Libro de Daniel

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Libro de Daniel
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Autor(es):Daniel
Categoría:Escritura sagrada
Idioma:Hebreo, Arameo, Griego
Lugar:Israel

Libro de Daniel. Es un libro bíblico del Antiguo Testamento que forma parte de los libros proféticos. Fue escrito probablemente entre el 540 a.n.e y el 530 a.n.e Identifica al profeta Daniel como su autor en Daniel 9:2; 10:2. Jesús también menciona a Daniel como su autor en Mateo 24:15.

Ubicación

Es un libro bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo, que en las biblias cristianas se ubica entre los libros de Ezequiel y Oseas.

Es el sexto de los libros proféticos y se lo incluye por los cristianos entre los Profetas Mayores de los cuales es el cuarto, luego de Isaías, Jeremías y Ezequiel.

Propósito de la Escritura

En el 605 a.n.e, Nabucodonosor, rey de Babilonia había conquistado a Judá y deportado a muchos de sus habitantes a Babilonia incluido a Daniel. Daniel sirvió en la corte real de Nabucodonosor y varios gobernantes que siguieron a Nabucodonosor. El Libro de Daniel registra las acciones, profecías, y visiones de eset profeta.

Contenido

El Libro de Daniel puede ser dividido en tres secciones. El capítulo 1 describe la conquista de Jerusalén por los babilonios. Junto con muchos otros, Daniel y sus tres amigos fueron deportados a Babilonia y por su valentía y obvias bendiciones de Dios sobre ellos, fueron promovidos al servicio del rey (Daniel 1:17-20)

Los capítulos 2-7 registran a Nabucodonosor teniendo un sueño que solo Daniel podría interpretar correctamente. El sueño de Nabucodonosor sobre una gran estatua, representaba el reino que se levantaría en el futuro. Nabucodonosor hizo una gran estatua de sí mismo y forzó a todos a adorarla. Sadrac, Mesac y Abed-nego se rehusaron y fueron librados milagrosamente por Dios, a pesar de haber sido echados dentro de un horno de fuego. Nabucodonosor fue juzgado por Dios por su soberbia, pero después restaurado, una vez que reconoció y admitió la soberanía de Dios.

Daniel capítulo 5, registra el mal uso que hizo Belsasar, hijo de Nabucodonosor, de los objetos tomados del templo de Jerusalén; y como respuesta, recibió un mensaje de Dios, escrito en la pared. Solo Daniel pudo interpretar la escritura, un mensaje del juicio venidero de Dios. Daniel es echado al foso de los leones por rehusarse a orar al rey, pero fue librado milagrosamente. Dios le dio a Daniel una visión de cuatro bestias. Las cuatro bestias representaban los imperios de Babilonia, Medo-Persa, Grecia, y Roma.

Los capítulos 8-12 contienen una visión de un carnero, un macho cabrío, y varios cuernos también referente a futuros reinos y sus gobernantes. Daniel capítulo 9, registra la profecía de las “setenta semanas” de Daniel. Dios le dio a Daniel el tiempo preciso cuando el Mesías vendría y sería muerto. La profecía también menciona a un futuro gobernante quien hará un pacto con Israel, el cual romperá al cabo de tres años y medio, seguido poco después por el gran juicio y la consumación de todas las cosas. Daniel es visitado y fortalecido por un ángel después de esta gran visión, el cual le explica la visión a Daniel con gran detalle.

Profecías

En las historias del horno de fuego y de Daniel en el foso de los leones, se puede precisar una referencia profética de la salvación provista por Cristo. Los tres hombres declaran que Dios es un Dios que salva, y quien puede librarlos del horno de fuego (Daniel 3:17). De la misma forma, al enviar a Jesús a morir por nuestros pecados, Dios ha provisto un escape del fuego del infierno (1 Pedro 3:18). En el caso de Daniel, Dios envió un ángel para cerrar las bocas de los leones y salvó a Daniel de la muerte. Jesucristo es la provisión de los peligros del pecado que amenazan con consumirnos.

La visión de Daniel del final de los tiempos representa al Mesías de Israel, por quien muchos serán limpios y purificados (Daniel 12:10). Él es nuestra justificación (1 Pedro 5:21) por quien nuestros pecados, a través de Su sangre, serán lavados y seremos tan blancos como la nieve (Isaías 1:18).

Principales versículos

Daniel 1:19-20, “Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino.”

Daniel 2:31, “Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.”

Daniel 3:17-18, “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.”

Daniel 4:34-35, “Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?”

Daniel 9:25-27, “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

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Fuentes

  • Daniel
  • Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
  • La Biblia de Referencia Thompson, Versión Reina-Valera 1960