Inocencio Casanova y Fagundo

Inocencio Casanova y Fagundo.
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NombreInocencio Casanova y Fagundo.
Nacimiento1797
La Gomera, Islas Canarias, Bandera de España
Fallecimiento30 de mayo de 1890
La Habana, Bandera de Cuba
NacionalidadCanaria
OcupaciónCapitán de Partido
CónyugePetronila Rodríguez Feo
Hijos12 hijos

Inocencio Casanova y Fagundo. Terrateniente de gran influencia en Cárdenas, adinerado que ayudó a que el pueblo avanzara en grandes partes de la economía, la política y socialmente. Sirvió de gran ayuda para la guerra de liberación en Cuba sirviendo de enlace con los exiliados en Nueva York.

Síntesis biográfica

Nació en La Gomera, Islas Canarias, en 1797. Se estableció muy joven en la comarca de Cárdenas, región en la que fue Capitán de Partido. Hizo fortuna y se estableció, con posterioridad, en el poblado de San Juan de Dios de Cárdenas, sitio en el que contrajo matrimonio con Petronila Rodríguez Feo, natural de Alquízar.

Fue de los primeros en adquirir solares al sudoeste y al noroeste del recién fundado poblado de San Juan de Dios de Cárdenas, los cuales distribuyó poco después, en forma de lotes a censo, decisión que le proporcionó rápidamente ricos dividendos. Estaba considerado uno de los terratenientes más ricos e influyentes de la comarca.

Hacia 1832 era propietario de la finca Caimito, ubicada en las cercanías del poblado matancero de Guamutas, sitio en el cual residía por entonces. En 1840 construyó en Cárdenas una casa de dos plantas, situada en la calle de Coronel Verdugo No.231, de altos, esquina a la de Concha, en la cual residió durante años junto a su familia y en la que nacieron muchos de sus doce hijos.

Hombre de carácter enérgico y batallador sempiterno, entró en pleitos por deslinde de terrenos y solares en el poblado con la familia cardenense de los Saéz. Este pleito duró muchos años. El 4 de abril de 1876, mediante escritura otorgada ante el notario local Ramón José Rodríguez, donó al Ayuntamiento de Cárdenas la manzana de terreno en donde se había construido e inaugurado en 1862 el Hospital Santa Isabel. Dicho terreno, había sido cedido con anterioridad al referido Ayuntamiento, por la familia Sáez, la cual se había apropiado de él indebidamente.

Por tal motivo, en 1879 envió una comunicación al Ayuntamiento de Cárdenas, mediante la cual le solicitaba al mismo que se consignara en los documentos oficiales de la Corporación que había sido él, y no los Saéz, el que verdaderamente había realizado el donativo.

Descendientes

Joaquín, Manuel, José, Pedro, Ricardo, Rafael, Emilia (se convirtió en la esposa de Cirilo Villaverde y fundadora de la Liga de las hijas de Cuba, grupo que apoyaba la lucha de liberación en Cuba desde el exterior), Rosario, Cecilia, María Luisa, Amelia, y Teresa Casanova Rodríguez.

Casi todos sus hijos, prestaron su auxilio a las guerras de independencia de los cubanos contra España; motivo por el cual su familia fue perseguida y vigilada constantemente, teniendo que emigrar en varias ocasiones a los Estados Unidos. En 1870 fue agarrotado en La Habana su hijo Manuel Casanova, por sus ideas independentistas. Su hijo Rafael se educó en Alemania, país en el que se distinguió como escritor científico y como profesor de un renombrado Instituto.

Cargos ocupados

  • Desempeñó desde 1846 el cargo de Procurador o Registrador de la Anotaduría de Hipotecas de Cárdenas
  • De 1845 a 1847 ocupó el cargo de Diputado - Juez de la Diputación de Cárdenas de la Real Junta de Fomento de la Isla de Cuba, la cual se dedicaba a la promoción, cuidado y formación de presupuestos de obras públicas. Construyó un Almacén de Mieles en el litoral de Cárdenas, el cual fue destruido por el gran incendio que arrasó prácticamente el barrio de la Marina la noche del 12 de enero de 1852.

Aporte a la historia

En 1850, poco después de ser tomada la ciudad por el General de origen venezolano Narciso López, un suceso de carácter patriótico, protagonizado por su hija Emilia, cambió radicalmente su vida y la de los suyos. Invitado al banquete con el que lo más graneado del oficialismo español local encabezados por Manuel Fortún, Teniente Gobernador de Cárdenas, conmemoraban la victoria obtenida sobre el General López y sus hombres, acudió al mismo acompañado de su esposa y de su hija Emilia.

Para su sorpresa, esta última, que se había propuesto dar una lección a los opresores de su Patria, se levantó de su asiento a la hora de los brindis, y con voz firme dijo: Brindo por la libertad del mundo!. Al oír la concurrencia esta frase se sorprendió, pero la muchacha prosiguió inmutable: Y lo que es más aún, por la Independencia de Cuba!. No pudo continuar, ya que el escándalo puso fin a los discursos y al banquete.

El Teniente Gobernador de Cárdenas consideró estas palabras un insulto a su autoridad y un atrevimiento revolucionario inaudito. No obstante, su condición de mujer y la lealtad demostrada por su padre al régimen colonial - poco antes había recaudado, junto a unos pocos vecinos del poblado, 641 pesos para los familiares de los soldados españoles muertos durante los sucesos del 19 de mayo de 1850 - evitaron males mayores.

Dos años después, en el verano de 1852, llevando consigo a Emilia y a varios de sus hijos, se traslada a los Estados Unidos, visitando con ellos las Cataratas del Niágara, la ciudad de Nueva York, Saratoga, Albany, Filadelfia y otros sitios de interés de ese país. Al cabo de tres meses, regresó junto a ellos a Cárdenas.

En 1854, al ser descubierta la labor que realizaban Emilia y dos de sus hermanos, cumpliendo orientaciones de la Junta Patriótica de Cuba en Nueva York, para lograr la deserción de varios soldados españoles de la guarnición de Cárdenas; se vio obligado a abandonar con su familia - envuelto en la desconfianza oficial - la Isla, estableciéndose junto a ella en Filadelfia, Estados Unidos. Muy pronto, por amor a sus hijos, hace suyas las ideas independentistas que propugnaban los mismos. La personalidad determinada y afectiva de Emilia y sus hermanos había operado en él el milagro de la transformación ideológica. Un año más tarde, en 1855, luego de la celebración de la boda de su hija Emilia con el importante novelista cubano Cirilo Villaverde, regresó con el resto de los suyos a Cárdenas. En 1857 solicitó y obtuvo del Ayuntamiento de Cárdenas, la legalización de los nuevos repartos de los solares que había trazado en terrenos de su propiedad, ubicados al sur del poblado.

En 1859 donó al Ayuntamiento de Cárdenas el terreno sobre el cual se construyó el edificio de la Casa Consistorial de la ciudad, ocupado en la actualidad por el Museo Oscar María de Rojas. En 1860 fue uno de los ardientes defensores de la idea - que no prosperó - de reincorporar a la Jurisdicción de Cárdenas los partidos de Jíquimas y Macurijes, sitios en los cuales era propietario de numerosas extensiones terrenos. Hacia 1862 fue Regidor del Ayuntamiento de Cárdenas.

El 25 y el 26 de diciembre de ese mismo año participó, en su carácter de Regidor del Ayuntamiento, en las actividades realizadas en Cárdenas, con motivo de la erección de la primera estatua develada pública y solemnemente en América Latina al Almirante Cristóbal Colón. En el verano de 1867, liquidó parte de las propiedades que poseía en Cárdenas y a petición de su hija Emilia, viaja de nuevo a los Estados Unidos, en compañía de sus hijos y de su esposa, donde adquirió varios bienes raíces.

Instalado en West Farms, un lugar distante, a unas nueve millas de Nueva York, conoció en este lugar, en compañía de los suyos la noticia del alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes en su ingenio La Demajagua, hecho ocurrido el 10 de octubre de 1868. Poco después, regresa a Cuba y es perseguido durante la Guerra de los Diez Años por sus ideas liberales y por las de sus descendientes. Tuvo una destacada participación en la captura del vapor Comanditario, adquiriendo de su peculio personal, para llevar adelante esta acción, armas y municiones.

En abril de 1869 fue detenido en La Habana por sus actividades conspiradoras en contra del gobierno colonial español. Gracias a las gestiones realizadas por su hija Emilia con las autoridades norteamericanas, obtiene su libertad y se traslada a los Estados Unidos, país en el cual se acoge a la ciudadanía norteamericana; con la cual regresa a Cuba, pocos años más tarde, para defender sus derechos de propiedad ante el gobierno colonial español. Adquirió en Nueva York, la residencia Legget, ubicada a orillas del canal de Long Islands, lugar en el que se estableció junto a su familia y la de su hija Emilia hasta su regreso nuevamente a la Isla.

En 1872 viajó nuevamente a los Estados Unidos, con objeto de visitar a su hija Emilia. La ocasión fue propicia para que Polo de Bernabé, Ministro de España, se entrevistara con él, solicitándole que persuadiera a Emilia para que abandonara su lucha por la independencia de Cuba.

Donaciones

Donó al Ayuntamiento de Cárdenas para Escuela Pública, la casa de dos plantas de la calle Coronel Verdugo No. 231, en la que residió con su familia durante varios años. En este lugar se estableció la Casa - Escuela Casanova, en la cual se formaron varias generaciones de cardenenses. En 1950 la prestigiosa revista cubana Carteles, publicó un artículo del notable historiador cardenense Leopoldo Horrego Estuch, en el que luego de destacar el papel jugado por él y por su hija Emilia, en el proceso independentista cubano -; denuncia el abandono en que se hallaba sumida esta escuela, la cual fue demolida con posterioridad, debido a su pésimo estado de conservación.

Donó al Ayuntamiento de Cárdenas, con igual fin, la hermosa casa de dos plantas que se había hecho construir en 1840 en la calle de Ayllón No.142. El 1 de diciembre de 1889 se abrió en este lugar el Colegio de Segunda Enseñanza denominada Perseverancia. En 1880 el Ayuntamiento de Cárdenas niega la razonada solicitud que había realizado a esa Corporación, para que se le escindiera de contribuciones durante cinco años, con objeto de proceder a la construcción de una manzana de casas en la calle de Saéz. Por este motivo, desistió de realizar este proyecto, el cual hubiera redundado en beneficio de la urbanización de esta área de la ciudad.

Muerte

En 1884 falleció su esposa en la Isla. Inocencio falleció en La Habana el 30 de mayo de 1890. En reconocimiento a los importantes donativos que realizó a la ciudad de Cárdenas, una calle de la misma lleva su nombre desde el siglo XIX.

El municipio de Nueva York construyó e inauguró en 1922 una escuela en la Avenida Legget - en el sitio en el que se levantaba la residencia en la cual vivió con su familia durante su última estancia en ese país, a la cual se le puso su apellido - en reconocimiento a la labor realizada por él y sus descendientes a favor de la Independencia de Cuba.

Fuentes