Diferencia entre revisiones de «Carlos María de Rojas»

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| padres = Joaquín de Rojas <br> Isabel Cruzat y Urbizo
 
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'''Carlos María de Rojas Cruzat''' ([[Cárdenas (Matanzas)|Cárdenas]], [[14 de marzo]] de [[1862]] - Cárdenas, [[20 de septiembre]] de [[1945]]) fue un general de brigada y político cubano. Luchador independentista de la ciudad de [[Cárdenas]], en la provincia de Matanzas. Es considerado el patriota insigne de esta ciudad.
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'''Carlos María de Rojas Cruzat'''. General de brigada. Luchador independentista de la ciudad de [[Cárdenas]] en la provincia [[Matanzas]]. Es considerado el patriota insigne de esta ciudad.
  
== Síntesis biográfica ==
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== Síntesis biográfica ==
  
Nació en el seno de una de las familias más ilustres e influyentes del siglo&nbsp;XIX local. Fueron sus padres, Joaquín de Rojas Cachurro, próspero comerciante de origen habanero, el cual se había radicado en Cárdenas luego de conspirar a favor del general anexionista venezolano [[Narciso López]] ―hecho este que le costó prisión― y de Isabel Cruzat y Urbizo, hija del dueño de la firma para la cual trabajó durante varios años Joaquín. Su bautizo se produjo el 9 de julio de 1862 en la iglesia parroquial de Cárdenas.
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Nació el [[14 de marzo]] de [[1862]], en el seno de una de las familias más ilustres e influyentes del [[siglo XIX]] local. Fueron sus padres, Joaquín de Rojas Cachurro, próspero comerciante de origen habanero, el cual se había radicado en Cárdenas luego de conspirar a favor del general anexionista venezolano Narciso López - hecho este que le costó prisión - y de Isabel Cruzat y Urbizo, hija del dueño de la firma para la cual trabajó durante varios años Joaquín. Su bautizo se produjo el [[9 de julio]] de [[1862]] en la iglesia parroquial de [[Cárdenas]].
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Recibió las primeras enseñanzas en la quinta propiedad de la familia, sitio en el que disfrutó de una infancia feliz en compañía de sus padres y hermanos<ref>El matrimonio conformado por Joaquín de Rojas Cachurro e Isabel Cruzat y Urbizu tuvo cinco hijos: Carlos María; Arturo, que cayó macheteado en el Oriente del país durante la guerra del 95; Alberto, quien fue alcalde de [[Cárdenas]] y delegado del Partido Revolucionario Cubano en la ciudad; Oscar María, destacado historiador, miembro del Servicio Secreto del Partido Revolucionario Cubano en Cárdenas y fundador y primer director del Museo y Biblioteca Pública de Cárdenas e Isabel, la cual falleció en [[1879]] durante la terrible epidemia de cólera que azotó a Cárdenas ese año.</ref>. Más tarde, en la década del 70 del [[siglo XIX]], ingresó como interno en los Escolapios de Guanabacoa, plantel en el que aprendió de los sacerdotes catalanes que lo regenteaban el amor a la patria en la que se nace. Durante su estancia en el colegio ocurrió, en [[1874]], la repentina muerte de su madre, suceso que cambió de manera radical la vida de toda la familia.
  
Recibió las primeras enseñanzas en la quinta propiedad de la familia, sitio en el que disfrutó de una infancia feliz en compañía de sus padres y hermanos.<ref>El matrimonio conformado por Joaquín de Rojas Cachurro e Isabel Cruzat y Urbizu tuvo cinco hijos:
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A pesar del rechazo que muy pronto hizo al colegio, continuó estudiando en el mismo hasta graduarse, en [[1878]], de Bachiller en Artes, Ciencias y Letras. Este mismo año, ingresó en la Universidad de La Habana en la Facultad de Derecho Civil y Canónigo. En  1880 abandonó las aulas universitarias y, de inmediato, se trasladó a los Estados Unidos de América con objeto de realizar estudios especiales en la [[Universidad de Harvard]], en donde fue alumno y amigo del importante poeta norteamericano Henry Wadsworth Longfellow<ref>Poeta estadounidense que figura entre los más populares y celebrados de su época. Nació el [[27 de febrero]] de 1807, en Portland (Maine), y estudió en el Bowdoin College. Mientras se preparaba para dedicarse a la enseñanza viajó por Europa. Dio clases de lenguas modernas en Bowdoin (1829-1835) y en la Universidad de Harvard (1835-1854). Más tarde se dedicó por entero a escribir. Murió el 24 de marzo de 1882, en Cambridge (Massachussets).</ref>.
* Carlos María
 
* Arturo (que cayó macheteado en el Oriente del país durante la [[guerra del 95]])
 
* Alberto (quien sería alcalde de Cárdenas y delegado del Partido Revolucionario Cubano en la ciudad)
 
* Oscar María (historiador, miembro del Servicio Secreto del Partido Revolucionario Cubano en Cárdenas y fundador y primer director del Museo y Biblioteca Pública de Cárdenas)
 
* Isabel (la cual falleció en 1879 durante la terrible epidemia de cólera que azotó a Cárdenas ese año).</ref>
 
  
Más tarde, en la década de 1870, ingresó como interno en los [[Escolapios]] de [[Guanabacoa]], plantel en el que aprendió de los sacerdotes catalanes que lo regenteaban el amor a la patria en la que se nace. Durante su estancia en el colegio ocurrió, en 1874, la repentina muerte de su madre, suceso que cambió de manera radical la vida de toda la familia.
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Poco después, envuelto en una peligrosa aventura de amor, decidió dejar de estudiar para regresar a Cuba y dedicarse, como su padre, a la actividad comercial. Asociado al cardenense Antonio B. Zanetti -  quien fuera luego alcalde de [[Matanzas]] y cónsul de Cuba en varios países -  fundó en Puerto Príncipe, capital de la República de Santo Domingo, bajo la razón social de Rojas, Zanetti y Cía., el primer almacén de depósito de mieles que existió en esa nación caribeña.
  
A pesar del rechazo que muy pronto hizo al colegio, continuó estudiando en el mismo hasta graduarse, en 1878, de Bachiller en Artes, Ciencias y Letras. Este mismo año, ingresó en la Universidad de La&nbsp;Habana en la Facultad de Derecho Civil y Canónigo. En 1880 abandonó las aulas universitarias y, de inmediato, se trasladó a los Estados Unidos de América con objeto de realizar estudios especiales en la [[Universidad de Harvard]], en donde fue alumno y amigo del importante poeta estadounidense [[Henry Wadsworth Longfellow]]<ref>[[Henry Longfellow]] fue un poeta estadounidense que figura entre los más populares y celebrados de su época. Nació el [[27 de febrero]] de 1807, en Portland (Maine), y estudió en el Bowdoin College. Mientras se preparaba para dedicarse a la enseñanza viajó por Europa. Dio clases de lenguas modernas en Bowdoin (1829-1835) y en la Universidad Harvard (1835-1854). Más tarde se dedicó por entero a escribir. Murió el 24 de marzo de 1882 en Cambridge (Massachussets).</ref>.
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Una vez más el amor trastoca sus planes, por lo que, decidido a contraer matrimonio con Virginia Bacot y Abgar, joven cardenense a la cual había tratado durante su estancia en los [[Estados Unidos de América]], regresa a [[Cuba]]. Una vez en la Isla, cablegrafió de inmediato a Virginia, quien se hallaba estudiando en la Facultad de Medicina de la [[Universidad de Harvard]], invitándola a contraer matrimonio. La respuesta de la joven no se hizo esperar, por lo que la boda se celebró muy rápido. No obstante, la felicidad conyugal duró muy poco, pues el [[20 de enero]] de 1891 murió su esposa sin dejar descendencia.
  
Poco después, envuelto en una peligrosa aventura de amor, decidió dejar de estudiar para regresar a Cuba y dedicarse, como su padre, a la actividad comercial. Asociado al cardenense Antonio B. Zanetti ―quien fuese luego alcalde de la [[ciudad de Matanzas]] y cónsul de Cuba en varios países― fundó en [[Puerto Príncipe (República Dominicana)|Puerto Príncipe]], capital de la República de Santo Domingo, bajo la razón social de Rojas, Zanetti y Cía., el primer almacén de depósito de mieles que existió en esa nación caribeña.
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Por esta época, Carlos María, en unión de su padre, era ya un próspero comerciante, al figurar como fundador y accionista de importantes sociedades comerciales dedicadas, sobre todo, al comercio de mieles y azúcares. Además, por sus relaciones sociales y su actividad económica, el [[15 de diciembre]] de 1891 es nombrado vicecónsul en Cárdenas de la [[República Argentina]], cargo que desempeñó con acierto hasta su partida al campo insurrecto.
  
Una vez más el amor trastoca sus planes, por lo que, decidido a contraer matrimonio con Virginia Bacot y Abgar, joven cardenense a la cual había tratado durante su estancia en los [[Estados Unidos de América]], regresa a [[Cuba]]. Una vez en la Isla, cablegrafió de inmediato a Virginia, quien se hallaba estudiando en la Facultad de Medicina de la [[Universidad de Harvard]], invitándola a contraer matrimonio. La respuesta de la joven no se hizo esperar, por lo que la boda se celebró muy rápido. No obstante, la felicidad conyugal duró muy poco, pues el [[20 de enero]] de 1891 murió su esposa sin dejar descendencia.
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Entusiasta jugador de béisbol, deporte al que se había aficionado durante su estancia en los Estados Unidos de América, figuró como fundador y presidente honorario del Cárdenas Base Ball Club, responsabilidad que compartía por entonces con las que ocupaba en el Club de Cárdenas, institución situada en los altos del actual hotel La Dominica, Monumento Nacional, y que era el sitio preferencial de reunión de los conspiradores locales. También, ingresó en la Logia Perseverancia, institución en la que con frecuencia se realizaban actividades en favor de la independencia de Cuba y en la que se agruparon por esta época, bajo la denominación de Discípulos de Salomón, varios patriotas de la ciudad y sus alrededores.
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== Actividades revolucionarias  ==
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Entusiasta jugador de béisbol, deporte al que se había aficionado durante su estancia en los Estados Unidos de América, figuró como fundador y Presidente Honorario del Cárdenas Base Ball Club, responsabilidad que compartía por entonces con las que ocupaba en el Club de Cárdenas, institución situada en los altos del actual hotel “La Dominica”, Monumento Nacional, y que era el sitio preferencial de reunión de los conspiradores locales. También, ingresó en la Logia Perseverancia, institución en la que con frecuencia se realizaban actividades en favor de la independencia de Cuba y en la que se agruparon por esta época, bajo la denominación de ²Discípulos de Salomón², varios patriotas de la Ciudad y sus alrededores.  
  
Por esta época, Carlos María, en unión de su padre, era ya un próspero comerciante, al figurar como fundador y accionista de importantes sociedades comerciales dedicadas, sobre todo, al comercio de mieles y azúcares. Además, por sus relaciones sociales y su actividad económica, el [[15 de diciembre]] de 1891 es nombrado vicecónsul de la [[República Argentina]] en Cárdenas, cargo que desempeñó con acierto hasta su partida al campo insurrecto.
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En [[1893]], durante la visita clandestina que realizó el general [[Antonio Maceo]] a Cárdenas, Carlos María estuvo entre los jóvenes cardenenses que atendieron y protegieron al destacado independentista cubano. Además, organizó junto a su padre y a otros separatistas, el banquete que le fue ofrecido al Titán de Bronce en el hotel “León de Oro”.  
  
Entusiasta jugador de béisbol, deporte al que se había aficionado durante su estancia en los Estados Unidos de América, figuró como fundador y presidente honorario del Cárdenas Base Ball Club, responsabilidad que compartía por entonces con las que ocupaba en el Club de Cárdenas, institución situada en los altos del actual hotel La Dominica, monumento nacional, y que era el sitio preferencial de reunión de los conspiradores locales. También, ingresó en la Logia Perseverancia, institución en la que con frecuencia se realizaban actividades en favor de la independencia de Cuba y en la que se agruparon por esta época, bajo la denominación de Discípulos de Salomón, varios patriotas de la ciudad y sus alrededores.
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Envuelto en estos trajines, Carlos María contrajo nuevamente matrimonio. En esta ocasión, con la joven matancera [[Raquel Andux Teurbe Tolón]]. La ceremonia nupcial, a la que acudió lo más graneado de la sociedad cardenense y matancera de la época, tuvo lugar en la Catedral de Matanzas el [[28 de noviembre]] de 1893.  
  
=== Actividades revolucionarias ===
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Dos años más tarde, en [[1895]], nació su primer hijo, Raquel María, a la que siguieron los nombrados Elvira, Carlos, Armando y Esther de Rojas Andux.
  
Entusiasta jugador de béisbol, deporte al que se había aficionado durante su estancia en los Estados Unidos de América, figuró como fundador y Presidente Honorario del Cárdenas Base Ball Club, responsabilidad que compartía por entonces con las que ocupaba en el Club de Cárdenas, institución situada en los altos del actual hotel La&nbsp;Dominica, monumento nacional, y que era el sitio preferencial de reunión de los conspiradores locales. También, ingresó en la Logia Perseverancia, institución en la que con frecuencia se realizaban actividades en favor de la independencia de Cuba y en la que se agruparon por esta época, bajo la denominación de ²Discípulos de Salomón², varios patriotas de la Ciudad y sus alrededores.
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En esta época trabajaba junto a su padre, hermanos y varios amigos en la creación de la Junta Patriótica de Cárdenas, convertida después, por orden del Delegado del [[Partido Revolucionario Cubano]] [[Tomás Estrada Palma]], en Comité Patriótico. La constitución de esta Junta, fue consecuencia directa de la labor que realizó en la Isla por el patriota [[Francisco Chenard]], quien llegó a Cuba en [[Octubre]] de [[1895]] procedente de los Estados Unidos de América, con la misión – encomendada por Estrada Palma – de incrementar la creación de Juntas Directivas del Partido y de oficializar el trabajo de las que ya existían.  
  
En 1893, durante la visita clandestina que realizó el general [[Antonio Maceo]] a Cárdenas, Carlos María estuvo entre los jóvenes cardenenses que atendieron y protegieron al destacado independentista cubano. Además, organizó junto a su padre y a otros separatistas, el banquete que le fue ofrecido al Titán de Bronce en el hotel León&nbsp;de&nbsp;Oro.
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La Junta Patriótica de Cárdenas, a cuyas órdenes se puso inmediatamente la Agencia del Partido Revolucionario Cubano en la ciudad y su Servicio Secreto, realizó una efectiva labor encaminada a sostener la actividad de las fuerzas insurrectas que operaban en el territorio. Dicha faena aumentó en [[1896]], al marcharse al campo insurrecto - el [[26 de enero]] de ese año - Carlos María, a quien le Junta le ofreció el grado de Capitán que no aceptó, alegando que prefería ganarlos en el combate.  
  
Envuelto en estos trajines, Carlos María contrajo nuevamente matrimonio. En esta ocasión, con la joven matancera [[Raquel Andux Teurbe Tolón]]. La ceremonia nupcial, a la que acudió lo más graneado de la sociedad cardenense y matancera de la época, tuvo lugar en la Catedral de Matanzas el [[28 de noviembre]] de 1893.
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Hasta el campamento del general [[José Lacret Morlot]], el cual se hallaba con una fuerza de 1500 hombres armados principalmente con machetes, a una legua de la ciudad de Cárdenas, llegaron con el propósito de incorporarse a la lucha, el grupo de jóvenes encabezados por Carlos María de Rojas; los cuales formaran casi de inmediato el llamado Regimiento Cárdenas.  
  
Dos años más tarde, en 1895, nació su primer hijo, Raquel María, a la que siguieron los nombrados Elvira, Carlos, Armando y Esther de Rojas Andux.
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A su paso por las cercanías de la Ciudad Bandera, el general Antonio Maceo recibió el [[24 de febrero]] de 1896, en su campamento del ingenio La Perla, en el Valle de Guamacaro, el saludo revolucionario y el apoyo de los conspiradores y mambises locales, especialmente de Carlos M. de Rojas, quien le solicitó que lo incorporara a la columna invasora a lo que el jefe mambí respondió:
  
En esta época trabajaba junto a su padre, hermanos y varios amigos en la creación de la Junta Patriótica de Cárdenas, convertida después, por orden del Delegado del [[Partido Revolucionario Cubano]] [[Tomás Estrada Palma]], en Comité Patriótico. La constitución de esta Junta, fue consecuencia directa de la labor que realizó en la Isla por el patriota [[Francisco Chenard]], quien llegó a Cuba en octubre de 1895 procedente de los Estados Unidos, con la misión ―encomendada por [[Estrada Palma]]― de incrementar la creación de Juntas Directivas del Partido y de oficializar el trabajo de las que ya existían.
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{{Sistema:Cita|''"... a la guerra no se viene a pedir, sino a obedecer. Usted donde es necesario, por su prestigio y valor es aquí. Este lugar es más difícil que [[Oriente]] y [[Camagüey]] para combatir. Su brigada será el orgullo de Cárdenas (...).''<ref> Maicas, Antonio María. La Brigada Cárdenas. Cárdenas, (inédito), s/f. S/fo.</ref>}}
  
La Junta Patriótica de Cárdenas, a cuyas órdenes se puso inmediatamente la Agencia del Partido Revolucionario Cubano en la ciudad y su Servicio Secreto, realizó una efectiva labor encaminada a sostener la actividad de las fuerzas insurrectas que operaban en el territorio. Dicha faena aumentó en 1896, al marcharse al campo insurrecto ―el [[26 de enero]] de 1895― Carlos María, a quien le Junta le ofreció el grado de Capitán que no aceptó, alegando que prefería ganarlos en el combate.
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Carlos María de Rojas fue especialmente comisionado por el Titán de Bronce para gestionar con la Junta Revolucionaria de Cárdenas, la adquisición de armas y otros materiales de guerra y para que, de acuerdo con la misma, procediera a la conducción de los referidos pertrechos, que debían ser puestos a disposición del Cuartel General del [[Ejército Libertador]], hasta un lugar seguro. También se le encomendó la misión de recibir y auxiliar las expediciones mambisas que arribaran por la zona de Cárdenas.  
  
Hasta el campamento del general [[José Lacret Morlot]], el cual se hallaba con una fuerza de 1500 hombres armados principalmente con machetes, a una legua de la ciudad de Cárdenas, llegaron con el propósito de incorporarse a la lucha, el grupo de jóvenes encabezados por Carlos María de Rojas; los cuales formaran casi de inmediato el llamado Regimiento Cárdenas.
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Al amanecer del [[25 de febrero]], en el mismo campamento, se produce el combate del ingenio La Perla, en el que Carlos María de Rojas participa, respetando las órdenes que le había impartido Maceo, como observador. El [[26 de febrero]], por orden del Titán de Bronce, es ascendido a Comandante.  
  
A su paso por las cercanías de la Ciudad Bandera, el general Antonio Maceo recibió el [[24 de febrero]] de 1896, en su campamento del ingenio La Perla, en el Valle de Guamacaro, el saludo revolucionario y el apoyo de los conspiradores y mambises locales, especialmente de Carlos M. de Rojas, quien le solicitó que lo incorporara a la columna invasora a lo que el jefe mambí respondió:
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A partir de este momento, las acciones más inmediatas del Regimiento Cárdenas estarán encaminadas a apoyar la importante campaña que Maceo, auxiliado por [[Máximo Gómez]], efectuaba en los términos de la región occidental, y a la protección y recibimiento de la Expedición que se esperaba de Cayo Sal<ref>Fue traída a Cuba por una embarcación cuyo nombre se desconoce y desembarcó el cargamento de armas y municiones que traía, en marzo de 1896 en este cayo, al Norte de Cárdenas. Fungió como práctico de la expedición Juan Santos Oliver, luego Comandante del Ejército Libertador; quien había sido enviado con este fin por el Comité Patriótico de Cárdenas y por el Comité Revolucionario de La Habana a la Delegación del Partido Revolucionario Cubano en Nueva York. Cumpliendo órdenes de Antonio Maceo, fuerzas del Regimiento Cárdenas, al mando de Carlos María de Rojas, la recibieron y auxiliaron.</ref>, Enrique Collazo<ref>Traída por el Buque Three Friends, partió de los cayos de La Florida, sitio en el que Enrique Collazo logró concentrar en un corto plazo a los futuros expedicionarios. Desembarcó el 19 de marzo de 1896 en la playa de Varadero.</ref>, Ricardo Trujillo<ref>Fue encabezada por el coronel Ricardo Trujillo, el cual –durante la Guerra de los Diez Años-  fue expedicionario del Liliam bajo las órdenes del general Domingo Goicuría, y uno de los pocos sobrevivientes de la expedición del Virginius. Inicialmente, sus integrantes se concentraron en Tampa, desde donde se trasladaron a Charleston, lugar de la partida. Allí permanecieron hasta la noche del 17 de junio de 1896, fecha en que embarcaron en el Comodoro, capitaneado por John O´Brien para partir inmediatamente hacia Cuba. El 20 de junio de 1896, sin contratiempo alguno, arribó a su destino: Playas de Camacho, punto de la costa norte situado entre Camarioca y Varadero.</ref>  y Dauntles<ref>Está considerada la última expedición llegada a Cuba durante la guerra del 95. Zarpó del puerto de Fernandina, al sur de los Estados Unidos de América, el 14 de febrero de 1898, un día antes de la voladura del Maine en La Habana. Las encrespadas olas y el fuerte viento propios de esta época del año, hicieron que la embarcación tuviera que refugiarse en Elbow Key (Cayo Palanqueta), ubicado en el archipiélago de Las Bahamas, sitio en el cual permaneció hasta el 19 de febrero, fecha en que pone rumbo nuevamente a Cuba. Siete horas después, los expedicionarios avistan las costas de Camagüey y dejan en este lugar, tal como estaba previsto, veinticuatro hombres al frente de los cuales se hallaba el Coronel Manuel Lechuga, jefe de tierra de la expedición. Poco después, el general Emilio Nuñez ordenó al capitán del navío poner rumbo a Matanzas, segunda escala de la atrevida y arriesgada travesía. El agitado mar impide la realización de las acciones planeadas y el Dauntles se ve obligado a refugiarse nuevamente en Las Bahamas. Allí permanece hasta el 25 de febrero, fecha en que al amanecer pone rumbo al suroeste. A las 10:30 p.m. de ese mismo día penetraba temerariamente el buque en la bahía de Matanzas.  El desembarco se produce esa misma noche en Caleta del Barco, punto de la costa yumurina ubicado entre la desembocadura del río Canímar y la Punta de Maya (sitio en el cual había un fuerte), en las cercanías de un camino real y del fuerte El Morrillo. El Dauntles, debido al mal tiempo, se vio obligado a levar anclas, abandonando a su suerte a los revolucionarios. Este punto había sido el escogido para el alijo por el general Pedro Betancourt, quien estaba convencido de que era el mejor, pues los españoles no podían suponer tamaña audacia.</ref>, que desembarcaron entre 1896 y 1898 por diversos puntos de la costa norte de la provincia de Matanzas.
  
{{sistema:cita|A la guerra no se viene a pedir, sino a obedecer. Usted donde es necesario, por su prestigio y valor, es aquí. Este lugar es más difícil que [[provincia de Oriente (Cuba)|Oriente]] y [[provincia de Camagüey|Camagüey]] para combatir. Su brigada será el orgullo de Cárdenas (...).|[[Antonio María Maicas]]<ref>[[Antonio Maicas|Maicas, Antonio María]]: ''La brigada Cárdenas.'' Cárdenas: inédito.</ref>}}
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El 2 de junio de 1896 las fuerzas de Carlos María de Rojas se baten en Esmeralda (Cárdenas) con una columna española. Terminado el combate, que dura cinco horas, los insurrectos se retiran con seis bajas. Ese mismo día combaten de nuevo; pero esta vez en El Descanso, Camarioca, junto a las fuerzas de Tabío y Regino Alfonso, contra una columna enemiga dirigida por el coronel Pavía.
  
Carlos María de Rojas fue especialmente comisionado por el Titán de Bronce para gestionar con la Junta Revolucionaria de Cárdenas, la adquisición de armas y otros materiales de guerra y para que, de acuerdo con la misma, procediera a la conducción de los referidos pertrechos, que debían ser puestos a disposición del Cuartel General del [[Ejército Libertador]], hasta un lugar seguro. También se le encomendó la misión de recibir y auxiliar las expediciones mambisas que arribaran por la zona de Cárdenas.
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[[Image:Carlos María de Rojas y Cruzat (Small).JPG|thumb|left|Grupo de patriotas de Cárdenas. Al centro General Carlos María de Rojas]]En 1896, el Estado Mayor del Ejército Libertador estaba convencido de la necesidad de organizar en la zona de Cárdenas una Brigada con el propósito de que llevara adelante la obra de devastación de la riqueza agrícola e industrial del territorio y que se encargara, al mismo tiempo, de recibir las expediciones que debían llegar por la costa norte de Matanzas.  
  
Al amanecer del [[25 de febrero]], en el mismo campamento, se produce el combate del ingenio La Perla, en el que Carlos María de Rojas participa, respetando las órdenes que le había impartido Maceo, como observador. El [[26 de febrero]], por orden del Titán de Bronce, es ascendido a Comandante.
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Como parte de la devastación de propiedades, convertida de hecho en la principal tarea de los patriotas cardenenses, se incendian, además, el [[15 de abril]] de 1896, los campos de caña de los ingenios Santa Amalia, Audaz, Carolina, San Juan, San Fernando, Santa Agustina, El Carmen, Laferté, Guerrero, Jesús María y Buenavista, propiedad este último de la familia Rojas. Esta acción y la posterior destrucción por su propia mano del referido ingenio, le permitieron a Carlos María aplicar en el territorio, sin obstáculos de ninguna índole y sin miramientos, la política de la Tea Incendiaria decretada por los generales [[Máximo Gómez]] y Antonio Maceo.  
  
A partir de este momento, las acciones más inmediatas del Regimiento Cárdenas estarán encaminadas a apoyar la importante campaña que Maceo, auxiliado por [[Máximo Gómez]], efectuaba en los términos de la región occidental, y a la protección y recibimiento de la expedición que se esperaba desde Cayo Sal,<ref>Esta expedición ingresó a Cuba por una embarcación cuyo nombre se desconoce, y desembarcó el cargamento de armas y municiones que traía, en marzo de 1896 en este cayo, al norte de Cárdenas. Fungió como práctico de la expedición [[Juan Santos Oliver]] (luego comandante del Ejército Libertador), quien había sido enviado con este fin por el Comité Patriótico de Cárdenas y por el Comité Revolucionario de La&nbsp;Habana a la delegación del Partido Revolucionario Cubano en Nueva York. Cumpliendo órdenes de Antonio Maceo, fuerzas del Regimiento Cárdenas, al mando de Carlos María de Rojas, recibieron y auxiliaron esta expedición.</ref>
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Por sus acciones victoriosas, el [[11 de septiembre]] de 1896 el Regimiento Cárdenas es ascendido a la categoría de Brigada. Esta fuerza, que constituyó la Primera Brigada de la Primera División del Quinto Cuerpo del Destacamento Occidental del Ejército Libertador, demostró durante toda la contienda su efectividad, bajo la jefatura de Carlos Ma. de Rojas, nombrado con igual fecha Teniente General.  
Enrique Collazo,<ref>Esta expedición fue traída por el buque Three Friends. Partió desde los cayos de la Florida, sitio en el que Enrique Collazo logró concentrar en un corto plazo a los futuros expedicionarios. Desembarcó el 19 de marzo de 1896 en la playa de Varadero.</ref>
 
Ricardo Trujillo,<ref>
 
La expedición fue dirigida por el coronel Ricardo Trujillo, quien ―durante la Guerra de los Diez Años― fue expedicionario del Liliam bajo las órdenes del general Domingo Goicuría, y uno de los pocos sobrevivientes de la expedición del Virginius. Inicialmente, sus integrantes se concentraron en Tampa, desde donde se trasladaron a Charleston, lugar de la partida. Allí permanecieron hasta la noche del 17 de junio de 1896, fecha en que embarcaron en el Comodoro, capitaneado por John O´Brien para partir inmediatamente hacia Cuba. El 20 de junio de 1896, sin contratiempo alguno, arribó a su destino: Playas de Camacho, punto de la costa norte situado entre Camarioca y Varadero.</ref>
 
y Dauntles,<ref>Está considerada la última expedición llegada a Cuba durante la guerra del 95. Zarpó del puerto de Fernandina, al sur de los Estados Unidos de América, el 14 de febrero de 1898, un día antes de la [[voladura del Maine]] en La&nbsp;Habana. Las encrespadas olas y el fuerte viento propios de esta época del año, hicieron que la embarcación tuviera que refugiarse en Elbow Key (cayo Palanqueta), ubicado en el [[archipiélago de las&nbsp;Bahamas]], sitio en el cual permaneció hasta el 19 de febrero, fecha en que puso rumbo nuevamente a Cuba. Siete horas después, los expedicionarios avistan las costas de Camagüey y dejan en este lugar, tal como estaba previsto, veinticuatro hombres al frente de los cuales se hallaba el coronel Manuel Lechuga, jefe de tierra de la expedición. Poco después, el general Emilio Nuñez ordenó al capitán del navío poner rumbo a Matanzas, segunda escala de la atrevida y arriesgada travesía. El agitado mar impide la realización de las acciones planeadas y el Dauntles se ve obligado a refugiarse nuevamente en Las Bahamas. Allí permanece hasta el 25 de febrero, fecha en que al amanecer pone rumbo al suroeste. A las 10:30&nbsp;p.&nbsp;m. de ese mismo día penetraba temerariamente el buque en la bahía de Matanzas. El desembarco se produce esa misma noche en Caleta del Barco, punto de la costa yumurina ubicado entre la desembocadura del río Canímar y la Punta de Maya (sitio en el cual había un fuerte), en las cercanías de un camino real y del fuerte El&nbsp;Morrillo. El Dauntles, debido al mal tiempo, se vio obligado a levar anclas, abandonando a su suerte a los revolucionarios. Este punto había sido el escogido para el alijo por el general Pedro Betancourt, quien estaba convencido de que era el mejor, pues los españoles no podían suponer tamaña audacia.</ref>
 
que desembarcaron entre 1896 y 1898 por diversos puntos de la costa norte de la provincia de Matanzas.
 
  
El 2 de junio de 1896 las fuerzas de Carlos María de Rojas se baten contra una columna española en Esmeralda (Cárdenas). Terminado el combate, que dura cinco horas, los insurrectos se retiran con seis bajas. Ese mismo día combaten de nuevo, pero esta vez en El&nbsp;Descanso ([[Camarioca]]), junto a las fuerzas de Tabío y Regino Alfonso, contra una columna enemiga dirigida por el coronel Pavía.
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Sus principales objetivos fueron mantener latente el espíritu insurrecto en la zona, incendiar ingenios y cañaverales, facilitar - en estrecha coordinación con el Comité Patriótico de Cárdenas - pertrechos de guerra para la revolución y auxiliar los desembarcos de expediciones que se produjeran por la costa norte de la provincia de Matanzas.  
  
[[Archivo:Carlos María de Rojas y Cruzat (Small).JPG|miniatura|Grupo de patriotas de Cárdenas. Al centro General Carlos María de Rojas]]
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Esta Brigada llegó estuvo conformada por dos Regimientos de Infantería, que respondían a los nombres de [[Clotilde García y Cárdenas]], la Escolta Montada y el Estado Mayor.
  
En 1896, el Estado Mayor del Ejército Libertador estaba convencido de la necesidad de organizar en la zona de Cárdenas una Brigada con el propósito de que llevara adelante la obra de devastación de la riqueza agrícola e industrial del territorio y que se encargara, al mismo tiempo, de recibir las expediciones que debían llegar por la costa norte de Matanzas.
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Resulta importante destacar que los jefes y oficiales de la Brigada Cárdenas usaron una táctica muy eficaz, que por entonces resultaba prácticamente desconocida para el Ejército Español y que fue descubierta por el mismo, luego de las numerosas pérdidas de hombres, municiones y tiempo que les ocasionó. Consistía en la puesta en práctica del sistema empleado por [[Máximo Gómez]] en la [[Campaña de la Reforma]]: la marcha sobre el rastro, la movilidad constante sobre el terreno, el ataque sorpresivo y conjunto, cuando las condiciones lo requerían o la dispersión para reencontrarse en un lugar fijado de antemano.  
  
Como parte de la devastación de propiedades, convertida de hecho en la principal tarea de los patriotas cardenenses, se incendian, además, el [[15 de abril]] de 1896, los campos de caña de los ingenios Santa Amalia, Audaz, Carolina, San Juan, San Fernando, Santa Agustina, El Carmen, Laferté, Guerrero, Jesús María y Buenavista, propiedad este último de la familia Rojas. Esta acción y la posterior destrucción por su propia mano del referido ingenio, le permitieron a Carlos María aplicar en el territorio, sin obstáculos de ninguna índole y sin miramientos, la política de la Tea Incendiaria decretada por los generales [[Máximo Gómez]] y Antonio Maceo.
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Las condiciones topográficas del terreno en el cual operaban, que se caracteriza por la falta de elevaciones y montes y por estar surcado en todas direcciones por una gran cantidad de vías férreas, obligaban a las fuerzas de la Brigada a la movilidad incesante y al no establecimiento de un lugar fijo para acampar.  
  
Por sus acciones victoriosas, el [[11 de septiembre]] de 1896 el Regimiento Cárdenas es ascendido a la categoría de Brigada. Esta fuerza, que constituyó la Primera Brigada de la Primera División del Quinto Cuerpo del Destacamento Occidental del Ejército Libertador, demostró durante toda la contienda su efectividad, bajo la jefatura de Carlos Ma. de Rojas, nombrado con igual fecha Teniente General.
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A partir de este momento, Carlos M. de Rojas continuó junto a su padre y hermanos - Alberto y [[Oscar María de Rojas Cruzat]] - su carrera como comerciante. Lo anterior, no fue obstáculo para que el [[16 de junio]] de [[1899]] la Asamblea de Representantes - reunida bajo la ocupación norteamericana de la Isla - le concediera, en reconocimiento a los servicios que prestó a la causa de la Independencia de Cuba, el grado militar de General de División.  
  
Sus principales objetivos fueron mantener latente el espíritu insurrecto en la zona, incendiar ingenios y cañaverales, facilitar ―en estrecha coordinación con el Comité Patriótico de Cárdenas― pertrechos de guerra para la revolución y auxiliar los desembarcos de expediciones que se produjeran por la costa norte de la provincia de Matanzas.
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Poco después, es designado por el Gobierno Interventor Alcalde de Cárdenas, labor que cumplió con abnegación y patriotismo. Entre las obras más significativas de su gobierno estuvieron, además de las numerosas mejoras urbanísticas que llevó a cabo, la inauguración del Museo y Biblioteca Pública local, segunda institución de este tipo fundada en Cuba y del Mausoleo de los Mártires de la Independencia. El [[13 de febrero]] de [[1900]] se le ratificó por votación popular como Alcalde, permaneciendo al frente de los destinos de la Ciudad hasta [[1903]].
  
Esta Brigada llegó estuvo conformada por dos Regimientos de Infantería, que respondían a los nombres de [[Clotilde García y Cárdenas]], la Escolta Montada y el Estado Mayor.
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== Regreso a la vida militar  ==
  
Resulta importante destacar que los jefes y oficiales de la Brigada Cárdenas usaron una táctica muy eficaz, que por entonces resultaba prácticamente desconocida para el Ejército Español y que fue descubierta por el mismo, luego de las numerosas pérdidas de hombres, municiones y tiempo que les ocasionó. Consistía en la puesta en práctica del sistema empleado por [[Máximo Gómez]] en la [[Campaña de la Reforma]]: la marcha sobre el rastro, la movilidad constante sobre el terreno, el ataque sorpresivo y conjunto, cuando las condiciones lo requerían o la dispersión para reencontrarse en un lugar fijado de antemano.
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El [[11 de abril]] de ese mismo año, volvió a la vida militar, al ser designado por el Presidente de la República [[Tomás Estrada Palma]], como Jefe, con el grado de Coronel, de la Guardia Rural de las provincias de Matanzas y [[Villa Clara]]. El [[22 de junio]] de [[1905]] se le nombró Jefe del Cuerpo de Artillería de [[La Habana]], cargo que desempeñó hasta el [[8 de abril]] de [[1909]], fecha en que se le trasladó - durante el Gobierno de [[José Miguel Gómez]] - al Cuerpo de Infantería como Jefe del Segundo Regimiento. Dos meses más tarde, por los resultados alcanzados, fue ascendido a Jefe Interino de la Brigada de Infantería.  
  
Las condiciones topográficas del terreno en el cual operaban, que se caracteriza por la falta de elevaciones y montes y por estar surcado en todas direcciones por una gran cantidad de vías férreas, obligaban a las fuerzas de la Brigada a la movilidad incesante y al no establecimiento de un lugar fijo para acampar.
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El [[24 de octubre]] de [[1910]], a raíz del fracasado golpe de estado en favor del Dr. [[Alfredo Zayas]], se le nombró Jefe Interino del Ejército en sustitución del general [[Pino Guerra]]. En este cargo provisional estuvo hasta el mes de [[Noviembre]], por haber sido nombrado por segunda ocasión Jefe interino de la Brigada de Infantería. Con posterioridad, el [[13 de diciembre]] [[1910]], se le designó Inspector interino del Ejército.  
  
A partir de este momento, Carlos M. de Rojas continuó junto a su padre y hermanos ―Alberto y [[Oscar María de Rojas Cruzat]]― su carrera como comerciante. Lo anterior, no fue obstáculo para que el [[16 de junio]] de 1899 la Asamblea de Representantes ―reunida bajo la [[ocupación estadounidense de la Isla]]― le concediera, en reconocimiento a los servicios que prestó a la causa de la Independencia de Cuba, el grado militar de General de División.
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También, durante el gobierno del general [[José Miguel Gómez]], quedó nombrado el [[28 de noviembre]] de [[1912]] Brigadier e Inspector General de las Fuerzas Armadas en activo, cargo que ocupó hasta el [[16 de noviembre]] de 1912, fecha en que se le designó como Jefe interino del Ejército, responsabilidad que desempeñó hasta el [[7 de febrero]] de [[1913]], fecha en que se volvió a ocupar de la inspección de los cuerpos armados.  
  
Poco después, es designado por el Gobierno Interventor Alcalde de Cárdenas, labor que cumplió con abnegación y patriotismo. Entre las obras más significativas de su gobierno estuvieron, además de las numerosas mejoras urbanísticas que llevó a cabo, la inauguración del Museo y Biblioteca Pública local, segunda institución de este tipo fundada en Cuba y del Mausoleo de los Mártires de la Independencia. El [[13 de febrero]] de 1900 se le ratificó por votación popular como Alcalde, permaneciendo al frente de los destinos de la Ciudad hasta 1903.
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El [[20 de mayo]] de [[1913]] - al tomar posesión el general [[Mario García Menocal]] del cargo de Presidente de la República - se le dejó cesante, pues el Mandatario quiso favorecer con el cargo que ocupaba Carlos María de Rojas a [[Manuel Sanguily]], a pesar de que gracias al General cardenense, quien renunció a tomar parte en esos órganos de gobierno, Sanguily había podido ocupar prominentes escaños en la Convención Constituyente de 1901 y en el Congreso que se formó en 1902.  
  
=== Regreso a la vida militar ===
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El General Rojas regresó a Cárdenas. Poco antes, el [[30 de mayo]] de 1913 se le había designado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Cuba en [[Perú]], nombramiento que no aceptó. Por tal motivo, el [[24 de julio]] de ese mismo año quedó comprendido en los efectos de la Ley del Retiro Militar con el Grado de Brigadier, según se hizo constar en el Decreto No.470. Actividad Política
  
El [[11 de abril]] de ese mismo año, volvió a la vida militar, al ser designado por el Presidente de la República [[Tomás Estrada Palma]], como Jefe, con el grado de Coronel, de la Guardia Rural de las provincias de Matanzas y [[Villa Clara]]. El [[22 de junio]] de 1905 se le nombró Jefe del Cuerpo de Artillería de [[La Habana]], cargo que desempeñó hasta el [[8 de abril]] de 1909, fecha en que se le trasladó ―durante el Gobierno de [[José Miguel Gómez]]― al Cuerpo de Infantería como jefe del Segundo Regimiento. Dos meses más tarde, por los resultados alcanzados, fue ascendido a jefe interino de la Brigada de Infantería.
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En [[1917]] aspiró, sin éxito, a la Alcaldía local. Once años más tarde, regresó a la arena política al ser propuesto por el Partido Liberal como Delegado a su Convención Constituyente por la provincia de Matanzas. Sin embargo, como el dictador [[Gerardo Machado]] necesitaba de un hombre con una carrera militar y un prestigio como el suyo, para solucionar los conflictos existentes en su Gabinete, lo nombró el [[25 de abril]] de [[1928]] Secretario de Guerra y Marina. Cinco años más tarde, el [[2 de mayo]] de [[1933]], recibió por orden del Asno con Garras y de manos de [[Mario Ruiz Mesa]], el cargo de Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes.  
  
El 24 de octubre de 1910, a raíz del fracasado golpe de estado en favor del Dr. [[Alfredo Zayas]], se le nombró Jefe Interino del Ejército en sustitución del general [[Pino Guerra]]. En este cargo provisional estuvo hasta el mes de [[Noviembre]], por haber sido nombrado por segunda ocasión Jefe interino de la Brigada de Infantería. Con posterioridad, el [[13 de diciembre]] 1910, se le designó Inspector interino del Ejército.
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A pesar de haber tenido estos cargos durante el Gobierno de Machado, cuando el [[13 de agosto]] de [[1933]] el pueblo enardecido se lanzó a las calles de La Habana pidiendo justicia y tomándola por su propia mano, el general Rojas ni sus familiares fueron molestados, ya que nunca participó de las sanguinarias actuaciones y decisiones del Dictador y sus secuaces.  
  
También, durante el gobierno del general [[José Miguel Gómez]], quedó nombrado el [[28 de noviembre]] de 1912 Brigadier e Inspector General de las Fuerzas Armadas en activo, cargo que ocupó hasta el [[16 de noviembre]] de 1912, fecha en que se le designó como Jefe interino del Ejército, responsabilidad que desempeñó hasta el [[7 de febrero]] de 1913, fecha en que se volvió a ocupar de la inspección de los cuerpos armados.
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Al respecto, cuenta la profesora cardenense [[Julia Santiuste]], en un inédito e interesante estudio biográfico del General, que al producirse estos sucesos, [[Virgilio Costa]], yerno de Rojas expresó:
  
El 20 de mayo de 1913 ―al tomar posesión el general [[Mario García Menocal]] del cargo de Presidente de la República― se le dejó cesante, pues el mandatario quiso favorecer con el cargo que ocupaba Carlos María de Rojas a [[Manuel Sanguily]], a pesar de que gracias al general cardenense, quien renunció a tomar parte en esos órganos de gobierno, Sanguily había podido ocupar prominentes escaños en la Convención Constituyente de 1901 y en el Congreso que se formó en 1902.
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{{Sistema:Cita|“''... a la vista del peligro que significaba para él en su condición de Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes del Gabinete de Gobierno de Machado, permanecer en aquel hervidero de pasiones se dispuso resueltamente a sacar de la Capital a su padre político para conducirlo a su mansión de Varadero.''}}
  
El General Rojas regresó a Cárdenas. Poco antes, el [[30 de mayo]] de 1913 se le había designado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Cuba en [[Perú]], nombramiento que no aceptó. Por tal motivo, el [[24 de julio]] de ese mismo año quedó comprendido en los efectos de la Ley del Retiro Militar con el Grado de Brigadier, según se hizo constar en el Decreto No.470. Actividad Política
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{{Sistema:Cita|''Y atravesó con su ilustre guerrero aquellas calles sobre las que llovían muebles, vajillas, cuadros y hasta personas lanzadas desde los pisos superiores de los edificios a la calle, sobre los transeúntes.''}}
  
En 1917 aspiró, sin éxito, a la Alcaldía local. Once años más tarde, regresó a la arena política al ser propuesto por el Partido Liberal como Delegado a su Convención Constituyente por la provincia de Matanzas. Sin embargo, como el dictador [[Gerardo Machado]] necesitaba de un hombre con una carrera militar y un prestigio como el suyo, para solucionar los conflictos existentes en su Gabinete, lo nombró el [[25 de abril]] de 1928 Secretario de Guerra y Marina. Cinco años más tarde, el [[2 de mayo]] de 1933, recibió por orden del Asno con Garras y de manos de [[Mario Ruiz Mesa]], el cargo de Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes.
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{{Sistema:Cita|''Nos refirió el Sr. Costa que cuando atravesaba una calle obstruida por una multitud compacta un individuo se plantó a cierta distancia con los brazos extendidos cerrándoles el paso, visto lo cual, él, que no quería que le interceptaran el paso para seguridad del personaje que conducía, se inclinó para empuñar el revólver que llevaba en el fondo de la máquina; pero el General, sin proferir palabra le colocó la mano sobre el brazo con movimiento expresivo que invitaba a renunciar a toda violencia. '' }}
  
A pesar de haber tenido estos cargos durante el Gobierno de Machado, cuando el [[13 de agosto]] de 1933 el pueblo enardecido se lanzó a las calles de La Habana pidiendo justicia y tomándola por su propia mano, el general Rojas ni sus familiares fueron molestados, ya que nunca participó de las sanguinarias actuaciones y decisiones del Dictador y sus secuaces.
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{{Sistema:Cita|''Aquel individuo que interceptaba el paso, sólo deseaba que le permitieran montar en la máquina para llegar a determinado sitio: era un delegado del A. B. C. que en aquella revuelta mandaba en Jefe. '' ''Costa compró un periódico y se lo ofreció al General con ánimo de que al leerlo le cubriera la cara, y sin más incidentes pudieron llegar al fin a Varadero a la quinta Rojas. Y mientras los machadistas huían al extranjero o se ocultaban por la persecución de que eran objeto, les saqueaban e incendiaban sus viviendas, Rojas comentaba con una persona de su mayor intimidad de esta manera: - Esta situación de las gentes del partido derrotado es pavorosa. ¿Te acuerdas que cierto día me llamaste bobo, porque no había querido aprovecharme de la posición que tuve en el Gabinete como Secretario de Guerra y Marina para hacerme rico?. '' }}
  
Al respecto, cuenta la profesora cardenense [[Julia Santiuste]], en un inédito e interesante estudio biográfico del General, que al producirse estos sucesos, [[Virgilio Costa]], yerno de Rojas expresó:
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{{Sistema:Cita|Yo guardé silencio entonces, pero hoy los hechos te dan mi respuesta. Todos los que abusaron del poder atropellando el derecho de las gentes o defraudaron a la Hacienda Pública han muerto, están perseguidos... les han incendiado sus hogares, han tenido que huir de las iras populares. Y yo estoy muy tranquilo sin tener que ocultarme; porque nadie me persigue... ni tiene que tomarme cuenta alguna. Así decía Carlos Rojas en los días de las represalias que siguieron a la caída del Gobierno del General Machado”.<ref>Santiuste, Julia: Estudio biográfico sobre el General Carlos M. de Rojas, inédito, Cárdenas, 20 de septiembre de 1950, págs. 64 y 65.</ref>}}
  
{{Sistema:Cita|A la vista del peligro que significaba para él en su condición de secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes del gabinete de Gobierno de Machado, permanecer en aquel hervidero de pasiones se dispuso resueltamente a sacar de la Capital a su padre político para conducirlo a su mansión de Varadero. [...] <br> Y atravesó con su ilustre guerrero aquellas calles sobre las que llovían muebles, vajillas, cuadros y hasta personas lanzadas desde los pisos superiores de los edificios a la calle, sobre los transeúntes. [...] <br> Nos refirió el Sr.&nbsp;Costa que cuando atravesaba una calle obstruida por una multitud compacta un individuo se plantó a cierta distancia con los brazos extendidos cerrándoles el paso, visto lo cual, él, que no quería que le interceptaran el paso para seguridad del personaje que conducía, se inclinó para empuñar el revólver que llevaba en el fondo de la máquina; pero el General, sin proferir palabra le colocó la mano sobre el brazo con movimiento expresivo que invitaba a renunciar a toda violencia. [...] Aquel individuo que interceptaba el paso, solo deseaba que le permitieran montar en la máquina para llegar a determinado sitio: era un delegado del ABC que en aquella revuelta mandaba en jefe. Costa compró un periódico y se lo ofreció al general con ánimo de que al leerlo le cubriera la cara, y sin más incidentes pudieron llegar al fin a Varadero a la quinta Rojas. Y mientras los machadistas huían al extranjero o se ocultaban por la persecución de que eran objeto, les saqueaban e incendiaban sus viviendas, Rojas comentaba con una persona de su mayor intimidad de esta manera: “Esta situación de las gentes del partido derrotado es pavorosa. ¿Te acuerdas que cierto día me llamaste «bobo», porque yo no había querido aprovecharme de la posición que tuve en el gabinete como secretario de Guerra y Marina para hacerme rico? [...] <br> Yo guardé silencio entonces, pero hoy los hechos te dan mi respuesta. Todos los que abusaron del poder atropellando el derecho de las gentes o defraudaron a la Hacienda Pública han muerto, están perseguidos... les han incendiado sus hogares, han tenido que huir de las iras populares. Y yo estoy muy tranquilo sin tener que ocultarme; porque nadie me persigue, ni tiene que tomarme cuenta alguna. Así decía Carlos Rojas en los días de las represalias que siguieron a la caída del Gobierno del general Machado”.<ref>Santiuste, Julia (1950): ''Estudio biográfico sobre el general Carlos M. de Rojas'' (págs.&nbsp;64 y 65). Cárdenas: inédito, 1950.</ref>}}
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Retirado del Ejército Nacional, que desapareció para convertirse en Ejército Constitucional luego del golpe de estado del [[4 de septiembre]], el coronel [[Fulgencio Batista]], quien había estado alguna vez bajo su mando, trasladó su retiro, sin solicitarlo Rojas, al nuevo Ejército.
  
Retirado del Ejército Nacional, que desapareció para convertirse en Ejército Constitucional luego del golpe de estado del 4 de septiembre, el coronel [[Fulgencio Batista]], quien había estado alguna vez bajo su mando, trasladó su retiro, sin solicitarlo Rojas, al nuevo Ejército.
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== Muerte  ==
  
=== Muerte ===
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El general Carlos M. de Rojas pasó los últimos años de su vida disfrutando del cariño de sus familiares, de sus antiguos subordinados del Ejército Mambí y de todo el pueblo de Cárdenas, que lo veneraba como una reliquia Patria. Entre [[1933]] y [[1945]] presidió numerosos actos patrióticos e integró importantes asociaciones locales. El [[20 de septiembre]] de 1945 falleció en Cárdenas, en la casa de su hija Elvira de Rojas. Al morir, hacía ya algunos años que su esposa había fallecido.
  
El general Carlos M. de Rojas pasó los últimos años de su vida disfrutando del cariño de sus familiares, de sus antiguos subordinados del [[Ejército Mambí]] y de todo el pueblo de Cárdenas, que lo veneraba como una reliquia patria. Entre 1933 y 1945 presidió numerosos actos patrióticos e integró importantes asociaciones locales.
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Su entierro, del que tomaron parte unas 10 000 personas, se convirtió en una impresionante y espontánea manifestación del dolor popular. La despedida del duelo estuvo a cargo del coronel [[Alfredo Lima]], a nombre del comandante [[Pablo Villegas]], Presidente del Consejo Nacional de Veteranos, y del general [[Enrique Loynaz del Castillo]], a nombre de sus descendientes. Su cadáver fue sepultado en el panteón que posee la familia Rojas en el cementerio de Cárdenas.  
  
Falleció el [[20 de septiembre]] de [[1945]], a los 83&nbsp;años, en la casa de su hija Elvira de Rojas, en Cárdenas. Al morir, hacía ya algunos años que su esposa había fallecido.
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Como homenaje permanente a su memoria un antiguo fortín colonial cardenense y un pueblo de la provincia de Matanzas llevan el nombre de quien fue, al decir del Dr. [[Arnaldo Jiménez de la Cal]], Historiador de la Atenas de Cuba, “ejemplo de ética revolucionaria”<ref>Jiménez de la Cal, Dr. Arnaldo: General Carlos María de Rojas. Ejemplo de ética revolucionaria, periódico Girón, Matanzas, 20 de marzo del 2003, pág.2.</ref>.
  
Su entierro, del que tomaron parte unas 10 000 personas, se convirtió en una impresionante y espontánea manifestación del dolor popular. La despedida del duelo estuvo a cargo del coronel [[Alfredo Lima]], a nombre del comandante [[Pablo Villegas]], presidente del Consejo Nacional de Veteranos, y del general [[Enrique Loynaz del Castillo]], a nombre de sus descendientes. Su cadáver fue sepultado en el panteón que posee la familia Rojas en el cementerio de Cárdenas.
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== Referencias ==
  
Como homenaje permanente a su memoria un antiguo fortín colonial cardenense y un pueblo de la provincia de Matanzas llevan el nombre de quien fue, al decir del Dr. [[Arnaldo Jiménez de la Cal]], historiador de la [[Atenas de Cuba]], “ejemplo de ética revolucionaria”.<ref>Jiménez de la Cal, Dr. Arnaldo: “General Carlos María de Rojas. Ejemplo de ética revolucionaria”, artículo publicado el 20 de marzo de 2003 en la pág.&nbsp;2 del [[periódico Girón|periódico ''Girón'']] (Matanzas).</ref>
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== Fuentes ==
 
== Fuentes ==
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*Álvarez Blanco, Ernesto: Oscar M. de Rojas, [[Ediciones Matanzas]], [[Matanzas]], [[2001]].
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*Jiménez de la Cal, Dr. Arnaldo: General Carlos María de Rojas. Ejemplo de ética revolucionaria, [[Girón (periódico)|periódico Girón]], Matanzas, [[20 de marzo]] del [[2003]]
 +
*Maicas, Antonio María: La Brigada Cárdenas. [[Cárdenas]], (inédito), s/f. S/fo.
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*Santiuste, Julia: Estudio biográfico sobre el General Carlos M. de Rojas, inédito, Cárdenas, [[20 de septiembre]] de [[1950]].
  
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*Archivo del Museo Oscar M. de Rojas.
:* Álvarez Blanco, Ernesto: ''Oscar M. de Rojas.'' Matanzas: [[Ediciones Matanzas]], 2001.
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*Archivo Parroquial de Cárdenas.
* Archivo del Museo Oscar M. de Rojas.
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*Archivo personal del autor.
* Archivo Parroquial de Cárdenas.
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*Registro Civil de Cárdenas.
* Registro Civil de Cárdenas.
 
  
[[Categoría: Generales de Brigada del Ejército Libertador cubano]]
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[[Categoría:Generales_de_Brigada_del_Ejército_Libertador_cubano]]
[[Categoría: Personas de Cárdenas]]
 
[[Categoría: Alumnos de la Universidad de La Habana]]
 

Revisión del 10:09 17 feb 2023

Carlos María de Rojas
Información sobre la plantilla
Carlos María de Rojas y Cruzat.jpg
General de Brigada
NombreCarlos María de Rojas y Cruzat
LealtadEjército Libertador Bandera de Cuba
Participó enGuerra Necesaria

Nacimiento14 de marzo de 1862
Cárdenas, Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento20 de septiembre de 1945
Cárdenas, Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
CónyugeRaquel Andux Teurbe Tolón
HijosRaquel María,Elvira, Carlos, Armando y Esther de Rojas Andux.
PadresJoaquín de Rojas
Isabel Cruzat y Urbizo

Carlos María de Rojas Cruzat. General de brigada. Luchador independentista de la ciudad de Cárdenas en la provincia Matanzas. Es considerado el patriota insigne de esta ciudad.

Síntesis biográfica

Nació el 14 de marzo de 1862, en el seno de una de las familias más ilustres e influyentes del siglo XIX local. Fueron sus padres, Joaquín de Rojas Cachurro, próspero comerciante de origen habanero, el cual se había radicado en Cárdenas luego de conspirar a favor del general anexionista venezolano Narciso López - hecho este que le costó prisión - y de Isabel Cruzat y Urbizo, hija del dueño de la firma para la cual trabajó durante varios años Joaquín. Su bautizo se produjo el 9 de julio de 1862 en la iglesia parroquial de Cárdenas.

Recibió las primeras enseñanzas en la quinta propiedad de la familia, sitio en el que disfrutó de una infancia feliz en compañía de sus padres y hermanos[1]. Más tarde, en la década del 70 del siglo XIX, ingresó como interno en los Escolapios de Guanabacoa, plantel en el que aprendió de los sacerdotes catalanes que lo regenteaban el amor a la patria en la que se nace. Durante su estancia en el colegio ocurrió, en 1874, la repentina muerte de su madre, suceso que cambió de manera radical la vida de toda la familia.

A pesar del rechazo que muy pronto hizo al colegio, continuó estudiando en el mismo hasta graduarse, en 1878, de Bachiller en Artes, Ciencias y Letras. Este mismo año, ingresó en la Universidad de La Habana en la Facultad de Derecho Civil y Canónigo. En 1880 abandonó las aulas universitarias y, de inmediato, se trasladó a los Estados Unidos de América con objeto de realizar estudios especiales en la Universidad de Harvard, en donde fue alumno y amigo del importante poeta norteamericano Henry Wadsworth Longfellow[2].

Poco después, envuelto en una peligrosa aventura de amor, decidió dejar de estudiar para regresar a Cuba y dedicarse, como su padre, a la actividad comercial. Asociado al cardenense Antonio B. Zanetti - quien fuera luego alcalde de Matanzas y cónsul de Cuba en varios países - fundó en Puerto Príncipe, capital de la República de Santo Domingo, bajo la razón social de Rojas, Zanetti y Cía., el primer almacén de depósito de mieles que existió en esa nación caribeña.

Una vez más el amor trastoca sus planes, por lo que, decidido a contraer matrimonio con Virginia Bacot y Abgar, joven cardenense a la cual había tratado durante su estancia en los Estados Unidos de América, regresa a Cuba. Una vez en la Isla, cablegrafió de inmediato a Virginia, quien se hallaba estudiando en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, invitándola a contraer matrimonio. La respuesta de la joven no se hizo esperar, por lo que la boda se celebró muy rápido. No obstante, la felicidad conyugal duró muy poco, pues el 20 de enero de 1891 murió su esposa sin dejar descendencia.

Por esta época, Carlos María, en unión de su padre, era ya un próspero comerciante, al figurar como fundador y accionista de importantes sociedades comerciales dedicadas, sobre todo, al comercio de mieles y azúcares. Además, por sus relaciones sociales y su actividad económica, el 15 de diciembre de 1891 es nombrado vicecónsul en Cárdenas de la República Argentina, cargo que desempeñó con acierto hasta su partida al campo insurrecto.

Entusiasta jugador de béisbol, deporte al que se había aficionado durante su estancia en los Estados Unidos de América, figuró como fundador y presidente honorario del Cárdenas Base Ball Club, responsabilidad que compartía por entonces con las que ocupaba en el Club de Cárdenas, institución situada en los altos del actual hotel La Dominica, Monumento Nacional, y que era el sitio preferencial de reunión de los conspiradores locales. También, ingresó en la Logia Perseverancia, institución en la que con frecuencia se realizaban actividades en favor de la independencia de Cuba y en la que se agruparon por esta época, bajo la denominación de Discípulos de Salomón, varios patriotas de la ciudad y sus alrededores.

Actividades revolucionarias

Entusiasta jugador de béisbol, deporte al que se había aficionado durante su estancia en los Estados Unidos de América, figuró como fundador y Presidente Honorario del Cárdenas Base Ball Club, responsabilidad que compartía por entonces con las que ocupaba en el Club de Cárdenas, institución situada en los altos del actual hotel “La Dominica”, Monumento Nacional, y que era el sitio preferencial de reunión de los conspiradores locales. También, ingresó en la Logia Perseverancia, institución en la que con frecuencia se realizaban actividades en favor de la independencia de Cuba y en la que se agruparon por esta época, bajo la denominación de ²Discípulos de Salomón², varios patriotas de la Ciudad y sus alrededores.

En 1893, durante la visita clandestina que realizó el general Antonio Maceo a Cárdenas, Carlos María estuvo entre los jóvenes cardenenses que atendieron y protegieron al destacado independentista cubano. Además, organizó junto a su padre y a otros separatistas, el banquete que le fue ofrecido al Titán de Bronce en el hotel “León de Oro”.

Envuelto en estos trajines, Carlos María contrajo nuevamente matrimonio. En esta ocasión, con la joven matancera Raquel Andux Teurbe Tolón. La ceremonia nupcial, a la que acudió lo más graneado de la sociedad cardenense y matancera de la época, tuvo lugar en la Catedral de Matanzas el 28 de noviembre de 1893.

Dos años más tarde, en 1895, nació su primer hijo, Raquel María, a la que siguieron los nombrados Elvira, Carlos, Armando y Esther de Rojas Andux.

En esta época trabajaba junto a su padre, hermanos y varios amigos en la creación de la Junta Patriótica de Cárdenas, convertida después, por orden del Delegado del Partido Revolucionario Cubano Tomás Estrada Palma, en Comité Patriótico. La constitución de esta Junta, fue consecuencia directa de la labor que realizó en la Isla por el patriota Francisco Chenard, quien llegó a Cuba en Octubre de 1895 procedente de los Estados Unidos de América, con la misión – encomendada por Estrada Palma – de incrementar la creación de Juntas Directivas del Partido y de oficializar el trabajo de las que ya existían.

La Junta Patriótica de Cárdenas, a cuyas órdenes se puso inmediatamente la Agencia del Partido Revolucionario Cubano en la ciudad y su Servicio Secreto, realizó una efectiva labor encaminada a sostener la actividad de las fuerzas insurrectas que operaban en el territorio. Dicha faena aumentó en 1896, al marcharse al campo insurrecto - el 26 de enero de ese año - Carlos María, a quien le Junta le ofreció el grado de Capitán que no aceptó, alegando que prefería ganarlos en el combate.

Hasta el campamento del general José Lacret Morlot, el cual se hallaba con una fuerza de 1500 hombres armados principalmente con machetes, a una legua de la ciudad de Cárdenas, llegaron con el propósito de incorporarse a la lucha, el grupo de jóvenes encabezados por Carlos María de Rojas; los cuales formaran casi de inmediato el llamado Regimiento Cárdenas.

A su paso por las cercanías de la Ciudad Bandera, el general Antonio Maceo recibió el 24 de febrero de 1896, en su campamento del ingenio La Perla, en el Valle de Guamacaro, el saludo revolucionario y el apoyo de los conspiradores y mambises locales, especialmente de Carlos M. de Rojas, quien le solicitó que lo incorporara a la columna invasora a lo que el jefe mambí respondió:

"... a la guerra no se viene a pedir, sino a obedecer. Usted donde es necesario, por su prestigio y valor es aquí. Este lugar es más difícil que Oriente y Camagüey para combatir. Su brigada será el orgullo de Cárdenas (...).[3]

Carlos María de Rojas fue especialmente comisionado por el Titán de Bronce para gestionar con la Junta Revolucionaria de Cárdenas, la adquisición de armas y otros materiales de guerra y para que, de acuerdo con la misma, procediera a la conducción de los referidos pertrechos, que debían ser puestos a disposición del Cuartel General del Ejército Libertador, hasta un lugar seguro. También se le encomendó la misión de recibir y auxiliar las expediciones mambisas que arribaran por la zona de Cárdenas.

Al amanecer del 25 de febrero, en el mismo campamento, se produce el combate del ingenio La Perla, en el que Carlos María de Rojas participa, respetando las órdenes que le había impartido Maceo, como observador. El 26 de febrero, por orden del Titán de Bronce, es ascendido a Comandante.

A partir de este momento, las acciones más inmediatas del Regimiento Cárdenas estarán encaminadas a apoyar la importante campaña que Maceo, auxiliado por Máximo Gómez, efectuaba en los términos de la región occidental, y a la protección y recibimiento de la Expedición que se esperaba de Cayo Sal[4], Enrique Collazo[5], Ricardo Trujillo[6] y Dauntles[7], que desembarcaron entre 1896 y 1898 por diversos puntos de la costa norte de la provincia de Matanzas.

El 2 de junio de 1896 las fuerzas de Carlos María de Rojas se baten en Esmeralda (Cárdenas) con una columna española. Terminado el combate, que dura cinco horas, los insurrectos se retiran con seis bajas. Ese mismo día combaten de nuevo; pero esta vez en El Descanso, Camarioca, junto a las fuerzas de Tabío y Regino Alfonso, contra una columna enemiga dirigida por el coronel Pavía.

Grupo de patriotas de Cárdenas. Al centro General Carlos María de Rojas

En 1896, el Estado Mayor del Ejército Libertador estaba convencido de la necesidad de organizar en la zona de Cárdenas una Brigada con el propósito de que llevara adelante la obra de devastación de la riqueza agrícola e industrial del territorio y que se encargara, al mismo tiempo, de recibir las expediciones que debían llegar por la costa norte de Matanzas.

Como parte de la devastación de propiedades, convertida de hecho en la principal tarea de los patriotas cardenenses, se incendian, además, el 15 de abril de 1896, los campos de caña de los ingenios Santa Amalia, Audaz, Carolina, San Juan, San Fernando, Santa Agustina, El Carmen, Laferté, Guerrero, Jesús María y Buenavista, propiedad este último de la familia Rojas. Esta acción y la posterior destrucción por su propia mano del referido ingenio, le permitieron a Carlos María aplicar en el territorio, sin obstáculos de ninguna índole y sin miramientos, la política de la Tea Incendiaria decretada por los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo.

Por sus acciones victoriosas, el 11 de septiembre de 1896 el Regimiento Cárdenas es ascendido a la categoría de Brigada. Esta fuerza, que constituyó la Primera Brigada de la Primera División del Quinto Cuerpo del Destacamento Occidental del Ejército Libertador, demostró durante toda la contienda su efectividad, bajo la jefatura de Carlos Ma. de Rojas, nombrado con igual fecha Teniente General.

Sus principales objetivos fueron mantener latente el espíritu insurrecto en la zona, incendiar ingenios y cañaverales, facilitar - en estrecha coordinación con el Comité Patriótico de Cárdenas - pertrechos de guerra para la revolución y auxiliar los desembarcos de expediciones que se produjeran por la costa norte de la provincia de Matanzas.

Esta Brigada llegó estuvo conformada por dos Regimientos de Infantería, que respondían a los nombres de Clotilde García y Cárdenas, la Escolta Montada y el Estado Mayor.

Resulta importante destacar que los jefes y oficiales de la Brigada Cárdenas usaron una táctica muy eficaz, que por entonces resultaba prácticamente desconocida para el Ejército Español y que fue descubierta por el mismo, luego de las numerosas pérdidas de hombres, municiones y tiempo que les ocasionó. Consistía en la puesta en práctica del sistema empleado por Máximo Gómez en la Campaña de la Reforma: la marcha sobre el rastro, la movilidad constante sobre el terreno, el ataque sorpresivo y conjunto, cuando las condiciones lo requerían o la dispersión para reencontrarse en un lugar fijado de antemano.

Las condiciones topográficas del terreno en el cual operaban, que se caracteriza por la falta de elevaciones y montes y por estar surcado en todas direcciones por una gran cantidad de vías férreas, obligaban a las fuerzas de la Brigada a la movilidad incesante y al no establecimiento de un lugar fijo para acampar.

A partir de este momento, Carlos M. de Rojas continuó junto a su padre y hermanos - Alberto y Oscar María de Rojas Cruzat - su carrera como comerciante. Lo anterior, no fue obstáculo para que el 16 de junio de 1899 la Asamblea de Representantes - reunida bajo la ocupación norteamericana de la Isla - le concediera, en reconocimiento a los servicios que prestó a la causa de la Independencia de Cuba, el grado militar de General de División.

Poco después, es designado por el Gobierno Interventor Alcalde de Cárdenas, labor que cumplió con abnegación y patriotismo. Entre las obras más significativas de su gobierno estuvieron, además de las numerosas mejoras urbanísticas que llevó a cabo, la inauguración del Museo y Biblioteca Pública local, segunda institución de este tipo fundada en Cuba y del Mausoleo de los Mártires de la Independencia. El 13 de febrero de 1900 se le ratificó por votación popular como Alcalde, permaneciendo al frente de los destinos de la Ciudad hasta 1903.

Regreso a la vida militar

El 11 de abril de ese mismo año, volvió a la vida militar, al ser designado por el Presidente de la República Tomás Estrada Palma, como Jefe, con el grado de Coronel, de la Guardia Rural de las provincias de Matanzas y Villa Clara. El 22 de junio de 1905 se le nombró Jefe del Cuerpo de Artillería de La Habana, cargo que desempeñó hasta el 8 de abril de 1909, fecha en que se le trasladó - durante el Gobierno de José Miguel Gómez - al Cuerpo de Infantería como Jefe del Segundo Regimiento. Dos meses más tarde, por los resultados alcanzados, fue ascendido a Jefe Interino de la Brigada de Infantería.

El 24 de octubre de 1910, a raíz del fracasado golpe de estado en favor del Dr. Alfredo Zayas, se le nombró Jefe Interino del Ejército en sustitución del general Pino Guerra. En este cargo provisional estuvo hasta el mes de Noviembre, por haber sido nombrado por segunda ocasión Jefe interino de la Brigada de Infantería. Con posterioridad, el 13 de diciembre 1910, se le designó Inspector interino del Ejército.

También, durante el gobierno del general José Miguel Gómez, quedó nombrado el 28 de noviembre de 1912 Brigadier e Inspector General de las Fuerzas Armadas en activo, cargo que ocupó hasta el 16 de noviembre de 1912, fecha en que se le designó como Jefe interino del Ejército, responsabilidad que desempeñó hasta el 7 de febrero de 1913, fecha en que se volvió a ocupar de la inspección de los cuerpos armados.

El 20 de mayo de 1913 - al tomar posesión el general Mario García Menocal del cargo de Presidente de la República - se le dejó cesante, pues el Mandatario quiso favorecer con el cargo que ocupaba Carlos María de Rojas a Manuel Sanguily, a pesar de que gracias al General cardenense, quien renunció a tomar parte en esos órganos de gobierno, Sanguily había podido ocupar prominentes escaños en la Convención Constituyente de 1901 y en el Congreso que se formó en 1902.

El General Rojas regresó a Cárdenas. Poco antes, el 30 de mayo de 1913 se le había designado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Cuba en Perú, nombramiento que no aceptó. Por tal motivo, el 24 de julio de ese mismo año quedó comprendido en los efectos de la Ley del Retiro Militar con el Grado de Brigadier, según se hizo constar en el Decreto No.470. Actividad Política

En 1917 aspiró, sin éxito, a la Alcaldía local. Once años más tarde, regresó a la arena política al ser propuesto por el Partido Liberal como Delegado a su Convención Constituyente por la provincia de Matanzas. Sin embargo, como el dictador Gerardo Machado necesitaba de un hombre con una carrera militar y un prestigio como el suyo, para solucionar los conflictos existentes en su Gabinete, lo nombró el 25 de abril de 1928 Secretario de Guerra y Marina. Cinco años más tarde, el 2 de mayo de 1933, recibió por orden del Asno con Garras y de manos de Mario Ruiz Mesa, el cargo de Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes.

A pesar de haber tenido estos cargos durante el Gobierno de Machado, cuando el 13 de agosto de 1933 el pueblo enardecido se lanzó a las calles de La Habana pidiendo justicia y tomándola por su propia mano, el general Rojas ni sus familiares fueron molestados, ya que nunca participó de las sanguinarias actuaciones y decisiones del Dictador y sus secuaces.

Al respecto, cuenta la profesora cardenense Julia Santiuste, en un inédito e interesante estudio biográfico del General, que al producirse estos sucesos, Virgilio Costa, yerno de Rojas expresó:

... a la vista del peligro que significaba para él en su condición de Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes del Gabinete de Gobierno de Machado, permanecer en aquel hervidero de pasiones se dispuso resueltamente a sacar de la Capital a su padre político para conducirlo a su mansión de Varadero.
Y atravesó con su ilustre guerrero aquellas calles sobre las que llovían muebles, vajillas, cuadros y hasta personas lanzadas desde los pisos superiores de los edificios a la calle, sobre los transeúntes.
Nos refirió el Sr. Costa que cuando atravesaba una calle obstruida por una multitud compacta un individuo se plantó a cierta distancia con los brazos extendidos cerrándoles el paso, visto lo cual, él, que no quería que le interceptaran el paso para seguridad del personaje que conducía, se inclinó para empuñar el revólver que llevaba en el fondo de la máquina; pero el General, sin proferir palabra le colocó la mano sobre el brazo con movimiento expresivo que invitaba a renunciar a toda violencia.
Aquel individuo que interceptaba el paso, sólo deseaba que le permitieran montar en la máquina para llegar a determinado sitio: era un delegado del A. B. C. que en aquella revuelta mandaba en Jefe. Costa compró un periódico y se lo ofreció al General con ánimo de que al leerlo le cubriera la cara, y sin más incidentes pudieron llegar al fin a Varadero a la quinta Rojas. Y mientras los machadistas huían al extranjero o se ocultaban por la persecución de que eran objeto, les saqueaban e incendiaban sus viviendas, Rojas comentaba con una persona de su mayor intimidad de esta manera: - Esta situación de las gentes del partido derrotado es pavorosa. ¿Te acuerdas que cierto día me llamaste bobo, porque no había querido aprovecharme de la posición que tuve en el Gabinete como Secretario de Guerra y Marina para hacerme rico?.
Yo guardé silencio entonces, pero hoy los hechos te dan mi respuesta. Todos los que abusaron del poder atropellando el derecho de las gentes o defraudaron a la Hacienda Pública han muerto, están perseguidos... les han incendiado sus hogares, han tenido que huir de las iras populares. Y yo estoy muy tranquilo sin tener que ocultarme; porque nadie me persigue... ni tiene que tomarme cuenta alguna. Así decía Carlos Rojas en los días de las represalias que siguieron a la caída del Gobierno del General Machado”.[8]

Retirado del Ejército Nacional, que desapareció para convertirse en Ejército Constitucional luego del golpe de estado del 4 de septiembre, el coronel Fulgencio Batista, quien había estado alguna vez bajo su mando, trasladó su retiro, sin solicitarlo Rojas, al nuevo Ejército.

Muerte

El general Carlos M. de Rojas pasó los últimos años de su vida disfrutando del cariño de sus familiares, de sus antiguos subordinados del Ejército Mambí y de todo el pueblo de Cárdenas, que lo veneraba como una reliquia Patria. Entre 1933 y 1945 presidió numerosos actos patrióticos e integró importantes asociaciones locales. El 20 de septiembre de 1945 falleció en Cárdenas, en la casa de su hija Elvira de Rojas. Al morir, hacía ya algunos años que su esposa había fallecido.

Su entierro, del que tomaron parte unas 10 000 personas, se convirtió en una impresionante y espontánea manifestación del dolor popular. La despedida del duelo estuvo a cargo del coronel Alfredo Lima, a nombre del comandante Pablo Villegas, Presidente del Consejo Nacional de Veteranos, y del general Enrique Loynaz del Castillo, a nombre de sus descendientes. Su cadáver fue sepultado en el panteón que posee la familia Rojas en el cementerio de Cárdenas.

Como homenaje permanente a su memoria un antiguo fortín colonial cardenense y un pueblo de la provincia de Matanzas llevan el nombre de quien fue, al decir del Dr. Arnaldo Jiménez de la Cal, Historiador de la Atenas de Cuba, “ejemplo de ética revolucionaria”[9].

Referencias

Fuentes

  • Archivo del Museo Oscar M. de Rojas.
  • Archivo Parroquial de Cárdenas.
  • Archivo personal del autor.
  • Registro Civil de Cárdenas.