Marcial Maciel Degollado

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Marcial Maciel
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Marcial Maciel Degollado (1920-2008), sacerdote pedófilo mexicano.jpg
Marcial Maciel Degollado (1920-2008) fue un pedófilo mexicano que abusó durante décadas de decenas de niños y adolescentes mexicanos.
NombreMaciel Degollado, Marcial
Nacimiento10 de marzo de 1920
ciudad de Cotija,
estado de Michoacán,
México Bandera de los Estados Unidos Mexicanos
Fallecimiento30 de enero de 2008 (87 años)
Naples,[1]
condado de Collier,
estado de Florida,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Causa de la muerteparo cardiorrespiratorio
ResidenciaMéxico
Nacionalidadmexicana
Ciudadaníamexicana
Ocupaciónsacerdote católico, líder de secta
Conocido porporque abusó de decenas de niños y jóvenes religiosos de las instituciones que él creó
Partido políticoanticomunismo
CónyugeNorma Baños (1960-2016) entre 1977 y 2008 (la muerte de él)
Hijosseis
PadresMaura Degollado Guízar, y
Francisco Maciel
Familiares
  • obispo Rafael Guízar Valencia (1878-1938), primer santo mexicano (tío abuelo materno)
  • obispo Antonio Guízar y Valencia (tío abuelo materno)
  • obispo Francisco González Arias (tío segundo materno)
Obras destacadasEl salterio de mis días (plagiado en un 80 % de un libro llamado El salterio de mis días)

Marcial Maciel Degollado (estado de Michoacán, 10 de marzo de 1920 - estado de Florida, 30 de enero de 2008) fue un sacerdote católico mexicano que fundó la Legión de Cristo y el movimiento Regnum Christi, sirviendo como director general de la legión de 1941 a 2005. Durante la mayor parte de su carrera, fue respetado dentro de la iglesia como «el mayor recaudador de fondos de la moderna iglesia católica romana» y como un prolífico reclutador de nuevos seminaristas en un momento de declinación de las vocaciones sacerdotales.[1]

Plagió descaradamente el libro de cabecera de los legionarios, titulado El salterio de mis días.[2] Impuso a toda su secta un cuarto voto de silencio para guarecerse de denuncias.[2]

Al final de la vida de Maciel, se reveló que desde 1940, el sacerdote había abusado sexualmente de niños, niñas y varones jóvenes. Después de su muerte, salió a la luz que también había mantenido relaciones con al menos dos mujeres ―una de las cuales era menor de edad―. En toda su vida engendró al menos seis hijos ―de tres mujeres diferentes―, de los cuales abusó por lo menos a dos varones.[3] El 13 de mayo de 2010, el «padre» Álvaro Corcuera (1957-2014, líder heredero de la secta),[4] viajó desde Roma hasta Nueva York para reunirse con el exsacerdote Juan Vaca (73), una de las víctimas más antiguas del pedófilo Marcial Maciel, quien cuando era un joven sacerdote solicitó varias veces al Vaticano que derrocaran a Maciel. Corcuera no quiso mencionar la suma de dinero que facilitó a Vaca por su silencio.

En 2006, el papa Benedicto XVI retiró a Maciel del ministerio activo basado en los resultados de una investigación que había comenzado cuando Razinger era jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, antes de su elección como papa en abril de 2005. Maciel recibió la orden de «realizar una reserva vida de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público».

El 25 de marzo de 2010 ―dos años después del fallecimiento de Maciel, en 2008―, un comunicado en el sitio web de la legión reconoció como un hecho las «acciones reprobables» de Maciel, incluido el abuso sexual de todos los seminaristas que había reclutado. En mayo de 2010, el Vaticano denunció las acciones de Maciel y nombró un delegado papal para supervisar la orden y su gobierno.

Maciel fue el «sacerdote de más alto rango disciplinado por acusaciones de abuso sexual». Toda su vida fue adicto a varias drogas, que conseguía de manera ilegal, como la morfina y el demerol.[5]

Síntesis biográfica

Vida temprana y entrenamiento

Maciel nació en la ciudad mexicana de Cotija (estado de Michoacán de Ocampo), 182 km al sureste de la ciudad de Guadalajara, y 500 km al oeste de Ciudad de México. Fue el cuarto hijo de once, en una familia con fuertes conexiones con la Iglesia católica. Numerosos parientes eran sacerdotes en la Iglesia. Debido a su afeminamiento, tuvo una infancia problemática: su padre, alcohólico, abusaba de él, y alentaba a sus hermanos mayores a hacer lo mismo, «para sacarle lo afeminado». Con el fin de «hacerlo hombre» envió al niño a trabajar en los campos de azúcar. Varias décadas más tarde, Maciel le dijo a una de sus propias víctimas que desde el primer día los conductores de mulas en el rancho de su padre abusaron sexualmente de él.

Rafael Guízar Valencia (1878-1938), primer santo mexicano, tío abuelo de Marcial Maciel y su protector en sus primeros tres años como seminarista.

Maciel era sobrino nieto del obispo Rafael Guízar (1878-1938), quien en 2007 fue canonizado como primer santo mexicano. En enero de 1936, Guízar llevó al afeminado adolescente Marcial Maciel (15) a vivir a su casa ―aunque vivieron en habitaciones separadas contiguas―, dentro del seminario de Veracruz, diócesis en la que Guízar era obispo. El seminario operaba clandestinamente ―debido a las Guerras cristeras― en la ciudad de México D. F. Durante tres años Maciel fue «protegido» ―como se decía en esa época― del padre Rafael.[6] En diciembre de 1937, mientras predicaba una misión en Córdoba, sufrió un ataque cardíaco que lo postró para siempre en cama. Desde el lecho del dolor dirigía la diócesis y especialmente su seminario, mientras preparaba su alma al encuentro con el Señor, celebrando todos los días la santa misa.

Se ha especulado que tres años después, una violenta pelea entre ambos contribuyó a la muerte de este tío abuelo materno, que sufrió un ataque al corazón.[6] Uno de los antiguos colaboradores de Maciel ―que cuando era seminarista fue abusado por Maciel― durante una de las relaciones sexuales le oyó vanagloriarse de haber envenenado con cianuro a su tío abuelo, el obispo Rafael Guízar, que avaló la carrera eclesiástica del ambicioso sobrino en el convulso México de los años 1930.[2]

El día anterior a la muerte del obispo Guízar, se le había escuchado gritar enojado a Marcial Maciel. Estaba reprendiendo fuertemente a su sobrino de dieciocho años después de que dos mujeres vinieran a la casa del obispo para quejarse de Maciel, que era su vecina. El padre Orozco, que estaba entre el grupo original de niños que fundó la Legión de Cristo en 1941, dijo que escuchó que las mujeres se habían quejado de los extraños ruidos que Maciel estaba haciendo con los niños que había traído a su casa para enseñarles religión. Dijo que los funcionarios del seminario culparon a Maciel del ataque al corazón de su tío.
Jason Berry y Gerald Renner Vows of silence: the abuse of power in the papacy of John Paul II (2004)[7]

El obispo san Guízar falleció el 6 de junio de 1938.

El 2 de septiembre de 1938, Marcial Maciel ingresó como seminarista en el Seminario Interdiocesano de Montezuma (estado de Nuevo México), manejado por otro tío suyo, Antonio Guízar y Valencia (obispo de Chihuahua), que lo había abierto en Estados Unidos debido a la persecución religiosa en México.[8] Apenas nueve meses después, en junio de 1939, fue expulsado de la diócesis de Chihuahua. Su tercer pariente obispo, Francisco María González Arias (primo hermano de su madre), lo admitió en la Diócesis de Cuernavaca. El 6 de diciembre de 1939 volvió a Montezuma como seminarista de la Diócesis de Cuernavaca.[6]

Maciel era expulsado de los seminarios por razones que nunca han sido reveladas.

El 17 de junio de 1940 fue expulsado por segunda vez del seminario de Montezuma. Se le obliga a salir de noche y sin despedirse. En la hagiografía[9] que le publicaron en su cumpleaños n.º 50 afirmó que la causa de su partida fue organizar un grupo de devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Siguió preparándose al sacerdocio bajo la guía personal del obispo de Cuernavaca. No estudió en ningún seminario ni completó los estudios exigidos normalmente para la ordenación.[6]

Fundación de la secta

El 3 de enero de 1941 reunió a trece niños de entre 12 y 14 años a los que instaló en una casa que compró con dinero de su tío segundo Francisco González Arias (obispo de Cuernavaca) en la calle Guadalupe Victoria n.º 21 del suburbio de Tlalpan (a 19,3 km del centro de la ciudad de México). La comunidad no era una nueva congregación, sino una extensión del seminario de Cuernavaca, bajo la guía de su tío, el obispo González Arias. Por razones que se desconocen, ninguno de los trece niños perseveró en la comunidad. Sin embargo para los legionarios este fue el momento fundacional de la secta. Desde el principio, se desempeñó como «director general».[6]

Tres años después, en septiembre de 1944, el padre de un estudiante acusa a Marcial Maciel ante el obispo de Cuernavaca, de que en unas diez ocasiones distintas Maciel había solicitado a su hijo de trece años que lo masturbara. Desaparece la sede de la secta, y se muda a calle Madero n.º 12, en la parroquia San Jacinto, a 15,7 km al suroeste del centro de México. El padre Luis Ferreira llega a la comunidad de niños para tomar la Dirección de esta.[6]

Conocí muy bien a Mamá Maurita. Luego de desarraigarnos de nuestras familias, Marcial Maciel nos llevaba con ella para que la viéramos como una madre. Parte de su estrategia era imponernos a su familia para olvidar a la nuestra. La madre de Mon Pére era, por lo tanto, la madre de todos nosotros.
La recuerdo arrinconada en su casa de Cotija sin hablar, muda, con las uñas amarillentas de nicotina, pues todo el día se la pasaba fumando. Las bachas de cigarro sin filtro casi le quemaban los dedos De pronto nos lanzaba una sonrisita de idiota. El tabaquismo terminó por avejentarla muchísimo. Todo el día se la pasaba en su casa sin hacer nada. Ni siquiera tejía ―como hacen algunas mujeres michoacanas―. Sus obras de caridad son puros inventos: nadie le conoció nada.
Ella sabía de la pederastia de su hijo, como también lo sabían los hermanos de Marcial Maciel. El mayor de ellos, Francisco, golpeaba a Marcial cuando lo descubría en sus juegos sexuales. Y este se iba a refugiar con su mamá. Ella lo salvó de muchas palizas. A ojos cerrados, doña Maurita lo solapaba, por eso Marcial la quiso tanto. Aquella era una familia disfuncional, como las llaman ahora. A doña Maurita su esposo la abandonó para irse a vivir con una mujer creo que de Veracruz. Dicen que era una voluptuosa costeña muy distinta a doña Maura. Antes de morir, el papá de Maciel estuvo un año postrado en cama, muy enfermo. Y ni Mamá Maurita ni Marcial Maciel fueron a visitarlo. Este jamás mencionaba a su padre.
Alejandro Espinosa, pupilo de Maciel y autor del libro El legionario[10]

Se convirtió en sacerdote solo después de que uno de sus tíos lo ordenó sacerdote el 26 de noviembre de 1944, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, a 9 km al norte del centro de México, sin haber completado los estudio normales de cualquier sacerdote: teología fundamental, cristología, teología dogmática, teodicea, teología moral, estudios bíblicos, estudios pastorales, liturgia, derecho canónico, filosofía, ontología, ética, lógica, crítica, historia de la iglesia, predicación, oratoria, literatura, música, psicología, psicología metafísica, psicología experimental, sociología, antropología, comunicaciones, metodología, idiomas (latín, griego antiguo, hebreo bíblico, italiano, francés e inglés), entre otras asignaturas.

En abril de 1946, el rector de la universidad jesuita de Comillas (459 km al norte de Madrid, en la España franquista) hizo una gira por Latinoamérica ofreciendo becas para llevar estudiantes a Comillas. El padre Maciel le propone llevar al grupo que dirige en México. En septiembre de ese año (1946) se traslada a Comillas a cargo de un grupo de estudiantes y allí funda una segunda comunidad, donde atrae y abusa sexualmente de niños españoles. A lo largo de 1947, una quincena de seminaristas españoles de Comillas, de mayor edad que los mexicanos, ingresan a la comunidad de Maciel, atraídos por la personalidad seductora del fundador. Con el tiempo serán las cabezas de la secta. Los jesuitas, alarmados por informaciones negativas sobre Marcial Maciel, le prohíben entrar en el recinto universitario de Comillas.[6]

En mayo de 1948, Maciel se entera de que viene en camino una carta desde Roma en el que solicitan a su tío, el obispo de Cuernavaca, que no se involucre en la erección que Maciel trata de realizar. Entonces le solicita a su tío que adelante la inauguración. El 13 de junio de 1948 sucede la erección de la secta con categoría de «congregación de Derecho Diocesano» con el nombre de Misioneros del Sagrado Corazón y de la Virgen de los Dolores. Los tres primeros religiosos emiten sus votos. Nace canónicamente la secta Legión de Cristo. En Roma comienza la construcción del Colegio de la Congregación. En diciembre de 1949 comienza a abusar sexualmente del niño J. J. V., de doce años. Los contactos homosexuales con este seminarista se prolongarán durante trece años, hasta 1962. Como un halago hacia el papa Pío XII (que reinó entre 1939 y 1958), la congregación se denomina «Legionarios del Papa». Maciel llama a sus discípulos «papistas». En 1952 se inaugura el Colegio de Roma como Filosofado y Teologado. Comienza en la ciudad de México la construcción del Instituto Cumbres, primera obra de Apostolado de la Legión de Cristo, que se inaugurará en febrero de 1954.[6]

En septiembre de 1956, algunos legionarios acusan al padre Marcial Maciel ante la Congregación de Religiosos de ser adicto a las drogas y de realizar actos de sodomía con los estudiantes más pequeños. Décadas más tarde se determinaría que enviaba a sus seminaristas abusados a comprar la morfina y les hacía prometer que no lo denunciarían.[2] La Congregación de Religiosos le destituye por escrito como «superior general» y le prohíbe entrar en Roma y solicitar audiencias a cardenales de la Iglesia. Monseñor Polidoro es enviado a vivir en la Legión de Cristo como «visitador» (o sea, un supervisor que analizará si se están cometiendo delitos). En mayo de 1957, el padre Marcial Maciel emprende un viaje por Madrid, Melilla, Tetuán y Ceuta para conseguir el dolantín (derivado de la morfina al que es adicto). En febrero de 1958, la Santa Sede lo rehabilita de hecho (no de Derecho, pues no hay ningún documento que levante la suspensión de septiembre de 1956). Los legionarios denominan al período en que su fundador ha estado suspendido como la Gran Bendición, pues ven en la «persecución» al fundador una gran cruz que supone bendiciones apostólicas para la congregación.[6]

El 11 de diciembre de 1958 se consagra en Roma la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, regenteada por los Legionarios de Cristo. Dos años después se erigirá como parroquia. En julio de 1961 pasa el verano en México.

En 1959 Maciel fundó su brazo laico Regnum Christi. A través de la Legión de Cristo y el Regnum Christi, Maciel comenzó muchas escuelas, una red de universidades y numerosos institutos de caridad.

En 1961 viajó a Dallas (estado de Texas). Fue ingresado en el hospital psiquiátrico de la ciudad de Temple (206 km al sur de Dallas) por su problema con las drogas. En 1963, viviendo otra vez en España, es denunciado por intentar comprar la morfina en una farmacia. Un tribunal civil español lo condena y le internan nueve meses en una clínica de desintoxicación en el norte de España.[6]

En 1964, Marcial Maciel funda la Universidad Anáhuac, a 16 km al oeste del centro de México. El 6 de febrero de 1965 la congregación pasa a depender directamente de la Santa Sede. En 1968 se consagran los primeros seminaristas del Regnum Christi masculino (3GM). El 24 de noviembre de 1969 celebra en Roma con los Legionarios de Cristo el 25.º aniversario de su ordenación sacerdotal. El papa Pablo VI le concede una audiencia privada, a la que Maciel acude junto a su familia. El 23 de mayo de 1970, el papa Pablo VI crea la Prelatura Territorial de Chetumal y confía este territorio de misiones a los Legionarios de Cristo. Desde entonces Maciel desterrará sistemáticamente en este territorio a los legionarios díscolos o desobedientes.

El 20 de octubre de 1976, el sacerdote Juan José Vaca publica una carta en la que describe los abusos sexuales que sufrió en manos de Marcial Maciel, y presenta una lista de veinte compañeros que le consta que también sufrieron abuso sexual. A través de la nunciatura de Washington envía la misma información al Vaticano. El 25 de diciembre de 1977 fallece la madre de Marcial Maciel, Maura Degollado Guízar. Los legionarios no encontrarán al fundador hasta ocho días después y no podrán darle la noticia hasta entonces. Maciel se encontraba desde un mes antes en la ciudad turística de Acapulco (México), donde había conocido a una camarera menor de edad, Norma Baños (17). Se presenta como Raúl Rivas y dice ser un millonario broker del petróleo. Baños se convierte en su amante de por vida, y diez años después parirá una hija. En 1978 el sacerdote Félix Alarcón escribe al Vaticano relatando que Maciel abusó sexualmente de él.[6]

En enero de 1979 es elegido como acompañante privado del papa Juan Pablo II durante el viaje apostólico de este a México. El 27 de enero de 1980, el papa Juan Pablo II realiza la visita pastoral a la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. Come en el Colegio Máximo con los legionarios y queda impresionado al constatar la vitalidad, ortodoxia y educación exquisita de la congregación. El padre Maciel supervisa hasta el último detalle de la visita. El 29 de junio de 1983 la Santa Sede aprueba las Constituciones de los Legionarios de Cristo. Maciel les mentirá a los legionarios que el propio papa Juan Pablo II se ha puesto al teléfono para confirmar que está todo aprobado. La realidad es quien dio la aprobación fue el cardenal argentino Eduardo Pironio (1920-1998), quien maquilló algunos aspectos del texto constitucional, que Maciel se empeñaba en incluir. En mayo y junio de 1984 pasa una temporada en la casa de Reajo del Roble, en la Sierra de Madrid, redactando con la ayuda del padre Esquivel y otros legionarios el Manual de principios y normas de los legionarios de Cristo. En 1986 nace la primera hija de Maciel, Norma Hilda Rivas Baños.

En el verano (junio-septiembre) de 1987 es intervenido quirúrgicamente en Houston (estado de Texas) por un derrame cerebral. Pasará seis meses convaleciente en la ciudad de México. A partir de este ACV (ataque cerebrovascular) ya no logrará disimular con eficacia su doble vida. El 31 de marzo de 1989, en Roma, con su estado mental bastante deteriorado, inicia una machacona campaña solicitando a todos los legionarios que, bajo obediencia, envíen puntualmente sus informes mensuales y bimestrales a la dirección general. Ninguna actividad se debe anteponer a esta, salvo la misa dominical. Sus más cercanos colaboradores descubren actitudes paranoicas. Los sacerdotes exlegionarios José Barba y Juan Manuel Fernández Amenábar revelan que han sufrido abusos sexuales por parte de Maciel.[6]

En agosto de 1993 se inició la expansión de la Universidad Anáhuac a otros puntos de México, con una sede en Xalapa.

En septiembre de 1993 fundó en Madrid (Reino de España), la Universidad Francisco de Vitoria. En octubre de 1993 viajó al Vaticano para inaugurar en Roma (Italia) el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum.[11]

En una conferencia en Salamanca, insulta y desprecia públicamente a un legionario porque trabaja con niños de las clases bajas y no aplica la metodología de «captar líderes». Tras escucharlo, varios hermanos escandalizados abandonan la congregación. En mayo de 1990 acompaña al papa Juan Pablo II durante su segundo viaje apostólico a México. Maciel vuela en el avión papal. En octubre de 1990 se celebra la asamblea ordinaria del sínodo de obispos acerca de la formación de niños candidatos al sacerdocio. El papa Juan Pablo II lo invita a participar como autoridad en el tema.[12] El 3 de enero de 1991 celebra el cincuenta aniversario de la congregación en Roma. En el Vaticano, 60 legionarios reciben la ordenación sacerdotal. Más de la mitad de los ordenados abandonarán la Legión tras unos pocos años. Del 12 al 28 de octubre de 1992 participa en la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano en la ciudad de Santo Domingo (República Dominicana), invitado directamente por el papa Juan Pablo II. Desde un hotel cercano, un equipo de sabios venidos de Roma le asesora para intentar influir en las resoluciones. Este equipo manipulará a su antojo las conclusiones de la comisión en la que Maciel ha sido asignado. En agosto de 1993 acompaña al papa Juan Pablo II durante su tercer viaje apostólico a México. En 1993, en Roma, Marcial Maciel inaugura el Ateneo Regina Apostolorum. Los legionarios, salvo un pequeño grupo, abandonan la Universidad Gregoriana.[6]

Escándalo de abuso sexual y jubilación

El caso Maciel se destapó en 1995, cuando en su lecho de muerte el exlegionario Juan Manuel Fernández Amenábar, exrector de la Universidad Anáhuac, le confesó al hoy exsacerdote Alberto Athié Gallo que siendo adolescente en el seminario había sido abusado sexualmente por el padre Maciel, y le hizo jurar que haría pública su denuncia.[13] El padre Athié lo hizo, y a través de Carlos Talavera Ramírez (obispo de Coatzacoalcos) llevó el caso ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, a cargo del entonces cardenal Joseph Ratzinger ―hoy papa Benedicto XVI―.[13] Pero es hasta 1998 cuando se presenta la denuncia formal ante los tribunales eclesiásticos, por parte de ocho exlegionarios. El caso permaneció semicongelado durante algunos años y de hecho se declaró cerrado en 2001.[14]

En 1994, el sacerdote Alejandro Espinosa contacta a los sacerdotes José Antonio Pérez Olvera y Félix Alarcón. Se define a sí mismo como «concubino del padre Maciel y suministrador de sus drogas».[15] En septiembre de 1995 da en Roma una conferencia para sacerdotes en el que afirma que sabe de un sacerdote legionario que ha quebrantado gravemente el voto de castidad con mujeres, hombres y adolescentes, y que ahora este pecador abandonará el sacerdocio. Maciel insta a sus legionarios a ser fieles, vigilantes y castos. En algún momento apasionado de la conferencia dice: «¡Márchense, márchense si la Legión de Cristo es para ustedes una cárcel! Nos podemos quedar cien, no nos importa si los que quedamos somos fieles». El 23 de febrero de 1997, el periódico The Hartford Courant, de la ciudad de Hartford (estado de Connecticut), a 178 km al noreste de Nueva York (Estados Unidos), publica un amplio reportaje que recoge los testimonios de ocho denunciantes que lo acusan de prácticas pedófilas. En marzo de 1997, los superiores previenen a los seminaristas de Roma diciéndoles que escucharán rumores con terribles acusaciones hacia el fundador: «Son coletazos de la Gran Bendición, una persecución demoníaca». El 18 de febrero de 1999, la abogada canonista austríaca Martha Wegan pide que se abra un proceso contra Maciel en el Vaticano, acusándole de «absolución del cómplice en un pecado contra el sexto mandamiento» alegando que el sacerdote que obra así incurre en excomunión «latae sententiae» (Y por tanto no es un delito prescrito).[16] El obispo mexicano Carlos Talavera Ramírez (1923-2006) traslada al Vaticano el testimonio del exsacerdote Alberto Athié Gallo, quien afirma que Maciel ha cometido abusos sexuales contra él y contra otros seminaristas cuando eran niños.[13] El 24 de diciembre de 1999 ―según indica Gianfranco Girotti (sacerdote franciscano, secretario de Ratzinger)― la abogada Martha Wegan comunica a sus representados que, por ahora, la causa está cerrada. El 2 de diciembre de 2004, Martha Wegan reabre el proceso, tras pedir su aprobación a los acusadores.

El 20 de enero de 2005, Marcial Maciel ―debido a los escándalos crecientes y a la investigación de la Congregación de la Doctrina de la Fe― es cesanteado como director general de la Legión de Cristo. En abril de 2005, la Congregación para la Doctrina de la Fe envía a México y Nueva York al promotor de justicia de la Doctrina de la Fe, el maltés Charles Scicluna, que recaba testimonios sobre los delitos de Marcial Maciel. Decenas de personas son entrevistadas. Se levanta acta notarial de cada testimonio. El 19 de mayo de 2006, el Vaticano invita a Marcial Maciel a retirarse a una vida de oración y penitencia absteniéndose de todo ministerio público y renuncia a culminar el proceso abierto contra Maciel en atención a su edad. Aclara que la medida se toma «con la aprobación del papa». Los legionarios de Cristo dicen que acatan la sentencia y la reciben como «una cruz». En agosto de 2006 desentendido de la recomendación dada por el Vaticano, Marcial Maciel pasa un período de vacaciones en Términi, junto a las comunidades de Roma. Entre septiembre y diciembre de 2006, a pesar de la nota papal en contra, recorre las comunidades legionarias de todo el mundo, buscando la adhesión y el reconocimiento de los suyos. En 2007 se instala en la ciudad de Naples (Florida), donde vive sus últimos días con el estilo de vida radicalmente «aseglarada» que predominó en él. Pero esta vez lo vive a la vista de los legionarios y las señoritas consagradas que le atienden. Su amante le acompaña en Naples.

Maciel tenía línea directa con el papa y con poderosos políticos, desde el presidente mexicano de turno hasta el líder anticomunista polaco Lech Walesa o el presidente español José María Aznar.[11]

Fallecimiento

Marcial Maciel murió en la ciudad de Naples (186 km al oeste de Miami, en el estado de Florida), el 30 de enero de 2008, a los 87 años.[1][17]

Tuvo un funeral privado y una semana después su cadáver fue repatriado a México y en los primeros días de febrero de 2008 fue depositado en el mausoleo que los legionarios han construido en su lugar de nacimiento, Cotija de la Paz (estado de Michoacán), en el que también está enterrada su madre.

Los legionarios tuvieron que rellenar en secreto varios certificados de defunción correspondientes a los nombres que el fundador utilizaba con sus documentos de identidad y pasaportes falsos.

Escándalos sexuales

En 1997, un grupo de nueve hombres se hizo público con acusaciones de que Maciel había abusado de ellos como jóvenes y jóvenes mientras estudiaban con él en España y Roma en las décadas de 1940 y 1950. El grupo, que incluía académicos respetables y exsacerdotes, presentó cargos formales en el Vaticano en 1998. Al año siguiente, en 1999, se les dijo que la Congregación de la Doctrina de la Fe, encabezada por el cardenal Joseph Ratzinger, el futuro papa. Benedicto XVI no avanzaba con un enjuiciamiento directo. No se sabe públicamente si esta decisión fue tomada por el papa Juan Pablo II o el mismo cardenal Ratzinger.

Sin embargo, en enero de 2005, Maciel se vio obligado a renunciar como jefe de la orden. Unos días antes de la muerte de Juan Pablo II, el cardenal Ratzinger anunció su intención de eliminar la «suciedad» de la Iglesia; muchos creían que se refería específicamente a Maciel. Después de que Ratzinger reabrió una investigación, el Vaticano solicitó que Maciel se retirara de su ministerio activo. En mayo de 2006, Ratzinger, quien para entonces era el papa Benedicto XVI, lo disciplinó: la Congregación para la Doctrina de la Fe le pidió a Maciel que viviera «una vida reservada de penitencia y oración, renunciando a cualquier forma de ministerio público». Se descartó un juicio canónico, oficialmente debido a su avanzada edad y mala salud.[18]

En enero de 2006, Maciel renunció como jefe de la Legión de Cristo y ofreció su liderazgo al antiguo seguidor Álvaro Corcuera (1957-2014).[4]

El 19 de mayo de 2006, el Vaticano publicó un comunicado para la prensa, instruyendo a Maciel a retirarse del ministerio activo a una vida de «oración y penitencia». Sin embargo, Maciel nunca fue expulsado.

En 2007, el Vaticano ordenó a la orden que eliminara los votos de «caridad» que obligaban a los religiosos a no criticar nunca a sus superiores y a nunca informar sobre cualquier delito dentro de la orden. Maciel se mudó desde Roma a su mansión particular ―que había comprado supuestamente como asilo de sacerdotes ancianos― en la ciudad de Jacksonville (560 km al norte de Miami, en el estado de Florida).[1] Poco después se mudó a su mansión particular en la ciudad de Naples (538 km al sur de Jacksonville, en el mismo estado de Florida), donde moriría en 2008. Nunca se disculpó y siguió negando las acusaciones. Álvaro Corcuera (1957-2014)[4] se disculpó con las víctimas tanto por las acciones de Maciel como por la inacción de los demás.[19][20]

Nueve hombres presentaron cargos formales contra Maciel ante el Vaticano en 1998. El escándalo relacionado con Maciel se relacionó con la serie más amplia de casos internacionales de abuso sexual católico que se denuncian en la iglesia católica. Las autoridades de la Iglesia fueron criticadas por el lento ritmo de las investigaciones, con la conjetura de que se debía a que Maciel estaba cerca del papa Juan Pablo II y tenía conexiones bien ubicadas entre el clero de alto rango. Al presentar su edad, el Vaticano de Juan Pablo II decidió no procesar a Maciel, pero en 2006 el papa Benedicto XVI lo obligó a retirarse del ministerio activo. Maciel murió en 2008.

En marzo de 2010, la Legión de Cristo en un comunicado reconoció que Maciel había cometido «acciones reprensibles», incluido el abuso sexual. El comunicado afirmaba que «dada la gravedad de sus faltas, no podemos tomar a su persona como modelo de vida cristiana o sacerdotal». La Legión había negado durante mucho tiempo las acusaciones contra el sacerdote y, desde el retiro forzado de Maciel en 2006, no había hecho ninguna declaración oficial de una manera u otra. El 1 de mayo de 2010, el Vaticano denunció las acciones de Maciel y dijo que la Legión necesitaba una reforma; se designó un delegado papal para supervisar la organización y su gobierno.

Investigación de 1956

El padre Marcial Maciel, un sacerdote mexicano que era el director general de la Legión de Cristo, que fundó en 1941, fue investigado varias veces por su comportamiento. En 1956, el Vaticano lo retiró como superior e investigó las denuncias de abuso de drogas (morfina).[2]

Después de entrevistar a miembros de la congregación ―entonces pequeña―, el Vaticano reinstaló a Maciel en febrero de 1959. En ese momento no hay registros de ningún miembro que informase abuso sexual. Sin embargo, desde entonces dos seminaristas informaron que habían mentido a los investigadores en 1956; no informaron haber sido abusados porque el padre Maciel les ordenó que antes hicieran un voto de no hablar mal de él.

Acusaciones desde la década de 1970

Desde la década de 1970, Maciel ha sido acusado dos veces de haber abusado sexualmente de otros miembros de la congregación, incluidos niños pequeños. Sus acusadores incluyen un sacerdote, un consejero, un profesor, un ingeniero, un abogado y un exsacerdote que se convirtió en profesor universitario. Estos dos españoles y siete mexicanos se describieron a sí mismos como exmiembros de un grupo íntimo favorecido, conocido como los «escolares apostólicos». Dijeron que el abuso supuestamente ocurrió durante tres décadas, comenzando en la década de 1940 en España e Italia. Como niños y jóvenes prometedores, los mexicanos habían sido llevados allí para ser educados. Dijeron que el abuso involucró a unos 30 niños y hombres jóvenes, y se extendió durante al menos tres décadas.

Nueve acusadores diferentes

En 1998, los nueve hombres mencionados presentaron cargos formales contra el padre Maciel en el Vaticano. (Un hombre posteriormente se retractó de su historia, alegando que había sido una invención destinada a dañar a la Legión; los otros ocho continúan manteniendo estas acusaciones). Los acusadores describieron cómo Maciel fingiría tener una enfermedad en la ingle y afirman falsamente que le habían dado permiso papal para recibir ayuda para eliminar el dolor. El padre Maciel y la Legión originalmente negaron las acusaciones. La Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), dirigida por el entonces cardenal Joseph Ratzinger (que más tarde se convertiría en el papa Benedicto XVI), examinó las acusaciones. La Congregación para la Doctrina de la Fe dijo a los demandantes al año siguiente que Maciel no sería procesado debido a su edad.

Reapertura del caso

En 2004, los demandantes fueron informados por carta de que la Congregación para la Doctrina de la Fe había decidido reabrir la investigación contra Maciel. Poco después, Maciel renunció como Director General de la Legión en el Capítulo General Ordinario celebrado en enero de 2005. El padre Álvaro Corcuera (1957-2014) fue elegido por el mismo capítulo general que el nuevo director general.[4] La Congregación para la Doctrina de la Fe no procesó al padre Maciel por su edad.

Retiro y ostracismo

El 19 de mayo de 2006, el Vaticano publicó un comunicado para la prensa, instruyendo a Maciel a retirarse del ministerio activo a una vida de «oración y penitencia». Los votos de obediencia de la Legión que requerían que los miembros mantuvieran el secreto, la impermeabilidad y se abstengan de dar humildad a los miembros de la Legión también fueron levantados por el papa Benedicto XVI en diciembre de 2007. A pesar de todo esto, Maciel nunca fue expulsado. Se mudó a su mansión en Naples (Florida), donde murió en 2008.[1] Maciel y la Legión continuaron negando todas las acusaciones hasta su muerte en 2008.

El 3 de septiembre de 2009, los sacerdotes Julio Martí y Scott Reilly (directores territoriales de la Legión en los Estados Unidos y Canadá) se disculparon formalmente en nombre de la Legión:

Estamos profundamente entristecidos y lamentamos, y sinceramente pedimos perdón a Dios y a aquellos que han sido lastimados por esto. También lamentamos que nuestra incapacidad para detectar, y por lo tanto aceptar y remediar, las fallas del Padre Maciel ha causado aún más sufrimiento.
Julio Martí y Scott Reilly,
directores de la Legión de Cristo, 2009[21]

En 2014, una autoridad secundaria del capítulo general de los Legionarios de Cristo hizo una disculpa más formal y extensa.

Revelaciones adicionales

El 3 de febrero de 2009, el diario The New York Times informó:

Los Legionarios de Cristo, una influyente orden religiosa católica romana, se han visto sacudidos por las nuevas revelaciones de que su fundador, quien murió hace un año, tuvo una aventura con una mujer y engendró una hija justo cuando él y su próspera orden conservadora estaban ganando el aclamación del papa Juan Pablo II.
Artículo en el diario The New York Times, 3 de febrero de 2009

Esto ha sido confirmado por la Legión de Cristo. La BBC informó que Maciel tenía un total de seis hijos naturales (ilegítimos) de tres mujeres diferentes, dos de las cuales vivían en México y una en Suiza.[3]

El reverendo Thomas V. Berg LC (director ejecutivo del Instituto de Ética y Persona Humana de Westchester), se disculpó formalmente con las víctimas del padre Maciel:

En estado de shock, tristeza y con un espíritu humilde, quiero expresar mi más profundo pesar por cualquiera que, de alguna manera, haya sido herido por las fallas morales del padre Maciel.
Thomas V. Berg

Unas semanas después de que estalló el escándalo, el padre Berg dejó la Legión de Cristo para convertirse en sacerdote diocesano, transfiriendo el Instituto Westchester a la Arquidiócesis de Nueva York.

Demanda civil en nombre de seis niños de Maciel

En julio de 2009, el abogado José Bonilla fue designado para representar a tres de un posible total de seis de los hijos naturales de Maciel en una demanda civil para recuperar la herencia de Maciel.[3] El abogado afirmó que Maciel poseía varias propiedades en México y en todo el mundo en su propio nombre.

Los medios de comunicación en España reportaron una entrevista con una mujer que tuvo un hijo con Maciel hace más de 20 años; ella vivía en un apartamento de lujo en Madrid que Maciel le había comprado.[3] Norma Hilda Baños dijo que Maciel abusó de ella como menor y que luego quedó embarazada de él. Ella dio a luz y crio a su hija.[22]

Reacción del arzobispo O’Brien

A raíz de estas revelaciones, el arzobispo Edwin O’Brien, de Baltimore (Estados Unidos) le dijo a su periódico arquidiocesano:

[La orden debe ofrecer] una revelación completa de las actividades [de Maciel] y de aquellos que fueron cómplices de ellas, o que sabían de ellas, y de aquellos que todavía se niegan a ofrecer divulgación.
Arzobispo Edwin O’Brien

Dijo que las finanzas de la orden también deberían estar sujetas a «escrutinio objetivo». Describió a Maciel « un hombre con un genio emprendedor que, por engaño sistemático y duplicidad, usó nuestra fe para manipular a otros para sus propios fines egoístas». Criticó el secreto en la propia vida [de Maciel] y en las estructuras que creó. El arzobispo acogió con beneplácito la decisión del Vaticano en marzo siguiente de realizar una visita apostólica de los Legionarios, y dijo que la abolición de la orden debería estar sobre la mesa.

«Visitación» apostólica

A principios de 2009, el Vaticano ordenó una visita apostólica a las instituciones de los Legionarios de Cristo tras las revelaciones de conducta sexual inapropiada por parte del fundador de la orden. Las autoridades del Vaticano nombraron a cinco obispos de cinco países diferentes, cada uno a cargo de investigar a los Legionarios en una parte particular del mundo:

  • Ricardo Watti Urquidi, obispo de Tepic (México), a cargo de México y América Central, donde la Legión tiene 44 casas, 250 sacerdotes y 115-120 seminaristas;
  • Charles J. Chaput, arzobispo de Denver, a cargo de Estados Unidos y Canadá, donde la Legión tiene 24 casas, 130 sacerdotes y 260 seminaristas.
  • Giuseppe Versaldi, obispo de Alessandria, a cargo de Italia, Israel, Filipinas y Corea del Sur, donde la Legión tiene 16 casas, 200 sacerdotes y 420 seminaristas (en Italia 13, 168 y 418 respectivamente)
  • Ricardo Ezzati Andrello, arzobispo de Concepción (Chile), a cargo de Chile, Argentina, Colombia, Brasil y Venezuela, donde la Legión tiene 20 casas, 122 sacerdotes y 122 seminaristas.
  • Ricardo Blázquez Pérez, obispo de Bilbao (España), a cargo de España, Francia, Alemania, Suiza, Irlanda, Holanda, Polonia, Austria y Hungría, donde la Legión tiene 20 casas, 105 sacerdotes y 160 seminaristas.

Se reunieron con el papa para informar sobre las visitas en abril de 2010, y el Vaticano emitió una declaración el 1 de mayo de 2010.

Esclavas de Maciel

Durante la investigación de 2009 se descubrió que Maciel había creado en México una congregación femenina sin el aval del Vaticano, compuesta por 900 jóvenes de familias católicas millonarias, que vivían en condiciones de virtual esclavitud.[23] Las religiosas eran aisladas en el momento de su ingreso y solo podían visitar a sus familias 15 días cada 7 años y recibir una llamada telefónica al mes. Sus padres podían visitarlas una vez al año. Las mujeres ―que oficialmente pertenecían a la rama laica de la orden, Regnum Christi―, eran reclutadas entre familias adineradas de Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México y Nueva Zelanda.[23]

Las consagradas debían ser «mujeres sonrientes, con buenos modales, de buena presencia y escasa formación cultural y religiosa». Entre sus obligaciones, estaba la de «no criticar» jamás los actos de los varones de la orden, y delatar a cualquiera que lo hiciera. Las mujeres debían permanecer en silencio todo el día y tenían que pedir permiso hasta para ir al baño. A los 15 años de haber sido consagradas con los votos tradicionales (castidad, obediencia y pobreza) se les exigía entregar la mitad de sus bienes, y a los 25 años, la totalidad. Además, «para el cumpleaños de Maciel, cada 10 de marzo, se les solicitaba un regalo económico, que consistía en un cheque de unos 250 000 dólares».[23]

Legado

En agosto de 2009 el abogado mexicano José Bonilla se presenta como el defensor de tres hermanos que dicen ser hijos de Maciel. Otros dos jóvenes mexicanos más también declaran ser hijos del fundador.

En septiembre de 2009, la hija de Maciel se matricula en la institución de la secta, Universidad Francisco de Vitoria.

El 3 de febrero de 2009 los Legionarios de Cristo reconocen que su fundador tuvo actuaciones «impropias» de un sacerdote: que tuvo una amante que le dio una hija. El director general pide perdón «por tanto sufrimiento» pero reconoce a Maciel como el «instrumento de Dios que ha dado sentido a su vida». El 15 de julio de 2009 la Santa Sede comienza una visita apostólica a las instituciones de los Legionarios de Cristo. La visita la realizan cuatro obispos nombrados por la Santa Sede.

El 12 de diciembre de 2009 ―el mismo día que la Legión celebra como un triunfo la ordenación a 59 sacerdotes en Roma― los legionarios hacen público que Marcial Maciel había plagiado el 80 % del libro titulado Salterio de mis días, y que estos atribuían a su fundador.

El 2 de marzo de 2010, Raúl González Lara y Cristian González Lara dicen ser hijos de Maciel y afirman que este abusó sexualmente de ellos. Los legionarios publican una carta en la que rechazan el pago de 26 millones de dólares a cambio del silencio de esta familia.

En 2018, la estructura educativa de la Legión de Cristo atendía a 166 000 estudiantes en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Filipinas, Irlanda, Italia, México, Suiza y Venezuela, de los cuales 78 000 (equivalente al 47 %) son de nivel universitario.[11]

Denuncia formal por parte del Vaticano

El 1 de mayo de 2010, el Vaticano nombró un delegado y nombró una comisión para revisar a los Legionarios de Cristo. En un comunicado, el Vaticano denunció a Marcial Maciel por crear un «sistema de poder» que le permitió llevar una «doble vida inmoral, sin escrúpulos ni sentimientos religiosos auténticos», y «le permitió abusar de niños durante décadas».

Los «actos muy serios y objetivamente inmorales» de Marcial Maciel, que fueron «confirmados por testimonios incontrovertibles», representan «crímenes verdaderos y manifiestan una vida sin escrúpulos o sentimientos religiosos auténticos», dijo el Vaticano. El Vaticano dijo que la Legión creó un «mecanismo de defensa» en torno a Maciel para protegerlo de las acusaciones y reprimir a los testigos perjudiciales por denunciar abusos. «Lo hizo intocable», dijo el Vaticano. La declaración denunció «la lamentable desgracia y expulsión de quienes dudaron» de la virtud de Maciel. La declaración del Vaticano no abordó si el actual liderazgo de la Legión enfrentará sanciones. Las acciones tomadas por el actual liderazgo de la Legión serán examinadas; pero no se mencionaron sanciones específicas. El Vaticano reconoció las «dificultades» que enfrentaron los acusadores de Maciel a través de los años en que fueron excluidos o ridiculizados, y elogió su «coraje y perseverancia para exigir la verdad».

Como resultado de la visita, Benedicto XVI nombró al arzobispo (ahora cardenal) Velasio De Paolis el 9 de julio de 2010 como delegado papal para supervisar la Legión y su gobierno.

En noviembre de 2017, el escándalo de los Paradise Papers revelaron que el sacerdote Álvaro Corcuera (1957-2014) había heredado varias de las delictivas cuentas offshore en Panamá, Bermudas e Islas Vírgenes Estadounidenses ―las mismas guaridas fiscales en que se reveló que posee sus cuentas delictivas el corrupto empresario Mauricio Macri (presidente de Argentina entre 2015 y 2019)―.[4][24][25][26]

Fuentes