Contramaestre

Plantilla:Territorio

Contramaestre: Sexto municipio por su extensión superficial, tercero por su población en la provincia de Santiago de Cuba. Surge como resultado de la nueva división político-administrativa el 10 de octubre de 1976, en territorios de los antiguos términos municipales de Palma Soriano y Jiguaní de la desaparecida provincia de Oriente.Tiene una extensión territorial de 611 km2. Sus principales pueblos son Contramaestre, Maffo y Baire. Presenta una población de alrededor de 105 mil habitantes.

Ubicación

Se encuentra situada al nordeste de Santiago de Cuba, limita al norte con el municipio Urbano Noris, provincia Holguín, al sur con el municipio Tercer Frente, provincia Santiago de Cuba, al este, con el municipio Palma Soriano, de la misma provincia; y al oeste, con el municipio Jiguaní provincia Granma.


Historia del Municipio

La historia del municipio Contramaestre, en el período colonial, se remonta a su primera etapa: Encomendera Minera (1510-1553). Este municipio fue un importante centro de asentamientos aborígenes, dentro de los más significativos se pueden nombrar: Baire, Mayye, Maibío, Guaninao, La Canoa y Guayacanes, que actualmente son barrios pequeños. Su nombre primitivo ha evolucionado desde Mayye, Baite y Baire Arriba, hasta su nombre definitivo Baire San Bartolo, para diferenciarlo de Baire Abajo, Cauto Baire y Baire Santo, que eran otros caceríos.

Este poblado estaba clasificado como partido de segunda clase de la jurisdicción de Jiguaní, cuya gran existencia de más de 6 000 caballerías de superficie, comprendían más de la mitad meridional de dicha jurisdicción. Limitaba al norte con el partido de Santa Rita y el círculo del pueblo cabecera de San Pablo de Jiguaní; por el oeste con la jurisdicción de Bayamo y por el sur y todo el este con la de Santiago de Cuba. Este poblado era un territorio montañoso, cruzándole por su centro una multitud de estribaciones de La Sierra Maestra y del gran mundo ecográfico oriental. Poseía terrenos cuya fertilidad podía rivalizar con las localidades más privilegiadas de Cuba cuyo color variaba entre el bermejo y negro con muy poca parte caliza y pedregosa, regándolos los ríos Cauto, Cautillo, Jiguaní y Yareyal, así como otras corrientes menores.

El partido de Baire fue fundado en los terrenos del antiguo Corral de Baire Arriba. En 1820 habían en Baire una gran cantidad de viviendas agrupadas, pertenecientes a labradores y vegueros, y durante una visita pastoral realizada por el Arzobispo Metropolitano a este Partido, dispuso erigir en auxiliar de parroquia, una mezquita que aquí se construía a expensas de algunos vecinos y con auxilio de la mitra, una ermita bajo la advocación de San Bartolomé, por que los vecinos asistían sistemáticamente a los rituales religiosos. El fraile cura, Vicario de Jiguaní, en informes emitidos en 1851 consignó que ante el conocimiento de la población del punto conocido como Baire Arriba, se inauguró la parroquia de Baire, bajo la advocación de San Bartolomé, como auxiliar de la parroquia de San Pablo de Jiguaní el 23 de marzo de 1821. Fue su fundador el presbítero Don Labrador LLópiz a cuyo título fue ordenado.

Su construcción original consistía en paredes de embarrados y techos de guano y estaba ubicada, según cálculos aproximados, en el centro del lado este de la Plaza con rojos framboyanes de Baire. Desde los primeros años de su fundación comenzaron a celebrarse las fiestas patronales, los días 24 de agosto, “Día de San Bartolo”, consistente en una misa dedicada al santo patrón, la realización de gran número de bautizos y en menor escala de matrimonios, finalizando con una fiesta popular, donde resaltaba lo trovadoresco, las peleas de gallos y la venta de comestibles como puerco asado con casabe, mariquitas de plátanos, maní tostado, raspaduras, cucuruchos, San Antonias, chicharrones, guarapo, tamales, turrones de coco, bollos de maíz, longanizas, bakám, aguardiente entre otras. En 1851 se reedificó la auxiliar de la parroquia de Baire, sustituyéndose sus paredes de adobe por mampostería.

===Guerra del 95===

Durante la Guerra del 95 se establecieron varios campamentos mambises y cuarteles generales, ellos fueron:

  • Campamento de La Guerrilla: Fue el primer campamento mambí de la Guerra del 95 en nuestro territorio; allí bajo los cocales de esta finca, propiedad de Don Pedro Fernández, se establecieron las fuerzas de Saturnino Lora Torres, después de dar el Grito de Baire, en horas de la tarde del 24 de febrero de 1895. En dicho lugar se estableció el primer Vivac insurrecto y se le dio estructura militar a las fuerzas sublevadas en Baire, las cuales fueron formadas y adiestradas por Florencio Salcedo Torres. En este campamento el soldado Ángel de la Guardia, que era muy joven, compuso su himno guerrero que tarareaban con entusiasmo aquellos bisoños soldados. En este campamento Saturnino Lora asignó a Florencio Salcedo el adiestramiento militar de los cinco escuadrones de caballería formados con los alzados de Baire, por la experiencia alcanzada por este viejo mambí en la Guerra del 68 y la Guerra Chiquita, mientras que él se dedicó a dictar órdenes y tomar otras medidas organizativas de carácter interno en el campamento. Sobre ello reflejó Saturnino Lora en sus Hojas de Servicios y Diario de Operaciones:

...acampé en los potreros de La Guerrilla, propiedad de Don Pedro Fernández, y puse las avanzadas del campamento en la entrada de Cuba. ...el 25 de febrero por la mañana dí órdenes de que se pusieran en libertad a varios españoles que me habían traído en calidad de detenidos. Aproveché esa oportunidad para hacerles saber a los españoles detenidos y a las fuerzas bajo mis órdenes que nosotros no les hacíamos la guerra a los españoles, sino, por el contrario, que deseábamos que ellos nos ayudaran en nuestra empresa de libertad; que nosotros sólo le hacíamos la guerra al gobierno español. Ordené a José Joaquín Santiesteban que con sus gente fuera para la costa, a esperar los expedicionarios que por allí debían venir (62). Por la cercanía de este campamento al camino real de la isla, cerca de la entrada de Cuba, Lora decide trasladarse para La Salada, lugar más resguardado y desde allí mandar a buscar al Coronel Jesús Rabí, para cumplir unos de los acuerdos adoptados en el Campamento de La Guerrilla, para entregarle por su prestigio y autoridad las fuerzas sublevadas en Baire. Sobre este aspecto Saturnino Lora reflejó en su diario lo siguiente: Salimos para La Salada, y al pasar por Baire recogimos todos los utensilios de guerra que tenían. Al llegar a La Salada, acordamos que se mandase a buscar a Rabí, para ponerlo al frente de la fuerza (63). Campamento de La Salada. En La Salada se establece el segundo campamento. Allí el 27 de febrero Lora le entregó el mando de las fuerzas al Coronel Jesús Rabí. Por la cercanía al camino real de la isla, Rabí ordena trasladar el campamento para Las Vegas, a 2 Kms aproximadamente de Baire, lugar más estratégico y con sólidas condiciones naturales para las actividades cotidianas de los insurrectos, lugar muy cercano a El Acantilado. Por las continuas comisiones autonomistas que llegaban a este campamento, para que los insurrectos dispusieran las armas y ante el peligro de ser atacados por las fuerzas del General Darrich se trasladó al campamento para la serranía de Los Negros. Campamento El Acantilado. En El Acantilado de Baire, se estableció uno de los campamentos mambises más importantes del Mayor General Calixto García Iñiguez en nuestra comarca; en el que ubicó su Campamento General, que fuera el centro de ubicaciones bélicas hasta que finalizara la contienda en nuestra independencia en el 95. Las alturas del Acantilado, situadas en las serranías del poblado de Baire, dominaban el amplisísimo valle que se extendió al potrero de Las Yeguas que finalizaba en el poblado de Baire, para extenderse luego hasta perderse en el horizonte lejano por los inmensos potreros que le seguían por masa en continuidad hasta las márgenes del caudaloso Río Cauto. Al fondo del campamento se extienden una serie de pequeñas colinas en formación cerrada hasta rematar en el lomo prodigioso de esa yuxtaposición constante de cadenas montañosas donde se inicia la Sierra Maestra por esa parte de nuestro territorio. Al pie del campamento, descendiendo por su lecho de piedra, se encontraba el Río de Baire, pobre de caudal, pero de aguas frescas eran consumidas por los mambises y las bestias. En el libro “Calixto García. Su campaña en el 95”, de Aníbal Escalante Beatón, al referirse al Acantilado expresó: ...el rudo bregar contra un enemigo astuto y temerario en demasía, se olvidaban pronto al pisar la tierra acariciadora de Baire, donde como es lógico suponer, se pasaban días enteros de verdadera placidez. Allí en plena serranía, no sólo se descansaba de las correrías pasadas sino que se hacía una vida regalada, se comía con gran esplendidez, abundando los alimentos de una manera que tocaba los lindes de la prodigalidad; se dormía a piernas sueltas, como si estuviésemos en plena paz, y sobre todo la juventud, como lo era por regla general cada miembro integrante del Ejército Libertador, disfrutaba todo lo necesario para hacer de una vida nómada y riesgosa algo placentero y bastante entretenido... el Acantilado... contaba con todo lo necesario para hacer agradable la estancia en el mismo, y por ello, aquel lugar de solas quedó bien grabado en nuestra memoria, dejándonos indelebles, gratos recuerdos que han perdurado hasta nuestra vejez, como si fueran cosas de las cuales no nos podemos desprender por estar ligados profundamente a nuestras vidas. (64). El Campamento de La Rinconada. La rinconada fue también Cuartel General de Calixto García en la Guerra del 95, su centro de operaciones bélicas en la Jurisdicción Jiguanicera, desde donde se dominaba los extensos llanos del territorio. Este estratégico lugar está sitiado en la topografía cársica de Baire, región que se localizaba entre las poblaciones de Baire y Guisa, donde se alzan grupos de elevaciones calizas, al norte de la Sierra Maestra, que presenta una morfología cársica con grandes abras que se observan como una red. En las guerras de independencia el referido lugar fue Campamento General del Mayor General Calixto García Iñiguez, jefe del Departamento Oriental, en las Guerras del 68 y del 95, por su seguridad y características naturales; por ser un lugar abrupto, es decir, una pequeña abra con un paredón al este, con altas plantas entretejidas de bejucos y grandes hojas; al oeste una especie de dolmen con una entrada estrecha. El lugar de estar incómodo y crecido de rocas como tacones, que sirven para sentarse. Por el suroeste se puede subir en ascenso permanente desde el arroyo de primavera próximo a un antiquísimo caimito de imponente estatura. Malamente se pude seguir desde el lugar de estar hacia el suroeste, entre piedras y arboledas tupidas abundan los caimitos desde las guerras de independencia. La Rinconada posee dos entradas principales: Una por Baire, a través del camino de Los Regajeros que cubre una distancia de unos 5 Kilómetros aproximadamente, y otro camino hacia Jiguaní que dista unos 8 Kilómetros de la Carretera Central. Por su difícil acceso y sus características geográficas, desde donde se dominaba toda la llanura de la antigua Jurisdicción de Jiguaní era uno de los lugares del territorio junto a El Acantilado de Baire, favoritos del Mayor General Calixto García Iñiguez para el descanso de sus tropas y elaboración de sus planes bélicos. Campamento de Los Tinajones. El campamento insurrecto de Los Tinajones, situado cerca de Maffo, estaba ubicado entre el Río Las Viajacas y el poblado de Maffo, término Municipal de Jiguaní. Su nombre se debe al riachuelo que corría por este lugar, de abundante caudal en aquella época debido a un salto de agua que a través del tiempo fue formando varias tinajas naturales que permanecían siempre llenas del preciado líquido. Este campamento limitaba al norte con el camino Real de la Isla comprendiendo desde el río Contramaestre hasta Baire Santo; al sur con el Río Mogote, El Guineo, Loma de la Gloria y Los Negros; al oeste con el camino de Las Veguitas, Finca Candonga, Vereda de la Gloria y Los Negros y por el este con los Ríos Contramaestre y Mogote. En la demarcación de este campamento estaban comprendidos los siguientes lugares: ? Loma de la Vigía, de Antonio Diéguez donde el Cuartel General, Estado Mayor y Escolta Mayor y escoltas de los generales Jesús Rabí, saturnino Lora y Florencio Salcedo. ? Vista de Los Tinajones, de Antonio Lora, sede de la Prefectura, donde funcionaba la dirección de la organización civil de la población. ? Loma de La Gloria, que fue un baluarte inexpugnable de nuestros mambises. ? La Ceiba histórica de Antonio Almenares. ? El cementerio de la guerra en el área la Prefectura. ? El hospital de sangre de El Gato, en las márgenes del Río Mogote. ? Los predios de Maibío, Las Viajacas y El Guineo. ? Las fincas: La Aurora, de Laureano Ferrer, de Juan Ramos; Anastasio Elena (hoy Fuentes Frías); Las Viajacas, de Francisco Fonseca Diéguez; Maibío, de Luisa Rosabal; La Doncella, de Bartolomé Rondón Borrero; Punto Nuevo, de Teodoro Meriño; Guayabal, de Mariano Lora (hoy Wolton), entre otras. El campamento de Los Tinajones fue el primer Cuartel General del General Jesús Rabí en la jurisdicción Jiguanicera. Al establecerse en este campamento las fuerzas de Rabí estaban integradas de la siguiente forma: ? Primer Jefe: Jesús Rabí. ? Segundo Jefe: Saturnino Lora. ? Tercer Jefe: Florencio Salcedo. ? Jefe de Despacho: Porfirio Dellundé. ? Oficiales Superiores: Juan Joaquín Urbina, Celestino Rosales, Ladislao Flores, Manuel Flores, Jorge Paneque, Mariano Lora y Juan del Toro. El Estado mayor y escolta de Saturnino Lora en esa fecha y otras posteriores, estaban formados por: Florencio Salcedo Torres, Fernando Cutido Zamora (Manana), Luis A. Milanés Tamayo, Justo Campiña, Carlos Suárez, José Reyes Arencibia, Jorge Paneque , Bartolomé Rondón Barrero, Ladislao Flores Naranjo, Luis Flores Naranjo, Aureleano Flores Naranjo, Víctor Ramos, Manuel Ramos, Manuel Benítez, Juan Ramos, Antonio Santa Cruz Pacheco, Carlos González Clavel, Manuel Delmau, Juan Fajardo Vega, Justiniano Matos Arias, Francisco Fonseca Diéguez, Agustín Matos Arias, Antonio Cabrales, Ángel Cabrales, Faustino Pantoja, Manuel Zolano Cruzata, Los Hermanos Venero, entre otros. En este campamento expidió el General Jesús Rabí, el 30 de abril de 1896, la certificación de la Hoja de Servicios de Saturnino Lora Torres. Es aquí donde Saturnino Lora, después de su participación encuentros combates en la Guerra del 95 y aprovechando las altas horas de la noche dictaba a su secretario Antonio Santa Cruz Pacheco su Diario de Operaciones. En nuestro territorio se establecieron durante la Guerra del 95 otros campamentos mambises por breve espacio de tiempo; El Jagüey, Monte Oscuro, Maffo, El Guineo, La Canoa, Las Veguitas, Guayabal, El Sitio, La Gloria, Montería de Ventas, Baire, El Mate.

La Invasión. El estallido insurreccional crecía vigorosamente en los territorios de Oriente, Camagüey y Las Villas, pero con eso no bastaba, pues era vital para el triunfo revolucionario extender la guerra a toda la isla. De ahí que la campaña invasora fuera el principal objetivo a cumplir desde la Guerra Grande pues se considera imprescindible para el triunfo de las fuerzas independentistas. Es por ello que los más altos dirigentes del Ejército Libertador como Máximo Gómez, General en jefe, y Antonio Maceo, Lugar Teniente General, estaban convencidos de la urgente necesidad de la invasión, pues la misma tenía implícito objetivos militares, económicos y políticos. En cumplimiento de estos objetivos el 30 de julio de 1895 Máximo Gómez escribió a Antonio Maceo: “...es urgente que usted prepare el contingente más fuertes que pueda y con jefes escogidos y experimentados, trate de incorporárseme cuanto antes para que demos el golpe definitivo en Occidente, donde se nos espera” (65). Inmediatamente Antonio Maceo comenzó a concentrar fuerzas en Mangos de Baraguá y solicita al General Rabí la incorporación del Coronel Florencio Salcedo Torres y del Teniente Coronel Saturnino Lora a la invasión, por su valentía y audacia de la lucha; pero en esos momentos Lora y Salcedo atravesaban por precarios estados de salud. Después del combate del Palo Picado, en Palma Soriano, donde participa el Coronel Florencio Salcedo, bajo las órdenes del General Rabí, Salcedo se ve muy afectado por sus antiguas dolencias causadas por la Guerra y establece su campamento en Las Manuelas cerca de Rihito, para su recuperación. Estando en este campamento Rabí le hace saber la petición de Maceo y al verse imposibilitado, por problemas de salud, le dirige una comunicación al Mayor General Antonio Maceo, haciéndoles conocer las condiciones en que se encontraba, la cual decía textualmente: que con bastante pena y pesar le era imposible acompañarlo en la campaña invasora, para acabar de considerar el triunfo de la causa que había emprendido. Salcedo le reiteró a Maceo que no sabía si era de su conocimiento que el La Guerra de Los Diez Años él padecía de un ataque de aire tan fuerte que a duras penas se pudo salvar del cual había quedado muy delicado y que al llamado para la invasión la mantenía convaleciente en el campamento de Las Manuelas. Salcedo también le refirió a Maceo que cuando en la presente campaña él lo acompañó a Guantánamo y a otros puntos de la región Oriental, que fue donde por primera vez tuvo el gusto de saludarlo en Vega Bellota, después de su último desembarco él solo pudo llegar hasta Santa Isabel de Nipe, desde donde tuvo que regresar afectado por el mismo ataque respiratorio y que luego de reestablecido volvió de nuevo con más brío y prestar sus servicios a la patria. Como buen patriota le acompañó de nuevo al ataque de La Caoba, hasta el 31 de Agosto de 1895 en que dieron muy duro al enemigo en el ataque en el camino real de Santiago de Cuba, prosiguiendo hasta Remanganaguas: ... parece que por la fatiga que procede estos trabajos y por las muchas lluvias de ese día e vuelto por tercera ves a caer en cama con el mismo estado, motivado que a la salida del Brigadier Rabí que está obedeciendo, según han informado al General Masó, o sea, a su orden que el Teniente Coronel, ciudadano Saturnino Lora sea en la actualidad Jefe Interno de La Brigada, por consiguiente que por las razones ya expuestas me es imposible poderle acompañarle como ya antes le había expresado pues si en esta brigada existiera un médico, que bastante falta nos hace sería capaz de acompañarle Certificado Oficial que en estos casos se requieren por lo que quedó a sus órdenes. Florencio Salcedo Torres (66). Días después, el 18 de octubre de 1895, el propio General Jesús Rabí le envía una carta al Mayor General Antonio Maceo comunicándole la imposibilidad del cumplimiento de dicha orden, en el caso de la incorporación de Saturnino Lora y Florencio Salcedo, por el precario estado de salud en que se encontraban. La respuesta de Antonio Maceo no se hizo esperar: Tengo gusto de acusar recibo a Ud. De su atento oficio fecha de ayer por el que se me sirve comunicarme la imposibilidad en que encuentran los Coroneles Salcedo y Lora por razones de salud de incorporarse al “Ejército Invasor”, columna de operaciones. Usted procurará reemplazarlos por otros J´ tan dignos como ellos de ocupar esos puestos sin olvidar al Cmte José O´ Ferrer. Incluya Ud en la fza que debe aportar en cumplimiento de la orden del Gral en J´, la caballería que manda el Tte Coronel Zamora, correspondiente a esa Brigada... (67) Se puede observar claramente a través del documento anterior el alto concepto que tenía Maceo de Lora y Salcedo al seleccionarlos para la invasión, y más, al conocer de sus respectivos estado de salud, como sugiere sean sustituidos por “Jefes tan dignos como ellos”, los que no dan la medida de la calidad humana, el valor y tenacidad de los jefes, oficiales y soldados que formaban parte de la Segunda División “Baire”, del Segundo Cuerpo del Ejército Libertador que operaba en nuestro territorio. Presencia de los mambises contramaestrences en los hechos que propiciaron la rendición española. Aunque el escenario de la guerra Hispano-Cubano-Norteamericano se inscribió fundamentalmente a Santiago de Cuba y sus alrededores, consideramos justos reflejar la presencia de destacadas fuerzas y figuras del Municipio Contramaestre en acciones de vital importancia, que contribuyeron a la rendición español. En la toma de Santiago de Cuba el Mayor General Jesús Rabí actuó como segundo jefe de todas las fuerzas cubanas que actuaron en dicha operación, el cual tuvo bajo las órdenes directas del Mayor General Calixto García Iñiguez. Junto a Rabí tuvieron una destacada participación los generales Saturnino Lora Torres y Florencio Salcedo Torres, los cuales cumpliendo órdenes de Calixto García marcharon hacia el escenario de los hechos con los mil quinientos combatientes integrados por las fuerzas regulares de Jiguaní y Bayamo. Una semana antes de llegar el Mayor General Calixto García al teatro de operaciones, ya se encontraban las fuerzas de Rabí cumpliendo sus órdenes, cubriendo los caminos de ambos lados de la costa. La mayor partes de las fuerzas ubicadas en el Aserradero pertenecían al Segundo Cuerpo del Ejército Libertador, dirigido por Rabí, el cual junto con Saturnino Lora asistieron a casi todas las reuniones efectuadas entre los altos jefes cubanos y norteamericanos. El 11 de junio de 1898 se estableció el primer contacto entre el Vicealmirante Sampson y el General Rabí; para que este enviara un comunicado oficial al Mayor general Calixto García. Después de la derrota del general español Vara del Rey y limpio el camino de la presencia española en el Valle de El Caney, el Mayor General Calixto García ordenó al General Rabí que acercara sus fuerzas lo mas posible a Santiago de Cuba, constituyendo al efecto trincheras en todas las alturas dominadas, para aprovechar sin ahorro de osadía las oportunidades que aquel momento ofrecía. Las labores de zanjeo fueron en extremo dificultosas, debido a lo pedregoso del subsuelo, por lo que el trabajo resultaba abrumador y los zapadores cubanos improvisados no cejaban en aquella seria tarea, sin embargo, apenas habían comenzado los hombres de Rabí loa trabajos de defensa militar en gran disgusto se hizo extensivo, ensombreciendo la buena voluntad de estos patriotas hacia sus aliados, porque mientras ellos sudorosos y fatigados, iban dando fin a esta difícil tarea, el mando norteamericano ordenaba la ocupación por sus hombres, de aquellas trincheras construidas por los soldados de Rabí. Mientras eso hacía las divisiones norteamericanas, a los cubanos se les ordenaba que siguieran con su eficiente trabajo cavando trincheras. Al General Rabí no le agradó en los más mínimo que sus esfuerzos por adueñarse y fortificar las posiciones ventajosas, se perdieran tan fácilmente por voluntad de unos aliados que no se habían expuestos un ápice. Ese malestar, lleno de tan justa indignación cundió por todo el frente cubano, sembrando el descontento en las huestas criollas y poniendo de relieve la primera protesta sorda contra lo que, sin razón alguna, pretendían postergar a un segundo plano de actuación militar a los que se exponían con su arriesgada labor, abriendo un camino para enfrentarse sin dificultad con los baluartes de un enemigo que les era común. El Mayor General García, al tener conocimiento de tales disgustos dentro de su gente, inconformes con lo que estaban haciendo los oficiales norteamericanos, eleva la protesta de sus hombres al General Shafter, ya que entendía que un trabajo semejante a sus tropas traería el descontento en las mismas y por consiguiente la armonía existente entre ambos aliados podría peligrar. Aunque el General García había expresado sin inconformidad por el atropello de que habían sido víctimas sus hombres, recomienda a esto la más juiciosa cordura, aunque recalcándose que a pesar de aquellos desalojos injustos a los cubanos les cubría siempre la gloria de haber sido, como brigada de choque que en realidad eran, los primeros en acercarse a las defensas enemigas. Después de estos primeros incidentes que afectaban tanto la buena voluntad de los combatientes mambises, las fuerzas libertadoras de Rabí se trasladaron a través de otras posiciones más cercanas a la plaza sitiada o a la vista de los bastiones enemigos, donde volvieron a su afanosa obra de cavar trincheras en un terreno extremadamente difícil. Mientras el movimiento envolvente del General Rabí se iba efectuando en torno a la ciudad de Santiago de Cuba, el General García ordenó muy temprano levantar su campamento provisional a fin de instalarlo en el pueblo de Cuabitas que ya había sido capturado en las primeras horas de la mañana por el General Rabí. La situación había mejorado considerablemente para los cubanos con la ocupación de Cuabitas, todo el terreno existente entre el pueblo ocupado y la Loma de quintero se encontraba debidamente en posesión del Mayor General Jesús Rabí; por tal motivo el flanco izquierdo del cuartel Cubano se hallaba bien cubierto y el General Rabí se entregó a su ingente labor de ir forjando los escalones de acero, con los cuales se cercaría más tarde a Santiago de Cuba; cuyo cerco se cerró el 9 de junio, al caer en manos de las fuerzas de Rabí las posiciones de Dos Caminos del Cobre. El 15 de julio de 1898 capituló Santiago de Cuba con los norteamericanos y dos días después se entregaba la plaza a los yanquis sin la presencia de los cubanos en los dos actos; hechos estos que disgustaron extraordinariamente a las fuerzas mambisas por la actuación inmoral y canallezca de los aliados. El estado de ánimo de los mambises fue desolador, porque esa indigna actuación yanqui frustraba 30 años de sacrificios, de lucha del pueblo cubano. Ante esa situación el Mayor General Calixto García y sus tropas se retiraron al territorio jiguanicero, convencidos de la alta traición yanqui. Es a partir de este momento en que el Mayor general Jesús Rabí rechazó abiertamente a los norteamericanos, él vio las verdaderas intenciones yanquis con respecto a Cuba; la decepción y resentimiento profundizaron mucho en su conciencia y su desprecio hacia los yanquis se hizo cada vez mayor, hasta el momento de su fallecimiento: La tristeza que causó en él la sucia maniobra yanqui, de no permitirle entrar en Santiago de Cuba, después de tanto derroche de valor y abnegación de loa mambises... Esto abrió una herida en su corazón que no se cerraría jamás; y su rechazo se hizo abierto hacia los norteamericanos... (68). De esta forma inesperada y dolorosa finalizaron los 30 años de lucha independentista del pueblo cubano. En la Guerra del 68 no se lograron los objetivos trazados, al igual que en la Guerra Chiquita. En la Guerra del 95 nos independizamos de España y nos convertimos en neocolonia de E.E.U.U; hecho que se materializó con la intervención yanqui en la Guerra Necesaria, organizada por José martí, quien precisamente con anterioridad había alertado las verdaderas intenciones de E.E.U.U hacia Cuba, profundizando su pensamiento político con sus ideas antiimperialistas. De igual manera Antonio Maceo tampoco confiaba en los americanos y también había expresado sus inquietudes al respecto, señalando que era mejor caer sin ayuda que contraer deudas con un enemigo tan poderoso. Realmente fueron pocas las altas figuras independentistas, en aquella época, que llegaron a comprender las verdaderas intenciones hegemónicas de E.E.U.U hacia Cuba; tal fue así que la alta oficialidad del Ejército Libertador que participó en la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericano creyó en las “promesas y ayuda” de los aliados. Así ocurrió con las principales figuras mambisas del Municipio Contramaestre, las cuales al final de la contienda sufrieron de la prepotencia yanqui, lo que sirvió de basamento político, para que se percataran de los verdaderos objetivos de los norteamericanos hacia la isla, haciéndose mayor su desconfianza y credibilidad hacia los vecinos del norte. Con la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana terminó el largo período colonial de la Historia de Cuba, pero no las ansias de libertad, independencia y soberanía de los cubanos.

En la Guerra del 68 no se lograron los objetivos trazados, al igual que en la Guerra Chiquita. En la Guerra del 95 nos independizamos de España y nos convertimos en neocolonia de E.E.U.U; hecho que se materializó con la intervención yanqui en la Guerra Necesaria, organizada por José martí, quien precisamente con anterioridad había alertado las verdaderas intenciones de E.E.U.U hacia Cuba, profundizando su pensamiento político con sus ideas antiimperialistas. De igual manera Antonio Maceo tampoco confiaba en los americanos y también había expresado sus inquietudes al respecto, señalando que era mejor caer sin ayuda que contraer deudas con un enemigo tan poderoso. Realmente fueron pocas las altas figuras independentistas, en aquella época, que llegaron a comprender las verdaderas intenciones hegemónicas de E.E.U.U hacia Cuba; tal fue así que la alta oficialidad del Ejército Libertador que participó en la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericano creyó en las “promesas y ayuda” de los aliados. Así ocurrió con las principales figuras mambisas del Municipio Contramaestre, las cuales al final de la contienda sufrieron de la prepotencia yanqui, lo que sirvió de basamento político, para que se percataran de los verdaderos objetivos de los norteamericanos hacia la isla, haciéndose mayor su desconfianza y credibilidad hacia los vecinos del norte. Con la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana terminó el largo período colonial de la Historia de Cuba, pero no las ansias de libertad, independencia y soberanía de los cubanos.


Desarrollo agrícola

En esta etapa en el territorio existían 12 pequeños ingenios de trenes jamaiquinos movidos por fuerza animal, 47 potreros y haciendas de pastos, 1250 estancias de labrar y excelentes vegas de tabaco; para un total de 154 caballerías cultivables, de ellas 233 estaban dedicadas al cultivo de la caña. Esta etapa se caracterizó, fundamentalmente, por la existencia de grandes plantaciones en todo el país que requerían de mano de obra esclava. En este territorio existían pequeñas producciones en manos de trabajadores agrícolas, campesinos independientes, vegueros y un insignificante número de esclavos esencialmente doméstico.

En cuanto a la producción azucarera a finales del Siglo XVIII y principios del Siglo XIX, existían 23 caballerías de caña dedicadas al abastecimiento de los 12 ingenios de trenes jamaiquinos y 25 trapiches; los mismos estaban designados en diferentes zonas del partido de Baire, situados en Ahogaperros, Concepción, El yarey, La Venta, La Pastora, Los Mártires, Monte Alto, Los Negros, Ruisito, Santa Abelina, San Pedro, donde trabajaban unos 60 esclavos.

La producción cafetalera se localizaba fundamentalmente en la zona de Los Negros, La Torcaza, La Güira, entre otros. A partir de la década del noventa del siglo XVIII la mano de obra era de obreros agrícolas y una minoría de esclavos.

La ganadería fue siempre un renglón económico importante para el territorio, dedicada fundamentalmente al autoconsumo y la venta de ganado vacuno y equino, que abundaban en sus hatos y potreros. La ganadería porcina, seprina, ovina y avícola se dedicaba al autoconsumo de la población del partido principal, que era Baire y pequeños barrios aledaños en aquel entonces, como son: Maffo, Los Negros, Ventas de Casanovas y Remanganagua, así como otras zonas rurales.

La producción tabacalera, poseía un gran desarrollo; existían 250 vegas de tabaco de primera calidad, dedicadas a la exportación, ubicados en la parte llana actualmente, en aquellos entonces trabajaban 78 esclavos y vegueros. Estas vegas eran de excelente tabaco, porque los desbordamientos de los ríos que recorrían el Partido de Baire dejaban grandes porciones de localidades impermeables para este cultivo.

Se producían otros cultivos de forma reducida y como autoconsumo para todo el año. Entre las diversas variedades de viandas y vegetales estaban: Plátano, Yuca, Boniato, Ñame, Malanga, Maíz, Quimbombó, Ajonjolí, Ají, Tomate, así como frutas menores como la Naranja, Mandarina, Papaya, Limón, Plátano fruta, Mango y Coco.

Situación socioeconómica

La esclavitud no tuvo incidencias significativas en este territorio. El reducido número de esclavos existentes era fundamentalmente doméstico, procedían en su mayoría de África, de la zona de Guinea y sus únicas fiestas eran los días de San José y San Pedro al finalizar cada zafra azucarera. En el territorio que hoy ocupa el Municipio Contramaestre, sólo hay referencia de la existencia de los antiguos pequeños palenques de cimarrones ubicadas en la zona de Los Negros y La Güira por ser ambos lugares de difícil accesos en esa etapa, ubicados en la línea geográfica al norte La Sierra Maestra.

En la etapa de decadencia del sistema esclavista (1837-1868) se producen discretos cambios socioeconómicos que favorecen a un relativo desarrollo del Partido, aunque son pocos los datos encontrados en relación a la misma. En 1851 se reedificó la parroquia de San Bartolomé y surgieron nuevos núcleos poblacionales en el territorio Contramaestrence. En 1859 se realizaron reparaciones al cementerio de la localidad, que estaba ubicado a 1 km. del poblado por el sureste, cerca de Pinos de Baire, al sur del camino real de la isla, el cuál fue demolido al final de la Guerra del ‘68, producto a una epidemia de Viruela, que causó grandes estragos en el Partido y sus alrededores.

También en ese año se acometieron reparaciones en la Iglesia parroquial de San Bartolomé de Baire, que contaba con un ingreso que recibía de la real hacienda consistente en 300 animales para gastos y entretenimientos, la misma era atendida por un cura párroco que recibía $374.07 anual y un sacristán mayor con la asignación de $250.00 anuales. En esta década se construyó una escuela gratuita de primeras letras para varones, la cual era costeada con los fondos de la Jurisdicción. A mediados del Siglo XIX surgieron nuevos núcleos poblacionales. El poblado de Los Negros se fundó en 1858 que surgió como un pequeño caserío, antiguo palenque de cimarrones en la zona intrincada de La Sierra Maestra en aquel entonces. Poco tiempo después Los Negros se oficializó como barrio de la Jurisdicción de Jiguaní, fueron sus principales fundadores Manuel Zaldívar, Justo Domínguez, Jesús Tabares, Lico Castro, Cándido Infante, Daniel Matamoros, Juan Joaquín Urbina y la familia Lora Torres, quienes aportaron algunas acres de sus haciendas hasta totalizar una caballería, que fue donde surgió la parte más antigua del poblado de Los Negros. Posteriormente otros vecinos aportaron pequeñas parcelas de tierras para su ampliación.

A finales de la década de 1880 se construyó una pequeña ermita bajo la advocación de San Marcelino, cuyas fiestas patronales se celebraban cada 6 de abril con características similares a las de Baire San Bartola y su origen fue religioso. Por referencias de las familias más antiguas del poblado, como los Urbina y Tabares, se reconoció que la referida ermita fue destruida durante la Guerra del ‘95, no obstante se mantuvo la tradición de celebrar a San Marcelino, después terminada la Guerra Necesaria, pero ya su carácter no era religioso, si no de entretenimiento popular, celebrándose entonces el 2 de enero, como continuidad de la celebración del año nuevo, fecha registrada en el santuario católico como San Basilio, pero popularmente se les continuó llamando fiesta de San Marcelino de Los Negros.

En la primera mitad del Siglo XIX surge el pequeño caserío de Ventas de Casanova. Ya en la década de 1860 existía una iglesia, varias casas así como un fuerte de un cuartel. Ventas de Casanova tenía como Santo Patrón a San Isidro, celebrándose una fiesta de origen popular los días 15 de mayo. La iglesia de este barrio fue la segunda en construirse en el territorio Contramaestrense, la misma fue destruida con las Guerras de Independencia. Con su destrucción también desapareció la costumbre popular de celebrar a San Isidro la cual no se volvió a revitalizar. En la segunda mitad del Siglo XIX surgieron otros caseríos como El Sitio, Frai Juan, Palo Picao y Majagual.

Con relación al aspecto económico, distribución de la población rural del Partido de Baire, en 1846 se basaba en 10 ingenios, media de 11 habitantes por ingenios, con un 3.8% de la población rural en los mismos; disminuyendo en 2 ingenios y 25 trapiches. En la década del 60 del Siglo XIX el Partido crece nuevamente con 2 ingenios para alcanzar la cifra de 12 por lo que en 1860 Baire producía el 0.04% de la producción insular. En el referido año la jurisdicción totalizaba 19 ingenios, 37 caballerías dedicadas al cultivo de la caña de azúcar, de un total de 255 caballerías en explotación contándose con una fuerza motriz de 19 bueyes y un total de 201 toneladas de azúcar producidas.

Por las estadísticas anteriores se puede observar que de los 19 ingenios existentes, en la jurisdicción en esta década 12 pertenecían al Partido de Baire para un 63.1%. Con relación a esta etapa se ofrecen otros datos de interés socioeconómico en el cuadro estadístico publicado en 1847, donde se consignaron a Baire 11 casas de mampostería, 2 de madera y tejas y 42 de embarradas y guano, en las cuales residían 342 individuos blancos, 109 libres de color y 3 esclavos, también se hacía referencia a la existencias de otros locales, talleres, oficios y producciones referentes a herrerías, zapaterías, tiendas mixtas, panaderías, billar, valla de gallos, carpinterías, carnicerías, sastrerías, talabarterías y tabaquerías.

Es significativo señalar la poca variación en la estadística industrial de Baire en estos años, pues la mayoría de los individuos se dedicaban a la elaboración del tabaco que se recogía en sus excelentes vegas. A principios de 1859] la población estaba formada por 247 blancos, 123 libres de color y 49 esclavos para un total de 419 habitantes. Comparadas las cifras de población entre los años 1847y 1859 resulta significativa la disminución del total de la población en el Partido, siendo siempre mayoritaria la población blanca. Las razones que provocaron la disminución poblacional a finales de la década del ‘50 del Siglo XIX, estuvieron dadas por el éxodo hacia la cabecera o villa de Jiguaní, así como otros lugares fuera de la jurisdicción.

A principios de la década del ‘60 se produce un discreto aumento así como una reanimación poblacional y urbanística. Entre 1859 y 1860 existían diversos tipos de fincas y establecimientos rurales e industriales en el Partido. Entre las estancias y vegas de tabaco sumaban 1500; si se comparan las mismas con los 12 ingenios existentes se puede apreciar que la principal producción del Partido en estos años seguía siendo la producción agrícola, tabacalera y la ganadera .

Entre las variadas producciones agrícolas registradas en estos años se relacionan la caña, arroz, frijoles, viandas, malangas, pastas, maíz, tabaco, plátanos, café, vegetales así como cera, queso, miel de abeja, raspaduras y frutas menores. Las principales producciones estaban distribuidas en 626 caballerías en todo el Partido y el orden de prioridad era como sigue: arroz, frutales, caña, millo, pastas artificiales, viandas, semilleros y café. En 1862 la ganadería en el territorio contabilizaba 12 609 cabezas de ganado mayor y 46 020 de ganado menor totalizándose la cifra de 58 629 cabezas.

Fundación de Maffo y Remanganagua

En 1858 Maffo era un barrio de Jurisdicción de Jiguaní. Se fundó como núcleo poblacional en 1880. Su nombre estaba relacionado con el de un catalán de apellido Maffo que poseía una finca rústica en la parte más alta de la zona. Sus primeros fundadores fueron José Lora, Juan Ríos, Bartolomé Rondón, entre otros destacados patriotas y algunos campesinos dedicados al cultivo de frutas menores y la ganadería.

Maffo nunca contó con los servicios de una ermita o parroquia, no obstante, en los primeros años de la década de 1890, por iniciativa de José Pardo Sierra, José Pantoja y José Lara se comenzaron a realizar actividades populares los 9 de marzo para festejar a San José donde se realizaban actividades recreativas como peleas de gallos, corridas de caballos, así como ventas de comidas criollas y golosinas propias de la época, no fue hasta principios del Siglo XX que se oficializaron las fiestas de San José de Maffo, por gestión de sus primeros organizadores en el ayuntamiento de Jiguaní, siendo atendidas en el aspecto religioso a partir de entonces por el cura párroco de Jiguaní, el cual desarrollaba una misa y se efectuaban matrimonios y bautizos, pero su origen siguió siendo popular.

A fines del Siglo XIX se fundó el cacerío de Remanganagua, que desde 1756 poseía un lugar de transito, donde el encargado del correo cambiaba su cabalgadura. Su fundación oficial es 1890 etapa en que poseía un fuerte, un cuartel, además del único telégrafo establecido en el territorio la población del Partido de segunda clase de Baire, según el censo de población de 1862 consignó que el cuadro de la población blanca del Partido era la mayoritaria, con 5870 personas, le seguían los pardos y morenos con 2 013 personas, totalizándose una población libre de 7 883, mientras que los esclavos pardos y morenos sumaban 255 lo que representaba un 3,2% de la población total, que era de 8138 habitantes, tanto urbana como rural, de los 5870 blancos eran nacidos en Baire 2503, de ellos 1260 eran varones y 1243 hembras.

En el referido censo se aportan datos muy ilustrativos seleccionados con la clasificación por sexos, la población fija por estados, en las poblaciones y fincas del Partido, así como la naturalidad de la población blanca y su clasificación por naciones. En 1862 el número de casas había crecido considerablemente en relación del año 1847, en sólo 15 años hubo un notable crecimiento urbanístico en el Partido de Baire, donde las viviendas con óptimas condiciones, en ambos años (mampostería, madera, tejas) eran mínimas, siendo mayoritaria las construidas con recursos provenientes de la naturaleza tales como tierra de adobe, cuje, yaguas, yarey, guano; por lo que la naciente burguesía de la localidad poseía las mejores instalaciones mientras que los campesinos independientes, vegueros y obreros agrícolas vivían en viviendas humildes, a pesar de ser la mayoría.

Al finalizar la etapa de decadencia del sistema esclavista en el Partido de Baire ya se habían hecho tradicionales la asistencia a las misas, siendo el catolicismo la religión oficial; el desarrollo de fiestas patronales con el apoyo de actividades populares, la generalización de las peleas de gallos dominicales en la Valla San Bartolomé de Baire a la cual asistían galleros de todo el Partido y la Jurisdicción.

Características generales

Este municipio posee una forma irregular, con un eje central representado por el río Contramaestre, del que toma su nombre. Tiene unos 30 km de largo por unos 35 km en su parte más ancha. Su territorio se caracteriza por ir descendiendo de sur a norte, o sea, desde las primeras estribaciones de La Sierra Maestra, hasta llegar al valle del Cauto, cuyo afluente principal es el propio río Contramaestre. No es un municipio montañoso, aunque tampoco es llano, por lo que se puede definir como lomoso.

Su origen depende de dos procesos geológicos principales: el de La Sierra Maestra y el que originó la llanura del Cauto. Su clima es tropical y sus temperaturas también son elevadas. Las precipitaciones son altas en el verano y descienden en la época invernal. Sus suelos son dedicados al cultivo de la caña de azúcar, los cítricos, la ganadería y a cultivos varios. El medio ambiente de Contramaestre está muy antropizado debido a la utilización de sus suelos para diferentes cultivos. Su población se concentra hacia el sur, donde están las principales poblaciones: la ciudad de Contramaestre que es su capital, y otros pequeños pueblos como Baire y Los Negros. La Carretera Central y el ramal ferroviario desde San Luís a Bayamo marcan un eje de asentamiento poblacional importante en el municipio.

El nombre del municipio le viene del río Contramaestre. El origen de este nombre procede de dos historias diferentes. La primera dice que cuando el río Cauto era navegable hasta la confluencia de ambos ríos, un navegante español dijo que este era el "contramaestre" del río Cauto, o sea, su segundo en cantidad de agua, después del propio río principal. La otra dice, que en su nacimiento, en vez de correr directamente hacia el norte, lo hace en un pequeño tramo en dirección contrario a La Sierra Maestra, de ahí su nombre de "contra maestre", o contra la Maestra. Contramaestre se caracteriza por su importante producción de azúcar de caña, cítricos, viandas y hortalizas.


Situación geográfica, extensión y límites

El municipio de Contramaestre está situado en la parte centro-occidental de la provincia de Santiago de Cuba. Tiene un área de 611,43 km.² y es el sexto de la provincia por su extensión. Limita al norte, con los municipios de Jiguaní y Urbano Noris, de las provincias de Granma y Holguín, al este con el municipio de Palma Soriano, al sur, con el municipio de Tercer Frente y al oeste con el municipio de Jiguaní.

Coordenadas geográficas

  • Punto extremo septentrional: 20 grados 27 minutos norte.

Se ubica exactamente en la confluencia de los ríos Contramaestre y su afluente Baire, en un territorio que penetra como una cuña en el municipio de Jiguaní.

  • Punto extremo oriental: 76 grados 5 minutos oeste.

Se encuentra situado en un lugar conocido como poblado de Oriente, en un territorio que forma una entrada hacia el municipio de Palma Soriano.

  • Punto extremo meridional.- 20 grados 15 minutos norte.

Es el único punto donde se encuentran los territorios de tres municipios: Palma Soriano, Tercer Frente y Contramaestre, en las estribaciones de La Sierra Maestra.

  • Punto extremo occidental.- 76 grados 25 minutos oeste.

Este punto une a otros tres municipios: al propio Contramaestre, al de Tercer Frente y Jiguaní. Se ubica en una zona elevada de La Sierra Maestra.

Contramaestre es uno de los municipios de menor altitud dentro de la provincia. El río de su nombre lo divide aproximadamente en dos partes iguales, aunque con una población desigualmente distribuida, pues hacia el norte, en dirección al río Cauto hay menos población que se concentra en el eje transversal que significan la Carretera Central y la línea ferroviaria de San Luís a Manzanillo.


Evolución geológica y recursos minerales.

Contramaestre es un territorio donde han actuado dos procesos geológicos importantes:

  • El que originó su parte sur, específicamente las primeras estribaciones de la Sierra Maestra, situadas casi en el límite con Tercer Frente y Palma Soriano.
  • El que dio origen, posteriormente a la llanura aluvial del Cauto, que se encuentra a partir del centro y norte de municipio, y en los límites con Jiguaní y Urbano Noris.

En Contramaestre se distinguen las siguientes formaciones geológicas: una mayor, perteneciente al Eoceno con depósitos terrígenos clásticos y carbonatados, situada al sur y centro del municipio. Otras dos de menor área, situadas al norte. La primera perteneciente al Oligoceno con depósitos terrígenos carbonatados, y la siguiente, en los límites entre Jiguaní y Urbano Noris, situada a lo largo del río Contramaestre, con depósitos más recientes del Cuaternario, específicamente del Pleistoceno con depósitos arcillosos, aluviales y carbonatados. Es una zona originada por los depósitos fluviales del principal río del municipio, que es afluente del río Cauto. El municipio no es de grandes movimientos sísmicos, por estar formado principalmente por una zona llana y lomosa, pero es posible sentir los sismos que ocurren a lo largo de la mayor serranía cubana.

Relieve

El relieve contramaestrense no es tan complejo como el de otros municipios, como pudiera ser el del cercano Tercer Frente, situado en La Sierra Maestra. Observando el mapa municipal se puede divisar la existencia de las siguientes formas del relieve:

  • Al sur existe una meseta estratificada de pequeña altura correspondiente al Neógeno, que se interrumpe al este del embalse "Carlos Manuel de Céspedes".
  • Al sureste, en el límite con Palma Soriano y Tercer Frente hay unas pequeñas pre-montañas con una altura de 400 metros. Ambas pertenecen a La Sierra Maestra.
  • Al centro tiene una estrecha faja perteneciente a una llanura denudativa con colinas residuales originadas en el Neógeno y el Cuaternario. Esta se amplía hacia Jiguaní y Palma Soriano.
  • En el norte aparece una pequeña llanura fluvial asociada al río Contramaestre y que continúa hacia el municipio de Urbano Noris, en Holguín. Está diseccionada y se originó en el Cuaternario.

En el municipio de Contramaestre hay dos principales zonas de relieve:

  • El Carso de Baire: es una meseta estratificada situada al sureste del municipio, y que continúa hacia Tercer Frente. Fue originada en el Neógeno. Es característico de este territorio la existencia de manifestaciones cársicas: dientes de perro, cavernas, dolinas y suelos derivados de las rocas calizas. Por lo general su red hidrográfica es subterránea.
  • La Llanura del Cauto: el municipio tiene como eje hidrográfico principal al río Contramaestre y sus afluentes, que es afluente del río Cauto. La mayor parte de la sub-cuenca del río Contramaestre está en este municipio formando parte importante de la cuenca del río Cauto. En el municipio la llanura va descendiendo hacia el río mayor de Cuba. En la parte sur, la altitud promedia los 300 metros, y hacia el norte, y cerca del Cauto desciende a los 100 metros. La cuenca del Contramaestre tiene 716 km cuadrados, la mayor parte en Contramaestre. A la entrada del municipio, el río fue represado y forma el embalse "Carlos Manuel de Céspedes", con 200 millones de metros cúbicos de capacidad.

Clima, fauna y vegetación

El clima de Contramaestre es tropical con una estación de lluvia y otra de seca, similar al del resto de Cuba. La temperatura media anual del municipio es de unos 23˚c, pues comprende a casi todo el municipio. Un pequeño territorio al sur, en los límites con Tercer Frente está atravesado por la isoterma 23˚c debido a la presencia de las primeras estribaciones de La Sierra Maestra. Hacia el norte, y casi en los límites con Jiguaní, se eleva a 24˚c. En el mapa de temperaturas del verano, correspondiente al mes de Julio llega a los 26˚c como promedio, aunque pueden ser superiores debido a su relativa lejanía de las costas. Las temperaturas veraniegas se mantienen estables en ese período de tiempo. Las temperaturas invernales promedio oscilan entre los 21˚c y 22˚c, pero en los últimos años se han registrado mínimas notables en la ciudad de Contramaestre, en comparación con otros sitios llanos de la provincia.

Las precipitaciones varían de norte a sur, oscilando entre los 1000 mm y los 1200 mm anuales, correspondiendo el primer valor a un lugar cerca de la confluencia del río Contramaestre con el Cauto. Los valores van descendiendo desde las montañas de La Sierra Maestra hacia la Llanura del Cauto. Los valores máximos de las precipitaciones ocurren en el verano y su promedio es de 1000 mm. En el período seco descienden a los 200-300 mm, siempre algo superiores en dirección a las alturas de La Sierra Maestra.

El municipio de Contramaestre está muy antropizado pues sus suelos son una importante zona agropecuaria de la provincia. Podemos encontrar herbazales al sur y sureste, así como matorrales hacia el Carso de Baire. Los herbazales son interrumpidos en algunos sitios por los cultivos agrícolas. La misma antropización del territorio contramaestrense ha hecho que la densidad de los animales endémicos en el territorio se le considere baja.

Hidrografía

La red hidrográfica principal del municipio es la del río Contramaestre y sus afluentes. Este río con sus 61 Km. de largo, y su cuenca de 716 Km. cuadrados, nace en La Sierra Maestra, municipio de Tercer Frente, donde recibe sus más importantes afluentes. Al llegar a Contramaestre y cerca de su ciudad capital, fue represado, formando el embalse "Carlos Manuel de Céspedes", que con sus 200 millones de metros cúbicos de capacidad, es la segunda en la provincia.

Este río corre hacia el norte, buscando al río Cauto, y en su recorrido tiene pocas sinuosidades. Este río tiene un cauce profundo, y pese a estar represado, corre con un gran caudal. Los afluentes del Contramaestre en este municipio tienen escasa importancia excepto el río Baire, que le sirve como límite natural con el municipio granmense de Jiguaní. Sus tributarios más importantes nacen en La Sierra Maestra. El río Contramaestre aporta un considerable caudal de agua al río Cauto.

Suelos

En el municipio prevalecen los suelos pardos carbonatados y húmicos. Los suelos pardos carbonatados ocupan la mayor parte del municipio, aproximadamente al norte del Carso de Baire. Son suelos que se han formado recientemente sobre rocas calcáreas, ígneas y metamórficas. Estos suelos son muy aprovechados para el cultivo de la caña de azúcar, los cítricos y otros cultivos varios. Los suelos húmicos calcifórmicos y poco evolucionados coinciden con el sur municipal, y específicamente con el Carso de Baire, que llega hasta los límites con el municipio de Tercer Frente, e incluso más allá. Forman una faja que penetra también en el sur de Palma Soriano. En ellos predomina el proceso de acumulación de humus, favorecidos por la alta presencia de calcio y arcilla. Por lo general tienen color oscuro.

Medio ambiente

El medio ambiente de Contramaestre ha sido muy alterado debido a la producción agrícola, y a la urbanización intensa, sobre todo en el eje que constituyen la Carretera Central y el ferrocarril. La antropización es intensa, lo que ha afectado a la vegetación y a la fauna originales, pero las mayores dificultades ambientales están en la cuenca del Contramaestre, debido a los problemas derivados de vertimientos agrícolas, albañales e industriales en sus aguas. El vertimiento de desechos líquidos y sólidos en sus aguas, procedentes de las despulpadoras de café del Tercer Frente, de instalaciones agropecuarias afectan la calidad del entorno municipal.

Población

La población del municipio de Contramaestre es de 101 016 habitantes (1999). Es el tercer municipio santiaguero en sobrepasar los cien mil habitantes. Su densidad de población es de 161,2 habitantes por km², ocupando el segundo lugar provincial. Es casi igual a la cifra de la provincia que es de 166 h/km². La población urbana es del 53,8%, por debajo de la provincial que es de 71%, y ocupa el quinto lugar provincial. La población del municipio se concentra en el eje transversal que forman la Carretera Central y la línea ferroviaria de San Luis a Bayamo, siendo sus principales poblaciones Contramaestre y Baire.

Fuente

  • Multimedia 50 Aniversario.