Operación Carlota
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Operación Carlota. Es el nombre con el cual se conoce a la ayuda militar internacionalista prestada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba a la República Popular de Angola, con el objetivo de preservar su independencia e integridad territorial, e impedir una invasión de Sudáfrica por su frontera sur.
Desde 1975 hasta 1991, decenas de miles de cubanos cumplieron misión internacionalista en Angola. De ellos murieron más de 3 000, cuyos restos fueron repatriados a Cuba durante la Operación Tributo.
La misión militar cubana en Angola fue decisiva para preservar la independencia total de Angola, el logro de la independencia de Namibia y el fin de la política del Apartheid en Sudáfrica.
Sumario
Historia
Antecedentes
En Enero de 1975, Portugal, incapaz de mantener su dominio colonial sobre Angola, había pactado con las tres organizaciones independentistas de ese país otorgarle su independencia a fines de año.
Mientras, se integraría un gobierno provisional integrado por el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) dirigido por Agostinho Neto, principal representante del pueblo angolano; el Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA), encabezado por Holden Roberto, un conocido agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) liderada por Jonnas Savimbi, un personaje ligado a los círculos económicos dominantes y al régimen sudafricano.
El FNLA y la UNITA, se confabularon desde el inicio contra el MPLA para impedir la verdadera independencia de Angola, apoyados por gobiernos imperiales, en primer lugar los Estados Unidos, además de Francia, Inglaterra, y la complicidad de sus gendarmes regionales: Zaire y Sudáfrica.
La fecha fijada para la independencia de Angola había sido el 11 de noviembre de 1975. Pero las fuerzas reaccionarias violando ese acuerdo, habían organizado, financiado, armado y entrenado a las tropas encargadas de evitar el inminente ascenso del MPLA al poder, a través de las elecciones anunciadas.
Ante el peligro real, el presidente del MPLA, Agostinho Neto, pidió a Cuba ayuda militar para preservar su independencia. Desde inicios de 1965, luego de un encuentro del Che con representantes de esta organización, efectuado en el Congo, Cuba se había comprometido a prestar ayuda a los guerrilleros contra el colonialismo portugués.
A inicios de agosto de 1975, el primer comandante cubano, Raúl Díaz- Argüelles García, inició contactos con el MPLA para concretar la ayuda militar, que al inicio consistió en instructores para cuatro centros de instrucción angolanos que organizarían, prepararían y armarían a unas cincuenta unidades de las FAPLA. Pero las potencias agresoras se daban prisa en su objetivo de impedir la independencia. Por el Norte y por el Sur, tropas agresoras se dirigían ya hacia Luanda con el objetivo de ocupar la capital, dominada por el MPLA, antes del 11 de noviembre.
Operación Carlota
Ante el inminente golpe que hubiese aniquilado a las fuerzas revolucionarias del MPLA y de paso a sus asesores cubanos, el gobierno de Cuba decidió enviar tropas regulares y armamento apropiado para enfrentar y derrotar a los agresores. En un lapso de aproximadamente cinco meses, arribaron de manera incesante a Angola miles de internacionalistas cubanos, fuertemente armados, hasta alcanzar la cifra de 36 000 efectivos.
Así surgió la Operación Carlota, nombre tomado de una esclava libertaria africana que el 5 de noviembre de 1843, encabezó una rebelión en el ingenio Triunvirato, de Matanzas, contra los esclavistas españoles, siendo salvajemente asesinada, atado su cuerpo a caballos que tiraban de forma contraria, hasta descuartizarla.
El 10 de noviembre de 1975, cuando ya las tropas del FNLA apoyadas por mercenarios blancos y regulares sudafricanos y zairenses se preparaban para entrar al día siguiente a Luanda, se produjo la batalla de Quifangondo, donde fuerzas cubanas y de las FAPLA asestaron una rotunda derrota a los agresores del norte, permitiendo que la capital permaneciese en poder del MPLA. Al día siguiente, 11 de noviembre, Agosthino Neto proclamó la independencia y el nacimiento de la República Popular de Angola.
Por el Norte, las tropas agresoras retrocedieron luego de la derrota, pero quedaba la misión de establecer una línea de defensa contra las fuerzas sudafricanas y de la UNITA que avanzaban por el Sur. En esa tarea, el 10 de diciembre del mismo año, caía el jefe de la Misión Cubana, Raúl Díaz- Argüelles García, al ser alcanzado su vehículo por una mina antitanque. Pocos días antes, el 23 de noviembre, una pequeña unidad de tropas especiales cubanas, armadas de cohetes antitanques portátiles y apoyada por fuego de artillería reactiva, había detenido el avance de los blindados sudafricanos en el pequeño poblado de Ebo y les había infligido una costosa derrota.
En el mes de marzo de 1976 ya unos 36 000 cubanos combatían junto a los angolanos. El 27 de marzo de 1976, los últimos militares sudafricanos trascendían el río Cunene y se internaban en territorio de Namibia, país entonces dominado por el régimen del Apartheid. Derrotada la agresión externa el Ministro de las FAR, Raúl Castro Ruz viajó a Angola y se entrevistó con el presidente Agosthino Neto. El gobierno cubano propuso, y Angola aceptó, retirar paulatinamente todas sus tropas regulares en tres años, hasta dejar sólo los instructores[1]. El plan de retirada de las tropas cubanas se puso en marcha de inmediato y ya en el primer trimestre de 1977, aproximadamente 1/3 de los 36 000 efectivos cubanos había regresado a su país.
La invasión de la provincia de Katanga en Zaire por parte las fuerzas del Frente de Liberación Nacional Congolés basificadas en Angola y la consiguiente Primera Guerra de Shaba que se prolongó por tres meses hasta la derrota de los katangueses, mantuvo a los mandos angolanos y cubanos en permanente tensión, ante la posibilidad de un ataque zairense a la República Popular de Angola e interrumpió el retiro de las unidades cubanas. Durante la visita realizada a Angola por el presidente cubano, Fidel Castro Ruz en 1977, se definió – de común acuerdo con el MPLA – la línea estratégica fundamental y el papel de las fuerzas internacionalistas cubanas. Quedó establecido, entonces, que la misión fundamental de las tropas cubanas era evitar una nueva invasión en profundidad por parte de las fuerzas racistas de Sudáfrica. La tarea de la liquidación de los restos de las bandas del FNLA y la UNITA correspondería a las FAPLA [1].
Fin de la operación
La Operación Carlota, concluiría el 25 de mayo de 1991, con el regreso de los últimos 500 militares cubanos que permanecían en la República Popular de Angola. Ya desde 1976, el General de Ejército Raúl Castro había dicho que:
El 7 de diciembre de 1989, fueron repatriados a Cuba los restos de sus nacionales caídos en la Operación Carlota y otras misiones internacionalistas. En todo el país se les rindió homenaje por parte del pueblo como parte de la Operación Tributo.
Referencias
Fuentes
- Gleijeses, Piero. Misiones en conflicto. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 2004
- Guevara Núñez, Orlando. Operación Carlota: El monstruo ante nuestros ojos. Consultado: 15 de enero de 2013.
- Mayoral, María Julia. Nace la Operación Carlota. Consultado: 15 de enero de 2013.
- Carlota y los caídos, en el recuerdo. 16 de noviembre de 2010. Consultado: 15 de enero de 2013.