Sistema inmunitario

Sistema inmunológico
Información sobre la plantilla
Sistema-inmunologico-NTnva.jpg
Concepto:Es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones, como las bacterias y los virus. A través de una reacción bien organizada, el cuerpo ataca y destruye los organismos infecciosos que lo invaden.

Sistema inmunológico. Sistema, del latín systema, es un módulo ordenado de elementos interrelacionados que interactúan entre sí. Puede tratarse de objetos reales o de conceptos abstractos que están dotados de organización. es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones, como las bacterias y los virus. A través de una reacción bien organizada, el cuerpo ataca y destruye los organismos infecciosos que lo invaden. Estos cuerpos extraños se llaman antígenos. En las personas que gozan de buena salud, el sistema inmunológico puede distinguir entre los tejidos propios del cuerpo y los extraños que lo invaden, tales como virus y bacterias.

Inmunología

Historia

La inmunología es una ciencia que examina la estructura y función del sistema inmunitario. Se origina en la medicina y en los primeros estudios sobre las causas de la inmunidad a las enfermedades. La referencia más antigua a la inmunidad se produce durante la plaga de Atenas en el 430 a. C., donde Tucídides notó que algunas personas que se habían recuperado de un brote anterior de la enfermedad podían atender a los enfermos sin contraer la enfermedad por segunda vez.Esta observación de inmunidad adquirida fue luego utilizada por Louis Pasteur en el desarrollo de la vacunación y en su Teoría microbiana de la enfermedad. La teoría de Pasteur se oponía a las teorías contemporáneas sobre las enfermedades, tales como la Teoría miasmática. No se confirmó que los microorganismos fueran la causa de las enfermedades infecciosas hasta 1891, cuando Robert Koch enunció sus postulados, por los que recibió el Premio Nobel en 1905. En 1901, con el descubrimiento del virus de la fiebre amarilla por Walter Reed, se confirmó que los virus son patógenos humanos.

Se produjo un gran avance en la inmunología hacia el final del siglo XIX, gracias al rápido desarrollo de los estudios de inmunidad humoral y de inmunidad celular. De particular importancia fue el trabajo de Paul Ehrlich, quien propuso la Teoría de la cadena lateral para explicar la especificidad de la reacción antígeno-anticuerpo; sus contribuciones al entendimiento de la inmunología humoral fueron reconocidos con el Premio Nobel en 1908, recibido en conjunto con Elie Metchnikoff, el fundador de la inmunología celular.

Sistema inmune

Está formado por el conjunto de estructuras y procesos biológicos que protegen al organismo al identificar y destruir las células patógenas, los virus, los parásitos, El sistema inmune, por lo tanto, debe apelar a diversos mecanismos que le permiten reconocer y neutralizar los patógenos. Los seres humanos, al igual que el resto de los vertebrados, disponen de mecanismos de defensa muy sofisticados que interactúan en una red dinámica.

Funciones

El Sistema Inmunológico tiene 2 principales funciones.

  • Reconocer sustancias (también llamadas antígenos) extrañas al cuerpo.
  • Reaccionar en contra de ellas. Estas sustancias (o antígenos) pueden ser micro-organismos que causan enfermedades infecciosas, órganos o tejidos transplantados de otro individuo, o hasta tumores en nuestro cuerpo. El adecuado funcionamiento del Sistema Inmunológico provee protección contra enfermedades infecciosas, es responsable de rechazar órganos transplantados, y puede proteger a una persona del cáncer.

Una de las funciones más importantes del Sistema Inmunológico es la protección contra enfermedades infecciosas.

Localización del Sistema Inmunológico

Como todas las partes del cuerpo tienen que estar protegidas contra micro-organismos u otros materiales extraños, el Sistema Inmunológico se encuentra y tiene acceso en todas las partes del cuerpo. Sin embargo los componentes más importantes del Sistema Inmunológico están concentrados en la sangre, timo, huesos, anginas, ganglios, médula ósea, vaso, pulmones, hígado y los intestinos. Cuando una infección empieza en un lugar que solamente tiene unos cuantos componentes del Sistema Inmunológico, como la piel, se mandan señales por el cuerpo para llamar a grandes cantidades de células al sitio de la infección.

Inmunidad

Inmunidad es la habilidad del cuerpo para evitar que se desarrolle una infección al tener anticuerpos contra el patógeno. Muchas enfermedades infecciosas confieren inmunidad (sarampión, escarlatina); en cambio en otras ésta es escasa (gripes y resfriados comunes). Las células del organismo humano tienen la habilidad para defenderse y atacar adecuadamente a un determinado microbio que penetre en el organismo.

Inmunidad adaptativa o inmunidad adquirida

Capacidad de adaptarse, con el paso del tiempo, al reconocimiento de patógenos específicos con mayor eficiencia. La memoria inmunológica se crea a partir de la respuesta primaria a un patógeno específico y permite desarrollar una mejor respuesta ante eventuales encuentros futuros.

Infección

Alteración producida en el organismo por la presencia de ciertos parásitos.La infección es el establecimiento de una interacción entre un huésped y un parásito que conduce a la multiplicación de este en los tejidos del primero. Existen dos extremos en esta relación: que el parásito prolifere y mantenga su número sin producir lesiones (colonización) o bien que ello cause signos y síntomas de inflamación o de perturbación funcional de los órganos del huésped (enfermedad infecciosa). Entre colonización y enfermedad infecciosa se encuentran las infecciones subclínicas o inaparentes.

Antígeno

Un antígeno es cualquier sustancia que hace que el cuerpo cree anticuerpos. Es una sustancia capaz de inducir una respuesta inmune. Originalmente se aplicó el término antígeno a cualquier molécula capaz de inducir la producción de anticuerpos específicos por parte de las células B (generador de anticuerpos). En la actualidad tiene un sentido mucho más amplio, y se aplica a cualquier molécula que pueda ser reconocida específicamente por cualquiera de los elementos del sistema inmunitario adaptativo, es decir, la células B, las células T o ambas. Los antígenos tienen dos características importantes. La primera es inmunogenicidad, la capacidad para estimular la formación de anticuerpos específicos. La segunda es la reactividad, la capacidad para reaccionar de manera específica con los anticuerpos producidos. Un antígeno que tiene estas características es un antígeno completo.

Anticuerpos

Son sustancias químicas que ayudan a destruir los patógenos y neutralizar sus toxinas. Un anticuerpo es una proteína producida por el cuerpo como respuesta a la presencia de un antígeno y es capaz de combinarse de manera eficaz con el mismo. Ésta es esencialmente la definición complementaria de un antígeno. El ajuste específico del anticuerpo con el antígeno depende no sólo del tamaño y la forma del sitio determinante antigénico sino también del sitio correspondiente al anticuerpo, más parecido a la analogía de la cerradura y la llave. (Parecido a la unión específica de la enzima al sustrato). Un anticuerpo, al igual que un antígeno, también tiene una valencia. En tanto que la mayor parte de los antígenos son multivalentes, los anticuerpos son bivalentes o multivalentes. La mayor parte de los anticuerpos humanos son bivalentes.

Reacción antígeno-anticuerpo

Cuando una persona se vacuna contra la viruela, se le administra una sustancia (antígeno) y éste estimula al organismo en la formación de anticuerpos que lo defienden y luchan contra el virus de la viruela (anticuerpos provocados). En ocasiones el organismo produce anticuerpos de una manera natural después de haber sufrido una enfermedad infecciosa, por ejemplo, el sarampión, inmunizando al organismo para siempre (anticuerpos naturales). Los anticuerpos juegan un importante papel en la defensa contra las infecciones y en el desarrollo de diversas enfermedades.

Células del sistema inmunitario

Las respuestas inmunitarias están llevadas a cabo por diversos tipos de células y por las móleculas solubles que secretan. Aunque los linfocitos son esenciales en todas las respuestas inmunitarias, también intervienen otros tipos de células, ya sea transmitiendo señales a los linfocitos o respondiendo ante las citocinas secretadas por los linfocitos T o los macrófagos.

Inflamación

Las células del sistema inmunitario se encuentran distribuidas en todo el organismo. Pero cuando se produce una infección es preciso concentrar dichas células y sus productos en el lugar de infección. Este proceso se manifiesta en forma de inflamación. La inflamación es una respuesta de defensa del cuerpo ante la agresión debida al daño de los tejidos que por lo general se caracteriza por cuatro síntomas fundamentales.

  • Enrojecimiento
  • Dolor
  • Calor
  • Aumento del volumen.

Un quinto síntoma puede ser la pérdida de la función en el área lesionada. Las tres características fundamentales de la inflamación son.

  • Aumento del flujo sanguíneo hacia la zona infectada
  • Aumento de la permeabilidad capilar debido a la retracción de las células endoteliales. De esta forma, pueden escapar de los capilares moléculas más grandes de lo habitual, lo que facilita el transporte de mediadores solubles de la inmunidad hasta el foco de infección.

Fiebre

La causa más frecuente de la fiebre, una temperatura corporal anormalmente alta, es la infección debida a las bacterias ( sus toxinas así como a los virus. La temperatura alta inhibe el crecimiento de ciertos microbios y acelera las reacciones del cuerpo para la solución del problema.

Vacunación

Uno de los campos en que los estudios inmunológicos han tenido una repercusión más inmediata y satisfactoria ha sido el relacionado con la vacunación. El principio de la vacunación se basa en dos de los elementos claves de la inmunidad adaptativa, concretamente en le especificidad y en la memoria del sistema inmunitario. Las células de de memoria permiten a dicho sistema desencadenar una respuesta inmunitaria mucho más enérgica cuando se produce a una exposición a un antígeno previamente conocido. Esta respuesta secundaria se produce más rápidamente y es más intensa que la respuesta primaria. El objetivo que se percibe en el diseño de vacunas es la modificación de un patógeno o de sus toxinas, de tal forma que resulten inocuos, pero sin perder sus propiedades anti génicas. Esto es posible porque los anticuerpos y las células T reconocen determinadas partes de los antígenos, los epitopos, y no al organismo ni a la toxina completa.

Véase también

Fuentes