Benedicto XVI

Benedicto XVI
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Papa de la Iglesia católica
19 de abril de 2005 - 28 de febrero de 2013[1]
BenedictoXVI.jpg
SedeBasílica de San Pedro, Bandera de Ciudad del Vaticano Ciudad del Vaticano
Ordenación29 de junio de 1951
por Michael von Faulhaber
Consagración episcopal28 de mayo de 1977
por Josef Stangl
Proclamación cardenalicia27 de junio de 1977
por Pablo VI
SecretarioGeorg Gänswein
PredecesorJuan Pablo II
SucesorFrancisco
Información personal
Nombre secularJoseph Aloisius Ratzinger
Nacimiento16 de abril de 1927
Marktl am Inn, Baviera, Bandera de Alemania Alemania
Fallecimiento31 de diciembre de 2022
Monasterio Mater Ecclesiae, Ciudad del Vaticano
PadresJoseph Ratzinger
María Ratzinger

FirmaFirma de Benedicto XVI
Escudo-benedicto.png
Cooperatores veritatis

Benedicto XVI (Baviera, 16 de abril de 1927). Papa emérito de la Iglesia católica. Fue el papa n.º 265 (ducentésimo sexagésimo quinto) de la Iglesia católica y jefe del Estado del Vaticano desde abril de 2005 (en que asumió el pontificado tras ser electo por el Colegio Cardenalicio como sucesor del apóstol san Pedro) hasta el 28 de febrero de 2013 (en que renunció al cargo teocrático).

Es el sexto papa católico nacido en Alemania. Antes de ser elegido papa, había ejercido como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (sucesora de la Inquisición), decano del Colegio Cardenalicio y arzobispo de Múnich y Frisinga.

El 28 de febrero de 2013 dimitió a su cargo de «pontífice», y asumió el título honorífico de «papa emérito», con la intención de dedicarse a la oración y el retiro espiritual. El 11 de febrero de 2013 Su renuncia fue anunciada por él mismo.[2]

En latín su nombre es Benedictus P. P. XVI.

Síntesis biográfica

Primeros años

Joseph Razinger en 1943, utilizando el uniforme de la unidad militar de defensa antiaérea.

Joseph Aloisius Ratzinger nació el 16 de abril de 1927 en Marktl (Baviera), diócesis de Passau, en el seno de una familia de agricultores alemanes de profundas convicciones católicas. Su progenitor, Joseph, desempeñaba, además, el cargo de comisario de la gendarmería e hizo asimismo de profesor de su hijo, lo que con seguridad marcó el carácter tímido y retraído del futuro papa. En la familia fue clave el papel de la madre, Maria Peintner, que ejercía las tareas domésticas y cuidaba de la buena marcha de sus otros dos hijos, Georg y Maria.

A los once años ingresó en el seminario. En 1941, a los 14 años, se inscribió en las Juventudes Hitlerianas, hasta el punto que en 1943 combatió en la II Guerra Mundial como integrante de una unidad antiaérea.

Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951. Un año después, inició su actividad como profesor en la Escuela superior de Freising. En el año 1953 se doctoró en teología con la tesis: “Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia en san Agustín”. Cuatro años más tarde, bajo la dirección del conocido profesor de teología fundamental Gottlieb Söhngen, obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación sobre: “La teología de la historia de san Buenaventura”.

Teólogo de prestigio y cardenal

El entonces sacerdote Ratzinger. A la izquierda oficiando una misa en una montaña cerca de Bavaria en 1952. A la derecha durante su etapa como profesor en el seminario de Freising

En 1957 inició su periplo como profesor de teología dogmática en el seminario de Freising, hasta que dos años después sería nombrado catedrático de la Universidad de Bonn (1959-1963). Después pasó a la de Münster (1963-1966), y de 1966 a 1969 ocupó la prestigiosa cátedra de Tübingen. De 1962 a 1965 hizo notables aportaciones al Concilio Vaticano II como “experto”; asistió como teólogo consultor del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia. Su intensa actividad científica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia Episcopal Alemana y de la Comisión Teológica Internacional. En 1972, juntamente con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros grandes teólogos, fundó la revista de teología “Communio”.

El 25 de marzo de 1977, el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y Freising. El 28 de mayo recibió la Ordenación episcopal. Fue el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, que asumió el gobierno pastoral de la gran archidiócesis bávara. Escogió como lema episcopal: “Colaborador de la verdad” y él mismo lo explicó:

“Por un lado, me parecía que expresaba la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. Aunque de diferentes modos, lo que estaba y seguía estando en juego era seguir la verdad, estar a su servicio. Y, por otro, escogí este lema porque en el mundo de hoy el tema de la verdad es acallado casi totalmente; pues se presenta como algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, si falta la verdad todo se desmorona”.

Pablo VI lo creó cardenal, con el título presbiteral de “Nuestra Señora de la Consolación en el Tiburtino”, en el consistorio del 27 de junio del mismo año.

En 1978, el Cardenal Ratzinger participó en el Cónclave, celebrado del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I, el cual lo nombró su Enviado Especial al III Congreso mariológico internacional, que tuvo lugar en Guayaquil (Ecuador), del 16 al 24 de septiembre. En el mes de octubre del mismo año, participó también en el Cónclave que eligió a Juan Pablo II.

Fue Relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos, de 1980, sobre el tema: “Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo”, y Presidente delegado de la VI Asamblea general ordinaria, de 1983, sobre “La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia”.

Juan Pablo II lo nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional, el 25 de noviembre de 1981. El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la archidiócesis de Munich y Freising. El 5 de abril de 1993, lo elevó al Orden de los Obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni.

Fue Presidente de la Comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó al Papa el nuevo Catecismo. Juan Pablo II, el 6 de noviembre de 1998, aprobó la elección del cardenal Ratzinger como Vicedecano del Colegio Cardenalicio, realizada por los Cardenales del Orden de los Obispos. Y el 30 de noviembre de 2002, aprobó su elección como Decano; con dicho cargo le fue asignada, además, la sede suburbicaria de Ostia.

En 1999 fue Enviado Especial del Papa a las celebraciones con ocasión del XII centenario de la creación de la diócesis de Paderborn, Alemania, que tuvieron lugar el 3 de enero. Desde el 13 de noviembre de 2000 fue Académico honorario de la Academia Pontificia de las Ciencias.

El entonces cardenal Joseph Ratzinger cuando ostentaba la dignidad cardenalicia.

En la Curia romana, fue miembro del Consejo de la Secretaria de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias Orientales, para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, para los Obispos, para la Evangelización de los Pueblos, para la Educación Católica, para el Clero y para las Causas de los Santos; de los Consejos pontificios para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y para la Cultura; del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica; y de las Comisiones pontificias para América Latina, “Ecclesia Dei”, para la Interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico y para la Revisión del Código de Derecho Canónico Oriental.

Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar destacado el libro: "Introducción al Cristianismo", recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica; "Palabra en la Iglesia" (1973), antología de ensayos, predicaciones y reflexiones dedicadas a la pastoral. Tuvo gran resonancia el discurso que pronunció ante la Academia bávara sobre el tema “¿Por qué sigo aún en la Iglesia?”, en el que, con su habitual claridad, afirmó: “Sólo en la Iglesia es posible ser cristiano y no al margen de la Iglesia”.

Sus publicaciones fueron abundantes a lo largo de los años, constituyendo un punto de referencia para muchas personas, especialmente para los que querían profundizar en el estudio de la teología. En 1985 publicó el libro-entrevista “Informe sobre la fe” y, en 1996 “La sal de la tierra”. Asimismo, con ocasión de su 70° cumpleaños, se publicó el libro: “En la escuela de la verdad”, en el que varios autores ilustran diversos aspectos de su personalidad y de su obra.

Recibió numerosos doctorados “honoris causa”: por el College of St. Thomas in St. Paul (Minnesota, Estados Unidos), en 1984; por la Universidad católica de Eichstätt (Alemania) en 1985; por la Universidad católica de Lima (Perú), en 1986; por la Universidad católica de Lublin (Polonia), en 1988; por la Universidad de Navarra (Pamplona, España), en 1998; por la Libre Universidad María Santísima Asunta (LUMSA) (Roma), en 1999; por la Facultad de teología de la Universidad de Wroclaw (Polonia), en 2000.

Papado

El 19 de abril de 2005 el entonces cardenal Ratzinger resultó electo como el Papa número de 265 de la Iglesia Católica

Los cardenales reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 19 de abril de 2005. Tomó el nombre de Benedicto XVI y el 24 de abril comenzó solemnemente su ministerio petrino. El Papa Benedicto XVI usó por primera vez el idioma español en un discurso oficial, para saludar a los miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro durante la Audiencia General de los miércoles y afirmar que su nombre es en honor a Benedicto XV y a San Benito.

Afirmó el Pontífice al iniciar su alocución en español, generando vivas y fuertes aplausos entre los fieles que

“Al inicio de mi ministerio como Sucesor de Pedro he sentido asombro y gratitud a Dios, que me ha sorprendido ante todo a mí mismo al llamarme a esta gran responsabilidad”.

El Santo Padre se refirió “al nombre elegido como Obispo de Roma y pastor de la Iglesia universal”. Explicó que:

“tomó el nombre de Benedicto XVI en relación con el Papa Benedicto XV, un valiente y auténtico profeta de paz ante el drama de la primera guerra mundial”. “Como él, deseo ponerme al servicio de la reconciliación y armonía entre los hombres y los pueblos, porque el gran bien de la paz es sobre todo un don de Dios, que hemos de defender y construir entre todos”.

Así mismo, indicó que su nombre evoca “la extraordinaria figura de San Benito”, quien es “un punto de referencia para la unidad de Europa y las irrenunciables raíces cristianas de su cultura y civilización”.

Su elección generó de inmediato algunas críticas, centradas en su supuesto perfil neo-conservador; se lo acusó de desear restituir la organización y doctrina de la Iglesia a la que tenía antes del Concilio Vaticano II. Algunos analistas preveían que con él la Iglesia endurecería sus posturas en lo referente a la prohibición del aborto, la homosexualidad, la eutanasia o el uso de métodos anticonceptivos.

El Papa Benedicto XVI durante una audiencia papal en 2011

Durante su papado, escribió 3 encíclicas: "Deus caritas est"[3], "Spe Salvi"[4] y "Caritas in veritate"[5]. Además, aceptó la publicación de un reglamento titulado: "Sobre los criterios de discernimiento vocacional con respecto a las personas homosexuales de cara a su admisión al seminario y a las órdenes sagradas"[6], en donde se afirma que "la Iglesia, aunque respeta profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir al seminario y a las órdenes sagradas a aquellos que practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la así llamada cultura gay".

Durante su papado Benedicto XVI tuvo que hacer frente a un complejo panorama: la globalización, el papel de la mujer, el celibato, el aborto, la libertad sexual, la creciente descatolización y aun descristianización del mundo, la alarmante falta de vocaciones sacerdotales, el diálogo con las otras religiones, la crisis teológica y, en particular, el avance de la Iglesia evangelista en América Latina (en pocos años había captado a más de 24 millones de católicos) y la hegemonía creciente del islamismo en África y Asia. Temido y admirado a partes iguales por progresistas y conservadores, Benedicto XVI tenía ante sí el difícil reto de dirigir y guiar los designios de la Iglesia católica en el siglo XXI.

Como era previsible, Benedicto XVI mantuvo a lo largo del papado una total ortodoxia en las aspectos doctrinales[7], como muestran sus sucesivas encíclicas y publicaciones; se distinguió acaso de su predecesor en su intento de extender la influencia de la Iglesia no sólo mediante numerosos viajes que lo acercaran a los creyentes (en ello siguió la línea de Juan Pablo II), sino buscando hacer sentir la solidez doctrinal del mensaje cristiano entre la élites culturales y políticas. Mostró poca disposición al diálogo con facciones heterodoxas como la de los seguidores de Marcel Lefebvre (aunque finalmente levantó la excomunión a cuatro de sus obispos), y tampoco fue demasiado cauto en el diálogo interreligioso: ya en 2006, la cita de un pasaje sobre la violencia religiosa del islam provocó reacciones airadas.

Otro lastre que arrastró durante su papado fue la revelación de numerosos casos de pederastia[7][8] en el seno de la Iglesia católica. Las acusaciones surgidas en Estados Unidos, Irlanda[9][10] y otros países europeos resultaron aún más escandalosas al saberse que altas jerarquías eclesiásticas habían tendido a ocultar los casos en lugar de imponer sanciones a los sacerdotes; se acusó al propio Ratzinger de haberse abstenido de actuar en su etapa como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

En sus dos últimos años, ni siquiera la situación interna de Vaticano estuvo exenta de inquietudes. En mayo de 2012, Ettori Gotti Tedeschi, amigo personal de Benedicto XVI y presidente del Banco Vaticano, fue cesado por presuntas irregularidades en su gestión[11]; desde hacía un año era investigado por incumplir las normativas sobre blanqueo de capitales. Por esas mismas fechas el mayordomo de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, fue detenido[12] por filtrar documentos internos en un escándalo que fue llamado Vatileaks.[13][14][15] Aunque poco después fue indultado[16] por el papa, los documentos revelaron la existencia de fuertes disensiones internas.

Viajes

Viajes en Italia

  • Bari, 29 de mayo de 2005. Clausura del XXIV Congreso Eucarístico Nacional y encuentro con representantes de la Iglesia Ortodoxa Oriental.[17]
  • Santuario de Manoppello (Pescara), 1 de septiembre de 2006.[18]
  • Verona, 19 de octubre de 2006 (con ocasión del IV Congreso Eclesial Nacional de la Iglesia italiana).[19]
  • Vigevano y Pavía, 21 y 22 de abril de 2007.[20]
  • Asís, 17 de junio de 2007 (con ocasión del VIII Centenario de la Conversión de San Francisco).[21]
  • Santuario de Loreto, 1 y 2 de septiembre de 2007, con ocasión del Ágora de los jóvenes italianos.[22]
  • Velletri, 23 de septiembre de 2007.[23]
  • Nápoles, 21 de octubre de 2007 [24]
  • Savona y Génova, 17-18 de mayo de 2008.[25]
  • Santa Maria di Leuca y Brindisi, 14-15 de junio de 2008.[26]
  • Cerdeña, 17 de septiembre, para concluir en Cagliari las celebraciones del primer centenario de la proclamación de la Virgen de Bonaria como patrona de la isla.[27]
  • Visita pastoral al Santuario de Nuestra Señora del Santo Rosario de Pompeya, 19 de octubre de 2008.[28]
  • Visita a las zonas de los Abruzos afectadas por el terremoto, 28 de abril de 2009.[29]
  • Cassino y Montecassino, 24 de mayo de 2009.[30]
  • San Giovanni Rotondo [31]
  • Viterbo y Bagnoregio, 6 de septiembre de 2009.[32]
  • Brescia y Concesio, 8 de noviembre de 2009.[33]
  • Turín, 2 de mayo de 2010 [34]
  • Sulmona, 4 de julio de 2010[35]
  • Carpineto Romano, 5 de septiembre de 2010[36]
  • Palermo, 3 de octubre de 2010[37]
  • Aquilea y Venecia, 7-8 de mayo de 2011 [38]
  • Diócesis de San Marino-Montefeltro, 19 de junio de 2011[39]
  • Ancona, 11 de septiembre de 2011[40]
  • Lamezia Terme y Serra San Bruno, 9 de octubre de 2011[41]
  • Asís, 27 de octubre de 2011.[42]
  • Arezzo, La Verna y Sansepolcro, 13 de mayo de 2012[43]
  • Archidiócesis de Milán, 1-3 de junio de 2012 (VII Encuentro Mundial de las Familias)[44]
  • Visita pastoral a las zonas afectadas por el terremoto de Emilia-Romaña, 26 de junio de 2012[45]
  • Loreto, 4 de octubre del 2012. (Inauguración del «Año de la Fe», y en conmemoración del viaje apostólico realizado por Juan XXIII poco antes de la inauguración del Concilio Vaticano II)[46]

Viajes fuera de Italia

Renuncia

Con la salud debilitada y medio de los escándalos sobre los Vatileaks[14][15] y las denuncias sobre encubrimiento de pederastias[71], en el 11 de febrero de 2013 Benedicto XVI anunció su renuncia al papado[72][2], efectiva a partir del 28 de febrero, alegando "falta de fuerzas".[73]

"(...) Tras haber examinado repetidamente mi conciencia ante Dios, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, dada mi avanzada edad, ya no se corresponden con las de un adecuado ejercicio del ministerio petrino. Soy consciente de que este ministerio, dada su naturaleza espiritual esencial, debe ser llevado a cabo no sólo con palabras y hechos, sino también con oración y sufrimiento

Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a cambios tan rápidos y sacudido por cuestiones de profunda relevancia para la vida de la fe, de cara a gobernar la barca de San Pedro y difundir el Evangelio, son necesarias tanto la fortaleza de mente como la del cuerpo, fuerza que en los últimos meses se ha deteriorado hasta tal punto en mi que he tenido que reconocer mi incapacidad para cumplir adecuadamente el ministerio que se me confió

(...) con plena libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me concedieron los cardenales el 19 de abril de 2005, de tal modo que a partir del 28 de febrero de 2013, a las 20:00 horas, la Sede de Roma, la Sede de San Pedro, estará vacante y se convocará un cónclave que elegirá al nuevo Pontífice Supremo (...) En cuanto a mí, deseo servir devotamente a la Santa Iglesia de Dios en el futuro a través de una vida dedicada a la oración".
Fragmentos del discurso de renuncia de Benedicto XVI, 11 de febrero de 2014[74]

Dicha dimisión se hizo efectiva el 28 de febrero a las 20:00 horas, hora de Italia, a partir de la cual la sede papal quedó vacante, dando comienzo al proceso de celebración de un cónclave que eligió a un nuevo papa, Francisco. Benedicto XVI abandonó el Vaticano en helicóptero aproximadamente a las 17:00 horas[75]. Mientras sobrevolaba Roma, las campanas de todas las iglesias y basílicas de la ciudad tañían a la vez. Llegado a Castel Gandolfo, su nueva residencia en los dos primeros meses tras su renuncia, compareció en el balcón del Palacio Apostólico, donde dirigió sus últimas palabras como papa a la gente congregada en la plaza:

Gracias, gracias de corazón. Gracias por vuestra amistad y vuestro afecto (...). No soy más el Sumo Pontífice de la Iglesia. A partir de las 20.00 horas, seré simplemente un peregrino que continúa su peregrinaje sobre la Tierra y afronta la etapa final. (...) Gracias y buenas noches.

Seguidamente, dio la bendición y se retiró.[76] A las 20:00 horas, la Guardia Suiza que custodiaba el portón del palacio fue relevada, a la vez que se cerraban los postigos, simbolizando de este modo el fin del pontificado.[77][78]

Durante el tiempo de sede vacante y hasta el 2 de mayo de 2013, Benedicto XVI residió en Castel Gandolfo; luego, ese mismo 2 de mayo, se trasladó al Monasterio Mater Ecclesiae, que se encuentra dentro de los muros del Vaticano.[79]

El hasta entonces papa mantiene su nombre, Benedicto XVI,[80] y desde su renuncia ostenta el título de «papa emérito» o «pontífice emérito», así como «obispo emérito de Roma», con el tratamiento de «Su Santidad».[81]

Controversias sobre su renuncia

La decisión fue considerada histórica, por datarse su más cercano precedente siete siglos atrás, y dejaba en evidencia que la institución papal ya no puede ser indefectiblemente vitalicia. Tras su declaración, muchos analistas consideraron que su renuncia estaba motivada por la serie de escándalos que afectaban a la Iglesia.[82]

Hay que buscar sentido en las propias palabras que ha hecho el papa en su comunicado y el tiempo dirá qué es lo que está pasando, pero sin duda están pasando cosas.
Pedro Alberto García Bilbao, doctor de la Universidad Pontificia de Salamanca[83]
Es legítimo que cualquiera especule y diga «quizás», porque algunos de esos documentos (Vatileaks) fueron divulgados secretamente. Pudo haber sido una de las razones. Tal vez estaba muy afectado por el hecho de que su propio mayordomo filtrara tantas cartas que un periodista tuvo material suficiente para escribir un libro.
Francis Arinze, cardenal nigeriano[82]

En una carta al vaticanista Andrea Tornielli, el Papa emérito expresó, acerca de su renuncia:

No hay la mínima duda sobre la validez de mi renuncia al ministerio de Pedro. La única condición para la validez es la plena libertad de la decisión. Las especulaciones sobre la invalidez de la renuncia son sencillamente absurdas.
Joseph Razinger[84]

Papa emérito

Tras su renuncia, el «papa emérito» Benedicto XVI ha mantenido un bajo perfil público con muy pocas apariciones públicas, entre ellas el primer encuentro el histórico encuentro que sostuvo con su sucesor, Francisco, a finales de marzo de 2013[85].

Galería

Fuentes

Predecesor:
Julius August Döpfner
Arzobispo de Múnich y Frisinga
1998 - 2013
Sucesor:
Friedrich Wetter
Predecesor:
Augusto Vargas Alzamora
Cardenal presbítero de Santa María Consolatrice al Tiburtino
1977 - 1993
Sucesor:
Ricardo María Carles Gordó
Predecesor:
Franjo Šeper
Escudo-de-ciudad-del-vaticano.png
Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe
Presidente de la Comisión Teológica Internacional
Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica

1981 - 2005
Sucesor:
William Joseph Levada
Predecesor:
Sebastiano Baggio
Cardenal obispo de Velletri-Segni
1993 - 2005
Sucesor:
Francis Arinze
Predecesor:
Bernardin Gantin
Decano del Colegio Cardenalicio
1993 - 2005
Sucesor:
Angelo Sodano
Predecesor:
Juan Pablo II
Emblema del Papa.png
Papa de la Iglesia Católica

2005 - 2013
Sucesor:
Francisco
Predecesor:
Ninguno
(cargo de nueva creación)
Escudo-benedicto.png
Papa Emérito de la Iglesia Católica

2013 - 2022
Sucesor:
Ninguno