Santi Mina

Santiago Mina
Información sobre la plantilla
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Datos personales
Nacimiento7 de diciembre de 1995
ciudad de Vigo,
provincia de Pontevedra,
región de Galicia,
Reino de España Bandera de España
Estatura1.80 metros
Carrera
PosiciónDelantero
Club actualValencia CF( desde el 2015)
Trayectoria
Año del debut2013
Club del debutRC Celta

Santiago Mina Lorenzo, conocido como Santi Mina (Vigo, 7 de diciembre de 1995) es un futbolista español.

Juega de delantero o extremo derecho en el Valencia Club de Fútbol de Primera División de España. Fue el tercer futbolista más joven en debutar con el Celta en Primera División, a la edad de 17 años.

Síntesis biográfica

Santi Mina es hijo de futbolista del Real Club Celta de Vigo, llamado también Santiago Mina, un expeditivo central que militó en el equipo Vigués allá por los años ochenta, y que posteriormente hizo vida en Vigo, donde nació su pequeño Santi el 7 de diciembre de 1995. Desde bien chico se le vieron dotes para el fútbol, así que su padre lo ingresó en el Colegio Hogar, donde comenzó su formación, pero con apenas once años ya fue reclutado por el Celta, habida cuenta de su talento.

Trayectoria deportiva

Desde las categorías inferiores fue escalando peldaños hasta que en el juvenil sufrió una auténtica explosión. Pegó el estirón y su fortaleza física le hacía ser muy superior a los rivales. En la Temporada 2012-2013 estableció registros espectaculares: 27 goles en 17 partidos. Cifras de mega estrella que llamaron la atención del fútbol español, y que le sirvieron para ganarse un sitio en el Celta.

Su primer acercamiento al Celta fue en un partido de Copa disputado en el Bernabéu, en enero de 2013, contando con apenas 17 años recién cumplidos. Estuvo en el banquillo, no llegó a debutar, pero lo hizo unas semanas después en un accidentado partido del Celta en Getafe, en el que sustituyó a Iago Aspas.

No fue un partido cualquiera. Entró en el minuto 59 en lugar de la estrella del Celta, cuando los vigueses caían 3-1 y el puesto de Paco Herrera peligraba más que nunca. El moañés se sintió señalado al ser cambiado tan pronto y no saludó a su compañero, dando un balonazo nada más salir del campo.

No todo sería así, pero la vida de Santi Mina dio un vuelco en el 2013. De estar en el juvenil, pasó a alternar esta categoría, con la dura Tercera División, donde logró el ascenso con el filial a Segunda B. Mina anotó 8 goles en 15 partidos, y fue clave en la recta final. Seguía demostrando que los peldaños, por más altos que fuesen, no le impresionaban.

En junio disputó la Copa de Campeones con el equipo juvenil, entrenado por David de Dios. Aquel Celta pasa por ser una de las mejores hornadas de futbolistas que han coincidido en esa categoría a lo largo de la historia celeste: David Goldar, David Costas, Borja Fernández, Jordan, Yelko Pino o Santi Mina eran algunos de los componentes más singulares, pero el once adiestrado por De Dios era de categoría. Liderados por Mina, que volvió a dejar para el recuerdo actuaciones portentosas, el equipo llegó a la final donde cayó derrotado ante el Sevilla. Doloroso final para una Copa de Campeones celebrada en Vigo.

A esa fase final, Mina llegó bien atado. El Celta hizo los deberes renovando al canterano hasta el 30 de junio de 2018, con una cláusula de seguridad de 10 millones de euros. Hizo bien, porque tras esa competición eran pocos los que no conocían cómo se las gastaba el ariete céltico, que comenzó a ir con regularidad a la selección española, en sus respectivas categorías, y comenzó a aparecer con frecuencia anual en la lista del Fútbol Draft, que cada año premia a las mejores promesas del fútbol español.

Su debut con el primer equipo le convertía en el tercer futbolista más joven en debutar con el Celta en Primera División, a la edad de 17 años, dos meses y nueve días. Solo superado por Iago Bouzón y Sansón, éste último debutó con 15 años, ocho meses y 11 días, y tiene el récord histórico del fútbol español, que jamás se superará al ser hoy en día los dieciséis la edad mínima para poder jugar en la máxima categoría. Con el filial, marcó por vez primera ante el Bergantiños, y lo hizo a lo grande, con un hat-trick. Mina ya lo hacía todo a lo grande. La Temporada 2013-14 comenzaba con ciertas incógnitas que despejar. Mina empezaba en el filial, lo hizo marcando un gol en la primera jornada, en un partido disputado en Las Gaunas ante el Logroñés, pero no volvería a jugar con el B, ya que Luis Enrique, nuevo inquilino del banquillo, se enamoró de las condiciones del chaval y le hizo fijo en la primera plantilla. Mina disputó 29 partidos, 12 de ellos como titular, y marcó 2 goles, el primero en el estreno del Nuevo San Mamés, que además era su segundo partido con la camiseta del Celta.

Fue un año en el que además se consolidó en las categorías inferiores de la selección española y se hizo jugador del primer equipo por merecimientos. También compró su billete de salida del Celta, sin fecha, cuando decidió contratar a Jorge Mendes para que le representase. Dada su proyección, desde Praza de España se le intentó renovar para ampliar su cláusula. La respuesta del portugués fue rotunda: “No es que no aceptemos la oferta de renovación, es que no vamos a negociar”.

Su situación dentro del club comenzó a ser un tanto incómoda, aunque llevadera. El Celta se negaba a negociar su salida, y la opción de una cesión a un club de la zona baja de la tabla era siempre rechazada por su agente. Eso sí, el comportamiento del chaval sobre el terreno de juego fue inmejorable. Su profesionalidad queda fuera de toda duda. No solo se dejaba el alma en los entrenamientos, sino que dedicó su tiempo libre a forjar su cuerpo para que los centrales veteranos dejaran de imponerle.

Durante el año de Luis Enrique jugó muchos partidos, y estuvo enfadado con el gol, pero tenía una habilidad especial para crearse ocasiones de gol. Solo faltaba que los goles llegasen para terminar de explotar. Según rezaba en su contrato, al jugar 10 partidos como titular, pasó a formar parte del primer equipo con pleno derecho, teniendo ficha profesional y dorsal entre los 25 primeros números.

La llegada de Berizzo, sin embargo, fue un pequeño golpe ya que el argentino no creyó desde el principio en él, sino que tuvo que ganarse el puesto. Su primer partido fue en la jornada noventa, unos minutos ante el Levante, pero la Copa del Rey, donde anotó 2 goles en la eliminatoria frente a Las Palmas le sirvió para ganarse una oportunidad.

En el partido de ida, disputado en el Estadio de Gran Canaria dio muestras de su ambición. Faltaban ocho minutos para el final del partido, y el Celta perdía por dos goles a cero ante un equipo de Segunda División, entrenado por Paco Herrera precisamente. En ese momento hay penalti a favor de los vigueses, y Charles, el delantero veterano, se dirige raudo para lanzar el penalti. El brasileño era suplente en Liga y necesitaba goles, pero en su camino se cruzó un imberbe canterano. Sin saber como, logró convencerlo, ejecutó el penalti y lo transformó, dando ventaja al Celta. El propio Mina marcaría en la vuelta.

Su carácter y su ambición impresionaron a Berizzo que fue introduciéndolo poco a poco en el equipo, y a partir de la jornada 28 sería se haría ya con la titularidad, obteniendo ante el Rayo el premio a su tenacidad. Aquel día logró anotar 4 goles entre el minuto 21 y el 56. Media hora primorosa que quedarán grabadas a fuego en la memoria colectiva del celtismo.

Aquel día explotó en el fútbol profesional como el gran goleador que había sido en categorías inferiores. Se quitó todos los complejos y aún marcó 3 goles más en lo que quedaba de temporada para completarla con unos números de 9 goles en 24 partidos. Cifras que ya prometían. Terminada la temporada, el nombre de Santi Mina no hacía más que sonar con fuerza en el mercado de traspasos.

Se habló de Porto, Sevilla, y algún conjunto inglés, pero sería el Valencia, que tenía una relación especial con su representante, el que el 4 de julio de 2015 pagaría la cláusula de rescisión del futbolista. 10 millones de euros. El tercer traspaso más caro en la historia del Celta, tras Michel Salgado y Makelele. Con 19 años, Mina volaba de Balaídos hacia Valencia, poniendo fin así a una historia que prometía ser un poco más larga.

Fuentes