Ramón María Narváez

Ramón María Narváez
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Duque de Valencia, militar y político español
NombreRamón María Narváez y de Campos
Nacimiento5 de agosto de 1800
Loja, Granada, Bandera de España España
Fallecimiento23 de abril de 1868
Madrid, Bandera de España España
OcupaciónPolítico y Militar Español


Ramón María Narváez y de Campos. Duque de Valencia, militar y político español. Segundón de una familia de labradores acomodados de la pequeña nobleza andaluza, ingresó en el ejército con sólo quince años. Durante el Trienio Constitucional 1820-1823. Se decantó por los partidarios del liberalismo y tuvo un papel destacado en la lucha contra la sublevación absolutista de la Guardia Real de Madrid 1822. Ello le obligó a retirarse del ejército cuando la invasión de los «Cien mil hijos de San Luis» restableció a Fernando VII como rey absoluto.

Síntesis biográfica

Con el ingreso en el regimiento de Guardias Valonas en 1815 inició su larga carrera militar. Durante el Trienio Liberal se integró en el Batallón Sagrado que tuvo una participación activa en la neutralización de la sublevación absolutista de la Guardia Real en Madrid en julio de 1822.

Trayectoria militar

Después de la muerte de Fernando VII pudo retornar al servicio activo en el ejército, y desde este momento su carrera militar quedó vinculada a los éxitos del ejército cristino en la Primera Guerra Civil Carlista.

Participación en batallas

Destinado en el ejército del Norte, en julio de 1835 participó en la batalla de Mendigorría, al frente del batallón del Infante. Su actuación en batalla le valió el ascenso a teniente Coronel. Después de su participación en la batalla de Arlabán en 1836, fue propuesto para ascender a Brigadier. En el frente de Aragón derrotó a las huestes de Cabrera en Pobleta de Morella. A partir de 1837 se le dio el mando del ejército de la Reserva andaluza, con la misión de pacificar la Mancha y expulsar a la guerrilla carlista de Palillos, surgiendo un enconamiento con la personalidad del general Espartero, jefe del ejército del Norte.

Ascensos

En 1838 entró en política, ascendió a Mariscal de campo, siendo diputado electo a Cortes. En otoño de 1838, Narváez y Fernández de Córdova, durante el Gobierno de Bernardino Fernández de Velasco Duque de Frías, potenciaron una sublevación militar en Sevilla. El general Espartero obligó a Narváez a huir de España, teniéndose que refugiar primero en Gibraltar y después en Francia.

Exilio

Exiliado en París durante la Regencia de Espartero 1841-1843, contribuyó a organizar la llamada Orden Militar Española, asociación militar que defendía la sublevación para acabar con la situación progresista en España. Desembarcó en Valencia, aprovechando la disidencia encarnada por Salustiano de Olózaga dentro del progresismo.

El 23 de julio de 1843 se presentó en Torrejón de Ardoz, derrotando a las tropas esparteristas mandados por Seoane, lo que permitió su entrada en Madrid, acción por la que fue ascendido a teniente general y nombrado capitán general de Castilla la Nueva.

Máximo dirigente

A partir de ese momento, pasó a convertirse en el máximo dirigente del Partido Moderado. Ramón María Narváez en noviembre de 1843, es víctima de un atentado en Madrid, en la calle del Desengaño, en el que muere su ayudante. La Década Moderada llegó precedida por la acción represiva de Luis González Bravo, que junto con Narváez, había dado el golpe palaciego que acabó con la regencia de Espartero y con su política personalista.

Después del aplastamiento de la resistencia esparterista, la Reina María Cristina nombró jefe del Gobierno a Narváez el 3 de mayo de 1844, reservándose el general la cartera de Guerra. Durante este gobierno, Narváez tuvo un papel de arbitro entre la posición del Ministro de Estado, Marqués de Vilumá, partidario de un régimen de carta otorgada, y las posiciones de los Ministros de Gobernación y Hacienda, Pedro José Pidal Marqués de Pidal y Alejandro Mon y Pidal, respectivamente, partidarios de reformar, con la concurrencia de las Cortes, la Constitución progresista de 1837.

Mejoras

Narváez se decantó a favor de la postura de los últimos ministros, su gobierno abrió el proceso que desembocaría con la elaboración de la Constitución moderada de 1845. Durante el primer gobierno de Narváez, hasta diciembre de 1846, se sofocó la sublevación de Zurbano y se condenó a Juan Prim y Prats a la cárcel por participar en un complot contra su persona. La situación financiera de España mejoró sustancialmente, producto de la reforma tributaria de Alejandro Mon, refundiéndose la multiplicidad de los impuestos existentes en cuatro tan sólo.

  • Creó la Guardia Civil, un cuerpo armado, disciplinado y bien organizado por el Duque de Ahumada, ubicado en el mundo rural, que representaba el contrapunto de la Milicia Nacional, de clara significación progresista y urbana.
  • Se reorganizó la Instrucción Pública en 1845 por obra del ministro Pedro Pidal, asumiendo el Estado la obligación de la enseñanza como asunto público. La actuación de Pidal será el antecedente del Plan de Moyano o Ley de Instrucción Pública de 1857.
  • Se suspendió la venta de bienes del clero.
  • Se introdujo un alto grado de centralización en la normativa sobre administración provincial y local Ley de 8 de enero de 1845.
  • Se puso fin a la competencia exclusiva de los juicios por jurados en la calificación de los delitos de imprenta Decreto del 6 de julio de 1845.
  • Se aprobó la Ley Electoral de 1846, en la que se restringía el derecho al voto a aquellos ciudadanos que pagaran una determinada cantidad a Hacienda en concepto de impuestos, que eran, obviamente, los más ricos.

Desavenencias del gobierno

La caída de Narváez fundamentalmente se debió a las desavenencias surgidas dentro del gobierno por las bodas reales, el 12 de diciembre de 1846, Ramón María Narváez cedió paso a Manuel Pando Fernández de Pineda Marqués de Miraflores como presidente del Consejo de Ministros, al no ser apoyado su pretendiente para el enlace con Isabel II, que era el mismo pretendiente que proponía la ex-regente María Cristina y el ex-presidente Francisco de Paula Martínez de la Rosa, un príncipe italiano, el conde de Trapani.

El 16 de marzo de 1846, la reina Isabel II volvió a llamar a Narváez para presidir el Consejo de Ministros, reservándose también los ministerios de Estado y de la Guerra. El 5 de abril de 1846 es sustituido por Francisco Javier Istúriz, siendo nombrado embajador en Nápoles, nombramiento que rechazó para viajar al extranjero.

Vuelve al cargo

En el gobierno de Joaquín Francisco Pacheco, Narváez aceptó la embajada de París. Narváez volvió a ocupar la presidencia del Consejo de Ministros desde el 4 de octubre de 1847 hasta el 14 de enero de 1851, salvo la interrupción de unas horas el 19 de octubre de 1849, donde Serafín María de Sotto Conde de Clonard ocupó la presidencia con la camarilla de Palacio, dando a su política un pequeño giro hacía los progresistas al acentuarse las divergencias con los moderados.

Se promulgó el Código Penal, compendio de leyes penales refundidas ahora en un solo corpus aplicable a todos los ciudadanos del territorio nacional. Narváez volvió a ser designado jefe del gobierno el 12 de octubre de 1856, puesto que desempeñó hasta octubre de 1857, en medio de numerosos incidentes en la cámara regia.

Narváez inició su última etapa como jefe del gobierno el 10 de julio de 1866, reservándose además la cartera de Guerra. Finalmente fue relevado del cargo el 23 de abril de 1868 por Luis González Bravo.

Muerte

Falleció en Madrid, España, el 23 de abril de 1868, en la antesala de la conspiración contra el reinado de Isabel II que provoco la Revolución de Septiembre de 1868.

Anécdotas

De Ramón María Narváez sobresaltaba su fama de bruto, dictatorial y cabezota, a raíz de estas características les contare las siguientes anécdotas:

  • En un Consejo de Ministros que él mismo presidía, uno de los ministros afirmo que antes de firmar una disposición especifica él se cortaría la mano derecha, a lo que Narváez respondió: "Usted no se cortará ninguna mano, con la derecha firmará la disposición y con la izquierda me tocará usted los pelendengues".
  • Esta es una anécdota más conocida, y ocurrió en sus últimos momentos de vida, cuando el sacerdote fue a confesarle le preguntó si perdonaba a sus enemigos, y la respuesta de Narváez fue la siguiente: "No puedo perdonar a ninguno porque los he matado a todos"

Frases

Gobernar es resistir.
No puedo perdonar a mis enemigos, porque los he matado a todos.

Fuentes