Terapia neural

Terapia neural o neuralterapia
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Concepto:Terapia neural o neuralterapia es el tratamiento mediante el Sistema nervioso, especialmente el Vegetativo, el cual se halla presente de un modo mayoritario en la piel. Consiste en la inyección de un anestésico local con fines terapéuticos, produciéndose un estímulo reflejo sobre los circuitos de autorregulación del organismo del paciente, mejorando su funcionamiento por aislamiento de las zonas o focos perturbadores.

Terapia neural. También conocida como neuralterapia. Es el tratamiento mediante el Sistema nervioso, especialmente el Vegetativo, el cual se halla presente de un modo mayoritario en la piel. Consiste en la inyección de un anestésico local con fines terapéuticos, produciéndose un estímulo reflejo sobre los circuitos de autorregulación del organismo del paciente, mejorando su funcionamiento por aislamiento de las zonas o focos perturbadores.

Significado

La interacción entre mente, sistema nervioso e inmunitario, constituye el eje de nuestra capacidad de adaptación, característica fundamental para la supervivencia, desarrollada a lo largo del proceso evolutivo. A su vez, el sistema nervioso es entendido como un integrador de los diferentes órganos y tejidos de nuestro cuerpo, pues es una red de información que llega a todas las células a través de la matriz extracelular, conocido como sustancia básica. Esto hace que cualquier irritación que altere las propiedades (y sus funciones) de una parte de este sistema, estará afectando a su totalidad, y se sentirán y apreciarán las repercusiones allí donde se halle una predisposición a la disfunción.

Historia

Los padres de la Terapia Neural son los doctores alemanes Ferdinand y Walter Huneke. Como muchas de las técnicas utilizadas en Medicina, fue un hecho casual, en este caso una equivocación lo que materializó el descubrimiento de tan apreciada técnica por los que la practicamos.

Walter y Ferdinand Huneke, tenían una hermana que desde años sufría unos terribles dolores de cabeza. Tras intentar todos los tratamientos efectivos en aquel momento, y cansados de fracasar, decidieron consultar con algunos de sus colegas. Uno de ellos, les aconsejó que le inyectaran por vía intramuscular un producto denominado Atophanyl, utilizado en aquel entonces para el tratamiento de las enfermedades reumáticas. Puesto que al parecer su inyección era dolorosa, Ferdinand, decidió añadirle un anestésico local, la procaína, que hiciera más llevadera la inyección. Imagino que fruto de un despiste, o del nerviosismo generado por el fortísimo dolor de cabeza que en ese momento tenía su hermana, en vez de inyectar el producto vía intramuscular, lo inyectó vía intravenosa.

Walter y Ferdinand no imaginaron que la desaparición inmediata de aquél dolor de cabeza de su hermana iba a direccionar sus vidas para siempre. Ante el resultado tan asombroso, especialmente después de haber intentado lo habido y por haber para poder al menos aliviar a su hermana, comenzaron a investigar sobre el fenómeno curativo. Incluso en un primer momento, pensaron que podía tratarse de un efecto placebo, de una curación por sugestión, explicación que rápidamente se vieron obligados a descartar a causa de la repetición del fenómeno en otros pacientes aquejados también de fuertes dolores crónicos de cabeza. Comenzaron utilizando exclusivamente la procaína, de manera que en seguida se dieron cuenta de que esta era la causante de esas curaciones tan espectaculares.

Una vez aclarado el responsable de tal efecto, comenzaron a experimentar con diferentes vías de aplicación, con muy buenos resultados en la mayoría de los casos. En todos ellos, la acción del medicamento era independiente de la vía de administración del mismo. Incluso vieron al principio que si el producto no se inyectaba directamente en la vena y se hacía en la zona de piel cercana a la misma, el fenómeno se producía igualmente. Poco a poco fueron probando las vías intramuscular, vías intradérmica, vías subcutánea y, en todos los casos se producía un efecto terapéutico a distancia en la mayoría de los pacientes a los que se les aplicaba el tratamiento.

Pronto se dieron cuenta de que la acción de la procaína se producía a través del sistema nervioso vegetativo. Entonces, concluyeron que el sistema vegetativo era el portador de todas las fuerzas somáticas del organismo. Esto ya había sido comprobado por Pavlov con sus reflejos condicionados y por Speransky, gran investigador del sistema nervioso.

Dadas las características de los hermanos Huneke, siguieron experimentando incluso en ellos mismos y, a medida que se sorprendían de los resultados, lejos de lucrarse con su descubrimiento, comenzaron a explicar a sus colegas los magníficos resultados que obtenían y la operativa para conseguirlos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1940, se produjo otro hecho insólito que constituiría otro punto de desarrollo de la Terapia Neural y la vida de los Huneke. Huneke se encontró en aquel tiempo ante una paciente que sufría dolores tremendos en el hombro derecho. Había sido tratada con infiltraciones locales sin ningún éxito ni siquiera una ligera mejoría. Incluso se pensó que pudiera tener algún foco amígdalas u odontógeno que pudiera ser el causante de tal proceso.

Se le trataron dichos focos y no se obtuvo ningún resultado. Al cabo de un tiempo, la paciente regresó a la consulta del Dr. Huneke por un motivo diferente. Esta vez, presentaba una inflamación sin más ni más en una cicatriz que tenía en la pierna izquierda como consecuencia de una osteomielitis que tuvo que operarse años atrás. El Dr. Huneke, sin dudarlo, le inyectó procaína alrededor de la cicatriz, a nivel intradérmico. En segundos, el dolor del hombro derecho tan rebelde a todos los tratamientos desde hacía años, le desapareció al instante. Era como si se tratara de un truco de magia o de un milagro. Lógicamente, no se debía a la acción de la procaína en el hombro, pues no había dado tiempo de que llegara ni la más mínima molécula. Por tanto, esta respuesta tan sumamente rápida, sólo podía haber sido transmitida a través del sistema nervioso. Este fenómeno se repetía cuando se les pinchaba a pacientes algún foco inflamatorio crónico. Por la característica tan inmediata de producción de la respuesta, se le denominó fenómeno en segundos (Sekunden-Phänomen), o fenómeno de Huneke, en honor a su descubridor.

Función

La Terapia Neural busca neutralizar estas irritaciones que, afectando el tono neurovegetativo, desencadenan o catalizan la enfermedad. Esta neutralización se consigue aplicando un anestésico local (generalmente procaína) en bajas concentraciones específicamente en los sitios donde el sistema nervioso vegetativo ha sufrido agresión o lesión. Eliminando estos bloqueos que alteran el intercambio de información y elaboran estímulos irritativos a la red nerviosa, se pretende reactivar los mecanismos de regulación para que el propio organismo produzca sus propias reacciones autocurativas, desarrollen su actividad y le conduzcan a un nuevo orden mediante su propia fuerza vital. Por eso se complementa con medidas higiénico - naturistas.

La Terapia Neural entiende que enferma el SER, y trata al SER. El SNV forma parte de todos los circuitos reguladores del organismo (humorales, hormonales, neurales y celulares), ya que intercambia mediadores de información con todos ellos (neurotransmisores, neuropéptidos, interleucinas, neurohormonas, citoquinas), por lo que podríamos decir que todos estos sistemas de regulación interconectados son, en sí mismos, uno solo.Por sus múltiples conexiones con el córtex cerebral, los pares craneales, los nervios periféricos y viscerales y por sus fibras y ganglios propios, regula y toma parte en todas las funciones del organismo.

Modus de Acción de la Terapia Neural

Según Peter Dosch, cada célula equivaldría a una pequeñísima batería de potasio con un potencial de 40 a 90 milivoltios. Cada estímulo hace caer el potencial: despolarización. Normalmente la célula lo recupera de inmediato: repolarización (figura 2). La energía necesaria para ello procede mayoritariamente del metabolismo del oxígeno. Si los estímulos irritantes son muy frecuentes o muy fuertes, la célula pierde la capacidad de responder ante éstos, por lo que se encontrará en un estado de despolarización permanente, debilitada y enferma. A nivel de la membrana celular se altera el funcionamiento de la bomba de sodio - potasio, esto puede provocar descargas rítmicas, actuando como campos interferentes. Los anestésicos locales poseen un alto potencial energético, alrededor de 290 milivoltios, y al ser inyectados en microdosis en las zonas de irritación, despolarizadas, tienen la capacidad de repolarizar y estabilizar el potencial de membrana de las células afectadas, permitiéndoles así recuperarse y estabilizar el sistema neurovegetativo.

Mecanismo de acción

Con la tecnología moderna de que hoy disponemos se ha comprobado que tras la infiltración (aislamiento) del foco perturbador, se normaliza la irrigación sanguínea y la utilización del oxígeno en la zona refleja correspondiente.

Tengamos en cuenta que el sistema nervioso en conjunto, forma una red complejísima de comunicaciones entre los diversos centros nerviosos y las neuronas, que a su vez interrelacionan las diversas estructuras de nuestro organismo. Pongamos un ejemplo. Del mismo modo que un electricista repara una caja de conmutadores deteriorada, la terapia neural trata de hacer lo mismo en nuestra red bioeléctrica, actuando sobre los campos perturbadores o sobre zonas de influencia reflexógena.

Nuestras células poseen una membrana celular que las circunda. Entre el interior y el exterior de las mismas existe una diferencia de potencial de 40-90 mV (milivoltios).

Existen multitud de procesos en los que esta diferencia de potencial puede reducirse, dándose lugar a una despolarización crónica y por tanto, una dificultas permanente de repolarizarse. Según los estudios del profesor Pischinger, de la Universidad de Viena, las inyecciones de procaína producen todo lo contrario, es decir un aumento muy grande de la diferencia de potencial de la membrana celular, que llega hasta los 290 mV, de manera que multitud de células despolarizadas de forma parcial pueden repolarizarse y alcanzar la situación de reposo, la situación fisiológica de forma duradera. La procaína lo que hace es como rehabilitar electrobiológicamente las células alteradas.

La terapia neural en la práctica

En Medicina, sabemos que existe una conexión nerviosa entre los diferentes segmentos cutáneos (dermatomas), los diferentes órganos (viscerotomas), los diferentes músculos (miotomas) y los nervios raquídeos que los inervan. Sabemos que cada órgano se refleja en una zona determinada de la piel y que muchas veces, tratando esta zona cutánea, aliviamos o curamos el órgano enfermo. Es lo que se denomina reflejo cuti-visceral.

Con la Terapia Neural, lo que hacemos es inyectar en estas zonas de proyección cutánea unas pequeñas cantidades de procaína, haciendo como unos granitos superficiales (pápulas), al igual que se hace en la mesoterapia. También se depositan pequeñas cantidades de procaína en los focos o campos perturbadores del paciente, tales como focos odontógenos (dientes), cicatrices (incluido el ombligo, que al fin y al cabo es una cicatriz; también las de las vacunas), amígdalas, etc.

Tiene que tener claras varias cosas. En la Terapia Neural no es importante la cantidad de procaína que inyectemos. Sólo es importante la presencia de una pequeña cantidad, pues no buscamos el efecto anestésico, sino el de repolarización de la membrana celular. Por otro lado, es fundamental el lugar de inyección. Por ello, solamente los médicos expertos están en condiciones de tener magníficos resultados. Hay que dilucidar dónde vamos a pinchar, dónde depositaremos la procaína y por tanto produciremos el estímulo.

Tenga en cuenta que la curación a veces se consigue tras varias sesiones, principalmente porque hay que ir descartando uno tras otro los diferentes focos interferentes que pueda tener el paciente.

Indicaciones

Algunas de las patologías que se pueden beneficiar de esta técnica tan efectiva, aunque en realidad, todos los procesos que acontecen en el hombre pueden mejorar, si no curar, con ella:

  1. Cualquier tipo de enfermedad crónica del aparato locomotor.
  2. Dismenorreas.
  3. Amenorreas.
  4. Amigdalitis de repetición.
  5. Cefaleas.
  6. Sinusitis.
  7. Cicatrices inestéticas.
  8. Gastritis.
  9. Hernias discales.

Fuentes

http://www.terapianeural.com/index.php?option=com_content&task=view&id=152&Itemid=26

http://terapianeural-neuralterapia-dolor.blogspot.com/

www.cefaleaymigrana.com/terapia-neural.htm