El Diezmo
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El Diezmo. Es la décima parte (o el 10 %) de todas las entradas de un creyente, la cual es dedicada para los usos sagrados de la obra del Señor. Es decir cada creyente debe consagrar el 10 % de sus entradas financieras para el sostenimiento de la obre del Señor aquí en la tierra.
Reseña
Dios ha establecido que su obra sea sostenida financieramente por los propios miembros de su pueblo. El método bíblico establecido por Dios para el sostén de su obra financiera es: el diezmo y las ofrendas.
Vigencia del diezmo
Para demostrar la vigencia del diezmo, debemos probar bíblicamente que éste ha estado presente en todas las épocas dentro del pueblo de Dios.
El diezmo presente en los patriarcas
Esto nos demuestra que el diezmo es una práctica de devoción a Dios, que existe desde los tiempos antiguos.
El diezmo presente en la ley mosaica
Fue establecido por Dios en la ley de Moisés, donde cada israelita debía consagrar a la obra de Dios la décima parte de todas sus posesiones, es decir, no solamente de su dinero, sino también de todo el fruto de la tierra, de los animales, etc. Este diezmo era dedicado al sostenimiento de la obra de Dios de los que servían a Dios en sus atrios o sea sacerdotes y levitas (Deuteronomio 14:22-23) (Levítico 27:30-32).
El diezmo presente en la época de los reyes
Durante la época de los reyes de Israel, los judíos continuaban cumpliendo la ley de Dios relacionada con el diezmo (2 Crónicas 31:4-6).
El diezmo presente en el mensaje de los profetas
Cuando el pueblo de Dios descuidaba lo relacionado con el diezmo y las ofrendas, el mismo Dios levantaba profetas que denunciaran el pecado del pueblo y exhortaban a los judíos a cumplir con este mandamiento del Señor dado en la ley de Moisés (Malaquías 3:6-12).
El diezmo presente en el tiempo de Cristo
El diezmo continuaba presente en el tiempo de Cristo. En cierta ocasión el Señor habló algo acerca del diezmo (Mateo 23:23). Algunos han interpretado erróneamente que con estas palabras, nuestro Señor Jesucristo estaba aboliendo la observancia del diezmo, pero cuando analizamos cuidadosamente el texto, interpretamos que aquí Jesús no estaba aboliendo el diezmo, sino que estaba enseñando a los fariseos que más importante que el diezmo era predicar la justicia, la misericordia y la fe. Era necesario que ellos practicaran estas cosas, pero sin dejar de diezmar. Con estas palabras Cristo estaba confirmando la práctica del diezmo.
El diezmo presente en la Iglesia de Cristo
Cuando escudriñamos en el Nuevo Testamento, encontramos algo muy interesante: no aparece ningún mandamiento de diezmar para el cristiano. ¿Por qué motivo es esto?. La Biblia sí enseña que el cristiano debe sostener financieramente la obra de Dios (2 Corintios 9:6-7). Es decir, el principio de sostener la obra de Dios se mantiene como un deber o responsabilidad del creyente en Cristo. Ahora bien, puede surgir una segunda pregunta, ¿Por qué entonces el cristiano tiene que diezmar?. Dios no le impuso al cristiano como un mandamiento el diezmo ya que nosotros vivimos experimentando la gracia de Dios en nuestras vidas, y hemos conocido el poder redentor de nuestro Señor Jesucristo, Dios espera que espontáneamente, y no por una obligación, cooperemos para el sostenimiento de su obra. Se ha establecido el diezmo, porque el cristiano de la gracia, no puede dar menos que el judío de la ley. Es por esta razón poderosa, que el cristiano continúa diezmando para su Dios.
Estos seis puntos nos demuestran que el diezmo está vigente para el verdadero hijo de Dios, en todos los tiempos.
Resultados del diezmo
El diezmo puede traer resultados positivos para la persona que lo practica, así como resultados negativos para el creyente que lo ha descuidado. Usaremos la porción bíblica de Malaquías 3:8-12 para ver este doble resultado:
a) Resultados negativos sobre el creyente que no diezma: (Malaquías 3:8-9)Aquí Dios declara que el creyente que no diezma le está robando, ya que esta décima parte no le pertenece al hombre, sino a Dios. Como resultado de no diezmar viene maldición sobre nuestras vidas, esa maldición se manifiesta en la falta de prosperidad y bendición de Dios.
b) Resultados positivos sobre el creyente que diezma frecuentemente: El creyente que diezma con alegría -no por obligación- y con felicidad, verá cómo Dios suplirá todas sus necesidades oportunamente y cómo lo irá prosperando progresivamente. Malaquías 3:10) (2 Corintios 9:6-11).
El diezmo es un deber de cada creyente en Cristo.
Fuentes
- Yasmani A. Peña Pérez (Teología I ILEC Jiguaní).
- Noticiasantesdelfin.com
