Santiago de Liniers

Santiago de Liniers
Información sobre la plantilla
Liniers.jpg
10.º virrey del virreinato del Río de la Plata
10 de febrero de 1807 - julio de 1809
PredecesorRafael de Sobremonte
SucesorBaltasar Hidalgo de Cisneros
3.er gobernador de las Misiones Guaraníes
1 de noviembre de 1802 - 16 de mayo de 1803
PredecesorJoaquín de Soria
SucesorBernardo de Velasco
Datos Personales
NombreLiniers y Bremond, Jacques Antoine Marie de;
Liniers y Bremond, Santiago Antonio María de
Nacimiento25 de julio de 1753
Niort,
provincia de Poitou,
Reino de Francia Bandera de Francia
Fallecimiento26 de agosto de 1810
monte de los Papagayos (bosquecillo),
cerca de la posta Cabeza de Tigre,
provincia de Córdoba,
Provincias Unidas del Río de la Plata
(actual República Argentina)
Causa de la muertefusilamiento
Ocupaciónmilitar y político
CónyugeJuana Úrsula de Menvielle (f. 1790),
María Martina de Sarratea y Altolaguirre (1772-1805)
Hijosnueve

Santiago de Liniers (Niort, 25 de julio de 1753 - provincia de Córdoba, 26 de agosto de 1810) fue un aristócrata y militar francés que trabajó en América bajo las órdenes del rey de España.

Por su destacada actuación en las dos fallidas «invasiones británicas» contra Buenos Aires, fue nombrado virrey del Río de la Plata entre 1807 y 1809. Fue el penúltimo virrey de ese virreinato. En la Revolución de Mayo en Buenos Aires, el 25 de mayo de 1810, el virreinato fue disuelto, y fue remplazado por las Provincias Unidas del Río de la Plata. Liniers se opuso a la independencia, por lo que fue fusilado por los revolucionarios.

Síntesis biográfica

Liniers nació en la ciudad de Niort, de la antigua provincia de Poitou, en el occidente central del Reino de Francia, a 413 km al suroeste de París y 63 km al este de la ciudad de La Rochelle, en la costa del océano Atlántico. Su padre fue Jacques Joseph Louis de Liniers (n. 9 de diciembre de 1723). Su madre era Henriette Thérèse de Brémond d'Ars. Por lo tanto su familia pertenecía a la antigua aristocracia francesa del Poitou, con una gran tradición católica y militar, que se quedaron al margen de la Ilustración de París.

Carrera militar en Francia y España

Santiago de Liniers se vio beneficiado por el tercer Pacto de Familia de 1761, que permitió a los franceses participar en las empresas militares de España, en igualdad de derechos y obligaciones que los españoles. Ingresó a la carrera naval en calidad de paje del Gran Maestre de la Orden de Malta, donde después de tres años (en 1768) egresó con la cruz de caballero de Malta. En Francia llegó a subteniente de caballería en el regimiento de Royal-Piémont. Permaneció durante seis años en la guarnición, sin esperanza de ascenso.

Golpeada por la guerra de los Siete Años, Francia se encontraba ya en paz, y el ministro Turgot ―nombrado por el joven rey Luis XVI― redujo el presupuesto del ejército, dejando pocas oportunidades para los jóvenes oficiales como Liniers. Por ello terminó por solicitar la baja en 1774, a los 21 años.

Se trasladó a Cádiz (España) para ingresar en la armada española. Acto seguido, partió hacia África con la flota de Alejandro O'Reilly. En mayo de 1775 fue destinado como oficial al puerto de Cartagena (España), en donde integró la flota de Pedro González Castejón, con 46 buques, bajo las órdenes del general irlandés Alejandro O'Reilly, quien le asignó el navío San José como edecán del príncipe Camilo de Rohan. La escuadra zarpó de Cartagena con el objetivo de lanzar una expedición contra Argel, lugar al que atacaron sin éxito a comienzos de julio de 1775.

A su retorno a España, ingresó a la Escuela de Adiestramiento de Guardias marinas en Cádiz. Visitó por primera vez el Río de la Plata en 1776 y de inmediato regresó a la península a continuar sus actividades navales.

En cuanto regresó a la península, ingresó en la «Real Compañía de Caballeros Guardias Marinas», en noviembre de 1775. En marzo de 1776, con el grado de alférez de fragata, participó del patrullaje naval por el mar Mediterráneo.

En las siguientes décadas llegaría a capitán de navío de la Real Armada Española, se mudó a Buenos Aires (colonia española), donde fue comandante general de Armas de Buenos Aires, y (en 1807), caballero de la Orden de Montesa.

En 1788 volvió al Río de la Plata en calidad de capitán de puerto. Contrajo segundas nupcias con la hija del próspero comerciante Martín de Sarratea.

Entre 1802 y 1804 asumió el cargo de gobernador político y militar de la provincia de Misiones y, a continuación, retornó a Buenos Aires para asumir el puesto de jefe de la estación naval.

Primera invasión inglesa

En 1806, estando apostado en la ensenada de Barragán (actual ciudad de Ensenada, a 60 km al sureste del centro de Buenos Aires) se produjo la primera invasión inglesa, comandada por el comodoro Home Popham. Liniers vio pasar los buques y dio aviso al virrey Rafael de Sobremonte, quien no le dio la orden de atacar, sino de regresar a Buenos Aires.

Frente al hecho consumado de la toma de Buenos Aires por parte de los británicos el 27 de junio de 1806 y la infame huida a Córdoba del virrey, consiguió permiso del gobernador británico para visitar la capital. Allí se puso en contacto con los grupos que organizaba el argentino Martín de Álzaga para intentar la expulsión de los británicos, viajando luego a Montevideo, donde su gobernador, Pascual Ruiz Huidobro, lo proveyó de hombres, armas y municiones, además de una escuadrilla de botes.

En Montevideo, la noticia de la caída de Buenos Aires en manos de los británicos produjo una gran preocupación, ya que era previsible que el objetivo final de los británicos era apoderarse de toda la rica región del Plata. Pascual Ruiz Huidobro no era partidario de enviar una expedición a reconquistar Buenos Aires, dado que en esos momentos solamente contaba con una dotación militar de alrededor de quinientos hombres. Sin embargo, los habitantes de Montevideo, de los campos y poblados pusieron a disposición del Cabildo y del gobernador el ofrecimiento de contribuir con hombres y recursos a reclutar un ejército, para desalojar a los británicos de Buenos Aires antes de que a estos les llegaran refuerzos.

En sesión que se realizó en el Cabildo de Montevideo el 18 de julio de 1806, se resolvió declarar que el abandono de su puesto por el virrey Sobremonte, y el juramento de sujeción a los británicos del Cabildo de Buenos Aires, colocaba al gobernador de Montevideo como la máxima autoridad delegada del rey de España en esta parte del continente; y en consecuencia, que este debía emplear esa autoridad para desalojar a los invasores de Buenos Aires y así preservar a la ciudad de Montevideo.

Con sus fuerzas reconquistó Buenos Aires el 12 de agosto de 1806 haciendo capitular al gobernador inglés William Carr Beresford. Dos días después, en un Cabildo abierto, se decidió entregar el poder militar a Liniers, quien, ante la certidumbre de un nuevo ataque inglés, trató de reorganizar la defensa.

En febrero de 1807, un nuevo avance logrado por los ingleses supuso la ocupación de Montevideo. Las tropas de Liniers fueron derrotadas por las tropas ingleses de Whitelocke en la Ensenada, pero se reagruparon en Buenos Aires y finalmente hicieron capitular a los ingleses el 6 de julio de 1807, lo que implicó su salida de Montevideo. Liniers fue nombrado por la Audiencia como Virrey interino y el cargo recién le fue confirmado por las autoridades peninsulares en mayo de 1808.

Proespañol

Al producirse en 1808 la invasión de España por las tropas de Napoleón, Liniers, pese a su origen francés, mantuvo su fidelidad al rey Fernando VII. Pero el Cabildo Abierto de Buenos Aires, liderado por Martín de Álzaga, exigió su renuncia el 1 de enero de 1809. Poco después la Junta Central de España designó como virrey al almirante Baltasar Hidalgo de Cisneros, quien tomó posesión del cargo el 2 de agosto de 1809.

Liniers, que recibió el título de Conde de Buenos Aires en reconocimiento a sus méritos, se retiró a la ciudad de Córdoba (700 km al noroeste de Buenos Aires), y allí le sorprendió la revolución de mayo de 1810. De inmediato procedió a organizar junto con otras autoridades españolas un ejército realista para enfrentar a los patriotas.

Captura y ejecución

El Gobierno revolucionario de Buenos Aires despachó contra Liniers y sus «realistas» (incondicionales del rey de España) una expedición militar.

El 26 de agosto de 1810 fue capturado y ejecutado por el coronel Antonio González Balcarce.

Liniers y sus compañeros contrarrevolucionarios fueron fusilados a la sombra de un arbol chañarcillo (conocido en esa época como Chañarcillo de los Loros), en el Monte de los Papagayos (en Argentina se le dice «monte» a un bosquecillo en medio de la llanura pampeana), cercano a la posta de Cabeza de Tigre, a 5,5 km al oeste de la actual localidad de Los Surgentes, en el partido de Marcos Juárez, en el sudeste de la provincia de Córdoba.[1]

Juan José Castelli ordenó que los cadáveres se enterraran en una zanja al costado de la cercana iglesia de Cruz Alta (25 km al este), que era la iglesia más cercana.[2]

En 1861, el presidente de la Confederación Argentina, Santiago Derqui, quien era deudo de uno de los ajusticiados, designó una comisión para localizar los restos de los arcabuceados. El comandante militar de Cruz Alta, Reyes Araya, manifestó que Pascual Almirón, su suegro de 72 años, había sido testigo de la inhumación de los restos por haber sido conductor de diligencias entre Cabeza de Tigre y Cruz Alta y que había ido en un potrillo rosillo al entierro de los maturrangos. Los cadáveres, que se encontraban semidesnudos y con los ojos picoteados por los caranchos, habían sido conducidos unos sobre otros en una carretilla de cincha. Si bien Almirón no recordaba exactamente el lugar donde habían sido enterrados sino en forma aproximada, sí se acordaba que dado que la fosa no podía contener en su superficie los cinco cadáveres y sí solo tres, dos de ellos se ubicaron traversalmente sin que conociera a ninguno de ellos. Con estos precisos datos aportados por Almirón se iniciaron las excavaciones en rumbos diversos hasta que se hallaron los restos tal como había sido efectuado su relato. En la fosa había diez suelas entre botas y zapatos y dos botones, de los cuales ―en uno de ellos― surgía en forma ostentosa una corona real en relieve. Las cenizas fueron puestas en una urna de caoba y conducidas a la iglesia de Rosario. Luego las cenizas fueran remitidas a la ciudad de Paraná, que en ese momento era la capital de la Confederación Argentina).

El 17 de abril de 1861 llegaron confundidas en una urna y se les efectuaron las exequias. Los dos hijos menores de Liniers, que residían en España, agradecieron «tan insigne acto de justicia, de magnanimidad y sana política».

Homenajes en su memoria

En honor de Santiago de Liniers, llevan su nombre un barrio de la ciudad de Buenos Aires y una localidad de la provincia de Misiones.

En la nomenclatura de 1808 de las calles de Buenos Aires en la que se designaron con los nombres de los héroes de las jornadas de las Invasiones Inglesas, las hoy calles Reconquista y Defensa fueron nombradas Liniers, denominación que perduró hasta 1822.

En la actualidad lleva su nombre una calle que recorre los barrios de Almagro y Boedo.

También hay calles dedicadas a Liniers en otras localidades, como por ejemplo en Tigre, la avenida que bordea el río Reconquista (antes río Las Conchas) donde Liniers desembarcó en 1806.

En dicha avenida Liniers, esquina Padre Castañeda (en la ciudad de Tigre) se encuentra el Museo de la Reconquista, que en el momento del desembarco era almacén y pensión de marineros de Martín José de Goyechea. Frente a esta casa desembarcó Liniers en 1806, reagrupó sus tropas aumentadas por voluntarios del pueblo de Las Conchas (hoy Tigre), descansó y luego partió hacia Buenos Aires.

En la ciudad de Alta Gracia (provincia de Córdoba), lleva su nombre la escuela Santiago de Liniers, creada en 1937; está ubicada en la Avenida de Mayo y Esmeralda, del barrio Liniers de Alta Gracia.

Fuentes