Petróleos de Venezuela S.A.

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Petróleos de Venezuela S.A.
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Empresa estatal con sede en Venezuela
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Empresa petrolera propiedad de la República Bolivariana de Venezuela encargada de planificar, coordinar, supervisar y controlar las actividades de sus empresas tanto en Venezuela como en el exterior; adicionalmente, sus actividades también incluyen la promoción o participación en aquellas, dirigidas a fomentar el desarrollo integral, orgánico y sostenible del país
Siglas o Acrónimo:PDVSA
Fundación:30 de agosto de 1975
País:Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
Sede:Caracas, Distrito Capital, Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
PresidenteRafael Ramírez Carreño
Productos:Petróleo y derivados

Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA). Empresa petrolera propiedad de la República Bolivariana de Venezuela, subordinada a los lineamientos del Proyecto Nacional Simón Bolívar y el Primer Plan Socialista (PPS) de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, traducidos a su vez en objetivos estratégicos por el Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo, que a su vez fue fortalecido como ente rector de la política petrolera. Es la cuarta empresa petrolera a nivel mundial y primera a nivel latinoamericano.

La Corporación planifica, coordina, supervisa y controla las actividades de sus empresas tanto en Venezuela como en el exterior; adicionalmente, sus actividades también incluyen la promoción o participación en aquellas, dirigidas a fomentar el desarrollo integral, orgánico y sostenible del país, incluyendo las de carácter agrícola e industrial, elaboración o transformación de bienes y su comercialización, y prestación de servicios, para lograr una adecuada vinculación de los recursos provenientes de los hidrocarburos con la economía venezolana.

Fundación

Creada por el Estado venezolano el 30 de agosto de 1975, en cumplimiento de la Ley Orgánica que Reserva al Estado, la Industria y el Comercio de Hidrocarburos (Ley de Nacionalización). Sus operaciones son supervisadas y controladas por el Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo (MENPET) [1].

La Constitución Bolivariana aprobada mediante referéndum popular en diciembre de 1999, y la aprobación del Decreto N° 1.510 con Rango y Fuerza de Ley Orgánica de Hidrocarburos, de fecha 2 de noviembre del año 2001, configuró un nuevo marco jurídico que revirtió el proceso de privatización gradual a la cual se le expuso en los años noventa y permitió retomar el control de sus recursos energéticos para beneficiar al pueblo venezolano[2].

Objetivos

La actuación de PDVSA está subordinada a los lineamientos del Proyecto Nacional Simón Bolívar y el Primer Plan Socialista (PPS) de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, traducidos a su vez en objetivos estratégicos por el Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo, que a su vez fue fortalecido como ente rector de la política petrolera.

Sus objetivos estratégicos[3] incluyen:

  • Redistribución de riqueza del petróleo a la sociedad en general.
  • Contribuir con propósitos claves de la política exterior venezolana como el fomento la cooperación integral con aliados estratégicos y la integración latinoamericana en un contexto de transición hacia la multipolaridad.
  • Garantizar la seguridad energética, incluyendo el suministro doméstico de combustible.
  • Fomento del desarrollo socio-económico a través de la industrialización y políticas de equidad social.
  • Promover la soberanía tecnológica y desarrollo de recursos humanos altamente capacitados y motivados.

Funciones

Las principales funciones[4] de PDVSA incluyen planificar, coordinar, supervisar y controlar las actividades de sus empresas tanto en Venezuela como en el exterior; adicionalmente, sus actividades también incluyen la promoción o participación en aquellas, dirigidas a fomentar el desarrollo integral, orgánico y sostenible del país, incluyendo las de carácter agrícola e industrial, elaboración o transformación de bienes y su comercialización, y prestación de servicios, para lograr una adecuada vinculación de los recursos provenientes de los hidrocarburos con la economía venezolana.

Logotipo

Logotipo de PDVSA.

El símbolo utilizado en el logotipo de PDVSA está basado en un petroglifo cuyo motivo principal es una representación del solornamentado, representado en la Piedra Guarataro, que fue encontrado durante exploraciones cercanas a la población de Caicara del Orinoco.

La simbología del sol como fuente de energía es asociado de esta manera con la principal actividad de la empresa.

Historia

Artículo principal sobre: Petróleo

Desde la antigüedad el petróleo apareció de forma natural en ciertas regiones continentales como la que hoy ocupan los países del Medio Oriente. Los asirios y babilonios lo usaron para pegar ladrillos y piedras; los egipcios, para engrasar pieles, hace 6.000 años atrás. En ese entonces, era utilizado con fines medicinales, en el embalsamamiento, para aceitar las ruedas de los carruajes y para engrasar pieles[5].

Sin embargo, la explotación de este recurso no llegó sino hasta el año 100 a.c, cuando los chinos, de manera rústica extrajeron petróleo de la tierra. Su técnica consistió en buscar un lugar que pareciera adecuado para perforarlo con una caña de bambú y así extraer el petróleo. Sin embargo, a partir de 1850 comenzó una etapa que se caracterizó por la comercialización, debido al descubrimiento de valiosas aplicaciones para este recurso natural. Por ejemplo, el asfalto no sólo se utilizó para calafatear barcos (impermeabilizarlos), sino que también para la creación de caminos. Asimismo, la parafina era utilizada en la fabricación de velas para iluminación, en el recubrimiento de quesos, pomadas para calzado, entre otros. El kerosén, por su parte, comenzó a ser utilizado en la calefacción y la iluminación.

Petróleo venezolano en sus orígenes

Indígenas trabajando el Petróleo

En Venezuela las primeras noticias acerca del petróleo se remontan al uso medicinal y utilitario que le daban los primeros pobladores del territorio venezolano, a los afloramientos o rezumaderos naturales de este importante recurso que los indígenas llamaban "Mene” [6].

El primer cronista del Nuevo Mundo, capitán Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, en su Historia natural y general de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano, fue el primero en mencionar en la literatura universal el petróleo venezolano, en 1535.

Al año siguiente, la Reina de España ordenó en carta del 3 de septiembre que en todos los navíos que partieren desde Cubagua le enviaran "de lo mas que pudieres” [sic], de aceite de petróleo, para aliviar la gota de su hijo Carlos V. Así, un envío comprobado documentalmente es el del 30 de abril de 1539. Una barrica salió en la nao "Santa Cruz", confiada por el tesorero de Nueva Cádiz, don Francisco de Castellanos, al mestre Francisco Rodríguez de Covarrubia y al capitán Bernardino de Fuentes. El 18 de octubre la Reina reclamó su petróleo, en carta a la Casa de Contratación. El 31, la barrica salió de Sevilla para Madrid, bajo custodia de Alonso García, un arriero de la Cuerva.

Asimismo, en los Archivos de Indias de Sevilla se menciona que el 14 de diciembre de 1540, otra barrica de petróleo venezolano exportado a España llegó a la Casa de Contratación, para ser enviado de inmediato a Juana la Loca, “al cuidado de persona de responsabilidad". Probablemente éste fue uno de los últimos envíos a través de Cubagua y los otros vecindarios de la isla el día de navidad de 1541.

Posteriormente el 15 de junio de 1579, los alcaldes Gaspar de Párraga y Rodrigo de Argüelles informaron sobre un rezumadero de petróleo cerca de la ciudad Nueva Zamora (Maracaibo) y de cuatro más en las afueras de la ciudad. También ofrecieron una extensa descripción de los usos locales de esta sustancia.

Alejandro de Humboldt, filósofo materialista alemán, naturalista, uno de los fundadores de la geografía moderna

En el año 1600, el conquistador español Alonso de Ojeda menciona la utilización de esos menes por los habitantes del Lago de Maracaibo. Casi doscientos años después, en 1799, el científico Alejandro de Humboldt hizo la primera descripción seria de los depósitos de asfalto de Venezuela. Humboldt describió las maneras utilizadas por los nativos que vivían cerca de los rezumaderos para aprovechar la brea y el asfalto, y preparó la primera lista de depósitos naturales de asfalto y fuentes termales en la zona costera que se extiende desde Trinidad hasta Maracaibo.

Entrado el siglo XIX, exactamente en el año de 1825, muestras de petróleo liviano de un rezumadero ubicado entre Escuque y Betijoque fueron enviadas al Reino Unido, Francia y los Estados Unidos. El producto lo llamaban "Colombio" y se estima que fue distribuido comercialmente en la región por algunos años.

En 1830, un grupo de personas de El Moján (estado Zulia) exploró el área del río Socuy de la sierra de Perijá, donde un rezumadero de gas natural encendido, que confundieron con un volcán, los asustó grandemente. Un año antes de este acontecimiento, el 24 de octubre de 1829 el Libertador Simón Bolívar había promulgado en Quito un Decreto que consta de 38 artículos, el cual afianza y garantiza la propiedad nacional sobre “las minas de cualquier clase”, incluidas las de hidrocarburos. En esta forma se estableció el vínculo formal jurídico que a través del tiempo permitiría a Venezuela mantener soberanamente la propiedad de los recursos del subsuelo.

Diez años después, en 1839, otro venezolano, el sabio José María Vargas, también se adelantaría al uso potencial del petróleo como generador de riqueza, cuando presenta un análisis de muestras provenientes de Betijoque (estado Trujillo) y Pedernales (estado Sucre), determinando que:

" el hallazgo de las minas de carbón mineral y de asfalto en Venezuela es, según sus circunstancias actuales, más precioso y digno de felicitación para los venezolanos y su liberal Gobierno que el de las de plata u oro."

Esta consideración de José María Vargas constituyó un hecho trascendental y visionario, pues para ese momento no había nacido aún la industria del petróleo en el mundo.

Finalmente, en 1850, Hermann Karstwen publicó el primer sumario de la geología de Venezuela central y oriental, en el Boletín de la Sociedad Geológica Alemana. Al año siguiente informó sobre un rezumadero de petróleo ubicado entre Escuque y Betijoque y en el año 1852, desde Barranquilla, Colombia, sobre los abundantes rezumaderos de petróleo diseminados alrededor del Lago de Maracaibo. En diversas publicaciones, variados autores, entre los que se cuentan Arístides Rojas, Adolfo Ernst, Miguel Tejera, el ingeniero y general Wescenlao Briceño Méndez, Wihelm Sievers, Bullman, Fortín, Eggers y Richardson y los informes del Ministerio de Fomento, contribuyeron decididamente al reconocimiento de la riqueza que atesora el subsuelo venezolano. Desde esos mismos momentos se inician las primeras concesiones y se le da comienzo, en una hacienda de café umbrosa y tranquila denominada “La Alquitrana”, la explotación comercial del petróleo venezolano.

Concesión petrolera

Yacimiento de Petróleo

Entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, la industria dio el gran salto para diversificar los procedimientos tecnológicos que permitieron la producción de nuevos derivados de petróleo y convertirlo en la principal y más estratégica fuente de energía del mundo. En ese contexto, el hidrocarburo venezolano pasó a tener especial preponderancia en el proceso de redefinición de las modernas potencias mundiales.

Para estos primeros años de actividad industrial la figura de la concesión petrolera[7] fue el instrumento mediante el cual las compañías transnacionales concertaron con los Estados propietarios para explorar y explotar la riqueza de los yacimientos descubiertos en sus territorios. Con el tiempo la obtención de tales concesiones y el control por el mercado petrolero mundial, fue motivo de disputas entre las compañías petroleras transnacionales, como también de guerras entre naciones por el control de tales variables, incluidas las de las reservas. Esto explica cómo Venezuela, a raíz de su condición de país petrolero se convierte, fundamentalmente desde la segunda década del siglo XX, en un actor de interés para el monopolio petrolero internacional.

En Venezuela la primera concesión para la explotación de petróleo fue otorgada el 24 de agosto de 1865 por Jorge Surtherland, Presidente Constitucional del Estado Soberano del Zulia, al ciudadano norteamericano Camilo Ferrand para "taladrar, sacar y exportar petróleo o nafta en todo el estado Zulia", concesión que caduca al año siguiente por incumplimiento de contrato.

En 1878 se otorga una concesión a Manuel Antonio Pulido para explotar el petróleo descubierto en su hacienda “La Alquitrana”, para lo cual creó la Compañía Minera Petrolia del Táchira que comenzó a operar efectivamente, es decir, con producción comercial, en 1883. Ese mismo año, se produce otra concesión que es entregada a Horatio Hamilton y Jorge Phillips sobre el lago de asfalto de Guanoco, y que fue posteriormente traspasada a la New York and Bermudez Company.

La actividad petrolera venezolana se inicia con la creación, en 1878, de la Compañía Nacional Minera Petrolia del Táchira, cuya producción apenas alcanzaba para dotar de kerosén a las ciudades vecinas. Su importancia radicó en que no sólo es la primera empresa fundada por un grupo de venezolanos, encabezado por Manuel Antonio Pulido, sino que además desplegó todas las actividades de la industria petrolera, tanto la de aguas arriba como la de aguas abajo, al extraer, procesar y comercializar los hidrocarburos en el país; una compañía, si se quiere, de integración vertical.

Tanto la producción de La Petrolia como la del lago de asfalto natural de Guanoco (Estado Sucre) en 1890, por parte de la New York and Bermúdez Company (NY&BC), ocurren mucho antes de que el mundo conozca la enorme utilidad comercial y estratégica que tendrán los hidrocarburos. Aún sin imaginar el auge futuro de esta industria, Venezuela se convierte en objetivo de las potencias imperialistas debido al interés comercial que ya generaba la explotación del asfalto.

En 1901 el asfalto venezolano es el pretexto no declarado por la NY&BC, para participar como financista en la llamada Revolución Libertadora contra el gobierno de Cipriano Castro. Igualmente, entre diciembre de 1902 y febrero de 1903, las armadas de Inglaterra, Alemania e Italia bloquean las costas de Venezuela, con el argumento de que el presidente Castro no estaba cumpliendo sus “compromisos internacionales”. Ante esta agresión a la soberanía nacional, Cipriano Castro proclama su célebre frase:

" Venezuela, la planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria "
Cipriano Castro, encargado del Poder ejecutivo y presidente de la República (1899-1908), primero Presidente de facto tras el triunfo de una guerra civil, y desde 1901, como Presidente Constitucional de Venezuela.

El 14 de agosto de 1905, Cipriano Castro había promulgado una Ley de Minas que se constituyó en la base legal de las concesiones petroleras. Esta Ley permitía el traspaso de concesiones y derechos a la explotación del petróleo por lapsos de 50 años, con beneficios impositivos para el estado venezolano de dos bolívares por hectárea de superficie de la concesión.

A pesar de ello, en diciembre de 1909, comenzando el gobierno de Juan Vicente Gómez le son restablecidos los derechos concesionarios a la NY&BC. Tras esta decisión del dictador Gómez, John Allen Tregelles y N.G. Burch, apoderados de la empresa británica The Venezuelan Develoment Co., reciben una concesión de 27 millones de hectáreas que incluía los estados Sucre, Delta Amacuro, Monagas, Anzoátegui, Carabobo, Zulia, Falcón, Táchira, Mérida, Lara, Trujillo y Yaracuy. Por cuanto la concesión Tregelles-Burch fue cancelada en 1911, en 1912 el venezolano Max Valladares obtuvo una concesión que cubría el mismo territorio, para traspasarla al día siguiente a la Caribbean Petroleum, subsidiaria de la General Asphalt.

En estos primeros años, la explotación del recurso petrolero en Venezuela quedó en manos de la angloholandesa Royal Dutch Shell, y la Standard Oil, de los Estados Unidos.

A finales de 1912 la Caribbean Petroleum pasó a estar bajo el control de la Royal Dutch Shell iniciando, además del negocio de asfalto, exploraciones en la búsqueda de petróleo. Es así como en 1913 se descubre el primer campo petrolero en Venezuela, el campo Guanoco, al completarse con éxito la perforación del pozo Barbabui 1. La Caribbean Petroleum, dueña mayoritaria de la NY&BC y subsidiaria de la Royal Dutch Shell, intensificó la exploración geológica en todo el territorio nacional y en 1914 perforó también con éxito, en la costa oriental del Lago de Maracaibo, el pozo Zumaque I, que con su producción inicial de unos 200 barriles diarios (b/d), permitió el descubrimiento del primer campo venezolano de importancia mundial, el campo Mene Grande.

En diciembre de 1922 el potencial petrolero del país resultó plenamente confirmado con el reventón del pozo Barroso 2, también en el Zulia, pues durante nueve días arrojó de manera incontrolada unos 100.000 b/d. Para valorar la importancia de ese nuevo descubrimiento, basta señalar que para ese momento en el país se producían poco más de 6.000 b/d.

Para 1928, Venezuela estuvo produciendo más de 290.000 b/d, exportando unos 275.000 b/d, con lo que el país se ubica como el segundo productor mundial de petróleo y el primer exportador. Sus niveles de producción fueron fuertemente incrementados con el paso del tiempo, hasta 1970, cuando alcanza su techo máximo de 3.780.000 b/d.

Venezuela fue desde 1928 hasta 1970, el primer país exportador de petróleo en el mundo.

Las primeras concesiones otorgadas en Venezuela estuvieron regidas por las legislaciones mineras vigentes en la época. A finales del siglo XIX y durante las dos primeras décadas del XX no había en el país leyes propiamente petroleras. En 1917 durante la Primera Guerra Mundial, iniciada ya la exportación de hidrocarburos venezolanos y recién nombrado Gumersindo Torres como Ministro de Fomento -responsable en ese momento de todo el sector minero-, se decide suspender el otorgamiento de nuevas concesiones y someter a revisión las condiciones en que venían siendo concedidas.

Hasta esa época en Venezuela las empresas sólo cancelaban los impuestos regulares correspondientes a cualquier actividad económica, pero nada pagaban por el derecho mismo a la explotación del recurso. Tomando entonces como ejemplo los regímenes concesionarios de los principales productores de esos años, EE.UU. y México, se llegó a la conclusión de que en Venezuela, por estar esta actividad dirigida casi exclusivamente a la exportación y ser los yacimientos venezolanos de mejor calidad, la regalía debía ser superior al promedio de la de las tierras públicas en EE.UU.

Es así como en octubre de 1918 se promulgó el primer Decreto Reglamentario del Carbón, Petróleo y Sustancias Similares, que fijó la regalía entre 8% y 15% y se estableció, también por vez primera que, una vez finalizada la concesión, debían las minas revertir a la nación -con todos sus edificios, maquinarias y obras anexas- sin pago alguno por parte del gobierno.

En julio de 1920 se aprobó la primera Ley de Hidrocarburos, fijándose el mínimo para la regalía en 15%. En esta Ley se estableció también la figura de las reservas nacionales, concepto según el cual, una vez finalizado el período inicial de exploración, la mitad de la superficie explorada revertía a la nación y el gobierno debía negociar esas reservas, obligado por ley, en condiciones más ventajosas para la nación, superando los mínimos en impuestos y regalías. Se redujo además el área de las concesiones y se reafirmó inequívocamente la propiedad estatal de los yacimientos.

Disgustados por estas medidas, las compañías extranjeras y sus aliados, los comerciantes de concesiones, lograron derrotar al ministro Torres en sus incipientes intentos nacionalistas. Se promulgaron así nuevas leyes de hidrocarburos en 1921 y 1922 y Torres fue removido del Ministerio de Fomento. Las compañías llegaron incluso a participar directamente en la redacción de estas nuevas leyes. Además de reducir los tributos y regalías, permitieron que todas las concesiones otorgadas desde 1918 se ajustaran a la nueva ley, disminuyendo así sus aportes fiscales.

La ley de 1922 se mantuvo vigente, salvo reformas menores en 1925, 1928, 1935 y 1936, hasta la ley de 1938. Con esta última, ya ocurrida la muerte del dictador Gómez, se introdujeron algunos cambios respecto a la legislación precedente. Se autorizó por vez primera al Estado a desarrollar directamente actividades petroleras mediante la creación de empresas o institutos autónomos, se incrementaron nuevamente las regalías para nuevas concesiones otorgadas sobre reservas nacionales, se elevaron los impuestos de exploración y el inicial de explotación y se limitaron las exoneraciones de impuestos de importación solamente a los artículos realmente necesarios para las actividades específicas de la concesión.

La más trascendente de las leyes de hidrocarburos anteriores a la nacionalización, fue la promulgada por el Congreso Nacional en marzo de 1943, luego de una gran consulta nacional. Se fraguó con el antecedente de la nacionalización mexicana de 1938, en medio de la Segunda Guerra Mundial y dentro del clima de la política de buena vecindad del presidente Franklin Delano Roosevelt, y sufrió desde su promulgación hasta 1975 sólo dos reformas parciales y puntuales en 1965 y 1967.

Esta Ley de 1943 logró por primera vez establecer en el país un régimen único y uniforme para todas las concesiones de hidrocarburos, tanto para las otorgadas con anterioridad, como las que se concederían posteriormente, mediante el mecanismo de la conversión. Estableció la posibilidad legal de que los antiguos títulos o contratos fuesen convertidos en nuevos títulos, libres de todo defecto y quedando los anteriores sin vigencia.

Con esto los concesionarios se acogían a la nueva legislación, con sus mayores cargas impositivas, pero el gobierno renunciaba a cualquier reclamo originado por la situación anterior. La duración de todas las concesiones de explotación, las nuevas y las convertidas, se estableció en 40 años contados a partir de esa fecha, es decir, el vencimiento se pospuso para el año 1983, aun cuando algunas de las viejas concesiones estaban ya próximas a su fecha de vencimiento.

La ley no sólo uniformó, sino que también incrementó los impuestos y regalías. Las regalías, por ejemplo, de un máximo de 15%, y promedio de 9%, pasaron a un mínimo de 16,66 % de lo producido medido a boca de pozo, que sólo en casos excepcionales, al declinar la capacidad productiva de los yacimientos, se podría disminuir para preservar el valor comercial de la explotación. Se estableció la soberanía impositiva del Estado, reconociéndole la atribución, por medio de leyes de impuesto sobre la renta, para modificar los tributos.

Esta Ley continuó vigente hasta el año 2001 en todo su articulado, con la excepción única del artículo 3 que fue derogado por un dictamen de la Corte Suprema de Justicia de 1991, a fin de permitir la Apertura Petrolera de los años 90 del pasado siglo XX, por la vieja PDVSA en detrimento del interés colectivo nacional.

Privatización-Nacionalización

Proceso de privatización a la nacionalización de la industria petrolera en Venezuela.

En el contexto de los años 70 del pasado siglo XX se producen una serie de hechos geopolíticos de gran trascendencia internacional como por ejemplo, la crisis energética y el fortalecimiento de la OPEP en la defensa del negocio petrolero frente al cartel de las compañías. Ello viene a favorecer una nueva orientación en la política petrolera nacional, expresada en la reforma del Impuesto Sobre la Renta a los fines de aumentar el impuesto sobre los ingresos netos petroleros, la fijación estatal de los precios de exportación del petróleo venezolano, la Ley de Reversión Petrolera (1971), la Ley que Reserva al Estado la Industria del Gas Natural (1971) y la Ley del Mercado Interno de los Hidrocarburos (1973).

Con la promulgación el 30 de julio de 1971 de la Ley de Bienes Afectos a Reversión en las Concesiones de Hidrocarburos, el Estado venezolano se propuso desarrollar las disposiciones constitucionales y las de la entonces vigente Ley de Hidrocarburos de 1943 para que se cumpliera eficientemente la finalidad de que, vencidas las concesiones en 1983, fueran transferidos al Estado los bienes, instalaciones y equipos incorporados a todas las fases de la industria, sin indemnización alguna. Después de promulgada esta Ley se detectaron infracciones relacionadas con el desmantelamiento de instalaciones petroleras y en la reducción del nivel de inversiones en la industria, porque creían tales compañías que el capital invertido en la adquisición de bienes y equipos no serían indemnizados.

Una vez sancionada la Ley empezó a tomar cuerpo la argumentación de emprender en lo inmediato la Nacionalización del petróleo[8]. Es así como el recién electo presidente Carlos Andrés Pérez, aprovechando el nacionalismo en boga, interrumpió el debate sobre los proyectos de Ley introducidos en el Congreso Nacional por el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) y el Partido COPEI, y decide adelantar con una acción ejecutiva la reversión petrolera.

De esta manera, el Ejecutivo Nacional, reunido el 22 de marzo de 1974 en Consejo de Ministros, dictó el Decreto N° 10 cuyo artículo 1 establecía la creación de una Comisión Ad honorem que tendría por objeto garantizar que el Estado asumiera el control de la industria petrolera.

Para la fecha, y antes que Venezuela, ya habían nacionalizado su petróleo países como México (1938), Indonesia (1965), Argelia (1971), Irak y Libia (1973). Arabia Saudita lo haría en 1979.

El 16 de mayo de 1974 fue instalada la Comisión Presidencial de Reversión Petrolera que debía analizar la posibilidad de rescate inmediato de la industria. Es importante señalar que dicha Comisión estaba integrada por todos los sectores dela sociedad, desde los partidos políticos hasta las universidades.

Con la Ley que Reserva al Estado la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos, elaborada por la Comisión Presidencial de la Reversión Petrolera y presentada al Presidente de la República, en acto solemne, el 23 de diciembre de 1974, surgió la esperanza de abrir caminos en la búsqueda de una nacionalización que realmente fuera para el pueblo venezolano, que creara y afianzara la autonomía de decisión.

Paradójicamente, el Ejecutivo Nacional (Carlos Andrés Pérez) formuló e introdujo una modificación sustancial al proyecto original de la Ley (que fue promulgada como la Ley Orgánica el 29 de agosto de 1975, con vigencia desde el 1 de enero de 1976) que desvirtuó la esencia, propósito y razón de ser de una auténtica nacionalización, como la historia reciente lo demuestra.

Ciertamente, el Ejecutivo Nacional incluyó en el artículo 5°, el siguiente contenido:

"En casos especiales y cuando así convenga al interés público, el Ejecutivo Nacional o los referidos entes podrán, en el ejercicio de cualquiera de las señaladas actividades, celebrar convenios de asociación con entes privados, con una participación tal que garantice el control por parte del Estado y con una duración determinada. Para la celebración de tales convenios se requerirá la previa autorización de las Cámaras en sesión conjunta, dentro de las condiciones que fijen, una vez que hayan sido debidamente informadas por el Ejecutivo Nacional de todas las circunstancias pertinentes."
Carlos Andrés Pérez, ex presidente de Venezuela, ejerció la presidencia de la república en los periodos 1974-1979 y 1989-1993. Su primera presidencia, se caracterizó por el manejo populista de los ingentes ingresos petroleros, la nacionalización de la industria, la prosperidad consumista y la búsqueda de prestigio e influencia internacionales, durante este mandato se desarrolló el llamado período de la “Venezuela Saudita” gracias al flujo de recursos provenientes de la exportación de petróleo.

Además, contra lo previsto, el Estado venezolano pasó a indemnizar a las concesionarias por más de cuatro mil trescientos millones de bolívares (Bs. 4.300.000.000), cantidad que superaba los beneficios que ellas pudieran haber alcanzado de continuar operando hasta 1983, fecha prevista para la reversión en las respectivas leyes anteriores. Por otra parte, estas compañías habían ya recuperado varias veces su inversión inicial. El pago de esta indemnización fue “justificado” en el Proyecto de Ley de Nacionalización de la Industria Petrolera en atención al artículo 101 de la Constitución Nacional de esa época.

Un día después de la promulgación de la Ley de Nacionalización es creada Petróleos de Venezuela, S.A. por decreto del Ejecutivo Nacional el 30 de agosto de 1975. Desde su inició se organizó bajo una estructura casi idéntica a la preexistente.

Amén de la empresa pública nacional CVP fundada en 1960, cada concesionaria privada fue convertida en una filial, con sus respectivos contratos de asistencia técnica y comercialización. Así la Creole pasó a llamarse Lagoven; la Shell, Maraven; la Mobil, Llanoven y otras diez filiales, todas ellas con nombres terminados en “ven”. Esta irracional estructura fue defendida argumentando que la nacionalización debería producir la menor alteración en la actividad operativa diaria. La alta gerencia de esas compañías transnacionales pasó a constituir los equipos gerenciales de estas “nuevas” filiales y los equipos técnicos y profesionales se mantuvieron prácticamente inalterados, todo ello bajo el pretexto de que el Estado venezolano desconocía los procesos de comercialización internacional del petróleo y no contaba con la tecnología apropiada para garantizar que la industria siguiera operando con la misma eficiencia.

Así, la actividad petrolera en el país quedó bajo la responsabilidad de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), como casa matriz, y sus 14 filiales, pero en realidad quedó en manos de los mismos que habían dominado el negocio petrolero antes de esta “nacionalización”.

En 1977 se produjo la primera reorganización, reduciendo las filiales operativas de 14 a 7 al absorber las más grandes a las pequeñas. Más tarde ese mismo año se redujeron las filiales a cinco (5). En 1978, a cuatro (4) y en 1986, a tres (3): Lagoven, Maraven y Corpoven. En julio de 1997 se aprobó una nueva reestructuración que eliminó esas filiales y creó tres grandes empresas funcionales de negocios que integraran la corporación: PDVSA Petróleo y Gas; PDVSA Exploración y Producción; PDVSA Manufactura y Mercadeo y PDVSA Servicios, responsables de ejecutar la actividad operativa. Éstas entran en acción desde el 1 de enero de 1998.

En orden de jerarquía, el Ministerio de Energía y Minas ocupaba el más alto nivel y bajo su responsabilidad quedaba definir el lineamiento principal para el sector petrolero. Le seguía en jerarquía PDVSA, la cual supervisa y controla a las operadoras. Finalmente, las filiales se encargan de ejecutar los planes y programas operativos de la industria. Esta estructura, sin embargo, será desconocida por PDVSA, la cual llega a convertirse en el centro principal, y casi exclusivo, del diseño de políticas nacionales en materia petrolera.

En medio de este proceso de disminución del rol del Estado, el petróleo pasó de ser el tema central en el debate político en Venezuela, salvo en coyunturas muy particulares, a estar ausente de la confrontación pública y democrática. Así como a principios del siglo XX las concesiones petroleras fueron el mecanismo de penetración del capital transnacional, la vieja PDVSA se encargó de propiciar las condiciones para una nueva entrega del petróleo y se fue convirtiendo en un enclave, una agencia capturada, al servicio de intereses no nacionales.

La estatal petrolera venezolana se montó desde su surgimiento bajo un esquema que iba en detrimento de la soberanía, con diversas estrategias como la Internacionalización o adquisición de capacidades refineras en el exterior desplegada a principios de los años 80 del pasado siglo y posteriormente en otras que se concibieron bajo la denominada Apertura Petrolera, con la cual se abre puerta franca al capital transnacional en correspondencia con la globalización neoliberal.

Nuevas leyes

Ex presidente Hugo Rafael Chávez Frías.

Con la toma de posesión del presidente Hugo Chávez, se insistió en que los contratos y acuerdos contraídos por la República serían respetados, también fueron revisados en defensa de los intereses de la Nación. Los tiempos de la Apertura petrolera, en los términos en boga en la década de los 90, quedaron atrás.

Al iniciarse el gobierno de Chávez, este mantuvo su vigencia la ley de 1943 que, conjuntamente con otras leyes promulgadas posteriormente y otras decisiones, conformaron un marco jurídico complejo y no del todo coherente. Esta situación fue modificada con la promulgación de dos instrumentos legales que derogaron toda la legislación previa y crearon un nuevo marco legal[9]. En septiembre de 1999 se publicó en la Gaceta Oficial la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos y en noviembre de 2001 la Ley Orgánica de Hidrocarburos.

Entre los cambios más importantes que estos instrumentos legales incorporaron se encuentran la introducción de modificaciones sustanciales a los dispositivos de captura de la renta. La nueva legislación por un lado incrementó la regalía y por el otro equipara los impuestos sobre la renta -tributo a la ganancia- con las restantes actividades económicas en el país. Para el gas el mínimo para la regalía se fijó en 20% y para los hidrocarburos líquidos en 30%. Se procuró con ello garantizar un ingreso fiscal más estable, compartiendo los riesgos de precios bajos entre el Estado propietario y la industria petrolera inversionista, de modo que la actividad aguas abajo no sea estimulada a fugarse del país.

Nueva política petrolera

Petrocaribe, iniciativa de cooperación energética solidaria propuesta por el Gobierno Bolivariano de Venezuela y enmarcada en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA)

La nueva política petrolera[10] ha mostrado signos inequívocos en la recuperación del papel del Estado en la defensa de los intereses nacionales. Un cambio importante ha sido el desplazamiento del centro de diseño de la política petrolera en el país. Desde la “nacionalización” hasta 1999 ese centro se fue moviendo del ministerio a la alta gerencia de la industria petrolera. Desde 1999 hasta la fecha ese desplazamiento se ha revertido. Es hoy el ministerio del ramo, denominado Ministerio de Energía y Petróleo, el centro para el diseño e implementación de las políticas públicas para esta actividad.

La reforma también estimula el desarrollo de los factores productivos nacionales. Usar el sector más fuerte de la economía, el petrolero, para el desarrollo de otros. Esta orientación se ha materializado de múltiples maneras. El convenio marco firmado entre PDVSA y la CVG en junio de 2003, las ruedas de negocios con cooperativas y pequeñas y medianas empresas o el estímulo para la creación de cooperativas de servicios o transporte son ejemplos de ello. En estos momentos la corporación tiene como norte el abastecerse, hasta donde ello sea posible, de bienes y servicios producidos en el país.

La recuperación de los precios desde 1999 y la consecuente mejora en la recaudación fiscal, le ha permitido inicialmente al gobierno mitigar parcialmente la severa crisis económica que venía padeciendo el país desde por lo menos los inicios de la década de los 80. Desde el año 2002 la situación del país ha sido más complicada. Un golpe de Estado en abril de 2002 y cuatro “paros cívicos” ese mismo año fueron manifestación evidente de la aguda turbulencia política vivida.

La política petrolera, por los elevados ingresos fiscales que generó, fue sostén fundamental de todos los proyectos del entonces presidente Chávez y las fuerzas que lo apoyaron. Esto se acentuó durante el año 2004. Los precios del petróleo en el presupuesto de ese año fueron estimados en 20 dólares por barril, siendo que el precio promedio del año para la cesta venezolana superó los 30 dólares y produjo por ello cuantiosos ingresos. Esto a su vez implicó que los aportes al fisco fueran superiores a los inicialmente estimados y que, adicionalmente, la corporación pudo, de manera directa, tener una participación más activa en planes de inversión planificados por el gobierno. Con parte de esos ingresos extraordinarios, el gobierno revolucionario bolivariano, comprometido con el interés nacional, pudo crear tres fideicomisos para la inversión pública. Uno por hasta 2 millardos de dólares para iniciar la construcción de plantas hidro y termo eléctricas en Carabobo, Lara y Mérida; comenzar las obras del Complejo Agroindustrial Azucarero Ezequiel Zamora en Barinas; financiar la puesta en marcha de la nueva línea aérea nacional, Conviasa; e invertir en el sistema de riego Diluvio - El Palmar, en el estado Zulia. Otro fideicomiso de 480 millardos de bolívares estuvo dirigido a la inversión en desarrollos habitacionales y de infraestructura.

Adicionalmente y con un presupuesto de 600 millones de dólares, la Gerencia de Desarrollo Social de la nueva PDVSA apoyó financieramente las Misiones educativas, de salud y productivas que viene adelantado el gobierno nacional con fuerza desde inicios de 2003. Esos recursos financiaron becas de las misiones educativas, aportó recursos para la construcción de módulos de salud de la Misión Barrio Adentro, participación en la Misión Identidad y apoyo a la Misión Vuelvan Caras a través de los Núcleos de Desarrollo Endógeno.

La política petrolera, además de los medulares objetivos del control estatal de PDVSA y la vinculación de está con su accionista, el pueblo venezolano, ha conquistado, con éxitos, otros objetivos, como por ejemplo, la recuperación de los precios del petróleo que se habían situado en 10.5 USD en promedio durante 1998, al punto que durante el año 2004 superaron, en promedio los 30 USD por barril. Asimismo, el gobierno bolivariano se anotó una victoria más, en el fortalecimiento de la OPEP, la cual ha pasado a constituirse en un punto sinequanon de su agenda de política exterior.

En ese mismo orden de idea se destaca la estrategia de Petroamérica, la cual viene progresivamente con sus vectores: Petrocaribe, Petrosur y Petroandina, unificando y consolidando paulatinamente a los pueblos de América Latina y el Caribe bajo una nueva visión de integración que es antítesis de la racionalidad del ALCA.

Desde el plano energético no solo se logró unir a Brasil, Argentina, Uruguay y Chile en la estrategia de Petroamérica y Telesur, sino además extenderse a otras áreas bajo la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América(ALBA), tras su firma el 14 de diciembre de 2004 con el [`Cuba|Estado Cubano]] en La Habana, en donde PDVSA, en correspondencia con lo pautado en esta declaración y acuerdo, abrió el 28 de abril de 2005 una agencia para atender las solicitudes y negocios que demanden los países del Caribe en materia petrolera y energética.

Sabotaje contra la industria petrolera nacional

El puebo se concentró frente a Petróleos de Venezuela en rechazo al sabotaje petrolero.

El acontecimiento más relevante y dramático ocurrido durante toda la historia de la industria petrolera venezolana fue el sabotaje[11] cometido contra PDVSA entre diciembre del año 2002 y enero de 2003.

El lunes 2 de diciembre de 2002, fuerzas de la oposición al gobierno de Hugo Cháveziniciaron una acción política llamada “paro cívico nacional” convocado con el fin de derrocar al primer mandatario nacional.

El sabotaje petrolero promovido por sectores antinacionales trajo como consecuencia una disminución abrupta de las principales actividades económicas del país y secuelas tanto para la corporación como para la sociedad venezolana.

Aunque no siempre de manera abierta, la reforma petrolera ocupó un lugar central de la aguda confrontación política. El golpe de Estado de abril de 2002, con el derrocamiento del gobierno por 48 horas, y el paro petrolero de diciembre 2002 y enero 2003, lo mostró con nitidez.

El gobierno de facto de abril de 2002 no llegó a nombrar su gabinete completo, pero sí fue designado un nuevo presidente de PDVSA, el general Guaicaipuro Lameda, quien había sido removido del mismo cargo en febrero, por oponerse a la Ley de Hidrocarburos recién promulgada; durante las escasas horas que duró el gobierno de facto, esa ley fue derogada por decreto; igualmente, el acuerdo bilateral de suministro de petróleo a Cuba fue suspendido.

El golpe de abril de 2002 fue la culminación de un paro cívico en apoyo al conflicto de la gerencia petrolera contra el gobierno y la paralización de la industria llevada a cabo en diciembre-enero de ese mismo año tuvo como objetivo explícito el derrocamiento del Presidente Chávez. Esa acción golpista fue derrotada gracias al esfuerzo de los trabajadores patriotas que se mantuvieron activos, la incorporación de personal jubilado y la movilización de fuerzas militares y sectores populares en defensa de una empresa que consideraron vital para el futuro como nación independiente.

Nueva PDVSA

La nueva[12] PDVSA es una empresa nacional, subordinada al Estado venezolano, nacida luego del triunfo sobre el Sabotaje Petrolero.

La empresa inició un nuevo enlace con el Estado venezolano, que permite una conexión estrecha con las líneas maestras del proyecto nacional del país, bajo el papel rector del Ministerio de Energía y Petróleo.

La empresa está alineada con las orientaciones del Estado venezolano, y cada uno de sus trabajadores comprometido con la reconstrucción de la misma.

De acuerdo con un estudio comparativo publicado el 6 de diciembre del 2010 por Petroleum Intelligence Weekly (PIW), PDVSA se mantuvo cuarta entre las compañías más grandes a nivel mundial en el negocio petrolero. El estudio está basado en una combinación de criterios operacionales, que incluye reservas, producción, refinación y ventas[13].

A la fecha del estudio PDVSA ocupaba las siguientes posiciones:

  • Segunda en reservas probadas de petróleo
  • Tercera en producción de petróleo
  • Cuarta en capacidad de refinación
  • Sexta en reservas probadas de gas
  • Octava en ventas

Orientaciones estratégicas

La orientación estratégica de PDVSA se basa fundamentalmente en los siguientes lineamientos impartidos por el Accionista:

  • Valorizar nuestro recurso natural de hidrocarburos en beneficio de la Nación.
  • Contribuir al posicionamiento geopolítico del país en el ámbito internacional.
  • Ser un instrumento para el desarrollo endógeno del país.

Procesos

Actividad operacional de PDVSA.

PDVSA desarrolla las operaciones principalmente a través de sus empresas filiales; también participa en asociación con empresas locales y extranjeras.

Las reservas de petróleo y gas natural, así como las operaciones de producción y mejoramiento se encuentran localizadas sólo en la República Bolivariana de Venezuela. Las operaciones de exploración, refinación, transporte y mercadeo se ubican en La República, el Caribe, Norteamérica, Suramérica, Europa y Asia.

Las operaciones correspondientes al sector petrolero incluyen los siguientes procesos[14]:

Exploración y producción

Área encargada de la evaluación, exploración, certificación y perforación de yacimientos de petróleo. Siendo el primer eslabón de la cadena, cubre además la perforación y construcción de los pozos petrolíferos[15].

En los Planes Estratégicos de Exploración y Producción destaca como objetivo la valoración de los crudos pesados y extrapesados, para lo cual se vislumbra el mejoramiento de la composición en la cesta de exportación de tales hidrocarburos.

Los proyectos también se enfocan en la necesidad de concentrar el esfuerzo de producción propia en áreas cercanas a los desarrollos actuales, generar nuevas áreas que incluyen el sector Costa Afuera en concordancia con el marco legal vigente y alineado con el Plan Nacional de Desarrollo y el impulso a la Formación de Capital Nacional, todo ello bajo la directriz del Ejecutivo Nacional.

Refinación

La refinación[16] es el proceso que se encarga de la transformación de los hidrocarburos en productos derivados y se realiza a través de plantas de procesamiento y refinerías. PDVSA realiza sus operaciones de procesamiento del crudo en refinerías ubicadas en la República Bolivariana de Venezuela, el Caribe, Estados Unidos y Europa.

Distribución y Comercialización

Área encargada de colocar los productos obtenidos (crudo) en los diferentes mercados internacionales, y (derivados) en mercados nacionales e internacionales.

La comercialización y el suministro[17] de crudos y productos es el último eslabón de la cadena productiva de Petróleos de Venezuela, S.A. En esta etapa se establecen las fórmulas de precios que reflejan las variaciones del mercado para garantizar precios e ingresos justos para el pueblo venezolano.

Uno de los principales objetivos está en garantizar la seguridad energética del mercado interno, asegurando el correcto y oportuno suministro de 1.1 millones de barriles de crudo al año y de 500 mil barriles diarios de productos generados de los hidrocarburos para el mercado nacional.

Además, se estudia la diversificación del mercado y aumento del portafolio, con la captación de nuevos clientes y el crecimiento porcentual del suministro a Latinoamérica.

En esta fase se logra la coordinación del suministro de gasolina en la frontera y reforzar el apoyo al Ministerio de Energía y Petróleo (MEP) y los diferentes componentes de la Fuerza Armada Nacional para disminuir el contrabando de combustibles.

Transporte y distribución

Un área clave de los procesos de comercio y suministro es el transporte y la distribución de los productos hacia el cliente final, de manera oportuna, confiable y segura.

Los campos de producción petroleros se encuentran en zonas muy alejadas de los lugares de consumo, por lo que el transporte del crudo se convierte en un aspecto fundamental de la industria petrolera, que exige una gran inversión, tanto si el transporte se realiza mediante oleoductos, como si se realiza mediante tanqueros.

Entre los productos despachados por Comercialización y Distribución Venezuela, destacan los regulados como la Gasolina, Diesel, Fuel Oil, AV - Gas (Agrícola) y Combustibles Expendios SAFEC. Además transporta asfalto, solventes, productos especiales, insumos para industrializadoras, kerosene, coque, parafina, entre otras.

Gas

El gas natural es una mezcla de hidrocarburos cuyo componente principal es el metano, acompañado de otros hidrocarburos e impurezas como agua, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno, entre otros. Es el combustible menos dañino al ambiente, por lo cual es denominado combustible verde y considerado como la alternativa energética del siglo XXI, de allí su creciente utilización a escala mundial para satisfacer los requerimientos energéticos.

Se procesa en las plantas de extracción donde se separa el gas metano de la corriente de Líquidos de Gas Natural (LGN), siendo éstos fraccionados posteriormente y se obtiene etano, propano, butanos, pentanos y gasolina natural[18].

Por otra parte, la mezcla de butano y propano conforma el Gas Licuado de Petróleo (GLP), utilizado como combustible principalmente en el sector doméstico.

PDVSA en el mundo

Las actividades internacionales[19] de PDVSA tienen una expansión en los últimos años, lo que contribuye a la proyección de la Compañía en el mundo, con reconocimiento de alto nivel operativo, dominio tecnológico y gestión.

Petróleos de Venezuela S.A. mantiene presencia en el exterior a través de cinco oficinas ubicadas en Argentina, Brasil, Cuba, Reino Unido y Holanda, las cuales mantienen relación comercial con sus socios en la región, así como con aquellas naciones poseedoras de un extenso potencial para invertir en el negocio petrolero.

Los activos, operaciones y negocios del Área Internacional se extienden más allá y en Europa, PDVSA participa por intermedio de su filial PDV Europa BV con sede en la Haya, Holanda, con un 50% de las empresas Rulor Oil Gmbb de Alemania, y AB Nynäs Petroleum. Además, está presente en Londres, con la filial PDV UK, la cual funciona como oficina de inteligencia de mercado.

En el Caribe con la filial Refinería Isla, PDVSA opera, a través de un contrato de arrendamiento a largo plazo, la refinería y la filial de almacenamiento en Curazao. Las empresas Bonaire Petroleum Corporation, NV (BOPEC) y Bahamas Oil Refining Company (BORCO) son filiales operadoras de terminales de almacenamiento en Bonaire y Bahamas.

El patrimonio internacional de la corporación incluye también a CITGO, su filial en los Estados Unidos y las refinerías distribuidas alrededor del mundo.

PDVSA Cuba

El 28 de abril de 2005, PDVSA Cuba abrió sus puertas en La Habana con la finalidad de apuntalar el proyecto Petrocaribe, en el marco del Acuerdo para la Aplicación de la la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

La inauguración de esta oficina comercial y de negocio constituyó un acontecimiento primordial en la ampliación de las relaciones de cooperación energética entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Cuba, las cuales apuntan hacia un nuevo modelo de integración de América Latina y el Caribe, con base en los principios de cooperación mutua, solidaridad, complementariedad y del desarrollo socio-económico sustentable de los pueblos de la región.

La estratégica ubicación de PDVSA Cuba[20], en La Habana, permite articular otros negocios y proyectos instrumentales a fin de acelerar el avance de Petrocaribe en la vasta zona de la cuenca caribeña, la cual posee un importante potencial prolífico en reservas de hidrocarburos y una creciente demanda energética para mejorar la calidad de vida de la población del Caribe.

Productos y servicios

PDVSA Cuba trabaja conjuntamente con CubaPetróleo (CUPET) para multiplicar las potencialidades del mercado energético del Caribe, tanto en los procesos de exploración y producción (aguas arriba) como de refinación y comercialización (aguas abajo), con el propósito de fomentar el progreso social de los pueblos caribeños y centroamericanos, a través del libre y democrático acceso a la energía a un precio justo y razonable.

La oficina de PDVSA Cuba en La Habana permite ofrecer mayor soporte y atención a la región e impulsar el avance de los proyectos de producción y comercialización de lubricantes, combustibles y otros derivados del petróleo para América Central y los países de la cuenca del Caribe. También asume la coordinación en materia de intercambio tecnológico y formación de recursos humanos en el sector de los hidrocarburos.

Proyectos y metas

PDVSA Cuba proyectó la construcción de un centro de almacenamiento estratégico de combustibles residuales en Matanzas, al occidente de la isla, con una capacidad de 600 mil barriles diarios; así como reactivó la refinería y Terminal en Cienfuegos, ubicada en el centro del archipiélago cubano.

En el ámbito aguas arriba se profundizan los estudios de la matriz energética de Cuba, especialmente en lo concerniente a la exploración y producción en la Zona Económica de Cuba del Golfo de México.

En lo relativo a procesos aguas abajo, se desarrolla una envasadora de lubricantes con la participación de la Empresa Nacional de Lubricantes (Cubalub) y el apoyo logístico de PDVSA.

Presidentes

Lista de los presidentes que ha tenido PDVSA desde el inicio de sus operaciones hasta la fecha:

Presidente
Período
Rafael Alfonzo Ravard Enero de 1976 - marzo de 1983
Humberto Calderón Berti Marzo de 1983 - febrero de 1984
Brígido Natera Febrero de 1984 - octubre de 1986
Juan Chacín Guzmán Octubre de 1986 - Marzo de 1990
Andrés Sosa Pietri Marzo de 1990 - Marzo de 1992
Gustavo Roosen P. Marzo de 1992 - Marzo de 1994
Luis Giusti López Marzo de 1994 - Febrero de 1999
Roberto Mandini Febrero de 1999 - Agosto de 1999
Héctor Ciavaldini Agosto de 1999 - Octubre de 2000
Guaicaipuro Lameda Montero Octubre de 2000 - Febrero de 2002
Gastón Parra Luzardo Febrero de 2002 - abril de 2002
Alí Rodríguez Araque Abril de 2002 - octubre de 2004
Rafael Ramírez Carreño Noviembre de 2004 -

Referencias