Colegio Dolores

Colegio Dolores
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
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Institución donde estudió el Comandante en jefe Fidel Castro Ruz
Fundación:31 de agosto de 1913
País:Bandera de Cuba Cuba
Dirección:Santiago de Cuba

Colegio Dolores. Colegio católico ubicado en la ciudad de Santiago de Cuba. Tenía como rasgo distintivo, la disciplina formativa integral. En el mismo estudió el comandante Fidel Castro Ruz en el período comprendido de (1937-1942).

Fidel Castro, segundo de izquierda a derecha

Construcción

El área ocupada actualmente por el inmueble donde radica el IPU “Rafael María Mendive”, antiguo Colegio Dolores, se correspondía hasta 1909 con un conjunto de viviendas, localizadas en la calle alta del Reloj de Dolores y calle alta de Catedral hoy Heredia, todo este espacio fue adquirido a través de actos de compraventa por la Compañía de Jesús.

El Diario La Independencia, en su edición del 18 de octubre de 1910, anunciaba que “a principios del año próximo comenzará a levantarse un hermoso edificio, donde establecerán un colegio para niños los Padres de la Compañía de Jesús, que tienen a su cargo el Templo de Dolores de la ciudad”.

Siete meses después, la publicación informaba que había comenzado la demolición de todas las casas comprendidas en la calle de Reloj de Dolores, entre Aguilera y Heredia, acera de los impares y parte de las casas de la calle Heredia [...]. La demolición de las casas fue adjudicada en subasta que al efecto se llevó a cabo por el contratista Joaquín Esquina.

El 31 de julio de 1911, día de la fiesta en honor de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, se efectuó el acto de colocación de la primera piedra del edificio, junto a ella se depositó una pequeña caja de hoja de lata (sic) dorada que contenía el acta, un ejemplar de los periódicos El Cubano Libre, Conservador de Oriente, El Liberal, La Independencia y varias medallas y monedas”. Colegio.jpg

Descripción

Según los planos del proyecto, el edificio contendría tres plantas en las que figurarían “salones de actos, de recibos, galerías, aulas y gabinetes para el Colegio, salones de estudio, bibliotecas, patios, terrazas y departamentos varios”. Igualmente contaría con alojamientos para huéspedes distinguidos, un observatorio meteorológico y una estación sismológica.

Su frente principal quedaría delimitado por un pequeño jardín y una verja de hierro, con un pórtico hacia la calle Reloj. La Compañía de Jesús delegó la ejecución de la obra en el contratista Arturo Amigó y Gascó, ingeniero habanero, que fungió a su vez como director facultativo.

Inaguración

La inauguración del Colegio Dolores tuvo lugar el domingo 31 de agosto de 1913. Con este motivo se desplegó un variado programa que, entre otras actividades, incluyó un Te Deum el sábado 30 de agosto, una misa solemne de comunión general realizada el día de la inauguración; asimismo, en el comedor de la escuela se ofreció un almuerzo especial a todos los asistentes.

A los actos fue invitado especialmente el Excelentísimo Obispo de La Habana Pedro González y Estrada. El curso se inició el 9 de septiembre del propio año.

Ideales

  • No puede haber educación integral sin educación moral.
  • No puede haber educación moral sólida y eficaz sin educación religiosa y católica.
  • Dolores por tanto, da una verdadera educación integral.
  • Dolores da una formación intelectual completa con su magnífico profesorado y espléndidos gabinetes y laboratorios.
  • Dolores da una formación física adecuada, con una gimnasia científica, con actividades deportivas y con excursiones a las montañas.
  • Dolores da sobre todo una educación moral y religiosa capaz de dar a la voluntad una educación sólida y robusta, formadora de verdaderos ciudadanos.
  • Dolores constituye la herencia más preciosa que un padre puede dejar a un hijo.

A través de los ideales del Colegio Dolores es posible percibir la naturaleza religiosa católica que regía la institución, basada en una educación severa y, como rasgo distintivo, la disciplina formativa integral. Al respecto el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz señalaba:

Estaba ya en una escuela de gente más rigurosa, de mucha más preparación, de mucha más vocación religiosa; en realidad, de mucha más consagración, capacidad, disciplina […] incomparablemente superior; a mi juicio, una escuela en la que me convino ingresar. Eran gentes que se interesaban por los alumnos, su carácter, su comportamiento, con un gran sentido de rigor y exigencia.

Requisitos de admisión de los estudiantes

Como colegio católico privado, para la admisión de los estudiantes constituía requisito indispensable el que estuvieran bautizados, y podían asistir los alumnos varones en calidad de externos, medio internos e internos, no sólo de la ciudad de Santiago de Cuba, sino de otras poblaciones de la antigua provincia Oriente, hijos de familias de la burguesía comercial e industrial, hacendados, propietarios de ingenios azucareros y de ciertos sectores intelectuales.

Era de obligatoriedad para el alojamiento que los medio internos aportaran un juego de mesa consistente en: cuchillo, cuchara, tenedor, vaso, cucharita y servilleta. Por su parte, los internos, además del referido juego de mesa, debían llevar: colchoneta y almohada, ropa blanca de cama, cubrecama, frazada, chinelas de cuero y no de madera, seis uniformes de ordinario, un uniforme de gala, doce mudas de ropa interior; todo ello vendrá marcado con el número que le señale el Colegio.

El precio de la matrícula varió a lo largo de la existencia del plantel estudiantil. Las pensiones en la década del 40 del siglo XX comprendían varias categorías, acordes con el carácter interno, medio interno y externo de los alumnos. Un aspecto que los jesuitas no descuidaban era que su estudiantado debía estar correctamente uniformado.

El uniforme escolar tenía dos variantes: el de ordinario, que comprendía pantalón de dril crudo, camisa a rayas azules y blancas y corbata negra; el de gala contaba, además, con variaciones, en dependencia de las estaciones del año: se presentaba con saco azul cruzado para el invierno y blanco para el verano, camisa blanca, pantalón blanco, corbata negra y zapatos negros. Para ello los padres adquirían las mudas necesarias en la reconocida tienda “La Muñeca”, situada en Enramadas y San Pedro.

Claustro

El claustro, como complemento del plan de estudios, se preocupó por diseñar un amplio programa de actividades deportivas y recreativas que contribuyeran al fortalecimiento del espíritu y el cuerpo, pues los Jesuitas, dentro de sus preceptos como comunidad religiosa, propugnaban el robustecimiento del carácter para la formación filosófico y conceptual.

Actividades que se realizaban

Se organizaban tanto en el centro como con otros planteles educacionales, campeonatos de baloncesto, volleyball, béisbol, fútbol, atletismo, en estas competencias siempre quedaba demostrada la supremacía de la formación del Colegio Dolores.

Por otro lado, estimulaban las excursiones al Puerto de Boniato, Pico Turquino, Mangos de Baraguá, Gran Piedra, Río Negro, Loma del Espejo, El Cobre, La playa de Siboney, Punta Gorda, el Club de Pesca, Jiguaní y a las fincas de los alumnos.

En estas actividades recreativas se hacían largas caminatas guiadas por entusiastas profesores, que vinculaban la recreación con la enseñanza de la Ciencia y la Historia. De igual modo, tenían una amplia participación en las jornadas patrióticas del 28 de enero, 19 de mayo, Grito de Yara (10 de octubre), paradas en honor a los estudiantes de Medicina el 27 de noviembre, Jura de la Bandera (9 de octubre), manifestación por los mártires de la redención de nuestra patria (7 de diciembre), con la participación de los veteranos de la Guerra de Independencia; y la Fiesta Nacional (24 de febrero).

Realizaban, igualmente, veladas religiosas como las de la coronación del Rey, misas del Espíritu Santo (10 de septiembre), fiesta de los Dolores Gloriosos de la Virgen (15 de septiembre), Semana Misional (13 de octubre), fiesta de Cristo Rey (26 de octubre), La Inmaculada Concepción (8 de diciembre), donde se hacía la proclamación de las Dignidades de la Congregación; la proclamación de las dignidades del Colegio se efectuaba el día 12, fiesta de San José y de la Virgen de los Dolores, patrona de la institución (19 de marzo).

La fiesta típica era la coronación del Rey de los Inocentes (20 de diciembre), se llevaba a cabo en horas de la noche en algún teatro de la ciudad, uno de los más empleados fue el Oriente. Esta celebración consistía en un gran espectáculo, donde los niños más pequeños del colegio formaban una gran corte con su rey y demás miembros del séquito.

Vida cultural

El colegio tuvo una activa participación en la vida cultural. En 1946 fue creada la Coral Dolores, dirigida por el maestro Juan Viccini. Contaba con una banda, dirigida por el padre García, que competía con las de otros centros locales, especialmente con la de Don Bosco. Los estudiantes lucían sus galas en desfiles y paradas estudiantiles.

Entre las asignaturas impartidas se destacaban Religión, Matemáticas, Psicología, Geografía de Cuba, Agricultura, Español,Historia, Ciencias Naturales, Cívica, Economía Política, Inglés, Química, Anatomía, Literatura e Historia de Cuba. Despuntaron también directores y profesores de mérito que laboraron en el plantel.

Nombres de estudiantes

Entre los estudiantes pueden significarse algunos, que luego formaron parte de la vida económica, social, política y cultural de Santiago de Cuba y del país.

Triunfo de la revolución cubana

Del Colegio Dolores al IPU Rafael M. Mendive. Después del triunfo de la revolución en 1959, se produjeron importantes cambios en la enseñanza del país. Los objetivos de la educación a partir del triunfo revolucionario fue la de formar una actitud comunista en las nuevas generaciones, basada en el pensamiento martiano y la ideología marxista.

En abril de 1961 el Colegio Dolores fue nacionalizado por el antiguo profesor del centro, Felipe Arias; en un primer momento tuvo como función albergar a los cientos de jóvenes que se incorporaron a la Campaña de Alfabetización en las Brigadas Conrado Benítez.

En1962, debido a la necesidad de acceder toda la población a la educación, se decide inaugurar la Secundaria Básica Rafael María Mendive, para lo cual el Ministerio de Obras Públicas indicó se realizaran labores de reparación y adecuación de varios locales como aulas.

Fue una etapa convulsa, numerosos profesores recuerdan que algunos de sus alumnos les sobrepasaban en edad, pues la facilidad de estudios incorporó a jóvenes que habían perdido su continuación. A partir de 1977, con el incremento de graduados de Secundaria Básica, el centro se transforma en el Instituto Preuniversitario Rafael María Mendive, con una matrícula de 2216 estudiantes, la más alta de la Enseñanza Media Superior en la provincia.

Resultados alcanzados

Durante estos años ha obtenido importantes resultados. En el curso 1977 - 1978 alcanzó la distinción de colectivo Vanguardia Nacional y contó con un delegado directo al XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, efectuado en 1978 en La Habana.

Resulta de gran importancia la labor desarrollada en la década del 80, en función de contribuir a que los estudiantes definieran su vocación profesional, con la apertura de círculos de interés de diversas materias y especialidades y los concursos a nivel de escuela, municipio y provincia, actividades estas que propiciaban el intercambio y la sana emulación entre los centros de este tipo; de igual modo, los estudiantes participaban en el Día de las Puertas Abiertas en la Universidad y en Sociedades Científicas.

Durante varios años se efectuaron las Jornadas martianas, con resultados tangibles para la escuela, ya que los profesores y alumnos tuvieron una activa asistencia que les permitió obtener premios en diversos niveles. De igual forma, tuvieron una sostenida concurrencia a festivales de música y encuentros deportivos, actividades formativas y educativas de gran trascendencia, que son recordadas por quienes estudiaron en esos años en este preuniversitario

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Descripción del actual edificio

El edificio constituye uno de los ejemplares más significativos del estilo ecléctico, dentro de la temática educacional. Se caracteriza por la sobriedad y pureza de sus formas constructivas, sin excesos de elementos decorativos. Desde el punto de vista simbólico-expresivo se considera una joya de la arquitectura de la ciudad y, a pesar de los estragos que el tiempo y el hombre le causaron, se mantiene imponente en su desempeño pedagógico.

Resulta un ejemplo más de la adaptación de las construcciones santiagueras a la topografía; hacia la calle Reloj se desarrolla su cuerpo principal, con tres niveles dispuestos alrededor de un patio central que conforma una planta en O, el resto de la construcción se levantó en otra altura de cota, hacia la calle Heredia; la edificación se vincula al cuerpo principal por los patios interiores y galerías, que están bien adaptados al irregular terreno.

El acceso principal, hacia la calle Reloj, queda jerarquizado del resto de la edificación por un juego de volúmenes sobresalientes que da simetría a la fachada principal, comportamiento que se duplica en el encuentro de los ejes viales Reloj y Heredia.

Las fachadas exhiben un ritmo regular, con la alternancia de pilastras que ascienden hasta la Cornisa y los vanos de ventanas, donde se acentúa el orden decorativo con maineles o columnillas, elementos muy de uso en el Estilo gótico, estas dividen en dos el plano más retirado de la fachada y en tres los volúmenes salientes.

El cuerpo principal del edificio se remata por un pretil de pilares y balaustradas de hormigón, donde sobresale el volumen del antiguo observatorio. Su puerta de entrada queda enmarcada por dos pilastras dóricas apoyadas en altos basamentos, una imposta y una sencilla cornisa moldurada dan continuidad arquitectónica a este elemento; en tanto, la carpintería muestra un sobrio diseño, basado en figuras geométricas.

Igualmente, existe correspondencia estilística en la concepción de los enmarques de los vanos de ventanas; otros elementos decorativos dan riqueza formal a las fachadas, como por ejemplo, pilastras adosadas con capiteles de influencia neoclásica, barandas con balaustres y herrerías de sobria ornamentación.

Su ejecución representó un hecho extraordinario en la historia de la construcción santiaguera, pues es uno de los primeros edificios donde se utilizó el hormigón armado, cuando aún el conocimiento de este y su empleo eran incipientes para la época.

Cabe destacar que su concepción formal y espacial cumplió el objetivo funcional para el cual fue diseñado. Sus aulas son amplias, ventiladas e iluminadas, al igual que el resto de los locales destinados a laboratorios y oficinas. Al inaugurarse, contaba en la primera planta con vestíbulo, sala de recibo, roperías, despacho, gimnasio, baños e inodoros.

En la segunda, con museos, salones de estudios, aulas, comedor, cocina y dependencias afines, enfermería y jardín. En el tercer nivel, se hallaban habitaciones, biblioteca, capilla, comedor, salón de música. En la azotea se construyó un salón cubierto, destinado a observatorio astronómico, todo el edificio contó con las instalaciones hidrosanitarias y eléctricas más novedosas de su tiempo.

En sus inicios, el Colegio se comunicaba interiormente, desde el primer nivel, con la iglesia de Dolores, este vínculo se eliminó cuando la Iglesia pasó a ser la Sala de Conciertos Dolores.

Sus tres niveles en el interior se despliegan a partir de dos patios centrales en forma de O, en los cuales se extienden largas galerías abalaustradas y macizas columnas, que conforman arcos de mediopunto en el segundo nivel, y apainelados en el primero y tercero, todo ello le confiere al edificio majestuosidad y prestancia. Su azotea constituye un singular mirador, desde este pueden apreciarse vistas panorámicas de la ciudad, muy atractivas por contenido paisajístico.

Patrimonio

El edificio es también relevante como sitio histórico, ya que dentro de su claustro figuraron destacadas personalidades de la enseñanza; además, muchos de sus estudiantes, tanto del Colegio Dolores, como de la Secundaria e IPU Rafael María Mendive, se han destacado en diferentes facetas de la vida del país, se significa por su importancia la presencia de los hermanos Castro Ruz. Entre sus locales cuenta con una sala de Historia donde se exponen objetos históricos de trascendencia para el centro.

El inmueble queda dentro del centro histórico urbano de Santiago de Cuba, en una manzana privilegiada, frente al parque Aguilera (antiguo Dolores), al lado de la Sala de Conciertos Dolores, y cercano a los ejes fundamentales de centralidad de la ciudad. A escala de la arquitectura, el edificio presenta también una adecuada accesibilidad, pues se diferencian correctamente la entrada principal de las secundarias o de servicios.

El primero de los componentes significativos a considerar es la misma edificación, por la coherencia que tuvo con el estilo al que responde. En este sentido, son dignos de exaltarse algunos elementos arquitectónicos como: la escalera principal, enchapada en mármol blanco; las escaleras helicoidales, que vinculan el patio con el segundo nivel y el tercer nivel con el observatorio, así como los magníficos falsos techos de yeso ornamentado, que asoman como decoración en los espacios principales: dirección, salón de actos, antigua capilla y sala de historia.

Biblioteca

La biblioteca es merecedora de exaltación, por su extraordinaria concepción del mobiliario y porque en ella se conservan fondos documentales importantes sobre el inmueble. Los laboratorios de Física, Química y Biología también concentran significativos muestras del mobiliario original: vitrinas al estilo perilla. Existen tarjas que apoyan su valor histórico, así como trofeos que avalan el quehacer del claustro de profesores.

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