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[[Archivo:Aristoteles.jpeg‎ |200px|thumb|right|Aristóteles fue un filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia]]Aristóteles estimaba que todas las ciencias existen para algún provecho y tan sólo la filosofía es “la única ciencia libre, pues existe en aras de sí misma. Cicerón contrario a Aristóteles afirmaba: “! Recurrimos a ti y te pedimos ayuda!...! Oh filosofía, guía de la vida!”. Unos suponían su relación con la religión y ayudaba a comprenderla y Otros que la filosofía se asentaba en la duda y la razón y era incompatible con la religión que se basa en la fe.
 
  
 
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Filosofía
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Concepto:Amor a la sabiduría

Filosofía. Vocablo compuesto por dos palabras griegas: filo (Amor) y sofía (sabiduría), es decir ,la filosofía es amor a la sabiduría. La Filosofía es la ciencia que encarna en sí la aspiración humana a la constante búsqueda, al conocimiento de “principios y causas”de todo lo existente, a la duda en lo alcanzado.

Antecedente

Cada hombre por lejos que esté de la actividad científica, la lucha política y el movimiento revolucionario, está preocupado por cómo será el mundo en el futuro no lejano. Por tal motivo se hace interrogantes comunes a todos los hombres de la Tierra y para contestar los problemas necesita del conocimiento de la Filosofía.

Ideas en la antigüedad

Aristóteles fue un filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia

Aristóteles estimaba que todas las ciencias existen para algún provecho y tan sólo la filosofía es “la única ciencia libre, pues existe en aras de sí misma. Cicerón contrario a Aristóteles afirmaba:

“! Recurrimos a ti y te pedimos ayuda!...! Oh filosofía, guía de la vida!”.

Unos suponían su relación con la religión y ayudaba a comprenderla y otros que la filosofía se asentaba en la duda y la razón y era incompatible con la religión que se basa en la fe.

Ideas en la contemporaneidad

Unos sostienen que la filosofía es la ciencia de las ciencias, los otros acercan la filosofía con el arte.

Desarrollo como doctrina

Todos los pueblos poseen rudimentos del pensamiento filosófico y en todos los países se configuran las premisas para la formación de la filosofía, pero no todos los rudimentos de ella se desarrollan para convertirse en doctrinas filosóficas sistematizadas. Las causas se debe buscarlas no en las “peculiaridades del modo de pensar”de unos u otros pueblos, sino en las condiciones de actividad laboral y los rasgos específicos de la vida política. Fueron las condiciones sociales y económicas las que determinaron, en primer lugar, la aparición casi simultanea de las primeras doctrinas filosóficas en India, China y Grecia antiguas hace 2500 años. Muchos científicos estiman que la filosofía empezó a desarrollarse también en el Estado Azteca y sólo la conquista de América por los europeos acabó con este proceso.

Concepción del mundo

La Filosofía es idea sobre el mundo natural y social y el lugar que en este ocupa el hombre más el esclarecimiento de las probabilidades de conocerlo y transformarlo.

Objeto de Estudio

La filosofía estudia las leyes más generales que rigen el Universo, al Hombre y a la Humanidad en conjunto, estudia las bases de la unidad entre el hombre y las sociedad y entre el hombre y la naturaleza.

Problema cardinal

En las diversas corrientes y concepciones los filósofos estudian:

  • Proceso de conocimiento científico.
  • El problema de la libertad.
  • Comprobar la existencia de Dios.
  • El problema de la educación del hombre ciudadano.
  • Investigar el arte.

Apuntó Carlos Marx: “El desarrollo histórico de todas las ciencias solo las lleva a sus verdaderos puntos de partidas a través de un sinnúmero de caminos entrecruzados y rodeos. A diferencia de los demás arquitectos, la ciencia no solo dibuja castillos de aire, sino también erige algunos pisos de un edificio, sin haber colocado su fundamento”. Los puntos de partidas encontrados por los fundadores del Marxismo-Leninismo está en lo anotado por Federico Engels en su obra Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana: “El problema cardinal de toda la filosofía, especialmente de la moderna, es el problema de la relación entre el pensar y el ser”. El quid de la cuestión estriba únicamente en qué es lo primario, qué es lo determinante en la relación compleja “ser- conciencia”.

Filosofía clásica alemana

La filosofía clásica alemana es la Filosofía alemana de fines del siglo XVIII y de la primera mitad del XIX. El fundador de esta filosofía fue Kant; sus continuadores, fueron Fichte y Schelling.

El sistema de Hegal fue "la culminación de todo el movimiento filosófico iniciado con Kant"

La filosofía clásica alemana reflejaba la influencia de los movimientos revolucionarios en Europa de fines del siglo XVIII y de principios del XIX. Sin embargo, esta influencia se refractaba en ella a través del prisma de las atrasadas condiciones económico-sociales de la Alemania de aquel entonces. En la segunda mitad del siglo XVIII y a comienzos del XIX, Alemania era todavía un país semifeudal, tanto en el aspecto económico como en el político. La burguesía alemana era todavía débil, no disponía de suficiente fuerza económica y política para entablar una lucha abierta contra el feudalismo. Por eso su lucha contra él se concentraba, principalmente, en el terreno del pensamiento, en literatura y en filosofía. La burguesía de la Alemania atrasada y semifeudal sólo pudo soñar con el derrocamiento del feudalismo. Impotente para la acción práctica, lo revolucionario adopta en ella la forma de sueños sobre la libertad y la revolución separadas de la verdadera vida terrenal. La debilidad de la burguesía alemana condicionó su inconsistencia política y su tendencia hacia el compromiso con el feudalismo. "Mientras que la burguesía francesa, gracias a la revolución más colosal que conoce la historia, alcanzó el poder y conquistó el continente europeo, escriben Marx y Engels, en "Ideología Alemana"; mientras que la burguesía inglesa, emancipada ya políticamente, revolucionaba la industria y sometía políticamente a la India, y comercialmente a todo el resto del mundo, los impotentes burgueses alemanes sólo llegaron a la "buena voluntad".

La debilidad, la inconsecuencia y la dependencia de la burguesía alemana respecto al feudalismo se refleja en las obras de Kant, Fichte, Schellingt y Hegel, en la hostilidad hacia el materialismo, en al apego a la religión, en el modo idealista, místico de pensar, etc.

Idealistas y materialistas

Toda investigación filosófica empieza por resolver el problema cardinal de la filosofía, por lo que de su posición al desarrollarla los filósofos como dos milenios atrás se dividen:

Todos los filósofos son ante todo materialistas o idealistas, solo luego son:

Las corrientes filosóficas asumidas por los filósofos son:

Métodos de la filosofía

En virtud de la explicación de la esencia del movimiento y de las causas y fuentes en la historia del pensamiento filosófico se formaron dos modos de explicar el desarrollo del mundo, con los que estaba enlazada la configuración de los dos opuestos métodos de estudio del mundo:

Filosofía & Ciencia

El problema de las relaciones entre ciencia y filosofía se entiende como una ampliación (por regressus) del problema de las relaciones que cada ciencia positiva mantiene con las otras ciencias, así como con la realidad que envuelve a todas ellas, limitando sus respectivos «radios de acción». Carece de sentido hablar, en abstracto, de las «relaciones entre ciencia y filosofía», porque éstas serán entendidas de diferente modo según lo que se entienda por ciencia y por filosofía.

La cuestión de las relaciones entre la ciencia y la filosofía forma parte de la cuestión de las relaciones entre la filosofía (gnoseológica) de la ciencia y la filosofía en general (incluyendo a la filosofía en cuanto concepción del mundo, en cuanto Ontología, y a la peri-filosofía o meta-filosofía). La filosofía de la ciencia implica un cierto tipo de filosofía (de ontología y de metafilosofía).

El materialismo filosófico desarrolla una teoría de la ciencia, la teoría del cierre categorial, que no puede ser entendida como una concepción exenta, compatible con cualquier tipo de ontología o de metafilosofía. Se comprende la incompatibilidad del materialismo gnoseológico con el escepticismo científico y, por tanto, con el escepticismo en general. El materialismo reconoce a las ciencias su contribución insustituible en el proceso de establecimiento de verdades racionales, apodícticas y necesarias, como tales verdades, en el ámbito de los contextos objetivos, incluso de aquellos que son cambiantes, que las determinan. En este sentido, carecen de todo fundamento (salvo el de interés ideológico) las afirmaciones según las cuales la ciencia se mantiene en un plano neutral y paralelo al plano de la fe teológico-religiosa con el cual, por tanto, y en virtud de ese paralelismo, no podrá nunca converger.

El conflicto fundamental entre las «religiones superiores» y la «razón» no se libra, en todo caso, en el campo de batalla de las ciencias positivas, sino en el campo de batalla de la filosofía. Aquí se encuentran los lugares ocupados por el razonamiento filosófico (la existencia de Dios, la inmortalidad del alma humana, que las iglesias ya no pueden ceder).

El materialismo, apoyado en el pluralismo de los círculos categoriales mutuamente irreductibles que resultan determinados por las diferentes ciencias efectivas, puede defender la tesis del carácter finito y limitado (no exhaustivo) de las construcciones científicas sin necesidad de apelar a instancias exteriores a las mismas, sino del análisis de las ciencias consideradas en sus relaciones dialécticas mutuas. (En esto se diferencia del agnosticismo. Ninguna ciencia tiene que «agotar» su propio campo, ni tiene por qué hacerlo, para alcanzar conexiones necesarias en el ámbito de sus contextos determinantes. La pluralidad de categorías que el materialismo reconoce en el terreno gnoseológico se corresponde con el pluralismo materialista en el terreno ontológico. Los contenidos de los campos materiales que constituye el cuerpo de las ciencias son los mismos contenidos del Mundo-entorno organizado por los hombres: el materialismo rechaza la distinción entre «objeto de conocimiento» y «objeto conocido».

Pero dado que los objetos conocidos por las ciencias no «agotan» la materia conceptualizada en los contextos determinantes, se comprende cómo las relaciones entre los diferentes conceptos científicos (sobre todo, entre los conceptos tallados en diferentes categorías) habrán de rebasar cualquier horizonte categorial, determinándose en forma de Ideas objetivas tales como la Idea de Causa, la Idea de Estructura, la Idea de Dios, la Idea de Tiempo, la Idea de Finalidad, la Idea de Libertad, la Idea de Cultura, la Idea de Hombre... y la Idea de Ciencia).

La filosofía (la filosofía del materialismo filosófico), podría definirse como la disciplina constituida para el tratamiento de las Ideas y de las conexiones sistemáticas entre ellas. Ideas que, en tanto brotan de las conceptualizaciones de los procesos del mundo (de un mundo que, en la actualidad, y precisamente por la acción del desarrollo tecnológico y científico, se ofrece como una realidad conceptualizada en prácticamente todas sus partes, sin regiones vírgenes mantenidas al margen de cualquier género de conceptualización mecánica, zoológica, bioquímica, etológica, etc.), no son subjetivas, ni son eternas, aunque son Ideas objetivas [152]. La Idea de Dios, por ejemplo, no tiene más de 3.000 años de antigüedad, y la Idea de Cultura objetiva no tiene más de 200 años. Y como la mayor parte de las Ideas se van configurando a través de los conceptos tallados por las ciencias positivas, el materialismo filosófico no puede aceptar la concepción de la filosofía como «madre de las ciencias».

La filosofía académica -es decir, la filosofía de tradición platónica- no antecede a las ciencias, sino que presupone las ciencias ya en marcha («nadie entre aquí sin saber geometría»). Tampoco puede aceptar la concepción de la filosofía como una «ciencia primera», como una «reina de las ciencias». La filosofía no es una ciencia, porque las Ideas, en su symploké, no constituyen una «categoría de categorías» susceptible de ser reconstruida como un dominio cerrado. En entendimiento de la filosofía como «geometría de Ideas» es sólo una norma regulativa del racionalismo materialista y no debiera ser interpretado como denominación de una supuesta construcción efectiva.

Ramas de la Filosofía

Las ramas y los problemas que componen la filosofía han variado mucho a través de los siglos. Por ejemplo, en sus orígenes, la filosofía abarcaba el estudio de los cielos que hoy llamada astronomía, así como los problemas que ahora pertenecen a la física. Teniendo esto en cuenta, a continuación se presentan algunas de las ramas centrales de la filosofía:

Metafísica

Artículo principal: Metafísica
Ciencia que estudia lo abstracto del Ser y de Dios manifestándose en la dualidad de lo positivo y lo negativo. Intenta hacer comprender que el hombre es semejanza e imagen de ese Dios omnipotente y omnisciente, pero ligado solamente por la energía, la cual proviene del mismo. Pertenece como ciencia a la Filosofía, dividiéndose en dos grandes ramas: la Ontología (estudio del Ser) y la Teología (estudia lo referente a Dios ).

Gnoseología

Artículo principal: Gnoseología
Rama de la filosofía que estudia la naturaleza, el origen y el alcance del conocimiento. La gnoseología no estudia los conocimientos particulares, como pueden ser el conocimiento de la física, de la matemática o de los alrededores inmediatos, sino el conocimiento en general, aunque puede hablar sobre los límites y el fundamento de otros conocimientos particulares (por ejemplo, al dilucidar qué valor tiene una "medida" usada por la física).

Lógica

Artículo principal: Lógica
La lógica es una ciencia formal y una rama de la Filosofía que estudia los principios de la demostración e inferencia válida. La palabra deriva del griego antiguo λογική (logike), que significa dotado de razón, intelectual, dialéctico, argumentativo», que a su vez viene de λόγος (logos), palabra, pensamiento, idea, argumento, razón o principio». La lógica examina la validez de los argumentos en términos de su estructura, (estructura lógica), independientemente del contenido específico del discurso y de la lengua utilizada en su expresión y de los estados reales a los que dicho contenido se pueda referir. Esto es exactamente lo que quiere decir que la lógica es una ciencia formal.

Ética

Artículo principal: Ética
Ciencia de la moral. Se divide en ética normativa y teoría de la moral. La primera investiga el problema del bien y del mal, establece el código moral de la conducta, señala qué aspiraciones son dignas, qué conducta es buena y cuál es el sentido de la vida. La teoría de la moral investiga la esencia de esta última, su origen y desarrollo, las leyes a que obedecen sus normas, su carácter histórico. La ética normativa y la teoría de la moral son inseparables entre sí.

Estética

Artículo principal: Estética
Ciencia que trata de las leyes a que está sujeta la aprehensión estética del mundo por parte del hombre, de la esencia del arte, de las leyes de su desarrollo, del papel socialmente transformador del arte como forma especial de dicha aprehensión.

Filosofía política

La filosofía política es el estudio acerca de cómo debería ser la relación entre los individuos y la sociedad. Esto incluye el estudio de los gobiernos, las leyes, los derechos, el poder y las demás instituciones y prácticas políticas. La filosofía política se diferencia de la ciencia política por su carácter generalmente normativo. Mientras la ciencia política dedica más trabajo a investigar cómo fueron, son y serán los fenómenos políticos, la filosofía política se encarga de teorizar sobre cómo deberían ser dichos fenómenos.

La filosofía política tiene un campo de estudio amplio y se conecta fácilmente con otras ramas y subdisciplinas de la filosofía, como la filosofía del derecho y la filosofía de la economía. Se relaciona fuertemente con la ética en que las preguntas acerca de qué tipo de instituciones políticas son adecuadas para un grupo depende de qué forma de vida se considere adecuada para ese grupo o para los miembros de ese grupo. Las mejores instituciones serán aquellas que promuevan esa forma de vida.

Filosofía analítica

Artículo principal: Filosofía analítica
Amplía corriente, bastante heterogénea, de la filosofía burguesa moderna; une distintos grupos, direcciones y filósofos que ven en el análisis del lenguaje el objetivo de la filosofía.

La filosofía analítica se cultiva sobre todo en los Estados Unidos e Inglaterra; cuenta, asimismo ciertos partidarios y grupos en los países escandinavos, Finlandia, Australia, etc. En los Estados Unidos, esta corriente se halla representada por los filósofos del empirismo lógico y el neopragmatismo. Existen, asimismo, varios analíticos americanos independientes, que no pertenecen a ninguna dirección determinada. En Inglaterra, la forma dominante de la filosofía analítica es la filosofía lingüística. Mantienen una posición próxima al empirismo lógico Ayer y Karl Popper. Todas esas tendencias de la filosofía analítica aparecen como variedades del neopositivismo. Caracteriza a la mayor parte de quienes la cultivan el trasladar el centro de gravedad, en la investigación, de los problemas gnoseológicos generales a las formas y a los recursos concretos del análisis del lenguaje. En este terreno pueden señalarse dos maneras fundamentales de enfocar las cuestiones:

  1. se construyen lenguas artificiales «modélicas» de estructura lógica fijada con precisión (empirismo lógico, neopragmatistas, varios analíticos «independientes»). Tales investigaciones se basan en la lógica y en la semántica lógica;
  2. Se investigan las lenguas naturales históricamente dadas (filosofía lingüística).

En gran medida, los trabajos de los representantes modernos de la filosofía analítica dedicados al análisis del lenguaje pierden el carácter de investigaciones filosóficas o gnoseológicas en el sentido estricto de la palabra y se convierten en investigaciones concretas sobre lógica, acerca de problemas específicamente metodológicos o de lingüística, las cuales poseen, sin duda alguna, contenido científico. En cuanto a los problemas filosóficos generales, la filosofía analítica en realidad se aparta de ellos o bien les da una solución idealista equivocada.

Filosofía del lenguaje

Una de las direcciones de la filosofía analítica. Se halla difundida sobre todo en Inglaterra. La fuente ideológica de esta corriente ha sido la «filosofía del sentido común», de Moore y las ideas del Wittgenstein tardío. Lo mismo que otras escuelas del neopositivismo, la filosofía lingüística niega que la filosofía sea una concepción del mundo y tiene por seudoproblemas los problemas filosóficos tradicionales, como si surgieran por la incomprensión de la naturaleza real del lenguaje, en virtud del influjo desorientador de este último sobre el pensamiento. La filosofía en cambio, ha de aclarar las dificultades que se presentan a consecuencia del empleo equivocado de palabras y proposiciones.

En su afán de «superar la metafísica», los partidarios de la filosofía del lenguaje no sólo desechan la «metafísica ontológica» de la filosofía tradicional, sino que, además, negando toda posibilidad de que exista una concepción filosófica sin fisuras, niegan asimismo la «metafísica» gnoseológica del positivismo lógico con su principio de lo «dado directamente», con el principio de verificación y otros.

Filosofía de la historia

Así se denominaba, en la filosofía anterior a Marx, la esfera del saber que se ocupaba de los problemas relativos al sentido de la historia, a sus leyes, a la dirección fundamental del desarrollo de la humanidad.

Desde el punto de vista histórico, la filosofía de la historia arranca de la Antigüedad grecorromana. En la Época Moderna, la cultivaron los pensadores de la Ilustración del siglo XVIII (Voltaire, Herder, Condorcet, Montesquieu).

Los hombres de la Ilustración al combatir la teologización de la historia, teologización iniciada por San Agustín, introdujeron en la filosofía de la historia la idea de causalidad, elaboraron la teoría del progreso, expusieron la idea de que el proceso histórico constituía una unidad, explicaron que el medio geográfico y social influía sobre el hombre. En el desarrollo de la filosofía burguesa de la historia alcanzó una etapa superior la filosofía de Hegel quien concebía la historia como un proceso único, sujeto a ley, internamente necesario de autodesarrollo del espíritu, de la idea.

Marx y Engels superaron la limitación de la filosofía de la historia, que se manifestaba en el carácter especulativo, apriorístico e idealista, de dicha filosofía. El descubrimiento del materialismo histórico, sirvió de base para crear una historia auténticamente científica. En la actual filosofía burguesa de la historia, las concepciones que gozan de mayor influencia son las de Toynbee y de Spengler. La mayor parte de los sociólogos e historiógrafos burgueses renuncian a la generalización filosófica de la historia, hecho que refleja el miedo de la burguesía ante las leyes históricas objetivas, que conducen al capitalismo a su fin. Ven la historia como una sucesión caótica de casualidades y rechazan los conceptos de causalidad, de sujeción a ley de progreso.

Sistemas, concepciones y corrientes filosóficas

Filosofía de la identidad

Concepción filosófica que resuelve el problema de la correlación entre el pensar y el ser, entre el espíritu y la naturaleza, partiendo del reconocimiento de su identidad absoluta. Su principio básico se halla diametralmente opuesto al de los sistemas dualistas.

La filosofa de la identidad, como concepción filosófica determinada está unida al nombre de Schelling, quien, intentando superar el dualismo de los sistemas de Kant y de Fichte, presentó un nuevo principio inicial de la filosofía monista: el de la identidad absoluta entre lo subjetivo y lo objetivo, entre lo ideal y lo real. El principio de la identidad del pensar y del ser figura, asimismo, en la base del sistema hegeliano, mas Hegel desarrolla este principio de otra manera, pues concebía la identidad misma dialécticamente: no como algo absoluto e inmóvil, como una unidad indeterminada que se opone indiferentemente a la multiplicidad del ser, sino como la idea lógica que se desarrolla por sí misma y cuya determinación y diferenciación se encuentran en ella misma como su forma inmanente infinita.

La particularidad específica de la filosofía de la identidad y la que la diferencia de otras concepciones idealistas objetivas no estriba en el reconocimiento de la identidad entre el pensar y el ser, sino en la concepción metafísica de dicha identidad. La filosofía de la identidad, que representa uno de los intentos de resolver el problema básico de la filosofía, suprime el problema disolviendo las diferencias entre espíritu y naturaleza, entre el pensar y el ser, en el seno de la substancia absoluta e inmóvil. En la historia de la filosofía, Parménides y Spinoza expusieron concepciones próximas a la filosofía schellingiana de la identidad. Algunas escuelas del neotomismo propagan las ideas de la identidad metafísica entre el pensar y el ser. La filosofía monista auténticamente científica es la filosofía marxista, que funda su monismo partiendo de las ideas de unidad material y desarrollo del mundo.

Filosofía de la vida

Corriente idealista subjetiva de la filosofía burguesa; surgió en Alemania y Francia en la linde del siglo pasado y del actual. Su principal antecesor ideológico fue Schopenhauer.

El nacimiento de dicha filosofía se debió, en cierto modo, al rápido avance de la biología, de la psicología y de otras ciencias que descubrían la inconsistencia de la imagen mecanicista del mundo. La filosofía de la vida representó un intento de superar, desde posiciones idealistas, el carácter limitado del materialismo mecanicista. Su aparición señaló la crisis de la filosofía burguesa, su renuncia a la ciencia, el paso al irracionalismo y al nihilismo. Por su contenido objetivo, la filosofía de la vida constituyó una interpretación errónea, idealista, de la peculiaridad del proceso histórico-social. Se apoyaba en el concepto de la vida como principio absoluto e infinito del mundo, principio que, a diferencia de la materia y de la conciencia, se mueve de manera activa, diversa y eterna. No es posible comprender la vida gracias a los sentidos o al pensar lógico, sólo se llega a conocer intuitivamente, sólo es accesible a la vivencia (sobre todo a la religiosa).

Dentro de la filosofía de la vida, cabe distinguir dos grupos principales: uno de ellos (Bergson) concebía la vida en un sentido biológico y hacía extensivas las propiedades biológicas a toda la realidad; el otro grupo (Nietzsche, Dilthey, Simmel) concebía la vida como voluntad, como vivencia interna, como juego irracional de las fuerzas espirituales. Las ideas centrales de la filosofía de la vida han servido de fuente ideológica al existencialismo.

Filosofía semántica

Corriente de moda en la filosofía burguesa, variedad del idealismo subjetivo, forma característica de la ideología decadente de la época imperialista. La filosofía semántica ejerce una influencia notable sobre la jurisprudencia, la ética y la crítica literaria burguesas. Se halla estrechamente vinculada al positivismo lógico del que es una expresión extrema. Restaura el nominalismo escolástico de la Edad Media, del que se distingue por su íntima ligazón con el idealismo subjetivo.

La semántica es una rama de la filosofía que estudia el sentido de las palabras. Numerosos idealistas contemporáneos declaran que la semántica es la “ciencia de las ciencias”. Su punto de partida es la tesis según la cual, las nociones generales no serían más que signos convencionales, combinaciones de sonidos que no significan ni reflejan nada real. Desde este punto de vista falso, las teorías científicas no son más que andamiajes verbales vacíos de sentido que sólo logran obscurecer la “experiencia”.

Según los idealistas semánticos, la filosofía tiene por función no el análisis de las cosas reales y de sus relaciones, sino el análisis de las palabras y de sus combinaciones; no el estudio de la realidad objetiva, sino el de la estructura del lenguaje, el de la palabra. Los idealistas semánticos niegan las leyes objetivas, el vínculo causal necesario de los fenómenos, y estiman que son los propios filósofos los que “organizan” y “ordenan” el mundo por medio del lenguaje. Según ellos, la fuente de todos los errores filosóficos, así como de todos los desacuerdos políticos, reside en la imperfección del lenguaje. Y el único método acertado para resolver todos los problemas filosóficos y sociales, para suprimir todos los errores y confusiones, sería el perfeccionamiento del lenguaje, la creación de un “metalenguaje” científico y preciso. Los semánticos llegan hasta decir que todas las contradicciones de clase y todas las calamidades sociales se deben a la imperfección del lenguaje y a la ausencia de una cultura semántica.

La filosofía semántica pone todo patas arriba; según ella, no son las contradicciones sociales reales la causa de los conflictos ideológicos y de la “incomprensión” mutua, sino que por el contrario, todo se reduce a defectos del lenguaje como medio de comunicación entre los hombres; no es la liberación real de las masas laboriosas, oprimidas por el capitalismo, lo que tendrá que suprimir las contradicciones sociales, sino la “depuración” del lenguaje, la eliminación de los términos inexactos. Todo esto, no sólo representa el idealismo, sino una lamentable tentativa de los ideólogos reaccionarios de oponer a la lucha de clases, a la lucha de los pueblos por la paz y la libertad, una escolástica semántica y la reforma del lenguaje, presentados como un medio mágico que permitiría vencer todas las dificultades de la ciencia y todos los males del mundo. La doctrina marxista-leninista sobre el verdadero papel y lugar del lenguaje en la vida social, es, para las filósofos marxistas, un arma en la lucha contra esta doctrina reaccionaria.

Filosofía especulativa

Sistema de principios filosóficos estructurado sin recurrir a la experiencia. El filósofo especulativo, partiendo de la «fuerza pura de la inteligencia», establece determinados principios con los cuales intenta abarcar toda la realidad objetiva. No obstante, ni un solo sistema especulativo ha resistido la prueba del tiempo, ya que la realidad, en última instancia, ha resultado ser inconmensurablemente más rica que cualquier variedad de la filosofía especulativa. Si ésta contiene algunas conclusiones acertadas, se debe tan sólo a que presenta como definiciones especulativas suyas, propiedades de la realidad misma. El primer filósofo especulativo consecuente fue Descartes. En la actualidad, emplean en gran escala el método especulativo los escolásticos (Neotomismo).

Otras concepciones

Sistemas filosóficos de Fichte, Schelling y, ante todo, de Hegel, inferidos de un principio, mediante el método deductivo dialéctico. Según Hegel, el examen especulativo es sinónimo de análisis dialéctico. Los resultados obtenidos por esta corriente de la filosofía especulativa se explican por el hecho de que la investigación de la dialéctica de las ideas permitía conjeturar algunos aspectos de la realidad misma. No obstante, la tendencia a explicar mediante las especulaciones, costara lo que costara, la realidad entera, condujo a los representantes de dicha filosofía especulativa a la subordinación servil al objeto, de modo que se veían obligados a construir como absolutamente necesarias y universales las determinaciones más casuales e individuales del objeto.

En el amplio sentido de la palabra, por pensamiento especulativo se entiende el pensamiento teórico.

Filosofía práctica

Parte ética de los sistemas clásicos de filosofía, teoría sobre los principios y leyes de la acción (por ejemplo, la «Ética» de Spinoza, la «Crítica de la razón práctica» de Kant, etc.).

Amplia corriente, orientada contra el materialismo y la ciencia, en la filosofía burguesa contemporánea. Pueden incluirse en la filosofía práctica el nietzscheanismo, el pragmatismo, la filosofía de la vida, el existencialismo y otras escuelas que les son afines y que conciben el conocer como «instrumento» para alcanzar resultados prácticos. La renuncia al pensar teórico y a la verdad objetiva, el culto al subconsciente, van ligados en la filosofía práctica a la disolución del pensamiento en la función biológica de la adaptación: la veracidad de una idea no se determina por lo que en ella se refleje de la realidad objetiva, sino por su validez práctica, por su utilidad: todas las ideas (entre ellas las religiosas) son «verdaderas» si conducen al éxito. De este modo, el relativismo y el agnosticismo de la filosofía práctica se encubren con una referencia al hacer práctico entendido en un sentido extremadamente subjetivista.

Filosofía genitiva

Versión mundana de la concepción inmersa y adjetiva de la filosofía. Tiende a entender a la filosofía como una «secreción espontánea» de las diferentes actividades propias de la vida práctica «mundana» del presente. Su denominación genitiva viene dada por la utilización del genitivo subjetivo.

La filosofía se manifiesta como una formulación de la conciencia o reflexión crítica, teniendo que tomar una decisión práctica (frente a otras alternativas), o adoptar una estrategia,advirtiendo que su decisión no puede simplemente justificarse o fundarse en motivos «técnicos» o categoriales, requiriendo la consideración de muy diversos motivos categoriales («interdisciplinares») y de presupuestos políticos y morales, con los cuales además es preciso entrar en compromiso desde el momento en que la decisión a adoptar es vivida como una decisión necesaria. Es una filosofía mundana y, por ello, no hay que confundirla con la «filosofía centrada»`.

Verdadera filosofía & Filosofía verdadera

Distinción que tiene que ver con la que se establece, en álgebra, entre verdaderas fórmulas (las que cumplen las reglas sintácticas de construcción), y falsas fórmulas. Una verdadera fórmula puede ser una fórmula falsa: «3+5=9» es una verdadera fórmula, pero es falsa aritméticamente; «3+raíz cuadrada=9» es una falsa fórmula, una pseudofórmula o un sinsentido. Una filosofía que carezca de una doctrina firme, poniendo por caso, sobre la Libertad, sobre las Religiones, sobre la Cultura, sobre la Ciencia, sobre el Estado, sobre el Hombre, sobre la Pena de Muerte, sobre Dios, etc, no puede ser llamada verdadera filosofía.

El momento mismo de constitución de la verdadera filosofía, es el momento preciso de cristalización de la «filosofía académica», es el momento de la sistematización del método filosófico. Platón lo formuló en su célebre pasaje de La República (VII,532a), como la estructura de un proceso que, partiendo necesariamente de los fenómenos (y bajo el concepto de fenómenos se incluyen no solamente a las imágenes y percepciones, sino también a las creencias, contenido de la pistis), va regresando hacia las esencias (regressus) para después volver de nuevo a los fenómenos (progressus) en un movimiento circular.

La vuelta a los fenómenos equivale a una racionalización de los mismos, pero no a su agotamiento: nuevos contenidos descubiertos en ellos mediante el progressus impulsarán un movimiento, también nuevo, de regressus. La estructura del método filosófico, así entendido, es, por lo demás, paralela a la estructura del método científico (el de los astrónomos, el de los matemáticos) y este paralelismo explica, por sí sólo, la tendencia inveterada a hacer de la filosofía una ciencia entre las otras (aun atribuyéndole un rango distinto, superior o inferior, o ambas cosas a la vez, según las perspectivas). La distinción entre el método científico (el matemático, el físico) y el filosófico es así una de las cuestiones abiertas por el platonismo.

Una ciencia categorial no aparezca entendida como conjunto de proposiciones meramente hipotéticas, ni como pura descripción fenoménica, sino como una actividad esencial que establece conexiones necesarias, verdades (identidades sintéticas), mediante el proceso de un cierre categorial. Y la filosofía se dará como una actividad orientada a desentrañar las Ideas que se abren camino a través del desarrollo de las mismas categorías, una actividad que, en cierto modo, presupone a las ciencias («nadie entre en la Academia sin saber Geometría»), en lugar de antecederlas (la filosofía no es «la madre de las ciencias»). Pero regresando a su vez, a partir de las categorías, a ciertas Ideas presentes en ellas y trabadas entre sí en una symploké que no es precisamente formulable siempre en la figura de un cierre. No obstante, esto no excluye que en las llamadas «disciplinas filosóficas» (Antropología, Filosofía natural, Filosofía moral, etc.), puedan advertirse configuraciones o «círculos de Ideas» análogos (regressus/progressus) a los círculos cerrados constitutivos de las «disciplinas científicas». Pero la unidad sistemática de aquéllas disciplinas no puede ser asimilada a la unidad de éstas, entre otros motivos porque los nexos entre las Ideas son mucho más heterogéneos que los nexos que median entre los contenidos centrales de una categoría científica (Geometría, Termodinámica).

Otras concepciones

Amplia corriente, orientada contra el materialismo y la ciencia, en la filosofía burguesa contemporánea. Pueden incluirse en la filosofía práctica el nietzscheanismo, el pragmatismo, la filosofía de la vida (Bergson), el existencialismo y otras escuelas que les son afines y que conciben el conocer como «instrumento» para alcanzar resultados prácticos. La renuncia al pensar teórico y a la verdad objetiva, el culto al subconsciente, van ligados en la filosofía práctica a la disolución del pensamiento en la función biológica de la adaptación: la veracidad de una idea no se determina por lo que en ella se refleje de la realidad objetiva, sino por su validez práctica, por su utilidad: todas las ideas (entre ellas las religiosas) son «verdaderas» si conducen al éxito. De este modo, el relativismo y el agnosticismo de la filosofía práctica se encubren con una referencia al hacer práctico entendido en un sentido extremadamente subjetivista.

Fuentes

  • L. Korhunova y G. Kirilenko. ¿Qué es la Filosofía?. Editorial Progreso . 1989.
  • M. Rosental y P. Iudin. Diccionario Filosófico. Editorial Política. Cuba. 1981.
  • Pelayo García Sierra. Diccionario filosófico. Biblioteca Filosofía en español. Oviedo 1999
  • Artículos del Diccionario filosófico Consultado el: 18 de diciembre de 2019
  • C. Marx y F. Engels. Obras: tomo 13 y 21.
  • C. Marx. Contribucción a la crítica de la economía política.