Ernesto Guevara de la Serna

Ernesto Che Guevara
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Revolucionario argentino
NombreErnesto Guevara de la Serna
Nacimiento14 de junio de 1928
Rosario, Bandera de Argentina Argentina
Fallecimiento9 de octubre de 1967
La Higuera, Bandera de Bolivia Bolivia
Causa de la muerteAsesinato
NacionalidadBandera de Argentina Argentina
Otros nombresChe
CiudadaníaBandera de Cuba Cuba
OcupaciónMédico
PadresErnesto Guevara y Celia de la Serna
Ernesto Guevara de la Serna. Universalmente conocido como El Che Guevara, o simplemente El Che, fue un excepcional combatiente revolucionario, estadista, escritor y médico argentino-cubano. Su vida ejemplar de persona consecuente con su conducta y su pensamiento se ha convertido en paradigma de millones de hombres y mujeres en todo el mundo.

Síntesis Biográfica

Ernesto Guevara,niño
El 14 de junio de 1928 nace en Rosario, Argentina, Ernesto Guevara de La Serna, hijo primogénito de Celia y Ernesto. Fueron sus hermanos Celia, Roberto, Ana María y Juan Martín La mayor parte de su niñez, su adolescencia y primera juventud transcurren en Alta Gracia a donde llega la familia en busca de un clima propicio para contrarrestar el asma de Ernesto, y Córdoba donde concluye sus estudios secundarios. Ávido lector desde su infancia, poseedor de una vasta cultura, a los diecisiete años comienza a redactar un diccionario de filosofía, materia de interés a lo largo de su vida.

En 1947, la familia se traslada a Buenos Aires y con posterioridad lo haría él mismo. Ese mismo año inicia sus estudios de medicina. Para 1950, decide realizar un viaje por el norte de su país en una bicicleta, a la que acopla un motor. Recorre más de cuatro mil kilómetros a través de doce provincias. Junto a sus amigos crea la revista deportiva “Tackle”. Trabaja además como enfermero en barcos mercantes, en oficinas de la municipalidad de Buenos Aires y en la clínica del doctor Pisani, considerado por esa época, el mejor alergista de Argentina. Esta experiencia le serviría en el futuro para realizar y publicar trabajos de investigación.

Viajes por América

A fines de 1951, en compañía de su amigo Alberto Granado y de la Poderosa II, moto en la que imaginaban transitar por toda América, emprenden un histórico viaje que los llevaría a recorrer Chile, Perú, Colombia y Venezuela. A su regreso en julio de 1952, Ernesto apunta en sus anotaciones personales que “ese vagar sin rumbo por nuestra mayúscula América, me ha cambiado más de lo que creí”.

Ya en Buenos Aires, en apenas un año, concluye sus estudios de medicina, y un mes después, en julio de 1953, comienza su segunda travesía por el continente, con un plan inicial que modificaría y que lo conduciría a una total transformación. Bolivia, Perú, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y finalmente, Guatemala son los países que recorre esta vez.

A esa singular experiencia, se le añade un acontecimiento de repercusiones inimaginadas, el encuentro con cubanos, Asaltantes del Moncada y exiliados en Guatemala. Entro ellos, sobresale Ñico López, joven revolucionario, con el que se produce una total afinidad y el conocimiento primario de los objetivos que persigue Fidel Castro, líder del movimiento para alcanzar la plena independencia de Cuba.

En junio de 1954 la revolución guatemalteca es derrocada y Ernesto se traslada a México, donde se encuentra nuevamente con Ñico López, quien lo conduciría a Raúl Castro, a través del cual conoce a Fidel, cuando en junio de 1955, es liberado de la prisión en Cuba. Encuentro determinante que lo vincularía definitivamente con la Revolución cubana y con el firme propósito de llevar una expedición a Cuba.

En México Ernesto contrae matrimonio con la peruana Hilda Gadea y nace su primera hija, Hilda Beatriz Guevara Gadea.

En Cuba

El 2 de diciembre de 1956 llega a Cuba el Yate Granma con 82 guerrilleros a bordo, entre ellos Ernesto Guevara. Rápidamente el Che, como comienzan a llamarlo los cubanos, se convierte en un táctico y estratega insuperable, demostrado en toda su trayectoria de lucha. Por su capacidad y arrojo combativo, es el primero en ser nombrado por Fidel, Comandante de la Sierra Maestra, jefe de la columna 4 y responsable de la escuela de reclutas Ciro Redondo en Minas de Frío.

Ejemplo, multiplicidad e integralidad lo distinguen cuando desde sus enormes responsabilidades edita el periódico “El Cubano Libre” en 1957. Con el seudónimo de francotirador redacta diversos artículos, en permanente labor educativa, y en febrero de 1958 funda Radio Rebelde. Así mismo, crea pequeñas industrias de guerra, con el fin de satisfacer necesidades primarias de la contienda.

Fidel lo nombra además Jefe de la Columna Invasora No. 8 “Ciro Redondo”, que tuvo como objetivo esencial cortar los suministros del ejército de la dictadura a las provincias orientales, agrupar las fuerzas revolucionarias del territorio de Las Villas y tomar el mando de la misma.

La invasión se inicia el 31 de agosto de 1958 y le continúa la histórica Campaña de Las Villas, con la toma de sus principales ciudades hasta finalizar en la Batalla de Santa Clara y la claudicación de las tropas enemigas el 1 de enero de 1959.
Fidel, y el Che el 8 de Enero de 1959 en La Habana

Al Triunfo de la Revolución Cubana, por órdenes de Fidel, parte hacia La Habana para ocupar la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña y llega allí al frente de su columna el 3 de enero. A partir de esa fecha, se le asignan múltiples responsabilidades de Estado y de gobierno, primero como jefe militar de La Cabaña y de Capacitación del Ejército Rebelde, posteriormente, jefe del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de la Reforma Agraria, presidente del Banco Nacional de Cuba, jefe militar de la región de Occidente, Ministro de Industrias, miembro de la dirección del Partido, con responsabilidades en la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN). Se le otorgó la ciudadanía cubana, el título Doctor Honoris Causa en Pedagogía y fue nombrado hijo adoptivo de Cabaiguán y Fomento.

En junio de 1959 contrae matrimonio con la combatiente villareña Aleida March con la que llegaría a formar una familia de cuatro hijos, Aleida, Camilo, Celia y Ernesto.
El Che con Aleida March y sus hijos Camilo, Hilda , Celia y Aleida

En el ámbito militar, como jefe de la Región Occidental, durante la invasión mercenaria por Playa Girón, establece la jefatura en Pinar del Río, al igual que en la Crisis de Octubre, donde ubica el mando en la cueva de Los Portales, en esa misma provincia.

Como ministro de industrias sentó las bases del desarrollo industrial del país, multiplicando la inauguración y ampliación de fábricas. Con una visión integral de la construcción socialista desarrolló e implantó el Sistema Presupuestario de Financiamiento, donde se conjugaba de manera armónica el desarrollo productivo y el desarrollo de la conciencia.

El legado de su pensamiento teórico, dinámico y creador, lo dejó plasmado en numerosos artículos y revistas, en ediciones nacionales e internacionales. Fundó las revistas “Verde Olivo”, “Nuestra Industria” y “Nuestra Industria Económica”. Publica los libros “Guerra de guerrillas” y “Pasajes de la guerra revolucionaria”, además de documentos de trascendencia universal como “El socialismo y el hombre en Cuba” y el mundialmente conocido “Mensaje a la Tricontinental”.

Desde 1959 desempeña diversas funciones dentro de la política exterior de la Revolución cubana. Viaja al frente de numerosas delegaciones, destacándose el recorrido que realiza en 1959 a los países que conformaban el Pacto de Bandung, antecedente del Movimiento de los No Alineados; la firma de convenios comerciales con los países socialistas en 1960.

Su participación en conferencias internacionales (Consejo Interamericano Económico Social, Punta del Este 1961; Conferencia de Comercio y Desarrollo de la ONU, Ginebra 1964; XIX Asamblea de la ONU, New York 1964; Seminario de Planificación, Argel 1963 y 1965.)
El Che en la ONU
Después de su intervención en Naciones Unidas, el 11 de diciembre de 1964, inicia un extenso periplo por el continente africano, en el que se entrevista con un grupo de dirigentes revolucionarios de diversos países de esa región. Este es el preludio de su lucha internacionalista en el Congo.

En el Congo y Bolivia

En 1965 comienza un nuevo ciclo en su vida, signado por el internacionalismo revolucionario, primero en las selvas del Congo, a partir de abril y por espacio de siete meses. En 1966 regresa secretamente a Cuba y parte el 23 de octubre de ese mismo año hacia Bolivia para consagrarse a la causa de la liberación de América Latina. La esencia de sus ideales fue plasmada en las cartas de despedida que escribe a Fidel, a sus padres e hijos.
Identidad tomada por el Che para salir del Congo
En Bolivia comanda el Ejército de Liberación Nacional, librando numerosos combates durante los once meses en que se extiende la contienda, contra un ejército entrenado y armando por asesores norteamericanos. El 8 de octubre de 1967 es herido en combate, apresado en la Quebrada del Yuro y asesinado al día siguiente en La Higuera, por órdenes de la CIA y del alto mando del ejército boliviano.
Identidad tomada por el Che para entrar a Bolivia

Su cadáver fue sepultado en una fosa común en Vallegrande, con el resto de los guerrilleros caídos en el combate de la Quebrada del Yuro o asesinados en la escuela de La Higuera.

Durante treinta años sus restos permanecieron sepultados en esa localidad, hasta la fecha de su hallazgo el 28 de junio de 1997. El 12 de julio de ese mismo año, fueron trasladados a La Habana y posteriormente en solemne homenaje de todo el pueblo de Cuba, depositados el 17 de octubre en el Mausoleo de la Plaza Che Guevara de la ciudad de Santa Clara. Ese día Fidel dijo que los recibía como “compañeros heroicos del destacamento de refuerzo”.

Cualidades y anécdotas

Che, ternura y exigencia

Palabras de Aleida Guevara March (médico pediatra), sobre su padre (Ernesto Guevara de la Serna): ... Hablo de mi papá con mucho cariño aunque apenas lo conocí, porque tengo el privilegio de ser el fruto de un gran amor y mi madre quedó junto a nosotros procurando en todo momento que lo sintiéramos presente, conociéndolo como amigo. Ella logró transmitirnos su amor, su respeto y admiración... siempre puso en primer lugar las necesidades del colectivo y después, mucho después las suyas. A hombres como él se le mantiene vivo en el recuerdo porque así somos capaces de ser mejores seres humanos.

Che, amigo y solidario

Palabras del Che al evocar al comandante Camilo Cienfuegos. "Camilo fue el compañero de cien batallas". Tan profunda fue esa amistad que un día fueron sorprendidos y el Che perdió su mochila. Al llegar la noche, cada cual comió su pequeña ración. El Che no tenía nada y Camilo, al percatarse compartió con él la única lata de leche que tenía.

Che, escritor

Legó una copiosa obra escrita entre la que sobresale "El socialismo y el hombre en Cuba".

Che, laborioso

Todos los dirigentes del Ministerio de Industrias con el Ministro a la cabeza, asistirían a un corte de caña durante una jornada de trabajo voluntario – durante el primer semestre de 1964 acumuló 242 horas de labores directamente a la producción – ya en el cañaveral, mientras trataban de procurarse los machetes para la faena, Che observó que el conductor del camión hasta los predios del central azucarero, se acomodaba a la sombra, dispuesto a pasar el día lo mejor posible.

-¿Y tu machete, compañero? -No, comandante, yo no corto caña, yo soy el chofer. -Mira, aquí chofer es cualquiera. Buscas un machete y te pones a trabajar como todos o te vas ahora mismo... ¡Ah!, por el camión no te preocupes, que en última instancia yo mismo lo conduzco al regreso.

Che, internacionalista

Palabras del Che: No hay fronteras en esta lucha a muerte, no podemos permanecer indiferentes frente a lo que ocurre en cualquier parte del mundo, una victoria nuestra, así como la derrota de una nación cualquiera, es una derrota para todos. Soy Cubano y también soy argentino... Me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica como el que más.

Che, revolucionario

Este tipo de lucha nos da la oportunidad de convertirnos en revolucionarios, el eslabón más alto de la especie humana pero también permite graduarnos de hombres...

Che, honesto

En momentos de dificultades económicas y escaseces muy sensibles, dirigentes del Ministerio de Industrias fuimos con el Che a una reunión en otro ministerio, cuyo titular no se caracterizaba por la austeridad. Fueron servidas varias bandejas de bocaditos de jamón y queso y jarras de jugos, algunos de importación. (En las reuniones de control del Ministerio de Industrias, de 12 a 15 horas de duración, solo se brindaba café y agua).

El Che miró a sus cuadros. Nosotros tomábamos lo mismo que él - alguna "quillita" pequeña. Después sirvieron chocolate. Yo, que tenía un hijo de pocos años, tomaba algunos dulces y me los echaba en el bolsillo, seguro de no ser visto. Durante un receso, al comentarle, Che me dijo:

-Arcos, la austeridad se practica en casa propia y ajena. -Es verdad, algunos compañeros no fueron consecuentes con eso. -Yo vi a otros que se llenaron los bolsillos de chocolates, respondió.

Al reiniciarse la sesión, devolví los dulces a las bandejas. Desde una esquina de la mesa, Che me miraba...

Che, valiente

Lo vieron y se acobardaron. Tanto en la Sierra Maestra como en el Congo y Bolivia, Che insistía en que nunca se dejara a un guerrillero a merced del adversario, pues le esperaba una muerte segura.

Un día, en la Sierra, el combatiente Joel Iglesias y dos compañeros perseguían a tres soldados que lograron escapar de una emboscada tendida por los rebeldes. Los soldados lograron pararse tras un tronco y cuando Joel estuvo a unos 10 o 15 metros de ellos, dispararon sobre él.

El joven guerrillero quedó gravemente herido, muy cerca de los guardias, que se encontraban bien resguardados. Sus compañeros que repostaron la agresión con un fuego metrido, no podían rescatarlo. En eso Che escuchó los gritos: ¡Han herido a Joel! Y de inmediato partió para el lugar del encuentro.

-¿Dónde está? –preguntó.

Se lo dijeron con la advertencia de lo peligroso que resultaría el rescate, dada la proximidad del enemigo. Sin decir palabra, Che salió hacia donde se encontraba el herido y cuando llegó lo miró por arriba, le tocó las piernas y se lo echó a los hombros. Los tres soldados al reconocer a Che y verlo avanzar erguido y con el arma en alto, se acobardaron de tal forma que no hicieron fuego. Al menos, eso fue lo que confesaron cuando los capturaron.

Fuente

Véase también

Enlaces externos