Enrique Fernández Arbós

Enrique Fernández
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Fue un violinista, director de orquesta y compositor español. Es uno de los principales representantes de la escuela violinística española.
NombreEnrique Fernández Arbós
Nacimiento1863
Madrid, Bandera de España España
Fallecimiento2 de junio de 1939
OcupaciónViolinista, compositor,Director de orquesta

Enrique Fernández Arbós. Violinista, compositor y director de orquesta español. Hijo de un músico militar (clarinetista y director de banda), inició sus estudios solfísticos con su propio padre y los de violín con un amigo de la familia durante una estancia en Valencia. Su primer violín fue regalo de Reyes cuando sólo tenía seis años.

Síntesis biográfica

Nació en Madrid en la noche buena del 24 de diciembre de 1863, hijo de un músico militar (clarinetista y director de banda), inició sus estudios solfísticos con su propio padre y los de violín con un amigo de la familia durante una estancia en Valencia. Su primer violín fue regalo de Reyes cuando sólo tenía seis años.

Su primer profesor de violinista fue Jesús de Monasterio (antiguo alumno de Ch. De Beriot en Bruselas) en el Real Conservatorio de Música de Madrid, donde obtuvo en 1876 el Primer Premio de Violín. De estos años, data su amistad con el pintor Darío de Regoyos, que los mantendría unidos toda la vida y que se vio favorecida por la afición recíproca que el pintor sentía por la música y el músico por la pintura, amén de por la mutua admiración que se profesaban. Al concluir sus estudios en Madrid, obtuvo el premio extraordinario del conservatorio.

Sus excepcionales aptitudes para el violín le valieron una beca de la Infanta Isabel de Borbón para la ampliación de estudios en Bruselas, en 1877. Allí perfeccionó el violín con Vieuxtemps (de cuya obra sería, años más tarde, editor para la casa alemana Peters) y estudió composición con Gevaert, del que también era alumno Isaac Albéniz, con el que hizo Arbós gran amistad. En 1878, con sólo quince años, fue nombrado profesor auxiliar del Conservatorio de Bruselas merced a la que sería última enfermedad de Vieuxtemps. Tocó en la orquesta del centro y realizó numerosas veladas de música de cámara. Gracias a estas participaciones conjuntas, conoció repertorios prácticamente desconocidos, cuando no despreciados, por aquel entonces en España, así los oratorios de Bach y Haendel o la música de cámara de Schubert, Schumann, Brahms o Grieg. Asimismo, recibió lecciones de violín de Wieniawski.

En 1879, obtuvo el premio de excelencia en el conservatorio. En 1880 y merced a los consejos de Joseph Joachim, se trasladó a Berlín.Tras cuatro años en la Musikhochschule de dicha ciudad, regresó a España y se dio a conocer como violinista en conciertos a solo y de cámara. Tenía entonces tan sólo dieciocho años. Su experiencia en Alemania le permitió ampliar el repertorio camerístico, harto breve a la sazón entre los músicos españoles. De este modo, se sabe que fue él quien proporcionó al cuarteto de Jesús de Monasterio la partitura del Gran quinteto en Do Mayor con dos violonchelos D 956 de Schubert. Del mismo modo, sus actuaciones en trío en el palacio de las vizcondes Daupias en Lisboa contribuyeron a la difusión de la música de cámara entre la alta sociedad lisboeta.

En 1884 regresó a Berlín, y fue aquí donde comenzó una carrera internacional casi inusitada entre los músicos españoles del siglo XIX que pocas veces se abrían camino fuera de España y, cuando lo hacían, era como primerísimas figuras solistas (así los tenores Manuel García y Julián Gayarre, el también violinista Pablo Sarasate o el violonchelista y director de orquesta Pablo Casals), pero no como músicos de oficio como fue el caso de Fernández Arbós, que fue concertino de las orquestas Filarmónica de Berlín, de Glasgow y Sinfónica de Boston.

Muerte

Murió en Madrid el 2 de junio de 1939.

Otras facetas de su vida

En 1886, publicó en Berlín sus Tríos españoles. Mientras, renunció a la pensión de la infanta Isabel y comenzó a ganarse la vida con conciertos y composiciones propias. De entre los primeros, destacó su memorable participación en el concierto con el que se estrenó en Berlín la Cuarta Sinfonía de Brahms, en el que interpretó, con su maestro Joachim, el doble concierto del mismo compositor y varias obras como solistas (Joachim dirigía la velada completa). Poco después, y como se ha señalado fue nombrado concertino de la Filarmónica que lo había acompañado.

En 1887, logró la plaza de profesor de violín en Hamburgo (puesto que llevaba aparejados los de concertino de la orquesta sinfónica y primer violín del cuarteto local). Aceptó el puesto y, mientras se produjo el inicio del siguiente curso, pasó algunos meses en la orquesta de Glasgow. De su estancia en Inglaterra consiguió Arbós, además, el conocimiento de la música de Purcell, completamente desconocida en España por aquellas fechas. De regreso a España, donde le ofrecieron la plaza de Monasterio en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid lo que le llevó a renunciar al puesto del Conservatorio de Hamburgo y a establecerse en Madrid, donde pronto pasó a formar parte del mundo intelectual. Así, fue miembro de la tertulia que dio origen al Círculo de Bellas Artes y formó parte de los conjuntos de cámara habituales en los palacios de la reina regente (el Palacio Real) y de la infanta Isabel en la calle de Quintana.

Logró interpretar con éxito alguna de las Sonatas para violín solo de Bach en alguna de las sesiones de la Sociedad de Conciertos que dirigía Tomás Bretón. Dos años permaneció Arbós en el conservatorio madrileño, entre 1887 y 1889. En 1889 durante el verano, tuvieron lugar sus primeras experiencias como director de orquesta en el Casino de Santander.

Durante veinte años permaneció en Inglaterra, en principio como concertista por ciudades de provincia y a las órdenes de un representante que le buscaba trabajos tan dispares, y tan del disgusto del violinista, como la composición de música incidental para unos cuadros plásticos o, siempre en colaboración con Albéniz, de una opereta en inglés (El Ópalo Mágico) que hubo de concluir Albéniz en solitario, pues Arbós saltó a escenarios de primera de la mano, de nuevo, de Joachim, quien interpretó con él el Concierto para dos violines de Bach ante el público londinense en 1892. Fue también en Londres donde compuso su primera obra orquestal: Ausencia (serenata española).

Dos años después, obtuvo la plaza de catedrático de violín del Royal College of Music de Londres, en el que permaneció desde 1894 hasta 1916. Viajó, no obstante, a Madrid en 1903 con motivo de la muerte de sus padres, ocasión que los libretistas Ricardo Monasterio y Celso Lucio aprovecharon para ofrecerle el libreto de la zarzuela El Centro de la Tierra, que Arbós aceptó para aliviar la pesada situación moral. El contraste entre la profesionalidad del compositor y la improvisación del mundo zarzuelero dieron lugar a un estreno accidentado y a un sonoro fracaso (similar probablemente al de Falla: la música estaba demasiado elaborada para cantantes, instrumentistas -e incluso público- de escasa o nula formación musical). Conoció a Pablo Casals, entonces casi un niño, y consiguió que el conde Morphy y la reina María Cristina lo pensionaran.

Al tiempo, la vida musical de Londres lo puso en contacto con lo más granado del mundo musical europeo.

En 1903 le ofrecieron el puesto de solista y concertino de la Orquesta Sinfónica de Boston, lo que le llevó a dejar Londres temporalmente y a instalarse en los Estados Unidos, donde estrenó su Tango. En 1904, volvió a Londres, pero su contacto con España, en la que pasaba los veranos, era cada vez mayor. En ese mismo año, retomó la dirección en la Orquesta del Casino de San Sebastián.

En 1905, estando en Londres, aceptó la dirección de la recién fundada Orquesta Sinfónica de [[Madrid], que hoy lleva en su honor el sobrenombre de "Orquesta Arbós" y en cuyo podio permaneció hasta el estallido de la guerra civil. Fundó en este mismo año The Concert's Club. También dirigió la Sinfónica de Londres. Su labor al frente de la Sinfónica de Madrid hizo de ésta la mejor del Madrid, y aún de la España, de su tiempo.

Entre 1920 y 1931, dirigió varias orquestas en Europa y América.Durante los años treinta, grabó una serie de discos con su orquesta que constituyen hoy impagable testimonio del hacer del maestro madrileño.

En 1933, con motivo de su septuagésimo cumpleaños y de su jubilación como profesor del Conservatorio, se le organizó un homenaje para el que se compusieron una serie de piezas sobre el nombre de ARBÓS, que en notación alemana, algo fantaseada, equivale a las notas La, Re, Si, Do, Sol. Fueron sus autores Oscar Esplá, Joaquín Turina, Ernesto Halffter, Adolfo Salazar, Conrado del Campo y Manuel de Falla, entre otros.

Obras escritas como compositor

  • Pequeña suite española, para orquesta.
  • Tres piezas para violín y orquesta.
  • Tres piezas españolas para violín, cello y piano.
  • Viaje al Centro de la Tierra, ópera cómica.
  • Romanza y Humoresca para cello y piano (no localizada).
  • Cinco canciones para voz y piano (sólo una de ellas está localizada).
  • Orquestaciones de la Iberia de Isaac Albéniz, El sueño de una noche de verano de *Mendelssohn, y La mártir cristiana de Bottesini.

Fuentes