Ametralladora

Ametralladora
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Primera Generación de Ametralladoras.jpg
Arma de fuego automática diseñada para disparar una gran cantidad de balas a partir de un cartucho o un cinturón de municiones, y que normalmente y en un lapso breve y de forma sostenida, puede disparar cientos de balas por minuto, debido al mecanismo de disparo automático.

Ametralladora. Las ametralladoras generalmente son pesadas, voluminosas y están montadas sobre un afuste (soporte). El uso moderno de esta palabra se refiere a las ametralladoras automáticas, que fueron precedidas por las ametralladoras manuales con algunos detalles automáticos.

En la primera generación de ametralladoras (La “Mitrailleuse” (Metralleta) Montigny) los disparos y la cadencia se realizaban gracias a la fuerza muscular del sirviente, al accionar éste una manivela.

Historia

Prototipo de ametralladora construida a partir de modelo de Leonardo da Vinci, expuesta en La Habana
Ametralladora Browning.

El deseo de todos los ejércitos de poseer armas capaces de disparar en forma continuada, de descarga o en combinación de ambas, pero en cualquier caso con rapidez, es tan antiguo como la misma pólvora. También lo son las ideas para llevar estos deseos a cabo, siendo la primera, principal y más necesaria la de retrocarga.

Pero la materialización práctica de estos deseos no fue posible (y no por falta de ideas) hasta bien entrado el Siglo XIX cuando la retrocarga, gracias al cartucho metálico tal y como le conocemos hoy día, fue una realidad práctica.

Aunque existieron a lo largo del Siglo XIX armas capaces de disparar de forma parecida a la ametralladora, como las armas Gatling, con media docena o más cañones de fusil dispuestos en posición circular alrededor de un eje y alimentados por un cargador vertical o cilíndrico, no eran verdaderas ametralladoras, ya que la energía para el proceso se obtenía de una manivela accionada por un soldado, mientras que en la ametralladora auténtica solo es necesario montar el cierre del arma y apretar el gatillo para que el arma automáticamente siga disparando hasta soltar el gatillo o agotar la munición.

En 1884 aparece la primera auténtica ametralladora, inventada por el estadounidense nacionalizado británico Hiram Maxim y utilizaba la presión de salida de los gases de proyección para provocar el retroceso del cañón, el montado del cierre, la expulsión del casquillo y la alimentación con otro nuevo cartucho obtenido de una cinta en el lateral del arma.

Maxim realizó demostraciones por toda Europa y su ametralladora fue adoptada por la mayoría de los ejércitos del continente. En 1885 en Estados Unidos el fabricante Browning saca un modelo de ametralladora accionado por el gas que se recoge del cañón a través de un émbolo dentro de un tubo conectado al cañón del arma, sistema adoptado después para los fusiles semiautomáticos y de asalto.

En 1917 Browning saca su modelo más famoso que sigue siendo empleado en la actualidad y que funciona por el retroceso del cañón. Las Browning fueron adoptadas por el ejército estadounidense y en muchos otros países de la OTAN posteriormente, cambiando sus calibres con el tiempo.

Evolución

Impacto en la guerra

La Maschinegewehr 08 (MG08), ametralladora alemana de la Primera Guerra Mundial.

Al aparecer cambió decisivamente el sistema de combatir que no había sufrido grandes evoluciones desde las épocas napoleónicas y junto a la artillería obligó al uso de trincheras y convirtió la guerra en líneas estáticas desde las que se lanzaban asaltos masivos de infantería contra las líneas enemigas que normalmente acababan en masacres inútiles.

Como respuesta a la ametralladora aparecieron el carro de combate para asaltar las líneas defendidas por ametralladoras y las primeras soluciones que permiten a la infantería llevar armas automáticas para el asalto como el subfusil o las primeras ametralladoras ligeras.

Cambios en los modelos

Ametralladora ligera FN Minimi.
Ametralladora CETME Ameli.
Ametralladora de propósito general MG 34.
Ametralladora MG 42.

Ametralladora alemana de la Primera Guerra Mundial, modelo Maschinengewehr 08 (MG08). Durante la Primera Guerra Mundial las ametralladoras eran armas pesadas, montadas sobre un trípode o ruedas al estilo de un pequeño cañón. Para resistir las ráfagas continuas sin quedar inoperativas, los cañones iban montados dentro de cilindros que se podían rellenar con agua para refrigerar el arma.

Las ametralladoras ligeras de la primera guerra y de entreguerras son en apariencia grandes fusiles diseñados para tiro automático como apoyo al pelotón de fusileros tradicional. Armas como la estadounidense BAR (Browning Automatic Rifle) empleada en las dos guerras mundiales o la inglesa ametralladora Bren, empleada en la segunda, entran dentro de esta categoría. Normalmente se alimentan mediante cargadores o tambores de entre 30 y 100 cartuchos y disponen de un pequeño bípode en el extremo para disparar cómodamente tumbado.

El concepto permanece hoy en día, y la mayoría de las ametralladoras actuales de este tipo son fusiles de asalto modificados para dar una mayor duración al cañón, con un bípode y cargadores de más capacidad que los estándares del fusil del que proceden, aunque también hay modelos actuales de cinta diseñados expresamente como ametralladoras ligeras como la ametralladora FN Minimi belga (empleada por el ejército estadounidense y muchos países de la OTAN) y la ametralladora CETME Ameli española.

Los alemanes poco antes de la Segunda Guerra Mundial inventaron a su vez la ametralladora polivalente o media. Este arma puede actuar como una ametralladora de posición normal al estilo de la Primera Guerra Mundial montada en un trípode pesado con miras para actuar hasta 1.200 metros o puede ser desmontada, acoplada a un bípode y utilizada en el rol de ametralladora ligera, pero con una potencia muy superior a las concebidas expresamente como tales.

En la Segunda Guerra Mundial los alemanes emplearon la ametralladora MG34 y la ametralladora MG42, esta una versión simplificada de la anterior, con la mayor parte de sus piezas en chapa estampada para abaratarla. La ametralladora MG42 permanece hasta hoy en día en servicio en la OTAN con la denominación ametralladora MG3. Otros modelos del estilo son la ametralladora M60 estadounidense de la época de Vietnam o la ametralladora PKM rusa.

Ametralladoras antiblindaje

Ametralladora Pesada PKS.

En la Segunda Guerra Mundial apareció también un tipo de ametralladoras de gran calibre, alcance y capacidad de penetración, las ametralladoras pesadas, empleadas normalmente como antiaéreas o para destruir vehículos con poco blindaje, son capaces de literalmente partir a un soldado en trozos, por lo que también se emplean como ametralladoras de posición y suelen ser las elegidas para montarlas en carros de combate como arma auxiliar, blindados de asalto o helicópteros. Con calibres entre el 0.50 (12,70 mm) y 20 mm, muchas tienen casi 3.000 metros de alcance y pueden perforar blindajes ligeros.

Un tipo de arma relacionada con las ametralladoras pero que normalmente necesita ayuda mecánica adicional a los gases del disparo para su funcionamiento es el cañón automático, de entre 20 y 30 mm, montado en torres en blindados de asalto o en helicóptero y aviones de caza. En ocasiones dispone de múltiples tubos al estilo de los antiguos Gatling para soportar el desgaste y calentamiento al que se ve sometida el arma durante su uso.

Este tipo de cañón, que emplea normalmente proyectiles con núcleo perforante y velocidad de más de 1.000 m/s, permite perforar blindajes de más entidad y destrozar vehículos enemigos con gran facilidad. Por ejemplo el cañón automático multitubo GAU-8 de 30 mm que emplea el avión cazacarros Fairchild-Republic A-10 Thunderbolt II es capaz de perforar el blindaje superior de prácticamente cualquier carro de combate o de dañarlo gravemente provocando heridas a los ocupantes por los fragmentos desprendidos.

Desgaste del cañón

Ametralladora M60.

Las ametralladoras son armas que sufren un fuerte desgaste debido a la gran cantidad de impactos y roces de sus mecanismos y a la erosión y calor que se genera en el cañón. Los cañones no suelen resistir más de unos centenares de disparos continuos sin dilatarse de forma que se puede llegar a inutilizar temporalmente el arma, por lo que hay que dosificar los disparos en forma de ráfagas con intervalos, y los rayados del cañón lo desgastan de tal forma que hay que sustituir todo el cañón cada 10.000 ó 15.000 disparos para mantener las características balísticas del arma.

Véase también

Fuentes