Seti I

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Seti I
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Faraón del Antiguo Egipto
SETIII.jpg
Reinado 1303 a 1279 a.n.e.
Nombre real Menmaatra - Seti Merenptah
Nacimiento Avaris, Bandera de Egipto Egipto
Entierro Tumba KV17 del Valle de los Reyes
Predecesor Ramsés I
Sucesor Ramsés II
Consorte Tuya
Descendencia Ramsés II
Dinastía XIX


Sethi I. Faraón de la dinastía XIX de Egipto.

Biografía

Menmaatra Sethy, o Seti I, hijo de Ramsés I y Sitra, fue el segundo faraón de la dinastía XIX de Egipto; gobernó entre los años 1303 y 1279 a.n.e. Fue militar, como su padre, nacido en la región del delta del Nilo, en la zona de Avaris. Su nombre proviene de Seth, el dios de la guerra, de las armas y del ejército, al que Sethy I sirvió como sacerdote antes de ser soldado.

Ascenso al trono

Al convertirse su padre en visir de Horemheb y más tarde en faraón, fue pronto asociado al trono, pero ya por entonces era de edad madura. En su primer año de gobierno en solitario, se lanzó a la temeraria conquista de Palestina, Siria y Fenicia, que habían logrado su independencia durante el reinado de Ajenatón o habían sido conquistadas por los temibles hititas, tradicionales enemigos de Egipto. Las campañas de Sethy por el sur de estos territorios fue un rotundo éxito, sin igual desde los tiempos de Thutmose III y Amenhotep II, pero no se atrevió a ir más al norte por el avance del dominio hitita.

Al subir al trono, Sethy I ya era un padre de familia, y su esposa Tuya, fue ascendida al rango de gran esposa real. Horemheb, Ramsés I y Sethy I debieron pacificar y reordenar Egipto, siendo otra de sus conquistas dominar a los poderosos sacerdotes de Amón, que tras el fin de la revolución de Ajenatón habían vuelto a ser demasiado poderosos. Un éxito en esta batalla silenciosa fue el impedir que los hijos heredasen el cargo. Al mismo tiempo, se potenció el culto a los demás dioses tradicionales, prohibiendo mencionar al dios Atón, especialmente el dios Seth, de quien se hizo restaurar su templo en Avaris.

La dinastía XIX había nacido como una verdadera familia de reyes guerreros, de un claro origen militar. El sucesor de Sethy, el futuro Ramsés II no sería una excepción, y fue debido a la inmensa fama que cobró este faraón que la memoria de Sethy I nos ha llegado, inmerecidamente, algo disminuida. También esta dinastía, sobre todo en sus comienzos, fue una casa real que impulsó grandes construcciones, y sólo los reinados relativamente cortos de Ramsés I y Sethy I impidieron que pudieran terminarse colosales monumentos que más tarde se adjudicaría Ramsés II como propios.

Construcciones

Obelisco de Seti I

Realizó varias construcciones: templo y cenotafio en Abidos, edificios en el templo y encargos de la sala hipóstila de Karnak, con una larga serie de escenas e inscripciones de las guerras del rey, templo principal para el culto del rey, templos de Dra Abu el-Naga, el palacio de verano en Kantir, el santuario de Ptah en Menfis y el templo de Set en Avaris en Luxor, Tebas oeste. Bloques encontrados en Elefantina, inscripciones en el Speos Artemidos, templo de Hatshepsut en Beni Hasan, estela de calcita encontrada en Karnak, estatua en El Kab.

Muerte

Sethy I murió hacia los 40 años, tras un reinado muy similar, incluso en duración, al de Tutmosis I. Le sucedió Ramsés II, con el que había establecido una corregencia para asegurar la sucesión pacífica. La momia de Sethy, una de las mejores conservadas, fue encontrada en 1881 en el escondrijo de Deir el-Bahari y se conserva desde entonces en el museo de El Cairo. Los estudios realizados sobre la momia no arrojan luz sobre los motivos de su temprana muerte. La tumba de Sethy es una de las más grandes del Valle de los Reyes y una de las más bellas. Fue descubierta el 16 de octubre de 1817, su sarcófago, es uno de los más hermosos hallados en Egipto.

Tumba

Este templo es el mayor de todos los que se levantaron en Abidos. Esta tumba cuenta con elementos inusuales al igual que con una estructura igualmente inusitada, caracterizado por tener siete santuarios o capillas en lugar de uno o tres y la disposición en forma de "L" del ala sur. Junto al templo estaban situados los edificios auxiliares tales como almacenes y una sala de audiencias, rodeado todo ello por un muro. El edificio está construido con piedra caliza y arenisca, aunque en el Osireion se utilizó también el granito, está distribuido en dos patios, dos salas hipóstilas, una de ellas con siete capillas a través de una de las cuales se accede a un santuario cuya estructura comprende dos pequeñas salas con tres capillas en cada una de ellas y una cripta. Del ala sur destaca el vestíbulo con otras dos capillas y el corredor o pasadizo a través de él se accede a la Sala de las barcas y posteriormente a una serie de cámaras auxiliares y almacenes. Una de las puertas del pasadizo conduce al exterior llevando al Osireion que se distribuye en una sala central, vestíbulo, antecámara, corredor de entrada y cámara del sarcófago.

La importancia de este templo radica fundamentalmente en las escenas que en él se representan y que recogen parte de la vida de Seti I y Ramsés II, de gran importancia histórica al igual que la llamada Tabla de Abidos. La entrada del Templo era un pilono que separaba el exterior del primer patio. Este primer patio, se encuentra en la actualidad en muy malas condiciones, pero todavía pueden verse dos pozos de agua que utilizaban los sacerdotes en sus abluciones, uno de ellos más grande, y buenas muestras de la decoración que Ramsés II eligió para esta parte del templo entre las que destacan las de su muro este: bajorrelieves con escenas de lucha, representaciones de pueblos extranjeros conquistados. Una de las escenas que llaman la atención es aquella en la que la pierna de un hombre es atrapada por la rueda de un carro, gozando de un realismo tal que incluso la sangre que emana de la herida en el momento del suceso ha sido también recogida en la escena. Todavía pueden verse restos de estatuas osiríacas del rey. En estos muros se nombra a tres reyes con sus correspondientes cartuchos: Ramses II, Merenptah y Ramses III.

Una rampa escalonada permite acceder al primer pórtico adyacente al segundo pilono, del que hoy día tan sólo quedan en pie parte de sus muros y tras los que se encuentra al segundo patio terminado y decorado también por Ramsés II. Los muros del pórtico contienen hornacinas decoradas con escenas que muestran a varios de los hijos del rey y que son distribuidos en función del sexo: los hijos, a la izquierda y las hijas, a la derecha. Todas ellas conservan gran parte de su policromía original. Es en esta zona en donde Ramsés II es representado adorando a la tríada principal del templo: Osiris, Isis y Seti I.

El segundo patio, más elevado que el anterior, tiene una puerta en su lado suroeste (izquierda) que da paso a las dependencias administrativas que antes hemos mencionado. En esta parte del templo está ubicada una estela de ofrenda a Ptah por parte de Ramsés II, además de la estatua de un rey, algo desfigurada por la erosión, dentro de una pequeña capilla. De nuevo, una rampa escalonada es la que permite el paso a la siguiente estancia del templo: el segundo pórtico. La pared del pórtico comunica con la primera sala hipóstila; originalmente tenía siete soportales la mayoría de los cuales fueron tapiados por Ramsés II cuando añadió al templo las secciones exteriores. Los doce pilares y los muros del pórtico contienen escenas de Ramsés II.

Traspasando el pórtico se accede a la primera sala hipóstila del templo, dividida en siete tramos, su techo es sostenido por 24 columnas papiriformes cerradas, a excepción de la última fila de columnas en las que el fuste termina en un ábaco sin signo alguno de capitel. Las columnas muestran a Seti I ante cada uno de los dioses a los que están consagradas las siete capillas en que finaliza la segunda sala hipóstila. La decoración de esta sala fue llevada a cabo por padre e hijo respectivamente. Junto al muro de la entrada se conservan tres cabezas del rey representado con la corona del Alto Egipto y una estela bastante deteriorada.

Siete puertas dan paso a la segunda sala hipóstila que hace de vestíbulo a las siete capillas que se encuentran al fondo de ésta. La sala con treinta y seis columnas, tiene la misma estructura que la anterior, salvo que las columnas, distribuidas en los siete tramos, se encuentran en grupos de seis y no de cuatro como en la primera sala. La decoración se ejecutó en tiempos de Seti I, los pasillos, que cada tramo de columnas habilita en las dos salas hipóstilas, permiten el acceso a las puertas de las siete capillas, situadas en un plano más elevado que la segunda sala hipóstila. Los muros de separación entre cada capilla gozan de una decoración excepcional y una policromía en excelente estado de conservación. Las capillas están dedicadas a Horus, Isis, Osiris, Amón-Ra, Ra-Horajti, Ptah y Seti I deificado.

En cuanto a su estructura y decoración, cada capilla, excepto la de Seti I, se encuentra dividida horizontalmente por dos pilastras a cada lado. Su techo es abovedado. La decoración de los muros interiores, con policromía en los relieves de las capillas de Amón-Ra y Osiris, muestra las distintos rituales y festividades relacionados con el dios correspondiente, salvo la consagrada a Seti I. Seis de las siete capillas tienen al fondo puertas falsas, sólo la de Osiris tiene una puerta verdadera a través de la que se accede a un conjunto de dependencias que constituyen un santuario consagrado a este dios. La primera dependencia a la que se accede es una sala con diez columnas y en cuya decoración está representado el rey realizando ofrendas ante Osiris. Consta de tres capillas en su lado norte, dedicadas a Horus, Seti I e Isis-Hathor. Tras ellas se halla una cripta. Por la zona sur de esa sala se accede a una más pequeña, con cuatro columnas, hornacinas en sus muros y otras tres capillas, hoy día en mal estado de conservación.

Una de las puertas del muro sur (izquierda) al fondo de la segunda sala y adyacente a la capilla de Seti I, da paso a un vestíbulo con tres columnas, que alberga las capillas de culto consagradas a los dioses Ptah-Sokar-Osiris y Nefertum. La segunda puerta del muro sur de la segunda sala da paso a un corredor en cuyos muros se encuentra grabada la llamada "Tabla de Abidos". Seti I muestra a su hijo Ramsés II, que porta la coleta típica de la infancia, Ramsés II lee el papiro que sostiene entre sus manos. La lista onomástica, con setenta y siete reyes, comprende desde el reinado de Menes (Dinastía I) hasta el propio Seti I, aunque no todos los gobernantes se encuentran recogidos en ella, como ocurre con Hatshepsut y aquellos de la época Amarna. Avanzando por el corredor, a mitad de camino hay una entrada que conduce a un pasillo a través del cual se sale al exterior, justo enfrente del Osireion. La decoración de este pasillo data del reinado de Ramsés II. Un poco más hacia el sur, se encuentra la sala de las barcas, de seis columnas, contenía una serie de bancos en donde eran depositadas las barcas de los diversos dioses del templo.

Tras esta sala y ya al final del pasillo, se accede a la llamada "sala de los carniceros" que cuenta con varias cámaras y almacenes. En el fondo sur, una puerta da paso a las dependencias administrativas. Una vez en el exterior del templo, saliendo por el pasillo que comunica con el corredor que nace de la segunda sala, a pocos metros, se encuentra el Osireion o cenotafio de Seti I. La antecámara y la última cámara en que termina el interior del recinto, están dispuestas transversalmente al eje principal y separadas de la cámara de sarcófago, la primera por un pequeño corredor y la segunda, por una de las 17 pequeñas cámaras o nichos que rodean la central, mediante un pequeño pasillo de acceso. Ambas están decoradas en sus muros con escenas de textos funerarios y techos con representaciones astronómicas entre las que destaca la típica imagen de Nut, al igual que en los techos de las tumbas de la época.

La cámara central o cámara del sarcófago, además de los nichos mencionados que la rodean, está rodeado por un canal inundado por la acción de las aguas freáticas. A cada lado, una escalera conduce al sarcófago y al cofre canopo respectivamente. El sarcófago se encuentra en el centro de la cámara. Esta sala central está cargada de un alto contenido simbólico, se trata de un cenotafio, es decir, una falsa tumba en la nunca nadie fue enterrado. La estancia evoca el momento de la Creación: el canal simboliza las aguas de las que surge la colina primordial representada por el túmulo sobre el que se deposita el sarcófago.

Fuentes