionados” de muy diversos origen- con rasgos que oscilan entre el barroco tardío y el clasicismo mozartiano y que funciona como una doble parodia en la cual se percibe un espíritu serio-sarcástico. En esa misma vertiente se recuerda también la interpretación que hacían del cha-cha-chá Chabarroco, en el que se dejaron llevar por la intuición de utilizar el arreglo del propio autor, Mario Fabián Sardiñas, “El Gentleman” -músico vinculado a dicha agrupación- lo mismo que hacen las orquestas que aún interpretan dicha pieza. El son Suavecito de Ignacio Piñeiro fue otro título significativo grabado, sobre todo por el arreglo de “El Tosco” en que se hace evidente un acercamiento al estilo New Orleans (de Dizzie Gillespie y Miles Davis). Además se interpretaron y grabaron algunas otras piezas de la autoría de integrantes de la orquesta, como fue el caso de las piezas Shake con cha y Por favor, ambas de Adalberto Alvarez.

Contribuciones fundamentales

Las contribuciones de esa orquesta tipo charanga, por el aporte creativo de sus miembros y sus arreglistas, se pueden resumir en:

  • Anticipar las tendencias de la música cubana que, posteriormente se hicieron comunes, desde las décadas del 80 y 90 hasta nuestros días, referidas al cha-cha-chá, lo sonero y lo bolerístico, con la experimentación en general de rasgos específicos en mezclas jazzísticas innovando en la descarga de los estribillos e introduciendo modificaciones en el formato instrumental, según muy diversas inquietudes creativas.
  • A lo que hay que añadir que anticipó también etapas de la introducción de rasgos de los clásicos en lo popular y lo bailable cubano, mucho mas allá que lo que se acostumbraba a hacer tradicionalmente -tanto en las citas insertadas dentro del danzón cubano como en otros géneros y etapas.

El paso de esta agrupación por el panorama musical cubano, si bien fue fugaz y apenas perceptible a través de los medios de comunicación masiva, sembraron una suerte de legado underground que ha trascendido hasta nuestros días.

Fuentes

  • Hidalgo-Gato, Alfredo: Informe del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (Cidmuc), Inédito.