Guillermo Rigondeaux

Guillermo
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Boxeador Cubano
NombreGuillermo Rigondeaux Ortiz
Nacimiento30 de septiembre de 1980.
comunidad La Prueba, Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
TítuloDos títulos olímpicos Sydney, 2000 y Atenas, 2004, así como dos mundiales Belfast, 2001 yMianyang, 2005.

Guillermo Rigondeaux Ortiz Boxeador cubano, con una trayectoria excelente en el deporte, Campeón de los Juegos Olímpicos de Sydney, 2000 y Atenas, 2004, y campeón mundial de Belfast, 2001 y Mianyang, 2005.

Síntesis biográfica

Nació en la comunidad La Prueba, en Santiago de Cuba, el 30 de septiembre de 1980.

Inicios en el boxeo

Comienza las practicas del boxeo, a los doce años, participando en competencias escolares y juveniles, con resultados relevantes que demostraban las condiciones para ese deporte; por lo cual, aún en edad juvenil, ingresó en la preselección nacional de mayores, después del debut en el Torneo nacional Playa Girón efectuado en Villa Clara en 1998.

Participación en diferentes eventos nacionales

Participó en el Torneo nacional Playa Girón efectuado en Villa Clara en 1998. donde obtiene la medalla de bronce, pues tras ganar los dos primeros pleitos en la división de los 54 kilogramos ante Stalin López y Yosvany Aguilera cayó en semifinales frente al villaclareño Rencise Pérez Dominguez (5-10).

En 1999 vuelve a ganar la medalla de bronce en el Torneo Playa Girón celebrada en Sancti Spíritus, al ser vencido por el experimentado capitalino Waldemar Fonst (16-4). Parecía que le era esquiva la corona cubana de los pesos gallos, pero en el resto de la carrera llegó a ganar consecutivamente ocho títulos nacionales, desde 2000 a 2007. Después de aquel revés frente a Fonst, consiguió una cadena de 142 victorias sucesivas, hasta el año 2003.

Participación en eventos internacionales

  • En los Juegos Olímpicos del año 2000, celebrados en Sydney, Australia, fue el principal púgil cubano de los pesos gallos, que había demostrado una superioridad manifiesta sobre los rivales, tanto en el país como en el extranjero. En la primera pelea olímpica, con solo dos golpes de izquierda puso fuera de combate (KO), a los 23 segundos, al tunecino Moez Zemzemi. En octavos de finales, el japonés Kazumasa Tsujimoto no llegó frente a él a completar el tercer round (RSC). Una pelea complicada le presentó el turco Agasi Agaguloglu, a pesar del holgado veredicto de 14-5. En semifinales tuvo una prueba de fuego ante el estadounidense Clarence Vinson, y la votación de 18-6 no dejó margen a dudas de superioridad en el ring. El día en que cumplía los veinte años discutió el título frente al difícil ruso Raimkul Malakhbekov, medallista de bronce en la anterior cita olímpica de Atlanta 1996. La pelea transcurrió con completo dominio del cubano frente a un púgil que lo superaba en alcance, condición a veces determinante en las divisiones pequeñas, pero Rigondeaux trabajó de forma efectiva en las distancias media y corta, para acumular la puntuación necesaria (18-12). Ese combate, que le valió la medalla de oro, significó la consagración para este estilista, que combinó rápidos movimientos con una izquierda recta fortísima, además de la depurada técnica que había exhibido en todas las presentaciones. Obtuvo medalla de oro mundial en 2001 en Belfast, Irlanda del Norte, donde derrotó una vez más al japonés Tsujimoto antes del tiempo límite (RSC-2). Similar suerte corrió frente a él Reidar Walstad. Noruega, víctima de las precisas y fuertes combinaciones. El tercer éxito llegó a costa del griego Artur Mikaelian (24-8), y por el pase a la final superó con un depurado boxeo al ucraniano Sergey Danilchenko (15-6). Por la medalla de oro se impuso al turco Aghasi Mammedov, a quien, en un pleito de constantes intercambios, derrotó por puntos 30-24, para escalar a lo más alto del podio.
  • Otro foro importante en el año 2001 fueron los Juegos de Buena Voluntad de Brisbane, Australia, donde, como en la lid del orbe, Rigondeaux volvió a imponerse en esa ocasión por el primer lugar- al ucraniano Danilchenko (12-2). Antes, había dejado en el camino al ruso Afanasi Poskachin (12-8). Así transcurría la carrera triunfante de un púgil que era la admiración de los aficionados y técnicos del mundo entero por la depurada técnica, la poderosa pegada de la mano izquierda, el buen manejo de la derecha y el excelente boxeo en las tres distancias.
  • En 2002 conquistó otro lauro relevante en la Copa del Mundo de Astaná, Kazajstán, evento que por primera vez se celebraba por equipos. En el grupo A, Cuba ganó los doce combates reglamentarios, primero frente a Australia y luego ante Turquía. Los éxitos de Rigondeaux fueron ante Justin Kane y Keren Gurgen, en ambos casos por RSC-1. También aportó una de las ocho victorias que logró el equipo cubano frente a Tailandia en semifinales, al disponer (13-2) de Chotipat Wongprates. En la disputa por el primer lugar, sostuvo una pelea muy cerrada frente a Tolien Kanatov, a quien derrotó 7-6.
  • El año 2003 tenía como principales compromisos para el boxeador cubano el Campeonato Mundial de Bangkok y los Juegos Panamericanos de Santo Domingo. En la lid de Tailandia constituyó una gran sorpresa el que cayera 13-16, en la segunda salida al cuadrilátero, frente a Agasi Mammedov (Azerbaiyán), a la postre titular, quien cortó la impresionante racha de victorias consecutivas del monarca olímpico cubano.
  • En el 2003 mes después de la derrota Rigondeaux se coronó en la cita panamericana de Santo Domingo, donde ganó cuatro pleitos, incluido el de la final, ante el mexicano Abner Mares (17-7). A partir de entonces se inició para él otra asombrosa cadena de éxitos, que no fue interrumpida hasta los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro en 2007.
  • En el 2004 obtiene la segunda faja olímpica, en la cita de Atenas, Grecia. El principal rival allí volvía a ser Agasi Mammedov, aunque el esperado combate final entre ambos se malogró, por haber sido el azerí superado en semifinales por el tailandés Worapoj Petchkoom, para terminar con medalla de bronce. El cubano venció a Liu Yuan China, 21-7), Mehar Ullah Paquistaní, RSC-3), Guennady Kovalev Rusia, 20-5) y Bahodirion Sooltonov Uzbekistán, 27-13). En el pleito conclusivo superó (22-13) al tailandés Petchkoom, para ceñirse otra corona olímpica, con solo veinticuatro años de edad. En los años siguientes Rigondeaux continuó hilvanando éxitos.
  • Durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, Brasil 2007, después de ganar el primer combate, se retiró de la competencia. En febrero de 2009 salió de Cuba, y se inicia en el boxeo profesional, reclutado por el promotor turco-Germano Ahmet Öner, con quien firmó contrato para la Arena Box Promotion. Debutó con éxito como púgil rentado frente al estadounidense Juan Noriega, a quien venció por nocaut técnico en el tercer round, demostrando que sabe adaptarse al tipo de pelea que presente el contrincante, pues domina a la perfección el combate en las tres distancias. Técnicamente, se le pueden señalar escasas deficiencias, a lo cual suma el don de aplicar con maestría las variantes tácticas que se le ordenan.

Guillermo Rigondeaux.- Ahí estaba el alemán —no recuerdo el nombre—, pero había un cubano también que era el que traducía. Después nos encontramos a dos brasileños. El alemán le decía al cubano que tradujera, le decía: "Diles a los muchachos que aquí hay una oferta..." No sé la cifra exacta, pero era bastante dinero el que estaban ofreciendo. Entonces parece que se cansaron de tanto insistir, que se fueron, ellos se fueron como dos días antes y nos dejaron con los dos brasileños de vale todo, Ricardo Arona y el otro no recuerdo el nombre ahora; pero eran dos. Ellos se fueron, los alemanes se fueron.

Entrevista Entrevista Julia Osendi a Rigondeaux y Lara

Julia Osendi le pregunta a Rigondeaux - ¿Ustedes no firmaron ningún contrato?

Guillermo Rigondeaux.- "No, nosotros no firmamos ningún contrato, ellos estaban haciendo la propuesta, pero nosotros todo el tiempo: "No, nosotros nos queremos ir para Cuba". Pero ellos parece que se cansaron tanto que se fueron. Cuando llegaron al aeropuerto la Policía Federal los investigó, pero como no tenían ninguna carta firmada por ningún fiscal no los pudieron coger presos, se fueron, y entonces nos dejaron con los brasileños ahí. Los brasileños insistían: "Miren, no se vayan ya para Cuba, que cuando lleguen allá les espera una sanción grandísima". Y nosotros: "Compadre, nosotros queremos voltar para Cuba". "No, quédense aquí, que mira, qué sé yo, mañana los vamos a llevar; mañana sí, hoy no, mañana", iba pasando el tiempo, iba pasando el tiempo.

A nosotros nos daba más miedo todavía, porque ya la sanción iba aumentando; iba pasando el tiempo, iba pasando el tiempo. Dicen: "Mira, lo que les espera en Cuba... Mira, ahora mismo escribieron por Internet que ya ustedes son desertores de la patria". Y nosotros: "Compadre, nosotros así mismo queremos virar para Cuba".

Entonces, salieron los dueños de la posada cuando la policía llegó, porque nosotros la llamamos, porque había dos pescadores que estaban pescando ahí y les pedimos el número, qué sé yo, el 190; ellos llamaron a la Policía Federal y en 20 minutos estaban ahí. Nos llevaron para el pueblo, hablamos con el Comandante de la policía de ahí. Dice: "¿Ustedes quieren regresar para Cuba?". Y nosotros dijimos: "Sí, nosotros queremos regresar para Cuba". Y dice: "¿Ustedes saben lo que les espera en Cuba?". Y dijimos: "Nosotros estamos dispuestos... Ya, cometimos una indisciplina grave y ahora tenemos que pagar por la indisciplina que cometimos".

Se reunieron varios fiscales, todos nos decían lo mismo: "No se vayan para Cuba, que mira, que en Cuba les esperan grandes sanciones". Y nosotros: "Nosotros queremos regresar para Cuba".

Julia Osendi.- ¿Qué tú experimentas ahora, arrepentimiento, dolor, pesar por lo que hiciste, felicidad por estar aquí con la familia? ¿Qué tiene en la cabeza ahora Guillermo Rigondeaux?

Guillermo Rigondeaux.- "Bueno, ahora me arrepiento; dolor, porque yo era una medalla de oro segura para el país, y el equipo estaba esperando por mí, ya que el equipo bajó un poquito con la ausencia de Erislandy Lara y la mía, que somos la nave proa, los que mantenemos siempre a los muchachos en guardia, y, entonces, me arrepiento ahora por eso, por no alcanzar mi título de Campeón Panamericano".

Julia Osendi.- ¿En algún momento ustedes llevaban los teléfonos de Yurioski Gamboa, de Yan Bartelemí, de Odlanier Solís? ¿Trataron de comunicar con ellos?

Guillermo Rigondeaux.- "No, yo no tenía teléfono; pero ellos sí tenían todos esos teléfonos, ellos sí tenían todo".

Julia Osendi.- ¿El alemán y los brasileños?

Guillermo Rigondeaux.- "Sí, ellos sí tenían todo eso. Ellos hablaban en su idioma, por eso nosotros no podemos decirte muy bien las demás cosas, porque hablaban en alemán".

Julia Osendi.- "¿Y en algún momento ellos les dijeron de ponerlos en comunicación a ustedes con ellos?"

Guillermo Rigondeaux.- "Sí, ellos estaban tratando eso; pero como nosotros lo que queríamos: "No, no nosotros nos vamos para Cuba". Ellos insistían tanto y nosotros: "Nos vamos para Cuba, nos vamos para Cuba". Ellos se fueron parece que un poco disgustados y nos dejaron los brasileños ahí, y se mantenían en contacto unos con otros".

Julia Osendi.- "Rigondeaux, cuando tú viste que a ti se te iba la posibilidad del pesaje porque comiste, porque tomaste, porque hiciste lo que hiciste, ¿qué hicieron, por qué no decidieron virar a la villa en ese momento y afrontar lo mismo que han afrontado ahora? Ahora lo enfrentaron regresando a Cuba. ¿No era más fácil virar a la villa?".

Guillermo Rigondeaux.- "Sí, era más fácil, pero nos daba miedo, porque eso es una grave sanción, eso determina una gran sanción".

Julia Osendi.- "¿Y ahora no es más grave, Rigondeaux?"

Guillermo Rigondeaux.- "Sí, ahora es grave también. Nosotros estamos arrepentidos, estamos dispuestos a hacer lo que sea, porque ya no se puede virar para atrás, ya estamos en la patria, en la Revolución, y ese delito que cometimos hay que pagarlo".

Julia Osendi.- "¿Cómo te has sentido aquí a tu regreso? ¿Cómo ha estado la familia?".

Guillermo Rigondeaux.- "No, la familia está muy bien, aquí todo el mundo nos está apoyando, y todo el mundo nos pregunta: "¿Qué pasó?". Y tenemos que explicarle al pueblo, para que el pueblo conozca la realidad".

Julia Osendi.- "¿Cómo te has sentido acogido?"

Guillermo Rigondeaux.- "Bueno, me he sentido muy acogido, porque yo he tenido mi cadena de victorias invicto para la patria, la Revolución, y sigo siendo uno de los atletas de los más importantes en esta Revolución. Ahora me siento muy adolorido".

Julia Osendi.- "¿Te has sentido apoyado por las personas que te han recibido?"

Guillermo Rigondeaux.- "Sí, las personas que nos han recibido nos dan mucho apoyo y siempre nos dicen que siempre la verdad".

Julia Osendi.- "¿Tú crees que el boxeo cubano en sentido general siempre ha estado acosado, y en este momento más, por la mafia alemana?".

Guillermo Rigondeaux.- "Bueno, la mafia alemana..., esa gente está metida dondequiera, siempre están tratando de sobornar a un atleta, a otro, siempre te ofrecen; siempre están en todas partes".

Julia Osendi.- "¿Qué consejo tú les darías no solo a los boxeadores, sino a los deportistas jóvenes que van por primera vez a un evento, de este tipo múltiple, que tú sabes que están en villas? ¿Qué consejos tú les das, de que asimilen la disciplina —que no es por gusto— que establece la delegación cubana?"

Guillermo Rigondeaux.- "Bueno, la delegación establece una disciplina muy importante, eso no se puede desobedecer, porque ya mira lo que nos pasó a nosotros. Les digo que no se dejen llevar por nada, porque mira lo que nos pasó a nosotros por salir de la villa".

Julia Osendi.- "Es increíble, Rigondeaux".

"Rigondeaux, ¿tú te montaste en el taxi y te fuiste por ahí a tomar el refresco con el ron, el que sé yo, y perdieron la mente?"

Guillermo Rigondeaux.- "Nos asustamos más porque vimos la hora, ya habíamos comido, pero no había regreso atrás porque ya no podíamos bajar de peso, y nos daba más miedo, si virábamos, lo que iba a pasar, porque ya no podíamos pelear, íbamos a perder por la pesa".

Julia Osendi.- "¿Cómo ustedes comieron, porque estaban tomando?"

Guillermo Rigondeaux.- "No, ya comimos, porque nosotros estábamos bajando desde el día anterior de peso para discutir al otro día la medalla de bronce. Ya yo había peleado el día anterior, el día 20, y ya peleaba por la medalla de bronce".

Julia Osendi.- "Sí, sí, así es".

"Explícame una cosa, ¿cuando tú acabaste la pelea, que le ganaste al puertorriqueño, ese día regresaron a la villa y ese mismo día fue el que salieron a comprar a las tiendas?".

Guillermo Rigondeaux.- "Ese mismo día fue que salimos, como a las seis y pico o las siete, más o menos, salimos".

Julia Osendi.- "¿Salieron a las tiendas?"

Guillermo Rigondeaux.- "Sí, porque las tiendas cierran tarde. Ellos nos dijeron: "No, los vamos a llevar a un lugar que es más barato". Nos llevamos por ellos, y empezamos a tomar, nos metimos en los cabarets y eso, y de ahí no viramos más para atrás, hasta ahora que regresamos a la patria".

Julia Osendi.- "¿Está arrepentido, Rigondeaux, de esa indisciplina grave cometida?"

Guillermo Rigondeaux.- "Esa es una indisciplina muy grave y estoy muy arrepentido. Y pienso que más me duele que no alcancé mi título de Campeón Panamericano, que yo soy uno de los atletas que más responsabilidad tengo en esta Revolución. Pienso que estoy muy arrepentido".

Julia Osendi.- "¿Qué espera ahora Guillermo Rigondeaux? ¿Qué crees que suceda? ¿A qué estás dispuesto?"

Guillermo Rigondeaux.- "Bueno, yo estoy dispuesto a cumplir todas las tareas que los máximos representantes digan, y estoy aquí en la patria, en la Revolución. Que cuente conmigo todo el pueblo de Cuba, que yo dentro y fuera del país siempre gano mi medalla de oro".

Julia Osendi.- "Rigondeaux, cuando los alemanes se disgustan, que ellos ven que no hay posibilidades de comprarlos a ustedes, que se quedan allá solos en la playa, ¿qué fue lo que pasó, cómo ustedes logran acceder al pescador, cómo el pescador llama a la policía, qué les decía la policía?".

Guillermo Rigondeaux.- "Bueno, ellos se fueron como dos días antes y nos dejaron con los brasileños. Ellos fueron a almorzar y nosotros salimos y les preguntamos a los pescadores si sabían algún número de la Policía Federal, ellos llamaron al 190, y en 20 minutos ya los policías estaban ahí, y se quedaron los dos brasileños con nosotros. Ya, todo el mundo fue para la Policía Federal y ya allí todos los delegados, todo el mundo nos decía: "Miren, quédense aquí, no vayan para Cuba, que allá en Cuba los está esperando una gran sanción." Y nosotros: "No, nosotros queremos voltar para Cuba". "Oye, ¿seguro, ustedes están seguros de eso?" "No, nosotros sí estamos seguros". Y ya, todo el mundo nos hacía la misma pregunta".

Julia Osendi.- "¿Voltar, regresar?"

Guillermo Rigondeaux.- "Sí, regresar".

Julia Osendi.- "Guillermo Rigondeaux, ¿cómo encontraste la familia, el niño está bien? ¿Cuántos muchachos tienes tú?"

Guillermo Rigondeaux.- "Tengo uno y un hijastro que es más grande, tiene 15 años".

Julia Osendi.- "¿Que lo crías tú también?"

Guillermo Rigondeaux.- "Sí, lo crie yo también, y la familia, mi mamá, mi hermana, todo el mundo se encuentra bastante bien".

Al final regresó a Cuba, pero parece ser que olvidó todo lo que expresara a Julita Osendy en esta conferencia y el 23 de febrero del 2009, abandona el país y llega a Miami, dedicándose al boxeo profesional.

Fuentes