José Miguel Gómez

Este artículo trata sobre José Miguel Gómez Gómez. Para otros usos de este término, véase José Miguel Gómez (desambiguación).
José Miguel Gómez
Información sobre la plantilla
Gral de División José Miguel Gomez Gomez.JPG
José Miguel Gómez

Presidente de la República de Cuba

Presidente de la República de Cuba
28 de enero de 1909 - 20 de mayo de 1913
VicepresidenteAlfredo Zayas y Alfonso
PredecesorCharles Edward Magoon[1]
SucesorMario García Menocal Deop
Gobernador de la provincia Las Villas
4 de marzo de 1899 - 30 de septiembre de 1905
Datos Personales
NombreJosé Miguel Gómez Gómez
Nacimiento6 de julio de 1858
Sancti Spíritus, Las Villas, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento13 de junio de 1921
Nueva York, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
OcupaciónMilitar y Político
Conocido porTiburón
Partido políticoPartido Liberal
CónyugeAmérica Arias
HijosMiguel Mariano Gómez

José Miguel Gómez Gómez. Mayor General, combatiente de las tres guerras. Caudillo del liberalismo histórico. En las elecciones convocadas por la segunda intervención militar norteamericana, el 14 de noviembre de 1908, fue elegido para ocupar la más alta magistratura de Cuba la que desempeñó del 28 de enero de 1909 al 20 de mayo de 1913.

Su gobierno se caracterizó por la corrupción política, los negocios turbios, la implantación del juego y un elevado grado de servilismo hacia los intereses norteamericanos e ingleses. Recibió del gobierno interventor el tesoro público en pésimas condiciones. Durante su período presidencial, se pavimentaron calles, se hizo el alcantarillado de La Habana, y se implantó el sistema telefónico.

Se mejoraron los puertos y el sistema ferroviario; se reordenó el poderj udicial; se aprobó y promulgó la Ley Arteaga, que prohibía el pago de los salarios en vales o fichas; Se creó el Ejército Permanente; se estableció la Renta de la Lotería como ente independiente, que fue fuente de corrupción en el país; se incrementó la industria azucarera y la industria minera; Se establecieron las Academia de la Historia, y la de Artes y Letras y de fundó el Banco Territorial de Cuba.

En su gobierno se llevó a cabo la violenta represión contra el Movimiento Independiente de Color en 1912.

Síntesis biográfica

Se incorporó a la Guerra de los Diez Años en 1875, subordinado al entonces coronel Serafín Sánchez y terminó con grado de capitán. Para participar en la Guerra Chiquita se alzó en los primeros días de diciembre de 1879, al frente de un grupo de hombres, con grado de comandante. Después de librar varias acciones en las zonas de Sancti Spíritus y Cabaiguán, capituló ante el enemigo a comienzos de 1880.

Guerra del 95

En la Guerra del 95 se alzó, al frente de 20 hombres, el 11 de septiembre de ese año. Cuatro días más tarde se unió al mayor general Serafín Sánchez, jefe de la 1ra división del 4to cuerpo. El jefe del 4to cuerpo, mayor general Carlos Roloff, le confirió el grado de teniente coronel y le planteó la misión de reagrupar a todo el personal disperso en la jurisdicción de Sancti Spíritus.

A los pocos días regresó con 125 hombres, montados y armados, con los cuales creó el Regimiento de Caballería Máximo Gómez y asumió su jefatura. Después de haber entrado la columna invasora en la provincia de Las Villas, el 3 de diciembre de 1895, escoltó al contingente de infantería, que bajo el mando del entonces general de brigada Quintín Bandera se separó de la columna para dirigirse al valle de Trinidad. Por la actitud mostrada en el combate de Manajanabo, el 8 de febrero de 1896 fue ascendido a coronel.

El 22 de mayo de 1896 recibió el mando de la Brigada con la cual operó en la jurisdicción de Sancti Spíritus, aunque también libró acciones en la región de Trinidad.

Participó en el combate de Manaquitas, el 17 de noviembre de 1896, bajo el mando de Serafín Sánchez y al día siguiente se batió en el combate del Paso de las Damas, donde cayó Serafín. En la [acción de Santa Teresa, el 2 de enero de 1897, recibió una herida en una pierna.

El 7 de febrero de 1897 participó en el segundo combate de Juan Criollo, y al siguiente día hostigó a una columna en el camino de Alonso Sánchez a Taguasco. El 9 de marzo de 1897 combatió en Paredes, y veinte días después atacó a un destacamento enemigo que se dirigía de Las Tunas a Sancti Spíritus. El 18 de enero de 1898 fue nombrado jefe de la 1 división del 4to cuerpo.

El 19 de julio de 1898 tomó el poblado de El Jíbaro, y una semana después tuvo su más destacada actuación en la guerra con la toma de Arroyo Blanco.

Ascensos

Ocupación norteamericana

Fue electo representante a la Asamblea de Santa Cruz del Sur por el 4to cuerpo de Las Villas. Ésta lo eligió para integrar la comisión que presidió el mayor general Calixto García para viajar a Washington en diciembre de 1898. Fue uno de los nueve generales cubanos invitados por los interventores militares norteamericanos al acto de cambio de mando de la Isla, el 1 de enero de 1899.

El 4 de marzo de 1899 fue nombrado gobernador de la provincia de Las Villas. Siendo delegado a la Asamblea Constituyente de 1901, votó a favor de la Enmienda Platt.

El 31 de diciembre de 1901 resultó electo por el pueblo para el cargo de gobernador de Las Villas, el cual ya ocupaba, y al cual renunció el 30 de septiembre de 1905 para presentar su candidatura a la presidencia de la República.

En la República

Encabezó el movimiento armado que estalló el 17 de agosto de 1906 contra la reelección del presidente Tomás Estrada Palma, por lo que dos días después fue capturado y encarcelado durante corto tiempo.

En las elecciones convocadas por la segunda intervención militar norteamericana, el 14 de noviembre de 1908, fue elegido para ocupar la más alta magistratura del país, la que desempeñó del 28 de enero de 1909 al 20 de mayoo de 1913.

Presidencia

El general José Miguel Gómez designó su primer Consejo de Secretarios el 28 de enero de 1909. Formaron parte del gabinete del presidente Gómez:

Gabinete de José Miguel Gómez[2][3]
Secretaría Secretario Fecha de nombramiento
Presidencia José Lorenzo Castellanos
Dámaso Pasalodos Bouffartique
Ignacio Remírez de Estenoz
Ramiro Cabrera Bilbao - Marcaida
28 de mayo de 1909
1 de agosto de 1909
19 de agosto de 1911
22 de febrero de 1913
Estado Justo García Vélez
Manuel Sanguily Garrite
28 de enero de 1909
22 de enero de 1910
Justicia Luis Octavio
Emilio del Junco Pujades
Jesús María Barraqué Adué
Juan Manuel Menocal
Ignacio Remírez de Estenoz González
28 de enero de 1909
1910
1911
1912
1913
Gobernación Nicolás Alberdi
Francisco López Leyva
Manuel Sanguily Garrite
Gerardo Machado Morales
Federico Laredo Bru
Juan Mencía Moreno
28 de enero de 1909
1909
1910
1910
1912
1912
Obras Públicas Benito Lagueruela 28 de enero de 1909
Sanidad Matías Duque
Manuel Varona Suárez
28 de enero de 1909
30 de octubre de 1909
Instrucción Pública Ramón Meza y Suárez Inclán
Mario García Kohly
28 de enero de 1909
16 de abril de 1910
Hacienda Marcelino Díaz de Villegas
Francisco de Paula Machado
Rafael Martínez Ortiz
Manuel Gutiérrez Quirós
28 de enero de 1909
*
*
*
Agricultura Ortelio Foyo Portal
Martín Morúa Delgado
Francisco de Paula Machado
Rafael Martínez Ortiz
Emilio del Junco Pujades
28 de enero de 1909
16 de abril de 1910
10 de mayo de 1910
22 de agosto de 1910
6 de abril de 1911

En el nuevo equipo ministerial tocaron a los partidarios de Alfredo Zayas las carteras de Estado, Agricultura, Obras Públicas e Instrucción Pública y las restantes a los liberales históricos. Martín Morúa Delgado presidió el Senado y el coronel Orestes Ferrara, la Cámara de Representantes.

Durante su gobierno se creron dos nuevas secretarías. Pocos días después de asumir el poder se promulgó la Ley del Poder Judicial, que se encontraba en el Congreso desde el gobierno interventor de Charles Magoon.

En el comienzo de su mandato José Miguel enfrentó una seria escacez de dinero, producto de la nefasta gestión económica del gobierno interventor. Ésto lo obligó a endeudar aún más al país y contrajo otro empréstito por valor de 16 millones de pesos. Durante su gestión se construyeron 521 Km de carreteras [4] y se atendieron y conservaron las existentes. Se construyeron nuevas líneas de ferrocarril y numerosos puentes; se reconstruyeron los muelles de la aduana de Cienfuegos; se dragaron varios puertos de la Isla y se mejoraron y construyeron algunos acueductos.

Contribuyó su gobierno a la creación de granjas agrícolas y a la creación del Banco Territorial y estimuló la emigración hacia el país. Durante los cuatro años de su mandato entraron en Cuba 140 mil inmigrantes[4] que se dedicaron fundamentalmente a la agricultura y la industria.

Durante su mandato se crearon la Academia Nacional de Artes y Letras y la Academia de la Historia, se reorganizaron la Biblioteca Nacional y las bibliotecas públicas. Por un Decreto Ley de José Miguel, luego refrendado por el Congreso se creó en febrero de 1913 el Museo Nacional que quedó inaugurado en el Frontón Jai Alai, cedido por el Ayuntamiento de La Habana.

José Miguel Gómez prohibió por ley el pago con vales y fichas en los talleres, compañías y centrales azucareros que obligaban a los obreros a comprar a muy altos precios en las tiendas de los dueños o a cambiar las fichas con descuento. También comenzó a regir la Ley del máximo de tarea y el salario mínimo. José Miguel Gómez, a pesar de representar los intereses de sectores monopolistas extranjeros y oligárquicos nacionales siempre prestó atención a la base social de su partido. en uno de sus mensajes al Congreso señaló:

"El poder legislativo ha de realizar un esfuerzo gallardo votando una previsora ley sobre accidentes de trabajo, otra sobre el trabajo de la mujer y del niño, y (...) que establezca tribunales de arbitraje, compuesto de patrones y obreros en igual número, presididos por funcionarios probos e idóneos"[4]

Una de las grandes preocupaciones de José Miguel Gómez fue la de consolidar el prestigio internacional de la naciente República de Cuba. Abrió legaciones y consulados donde pudo hacerlo y facilitó de manera invariable el dinero necesario para que siempre hubiese una delegación cubana en congresos mundiales donde se trataban asuntos que pudiesen contribuir al progreso de la Isla y en los que Cuba pudiera hacer sentir su presencia.

Su gobierno se caracterizó por la corrupción política, los negocios turbios, la implantación del juego y un elevado grado de servilismo hacia los intereses norteamericanos e ingleses. En su mandato los capitales extranjeros consolidaron su dominio sobre los principales renglones económicos del país. De 1909 a 1913 se invirtieron en Cuba, 112 491 190 millones de pesos, de los cuales 35 millones correspondieron a capitales norteamericanos y 60 419 190 a capitales británicos[4]. Quedaron en manos de las compañías extranjeras, ferrocarriles, tranvías, plantas de alumbrado, tierras, fábricas de azúcar, obras portuarias, compañías teléfonicas y parte de la banca del país entre otros renglones.

Durante el gobierno de José Miguel quedó restablecida la lotería nacional que fue una magnífica fuente de ingresos, mantenedora de botelleros y políticos venales. También autorizó las peleas de gallos, que habían sido prohibidas por los norteamericanos durante la primera intervención.

Fue muy criticado igualmente por amplios sectores del país el cambio de los terrenos del Arsenal por los de Villanueva (donde actualmente se encuentra el Capitolio Nacional), para la construcción de una nueva terminal de ferrocarriles. Muchos vieron en el canje un negocio turbio que permitió al gobierno embolsarse varios millones de pesos.

En julio de 1911 debió afrontar el alzamiento del General del Ejército Libertador Guillermo Acevedo, movimiento de escasa importancia que fue sofocado rápidamente por la guardia rural.

De mayor importancia fue el movimiento de veteranos. Éstos protestaban por porque se privilegiaba en los puestos públicos a aquellos que de modo directo o indirecto habían combatido la independencia nacional. El gobierno de José Miguel Gómez respondió al movimiento de veteranos abriendo las arcas del Estado y repartiendo puestos públicos y poco a poco el movimiento languideció hasta desaparecer. Debido al movimiento de veteranos el Congresó votó una ley que desplazaba de los puestos públicos a aquellos que habían sido enemigos de la independencia; José Miguel la refrendó con su firma, pero el Tribunal Supremo la declaró incostitucional.

Mientras fue presidente nunca pensó en la reelección. Un grupo de amigos comenzó a manejar la idea de la reelección y a trabajar para llevarla a la práctica. Se constituyó un comité de propaganda y se celebraron fiestas para lanzar la idea. Por ese motivo José Miguel Gómez decidió cortar de raíz esos intentos y en la proclama presindecial del 28 de enero de 1911 declaró:

"Lo diré por última vez, en términos concluyentes de toda suspicacia y duda: quiero tener la gloria de ser el primero que se opuso a su reelección, quiero dar ese ejemplo a mi pueblo. Éso es lo que entiendo prudente, previsor, patriótico (...) No Comprometeré el porvenir de la patria por aferrarme porfiadamente a este cargo que, conservado así sería por predominio de pasiones vulgares y egoístas (...)"[4]

Para las elecciones de 1912 se creó una comisión integrada por un miembro de cada uno de los partidos políticos constituidos presidida por el secretario de Gobernación con la misión de aclarar cualquier desavenencia que surgiese en medio de la lucha electoral. El Partido Liberal postuló al doctor Alfredo Zayas y perdió.

Triunfó la Conjunción Patriótica Nacional que llevaba de candidato al conservador Mario García Menocal para presidente y a Enrique José Varona para vice. La aristocracia criolla, los altos intereses azucareros y la burguesía cubana nunca disimularon sus desprecio por el ascenso de las masas durante la administración de José Miguel Gómez y apoyaron con todas sus fuerzas la candidatura de Menocal.

Represión a los Independientes de Color

El 25 de febrero de 1912 Una nutrida representación del Partido de los Independientes de Color presidida por Evaristo Estenoz lo visitó e hizo entrega de un documento firmado por el ejecutivo de ese partido, quejándose de una enmienda aprobada por el Senado y la Cámara en la que no se consideraron partidos políticos a las agrupaciones constituidas exclusivamente por individuos de una sola raza o color y grupos independientes que persiguen un fin racista. Gómez les respondió que él nada podía hacer al respecto pues tenían que dirigirse al Congreso para esa solicitud.

La situación se deterioró rápidamente y el 23 de abril el fiscal del Tribunal Supremo denuncia la propaganda del ilegalizado Partido de los Independientes de Color como sediciosa. Se nombra un juez especial y se dictan órdenes de prisión contra los directores del movimiento. La policía es acuartelada.

El 3 de mayo fue aprobada la Ley Morúa por ambas cámaras del Congreso. Según esa ley serían ilegales los partidos constituidos sobre la base de criterios raciales.

Algunas fuentes aseguran que existió un entendimiento previo entre el presidente José Miguel Gómez y Evaristo Esténoz, previo al alzamiento y que éste no existió en realidad. Según estas fuentes se trató se una masacre calculada por parte del gobierno de José Miguel para reafirmar su autoridad[5]

Otros consideran que la crueldad con que actuaron las fuerzas del ejército en la represión del Partido de los Indepedientes de Color fue resultado de las presiones norteamericanas sobre el gobierno de José Miguel Gómez, que lo impelieron a imponer el principio de autoridad ante la amenaza de una nueva intervención, pues ante el alzamiento el gobierno norteamericano ofreció barcos y soldados. Ante el peligro de intervención José Miguel respondió en carta al gobierno de Estados Unidos:

"(...) Es mi deber advertir que una solución de esta especie lástima el sentimiento de un pueblo amante y celoso de su independencia, sobre todo cuando ni tales medidas se deciden por acuerdo entre ambos gobiernos, lo que coloca a Cuba en humillante inferioridad por el olvido de sus derechos nacionales (...)"[4]

El balance exacto de la masacre racista de 1912 no es conocido. Las cifras oficiales cubanas informaron que el número de muertos era más de 2 000. Los ciudadanos norteamericanos residentes en Oriente lo estimaron de 5 000 a 6 000. Guillermo Lara, un independiente que estuvo junto a Estenoz, habló de 5 000 muertos. Estos informes contrastaban con la cifra oficial de 16 muertos en las fuerzas armadas, entre los que estaban incluidos ocho negros y mulatos asesinados por sus compañeros blancos y otras víctimas de disparos escapados[6]. Con la represión del Movimiento de los Independientes de Color, celebrada por la prensa y las principales figuras políticas del país, el mito de la igualdad racial quedó sin sustentación alguna en Cuba republicana.

Tras la presidencia

Para las elecciones de 1916 quedaron como candidatos del Partido Liberal, Alfredo Zayas para presidente y el coronel Carlos Mendieta para vice. José Miguel mostró desde el principio reticencia a que el Partido llevara como candidato a Zayas. En las elecciones fue declarado vencedor el presidente Menocal en uno de los fraudes electorales más grandes de la historia de Cuba.

Ante el fraude electoral los liberales con José Miguel al frente se alzaron en armas contra Menocal. Lograron los liberales dominar el territorio de la provincia de Camagüey, así como la ciudad de Santiago de Cuba. Sin embargo José Miguel perdió demasiado tiempo y el ejército se movió con más rapidez y eficacia que los opositores.

Menocal recibió el apoyo de Estados Unidos que no deseaba desórdenes en Cuba en plena Guerra Mundial. El gobierno norteamericano declaró que no reconocería a ningún gobierno que surgiera de la insurrección y estó abatió a gran parte de los liberales. José Miguel Gómez cayó preso en Caicaje junto con su hijo Miguel Mariano y toda la escolta, y fue internado en el Castillo del Príncipe.

Fue Beneficiado por la amnistía del 18 de marzo de 1918 que lo favoreció junto a sus seguidores y volvió a la vida pública. Aspiró nuevamente a la presidencia en 1920 y se enfrentó a su antiguo vicepresidente el Doctor Alfredo Zayas. Perdió frente a él y entonces, desencantado de la vida política cubana, se marchó a los Estados Unidos.

Muerte

Murió, víctima de una pulmonía, en el Hotel Plaza, de Nueva York, el 13 de junio de 1921. Sus honras fúnebres se celebraron en la Catedral de San Patricio y el ejército norteamericano le rindió los honores inherentes a su grado de mayor general y a su condición de expresidente.

Sus restos llegaron a La Habana en un ataúd de bronce. Su hijo Miguel Mariano tuvo que imponerse sobre los que lo recibieron que querían llevar el ataud en andas por las calles de La Habana. Lo velaron en su casa de Prado esquina a Trocadero. Su entierro fue una de las más grandes manifestaciones de duelo que recuerda La Habana.

Referencias

Fuentes

  • Escalante Colás, Amels; Jiménez González, Angel y otros: Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte (1510 – 1898). Tomo I Biografías’’. Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2004
  • Presidentes cubanos en la neocolonia: historias tras el adiós (I). Disponible en Juventud Rebelde. Consultado el 29 de diciembre de 2011.