Rufino Blanco Sánchez

Rufino Blanco y Sánchez
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Nacimiento16 de noviembre de 1861
Mantiel, Guadalajara, Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Fallecimiento3 de octubre de 1936
Paracuellos del Jarama, Madrid, Bandera de España España
OcupaciónPedagogo, filólogo, bibliógrafo y periodista
Título.

Rufino Blanco y Sánchez. Pedagogo, filólogo y teórico de la lectura, bibliógrafo y periodista español de orientación católica y neoescolástica.

Síntesis biográfica

Nació el 16 de noviembre de 1861 en Mantiel, Guadalajara, México. Siendo aún niño se trasladó con sus padres a Madrid. Se licenció en Magisterio y obtuvo por oposición la Regencia de la Escuela Aneja de la Normal Central de Madrid. Ya casado continuó sus estudios y se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad Central, donde fue discípulo predilecto de Marcelino Menéndez Pelayo.

Era un hombre que a pesar de su extremada delgadez, consecuencia de un régimen vegetariano, disfrutaba de envidiable salud y nunca en su vida estuvo enfermo.

Trayectoria laboral

Durante muchos años fue profesor de la Escuela de Criminología, pero su vocación por el magisterio le hizo centrar sus actividades en el campo de la Pedagogía y de su historia, explicándola en la Escuela Normal Central de Madrid.

Comenzó su trayectoria periodística escribiendo crónicas para diarios de América y de Filipinas en 1886. Fue luego redactor de “La Enseñanza de Madrid” en 1889 y copropietario y redactor de “El Magisterio Español” junto con Victoriano Fernández Ascarza y Ezequiel Solana, entre 1896 y 1902. Desde 1904 dirigió el diario católico “El Universo”.

En 1909 fue comisionado con otros compañeros por el entonces ministro de instrucción pública, don Faustino Rodríguez Sampedro, para crear y organizar una Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, equivalente a una Facultad Universitaria de Pedagogía, pero con propia autonomía y libertad de acción, presidida por un comisario regio que dependía directamente del ministro. El profesorado era seleccionado libremente de diversos centros docentes españoles y en su claustro de profesores figuraron junto a él, entre otros, José Ortega y Gasset, Eugenio Piñerúa, Pablo Martínez Strong, Ángel Vegue y Goldoni, Ricardo Beltrány Rózpide, Juan Zaragüeta, Luis de Hoyos, Francisco de las Barras Aragón, Magdalena Fuentes y Anselmo González. En 1914 apareció el primer plan de estudios que mereciera tal nombre y, unido al plan ministerial de creación y construcción de escuelas engendró en España un nuevo magisterio nacional, bien formado y dirigido. Gran parte de este éxito se debe a la persona de Rufino Blanco, quien centró en sí la mayor actividad y encauzamiento de aquella nueva Escuela de Estudios Superiores del Magisterio.

Defendió en la escuela primaria la idea de la escuela graduada, cuyo nuevo sistema apareció en la primera decena del Siglo XX: con un mínimo de esfuerzo se conseguiría un máximo rendimiento. Fue miembro de la Junta para la Extinción del Analfabetismo y de la comisión Interministerial de educación física. En 1920 fue elegido vicepresidente primero de la junta directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid.

Desde 1921 fue consejero de Instrucción Pública. En sus múltiples viajes conoció el movimiento pedagógico moderno preconizado por Claparéde, Binet, Kerschensteiner, Dewey, el cardenal Mercier y tantos otros con los que mantenía relaciones profesionales. En 1927 obtuvo la cátedra de la Escuela Superior de Magisterio de Madrid, y por entonces dio una conferencia sobre Menéndez Pelayo, bibliógrafo y erudito. Fue condecorado y ocupó cargos relevantes en instituciones culturales y políticas.

Trayectoria política

En abril de 1936 ocupó la vacante del político José Sánchez Guerra en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, versando su discurso de entrada sobre Fundamentos de Educación moral y de Educación cívica. Accidentalmente fue gobernador civil de Segovia en la época monárquica. Como periodista, fue nombrado director de la “Revista El Universo” en sucesión de Juan Manuel Orti y Lara; dirigió también El Magisterio Español y codirigió La Educación Hispanoamericana, fue un colaborador asiduo del monárquico Abc, en donde firmó unas veces con su nombre y otras como Un Crítico de la Alcarria. Fue presidente honorario de la Federación de Asociaciones de Prensa de España desde que se creó en 1922 hasta 1926.

Como profesor de la Escuela Superior del Magisterio realizó una importante labor en el terreno de la bibliografía sobre educación. Representa el contrapunto neocatólico a la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza de Giner, Cossío y otros muchos. Como maestro y formador de maestros creó el Gabinete Antropométrico de la Escuela Modelo de Madrid, introdujo la caligrafía vertical, colaboró en la implantación de las escuelas graduada, realizó innnovaciones en numerosos aspectos de la organización escolar y se interesó por la educación femenina, la educación sexual, la coeducación y, muy en particular, por la educación física, la higiene y el valor pedagógico de los juegos.

Varios Colegios llevan en España su nombre en honor a su memoria: el de Madrid (en la calle del general Álvarez de Castro, Distrito de Chamberí), el de Salamanca, el de Guadalajara (Colegio público Rufino Blanco) en la Calle Fernández Iparraguirre y el de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real).

Muerte

Fue asesinado en Paracuellos del Jarama, Madrid el 3 de octubre de 1936, cuando contaba 75 años.

Publicaciones

Publicó 57 obras, 40 de ellas didácticas, de entre las cuales han tenido especial difusión, como la Bibliografía pedagógica, Bibliografía general de Educación Física, Teoría de la Educación, Teoría de la enseñanza, Organización escolar, Apuntes sobre Biología pedagógica, Paidología y Pidotecnia, Apuntes sobre Biología pedagógica; Ideas de educación física del pueblo griego, según Philostrato "Peri Gymnastikees"; Bibliografía pedagógica del Siglo XX, obra aparecida en las principales lenguas europeas y editada en España por suscripción popular; Quintiliano y sus sistema de educación; Luis Vives, la Pedagogía científica y la Instrucción de la mujer cristiana; Rollin y el Tratado de los estudios y una serie de monografías entre las que destacan las dedicadas a Platón, Pestalozzi, La Salle y Quintana; Tratado elemental de Pedagogía. También redactó los capítulos de pedagogía contenidos en la monumental Enciclopedia Espasa-Calpe.

Actualmente puede decirse que merecen especial consideración sus contribuciones al ámbito filológico en amplio sentido, en particular su “Tratado de Análisis de la Lengua Castellana” (1909), modelo de exposición metodológica en una tradición que probablemente ahí culmina y desgraciadamente quedó interrumpida, así como el Arte de la Lectura, por primera vez publicado en 1894 y que en 1927 había alcanzado su decimoprimera edición. El Arte de la Lectura constituye, tanto por su amplitud teórica de criterios, más allá del núcleo técnico de la lectura en voz alta, como por su concepto de eficacia práctica y extensión, el tratado fundamental y más influyente de este género retórico en lengua española. Consta de unos preliminares como introducción al conocimiento técnico y tres partes: "De la obra legible", la más extensa, "Del lector" y "Del acto de leer", articuladas con penetrante sentido interdisciplinario, desde la didáctica y la retórica hasta la estética y la teoría del lenguaje.

Fuentes