Capitanía General de Cuba

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Gobierno Español en el Archipielago de Cuba
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Capitanía General del Imperio español y el Reino de España (1833-1931)

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1607–1897

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Bandera Escudo
Bandera Escudo
Ubicación de
Ubicación de la Capitania General de Cuba
Capital La Habana
Idioma principal Castellano
Religión Católica
Gobierno Capitanía General
Rey
 • 1759 - 1788 Carlos III
 • 1886 - 1931 Alfonso XIII
Capitán General
 • 1764 - 1779 Conde de Ricla
 • 1887 - 1898 Ramón Blanco y Erenas
Período histórico Imperio español
 • Reorganización administrativa 1607
 • Cartas Autonómicas de (1897) 1897
Mapa de la Capitania General de Cuba del siglo XVII

La Capitanía General de Cuba fue una entidad territorial, integrante del Imperio español, entre los años 1510 (1607 como capitanía oficialmente) y 1898. Dicha entidad comprendía a la isla de Cuba, la Florida y La Luisiana. Este territorio recibió mayor autonomía desde 1764 como fruto de las Reformas Borbónicas llevadas a cabo en el Virreinato de Nueva España por el Conde de Florida blanca, el cual orientó la política exterior de Carlos III hacia un fortalecimiento de la posición española frente al Reino Unido especialmente en el Mar Caribe.

La administración cubana estuvo dominada desde entonces por Capitanes Generales, militares de oficio en su mayor parte. Desde 1825, el Capitán General de Cuba fue dotado con amplias atribuciones en los ramos de Gobierno, Justicia y Hacienda, además de seguir siendo la máxima autoridad militar. Y a partir de la segunda mitad del siglo XIX el Capitán General de Cuba fue también su Gobernador General al haberse perdido las colonias continentales en América.

Historia

Conquista de Cuba

La conquista de Cuba por España se inicia casi dos décadas después del primer viaje de Cristóbal Colón, como parte del proceso de ocupación que se irradiaba hacia diversas tierras del Caribe. A Diego Velázquez, uno de los más ricos colonos de La Española, se encargó sojuzgar el territorio cubano, que se inició en 1510 con una prolongada operación de reconocimiento y conquista, plagada de cruentos incidentes.

Con la fundación de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, en 1512, los españoles emprendieron el establecimiento de siete villas con el objetivo de controlar el territorio conquistado –Bayamo (1513), la Santísima Trinidad, Sancti Spíritus y San Cristóbal de La Habana (1514), Camagüey (1515)– hasta concluir con Santiago de Cuba (1515), designada sede del gobierno.

El renglón económico dominante en estos primeros años de la colonia fue la minería, específicamente la extracción de oro, actividad en la cual se emplearon indios encomendados así como algunos esclavos negros que se integraron desde muy temprano al conglomerado étnico que siglos después constituiría el pueblo cubano. Desde el siglo XVI, el territorio cubano estuvo bajo el mando del Gobernador y Capitán de Guerra de Santiago, dependiente de la Real Audiencia de Santo Domingo. La Audiencia autorizó el 26 de julio de 1553 que el gobernador residiera en La Habana.

En 1567 el gobernador de Cuba y Adelantado de La Florida, almirante Pedro Menéndez de Avilés, sometió definitivamente a los indígenas y anexionó la península de La Florida a la Gobernación de Cuba. En 1579 fue agregado al cargo de gobernador de Cuba el de capitán general al ser nombrado gobernador el capitán Gabriel de Luján, quien asumió en 1581. En lo gubernativo siguió sujeto el gobernador al virrey de Nueva España, en lo relativo a la marina dependía de los generales de las flotas que se apostaban en el puerto, y en lo judicial dependía de la Audiencia de Santo Domingo.

Capitanía General

Isla de Cuba

Mediante la Real Cédula del 8 de octubre de 1607 el rey Felipe III dividió la Capitanía General de Cuba en dos gobiernos, el Occidental con sede en La Habana y el Oriental con sede en Santiago de Cuba. La jurisdicción del gobernador de La Habana fue fijada por el este hasta cincuenta leguas de la ciudad.

(...) y quiero y es mi voluntad que el de los dichos dos gobernadores tuviere á su cargo el gobierno de la ciudad de San Cristóbal de La Habana y los dichos lugares de su distrito sea y se titule mi gobernador y capitán general de la isla de Cuba y de la dicha ciudad como se han titulado hasta agora los que lo han sido de toda la Isla (...)
Y por los inconvenientes que se considera podrían resultar de lo contrario, mando que mi gobernador y capitán á guerra de la ciudad de Santiago de Cuba y su distrito esté subordinado en todo lo que tocare y fuere dependiente de materias de gobierno y guerra al mi gobernador y capitán general de dicha Isla y ciudad de La Habana (...)

Las villas de Baracoa, Bayamo y Puerto Príncipe (hoy Camagüey) quedaron bajo jurisdicción del gobernador de Santiago de Cuba. Las villas de San Juan de los Remedios, Sancti Spíritus y Trinidad no fueron adjudicadas a ninguno de los gobiernos y quedaron exentas y sujetas directamente al capitán general. La isla fue dividida mediante la orden: mídanse 80 leguas a partir del cabo de San Antonio, y tírese una raya de norte a sur.

A mediados del siglo XVII los franceses ocuparon la mitad de la isla de Santo Domingo, razón por la cual el gobierno colonial de las Antillas fue trasladado a la isla de Cuba en 1795, estableciendo una Real Audiencia en 1797.

La Capitanía General con capital en La Habana recibió notable incremento cuando se dictó la Ordenanza de libre comercio y se promulgó una disposición sobre el tráfico de negros (1790), así como cuando, mediante la Paz de Basilea, España cedió a Francia toda la isla de Santo Domingo, cuya población española, en gran número, abandonó aquel lugar y se dirigió a Cuba. La isla tenía entonces alrededor de 280.000 habitantes. Su famoso Arsenal era un punto de apoyo indispensable para la defensa y el comercio del imperio colonial hispano. El comercio y cultivo de café, cacao, índigo, azúcar y tabaco sustituía por su excelencia la falta de minerales preciosos. Su posición estratégica hizo a la isla objeto de la codicia de ingleses, franceses y holandeses, especialmente de los primeros. En torno de ella se libraron numerosas batallas navales. Uno de sus capitanes generales, don Luis de las Casas, hizo más por el progreso de la isla que muchos otros gobernantes. Tuvo La Habana, Universidad desde 1728, y el gran Colegio de San Carlos, rehecho sobre los vestigios de las instituciones jesuíticas, en 1773.

Guerras independentistas en Cuba
Carlos Manuel de Céspedes, principal figura de la proclamación independentista en Cuba.

El fracaso de la Junta de Información convocada en 1867 por el gobierno metropolitano para revisar su política colonial en Cuba, supuso un golpe demoledor para las esperanzas reformistas frustradas en reiteradas ocasiones. Tales circunstancias favorecieron el independentismo latente entre los sectores más avanzados de la sociedad cubana, propiciando la articulación de un vasto movimiento conspirativo en las regiones centro orientales del país.

El movimiento estalló el 10 de octubre de 1868, al levantarse en armas el abogado bayamés Carlos Manuel de Céspedes, uno de los principales conspiradores, quien en su ingenio La Demajagua proclamó la independencia y dio la libertad a sus esclavos. El alzamiento, secundado poco después por los conspiradores de Camagüey y Las Villas, logró afirmarse, no obstante la despiadada reacción hispana. Mientras los españoles de las ciudades, agrupados en los cuerpos de voluntarios, sembraban el terror entre las familias cubanas convirtiéndose en un influyente factor de las decisiones políticas, el ejército colonial avanzaba sobre Bayamo –la capital insurrecta–, que los cubanos tendrían que abandonar, no sin antes reducirla a cenizas como expresión de su inclaudicable voluntad revolucionaria. En tan difíciles condiciones, el movimiento independentista logró unificarse, aprobando en Guáimaro la constitución que daba lugar a la República de Cuba en Armas. A este movimiento se le denomino Guerra de los Diez Años o como se le conoce también Guerra Grande(1868-1878) el cual, a pesar de no lograr la definitiva independencia de la isla, demostró que si se podía derrocar a la gobernación española reinante en Cuba.

Después de 1878 la situación política y militar de la isla continuó siendo inestable hasta que el 24 de febrero de 1895 estalla la Guerra Necesaria o Guerra del 95. Acción armada organizada por José Martí para lograr la definitiva independencia de Cuba, objetivo que logró en 1898 con la firma del Tratado de París (1898).

Florida española

La Florida española fue la colonia española de Florida, que se corresponde aproximadamente con el estado estadounidense actual de Florida. Los españoles arribaron a la península de Florida en 1513 y permanecieron en ella durante dos largas etapas, formando parte de la Capitanía General de Cuba. La primera de 1565 a 1763 y la segunda de 1784 a 1821, momento en que la colonia fue cedida a los Estados Unidos de América mediante el Tratado de Adams-Onís.

Luisiana española

La Luisiana española fue un territorio que estaba situado al oeste del río Misisipi. Su principal ciudad era Nueva Orleans. En dicho territorio existía una gobernación perteneciente a la Capitanía General de Cuba, dentro del Virreinato de Nueva España entre 1764 y 1803.

Este territorio fue en un principio colonia francesa y luego cedido a España tras el Tratado de París (1763) a cambio de la pérdida de La Florida (recuperada en 1783) y fue devuelto a Francia en 1800 mediante el Tercer Tratado de San Ildefonso.

Forma de gobierno

El gobierno político – militar de la isla de Cuba durante el periodo colonial descansaba en varias estructuras de poder, con un alto grado de interrelación jurisdiccional en cuanto a la competencia de los varios tribunales que para la administración de la justicia coexisten en este período: civiles, militares, eclesiáticas, mercantiles y fiscales.

La forma de gobierno establecida durante este período fue la Capitanía General, la cual fue un oficio que suponía el mando y organización del ejército y la jurisdicción sobre los que formaban parte de éste, común y anexo al cargo de virreyes, presidente-gobernadores y gobernadores –salvo ciertas excepciones– por extensión, se denominó así a la zona territorial donde el Capitán General ejercía sus competencias. En Cuba, debido a su importancia ubicación estratégica, los continuos ataque piratas y el deseo de otras potencias de anexarla a sus dominios, el cargo de Capitán General, y sus funciones, poseyó más relevancia que las propias del oficio.

A la Capitanía General se le subordinaban las Tenencias de Gobierno, dirigidas por un Teniente Gobernador. Los Tenientes de Gobernador fueron creados en el siglo XVIII y en el XIX, los Capitanes Generales siguieron nombrando a estos delegados personales en los municipios, los que ejercían el mando supremo en el orden gobernativo y el militar. Las Tenencias de gobierno estaban divididas en Capitanías de Partido. Desde el gobierno del Conde de Ricla (1762), los capitanes a guerra comenzaron a llamarse Capitanes Pedáneos o Capitanes de Partido; éstos últimos, militares siempre, investidos de funciones gobernativas y políticas. Al Capitán pedáneo podía nombrarlo libremente el Capitán General. Tenía a su cargo el empadronamiento de bienes y personas – especie de censo – y la expedición de pases y licencias para transitar por el territorio. Ejercía la autoridad en poblados que no tenían categoría de villas. Su acción directa los convertía en el instrumento de poder más inmediato en la base social.

Los tenientes de partido estaban subordinados a los Capitanes Pedáneos. Los nombraba el Capitán General a propuesta de los pedáneos. El Cabo de Ronda era un subordinado del Comisario de barrio.

En la segunda mitad del siglo XIX, la Isla de Cuba estaba considerada como una provincia a cargo de un Gobernador Superior Civil, Jefe de la Hacienda pública, Presidente nato del Consejo de la Administración, de los Ayuntamientos y de todas la Juntas y corporaciones administrativas y al mismo tiempo Capitán General, al cual le corresponde el mando superior militar.

Los Gobernadores y Tenientes gobernadores eran jefes de acción en sus localidades, ejerciendo las funciones gubernativas y de policía, siendo vicepresidentes de los Ayuntamientos. Los territorios estaban divididos en partidos (poblaciones de corto vecindario o caseríos del campo en los que la autoridad estaba a cargo de los capitanes de partido, que eran también jueces locales, nombrados por el Gobernador Superior. Los capitanías de Partido se dividían en Tenencias de Partido y éstos en Cuartones. La Tenencia la desempeñaban un Teniente de Partido y el cuartón un cabo de Ronda. Cada uno de estos funcionarios era un eslabón del Gobernador Superior Civil, que de esa manera ejercía su poder directamente desde la cúpula hasta el más bajo peldaño de la escala gubernativa.

Palacio de los Capitanes Generales

El gobierno de la isla tenía como residencia el Palacio de los Capitanes Generales, edificación comenzada a construir (1776) durante la época del Marqués de la Torre, la cual finalizó en 1792, bajo el gobierno de don Luis de las Casas.

El edificio albergaba, además de la Capitanía General, otros departamentos estatales y particulares. La planta alta, con vista a la Plaza de Armas, estaba ocupada por la oficina del Gobernador; en la que da a la Calle Obispo, se encontraban las oficinas del Ayuntamiento Municipal; los entresuelos y la planta baja fueron ocupados por comerciantes y escribanos que alquilaban a plazos sus oficinas. El ala norte que mira hacia la Calle Mercaderes fue destinada a la cárcel pública, luego esta sección fue ocupada por la Real Audiencia, para celebrar sus diferentes congresos.

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Fuentes