Pedro Deschamps Chapeaux

Pedro Deschamps Chapeaux
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Nacimiento9 de enero de 1913
Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento15 de noviembre de 1994
OcupaciónAntropólogo, periodista y político.

Pedro Deschamps Chapeaux. La historiografía cubana debe recordarlo como un pionero que brindó elementos para recomponer la categoría de pueblo con variados matices. Sus textos sencillos pueden ser comprendidos por todos, y no sería ocioso que algún libro de lectura escolar recogiese algunos. Seguramente nuestros niños aprenderían más de nuestra Cuba.

Síntesis biográfica

Nació el 9 de enero de 1913 en la Habana, Cuba. Realizó sus primeros estudios en una escuela parroquial de El Vedado, después ingresó en la Academia Roosevelt para hacer estudios comerciales, más tarde se graduó como Químico Industrial en la Escuela Superior de Artes y Oficios (1936) y dejó inconclusos los estudios de Ingeniería Agronómica.

Trayectoria laboral

Sus primeros textos se dieron a conocer en Atomo y Nuevos Rumbos y entre 1944 y 1952 comenzó a trabajar como empleado del Ministerio de Educación (1944-1946), y se desempeñó como jefe de redacción de El Comercio y Colorama (1948-1952). Después del triunfo de la revolución, tras un largo período formativo esencialmente autodidacta, fue subdirector del Periódico Universo (1960), ingresó en la UNEAC 1961. Ha sido jurado de dichos certámenes. Por el conjunto de su labor investigativa, la Universidad de La Habana le confirió, en 1984, el grado de Doctor en Ciencias Históricas y al retirarse, en 1988, había alcanzado la categoría de Investigador Titular. Numerosas conferencias sobre problemáticas históricas afrocubanas, fueron impartidas por él a lo largo del país, en Hungría, Angola y Panamá. Tradujo del portugués el libro de Octavio Ianni “Las transformaciones del esclavo” (apogeo y crisis de la esclavitud en el Brasil meridional) (1965, inédito). Junto a Juan Pérez de la Riva es coautor de “Contribución a la historia de la gente sin historia” (1974). Ha colaborado en Boletín del Archivo Nacional, La Gaceta de Cuba, revista de la Biblioteca Nacional José Martí, Cuba, Etnología y Folklore, Unión, Revolución y Cultura, Santiago y Del Caribe (Santiago de Cuba).

Reconocimientos

Posee la distinción por la Cultura Nacional y la Orden Raúl Gómez García. También mereció una mención en el concurso 26 de Julio de 1976, en el género investigación histórica.

Publicaciones

Publicó traducciones que hizo del inglés sobre literatura policial en el Magazine Fantasma, que dirigió (1949-1950). En estos trabajos, y en otros publicados en artículos dispersos muestra su profesionalismo, por ejemplo, en sus títulos principales: “Margarito Blanco, Ocongo de Ultán”, “El lenguaje abakuá”, “Cabildos solo para esclavos”, “Marcas tribales de esclavos en Cuba", “Tondá”, “Autenticidad de algunos negros y mulatos de Cecilia Valdés”, “La Habana de intra y extramuros y los cabildos de negros de nación”, “La sublevación lucumí en La Habana”, “Hechos y personajes en “El Sol de Jesús del Monte”, “Historia y Folklore en la novela “Dos Habaneras”, “[[Rafael Serra]: obrero incansable de nuestra independencia”, “Presencia martiana en la tarea de Serra”, “Los lucumíes de Xifré”, “Rebelión lucumí en el cafetal La Juanita”, “Los guerrilleros negros”, “Motín en el palacio de Aldama”, “Sublevación gangá en Trinidad”, “Los cabildos de los negros de nación en Cuba colonial”, “Etnias africanas en las sublevaciones de los esclavos en Cuba”,. Y además sus libros, “Los batallones de pardos y morenos libres”, “El Negro en el Periodismo Cubano en el Siglo XIX: ensayo bibliográfico, “El Negro en la Economía Habanera del Siglo XIX, “Los Cimarrones Urbanos”, y el que ahora comentamos, en coautoría con Pérez de la Riva. Se trata de diecinueve artículos y cinco libros sobre los subalternos, sujetos que hacen la historia sin que nadie los tenga en cuenta, pero que en definitiva son obradores o víctimas del acontecer diario. En todos va desplegando un caudal de información que expone en forma muy amena. Aunque careció de un adiestramiento profesional escolarizado, por llamar de alguna manera, a algo que Marc Bloch definió como “el oficio de historiador”, su perspicacia, su interés, y tal vez la orientación de Juan con quien trabajaba, lo llevaron a marcar, sin grandes pretensiones teóricas, cuestiones metodológicas de importancia. Por ejemplo las cuestiones metodológicas vistas en sus trabajos:

  • La importancia de los testamentos para construir esa historia que hoy denominamos sociocultural.
  • Las formas de resistencia de los esclavos, mostradas en las sublevaciones y en el cimarronaje, no sólo rural porque investigó y escribió sobre las manifestaciones urbanas en uno y otro caso.
  • La relación entre literatura e historia.
  • Las posiciones de género cuando destacó el papel desempeñado por las mujeres negras y mulatas en sus familias y en oficios como el de parteras.
  • La existencia de una élite “de color” y su presencia en los espacios públicos, además del papel jugado en la divulgación de ideas.
  • La vinculación entre las sociedades secretas y los movimientos sediciosos.
  • Y también la relación entre los batallones de pardos y morenos y la subversión urbana.
  • Tampoco olvidó, en un ejercicio que puede recordar “la descripción profunda” a figuras como Rafael Serra y a la influencia ejercida por Martí en los sectores populares.

Algo que nos dejo

La historiografía cubana debe recordarlo como un pionero que brindó elementos para recomponer la categoría de pueblo con variados matices. Sus textos sencillos pueden ser comprendidos por todos, y no sería ocioso que algún libro de lectura escolar recogiese algunos. Seguramente nuestros niños aprenderían más de nuestra Cuba, al saber que junto a Plácido hubo una mujer partera, su suegra, que estuvo involucrada en la Conspiración de la Escalera, o que un pardo rico, como Félix Barbosa, tenía esclavos y era dueño de una funeraria famosa, y que hubo un mulato nombrado Rafael Serra, que tuvo una escuela en la emigración y que Martí, que era su amigo, fue maestro en esta.

Bibliografías activas

Premios

En 1962 inició sus labores en el Instituto de Etnología y Folklore de la ACC y obtuvo premio en el concurso de las Ediciones R por el ensayo bibliográfico “El negro en el periodismo cubano en el Siglo XIX”. Además, resultó dos veces ganador del premio UNEAC con “El negro en la economía habanera del siglo XIX” (1970), en el género ensayo, y con Rafael Serra Montalvo , obrero incansables de nuestra independencia (1975), en el género biografía.

Fuentes