Amalia Lindegren

Amalia Lindegren
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Pintora sueca, que se convirtió en una célebre retratista de la élite.
NombreAmalia Euphrosyne Lindegren
Nacimiento22 de mayo de 1814
Estocolmo, Bandera de Suecia Suecia
Fallecimiento27 de diciembre de 1891
Estocolmo, Suecia
Nacionalidadsueca.
OcupaciónPintora.

Amalia Lindegren. Fue una de las artistas y pintoras más populares de Suecia en el siglo XIX. Además de la primera mujer sueca en recibir una beca para estudiar arte en el extranjero. Miembro de la Real Academia de las Artes de su país.

Síntesis biográfica

Nació el 22 de mayo de 1814 en Estocolmo, Suecia. Su madre, Anna Catharina Lindegren, quien estaba casada con el conserje Anders Lindgren, pero no era su padre biológico. A la edad de tres años de Amalia muere su madre y es entonces adoptada por la acaudalada viuda de su supuesto padre biológico, el noble Benjamin Sandels.

Desde niña recibió la educación típica de clase media alta, incluyendo el aprendizaje del francés, la música y lo más importante para Amalia, el dibujo.

En la década de 1840, Amalia desarrolló su educación artística, ya para 1842, se matriculó en una escuela de dibujo, convirtiéndose en alumna de otra artista femenina, Carin Sophie Adlersparre.

Con posterioridad el escultor Carl Gustaf Qvarnström, que enseñaba en la Real Academia Sueca de Bellas Artes, se interesó mucho por la obra de Amalia y quiso desarrollar su talento, pero no fue hasta 1847 que Qvarnström consiguiera que Lindegren fuera admitida en la Escuela de Antigüedades de la Academia como estudiante extra, pues hasta entonces solo se admitían mujeres, allí Amalia estudió unos dos años y perfeccionó sus habilidades como retratista dibujando con moldes de yeso de esculturas antiguas como base.

A lo largo de su formación, Amalia fue una de las pocas estudiantes femeninas. En la Academia, estudió con 30 hombres, pero solo con otras cinco mujeres. En 1850, se convirtió en la primera mujer sueca en recibir una beca para viajar y estudiar arte en el extranjero.

Al marcharse de Suecia, Amalia viajó a París, la capital internacional del arte de la época. Allí amplió su repertorio para incluir la pintura de género, es decir, escenas en las que la gente común y corriente desarrolla su vida cotidiana, aquí fue estudiante de Léon Cogniet y Ange Tissier.

También pasó un tiempo en Alemania. En Múnich, participó en un círculo artístico relacionado con la pintura histórica, y en Düsseldorf empezó a formar parte de un influyente centro de arte, a cuyos artistas les interesaba pintar costumbres y trajes populares. Asistió a la Academia de Bellas Artes de Düsseldorf y de Múnich, y visitó Roma en 1854 - 1855.

Amalia regresó a Estocolmo en 1856 y siguió viviendo una vida independiente. Alquiló un estudio e intentó establecerse como retratista, una forma segura de ganarse la vida para un artista.

Labor profesional

En 1850 Lindegren fue nombrada miembro asociado de la Real Academia Sueca de Bellas Artes y varios años después miembro de pleno derecho.

La creación de obras de arte era un elemento importante de la beca, Lindegren escribió a la Academia de Bellas Artes para informarles de que había terminado una pintura que representaba a un hombre con vestimenta turca, cabeza y hombros en Múnich en 1854.

Recibió encargos para pintar retratos de Estocolmo de la alta sociedad sueca. En 1859, Amalia pintó retratos del nuevo rey y la reina, Carlos XV y Lovisa. Los encargos reales se siguieron sucediendo y en 1865 pintó un retrato de Sofía, la cuñada del rey. Se reprodujeron muchos de estos retratos de moda en periódicos y revistas, contribuyendo a la fama de Amalia Lindegren.

A Lindegren además de los retratos, le gustaba pintar pinturas sentimentales con temas de la vida cotidiana. En 1857 hizo un viaje de estudios a Dalarna, la provincia natal de su madre en el centro de Suecia, allí se inspiró en la gente, su ropa y sus tradiciones y creó pinturas idealizadas que celebraban su forma de vida campesina. Su cuadro Lillans Sista Bädd de 1858 se convirtió en uno de los cuadros más conocidos de Suecia en ese momento. En él se representa una casa de campo, en donde una familia llora a su hijo fallecido en una cuna.

Sus pinturas fueron muy populares y se reprodujeron innumerables veces como litografías. Se expusieron en toda Europa: en Londres en 1862, en Dublín en 1865, en París en 1867 y en Viena en 1873 e incluso llegaron a cruzar el Atlántico exponiéndose en Filadelfia en 1876 y en Chicago en 1893.

En 1853, uno de los principales periódicos suecos, Pos- och Inrikes Tidningar, comentó el trabajo de Lindegren, con lo que en ese momento pasó por un cumplido: Pinta como un hombre expresó.

En la década de 1860, su éxito artístico se entendió como una inspiración para los defensores de los derechos de la mujer y un sólido argumento para acabar aceptando a mujeres en la Academia.

Amalia Lindegren en 1856 fue nombrada miembro de la Real Academia Sueca de las Artes, fue además miembro honorario de la Sociedad Británica de Mujeres Artistas y recibió el galardón Litteris et Artibus en Londres.

Muerte

Amalia Lindegren murió el 27 de diciembre de 1891 en Estocolmo, Suecia.

Galería

Fuentes