Historia del municipio Perico (provincia Matanzas)


Historia del municipio Perico (provincia Matanzas)
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Cronología
Período precolombino
Período colonial (1492–1898)
Mercedaciones de tierras
Surgimiento y evolución del poblado
Evolución económica
Evolución social
Manifestaciones de rebeldía y luchas independentistas
Período neocolonial (1902–1958)
Situación económica
Situación social
Luchas del movimiento obrero
Lucha insurreccional
Revolución en el poder
Unidad revolucionaria y enfrentamiento a la contrarrevolución
Transformaciones económicas
Transformaciones sociales
Transformaciones económicas
Aporte internacionalista

Historia del municipio Perico (provincia de Matanzas). La historia del municipio Perico comienza en el período precolombino con el asentamiento de varios grupos aborígenes en el actual territorio.

La región aparece en los intereses económicos del gobierno colonial, con la mercedaciones de tierras realizadas entre la segunda mitad del siglo XVI y el siglo XVIII; el área tuvo una importante contribución a las gestas independentistas.

El movimiento obrero y campesino en la República Neocolonial tuvo en Perico un accionar consecuente contra los abusos y explotación de las compañías y terratenientes como la fundación de las primeras células comunistas.

Después de la salida de Fidel y sus compañeros de la prisión, el ascenso en el movimiento revolucionario contra la tiranía batistiana tuvo un eslabón importante en la ciudad con la creación del Movimiento 26 de Julio (M–26–7), en octubre de 1955. El 1 de enero de 1959, al conocer el derrocamiento de la dictadura batistiana, el pueblo periqueño se lanzó a las calles para cumplir las orientaciones dadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

El municipio de Perico se encuentra situado en la llanura roja HabanaMatanzas, en la parte centro–oeste de la provincia; limita al noroeste con los municipios de Cárdenas y Martí, al oeste con Jovellanos y Jagüey Grande y al sureste con el municipio de Colón.

Se localiza sobre una llanura cársica, conformada por rocas calizas profundas y con suelos ferralíticos. Hacia el norte y noroeste del núcleo de Máximo Gómez, las rocas son sedimentarias y los suelos pardos.

Período precolombino

Las noticias sobre la presencia aborigen en el territorio que abarca el actual municipio de Perico son escasas, reducidas a vagas referencias debidas a excavaciones no controladas realizadas de los años 50 hasta finales de los 70 del pasado siglo XX.

El Sr. Humberto Ballesteros realizó varias excavaciones y extrajo restos de entierros localizados hacia el sur y en los alrededores de Agramonte, donde parece haber existido la mayor concentración de grupos no tribales que pueden situarse tentativamente hacia los siglos I a.n.e. al II d.n.e., a juzgar por los materiales encontrados. El Sr. Ballesteros no dejó referencias de las localidades ni estudios publicados al respecto.

Cabe pensar que la ausencia de fuentes de agua de curso, tales como ríos, obligara a proveerse del líquido en las cavidades del sur, toda vez que en el municipio solo están en catastro tres cuevas hacia el norte, y de ello resulta la mayor concentración de evidencias en los espacios donde existe posibilidad de mantener cierta sustentabilidad.

Estos grupos son forrajeros que se mueven y no constituyen agrupaciones tribales; derivan por el territorio de su área de influencia económica que debió extenderse hasta el linde con la ciénaga. Los enterramientos se produjeron en montículos, con restos de dieta, conchas, crustáceos, caracoles y huesos de pescado, entre otros; ocasionalmente aparece algún artefacto tal como un majador de basalto rojo o cuentas de concha, semejante a lo que se puede encontrar en la Ciénaga de Zapata.

Período colonial (1492–1898)

Mercedaciones de tierras

En 1568, José Antón Recio recibió licencia del rey para fomentar un mayorazgo que llegó a contar con catorce haciendas de ganado, una de las cuales estuvo ubicada en Guanajayabo y San Antón, que perteneció al territorio del actual poblado de Máximo Gómez.

En 1629 fueron mercedadas las tierras del corral Sabana de Altamisal y Rancho del Medio para la cría de ganado. En 1654 fue mercedado el hato de Laguna Tinguaro y en 1704 se revalidaron los sitios de El Roque y Altamisal que, a partir de entonces, son consignados como hacienda. En 1716 se mercedó el sitio Los Ladrones. Lo expuesto evidencia que el poblamiento del territorio se realizó de sur a norte, siendo un factor de influencia la cercanía a la bahía de Cárdenas.

Surgimiento y evolución del poblado

Para 1772 el territorio continúa perteneciendo al occidente incluido Guamutas, y en lo político se subordinaba a la Tenencia de Gobierno de Cárdenas. Hacia 1838, la incipiente población de El Roque y la fundación de una ermita, constituyeron factores definitivos para el auge y desarrollo de un núcleo poblacional en la zona.

Perico es uno de los poblados que tiene su núcleo fundacional al lado de las vías férreas; en 1845 José Daniel, hacendado de la zona, vendió una parcela de sus tierras a la Empresa de Ferrocarril de Cárdenas; pero no es hasta 1850 que el ferrocarril llega al lugar. Se atribuye el nombre del poblado a la existencia de una tienda que estableció un español en las cercanías del ferrocarril, a la que se conoció como la bodega del viejo Perico, nombre que posteriormente se hace extensivo al naciente poblado.

El 16 de diciembre de 1855 se crea la jurisdicción de Colón con territorios segregados de la jurisdicción de Cárdenas. Este nuevo partido judicial extiende su administración sobre parte del territorio local, mientras el resto sigue perteneciendo a Cárdenas. El 10 de abril de 1856 se crea el partido de Las Jíquimas con parte de los antiguos territorios de Palmilla, Guamutas, Cimarrones, Macurijes y El Roque.

Aunque este nuevo partido depende en lo militar y judicial de Colón, desde el punto de vista civil y político administrativo continúa perteneciendo a Cárdenas. En marzo de 1858 se crean la Tenencia de Gobierno y la Comandancia Militar de Colón con el objetivo de crear una división territorial. El gobernador superior civil ordena el 23 de agosto de 1858 que el partido de Las Jíquimas fuera segregado de Cárdenas e incorporado a Colón a partir del 1 de enero de 1859. Integraron este partido las localidades de Bemba, Jagüeycito, Soledad, Cañongo, Caimito, Carratalá, Roque, Quintana, Mostacilla, Los Ladrones, Guayabo Largo, Perico y Las Lagunas, entre otros territorios.

El 12 de junio de 1859 es confeccionado por el agrimensor público Francisco de Verdeja el plano que contaba con veintiuna manzanas, una de ellas destinada a la edificación de la iglesia y otra para el cementerio, lo cual significó el nacimiento urbanístico de la zona.

Como resultado de las transformaciones en la división político administrativa, dispuesta por Real Decreto en 1878, el primero de enero de 1879 se establecieron los ayuntamientos de Perico, Guanajayabo y El Roque, poblados que se convirtieron en municipios con sus respectivas alcaldías.

Perico quedó separado de Jovellanos y el señor Juan Suárez es nombrado alcalde. A principios de 1879 se agregaron al término municipal de El Roque veintitrés fincas pertenecientes a Perico. En el propio mes de enero es nombrado alcalde del término municipal de Guanajayabo el señor Roque Garrigó (padre). El Ayuntamiento estuvo compuesto por catorce miembros y la Junta de Instrucción por siete miembros, encabezados por el alcalde y el cura. En el barrio de Altamisal se fundó, en 1879, el paradero del ferrocarril.

En mayo de 1883, diecinueve familias pertenecientes a la burguesía local solicitaron al Gobierno español el cambio de nombre de Perico por el de Cervantes, lo cual autorizó el rey de España el 12 de febrero de 1884 por estar más en armonía con las glorias nacionales. El Ayuntamiento de Perico, después de continuas discusiones y diferencias de ideas, acordó el cambio de nombre a principios del año 1885. En este propio año el Ayuntamiento de Guanajayabo respondía al partido judicial de Cárdenas; Altamisal y Perico Viejo a Cervantes; Coabillas, Guayabo Largo, Guamajales, Rincón y Mostacilla a El Roque; mientras que Guamutas comprendía los territorios de Recreo, Carolina, Rancho de Medio, Sabanilla de la Palma, San Antón y Tres Ceibas.

Evolución económica

La ganadería se comenzó a fomentar a partir de la segunda mitad del siglo XVI y de igual modo se practicó en el territorio el corte de madera preciosa, originado en Guamutas por la Real Armada para la construcción y reparación de barcos. El incipiente desarrollo se manifiesta en la localidad de El Roque con la presencia de cinco panaderías, cuatro zapaterías, tres sastrerías, seis tabaquerías y una barbería.

La habilitación del puerto matancero, en 1793, promovió el interés por la economía de plantaciones en la zona, al permitir el tráfico de esclavos y el comercio nacional, pasando de esta forma la actividad ganadera a un segundo plano. Las haciendas de mayor productividad en la región eran Altamisal, El Roque, San Antón y Guanajayabo.

En 1827 estaban establecidos en la zona trece cafetales y cinco ingenios. Hacia 1830 la producción de azúcar ocupa un lugar determinante, pues las principales inversiones se realizaron en las plantaciones azucareras. La producción de azúcar se convierte en un renglón importante de la economía de la época y desplaza el café. En la zona Recreo —hoy Máximo Gómez—, operó, a mediados de siglo XIX, el proceso definitivo del paso de la manufactura a la gran industria.

A partir de 1840, la tecnificación se extiende por los ingenios de la región y para 1848 el partido de Guanajayabo contaba con treinta ingenios. Perico, con la presencia de siete fábricas, pertenecía para esta fecha al partido de Las Jíquimas. La consolidación económica la alcanzó a partir de la segunda mitad del siglo XIX, siendo los ingenios más productivos Amistad, Coloso, Pedro Lorenzo, Unión, Admiración, Santa Catalina, Vera, Unión de Oxamendi, Otoño, Afán, Capitolio, Algorta, Reglita, Tentativa, Armonía, Belfast, La Chucha y España.

El desarrollo azucarero alcanzado en la región está aparejado al surgimiento del ferrocarril, al trazarse en 1842 las líneas por San Antón, en 1843 por Recreo y en 1844 por Altamisal hasta llegar a Banagüises. En diciembre de 1850 el ferrocarril de Cárdenas extiende sus vías de Bemba a Perico para llegar hasta Bermejas.

Evolución social

El territorio no cuenta durante las tres primeras décadas del siglo XIX con ninguna construcción religiosa; la ermita de Santa Catalina de Siena situada en el caserío de El Roque, jurisdicción de Cárdenas, fue construida por los vecinos en el año 1838 en el terreno donado por doña María Paula Álvarez, viuda de Sardinas, y consistía en una pequeña casa de tablas y tejas. Se le dio el nombre a solicitud de los pocos pobladores y, en especial, de la familia Sardinas.

En 1848 fue solicitada por los vecinos de El Roque la construcción de una iglesia auxiliar en esta localidad, la que se aprobó en 1858 declarando a San Roque como santo patrono. El 16 de marzo de 1861 se adjudican las obras de la iglesia a don Francisco González y el 13 de mayo comenzaron los primeros trabajos, quedando terminada la iglesia de mampostería y tejas.

En el poblado de El Roque se inauguró la primera escuela el 11 de mayo de 1845, para cuyo sostén se recaudaron fondos por medio de una suscripción de los productos de tres días de venta en una fiesta. El Roque se distinguió por la celebración de bailes y peleas de gallos, así como rituales religiosos en honor a su santo patrono.

El territorio se destacó en manifestaciones artísticas religiosas de los Arará, estas actividades religiosas fueron restringidas por los hacendados hasta 1886 en que se instituyó la Sociedad Africana.

Manifestaciones de rebeldía y luchas independentistas

El aumento y la explotación de la mano de obra esclava en la región exacerbaron los sentimientos de liberación de este grupo social oprimido, por lo que, entre 1842 y 1844, se suceden sublevaciones de esclavos, de las cuales la más relevante fue la del ingenio Armonía en 1844, que tuvo como resultado final cuarenta y cuatro acusados, entre ellos varios mestizos, a los que condenaron con penas que estuvieron en el rango de los diez años y la expulsión de la Isla a algunos de ellos.

En la localidad de El Roque surgieron conspiraciones dirigidas por la Junta Revolucionaria, encabezada por el catalán Ramón Pinto, desde 1852. El 6 de febrero de 1855 se efectúo la detención en la capital del conspirador junto a otros comprometidos en el movimiento revolucionario, los que fueron encarcelados por orden del capitán general de la Isla.

Guerra de los Diez Años (1868–1878)

Para los dueños de grandes extensiones de tierras la guerra iniciada el 10 de octubre de 1868 significaba la pérdida de sus cuantiosas riquezas y el mantenimiento económico de la metrópoli. En esta región se organizó una Junta Revolucionaria integrada por representantes de la clase terrateniente que pertenecieron a las filas del reformismo, los cuales abogaban por transformaciones económicas y políticas sin que afectaran sus intereses. No obstante, los jóvenes, fundamentalmente, no disminuían ni disimulaban sus simpatías por la lucha armada que se desarrollaba en el oriente del país contra el despótico gobierno colonial español.

En 1869 se dio a conocer el nombre de las personas que apoyaron y participaron en la insurrección en el poblado de El Roque, ellos son: Ramón Domínguez, de 32 años de edad, casado y labrador; Pedro Banes, de 20 años de edad, casado y labrador; Luis Sardiñas, de 25 años de edad, casado y labrador; Juan de Moza Pereza, quien participó en el alzamiento en Jagüey Grande; Aciderio Cabrera; de 20 años de edad, casado, carretero y Eduardo Domínguez; de 25 años de edad, casado y labrador.

El 19 de octubre de 1869 el Gobierno español ordenó, como medida represiva, el fusilamiento en El Roque de aquellos que participaron en conspiraciones independentistas en la jurisdicción de Colón; entre ellos, José Díaz Argüelles, Leoncio García y sus dos hijos, Jacinto Olivera, Cleto Daniel y dos hermanos de apellido Sardiñas e Ignacio Camejo.

La invasión a occidente, entre 1875 y 1876, tuvo su incursión en el territorio, cuyas principales acciones combativas se realizaron bajo las órdenes de Henry Reeve, el Inglesito, a quien acompañaban el comandante Agustín Betancourt, Augusto Arango y el teniente Gabino Quesada, jefe de la escolta de Reeve.

El 1 de marzo de 1876, con solo veintidós jinetes, Reeve sostuvo un encuentro con el enemigo en Perico en el que, después de atacar al machete, se ve obligado a ordenar la retirada. El 17 de abril de 1876 las fuerzas de Reeve saquearon e incendiaron la tienda de Mostacilla y tirotearon el poblado de El Roque, siendo las principales acciones desarrolladas durante la guerra en la región.

Tregua Fecunda (1878–1895)

En esta etapa los sentimientos de independencia y liberación nacional siguen latentes en el pueblo y así lo demuestran los gritos de ¡Viva Cuba! que se producen en medio de una reunión de independentistas en casa del revolucionario Dr. Ramón Illa, del poblado de Cervantes, a las doce de la noche del 5 de mayo de 1888, que perturban el orden público. Al día siguiente, son detenidos en Colón cinco individuos de los reunidos en Cervantes, los cuales se manifestaron en contra del Gobierno colonial español.

Guerra Necesaria (1895–1898)

La orden de alzamiento del 24 de febrero de 1895 es recibida en Colón por Magnolio San Lorenzo y, el 27 de febrero, se realizó un intento de alzamiento en Cervantes, dirigido por Ciriaco Torres Rodríguez y tres negros, el cual no fue secundado. A personalidades con una actuación destacada durante la guerra en el territorio, como son Clemente Gómez, Pedro Betancourt, los hermanos Acevedo, José Roque, entre otros, se les incorporaron hombres del pueblo, tales como Martín y Ramón Gómez, Rafael Rodríguez, Pablo Padrón, Benjamín Soler, José Regino Peñalver y Ciriaco Torres, quien dirigió el primer levantamiento ocurrido en la localidad.

El 16 de noviembre de 1895, Clotilde García entró con las tropas mambisas a El Roque y en la noche al Tomeguín, donde se aprovisionaron de armas, municiones y avituallamiento. El 9 de diciembre, una partida de insurrectos, encabezados por Teodoro Maza, quema el archivo de la Alcaldía de Altamisal.

El 13 de diciembre, otra partida insurrecta ataca y ocupa armas y municiones en el ingenio Coloso y, a su paso por Recreo, quema una casa. El 14 de diciembre, en Guamutas, se produjo un enfrentamiento entre una partida de insurrectos y un grupo de voluntarios. El 16 de diciembre, la partida insurrecta de Secundino García tuvo dos enfrentamientos, uno en la finca Toscano y otro en Santa Rosa.

Entre el 21 y 30 de diciembre de 1895, el paso de la campaña invasora se hace sentir en el territorio periqueño, hostigando al enemigo en su avance hacia el occidente sin establecer posiciones defensivas. El 21, Antonio Maceo acampó en el ingenio Santa Elena, en Flor de Cuba; y Máximo Gómez en la finca La Lata, en los terrenos del ingenio España. Máximo Gómez penetró en El Roque, sin ninguna resistencia, al frente de una columna compuesta por 2 000 hombres; en su marcha destruyeron el fuerte español y pasearon la bandera cubana por las calles del pueblo, prendieron fuego a la casa cuartel de la Guardia Civil y ocuparon víveres, caballos, medicinas y artículos de primera necesidad para la tropa. El 22, Máximo Gómez le entregó al alcalde tres heridos graves con la recomendación que le informara al capitán general Arsenio Martínez Campos que confiaba que iban a ser atendidos, haciéndolos curar y devolviéndolos más tarde, como había hecho él tantas veces con las fuerzas españolas.

La señorita Ernestina Barreto cooperó con la tropa invasora al entregarle ropas, zapatos y medicinas a su paso por El Roque. El 22, las fuerzas comandadas por Antonio Maceo parten con rumbo noroeste y queman los cañaverales que encuentran a su paso. Máximo Gómez y sus hombres ocupan el aparato telegráfico instalado en la Estación de Ferrocarril de Quintana y continúan hacia Jovellanos con el propósito de quemar los ingenios. El 26, las fuerzas patrióticas redujeron a cenizas al pueblo de Cervantes y el 29 se produjo una escaramuza con la columna de Suárez Valdés que se dirigía en tren a Reglita.

En los primeros meses de 1896, se incorporaron a las filas mambisas cuarenta y cinco hombres procedentes de El Roque, Cervantes y Recreo. El 2 de enero de 1896, las fuerzas del general Carlos Roloff tomaron el pueblo de Recreo y el día 4 quemaron el paradero de Altamisal.

El 11 de enero de 1896, la segunda compañía del general José Lacret Morlot atacó el poblado de El Roque y el día 14, una partida insurrecta compuesta por 300 hombres, comandada por Andrés Borroto, descarriló el tren de viajeros en el ramal de Itabo. El 10 de febrero otra partida de insurrectos atacó el ingenio Admiración y el 28 del mismo mes las fuerzas de Máximo Gómez cruzaron la línea férrea de Colón a Cárdenas por las cercanías del ingenio España, acampando en el ingenio Arroyo.

En horas de la tarde del primero de marzo de 1896, fuerzas insurrectas al mando de Máximo Gómez destruyeron varios alcantarillados y postas de telégrafos, lo que ocasionó que el pueblo de Recreo, por vía férrea y telegráfica, quedara incomunicado con Arabos, Colón y Cárdenas. El día 3, Gómez y sus fuerzas devastaron un tramo de la línea férrea que va de Colón a Cárdenas, entre los poblados de Recreo y Altamisal, acamparon en terrenos del ingenio Laberinto y, a su paso, quemaron los campos del ingenio Reglita.

Entre el 8 y el 10 de abril de 1896, fuerzas insurrectas atacaron el ingenio Algorta e incendiaron sus cañaverales. En los días comprendidos entre el 11 y el 19, fuerzas mambisas aplicaron la tea incendiaria en los cañaverales de los ingenios de la región para diezmar aún más la economía colonial. Cinco días más tarde, un grupo de insurrectos, dirigidos por Faustino Rodríguez, arremetieron contra el tren de pasajeros del ramal Itabo–Recreo.

El 6 de mayo de 1895, se produjo un encuentro entre la partida de Dimas Martínez y fuerzas españolas en el ingenio Desengaño, en el pueblo de Cervantes. El día 9, Máximo Gómez entabló combate con las fuerzas del general Prats en la colonia Algarrobo, cerca del central Santa Rita, próximo al poblado El Roque. El 19 de ese mes, el coronel mambí Eduardo García Vigoa prendió fuego a una porción del pueblo de Cervantes y el 20 atacaron el pueblo de El Roque, quemando los cañaverales de las colonias García, San Francisco, San Juan, Reglita y Tres Rosas. De igual modo, el general José Lacret Morlot emprendió un ataque contra el enemigo en el ingenio España.

A las nueve de la noche del 11 de julio de 1896, es atacado el pueblo de Recreo por una partida insurrecta. El 21 se originó un enfrentamiento en Mostacilla entre la columna Navarra y la partida de Domingo.

El 14 de septiembre, una partida mambisa, al mando de Ramírez, tiroteó el pueblo de Recreo y, en la noche, el fuerte situado en el batey del central Santa Catalina. El día 16 cortaron los hilos telegráficos entre el paradero de Retamal y Cervantes, y el 18 atacaron uno de los fuertes de Recreo; el ataque es repelido y las fuerzas españolas tuvieron una baja. Al día siguiente, en horas de la noche, es tiroteado el fuerte Navío.

El 5 de octubre, el teniente José Arteaga recibe la orden de atacar el poblado de Cervantes y destruir las fincas La Eugenia, La Andrea, Desempeño y Carambola. El día 30, seis mambises ocuparon al conductor del tren, Salvador Froument, la correspondencia oficial en el tramo comprendido entre Quintana y El Roque.

El 1 de noviembre se produjo una escaramuza entre una guerrilla local y diez hombres de la partida de Carrera en el ingenio La Chucha, resultando muerto el insurrecto Carlos García. El 21 del propio mes son incendiados los cañaverales de la finca San Juan, los cuales fueron reducidos completamente a cenizas.

El 23 de diciembre de 1896, el joven mambí de 26 años José Martínez, natural de El Roque, muere en combate heroicamente enfrentando a las tropas españolas en Rancho del Medio.

En la noche del 20 de enero de 1897, una partida de insurrectos incendió gran parte de los cañaverales del ingenio España. A principios del mes de febrero de 1897, el alcalde de Recreo, dándole cumplimiento al Bando de Reconcentración, prohibió la salida de los vecinos del poblado y solo se autorizaba la salida con el visto bueno de la autoridad militar y el alcalde. El 18 de febrero, fuerzas españolas del Destacamento de Marina de El Roque devastaron un campamento insurrecto en el lugar conocido como La Montaña y ocuparon ropas, medicinas, caballos y machetes.

El 23 de marzo de 1897, el comandante Salomé Morejón asaltó y tomó el pueblo de Altamisal. El 1 de abril de 1897, fuerzas de infantería de la Marina española sostuvieron un encuentro con insurrectos entre Recreo y Cimarrones, en el cual los españoles causaron cinco bajas a los mambises.

El 27 de agosto de 1897, el coronel Carlos Manuel Rojas y el general Molina sostuvieron un combate donde cae combatiendo el mambí Prudencio Rodríguez. El 23 de diciembre siguiente sostienen otro combate en El Roque donde los cubanos dejaron en el campo veintiséis muertos.

El 26 de mayo de 1898 se originó un combate en Cervantes entre el grupo insurrecto de Jacinto Hernández y el Primer Cuerpo de Ejército de la Segunda División de la Segunda Brigada. El 17 de julio, Bernardo Cuesta y Lorenzo Perdomo, pertenecientes al regimiento de Guamutas, se incorporaron al campo insurrecto en las inmediaciones de El Roque. Días después, el 29 de julio, se disolvió la guerrilla local de infantería y de esta forma se evacuaba el poblado de El Roque. El propio día es ocupado El Roque por una sección de veinticuatro hombres del Ejército español. Meses después, con motivo de la ocupación española de El Roque, se efectúo en la tarde del 8 de diciembre de 1898 una pacífica manifestación en la que toma parte la Junta Patriótica y la mayoría de los vecinos.

Período neocolonial (1902–1958)

Durante la ocupación militar de los EE.UU en Cuba, en 1899, se aprobó una resolución consistorial para el cambio de nombre de Cervantes por el de Perico. En 1900, por orden militar No. 494, amplía Perico su extensión territorial, al anexársele los barrios de Tomeguín, Quintana y Mostacilla, que pertenecían al término de El Roque, cuyo Ayuntamiento es suprimido y sus territorios agregados a los términos de Perico y Agramonte.

En enero de 1902 se emiten las órdenes 23 y 24 que dejaron sin efecto la constitución de Perico como municipio, incorporándose a Colón. El Ayuntamiento de Recreo es abolido por la orden 24, pasando a formar parte del término de Martí.

En 1910 una ley del Congreso de la República declara a Perico nuevamente Ayuntamiento, con los nuevos territorios y barrios que tenía al ser suprimido anteriormente. En 1927 se reestablece el Ayuntamiento de Recreo con el nombre de Máximo Gómez, en honor al Generalísimo.

Situación económica

A inicios de 1902, en la región existían catorce ingenios, treinta potreros, 400 sitios de labor y cafetales. Se explotan algunos yacimientos de piedra de construcción, susceptibles de ser labradas. Los terrenos son fértiles propicios para el desarrollo agrícola -el plátano se encontraba entre las principales producciones agrícolas- a pesar de no poseer ríos ni arroyos; una porción de las tierras está dedicada al cultivo de frutos menores y la otra al cultivo de la caña de azúcar, fundamentalmente. Entre los ingenios se destacan por sus producciones Reglita y España.

Para 1902 hubo un incremento notable en la actividad comercial avalado por la cantidad de comercios existentes, tales como diez bodegas, cinco tiendas de ropas, dos barberías y diez cafeterías. Mientras, en El Roque existían las tiendas mixtas de Aran y Compañía, la de Pedro Balbis, Joaquín Herrera, José Loreto, José Pino y Compañía y Pío Sixto. El hotel La Lonja contaba con veintidós habitaciones con todo el confort posible, propiedad de Francisco López. El hotel Trasancos, propiedad de José M. Trasancos, ubicado en la calle Martí, ofrecía servicios de hospedaje, restaurant y cafetería.

Las características geográficas de la región de El Roque en cuanto a sus suelos habían provocado grandes inundaciones históricamente. Este hecho motivó, desde 1902, el inicio de estudios para construir un canal que evacuara las aguas acumuladas hasta la costa norte. Sin embargo, en 1909 aún los trabajos se mantenían en estudios y en 1914, agotado el 70.97% del presupuesto de la obra, la ejecución material solo alcanzó 45%. Las solicitudes de aumento de presupuesto fueron elevando el costo sistemáticamente hasta alcanzar la cifra de 677 870.11 pesos.

En 1904, el ingenio España fue destruido por un fuego lo que trajo consigo nefastas consecuencias para la economía local, afectando la posición financiera de sus propietarios. En 1905 comenzó a producir nuevamente con mejoras introducidas. De 1910 a 1911 molió 9 805 076 arrobas de caña y produjo 122 563 toneladas de azúcar y 433 176 galones de miel. Las fincas del ingenio España contaban con ochenta y seis colonos que cultivaban toda la caña molida en este ingenio. Para 1913, el ingenio contaba con un laboratorio que contribuyó a elevar la calidad del azúcar.

Como consecuencia de la crisis económica de 19201921 se produjo la caída abrupta del precio del azúcar, lo que ocasionó la quiebra de los bancos y la afectación de la posición financiera de Pote, propietario de los ingenios Reglita y España, que apareció ahorcado; suceso que repercutió de forma negativa pues se realizó el desmantelamiento del ingenio Reglita, que desapareció en 1926.

La gran cantidad de tierras dedicadas al cultivo de la caña, se repartía en varias colonias, de las cuales, las de la zona de Máximo Gómez molían sus cañas una parte en el central España y el resto en los centrales Soledad y Cuba, pertenecientes a otros municipios. Otro aspecto de interés lo constituyó la crianza de ganado vacuno y caballos, junto a la producción de frutos menores.

Del plan de obras públicas emprendido por el gobierno de Gerardo Machado solo se asigna para el personal técnico la cantidad de $ 600.00 anuales, destinándose $ 240.00 para pagar el fluido eléctrico, funcionamiento del motor del pozo público y reparaciones en general. Igualmente, se asigna $ 3 000 para la gasolina, estopa y piezas de repuestos para la bomba de riego de las calles. Para la construcción de viviendas campesinas se destina una cantidad de $ 183.18 y $ 275.00 para gastos municipales. Joaquín G. Gomo aprovechó la campaña demagógica de Machado con relación al impulso de las obras públicas y, en mayo de 1925, envió una carta para gestionar la continuación del canal.

En 1925, el Central España pasó a propiedad de la Matanzas Sugar Company y es operado en fideicomiso por la Compañía Nacional Azucarera de Cuba S.A., en cuya operación el Estado cubano pierde varios millones de pesos como resultado de la liquidación del Banco Nacional, ya que este le debe al Estado cubano unos 20 millones de pesos en garantía de la propiedad del central, incluyendo sus tierras y pertenencias. En este traspaso de propiedad del central España a la Matanzas Sugar Company, perteneciente al monopolio Manhattan Bank of New York, de Rockefeller, participa de forma directa Emilio Obregón, yerno del tirano Machado y presidente de la Manhattan Bank en La Habana.

En medio de la crisis económica que azotaba a Cuba en 1933, la Compañía de Ingenios Azucareros Matanzas S.A. embargó en el juzgado de primera instancia de Colón todas las propiedades de la Matanzas Sugar Company dueña del central España. Mister George T. Walker, administrador del central, es nombrado presidente de la nueva compañía y continúa como administrador del central, atendiendo los intereses del Manhattan Bank of New York en Cuba.

La compañía norteamericana, a partir de 1933, realizó profundas inversiones en el central España al instalar una refinería, una destilería, dos almacenes y adquirir gran cantidad de carros de ferrocarriles, construyendo, además, varios chalets y mejorando las carreteras. En 1936 se le concedió una cuota oficial de exportación a Estados Unidos a la refinería. En este propio año se le instalan dos clarificadores de guarapo y, en 1940, una centrífuga en la refinería para lavar el azúcar crudo. Además de la modificación de los hornos, se realiza el montaje de filtros Oliver–Campbell, la sustitución dos vírgenes de hierro por otras de acero, se eliminó el carbón vegetal, se montaron centrífugas semitemáticas para la azúcar blanca y se agregaron dos cuchillos de filtradores. Con estos adelantos tecnológicos para la época, el central España se convirtió en uno de los colosos de la región occidental.

En la década del 40 del siglo XX se realizaron varias obras públicas, tales como la pavimentación de todas las calles —asistido por el patronato pro–obras municipales—, se edificaron y se reconstruyeron varias aceras de las calles Martí y Daniel, se le dio mantenimiento constructivo a la Casa Municipal, al parque de la cabecera y al barrio de El Roque, así como al cementerio. Se mejoró el tránsito entre el barrio Altamisal y el poblado de Tomeguín.

Entre 19521958 la economía descansó en la agricultura, principalmente la vinculada a la industria azucarera, por lo que la economía local sufrió las fluctuaciones de los precios del azúcar en el mercado mundial capitalista.

Situación social

Durante la primera intervención norteamericana se designaron los alcaldes de la municipalidad José G. Domínguez y Pedro Arrieta, en Perico, y en Máximo Gómez a Francisco Díaz Argüelles. Se ejecutaron algunas obras sociales, tales como la compra de depósitos de agua para las escuelas, la pavimentación de algunas calles y la construcción del Monumento a los Veteranos, inaugurado el 27 de noviembre de 1900. Se incrementaron, además, las sociedades de instrucción y recreo.

A partir de 1900 hubo un auge de instituciones sociales que representaron los intereses de la minoría y constituyeron un paso de avance en el desarrollo cultural. De esta forma, nació la sociedad Liceo de Perico, teniendo de presidente al Dr. Pedro C. Medina; institución que ofreció bailes de disfraces, matinés y actividades en saludo a fechas alegóricas, entre otras. En El Roque se fundó la Sociedad Asiática, que contó con biblioteca, secciones de música y celebraban bailes y actividades vinculadas a su culto religioso. En el poblado de Máximo Gómez surgió La Armonía, que contaba con biblioteca y varias secciones de música y literatura.

En 1902 nació la fiesta patronal de Santa Catalina en El Roque; se realizaba una procesión por el pueblo con la patrona y se celebraban misas, peleas de gallos, juegos y los bailes en las sociedades. Al mismo tiempo, se fundaron en El Roque las sociedades Arará, Lucumí y Conga, como muestras de enraizamiento de la cultura africana en el territorio y la presencia de estos asentamientos en la zona. De igual modo, se constituyó la Sociedad Santa Teresa en Máximo Gómez.

En la municipalidad surgieron varios periódicos como El Sendero, El Periqueño, La Semana, El Indio y El Cívico, que se caracterizaron por la defensa de los intereses locales, la publicación de anuncios comerciales, crónicas sociales, poemas, programas de bailes, artículos de los centrales y de deportes. Las manifestaciones entre los partidos políticos se reflejaban en El Periqueño y La Semana poseía una extensión de cuatro páginas donde se mostraba la política del Partido Conservador.

El 22 de diciembre de 1910, en Máximo Gómez (Perico), nació Dora Alonso, prestigiosa personalidad de la literatura cubana. Cursó sus primeras letras en su pueblo natal y se dio a conocer en el periódico Prensa Libre de Cárdenas, integrándose desde muy joven a la lucha revolucionaria. Obtuvo numerosos premios literarios en teatro, cuentos para niños, trabajos periodísticos, comedias y novelas. Sus obras son fueron traducidas a varios idiomas y sus cuentos aparecen en varias antologías cubanas y extranjeras.

En 1910 se reestableció el Ayuntamiento municipal de Perico y es elegido como alcalde Julián Domínguez. Posteriormente, en 1913, asume la alcaldía José R. Márquez Ramírez quien pavimentó algunas calles, construyó la planta eléctrica del municipio y estableció la primera imprenta local. En 1916 toma posesión de la alcaldía Juan Felipe Alzugaray, cuya gestión de gobierno se caracterizó por el incremento de treinta aulas diurnas y un kindergarten y la creación de tres teatros en la localidad. En su segundo mandato edificó el primer cine de la localidad, amplió el matadero y se pavimentaron calles. En 1924 es elegido Cecilio Nobles Xiques, quien inauguró el parque La Libertad, acontecimiento que contribuyó a revitalizar la actividad literaria en el municipio.

Entre 1944 y 1945 surgieron los carnavales y comparsas patrocinados por las direcciones de las sociedades Casino Liceo y Sociedad Deportiva del central España. En 1946 se fundó la Academia de Música Municipal por Buenaventura Martínez.

Luchas del movimiento obrero

Los trabajadores del central España repudiaron las condiciones imperantes, la explotación a la que eran sometidos, el encarecimiento de la vida, la corrupción político administrativa y el entreguismo del que eran víctimas; pero carecieron de la orientación correcta. En 1920 celebraron el Congreso de Trabajadores, del 14 al 20 de abril, convocado por la Federación de Torcedores de las provincias de La Habana y Pinar del Río, con el fin de organizar y estructurar el movimiento obrero y encabezar la lucha por sus reivindicaciones.

En 1928, las inquietudes sindicales comienzan a manifestarse. Son los primeros en esta actividad en el central España los compañeros José Vigoa y Ernesto, el Mexicano, quien fue expulsado del ingenio por sus actividades. Eugenio Martínez Ryan es el primer secretario general de este sindicato que sólo dura cuatro meses.

Entre los meses de noviembre y diciembre de 1930, se produjo una huelga demandando mejoras salariales en el central España. En otra huelga que sucede en este mismo año, los obreros tomaron el batey y formaron las Comisiones de Estaca, que se convirtieron en la única autoridad del batey mientras duró la huelga. Los obreros lograron conquistas como la jornada de ocho horas, el jornal mínimo de ochenta centavos, el pago en efectivo los sábados y la abolición de la contra en el piso de azúcar.

El 11 de septiembre de 1933 se constituyó el Sindicato General de Trabajadores del Central España. Dos días después, los delegados entregaron a la administración del ingenio un plan de reivindicaciones y ofrecieron un plazo de setenta y dos horas a la compañía norteamericana para dar respuesta a las demandas. Ante la negativa de la patronal, el 17 de septiembre se inició la huelga donde los obreros se armaron con escopetas, machetes, revólveres y palos, formando una milicia local que custodiaba las instalaciones fabriles y el batey. Después de esta huelga, se creó en el central España, por primera vez, una célula del Partido Comunista.

En la década del 30 participaron varios combatientes del territorio en la defensa de la República Española contra el fascismo español; entre ellos, integrando las Brigadas Internacionales, sobresale Constantino Barredo Guerra, miembro de la Joven Cuba, quien muere en combate y su cadáver queda en el campo ocupado por el enemigo. Otro ejemplo es Secundino Neira, obrero del central España, quien en 1936 se trasladó a España para unirse al Ejército Republicano Español y regresó a Cuba a fines de 1945. Fallece después del triunfo revolucionario en el central España a causa de una penosa enfermedad.

En 1943 se realizó la marcha del hambre por las calles del poblado, en la que los obreros pidieron créditos para efectuar compras y que se les descontara de los pagos. El sindicato, la administración y los comerciantes acordaron otorgar los créditos solicitados. El 22 de enero de 1943 tuvo lugar en el Ayuntamiento de Perico una asamblea popular que convocó a los sindicatos, a los empleados públicos no sindicalizados, trabajadores de la zona, representantes de los partidos políticos, autoridades civiles y militares, con el propósito de analizar la situación de los obreros del central Tinguaro y reclamar que la compañía pagara los jornales correspondientes a los días que debía durar la zafra. Frente al Ayuntamiento se instalan una tribuna y amplificadores y se mantiene informado al pueblo de la marcha de las gestiones. Allí hablan al pueblo Jesús Menéndez, Faustino Calcine, Salvador García Agüero y otros. Nueve días dura la protesta para finalizar con éxito.

Lucha insurreccional

Al conocerse el golpe militar del 10 de marzo de 1952, en el municipio de Perico las primeras manifestaciones de repudio estuvieron a cargo de Porfirio Rizo, secretario general del Partido Socialista Popular (PSP) en Máximo Gómez, el cual exhortó al pueblo a que se opusiera al zarpazo. El 19 de mayo se realizaron varios mítines de repudio contra el juramento de la Constitución por parte de las autoridades civiles que componían el Ayuntamiento, dirigidos por Fructuoso Rodríguez, líder de la Federación Estudiantil Universitaria, quien venía desde Colón de presidir un acto similar.

A pesar de la represión imperante, un grupo de combatientes que luchan por liberar a Cuba del sistema llevan a cabo hechos, como el ocurrido el 24 de junio de 1953 en las inmediaciones de los poblados Máximo Gómez y Altamisal, cuando cortaron una palma que cayó sobre el tendido telegráfico de los ferrocarriles, quedando interrumpidos ambos servicios.

Los sucesos del 26 de julio de 1953 constituyeron un impulso a la lucha contra los males de la dictadura batistiana. Las contradicciones entre los distintos sectores sociales se comenzaron a materializar con hechos de repudio, como el intento de quema del Club Deportivo del central España, el 30 de mayo de 1955, así como la quema de cañaverales en los campos de la finca Susana en ese propio año.

En los últimos meses de 1955 se organizó el Movimiento 26 de Julio (M–26–7) en la región, lo que fue posible al hacer contacto Heriberto Martínez Santiago con Ñico López, Ricardo Parejas y Manuel Piñeiro. Posterior a este encuentro, se celebró una reunión en la casa de Aurelio Díaz y se fijan las primeras tareas de la organización. EI Movimiento quedó estructurado en tres frentes, con los siguientes responsables: jefe del Movimiento, el Dr. José Concepción Azcuy Corrales; jefe de Acción, Adalberto Arenal y del Castillo; jefe de Propaganda, Onorio Sánchez y recaudador, Roberto Sánchez. En Máximo Gómez, el Movimiento se fundó igualmente a fines de 1955, en casa de Hipólito Dencause, esta reunión fue presidida por Ñico López.

Los miembros del Movimiento realizaron algunos sabotajes como la detonación de bombas en el Cine de Perico, y simultáneamente un corte eléctrico que dejó en tinieblas el poblado el 28 de octubre de 1956, la acción se efectuó por la coordinación e inventiva de los hermanos Delio y Gilberto Galloso. Otra acción ocurrida fue la explosión de un petardo el 15 de noviembre de 1956 en la residencia del alcalde de Perico ocasionando daños materiales.

A fines de 1956 llegó la orden de preparar un plan de mayor envergadura en apoyo al desembarco del yate Granma, a través de Ricardo González Tejo responsable regional del Movimiento, se ordenó su ejecución el 30 de noviembre. Entre las acciones que se realizaron en apoyo al desembarco del Granma, está la interrupción del tráfico en la Carretera Central, en el tramo comprendido entre el puente del Canal de El Roque y las cercanías de Perico al incendiar las cunetas con cócteles molotov.

De igual forma se riegan alcayatas en la Carretera Central, se detonó una bomba en el Banco Financiero de Perico, se le prendió fuego a la zona conocida por El Cafetal, se cortaron los cables telefónicos y eléctricos. Unos días más tarde del desembarco Hipólito Dencause se entrevistó con Manolo del Cueto, y recibió la orientación de recoger balas y armamento bélico, estas armas son adquiridas por compras y llevadas posteriormente a Manolo del Cueto.

Durante 1956–1958 se incrementaron las quemas de cañaverales en los alrededores de Perico y Máximo Gómez. El 16 de mayo de 1957 se detonó una bomba en el transformador situado en la Carretera Central, lo que impidió la movilización desde el central España con el motivo de la visita del tirano hasta la papelera de Cárdenas. El año 1957 finalizó con una mayor represión y obligó a los combatientes más comprometidos del municipio, a pasar a la clandestinidad. El 13 de febrero de 1958 le prendieron fuego a la casa del Ministro de Salud Pública con una botella con gasolina, la cual se redujo a cenizas.

A pesar de las condiciones geográficas del municipio, desprovisto de una vegetación espesa y de zonas montañosas que protegieran un despliegue militar en el territorio se organizaron bajo la orientación del Partido Socialista Popular un grupo guerrillero, donde se incorporaron a distintos revolucionarios. Este grupo se alzó los días 26 y 31 de diciembre de 1958, operando en la zona hasta la caída del tirano Batista.

Revolución en el poder

Al triunfar la Revolución, el 1 de enero de 1959, ocupaba la alcaldía Pedro Pablo Arrieta y Mesa, quien fue depuesto del cargo por una nueva dirección local que respondía a los intereses del pueblo. Ante el llamado a la huelga general revolucionaria, el pueblo tomó las calles y se paralizaron todas las actividades. Un grupo dirigido por el M–26–7 ocupó la estación de la Policía Nacional y el cuartel de la Guardia Rural, desmontando el aparato represivo de la tiranía.

En horas del atardecer del 7 de enero, la Caravana de la Victoria, encabezada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, a su paso hacia La Habana se detuvo a la entrada del pueblo en el garaje donde había trabajado el comandante Horacio Rodríguez, intercambiando saludos con los congregados en el cruce de la carretera central y Martí. La primera forma de gobierno en la localidad, creada a tenor de la Ley 36 dictada el 29 de enero de 1959 por el Consejo de Ministros, quedó integrada por los comisionados Lorenzo Justino Sarmiento, Heriberto Martínez Santiago y Adalberto Arenal.

Esta primera dirección política administrativa, que tuvo entre sus primeras tareas la organización de las masas y el cobro de las contribuciones al central España y las fincas rústicas, desarrolló los primeros proyectos de edificaciones, uno de los cuales correspondió a un centro de salud. En noviembre de 1959 se designó al Dr. José Concepción Azcuy y Corrales, que había sido coordinador del M–26–7, al frente del máximo órgano de Gobierno local y Lorenzo León Puñales fue seleccionado representante para las instituciones cívicas.

El año 1960 se caracterizó por la crisis política debida a las contradicciones y disputas de los puestos por los comisionados. El secretario del sindicato del central España, Emilio Jiménez Vila, reconocido anticomunista y de ideas mujalistas, entregó al comisionado un listado con las propuestas para cargos, tratando de influir con ideas adversas al proceso revolucionario. Ante esta situación, es nombrado Gilberto Galloso como asesor que estudia cada propuesta, evitando la llegada de elementos contrarrevolucionarios a puestos decisores.

En 1963, el Gobierno revolucionario creó las regiones y Perico pasó a formar parte de la región de Colón. En 1976, por la división político administrativa aprobada, los poblados de Máximo Gómez, El Roque y Perico conformaron un municipio —siendo la cabecera este último—, al que además se anexaron los poblados del central España, Altamisal y varios caseríos rurales.

Unidad revolucionaria y enfrentamiento a la contrarrevolución

El 26 de enero de 1959 se fundó la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), en el local que ocupaba la Asociación de Colonos del central España, cuyo primer presidente fue Julio Mancha. Dentro de las tareas impulsadas en los primeros años de Revolución se encontraban las labores agrícolas, especialmente en la limpia de caña y recogida de frutos y viandas. La mujer campesina periqueña ofrece también su aporte brindándose como apiladoras de caña, entre las que se destacan Eulogia Gutiérrez y Ángela Castro, quienes obtuvieron la condición de millonarias.

Al desplomarse la tiranía batistiana es una necesidad fortalecer el movimiento obrero, ya que no todos sus dirigentes comprenden que la Revolución estaba decidida a eliminar el juego político. La dirección del Sindicato Azucarero propagó el anticomunismo y la discriminación racial, por lo que elementos reaccionarios como Emilio Jiménez se opusieron a la designación de Eusebio Mena Hernández al frente del sindicato del central España.

La reacción de los obreros fue inmediata, pues emprendieron el enfrentamiento político contra el grupo reaccionario que pretendía opacar las conquistas logradas por la clase trabajadora en tan poco tiempo de Revolución. En diciembre de 1959 el sindicato del central España donó un día de haber, ascendente a $ 3 244.87, y demostró el apoyo incondicional al proceso revolucionario.

En enero de 1959, el Partido Socialista Popular efectuó una reunión el central España para elaborar un plan de trabajo con la intención de movilizar a los obreros agrícolas e industriales en defensa de sus derechos. El 29 de enero lograron que los colonos se comprometieran al pago a los carreteros, camioneros y macheteros del 20% de las cañas quemadas.

El movimiento obrero, en 1963, contaba con nueve sindicatos que agrupaban a 4 749 trabajadores. Para 1975 se incrementó la cifra a 7 222 trabajadores en 116 secciones sindicales. Como tarea de primer orden en esta etapa tenían la incorporación de los trabajadores en las labores de la zafra y la agricultura no cañera, así como la realización de jornadas productivas en las distintas etapas de la cosecha de frutos menores. En 1978 celebraron la primera Conferencia Municipal, y como resultado se eligió el primer Comité Municipal compuesto por veintiún miembros.

Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) comenzaron a organizarse en el municipio el 29 de septiembre de 1960, en la calle Santa Catalina en El Roque, cuyo primer presidente fue José Antonio Mendoza González; la secretaria, María Hoyos; el jefe de abastecimiento, Osvaldo Casanova y de vigilancia, Concepción Perovani. Esta organización brindó desde el inicio su apoyo a las tareas de la educación, la salud pública, la recuperación de materias primas y, en particular, de la defensa de la patria con acciones que permitieron desarticular actividades contrarrevolucionarias, especialmente la repartición de propagandas en contra del gobierno revolucionario.

Para 1962 los CDR tenían 297 comités y trece seccionales con 2 263 cederistas. Entre los años 1971 y 1975 aumentó su membresía a 10 853 miembros en veintiocho comités de zona y 272 comités de cuadra. En este período figuran como tareas fundamentales el apoyo a las labores de construcción en obras sociales, como la clínica dental y el círculo infantil, la recogida de materias primas, las donaciones de sangre y las campañas de vacunación.

En noviembre de 1959 se fundaron las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) en la finca Tomeguín, formadas por brigadas campesinas con la responsabilidad de cuidar las fincas intervenidas. José Antonio Mendoza González fue el responsable de esta organización. Posteriormente se crearon en la zona urbana y, a mediados de 1960, se unificaron ambos sectores, formándose un batallón dirigido por Valeriano Márquez Camejo. En el propio año 1959 nace la milicia femenina con un total de treinta y siete mujeres.

El 27 de octubre de 1960 se funda la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en el antiguo local de la CTC municipal, designándose como secretaria general a Ada Penichet. La primera delegación que se creó en el territorio se nombró Mariana Grajales y estuvo compuesta por dieciocho federadas. Las primeras tareas desarrolladas estuvieron dirigidas a la colaboración en la zafra azucarera, el apoyo a la salud y la educación, la incorporación al batallón de las MNR y el apoyo al plan asistencial a las zonas rurales.

La Federación de Mujeres Cubanas en 1971 contaba con veinticinco bloques y 139 delegaciones que agrupaban a 5 008 federadas. En 1980 la organización femenina incorporó 791 compañeras que hacen que el 84% de las mujeres del municipio pertenezcan a la organización.

En 1963 la Unión de Jóvenes Comunistas en el territorio contaba con doce comités de base que agrupaban a 122 militantes. Tuvo entre sus tareas principales en la etapa la atención a la Unión de Pioneros de Cuba en el territorio y la participación en los festivales mundiales de la juventud y los estudiantes. En el XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes participó Jorge Delgado Acosta, obrero del central España Republicana. Para 1975 contaba con 585 militantes distribuidos en cuarenta y un comités de base.

En la noche del 29 de julio de 1961 se reunieron los miembros del M–26–7 y el PSP con el objetivo de constituir el Comité Municipal de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), para lograr la unidad de acción y pensamiento de los grupos revolucionarios. No obstante, en las ORI hubo contradicciones entre sus miembros, expresadas en el sectarismo, ejemplo de lo cual fue no reconocer la labor de los miembros del PSP y desarrollar propagandas en su contra con el objetivo de boicotear sus negocios particulares. Es de destacar el papel desempeñado por Encarnación Linares, militante del PSP, para eliminar las tendencias sectarias en sus filas y lograr las transformaciones económicas, políticas y sociales del territorio.

El 1 de julio de 1962 se inició el proceso de construcción del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) en la unidad avícola No. 16 de la granja Julio Reyes Cairo, que culminó con treinta y una asambleas de obreros ejemplares en diecisiete centros de trabajo que agruparon a 1 924 obreros. El PURSC quedó constituido por siete compañeros que integraron el comité seccional y por once organismos de base. En 1965 el PURSC adoptó el nombre de Partido Comunista de Cuba (PCC), cuya dirección política en el territorio estuvo integrada por Aurelio Rodríguez Gutiérrez, secretario general; Orlando Acosta Herrera, organizador y Jorge Fiallo, orientación revolucionaria.

Perico fue uno de los municipios más asediados por la contrarrevolución; así lo demuestran las acciones llevadas a cabo, como la ocurrida el 18 de febrero de 1960, cuando cerca de las nueve y treinta de la mañana una avioneta pirata lanzó una potente bomba sobre el central España para destruirlo. Los restos de la avioneta derribada se esparcieron por el batey del central y por los documentos del piloto, Robert Ellis Frost, se constató su nacionalidad norteamericana.

También el bandidismo tuvo repercusión en la zona, al operar bandas como la de Evaristo Boitell, que en las cercanías del canal de El Roque tuvo un enfrentamiento armado contra las milicias, con el resultado de tres soldados muertos y siete heridos, entre ellos el capitán Roger García. En la zona de Máximo Gómez operaba el cabecilla Orlando de Armas, el cual se enfrentó a las milicias del Bon. 219 que ocasionaron la muerte a diez de sus integrantes y su eliminación total.

La participación del pueblo periqueño, en abril de 1961, en apoyo a las tropas cubanas que se enfrentaron a los invasores en Playa Girón, se hizo sentir en diversas tareas como la recogida de medicinas y ropas para enviar al frente de combate y la instalación de una cocina económica que elaboraba 1 000 raciones diarias con destino a los combatientes. En el local del antiguo Liceo se instaló un hospital con varias camas para atender a los heridos. Las federadas jugaron un papel destacado en la neutralización de elementos desafectos a la Revolución que podían apoyar a los mercenarios.

El 4 de abril de 1980 nacieron las Milicias de Tropas Territoriales (MTT) en el municipio cuando se envía una compañía a estudiar para que impartiera sus conocimientos al resto de los milicianos agrupados en pequeñas unidades. De igual forma, se crearon en el central España Republicana y Máximo Gómez, conformándose un regimiento y dos compañías independientes, con sus unidades de aseguramiento combativo. Las Zonas de Defensas se comienzan a organizar a partir del año 1983.

Transformaciones económicas

El 17 de mayo de 1959 se firmó la Primera Ley de Reforma Agraria, eliminándose de esta forma el latifundio en los campos cubanos.

El 31 de agosto de 1959, en la casa del M–26–7, se reunieron Minerva Duarte, representante de la provincia, y destacadas revolucionarias con el propósito de crear la columna femenina agraria. Entre otras fundadoras, estaban Delia Hernández Hernández, jefa de columna; Carmen Amaro Camejo, las hermanas Zoila e Isora Berewil Amaro y Caridad Sotolongo Naranjo. Entre las principales actividades que desempeñaron estaban la producción azucarera y la cosecha de maíz.

El 6 de agosto de 1960 se dispuso la intervención del central España — al que se nombró España Republicana—, así como de la planta de dextrana y las lujosas casonas de los propietarios del central, las cuales se convirtieron en centros de superación para los obreros azucareros, casas de visitas y de técnicos nacionales y extranjeros. Mediante las leyes No. 890 y 891, el Banco Financiero engrosó el patrimonio local con la nominación de Banco Nacional, al frente del cual se nombró a Legoberto Rodríguez Figueroa, como administrador. También en este año se nacionalizaron las compañías de Teléfono y Electricidad, la Sociedad Liceo y el cine Averoff, el que se nombró Mártires de Perico.

El 4 de agosto de 1961, mediante la Ley 963, se dispuso el cambio monetario para lo cual en la localidad funcionaron cinco oficinas. Mediante la Ley 1076 se dispuso la nacionalización de La Casa Calderín, El Cañón, La Bomba, La Marquesita y La Casa Fuentes, establecimientos comerciales que fueron intervenidos por trabajadores escogidos por sus condiciones revolucionarias, dirigidos por Juan Gabriel Soler Hernández, representante de la Junta de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI).

El 8 de marzo de 1962 se creó la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey como parte de la política del Gobierno revolucionario para el desarrollo de la ganadería. En sus inicios tuvo un carácter de plan especial, atendido por el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), y a partir de diciembre de 1967 es dirigida por la Universidad de La Habana. El campo de investigación se amplió a diversas ramas pecuarias, contando en sus inicios con la colaboración de especialistas soviéticos que, con su aporte científico, estimulan el desarrollo de la ganadería. El 1 de enero de 1972 se creó la Empresa de Cultivos Varios, ampliándose las investigaciones a los cultivos de la papa, malanga, boniato, plátano, tomate y maíz.

El 3 de octubre de 1963, al dictarse la Segunda Ley de Reforma Agraria, en Perico las mejores tierras estaban en manos de la burguesía agraria que, opuestos a la aplicación de la Primera Ley, mantenían sus tierras improductivas. Esta nueva ley eliminó de forma definitiva el latifundio en el territorio y comenzó la especialización agrícola.

En Perico la tarea principal se encaminó al desarrollo de la industria azucarera, la agricultura cañera y los cultivos varios. El 30 de marzo de 1970 se organizó el Bon. Victoria de Girón en el albergue La Matilde, con el fin de asegurar la siembra de caña para la zafra que se avecinaba. En 1970, con el objetivo de lograr la zafra de los Diez Millones, se ampliaron las zonas cañeras y el central España Republicana alcanzó 107 000 toneladas métricas de azúcar.

El 17 de mayo de 1977 se creó la primera Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) en Capitolio, conformada por cincuenta y dos cooperativistas, con un área de 7.37 caballerías, cuyos cultivos principales son la caña, arroz, yuca y ají. El territorio periqueño cuenta con seis CPA, con un total de 600 caballerías de tierras que aportan once millones de arrobas de caña y más de 250 000 quintales de granos, viandas y vegetales. La CPA Alberto Delgado es la más extensa de la provincia y del país, que dedica el 90% de sus tierras a la cosecha de arroz.

El municipio tiene veinte bases campesinas que abarcan un área de 509.12 caballerías y 606 socios. Estas bases campesinas se fusionaron en cinco Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), lo que significó un paso sólido hacia formas superiores de organización y dirección del sector campesino.

Transformaciones sociales

A partir del triunfo revolucionario de enero de 1959, se amplió la atención de salud en territorio periqueño con la instalación de postas médicas en Altamisal y el Roque y una farmacia en cada poblado. Se ampliaron, además, los servicios médicos a otras especialidades como ortopedia, psiquiatría, dermatología, ginecología y obstetricia.

En el campo de la educación, las primeras medidas tomadas en 1959 por el Gobierno revolucionario local estuvieron dirigidas a la nacionalización de las escuelas privadas y a la reforma integral de la enseñanza. En 1959 se construyeron cuatro aulas rurales más, para un total de ocho, y el antiguo cuartel de la Guardia Rural se convirtió en un internado de primaria para los alumnos de las zonas rurales que cursaban el quinto y sexto grado.

La Campaña de Alfabetización, emprendida en 1961, contó en el territorio con 723 alfabetizadores y el 15 de diciembre, al declararse el territorio libre de analfabetismo, habían sido alfabetizados 2 482 personas.

El 29 de enero de 1962 se concluyó la construcción de un moderno centro escolar en Altamisal. Para 1964 se creó la Facultad Obrero Campesina para que los trabajadores urbanos y agrícolas alcanzaran el sexto y el noveno grado. En 1972 se inauguró una escuela especial para alumnos con retraso mental y, en este mismo año, la Secundaria Básica Ñico López. También se edificó el Círculo Infantil Manuel Ascunce atendido por las federadas. Para 1971 se incrementó la cifra de docentes a 429 para responder al aumento de matrícula existente.

En 1962 se constituyó el Consejo Municipal de Cultura. En 1976 aparecieron las casas de cultura como instituciones culturales. El trabajo cultural de Perico para los próximos años se proyectó en la creación de instituciones como la Galería de Arte y el Museo, que integran el módulo cultural del territorio.

En 1974 comenzó a funcionar una clínica dental especializada y se intensificaron las campañas de vacunación como medida preventiva en la erradicación de epidemias. A partir de 1977 se ampliaron los servicios médicos dentales a escuelas. La mortalidad infantil mantiene un bajo índice en el territorio.

Poder Popular

El municipio de Perico inició la experiencia de los Órganos del Poder Popular en febrero de 1974, contando con un ejecutivo formado por José Soler Hernández como presidente, Miguel San Miguel Domínguez, vicepresidente; Alcides Pupo Guevara, secretario, así como tres miembros no profesionales. El primer mandato se extiende hasta 1977 en que ocupó la presidencia Nelson Valladares Rojas.

Aporte internacionalista

Entre 1975 y 1980, Perico brindó su aporte a las tareas de la colaboración internacionalista en disímiles países, tales como Etiopía, Angola, Iraq, Granada y Nicaragua, entre otros.

El pueblo periqueño tampoco olvida a los caídos en el cumplimiento de tan honrosa misión: Alejandro Martínez Alfonso (Angola), Delfín Reymont Alfonso (Angola), David Rodríguez Mesa (Angola), Jorge Trimiño (Granada), Nora Zulueta (Iraq) y Osvaldo Casanova (Nicaragua).

Bibliografía

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Fuentes

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