Tornado
Tornado . Es una masa de aire con alta velocidad angular cuyo extremo inferior está en contacto con la superficie de la Tierra y el superior con una nube cumulonimbos o, excepcionalmente, con la base de una nube cúmulus. Se presentan en diferentes tamaños y formas pero generalmente tienen la forma de una nube embudo, cuyo extremo más angosto toca el suelo y suele estar rodeado por una nube de desechos y polvo, al menos, en sus primeros instantes. Entre los diferentes tipos de tornados están las trombas terrestres, los tornados de vórtices múltiples y las trombas marinas. Son detectados a través de radares de impulsos Doppler, así como visualmente por los cazadores de tormentas. Se les ha observado en todos los continentes excepto en la Antártida.
Sumario
Etimología
La palabra «tornado» es un représtamo del inglés, al que llegó a partir del español «tronada», que, según la RAE, se refiere a una «tempestad de truenos». [1] La metátesis se debe indudablemente a una reinterpretación de la palabra bajo la influencia de «tornar». [2] [3]
Características
Forma y dimensiones
La mayoría de los tornados adoptan la forma de un estrecho embudo, de unos pocos cientos de metros de ancho, con una pequeña nube expansiva de desechos cerca del suelo, al menos, en su etapa inicial. Los tornados pueden quedar obscurecidos completamente por lluvia o polvo, y si es así, son particularmente peligrosos, puesto que incluso los meteorólogos experimentados podrían no verlos. [4]
Los tornados, no obstante, se pueden manifestar de muchas formas y tamaños. Las pequeñas y relativamente débiles trombas terrestres, por ejemplo, no pueden verse más que como un pequeño torbellino de polvo sobre el suelo. Aunque el embudo de condensación puede no extenderse desde el suelo, si los vientos asociados en la superficie superan los 64 km/h, la circulación es considerada un tornado. Un tornado con una forma casi cilíndrica y altura relativamente baja en ocasiones es llamado en inglés stovepipe tornado (literalmente, «tornado conducto de estufa»). Tornados grandes con un solo vórtice pueden verse como enormes cuñas enterradas en la tierra, y por lo tanto se les conoce como «tornados en cuña». Uno de estos tornados puede ser tan ancho que parezca ser un grupo de nubes oscuras, siendo incluso más ancho que la distancia entre la base de la nube y el suelo. Aún observadores de tormentas experimentados pueden tener dificultades para diferenciar un tornado en cuña y una nube baja a la distancia. Muchos de los tornados más grandes, aunque no todos, son en cuña.
Los tornados en su etapa de disipación pueden parecer tubos estrechos o cuerdas, y con frecuencia se rizan o tuercen en formas complejas. Se dice que estos tornados están en su «fase de cuerda», o convirtiéndose en un «tornado en cuerda». Cuando toman esta forma, la longitud de su embudo se incrementa, lo que fuerza a los vientos dentro del mismo a debilitarse debido a la conservación del momento angular. Los tornados con múltiples vórtices, por su parte, pueden parecer una familia de remolinos girando alrededor de un centro común, o pueden quedar completamente oscurecidos por la condensación, el polvo y los desechos, aparentando ser un solo embudo.
En los Estados Unidos, en promedio los tornados miden cerca de 150 m de ancho y recorren unos 8 km en contacto con el suelo. De cualquier forma, hay un amplio rango de tamaños de tornados. Los tornados débiles, o los tornados fuertes en fase de disipación, pueden ser sumamente estrechos, a veces apenas con unos cuantos metros de ancho. Una vez se reportó un tornado que tenía una zona de destrucción de solamente 2 m de longitud. Por otro lado, los tornados en cuña pueden tener una zona de destrucción de 1,5 km de ancho, o incluso más. Un tornado que afectó Hallam, Nebraska, el 22 de mayo de 2004, llegó en un punto a medir 4 km de ancho al nivel del suelo.
En términos de longitud de su recorrido, el tornado triestatal de 1925 (Tri-State Tornado), que afectó partes de Misuri, Illinois e Indiana el 18 de marzo de 1925, oficialmente se mantuvo en contacto con el suelo continuamente por 352 km. Muchos tornados que aparentan tener recorridos de 160 km o más en realidad son una familia de tornados formados rápidamente de forma sucesiva; no obstante, no hay pruebas concretas de que esto ocurriera en el caso del Tornado Triestatal.
Apariencia
Los tornados pueden ser de una gran variedad de colores, dependiendo del ambiente en el que se formen. Aquellos que se desarrollan en un entorno seco pueden ser prácticamente invisibles, apenas distinguibles sólo gracias a los desechos en circulación en la base del embudo. Los embudos de condensación que levantan pocos desechos o no los levantan pueden ser grises o blancos. Al viajar por encima de un cuerpo de agua, como lo hacen las trombas marinas, pueden volverse muy blancos o hasta azules. Los embudos que se mueven lentamente, consumiendo grandes cantidades de desechos y tierra, generalmente son más oscuros, tomando el color de los desechos. Por su parte, los tornados en las Grandes Llanuras pueden volverse rojos debido al tinte rojizo de la tierra, y los tornados en zonas montañosas pueden viajar sobre terrenos cubiertos de nieve, volviéndose de un blanco brillante.
Un factor importante que determina la apariencia de un tornado son las condiciones de iluminación. Un tornado que esté siendo iluminado por su parte posterior (visto con el sol detrás de él) se ve muy oscuro. El mismo tornado, visto con el sol a espaldas del observador, puede verse gris o blanco brillante. Los tornados que se forman durante el ocaso pueden ser de muchos colores diferentes, presentando tonos de amarillo, anaranjado y rosa.
Algunos factores que pueden reducir la visibilidad de los tornados son el polvo levantado por los vientos de la tormenta, fuerte lluvia o granizo y la oscuridad de la noche. Los tornados que ocurren bajo estas condiciones son particularmente peligrosos, ya que solamente observaciones de un radar meteorológico, o posiblemente el ruido que producen al aproximarse, sirven como advertencia para aquellos que se encuentran en su camino. De cualquier forma, la mayoría de los tornados fuertes se forman bajo la base de la corriente ascendente de la tormenta, la cual está libre de lluvia, permitiendo que sean visibles. Además, la mayoría de los tornados ocurren durante la tarde, cuando el sol puede penetrar incluso las nubes más densas. De igual forma, los tornados nocturnos generalmente son iluminados debido a la frecuente aparición de rayos.
Hay evidencias, incluyendo imágenes de radares móviles Doppler on Wheels e informes de testigos, de que la mayoría de los tornados tienen un centro despejado y calmado donde la presión es extremadamente baja, de forma semejante al ojo de los ciclones tropicales. Esta área estaría despejada (posiblemente llena de polvo), con vientos relativamente calmados, y sería muy oscura, ya que la luz sería bloqueada por los escombros girando en el exterior del tornado. Aquellos que aseguran haber visto el interior de un tornado dicen haberlo logrado gracias a la iluminación de un rayo.
Rotación
Los tornados están formados por dos tipos de movimientos verticales del aire: uno anticiclónico con giro horario, formado por el aire frío y seco que desciende disminuyendo su radio y por lo tanto, aumentando su velocidad de giro, y otro ascendente, que constituye un área ciclónica, cuyo radio de acción va aumentando en espiral al ir ascendiendo en sentido contrario a las agujas del reloj en el hemisferio norte, y en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur. Al contrario de lo que sucede con la especie de embudo anticiclónico descendente, a medida que asciende el aire caliente se va ensanchando, con lo que pierde velocidad y, obviamente, energía. Las superceldas y los tornados giran ciclónicamente en simulaciones numéricas incluso cuando el efecto Coriolis es ignorado. Los tornados y mesociclones de bajo nivel deben su rotación a procesos complejos dentro de la supercelda y el medio ambiente.
Ciclo de vida
Relación con la supercelda
Los tornados generalmente se desarrollan a partir de un tipo de tormentas conocidas como superceldas. Las superceldas contienen mesociclones, que son un área de rotación organizada de aire que se localiza en la atmósfera, de entre 2 a 10 km de ancho. Además de tornados, son comunes en tales tormentas lluvias intensas, rayos, fuertes ráfagas de viento y granizo. Si bien la mayoría de los tornados, particularmente los más fuertes (del EF3 al EF5 según la Escala Fujita-Pearson), se derivan de superceldas, también algunos se pueden formar a partir de otras circulaciones de aire, y por lo tanto son denominados tornados no supercelulares. Este tipo de tornados, no obstante, suelen ser de menor intensidad.
Formación
La mayor parte de los tornados originados en superceldas siguen un ciclo de vida reconocible. Éste comienza con el origen de la propia supercelda, que se da cuando una corriente de aire frío y seco desciende desde lo alto de una nube (desde la parte de atrás) para compensar el aire cálido que asciende por el frente para ir incrementando las dimensiones de la propia nube. Al ser más pesado el aire frío, se producen capas de aire inestable donde el aire frío desciende y obliga al aire caliente a ascender, creando la tormenta. Si las diferencias de temperatura son lo suficientemente grandes, el descenso del aire frío se puede dar en forma de remolino, invisible por ser de aire seco: se vuelve visible cuando al llegar al suelo comienza a levantar polvo, hojas y otros objetos. Este aire que desciende, llamado corriente descendente del flanco trasero (RFD, por sus siglas en inglés), acelera al irse acercando al suelo, y arrastra consigo al mesociclón de la supercelda hacia él. Las corrientes ascendentes, por su parte, atraen el aire a su alrededor, aumentando la rotación y convirtiéndose en una columna estrecha, conocida como nube embudo, que va aumentando su diámetro y disminuyendo su velocidad de giro a medida que se eleva.
Al descender una columna de aire frío y seco con un giro anticiclónico, es decir, con giro horario (procedente de la parte superior de una nube de desarrollo vertical) hacia el suelo por la mayor densidad del aire frío, comienza a formarse un embudo de condensación (visible por la condensación del aire húmedo al ascender) en sentido contrario (es decir, ciclónico), que viene a compensar la pérdida de masa nubosa que descendió previamente nube pared en rotación. Al ir descendiendo el embudo anticiclónico (RFD) y llegar al suelo, se crea un frente de ráfagas que puede causar daños a una buena distancia del tornado. Usualmente, la nube embudo se convierte en un tornado muy poco después de que la RFD toque el suelo.
Madurez
Inicialmente, el tornado cuenta con una buena fuente de aire caliente y húmedo que ingresa en él para darle energía, por lo que crece hasta que alcanza su etapa madura. Esto puede durar unos pocos minutos o más de una hora, y es durante este tiempo que el tornado generalmente causa el mayor daño y sus dimensiones llegan al máximo, pudiendo llegar a medir en algunos casos más de 1,5 km de ancho. Mientras tanto, la RFD, que en esta etapa es un área de vientos superficiales fríos, comienza a colocarse alrededor del tornado, interrumpiendo el flujo de aire caliente que lo alimenta.
Disipación
Cuando la RFD envuelve completamente al tornado y le corta el suministro de aire, el vórtice comienza a debilitarse, y se vuelve delgado, semejante a una cuerda. Esta es la fase de disipación, misma que normalmente no dura más de unos pocos minutos, y tras la cual el tornado se esfuma. Durante esta etapa la forma del tornado depende en gran medida de los vientos de la tormenta principal, lo que puede hacer que tome formas inusuales. A pesar de que el tornado está desapareciendo, todavía es capaz de causar daño. Al convertirse en un tubo delgado, de la misma forma que un patinador recoge los brazos para girar más rápido, los vientos pueden incrementar su velocidad en este punto.
Habiendo entrado el tornado en su etapa de disipación, su mesociclón asociado por lo general también se debilita, debido igualmente a que la RFD corta el flujo de aire que lo alimenta. Al disiparse el primer mesociclón y su tornado asociado, el flujo de la tormenta puede concentrarse en una nueva área más cerca de su centro. Si un nuevo mesociclón se forma, el ciclo puede repetirse, produciendo uno o más tornados nuevos. Ocasionalmente, el viejo mesociclón y el nuevo producen tornados al mismo tiempo.
Aunque esta teoría acerca de cómo surgen, se desarrolla y desaparecen los tornados es ampliamente aceptada, no explica la formación de tornados más pequeños, como las trombas terrestres o los tornados con múltiples vórtices. Todos ellos tienen diferentes mecanismos que influencian su desarrollo, no obstante, la mayoría siguen un patrón similar al aquí descrito.
Tipos
Tornados verdaderos
Tornado de vórtices múltiples
Un tornado de vórtices múltiples o tornado multivórtice es un tipo de tornado en el cual dos o más columnas de aire en movimiento giran alrededor de un centro común. Las estructuras multivórtices pueden presentarse en casi cualquier circulación de aire, pero se las observa frecuentemente en tornados intensos. Estos vórtices generalmente crean pequeñas áreas que causan mayor daño a lo largo de la trayectoria del tornado principal. Este fenómeno es distinto al tornado satélite, el cual es un tornado más débil que se forma muy cerca de otro tornado más grande y fuerte, contenido dentro del mismo mesociclón. El tornado satélite aparenta «orbitar» alrededor del tornado mayor (de ahí el nombre), asemejándose a un tornado multivórtice. No obstante, el tornado satélite es una circulación distinta, y es mucho más pequeño que el embudo principal.
Tromba marina
La tromba marina o manga de agua es simplemente un tornado que se encuentra sobre el agua. No obstante, los investigadores generalmente distinguen las trombas marinas tornádicas de las no tornádicas. Las trombas marinas no tornádicas son menos fuertes pero mucho más comunes, y son similares en su dinámica a los llamados remolinos de polvo y a las trombas terrestres. Se forman en las bases de nubes cumulus congestus en aguas tropicales y subtropicales. Tienen vientos relativamente débiles, paredes lisas con flujo laminar y generalmente viajan muy lentamente, si es que lo hacen. Comúnmente ocurren en los cayos de la Florida, el Río de la Plata, el Río Paraná y al norte del mar Adriático. En contraste, las trombas marinas tornádicas son literalmente "tornados sobre el agua". Se forman sobre ella de manera similar a los tornados mesociclónicos, o bien son tornados terrestres que llegan al agua. Ya que se forman a partir de tormentas fuertes y pueden ser mucho más intensas, rápidas y de mayor duración que las trombas no tornádicas, se les considera más peligrosas.
Tromba terrestre
Una tromba terrestre, también llamada tornado no supercelular, tornado o embudo nuboso o, por su nombre en inglés, landspout, es un tornado que no está asociado con un mesociclón. Su nombre proviene de su denominación como una «tromba marina no tornádica sobre tierra». Las trombas marinas y las terrestres comparten varias características distintivas, incluyendo su relativa debilidad, corta duración y un embudo de condensación liso y de pequeñas dimensiones que con frecuencia no toca el suelo. Estos tornados también crean una distintiva nube laminar de polvo cuando hacen contacto con el suelo, debido a que su mecánica es diferente a la de los tornados mesoformes. Aunque generalmente son más débiles que los tornados clásicos, pueden producir fuertes vientos que igualmente son capaces de causar graves daños.
Circulaciones semejantes a tornados
Gustnado
Un gustnado (término que proviene de gust front tornado, es decir, «tornado de frente de ráfagas») es un pequeño remolino vertical asociado con un frente de ráfagas o una ráfaga descendente. Ya que técnicamente no están conectados con la base de una nube, existe cierto debate sobre si los gustnados son tornados. Se forman cuando un flujo de aire frío, seco y rápido proveniente de una tormenta se encuentra con una masa de aire caliente, húmedo y estacionario cerca del límite del flujo, resultando en un efecto de "redondeamiento" (ejemplificado a través de una nube en rodillo). Si la cizalladura del viento en los niveles inferiores es lo suficientemente fuerte, la rotación puede volverse horizontal o diagonal y hacer contacto con el suelo. El resultado es un gustnado.
Remolino de polvo
Un remolino de polvo o remolino de arena, conocido en inglés como dust devil (literalmente «demonio de polvo») se parece a un tornado en que es una columna de aire vertical en rotación. No obstante, se forman bajo cielos despejados y rara vez alcanzan la fuerza de los tornados más débiles. Se desarrollan cuando una fuerte corriente ascendente convectiva se forma cerca del suelo durante un día caluroso. Si hay suficiente cizalladura del viento en los niveles inferiores, la columna de aire caliente que está en ascenso puede desarrollar un pequeño movimiento ciclónico que puede distinguirse cerca del suelo. A estos fenómenos no se les considera tornados porque se forman cuando hay buen clima y no se asocian con nube alguna. Pueden, no obstante, causar ocasionalmente daños de consideración, especialmente en zonas áridas.
Remolino de fuego
Aquellas circulaciones que se desarrollan cerca de incendios forestales reciben el nombre de remolinos o torbellinos de fuego. No se les considera tornados salvo en el raro caso de que se conecten a una nube pyrocumulus o a otra nube cumuliforme sobre ellos. Los remolinos de fuego por lo general no son tan fuertes como los tornados relacionados con tormentas. Sin embargo, pueden causar daños considerables.
Remolino de vapor
Un remolino de vapor, en inglés llamado steam devil («diablo de vapor») es un término que se utiliza para describir a una corriente ascendente en rotación que implica vapor o humo. Un remolino de vapor es muy raro, pero se forma principalmente a partir de humo emitido por las chimeneas de una central de energía. Las aguas termales y los desiertos también pueden ser zonas aptas para la formación de un remolino de vapor. Este fenómeno puede ocurrir sobre el agua, cuando el frío aire ártico se encuentra con agua relativamente cálida.
Intensidad y daño
La escala Fujita-Pearson y la llamada Escala Fujita mejorada clasifican a los tornados según el daño causado. La escala mejorada (EF por sus siglas en inglés) fue un perfeccionamiento de la vieja escala Fujita, usando estimaciones de vientos y mejor descripción de los daños; sin embargo, fue diseñada para que un tornado clasificado según la escala Fujita recibiera el mismo rango numérico, y fue implementada comenzando en los Estados Unidos en 2007. Un tornado EF0, el más débil según la escala, posiblemente dañe árboles pero no estructuras, mientras que un tornado EF5, el más fuerte, puede arrancar edificios de sus cimientos dejándolos descubiertos e incluso deformar rascacielos. La similar escala TORRO va de T0 para tornados extremadamente débiles a T11 para los tornados más poderosos que se conocen. Datos obtenidos de un radar de impulsos Doppler, la fotogrametría y los patrones en el suelo (marcas cicloidales) igualmente pueden ser analizados para determinar la intensidad y otorgar un rango.
Los tornados varían en intensidad sin importar su forma, tamaño y localización, aunque los tornados fuertes generalmente son más grandes que los débiles. La relación con la longitud de su recorrido y duración también varía, aunque los tornados con mayor recorrido tienden a ser más fuertes. En el caso de tornados violentos, solo presentan gran intensidad en una porción del recorrido, buena parte de esta intensidad proviniendo de subvórtices.
En los Estados Unidos, el 80% de los tornados son clasificados como EF0 y EF1 (de T0 a T3). Cuanto mayor sea la intensidad de un rango, menor es su tasa de incidencia, pues menos de 1% son tornados violentos (EF4, T8 o más fuerte). Fuera del Tornado Alley, y de Norteamérica en general, los tornados violentos son extremadamente raros. Aparentemente esto se debe más que nada al menor número de tornados en general que hay fuera de dicha región, ya que las investigaciones muestran que la distribución de los tornados según su intensidad es bastante similar a nivel mundial. Unos cuantos tornados de importancia ocurren cada año en Europa, áreas del centro-sur de Asia, porciones del sureste de Sudamérica y el sur de África.
Predicción
El pronóstico del tiempo es llevado a cabo regionalmente por muchas agencias nacionales e internacionales. En la mayor parte, ellas también se encargan de la predicción de las condiciones que propician el desarrollo de los tornados.
En Australia, numerosas advertencias de tormentas son proporcionadas por el Bureau of Meteorology («Agencia de Meteorología») de dicha nación. El país se encuentra en proceso de actualizarse para usar sistemas de radares de impulsos Doppler, habiendo alcanzado su primera meta de instalar seis radares nuevos en julio de 2006.
Por otro lado, en el Reino Unido la TORRO (Tornado and Storm Research Organization, u Organización para la Investigación de Tornados y Tormentas) lleva a cabo predicciones experimentales. La Met Office provee pronósticos oficiales para este país, mientras que en el resto de Europa el proyecto ESTOFEX (European Storm Forecast Experiment, o Experimento Europeo de Predicción de Tormentas) proporciona pronósticos del tiempo acerca de la probabilidad de que haya mal clima, y el ESSL (European Severe Storms Laboratory, o Laboratorio Europeo de Tormentas Severas) conserva una base de datos de los eventos.
Igualmente, en los Estados Unidos las predicciones climáticas generalizadas son realizadas por el Storm Prediction Center (Centro de Predicción de Tormentas), con sede en Norman, Oklahoma. En este centro se realizan predicciones probabilísticas y categóricas para los próximos tres días en relación al clima severo, incluyendo tornados. También hay un pronóstico más general que abarca el periodo del cuarto al octavo día. Justo antes del momento en que se espera que se presente una amenaza climática severa, como un tornado, el SPC envía varias alertas referentes al fenómeno, en colaboración con las oficinas locales del Servicio Meteorológico Nacional de ese país.
A su vez, en Japón la predicción y el estudio de los tornados están a cargo de la Agencia Meteorológica de Japón, mientras que en Canadá las alertas y los pronósticos climáticos, incluyendo los de los tornados, son proporcionados por siete oficinas regionales del Servicio Meteorológico de Canadá, una subdivisión de Environment Canada.
Detección
Rigurosos intentos para poder advertir los tornados comenzaron en los Estados Unidos a mediados del siglo XX. Antes de los años 1950, el único método para detectar un tornado era que alguien lo viera. Generalmente, la noticia de un tornado no llegaría a una estación climática local hasta después de la tormenta. No obstante, con el advenimiento del radar meteorológico, las zonas cercanas a las estaciones climáticas tendrían avisos con tiempo del mal clima. Los primeros avisos públicos de tornados aparecieron en 1950 y las primeras alertas de tornados, en 1952. En 1953 se confirmó que los ecos en cadena se encuentran asociados con los tornados. Al reconocer estos patrones, los meteorólogos, estando a varios kilómetros de distancia, pudieron detectar tormentas que probablemente producirían tornados.
Radar
Hoy en día, la mayoría de los países desarrollados cuentan con una red de radares meteorológicos, siendo todavía éste el principal método de detección de posibles tornados. En los Estados Unidos y algunos otros países se utilizan estaciones con radares de impulsos Doppler. Estos aparatos miden la velocidad y dirección radial (si se están acercando o alejando del radar) de los vientos de una tormenta, y así pueden detectar evidencias de rotación en tormentas que están a más de 150 km de distancia. Cuando las tormentas están lejos de un radar, sólo las partes altas de la tormenta son observadas y las importantes áreas bajas no son registradas. La resolución de los datos también decrece en razón de la distancia entre la tormenta y el radar. Algunas condiciones meteorológicas que llevan a la tornadogénesis no son detectables de inmediato a través de radar y en ocasiones el desarrollo de tornados puede ocurrir más rápidamente de lo que un radar puede completar un escaneo y enviar la información. Además, la mayoría de las regiones pobladas de la Tierra ahora son visibles desde el Satélite Geoestacionario Operacional Ambiental (GOES, por sus siglas en inglés), el cual ayuda en el pronóstico de tormentas tornádicas.
Localización de tormentas
A mediados de la década de 1970, el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS) incrementó sus esfuerzos para entrenar individuos que avistaran tormentas e identificaran sus características principales, como fuerte granizo, vientos devastadores y tornados, así como el daño que causan. El programa fue llamado Skywarn, y los que participaron en él fueron asistentes de sheriff locales, policías estatales, bomberos, conductores de ambulancias, operadores de radio, trabajadores de protección civil, cazadores de tormentas y ciudadanos comunes. Cuando se espera mal clima, las estaciones climáticas locales solicitan que estos localizadores de tormentas hagan las búsquedas necesarias y reporten cualquier tornado inmediatamente, para que la oficina pueda enviar un aviso oportuno a la población.
Por lo general los localizadores son entrenados por el NWS en representación de sus respectivas organizaciones, y les reportan a ellas. Las organizaciones activan sistemas públicos de alarma como sirenas y el Emergency Alert System, y dirigen su reporte al NWS. Hay más de 230.000 localizadores climáticos entrenados a través del Skywarn en los Estados Unidos.
En Canadá, una red similar de localizadores voluntarios del clima, llamada Canwarn, ayuda a localizar el mal clima, contando con más de 1000 voluntarios. En Europa, varias naciones se encuentran organizando redes de localizadores bajo el auspicio de Skywarn Europe, y la Tornado and Storm Research Organization (TORRO) ha mantenido una red de localizadores en el Reino Unido desde 1974.
Los localizadores de tormentas son necesarios porque los sistemas de radar como el NEXRAD no pueden detectar un tornado, sólo indicaciones que sugieren su presencia. Los radares pueden dar un aviso antes de que haya evidencia visual de un tornado, pero la información de un observador puede ratificar la amenaza o determinar que la llegada de un tornado no es inminente. La habilidad de un localizador para ver lo que un radar no puede es especialmente importante al aumentar la distancia desde el sitio del radar, porque la señal del radar, al viajar en línea recta, va aumentando progresivamente su altitud respecto al suelo al irse alejando del radar debido a la curvatura de la Tierra, además de que la señal también se dispersa.
Evidencia visual
Los localizadores de tormentas son entrenados para discernir si una tormenta vista a cierta distancia es o no una supercelda. Generalmente miran su parte trasera, la principal región de corrientes ascendentes y flujo de entrada. Debajo de la corriente ascendente hay una base sin lluvia, y en el siguiente paso de la tornadogénesis se forma una nube pared en rotación. La gran mayoría de los tornados intensos ocurren con una nube pared detrás de una supercelda.
La evidencia de que se trata de una supercelda proviene de la forma y la estructura de la tormenta, y otras características de las cumulonimbos como pueden ser una vigorosa columna de corrientes ascendentes, una cima emergente sobre la base de la nube que persiste largo tiempo, una base firme y una apariencia de sacacorchos. Bajo la tormenta y más cerca de donde la mayoría de los tornados se encuentran, evidencias de una supercelda y de la posibilidad de un tornado incluyen bandas de entrada (particularmente curvas), la fuerza del flujo de entrada, la temperatura y humedad del aire que entra, cómo es la proporción del aire que entra y del que sale de la tormenta, y qué tan lejos están el núcleo de precipitación del flanco delantero y la nube pared uno del otro. La tornadogénesis es más probable en la interfase de la corriente ascendente y de la corriente descendente del flanco trasero, y requiere un balance entre el flujo de entrada y el de salida.
Las nubes pared que rotan, mismas que generan tornados, generalmente preceden a éstos entre cinco y treinta minutos. Las nubes pared en rotación son la manifestación visual de un mesociclón. A menos que se dé a un nivel bajo, la tornadogénesis es altamente improbable a menos que ocurra una corriente descendente del flanco trasero, que generalmente es evidenciada visiblemente por la evaporación de una nube adyacente a la esquina de una nube pared. Un tornado generalmente ocurre cuando pasa esto o poco tiempo después; primero, una nube embudo baja a la superficie y en casi todos los casos, para cuando va a mitad de camino, un remolino superficial ya se ha desarrollado, lo que significa que un tornado está en el suelo antes de que la condensación conecte la circulación de la superficie con la tormenta. Los tornados también pueden ocurrir sin nubes pared, bajo líneas de flanqueo. Los localizadores observan todas las partes de una tormenta, así como la base de la nube y la superficie.
Récords
El tornado más extremo del que se tiene registro fue el Tornado Tri-Estatal (Tornado triestatal), que atravesó partes de Misuri, Illinois e Indiana el 18 de marzo de 1925. Posiblemente hubiera sido clasificado como un tornado F5, aunque los tornados no eran clasificados en esa época. Mantiene los récords por haber recorrido la mayor distancia (352 km), la mayor duración (unas 3,5 horas) y la mayor velocidad de desplazamiento hacia el frente para un tornado de importancia (117 km/h) en todo el mundo. Además, es el tornado más mortífero en la historia de los Estados Unidos (695 muertos). También fue en su momento el segundo tornado más costoso de la historia, pero ya ha sido superado por muchos otros sin normalizar. Cuando los costos son normalizados según la riqueza y la inflación, sigue siendo hoy en día el tercer tornado más costoso. El tornado más mortífero a nivel mundial fue el tornado de Daulatpur-Saturia en Bangladés el 26 de abril de 1989, que mató aproximadamente a 1.300 personas. Bangladesh ha tenido al menos 19 tornados en su historia que han matado a más de 100 personas, lo que representa al menos la mitad del total en el resto del mundo.
La mayoría de los récords establecidos para oleadas de tornados corresponden al llamado Super Outbreak (Súper Oleada), que afectó una gran parte del centro de los Estados Unidos y una pequeña zona del sur de Ontario en Canadá entre el 3 y el 4 de abril de 1974. No sólo presentó esta oleada la increíble cantidad de 148 tornados en únicamente 18 horas, sino que también varios de ellos eran violentos; siete eran de intensidad F5 y veintitrés eran F4. Esta oleada llegó a tener dieciséis tornados en la superficie al mismo tiempo en su punto más fuerte. Más de 300 personas, posiblemente hasta 330, murieron a causa de los tornados de esta oleada.
Aunque es casi imposible medir directamente la velocidad del viento del tornado más violento (los anemómetros convencionales serían destruidos por los fuertes vientos), algunos tornados han sido escaneados por unidades móviles de radares Doppler, que pueden proporcionar un estimado certero de la velocidad de los vientos de un tornado. La mayor velocidad medida en un tornado, que es igualmente la mayor velocidad de un viento jamás medida en el planeta, es de 484 ± 32 km/h en el tornado F5 de Moore, Oklahoma. Aunque la medición fue tomada a unos 30 m sobre la superficie, demuestra el poder que tienen los tornados más fuertes.
Fuera de los Estados Unidos también se han dado importantes oleadas de tornados. Otras zonas muy activas en materia de tiempo severo han registrado eventos significativos de tornados, como Europa del Norte y el centro y sur de Sudamérica. Una de las oleadas de tornados más importantes a nivel mundial es el "Trágico Martes 13", denominado así por los meteorólogos y aficionados de Argentina, a la oleada de tornados más importante de la que se tenga registro fuera de los Estados Unidos; durante la noche del 13 de abril de 1993 fueron registrados en la provincia de Buenos Aires, Argentina, alrededor de trescientos tornados con intensidades entre F0 y F3. Otra oleada de tornados significativa fue la llamada "Oleada de tornados de la URSS" de 1984, en la que se registró un tornado de categoría F5 en Ivanovo, Rusia (en ese entonces parte de la Unión Soviética).
Las tormentas que producen tornados pueden presentar intensas corrientes ascendentes, a veces sobrepasando los 240 km/h. Los desechos que levanta un tornado pueden llegar hasta la tormenta principal y ser arrastrados una gran distancia. Un tornado que afectó a Great Bend, Kansas en noviembre de 1915 fue un caso extremo, donde una «lluvia de desechos» ocurrió a 130 km del pueblo, un saco de harina fue hallado a 177 km y un cheque cancelado del Banco de Great Bend fue encontrado en un campo a las fueras de Palmyra, Nebraska 491 km al noreste. Las trombas marinas y tornados han sido utilizados como una posible explicación para ocasiones en que han llovido peces y otros animales.
Seguridad
A pesar de que los tornados pueden atacar en cualquier instante, existen precauciones y medidas preventivas que la gente puede adoptar para aumentar sus posibilidades de sobrevivir a un tornado. Autoridades como el Storm Prediction Center aconsejan contar con un plan contra tornados. Tras ser emitida una alerta de tornado, se debe buscar refugio en un sótano o en una habitación localizada en la parte más interna de una casa resistente ya que esto aumenta en gran medida las posibilidades de sobrevivir. En áreas propensas a tornados, muchos edificios cuentan con refugios especiales para tormentas. Estas habitaciones subterráneas han ayudado a salvar miles de vidas.
Algunos países cuentan con agencias meteorológicas que proporcionan predicciones de tornados e incrementan el nivel de alerta para un posible tornado (de la misma forma que lo hacen los avisos y alertas de tornados en Estados Unidos y Canadá). Las estaciones climatológicas de radio también proporcionan alarmas cuando se libera una advertencia por clima severo para su área local, aunque este tipo de estaciones de radio se encuentran generalmente sólo en los Estados Unidos.
A menos que el tornado esté a gran distancia y sea visible, los meteorólogos aconsejan a los conductores que estacionen sus vehículos fuera del camino (para no bloquear al tráfico de emergencia), y buscar un refugio seguro. Si no hay uno en las cercanías, colocarse en lo profundo de una zanja es la siguiente mejor opción.
Mitos e ideas equivocadas
Uno de los mitos más persistentes asociados con tornados consiste en que abrir las ventanas reducirá el daño causado por el tornado. Aunque existe un marcado descenso en la presión atmosférica en el interior de un tornado fuerte, es improbable que la disminución de presión fuera suficiente para causar que el inmueble explote. Algunas investigaciones muestran que abrir las ventanas puede en realidad incrementar la severidad de los daños del tornado. Sin importar la validez de esta teoría de la explosión, es mejor invertir el tiempo buscando refugio y no abriendo ventanas. Un tornado violento, de cualquier forma, puede destruir una casa sin importar si sus ventanas están abiertas o cerradas.
Otra creencia común es que los pasos elevados en una autopista son un refugio adecuado para protegerse de los tornados. Por el contrario, un paso elevado es un lugar peligroso para refugiarse. En la oleada de tornados de Oklahoma de 1999 del 3 de mayo de 1999, tres pasos elevados de autopistas fueron golpeados por tornados, y en cada una de esas tres localizaciones hubo una muerte, junto con muchos heridos de gravedad. Se cree que el área debajo de los pasos elevados causa un efecto de túnel de viento, en donde se incrementa la velocidad del viento del tornado y de los desechos que acarrea y que pasan por ahí. En comparación, durante la misma oleada de tornados, más de 2.000 hogares fueron completamente destruidos, con otros 7.000 dañados, y aun así solamente unas pocas docenas de personas murieron en sus hogares.
Una vieja creencia es que la esquina de un sótano que esté más cerca del sudoeste proporciona la mayor protección durante un tornado. El lugar más seguro, en realidad, es el extremo o esquina de una habitación subterránea opuesto a la dirección en que se mueve el tornado (generalmente la esquina noreste), o una habitación que no sea subterránea pero que esté lo más internamente posible en su inmueble. Refugiarse debajo de una mesa resistente, en un sótano o debajo de una escalera incrementa las posibilidades de sobrevivir aún más.
Finalmente, hay áreas donde la gente cree estar protegida de los tornados, ya sea por un río, colina o montaña de gran tamaño, o incluso por fuerzas sobrenaturales. Se ha sabido de tornados que han cruzado grandes ríos, escalado montañas y afectado valles. Como regla general, no hay área que esté "a salvo" de los tornados, aunque hay áreas que son más susceptibles que otras, aunque es la excepción en lugares rodeados de montañas.
Referencias
- ↑ Real Academia Española. «Tronada». Diccionario de la lengua española. Disponible en: http://lema.rae.es/drae/?val=tronada Consultado el 21 de julio de 2021.
- ↑ Harper, Douglas (noviembre de 2001). «Tornado» (en inglés). Online Etimology Dictionary. Disponible en: http://www.etymonline.com/index.php?term=tornado Consultado el 21 de julio de 2021.
- ↑ Mish, Frederick C (1996). Merriam Webster's Collegiate Dictionary (en inglés) (10ª edición). Merriam-Webster, Incorporated. ISBN 0-87779-709-9. Disponible en: http://www.merriam-webster.com/dictionary/tornado Consultado el 21 de julio de 2021.
- ↑ Mish, Frederick C (1996). Merriam Webster's Collegiate Dictionary (en inglés) (10ª edición). Merriam-Webster, Incorporated. ISBN 0-87779-709-9.
Bibliografías
- Bluestein, Howard B. (1999). Tornado Alley: Monster Storms of the Great Plains (en inglés). Nueva York, NY: Oxford University Press. ISBN 0-19-510552-4.
- Bradford, Marlene (2001). Scanning the Skies: a History of Tornado Forecasting (en inglés). Norman, OK: University of Oklahoma Press. ISBN 0-8061-3302-3.
- Grazulis, Thomas P. (enero de 1997). Significant Tornadoes Update, 1992-1995 (en inglés). St. Johnsbury, VT: Environmental Films. ISBN 1-879362-04-X.
- Meaden, Terrance (2004). «Wind Scales: Beaufort, T — Scale, and Fujita's Scale» (en inglés). Tornado and Storm Research Organization. Archivado desde el original el 30 de noviembre de 2015.
- Grazulis, Thomas P. (julio de 1993). Significant Tornadoes 1680-1991 (en inglés). St. Johnsbury, VT: The Tornado Project of Environmental Films. ISBN 1-879362-03-1.
- Lyons, Walter A. (1997). «Tornadoes». The Handy Weather Answer Book (en inglés) (2ª edición). Detroit, Michigan: Visible Ink Press. pp. 175-200. ISBN 0-7876-1034-8.
- Antonio Gil Olcina: Climatología. En: Vicente Bielza de Ory, Editor. Geografía General I. Introducción y Geografía física. Madrid: Taurus Ediciones, 1984, 3a edición, 1993, p. 219
- Grazulis, Thomas P.; Flores, Dan (2003). The Tornado: Nature's Ultimate Windstorm (en inglés). Norman, OK: University of Oklahoma Press. pp. p. 256. ISBN 0-8061-3538-7.