Guerra del Líbano de 2006

Guerra del Líbano de 2006
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Edificios destruidos en Beirut durante la Guerra
Fecha 12 de julio hasta 14 de agosto de 2006
Lugar Líbano e Israel
Causas Según Hezbolah: Incursión de tropas israelíes en Aita al Chaab (Líbano) y captura de dos soldados para canjear por presos árabes en cárceles israelíes.

Según Israel: Incursión de Hezbolah en territorio israelí contra la Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), dando muerte a ocho soldados y capturando a otros dos.

Resultado Primeramente Alto el fuego estipulado por la Resolución 1701 del ONU. Luego un intercambio de prisioneros entre Hezbolah e Israel
Beligerantes
Hezbolah Bandera de Líbano Líbano Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) Bandera del Estado de Israel Israel
Comandantes
Hassan Nasrallah

Imad Mugniyah

Dan Halutz

Moshe Kaplinsky

Udi Adam

Fuerzas en combate
600-1.000 en activo 10.000-30.000 reservistas 10.000 infantes (30.000 en los últimos días)(Más FAI y MI)[1]
Bajas
250 muertos 13 capturados 119 muertos 400 heridos 2 capturados

Guerra del Líbano de 2006, conocida en el Líbano como Guerra de Julio y en Israel como Segunda Guerra de Líbano (en árabe حرب تموز, en hebreo מלחמת לבנון השניה). Fue un conflicto armado entre las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) y la resistencia islámica en el Líbano (Hezbolah), y que opera desde territorio libanés y sirio contra Israel [2]. Este enfrentamiento comenzó el 12 de julio de 2006 y finalizó el 14 de agosto al entrar en vigencia la Resolución 1701 del ONU, que estableció un alto el fuego a partir de las 05:00 horas GMT de ese mismo día.[3]

Causas del conflicto

El 12 de julio de 2006 Hezbolah, y a través de su televisión Al-Manar, comunicó que había capturado a dos soldados israelíes (Ehud Goldwasser yEldad Regev), acto justificado en la promesa que hiciera su secretario general Hassan Nasrallah para liberar a los prisioneros árabes de las cárceles israelíes. Hezbolah, aclaro que la captura se hizo en el sur del Líbano, en un enfrentamiento que se habría producido contra fuerzas israelíes que habrían penetrado en la ciudad fronteriza de Aitaa al-Chabb.[4] En la misma acción habrían bombardeado varias posiciones israelíes y atacado una patrulla israelí, en la cual resultaron muertos ocho soldados israelíes, mientras que otros dos fueron capturados. Israel afirmó que el ataque se produjo en su territorio y que fue invadida y atacada por Hezbolah. [5] El Primer Ministro israelí, Ehud Ólmert, responsabilizó al Gobierno del Líbano de la acción de Hezbollah, y aclaró que “los sucesos de esta mañana no se definen como un ataque terrorista, sino como el acto de un Estado soberano que atacó a Israel sin razón y sin provocación”.

El ejército israelí, en respuesta a las acciones de Hezbolah, inició la Operación llamada Recompensa Justa, su primera ofensiva militar aérea y marítima sobre territorio libanés desde la retirada total israelí en el año 2000, de acuerdo con los límites reconocidos por las Naciones Unidas. Esta operación conllevó el bombardeo de instalaciones de transporte, comunicaciones, y energéticas, así como cuarteles de Hezbolah y zonas urbanas, provocando en 24 horas decenas de víctimas civiles, cuantiosos daños materiales y un bloqueo israelí de todo el Líbano por mar y aire. [6]

La intensidad de la respuesta israelí (que en su mayor parte fue contra los civiles) despertó reacciones encontradas en la comunidad internacional; mientras que algunos estados consideraron que las acciones eran duras pero normales dentro de un contexto bélico de legítima defensa, la ONU repudió lo que consideró un peligroso exceso de fuerza por parte de Israel. Ante el despliegue militar israelí, Hezbollah declaró la guerra abierta a Israel. [7]

Desarrollo del conflicto

Principales metas de Israel

Ante el ataque sorpresa a Israel, el Gobierno Israelí presidido por el premier Ehud Ólmert, decidió en sesión de emergencia poner fin a los ataques esporádicos y sorpresivos del grupo armado Hezbolah, que se encontraba en el sur del Líbano desde la retirada del Ejército Israelí en mayo de 2000, ordenada por el primer ministro Ehud Barak. El Gobierno de Israel se fijó como metas de la operación en el Líbano,la liberación de los dos soldados capturados, el cese de los disparos de cohetes a poblaciones israelíes, y la aplicación de la resolución 1559 del Consejo de Seguridad, que ordena el desarme y el desmantelamiento de Hezbolah, y el despliegue en su lugar del Ejército Libanés a lo largo de la frontera israelo-libanesa.

En una primera etapa, el Ejército Israelí voló puentes y carreteras del sur del Líbano, inutilizó las pistas de aterrizaje del Aeropuerto de Beirut, e impuso un bloqueo marítimo al país, ante el temor de Israel de que los soldados capturados sean sacados del país y entregados a manos sirias o iraníes. Posteriormente, los ataques se centraron en presionar a las autoridades libanesas a salir de su indiferencia y pasividad ante la inmunidad e impunidad otorgadas a Hezbolah, mediante daños infligidos a la economía, el turismo y las infraestructuras del Líbano. [8] [9]

Los inicios

En horas de la mañana del día 12 de julio de 2006, dos vehículos blindados del Ejército Israelí que patrullaban la frontera con el Líbano, fueron atacados por una emboscada de Hezbolah, en la que murieron tres soldados y otros tres resultaron heridos (uno de ellos de gravedad), y otros dos fueron tomados prisioneros. Paralelamente, y como método de distracción, Hezbolah comenzó un bombardeó posiciones del norte de Israel con cohetes Katiusha, hiriendo a cinco civiles. El propio Hassan Nasrallah había señalado tiempo atrás la intención de Hezbolah de capturar a soldados israelíes, después de que el ex primer ministro Ariel Sharon incumpliera la ratificación de los acuerdos acerca de la liberación de todos los prisioneros libaneses durante el último intercambio de prisioneros entre Hezbollah e Israel. [10]

En una fallida incursión dentro del territorio libanés, realizada en las horas siguientes al ataque por tanques del Ejército Israelí con la intención de rescatar a los soldados capturados, explotó un tanque Merkavá israelí mediante una potente bomba emboscada de antemano por Hezbolah, matando a los cuatro soldados que lo tripulaban. En el intento de las tropas israelíes por rescatar los cadáveres de los tanquistas, murió un octavo soldado israelí bajo fuego nutrido de Hezbolah, y los cuerpos pudieron ser repatriados sólo al día siguiente.

El Comandante del Ejército de Israel, el Teniente General Dan Halutz, anunció previamente que si Hezbolah no liberaba a los soldados israelíes, harían "retroceder 20 años el reloj de Líbano". La respuesta de Hezbolah ha sido un ataque masivo y sin precedentes de cohetes «Katiusha» a todo el norte de Israel, incluyendo poblaciones que por largos años no habían sido blanco de bombardeos desde el Líbano, como Safed y Carmiel, y el ataque a una corbeta, la INS Hanit, apostada en aguas territoriales libanesas, realizado con un misil antibuque moderno de fabricación iraní, que se saldó con al menos cuatro marineros israelíes muertos. [11]

El 26 de julio 4 observadores de la ONU murieron tras ataque israelí. [12] Los ataques israelíes llegaron al norte del Líbano, hasta Trípoli, donde parte de la población del sur se había refugiado en su huida del teatro de operaciones.

Los últimos días

En la última etapa de la crisis, ambas partes escalaron sus posiciones: Israel se dedicó principalmente a atacar con dureza a todo el país, destruyendo instalaciones, oficinas, medios de comunicación y otras infraestructuras de la organización el país, incluyendo sus cuarteles generales del sur de Beirut. Al mismo tiempo destruyo numerosas infraestructuras civiles y barrios de mayoría musulmana, especialmente chií, como los barrios del sur de Beirut. Ello causó cientos de muertos y la huida masiva de miles de personas. [13]

En la tercera semana de los enfrentamientos, iniciados con ataques aéreos, Israel dio paso a la ofensiva terrestre en el sur del Líbano. Las tropas avanzaron hasta seis kilómetros. El objetivo, según Israel, era derribar las líneas de puestos de vigilancia de Hezbolah a lo largo de la frontera, destruir la infraestructura de Hezbolah en el sur del país y desplazar al grupo armado hacia el norte (tales objetivos no se cumplieron).

A 3 de agosto la ofensiva de Israel en el Líbano ha causado la muerte a más de 900 civiles y herido a otras 3.000, y un tercio de las víctimas tiene menos de 12 años, según información del Primer Ministro Libanés, Fuad Siniora. Según sus cifras un cuarto de la población del país —un millón de personas— había sido desplazado debido al conflicto armado. Por el lado israelí, afirmo el gobierno que la cifra es de 55 los muertos, entre ellos 19 civiles. 300.000 israelíes han abandonado sus casas en el norte del país. [14] [15]

El 4 de agosto un ataque israelí sobre un grupo de agricultores libaneses dejó la cifra de entre 23 y 33 muertos civiles cerca de la frontera con Siria. Por otro lado, al menos 17 personas murieron y varias más resultaron heridas en un ataque israelí contra un edificio en la ciudad sureña de Taiba (Sur de Líbano), cerca de la frontera con Israel. También las zonas cristianas del norte del país, hasta la fecha ajenas a la guerra, sufrieron por primera vez ataques israelíes. Ocho civiles y cuatro soldados murieron ese mismo día, a causa de los ataques del Hezbolah sobre el norte israelí. Decenas de personas resultaron heridas por la ola de cohetes que azotó el norte durante esta tarde. La policía dijo que unos 130 cohetes fueron disparados hacia Israel en solo 90 minutos entre las 16 y las 17:30 horas. [16]

Un portavoz de la policía israelí informó que, a 10 de agosto, han impactado en suelo israelí 3526 misiles, con el resultado de 51 ciudadanos israelíes muertos, 810 heridos, de ellos 59 heridos graves. Estos datos no incluyen a soldados muertos y heridos en suelo libanés. [17]

En los últimos dos días, ante el anuncio de un acuerdo para una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que llamaba a un alto al fuego, ambos bandos intensificaron sus acciones bélicas. Hezbolah intensificó sus ataques con misiles sobre la ciudad de Haifa. Por su parte Israel procedió a desplegar una amplia operación de invasión terrestre hasta el río Litani, 24 horas antes de la vigencia del cese al fuego.

Violaciones de los derecho humanos

El Presidente del Líbano denunció el uso por parte de Israel de bombas de fósforo blanco, en bombardeos sobre zonas civiles.

Localidades bombardeadas durante la guerra

El Colegio de Médicos de Líbano decidió solicitar una denuncia contra Israel, una vez comprobada la existencia de heridas anormales causadas por el Fósforo blanco entre víctimas civiles, varios análisis en el extranjero dada la imposibilidad de aquél momento de que sean llevados a cabo en el país. Posteriores análisis confirmaría el uso del Fósforo blanco contra civiles. Así mismo, el gobierno israelí ha reconocido haber utilizado el polémico armamento con fósforo en los ataques contra sus objetivos durante el mes de guerra en el Líbano. [18]

Por otro lado, organizaciones de derechos humanos denunciaron la utilización de bombas de racimo por parte del Ejército de Israel en sus ataques sobre el Líbano. Esta organización denunció que las bombas de racimo son particularmente peligrosas porque se dividen en partes que pueden no explotar en el momento inmediato del ataque, quedando semienterradas dichas submuniciones, susceptibles de explotar por su manejo accidental por parte de civiles. [19]

"Las bombas de racimo son armas inaceptablemente imprecisas y poco confiables cuando se usan cerca de civiles" (dijo Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, en un comunicado)

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Según indicó Tekimiti Gilbert, jefe de operaciones en el Líbano del Centro de Coordinación y Acción de Minas de la ONU, Israel lanzó bombas de racimo en al menos 170 pueblos y otros puntos del sur del Líbano durante los 34 días del conflicto. [20] Israel había impactado deliberadamente zonas urbanas con bombas de racimo, lo que podría violar la Convención de Ginebra que determina que tales municiones no deben ser utilizadas en áreas donde residen civiles por causar daños innecesarios. Expertos de la ONU han encontrado hasta 100.000 de estos artefactos sin explotar en 359 localidades afirmando que lo que es chocante y completamente inmoral es que el 90% del lanzamiento de estas bombas ocurrió en las últimas 72 horas del conflicto, cuando se sabía que había una resolución para poner fin a la guerra. Las bombas de racimo han afectado a grandes áreas, incluidas viviendas privadas, tierras de cultivos, negocios comerciales y tiendas.

Bombardeo de Caná

El 30 de julio, un edificio de apartamentos en la ciudad libanesa de Caná se desplomó tras un bombardeo israelí. Numerosos medios hablaron de 54 personas muertas, 27 de ellos niños, y provocó una gran conmoción internacional, el hospital libanés de Tiro ha reconocido que el número de muertos en Caná son en realidad la mitad, es decir, 28, entre ellos 16 niños. El Primer Ministro Israelí, Ehud Ólmert, lamentó las muertes de inocentes, alegando que los habitantes de la localidad habían sido advertidos con octavillas de que debían abandonar Caná ante la inminencia de los bombardeos. El informe de Naciones Unidas, de 8 de agosto, señaló la imposibilidad de escapar de la ciudad debido a los continuos ataques de los israelíes sobre carreteras y transportes de todo tipo. El mismo informe calificó el ataque de "modelo de violación del derecho internacional, incluido el derecho humanitario internacional y las leyes sobre derechos humanos". Según el informe de la ONU, "la Fuerza Provisional de la ONU en el Líbano (FPNUL) no puede confirmar o negar si Hezbolah estaba llevando a cabo actividades militares desde Cana en los días anteriores al ataque del 30 de julio". El informe de Annan también recogió la opinión del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que estima que "avisar previamente a la población civil del inminente ataque no exime a Israel de sus obligaciones bajo las normas y principios del derecho internacional humanitario". Ólmert afirmó que la ciudad era utilizada como base de operaciones por Hezbolah, lo que posteriormente fue negado por el gobierno libanés. En el informe oficial, dado a conocer el 3 de agosto, el Ejército Israelí acusa a Hezbolah de usar a la población como escudos humanos y sostiene que el bombardeo se efectuó porque se desconocía que en el edificio de Caná hubiese civiles. [21] [22] [23]

Amnistía Internacional y Human Rights Watch desestimaron las conclusiones de la investigación israelí y afirmaron que investigadores de ambas organizaciones que visitaron Cana el 31 de julio, el día después del ataque, no encontraron ningún equipo militar destruido en o cerca de la casa. Del mismo modo, ninguna de las decenas de periodistas internacionales, trabajadores de rescate y observadores internacionales que visitaron Cana el 30 y 31 de julio dijeron haber visto ninguna prueba de la presencia militar de Hezbolah en o alrededor de la casa. Según Human Rights Watch, los trabajadores de rescate tampoco recuperaron cuerpos que parecieran de combatientes de Hezbolah en el interior o cerca del edificio. Según un testigo, "hay aviones de vigilancia cerniéndose en lo alto cada día. Es imposible que los aviones no hayan visto que el lugar estaba lleno de mujeres y niños". [24] [25]

La reacción mundial al conflicto

La reacción unánime de la comunidad internacional fue de preocupación por el deterioro de la frágil situación geopolítica en el conflictivo Oriente Medio, y por la estabilidad del Gobierno del Líbano. A ello se sumó por un lado la comprensión de los argumentos israelíes y el apoyo a su derecho de defensa propia frente a los ataques de Hezbolah, conjuntamente con críticas por la dureza de los ataques y la muerte de civiles, interpretada como reñida con el principio de proporcionalidad establecido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Otros estados, principalmente aquellos enfrentados con Israel o Estados Unidos, se pronunciaron condenando la ofensiva israelí. [26]

En Europa, las críticas más duras a la acción israelí fueron hechas por el Presidente Francés, Jacques Chirac, quien se preguntó si Israel buscaba la destrucción del Líbano y consideró que su reacción a la captura de sus soldados era totalmente desproporcionada. El Presidente del Gobierno Español, José Luis Rodríguez Zapatero, también fue muy crítico y declaró: «Los silencios ante lo que hoy se vive en Oriente Medio pueden ser arrepentimientos mañana», declaraciones del 16 de julio de 2006 en Alicante y por el Vaticano, quienes fustigaron la dura reacción israelí. [27] [28]

Los gobiernos de Cuba y Venezuela emitieron sendos comunicados condenando enérgicamente a Israel [29] [30], al tiempo que las reacciones más durasvinieron por parte de Irán y Siria. Por su parte, el Presidente Ruso,Vladímir Putin, no excluyó que Israel persiguiese "objetivos mucho más amplios" que la liberación de sus militares capturados. [31] [32] [33]

El Primer Ministro Británico, Tony Blair y el Presidente Estadounidense George W. Bush, en tanto, han respaldado el derecho a la defensa de Israel y acusado a Hezbolah de comenzar el conflicto, y han hecho un llamamiento a Siria y a Irán para que ejerza su influencia y detengan a Hezbolah. Arabia Saudí por su parte, atacó las acciones de Hezbolah, tildándolas de "inesperadas, inadecuadas e irresponsables", y culpando a la organización de hacer retroceder a la región en años, secundado en su posición por Egipto, Jordania, Iraq, , los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Kuwait ( todos aliados de los Estados Unidos). [34]

El 26 de julio el Secretario de las Naciones Unidas, Kofi Annan, pidió a Israel una investigación por la muerte de cuatro observadores de la ONU en un bombardeo del Ejército Israelí en Khiam donde están desplegadas las fuerzas de UNIFIL y en donde los israelíes fueron advertidos en diez ocasiones por el propio organismo internacional que les estaban bombardeado. [35] El día 3 de agosto un comunicado de las Naciones Unidas comunicó que un misil de Hezbolah impactó directamente en una posición de UNIFIL en el área de Hula, y media hora más tarde, otro misil de Hezbolah impactó en la misma posición.

El Presidente Venezolano, Hugo Chávez, ordenó el 3 de agosto la retirada del embajador de Venezuela en Israel por su rechazo al "genocidio" que, a su juicio, ese Estado "comete" contra los pueblos libanés y palestino, según ha declarado el propio Presidente. Chávez también ha condenado que EE.UU. se haya "negado a permitir que el Consejo de Seguridad tome alguna decisión para frenar el genocidio que Israel está cometiendo contra los pueblos palestino y del Líbano".Por su parte, el Presidente Iraní, Mahmud Ahmadineyad, principal soporte político y militar de Hezbolah, ha declarado que la "mejor solución" a la crisis del Líbano es la eliminación de Israel, aunque pidió, como primera medida, un "inmediato alto el fuego" entre Israel y Hezbolah. [36]

Referencias