Victoriano Hernando Palacios

Victoriano Hernando Palacios
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Nacimientomarzo de 1783
Segovia, Bandera de España España
Fallecimiento23 de marzo de 1866
Bandera de España España
NacionalidadEspañol
CiudadaníaEspañol
OcupaciónMaestro y editor
HijosNo.
FamiliaresGregorio Hernando y Francisco Parra (sobrino)
Obras destacadas“La mujer sensible”, “Colección de muestras de letra bastarda española”, “Premio y castigo”, “Los dos guardias civiles”

Victoriano Hernando Palacios. Maestro y editor consciente del papel primordial que tiene el libro en el aula. Personalidad extraordinaria, nos ofrece el tipo de hombre que todo lo debe a su propio esfuerzo, y el ejemplo a seguir en una vida de superación y trabajo.

Síntesis biográfica

Nació en marzo de 1783, en Aldeanueva de la Serrezuela, Segovia, España, de una modestísima familia de pastores. Sus comienzos fueron dedicarse al pastoreo, su inquietud le llevó a dar múltiples saltos, entre ellos Moradillo y Colmenar. Después se trasladó a Valladolid donde estudió con los monjes Benedictinos y descubre su vocación de maestro ofreciendo clases particulares y desempeñando el cargo de preceptor de las hijas de un Oidor de la Audiencia, tras mucho luchar por la enseñanza, comenzó sus estudios de magisterio.

Del cariño que dedicó a su pueblo natal fue el proporcionarle generosamente libros para la enseñanza y conseguir que el gobierno concediese a su pueblo el término jurisdiccional. Al morir sin descendencia, la Editorial paso por varias etapas de sucesión y gestión. En definitiva un hombre muy humano y emprendedor.

Trayectoria

En 1808 se trasladó a Madrid para seguir en el mundo de la enseñanza y comenzar los primeros pasos de empresario, allí trabajó como maestro pasante, con posterioridad, dirigió su propia escuela. Para ejercer la profesión, según Reales Órdenes, debía aprobar un examen, Hernando presentó un título falso, pero en 1815 obtiene finalmente la certificación, además del puesto de maestro de niños pobres en la Diputación del Barrio del Hospital General.

Fue entonces cuando comenzó una implicación mayor con el mundo de la imprenta: siendo en la imprenta de Don Pío Guzmán donde le entró el gusanillo con el papel pautado. Con su esfuerzo y el gran éxito alcanzado por dicho papel, se lanzó y montó un local en la calle Arenal n° 11, que más tarde llegaría a ser "Librería y Casa Editorial Hernando", creando numerosos puestos de trabajo. A finales del XIX se trasladó a la calle de Isabel Católica, n.º 10. Su objetivo primordial era la educación infantil: pretendía facilitar, por un lado, la escritura mediante un papel pautado o «papel rayado con plomo» y, por otro lado, el contenido de la enseñanza. Sin embargo, la primera En 1838, quedó encargado de informar sobre las inclinaciones políticas de los maestros, junto con compañeros como Dionisio López y Tomás Aria; así como de ejercer labores de tesorería.

Viajó a Inglaterra y a Francia para estar al tanto de las innovaciones pedagógicas. Asimismo, conjugó su labor de editor con la fundación del periódico Las Musas (1837), donde escribieron personalidades como Ramón de Campoamor y Tomás Rodríguez Rubí.

En 1865, delegó parte del oficio en su sobrino Gregorio Hernando. Victoriano Hernando, según Calixto P. Perlado, juró que la librería siempre sería propiedad de miembros de su familia, a pesar de no tener hijos. Sus sobrinos, Gregorio Hernando y Francisco Parra, se involucraron y, finalmente, fueron nombrados herederos de la Casa Hernando.

Muerte

Falleció el 23 de marzo de 1866 con 83 años, en España, dejando un legado que mejoró con creces los deficientes materiales pedagógicos que se encontraban a disposición de los maestros a principios del Siglo XIX.

Publicaciones

Publicó algunos textos en periódicos, en 1826 vio la luz su primer libro escolar: “Colección de muestras de letra bastarda española”. Sin embargo, la primera publicación fue la novela “La mujer sensible”. Novela original compuesta por Manuel Benito Aguirre (1831), a la que le siguieron las obras de ficción “Premio y castigo” o “Los dos guardias civiles” (Tomás M. Pérez y Rodríguez, 1853), Fábulas en verso castellano (Félix María de Samaniego, 1857), “A la quinta de Bregondo” (Pascual Fernández Baeza, 1860) y “La perla de la niñez (Valentín María Mediero, 1864). En 1834, se imprimió “Compendio de Gramática Castellana”, puesta en verso y diálogo.

Fuente