Historia de la música en Birán

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Historia de la música en Birán
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Angelita tocando guitarra
Lugar:Birán, Cueto
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba

Historia de la música en Birán. Birán es uno de los siete Consejos Populares que actualmente forma parte del municipio holguinero de Cueto. Prácticamente hasta el establecimiento allí, al iniciarse la segunda década del siglo XX, del inmigrante gallego Ángel Castro Argiz, fue una zona boscosa y despoblada, ubicada en el viejo camino real que comunicaba a Santiago de Cuba con la costa Norte de la provincia oriental.

Eran tiempos de grandes cambios y con la construcción del ferrocarril a Antilla se fomentan nuevas poblaciones e industrias; entre ellas Cueto, Alto Cedro y Marcané, batey este último del central Altagracia (hoy Loynaz Hechavarría), el cual estimuló notoriamente el cultivo de la caña de azúcar y la llegada de inmigrantes, fundamentalmente peninsulares y haitianos que dejarían un rico legado al patrimonio cultural de Birán y toda esa región.

Música en una hacienda de Birán

La finca Manacas adquirida por Ángel Castro en 1915, pronto se convirtió no solo en el centro de la actividad económica de Birán sino también de su vida social y cultural, pues el próspero colono español concibió un proyecto comunitario formado por 27 instalaciones en los que no faltaron los servicios gastronómicos, la recreación y la cultura. Tras la lectura del libro Todo el tiempo de los cedros, de Katiuska Blanco, el lector se convence de que este hombre emprendedor, socio del Centro Gallego de La Habana, una institución que tanto hizo por la propagación de la cultura en la Isla, pese a su escasa instrucción también amó el arte y estimuló la admiración por la música. En esa obra de referencia, se cuenta como solía disfrutar en sus ratos de ocio de programas radiales y de grabaciones discográficas de grandes intérpretes líricos y del folclore español, las cuales reproducía en su fonógrafo marca RCA Víctor.

Fidel en la época que tocaba tambor en la Banda de Música del Colegio Dolores, Santiago de Cuba. Junto a él, sus hermanos Ramón y Raúl

Según el testimonio del máximo líder de la Revolución Cubana, durante tres años consecutivos su padre le regaló diferentes tipos de cornetas en ocasión de las festividades del Día de Reyes. Es de imaginar que algo similar hizo con otros hijos que tuvieron inclinación hacia manifestaciones culturales, el caso de Pedro Emilio, vástago del primer matrimonio que escribió y publicó poemas y Angelita, la mayor de su unión con Lina Ruz, la cual gustaba de la guitarra y de organizar actividades culturales en el cine y otras instalaciones de la comunidad. La recreación y el esparcimiento eran esporádicos en Birán, las actividades de este tipo se limitaban prácticamente a esas proyecciones fílmicas, las peleas en la valla de gallos los domingos, las festividades de los haitianos, alguna serenata, baile o guateque.

Angelita fue como un ángel de la guarda para los inmigrantes caribeños a los que ella trataba con especial deferencia, aunque toda la familia convivía con ellos y Fidel y Raúl gustaban de asistir a sus bailes y rituales, tanto que en su vida de estudiante el tambor fue el único instrumento que Fidel tocó en una banda del Colegio Dolores,y no lo hacía tan mal, quizás porque la sonoridad le recordaba los toques de tambor de los haitianos del batey cuando danzaban por la muerte de uno de los suyos, al decir de Katiuska Blanco.

Trascendencia del legado haitiano

Aunque el cultivo del son montuno, el punto y la guajira, entre otras modalidades de la música tradicional cubana, así como de algunas más procedentes de España, marcaron durante la República el quehacer musical de Birán, sin dudas la herencia musical-danzaria aportada por los haitianos y sus descendientes, ha sedimentado una rica tradición que distingue su legado cultural, siempre con una presencia notaria en las más importantes celebraciones de la comunidad.

Dentro de sus festividades la más conocida era la llamada Semana Santa Haitiana y entre las danzas la denominada Gagá, complejo musical danzario en el que la suerte juega un papel importante y en el que están presentes actos un tanto circenses, como levantar una mesa con los dientes, la demostración de habilidades con el machete y el bastón o comer candela. Otras danzas importantes son el Ibó, Papá Guede y Fey, poseedoras de un marcado carácter religioso.

El Ibó, por ejemplo tiene sentido guerrero y exige vestuario de color rojo, se dedica a uno de los santos del Panteón Vodú, y el baile se acompaña musicalmente por un conjunto de percusión compuesto por tres tambores, maracas y cencerro. Aunque el instrumental es semejante para todas las danzas y ceremonias, en ocasiones el cencerro se sustituye por un azadón, además de incluir cantos ejecutados por un solista al que responde un coro. En los últimos años el grupo musical-danzario Raíces Haitianas y otros del municipio mantienen las tradiciones de ese sistema mágico religioso que hermana y engrandece la cultura de dos pueblos del Caribe.

Otras expresiones musicales arraigadas en la comunidad

Según estudios realizados por investigadores como Beatriz Arístola Díaz Leyva, en esta zona de Cueto se han cultivado profusamente el son montuno y otras expresiones de la música tradicional cubana. Incluso el Sucu Suco, variante sonera oriunda de la Isla de la Juventud, llegó a tener una presencia significativa en sus fiestas, siendo interpretado por un tipo de conjunto conformado por marímbula, maracas, guitarra, tres y tumbadora, ente otros instrumentos.

Tal vez el estar ubicado a la vera de un importante nudo de comunicaciones ferroviarias que durante un tiempo muy prolongado formó parte del municipio Mayarí, explique porqué el tres sobresale dentro del instrumental más recurrido a la hora de hacer música, ya que la zona fue escala permanente en una ruta de intercambio entre trovadores y soneros del sur y el norte de Oriente. Algunos de ellos, dígase Compay Segundo y El Guayabero, vivieron experiencias singulares por colonias y bateyes de aquí, como recuerda el primero en su antológico Chan Chan, El calderito de tostar café y otras de su piezas; mientras que el llamado Rey del doble sentido nunca olvidó la anécdota acaecida en una colonia de caña del cercano central Miranda, motivo de inspiración del son En Guayabero, el que precisamente le daría su definitivo nombre artístico.

Por otra parte las películas de Jorge Negrete y Pedro Infante, que tanto disfrutaron los habitantes de Birán en el cine de los Castro Ruz en la década de 1950, contribuyeron a sedimentar una verdadera devoción por las rancheras, corridos y otros géneros del folclore azteca, los que han encontrado en estos lares entusiastas cultores, por lo que son de obligada referencia agrupaciones como el Quinteto Mexicano que hizo las delicias de más de una generación.

Revolución y música en Birán

Con el triunfo de la Revolución encabezada por Fidel Castro Ruz, el más ilustre de los hijos de este terruño holguinero de larga tradición patriótica, la música y la cultura en general fueron ganando presencia y estímulo. Un suceso de particular trascendencia fue la inauguración el 17 de febrero de 1971 de una comunidad rural de más de doscientas viviendas de mampostería que agrupa desde entonces a muchas de las familias que vivían dispersas en la zona, las cuales a partir de ese fecha comenzaron a tener un contacto más directo con el arte y la cultura, ampliando considerablemente el espectro de su vida espiritual y a la vez posibilitando la preservación de tradiciones musicales autóctonas y las traídas por haitianos y jamaicanos.

Desde tiempos lejanos diversas expresiones sonoras, como sucede en el palpitar cotidiano de esta, la llamada Isla de la Música, acompaña a los biraneros desde horas tempranas del día hasta altas horas de la noche. Es muy común presenciar a un campesino que marcha a sus faenas entonando una tonada o una canción mexicana, o a los niños y jóvenes cantando las canciones de moda, pues esta comunidad no es ajena a los géneros que se van imponiendo en el ámbito nacional e internacional. Con el paso del tiempo el centro urbanístico e incluso los barrios distantes, han ido incorporando diferentes servicios y opciones culturales. Así, poco después del inicio de la Semana de la Cultura en Cueto, en 1978, comenzaron a producirse durante tres días las Jornadas de la Cultura en Birán; siempre teniendo como fecha central la del 17 de febrero, aniversario de fundación de la moderna comunidad, y en cuyas celebraciones anuales la música siempre ha tenido un papel protagónico.

Los Ángeles

El 20 de noviembre de 1982, dentro de las actividades para declarar al municipio Módulo Cultural fue inaugurada la Casa de Cultura Comunal 6 de agosto, sin dudas la institución que más ha contribuido al auge que la música y la cultura en general en estos predios durante las últimas décadas. La Casa, pese a la carencia de recursos y especialistas en determinados períodos de su historia, ha logrado frutos significativos en la atención al Movimiento de Artistas Aficionados, el cual se ha expandido por escuelas, centros de trabajos y los numerosos barrios que en alrededor de 50 kilómetros cuadrados abarca el Consejo Popular de Birán.

Al decir de Beatriz Díaz y otros especialistas de la cultura cuetense, la atención a la música en Birán comenzó a consolidarse a mediados de la década de 1980 con la fundación de agrupaciones como Birán Son y Los Ángeles, años después pese a las adversidades del llamado Período Especial, la labor sostenida de instructores como Silverio Delís posibilitó la atención estable al cada día más creciente grupo de personas interesadas en el cultivo de la música. En esos años en Jubal, La Granja y otros barios de Birán se formaron sobre todo grupos típicos como Sierra de Cristal, Inspiración, Turquino, Los Chicos del Son, Septeto Típico y el recordado Quinteto Mexicano, entre otros en los que se iniciaron instrumentistas que hoy prestigian importantes agrupaciones profesionales, como el tresero Gumersindo Aguilera y el pianista Silverio Delís. Antes de finalizar el siglo XX, agrupaciones, solistas y trovadores de Birán junto a sus instructores, convertían a su Casa de Cultura en una verdadera potencia cultural, acreedora de la condición de Unidad Modelo del Sindicato de Cultura, así como de premios y reconocimientos en los Festivales del Plan Turquino y otros eventos.

Proyección futura

Septeto Binimar

La Casa de Cultura 6 de agosto, con el desempeño del instructor Luis Miguel Leyva y otros colaboradores como Anoy Ricardo, quienes atienden y asesoran a trovadores, solistas y agrupaciones como el Septeto Binimar, proyectan al futuro el quehacer musical variado, raigalmente cubano y afrocaribeño que ha distinguido a Birán desde que el emigrado gallego Ángel Castro se estableció en sus tierras hace ya un siglo, comenzando una nueva era para la historia económica y sociocultural en este entorno del municipio holguinero de Cueto.

Además de la Casa de Cultura es precisamente la comunidad edificada por la familia Castro Ruz- conjunto histórico convertido en museo desde el 2 de noviembre de 2002 y declarado Monumento Nacional en el 2008, porque allí nacieron e iniciaron su formación humanística y revolucionaria los líderes de la Revolución Cubana, Fidel y Raúl- uno de los más importantes escenarios donde sistemáticamente se presentan para el disfrute de los habitantes de Birán, el turismo nacional y extranjero, así como de los participantes de eventos y celebraciones como la Ruta del Chan Chan o Romerías de Mayo, los intérpretes y las agrupaciones más representativos del singular proceso de transculturación allí gestado, como son el proyecto musical-danzario Raíces Haitianas, portador durante dos décadas de la rica herencia dejada por los emigrados de la isla hermana; así como Birán Son, agrupación dirigida por el tresero Zoilo Álvarez y que con 30 años de labor ininterrumpida se ha convertido en el exponente más representativo de la música tradicional cubana en la comarca, siempre orgullosa de exponer a los visitantes sus ricas tradiciones de lucha junto a lo mejor de su patrimonio cultural.

Fuentes

  • Blanco, Katiuska. Todo el tiempo de los cedros. Pasaje familiar de Fidel Castro Ruz, Casa Editora Abril, La Habana, 2003.
  • Díaz Leyva, Beatriz. Introducción a la historia de la cultura en la localidad de Cueto. (Inédito).
  • Entrevista a Guillermo Guerra, director de la Casa de Cultural Comunal 6 de agosto.
  • Entrevista a Anoy Ricardo, profesor de Educación Musical y director del Septeto Binimar.
  • Hernández Pavón, Zenovio. La música en Holguín, Ediciones Holguín 2001.
  • Velázquez Pozo, Roiny. Por la historia musical de Holguín. (Inédito).
  • Enciclopedia Cubana EcuRed