Juan Gualberto Gómez

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Juan Gualberto Gómez
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Nacimiento12 de julio de 1854
Ingenio Vellocino, Sabanilla del Comendador, Matanzas,
capitanía general de Cuba,
Reino de España Bandera de España España
Fallecimiento5 de marzo de 1933
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónPolítico, periodista, legislador
PadresFermín Gómez y Serafina Ferrer

Juan Gualberto Gómez. Patriota matancero. Fundó varias publicaciones periódicas en Cuba y España.

Elegido por José Martí para organizar los preparativos de la Guerra Necesaria dentro de Cuba. Creó Sociedades de Instrucción y Recreo, en las que abogaba por la defensa de la raza de color y la causa independentista.

Se desempeño de manera sobresaliente, en distintos ámbitos intelectuales y políticos, siendo una de las personalidades más descollantes de su tiempo. Patriota insigne de la provincia Matanzas.

Síntesis biográfica

Nació libre el 12 de julio de 1854, en el Ingenio Vellocino, Sabanilla del Encomendador, actualmente Juan Gualberto Gómez , municipio Unión de Reyes, provincia de Matanzas. Sus padres Fermín Gómez y Serafina Ferrer, esclavos domésticos, con sus ahorros compararon el vientre materno, su libertad.

Catalina Gómez, dueña del ingenio sentía un especial cariño por el pequeño Juan Gualberto y por el matrimonio de ex - esclavos, que durante años le habían servido fielmente.

Por lo antes mencionado  ayudó económicamente a la familia para que sumando sus ahorros pudieran trasladarse a La Habana, para proporcionarle una mejor educación a su único hijo, que ya manifestaba dotes de inteligencia natural y disciplina.

En La Habana, Juan Gualberto estudió en los mejores colegios destinados a los niños negros.

Guerra de los Diez Años

Al estallar la Guerra de los Diez Años, ya había llegado al límite de conocimientos que podían proveer los colegios a los negros. El avance de la guerra hacia occidente llenó de temor a los padres, quienes previendo alguna implicación del  hijo decidieron mandarlo a Europa a estudiar. Esta decisión estuvo marcada por el  consejo de su antigua ama, quien les prometió que si lo enviaban a Francia ella los llevaría consigo cuando fuera de vacaciones para que pudieran visitar a su hijo.

En 1869 viajó a París, donde por el día estudiaba carruajería y en las noches comenzó a vincularse con el espíritu revolucionario que dominaba aquella ciudad, donde los hombres eran tratados por igual sin importar el color de la piel.

Trayectoria revolucionaria

Por necesidad empezó su carrera como periodista y se fue involucrando en la política. En 1877, estaba formado, como periodista, polemista y orador; comenzó a dedicarse a uno de los problemas más trascendentales de Cuba: la situación de la población negra y mulata.

Retornó a La Habana a finales de 1878,  donde conoció a José Martí.  A partir de entonces se estrecharía la amistad y la acción revolucionaria de ambos. En 1879, funda el periódico “La Fraternidad”.

Por su vinculación con los clubes revolucionarios y conspiradores de la Guerra Chiquita, fue detenido el 25 de septiembre de 1879 y poco tiempo después confinado en Ceuta. Allí estuvo desde 1880, hasta que las autoridades españolas dieron enviarlo a la Península Ibérica, en 1882; gracias a las gestiones de su amigo Nicolás Azcárate y el connotado abolicionista Rafael María de Labra. Con la obligación de presentarse todas las semanas a las autoridades competentes, se estableció en Madrid. Labra acogió a Juan Gualberto a su círculo de amistades, lo incorporo al periódico El Abolicionista, medio promotor de ideas contra la esclavitud; y a la Sociedad Abolicionista de Madrid.

En Madrid criticó la eufemística Ley del Patronato, promulgada en febrero de 1880 y fue asiduo comentarista del quehacer parlamentario español. Hacia 1883, asumió la dirección del periódico El Progreso y, desde sus páginas, resaltó el derecho de Cuba a la independencia; sus artículos tuvieron la  intención de influir en la voluntad de los  legisladores, quienes debatían el destino de la isla.

En 1890, regresa a Cuba y se consagra a la empresa patriótica de propagar las ideas separatistas por vías legales. Con tales fines, publicó en La Habana los diarios La Fraternidad, primero, y La Igualdad, después; dedicados a la defensa de los derechos de la entonces denominada clase de color. Los artículos de enfoque separatista que dio a conocer fueron detonantes su de encierro durante ocho meses. Es puesto en libertad, una vez más gracias a las gestiones de Labra, quien argumento que el articulista estaba en los marcos de la legalidad proclamada por España.

Su labor patriótica, antirracista y unitaria está marcada por su papel en la organización y conducción del Directorio Central de Sociedades de la Raza de Color de Cuba. Aunque su fundación es anterior a su presencia en la misma, son conocidas las estrechas relaciones que mantuvo con miembros de las sociedades negras, las cuales dado su elevado prestigio, lo consideraron miembro de honor y le consultaron sobre problemas relacionados con sus derechos y necesarias reivindicaciones sociales. El 27 de agosto de 1891, el Directorio, eligió a Juan Gualberto como presidente; a partir de entonces se robustece su accionar a favor de las reivindicaciones de negros y mulatos.

En el primer número de La Igualdad, el 7 de abril de 1892, publica el artículo titulado “Lo que somos”, en el que señala:

“Vamos en busca de la igualdad: blancos, negros y mulatos, todos son iguales para nosotros, y nuestra aspiración consiste en que todos así lo sientan, para que llegue un día en que los habitantes de Cuba no se dividan sino por el concepto que abriguen de las soluciones que se presenten a los problemas políticos, sociales y económicos que se disputan el predominio en el mundo entero”

José Martí, que seguía con atención la actividad política revolucionaria de Juan Gualberto Gómez, congratuló en el periódico Patria, el 16 de abril de 1892, la salida de La Igualdad y destacó que surgía para defender

“las libertades y los intereses permanentes de la sociedad cubana” y “en pro de los ideales de justicia, cultura, engrandecimiento y libertad de la raza negra de la isla de Cuba”

Bajo el dominio colonial español, no tenía cabida el Partido Revolucionario Cubano, por lo cual “La Igualdad”  devino en la práctica su órgano de divulgación; pues la representación del Partido en Cuba estaba a cargo de Juan Gualberto, por encargo de su Delegado, José Martí.

Particular importancia tuvo la celebración en julio de 1892, de una asamblea de todas las sociedades de la raza de color con el objetivo de adoptar acuerdos para una acción unificada en función de las reivindicaciones sociales a que aspiraban. La asamblea resultó exitosa y el programa de acción contemplaba, entre otras, las siguientes demandas:

  • Total igualdad social, política y cultural, como aspiración fundamental.
  • El derecho de los niños negros a asistir a las escuelas municipales.
  • La educación en común, dada al negro y al blanco en las mismas escuelas y por el mismo educador, fuera blanco o negro.
  • La entrada, con derechos iguales, a los espectáculos y servicios públicos.
  • El derecho a viajar en los coches de primera clase de los ferrocarriles.
  • La eliminación de los libros para blancos y para negros en el Registro Civil.

Como consecuencia de la actividad del Directorio se generó una fuerte corriente separatista, situación que no pasó inadvertida para las autoridades. Se  recrudeció la vigilancia sobre algunas sociedades que se vieron obligadas a cerrar sus puertas en las cercanías del estallido de 1895.

Juan Tranquilino Latapier, miembro del Directorio, le correspondió la misión de llevar la orden del alzamiento a la región oriental. Al regreso, se unió a Juan Gualberto en el levantamiento de Ibarra, el 24 de febrero de 1895. Los miembros de las sociedades de color, entre ellos los de La Unión, de Matanzas, se incorporaron a las filas del Ejército Libertador. De ese modo concluyó la tarea del Directorio Central de la Sociedades de la Raza de Color.

El accionar de Juan Gualberto en función de la independencia bajo la orientación de José Martí y PRC, se manifestó en toda Cuba, complementó el trabajo de Martí entre la emigración para consolidar, la unidad del movimiento independentista. Desempeñó una tenaz tarea al consultar a los comprometidos en Cuba sobre la mejor fecha para promover el alzamiento simultáneo. Martí, en magnífica síntesis, lo llamó “hermano mulato”, y lo caracterizó de la siguiente forma:

“Él tiene el tesón del periodista, la energía del organizador y la visión distante del hombre de Estado”.

Guerra Necesaria

José Martí había cursado la orden de alzamiento a Juan Gualberto, el día 29 de enero de 1895. En la tarde del 23 de febrero, víspera del alzamiento procedente de La Habana comienzan a concentrarse los conspiradores Juan Gualberto, Antonio de Jesús López Coloma, José Luis Loret de Mola y otros. A las seis de la mañana del 24 de febrero de 1895, Juan Gualberto y otros dieci­séis patriotas se alzan en La Ignacia, en el actual municipio Limonar, provincia, Matanzas. Juan Gualberto, se responsabiliza patrióticamente con el levantamiento.

Descubiertos y atacados el día 28 de febrero, en un lugar cercano el Cuabal de Santa Elena, resultan prisioneros y encarcelados no pocos. Juan Gualberto, es desterrado nuevamente. Al constituirse el gobierno autonómico español en Cuba, el 1 de enero de 1898, fue puesto en libertad y marchó a Nueva York. En Estados Unidos, el entonces Delegado del Partido Revolucionario Cubano, Tomás Estrada Palma, le pidió su colaboración para el desarrollo de algunas tareas que levantaran el ánimo de los emigrados cubanos.

El 24 de octubre de 1898, aún estaba en Estados Unidos y la Asamblea de Representantes de la Revolución, celebrada en Santa Cruz del Sur, lo eligió como uno de sus miembros. Ya en Cuba, participó en la primera sesión formal de la Asamblea, el 7 de noviembre. En su intervención, dejó clara su posición al afirmar

“estamos reunidos para que seamos la representación natural del elemento revolucionario, y sigamos rigiendo… todos los elementos de la República”.

Se pronunció también porque el territorio cubano fuera evacuado por las tropas españolas, a favor del mantenimiento del espíritu de la Constitución de La Yaya, la situación del Ejército Libertador y sus familiares.

Antes de finalizar el año 1898, se entrevista con Elihu Root, Secretario de la Guerra de los Estados Unidos, cuando este visitó a La Habana. Le planteó que el pueblo cubano quería ser independiente cuanto antes y esperaba que la intervención llegara a su fin lo más pronto posible. Sabía que en el contenido de la Resolución Conjunta y del Tratado de París, estaban los presupuestos jurídicos para la reclamación.

Ocupación norteamericana

El 20 de febrero de 1899, es organizado un acto homenaje en el Liceo de Matanzas al general Máximo Gómez. En un brillante discurso de elogio, Juan Gualberto expresó la necesidad de completar la independencia.

Al ser electo miembro de la Convención Constituyente, desarrolló épicas jornadas de lucha en pos la soberanía nacional, esta vez contra la presencia de tropas yanquis en suelo cubano y contra la imposición de la Enmienda Platt.

El 26 de marzo de 1901, presentó su Ponencia para responder al Gobernador Militar Leonardo Wood, su comunicación sobre la Enmienda Platt. El militar calificó al ponente como hombre de mediocre reputación, en lo moral como en lo político, una vez que conoció impugnación a sus intereses injerencistas. Fue previsor cuando planteó que de aceptarse el documento

“…solo vivirían los gobiernos cubanos que cuenten con su apoyo (el de Estados Unidos) y benevolencia… únicamente tendríamos gobiernos raquíticos y míseros, conceptuados como incapaces desde su formación… En una palabra, sólo tendríamos una ficción de gobierno”.

República neocolonial

En su condición de Senador o como Representante, utilizó siempre su escaño como tribuna para denunciar, las arbitrariedades. Al estallar la llamada Guerrita de Agosto, en 1906, recomendó volver a la paz y la democracia. Su prédica iba acompañada del recelo a la intervención de los Estados Unidos, la cual llegaría en septiembre.

A finales de 1906, el Gobernador Militar Charles Magoon, creó una Comisión Consultiva, con el objetivo de legislar los futuros de la República. Llamó Juan Gualberto, quien desde esa posición defendió el sufragio universal como bien político superior, así como el margen autonómico para provincias y municipios.

La denuncia a los negocios turbios de José Miguel Gómez, no estuvo ausente de sus escritos y discursos después de restaurada la República, en 1909. Para Juan Gualberto, el alzamiento de los Independientes de Color, en mayo de 1912 representó

“un peso ilógico, en una sociedad mestizada y en creciente mestización”.

Repudió la discriminación racial y el pregonado racismo negro, afirmo que este no existía y se daba tal nombre a la reacción ante la asfixia económica y social. Abogó por el retorno de los rebeldes a la legalidad; pero ya era tarde para evitar la masacre gubernamental, circunstancias en que asomaron los acorazados yanquis.

Hacia 1918, clamó en el Senado por la amnistía para los implicados en el alzamiento liberal de 1917, La Chambelona. Insistió  en la necesidad de que existiera un clima de paz, para evitar la aplicación de la Enmienda Platt.

Más tarde, alejado de las actividades como legislador, siguió dando muestras de patriotismo, al enfrentar crítica y abiertamente al gobierno de Gerardo Machado. Tomó partido a favor de los que denunciaban sus pretensiones reeleccionistas y suscribió varios manifiestos que pretendían concientizar a la opinión pública acerca de sus verdaderos objetivos. Pasó ese tiempo rodeado de un ambiente de modestia, sencillez y austeridad, sin ensuciar sus manos con las dádivas gubernamentales.

En República, desarrolló su labor periodística  bajo el seudónimo "G"; sus artículos y crónicas evidenciaron su antianexionismo, rectitud y fidelidad al legado martiano.

Muerte

Muere el 5 de marzo de 1933, en la ciudad de La Habana, a los 78 años de edad.

Homenajes

Su pueblo natal, Sabanilla del Encomendador, municipio, Unión de Reyes, en homenaje adoptó su nombre, el 14 de julio de 1934

El 16 de abril de 1982, se fundó el Museo Municipal de Unión Reyes ¨Juan Gualberto Gómez Ferrer¨.

La Asamblea Provincial del Poder Popular Matanzas, lo nombró Patriota insigne de la provincia y estableció con su nombre la distinción símbolo de la provincia.

Fuentes

  1. Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera Parte. Tomo I. Ediciones Verde Olivo.
  2. Lauzurica González Dr.C Alfredo. Compilación sobre la vida y obra de Juan Gualberto Gómez, a partir de fondos del Archivo Histórico José Jacinto Milanés, de Matanzas.
  3. Martí Pérez, José. Obras Completas, Tomo IV, pp. 418.
  4. Periódico El habanero, La Habana, 8 de junio de 2004.