Abel Córdoba

Abel Córdoba
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NombreAbel Córdoba
Nacimiento19 de julio de 1941
Buenos Aires, Argentina
NacionalidadArgentina
OcupaciónCantor y compositor

Abel Córdoba Cantor y compositor argentino.

Síntesis biográfica

Abel Córdoba, nace en Buenos Aires, en el barrio de Caballito, el 19 de julio de 1941 su familia se traslada a la ciudad de San Francisco, en la provincia de Córdoba, cuando apenas cuenta con pocos días de vida.

Trayectoria

Abel Córdoba, brillante, años de lucha jalonados por una larga vigencia, honor a la amistad y fidelidad a sus maestros y amigos. Dueño de una personalidad cautivante y una enorme profesionalidad. Con una espléndida voz de barítono, sumada a una particular expresión dramática; impresiona por su presencia y el admirable dominio del escenario.

Su fina sensibilidad hace que, aún en los temas más dramáticos, prive una línea melódica en donde luce la dulzura de su media voz, matizada con el torrente de su fuerza expresiva y acompañada por la profundidad de sus bajos y los largos sostenidos finales.


Al abrigo de los tangos de Carlos Gardel, tarareados por su padre, del bandoneón de su primo Raúl y la atenta escucha diaria del Glostora tango club, aprende a entonar las primeras notas.

Tiene 16 años cuando la visita de Alfredo De Angelis en San Francisco, le brinda la posibilidad casual de ser escuchado por Oscar Larroca y Carlos Dante, quienes propician su presencia en el escenario.

Este encuentro es el escalón inicial. Larroca lo vincula a la Orquesta Juventud Triunfadora de Córdoba, donde comienza profesionalmente. Luego pasa a otras orquestas, hasta que forma su propia agrupación dirigida por el bandoneonista Norberto Pivatto.

Abel Córdob], en Córdoba estudia técnica vocal con el profesor Piedrabuena, un excelente barítono que había integrado los elencos del Teatro Colón. El deseo del maestro de inclinarlo hacia la música lírica, sucumbía ante la firme decisión de dedicar su vida al tango.

Luego, emprende una incursión por Buenos Aires y aunque canta en muchos lugares, no lo acompaña la suerte. En esa época participa en cuanto concurso aparecía, pero indudablemente no es su momento. Agotada las posibilidades, se vuelve para San Francisco, con sus veinte años a cuestas. Recorre cantando todos los pueblos entre Rosario y Santa Fe.

En una ocasión, está actuando en la Confitería Oriental, de su ciudad, cuando es escuchado por El Negro Mela, que es el apoderado de Osvaldo Pugliese. Este lo tenta con la posibilidad de una prueba, porque el maestro está buscando una voz joven. Luego de diversas alternativas y pruebas en Rosario donde está a punto de cantar con la orquesta es citado a Buenos Aires para una prueba final. Compite con más de 300 postulantes. De todos ellos quedan cuatro cantores, pero él resulta el elegido por los músicos de la orquesta. Su debut es el 10 de octubre de 1964. Y vale la pena preguntarse: quienes son esos músicos. Nada menos que los maestros: Osvaldo Ruggiero, Julián Plaza, Emilio Balcarce, Arturo Penón, Víctor Lavallén, Alcides Rossi, Oscar Herrero, Julio Carrasco y Enrique Lannoo.

Tiene como compañeros en el canto a Jorge Maciel y Alfredo Belusi, aunque este último se aleja al poco tiempo para volver con el maestro José Basso.

Su primer gran alegría se presenta enseguida cuando parte en gira a Japón. Pactada inicialmente por tres meses, se prolonga a seis. Muy grande es su asombro al llegar, ya que el público que los espera conocía a todos los integrantes, aún a él, que es el más nuevo. Es una gira muy exitosa, en la que se dieron más de noventa conciertos.

En 1968, en el que seis músicos y Jorge Maciel se van de la orquesta para formar el Sexteto Tango. Es un duro golpe para don Osvaldo, quien piensa continuar con un quinteto. Pero la insistencia de su compañera Lidia hace que formara nuevamente la orquesta y Abel continua con él.

Pugliese, continua con muchas giras, que comprenden nuevamente Japón, dos a Francia, seis a Holanda, Bélgica, Finlandia, España y Portugal. Después, tres a Estados Unidos donde visita Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Detroit, San Francisco y a casi todos los países de Latinoamérica. En Ecuador canta frente al Principe Rainiero y las princesas Carolina y Estefanía de Mónaco. La última gira es a Japón y China. Sin olvidar que en ese lapso hace dos presentaciones en el Teatro Colón.

Registra todo un record: 31 años cantando con Pugliese. Es su único cantor desde 1968, hasta 1981, año en que se incorpora Adrián Guida. Hubo esporádicas presentaciones femeninas, como Inés Miguens, Gloria Díaz, María Graña y Nelly Vázquez, quien los acompaña a Cuba. A raíz del fallecimiento de Adrián Guida, en 1994, vuelve a ser el único vocalista, hasta el final de la carrera del maestro.

A partir de la década del sesenta, las compañías grabadoras no prestan mucha atención al tango, por eso no registra tantas grabaciones. Serán alrededor de sesenta los registros, en las que presenta temas tradicionales y otros de autores más actuales.

De sus discos, destacamos: “Enamorado estoy”, “Canción de rango” de Raúl Kaplún y José María Suñé, “Manón” y, muchos años después, “Milonga para Gardel”, junto a Adrián Guida, y “Por unos ojos negros”.

Al deceso del maestro encara la carrera de solista y, en tal carácter, viaja a Holanda, Bélgica y a los Estados Unidos, además de Perú y Ecuador. Con la Orquesta Color Tango hace una larga gira europea. Recorren Italia actuando en Venecia, Trieste, Roma y Lecce haciendo cinco recitales en memoria de Pugliese.

En la actualidad, actúa invitado por varias orquestas, hace sus presentaciones en teatros, locales de Buenos Aires y recorre el país en forma permanente. En agosto de 1999 registra dos grabaciones con la Orquesta Color Tango: “Sueño querido” y “Noches de luna”. Unos años después, cuatro con Fernando Romano: “Los mareados”, “Uno”, “Buenos Aires” y “Nostalgias”.

Ferviente defensor del tango, no oculta su disgusto al recordar la aparición del Club del Clan, que de la mano de Ricardo Mejía, capo de la Victor, se plantea como un requisito la marginación del tango y llega a destruir matrices irrecuperables. Al extremo nos dice que en el Club Estudiantes de la Plata, la comisión directiva llega a pedirle a Osvaldo que no tocara, pagándole igualmente, porque está el Club del Clan y daban bebidas gratis.Osvaldo logra imponerse y la orquesta toca a pesar de la oposición. En otra ocasión, recién llegados de Japón con un éxito impresionante, en unos carnavales del Club Provincial de Rosario, mandan a unos pibes a tirarnos monedas al escenario.

Tiene una gran satisfacción cuando está en Finlandia, le informan que, en Estocolmo, un jurado de diez musicólogos elige como mejor versión del tango “Uno”, la de Pugliese con su participación vocal.

Es muy querido en el ambiente y respetado por sus colegas. Su vida, sin ostentaciones, nos muestra el trabajo y el empuje de aquel joven, que sin soberbia y exhibiendo con orgullo su pasado humilde, decide encarar el camino del canto, deslumbrado por el tango, la pasión de su vida.

Fuentes